Leer por rebeldía Mtro. Jorge Daniel Alcántara León “Un libro no se escribe sólo para multiplicar y transmitir la voz, sino también para perpetuarla” John Ruskin El 23 de abril de 1616 fallecieron tres gigantes de la literatura universal: William Shakespeare (n.1564), Miguel de Cervantes Saavedra (n.1547) y Garcilaso de la Vega, el Inca (n.1539). No es casual entonces que desde 1995 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) haya elegido esta fecha para conmemorar el “Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor”, celebrándose por primera vez en abril de 1996. “El libro ha sido, históricamente, el elemento más poderoso de difusión del conocimiento y el medio más eficaz para su conservación…Por consiguiente, toda iniciativa que promueva su divulgación redundará oportunamente no sólo en el enriquecimiento cultural de cuantos tengan acceso a él, sino en el máximo desarrollo de las sensibilidades colectivas respecto de los acervos culturales mundiales y la inspiración de comportamientos de entendimiento, tolerancia y diálogo” Así argumenta la UNESCO su resolución para declarar el 23 de abril como Día Mundial del Libro. Los libros son un factor indiscutible de bienestar y constituyen un instrumento excepcional para la expresión de identidades culturales y para la promoción de la diversidad cultural. Gracias a los libros los niños, los jóvenes y los no tan jóvenes podemos recorrer el mundo y el universo, podemos viajar hacia lugares que de otra manera nos serían inaccesibles, podemos ir a Europa, a China, a África, al País de las Maravillas o a la Tierra de Nunca Jamás y estaremos en posibilidad de conocer cómo piensan, hablan, actúan, se visten o se alimentan quienes viven en otros espacios geográficos, transitando así por un mundo libre y sin fronteras. Detrás de cada libro hay una historia única y excepcional que nos muestra un camino para acercarnos al conocimiento de algo o de alguien. Porque además, al momento de leer no sólo damos vida a los personajes del texto o recreamos el ambiente descrito, sino que recuperamos al autor, quien desde su propia realidad, sus vivencias y su 1 época nos habla y nos transmite sus percepciones, sus vivencias, sus experiencias, y de ellas aprendemos. La lectura aumenta la capacidad de comprensión. La lectura alimenta la curiosidad y la imaginación; ambas fundamento del pensar y del conocimiento. La curiosidad intelectual, la construcción mental de escenarios, la necesidad de comprender son una necesidad del ser humano; desde saber por qué pasan las cosas hasta encontrar respuesta a las clásicas preguntas de ¿Qué somos? ¿En dónde estamos? y ¿Por qué existimos? Comunicar cosas, pensamientos, conocimientos, sentimientos, afectos, son funciones implícitas que cumplen los libros; todas ellas dan sentido a la vida e influyen la propia forma de pensar, ver, sentir e interpretar el mundo que habitamos. Ahora tenemos la computadora y el Internet. Muchas cosas han cambiado con ello en el quehacer educativo, pero el libro sigue siendo insubstituible; incluso se ha insertado en el mundo digital, de tal manera que vemos navegar a miles de libros en la red. Los libros son importantes por lo que contienen: los rastros de las culturas inventadas por los humanos. Por los libros mantenemos y estrechamos el conocimiento, el trato o la amistad; desarrollamos y ejercitamos el talento, el ingenio, la memoria; ejercitamos las artes, las ciencias, las lenguas. Por los libros desarrollamos nuestro juicio crítico y nos incorporamos de distintas maneras en la vida social, participamos en forma diversa de los múltiples estilos de vida, costumbres y formas de organización social, en distintas épocas históricas. La cultura, las diferentes formas de la existencia humana quedan plasmadas en los libros y, al estar éstos resguardados en las bibliotecas, son ellas las que contienen toda la riqueza histórica de la humanidad. Pero todo libro está hecho para ser leído. Lo importante no es tener o almacenar libros sino que estos sean leídos por la mayor cantidad posible de personas. Y además que se lean bien, es decir, que se comprendan, que sirvan para orientar formas de conducta, para fortalecer aptitudes y actitudes. Que la lectura se incorpore a nuestra vida cotidiana, transformándola, enriqueciéndola. La lectura entonces es al mismo tiempo pasión y placer así como vía para reconstruir el mundo o para diseñar nuestro mundo personal. O como dijera Rubén Darío (1867-1916), el poeta nicaragüense, “El libro es fuerza, es valor, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor” 2 La lectura debe actuar como estímulo para la imaginación, la creatividad, la curiosidad la audacia, la irreverencia y la rebelión. Siempre hay espacio para le rebeldía. Lo importante es cultivar el método que nos permita interrogar todos los fenómenos acerca de su carácter transitorio y variable, acerca de su historia y sus contradicciones. La lectura atenta, reflexiva y sistemática es compañera inseparable del BIEN PENSAR. La lectura de libros enriquece nuestros conocimientos y por tanto amplía los márgenes dentro de los cuales tomamos nuestras decisiones. De esta manera contribuye a formar ciudadanos cultos, participativos y a fortalecer la democracia. Es por estas razones que al celebrar este día lo que pretendemos es fomentar la lectura, el aprendizaje en y mediante los libros, alentar la producción editorial y cultivar una ciudadanía lectora. Para ello consideramos indispensable desarrollar acciones en colaboración con otros organismos sociales para fortalecer la lectura y la circulación de libros; definir e impulsar estrategias de promoción y circulación encaminadas a incrementar las estadísticas de asistencia y consulta. Organizar actos académicos relacionados con la literatura, las artes y las ciencias, tales como conferencias, presentación de libros, talleres de lectura y seminarios; promover el fortalecimiento de la lectura en voz alta y la comunicación oral; rescatar la tradición decimonónica de las tertulias literarias y organizar sesiones de narración oral a base de cuentos, poesía, novela y ensayo. De hecho, como todos sabemos existen libros para todos los públicos y sobre todos los temas. Sin embargo lo importante consiste en generar oportunidades para que todos los hombres, mujeres y niños estemos en posibilidad de tener acceso a los libros que deseamos tener. Es decir, debemos generar una democratización de la lectura. Puebla de Zaragoza, 23 de abril, 2014 3