0 www.eltiempo.com - DOMINGO 17 DE AGOSTO DE 2014 - EL TIEMPO debes saber radar La nave europea Rosetta está a punto de lograr algo que hasta ahora se había visto solo en el cine: alcanzar a uno de estos ‘bólidos’, reproducir su velocidad y trayectoria, y descender sobre su superficie. Rosetta podría tener las claves del nacimiento del sistema solar. 55 MIL KM POR HORA A esa velocidad viajan a esta hora, en dirección al Sol, la sonda espacial Rosetta y el cometa 67P / ChuryumovGerasimenko. Redacción Domingo Interceptar un cometa ya no es ciencia ficción Rosetta se aproxima al cometa 67P/T Instrumentos de medición y de análisis Fuentes: AFP, Agencia Europea Espacial y CNES. Adaptación: Infografía CEET Paneles solares Philae La sonda permitirá entender mejor la evolución del sistema solar desde su formación Antena de telecomunicaciones Sistema de propulsión Órbita de la tierra 6.000 millones de km. Costo: 1.300 millones de euros Esta imagen del cometa fue tomada a 130 Km de su superficie y transmitida el 6 de agosto por Rosetta. AFP / ESA Siguen los asteroides Hasta ahora, las misiones de exploración de los cometas habían sido muy limitadas. En el 2006, la sonda Stardust (Estados Unidos) trajo polvo dejado por la traza de un cometa, mientras que la sonda europea Giotto se acercó, en 1992, a 200 kilómetros de la superficie de otro. La próxima frontera son los asteroides. La Nasa anunció que, antes del 2020, intentará enlazar uno de diez metros de ancho para parquearlo cerca de la Tierra y usarlo como campo de entrenamiento en minería espacial. Órbita del cometa Trayectoria de Rosetta Misión Periplo de más de Cometa ChuriumovGuerasimenko Sol Diámetro: 4 km Doble núcleo Masa desconocida Temperatura : - 70° en superficie Dieciséis años después de su estreno, lo que muestran las películas Armageddon e Impacto proExploración fundo dejó de ser ciencia ficción: la semana pasada, una nave de la Agencia Espacial Europea (ESA) alcanzó a un cometa, entró en su órbita y se espera que, antes de que termine este año, envíe un robot a su superficie. “Estamos en el cometa”, fueron las palabras con las que el director de operaciones de vuelo de la ESA anunció el histórico encuentro, que tuvo lugar a 400 millones de kilómetros de la Tierra, en un punto entre las órbitas de Marte y Júpiter, mil veces más lejano que la Luna. El viaje al cometa 67P /Churyumov-Gerasimenko (una roca de tres por cinco kilómetros descubierta en 1969) tardó diez años, cinco meses y cuatro días. Para llegar a él se necesitaron cinco vueltas alrededor del Sol y un recorrido total de 6.400 millones de kilómetros. La odisea espacial comenzó el 2 de marzo del 2004, cuando un cohete Ariane 5 despegó de la Guayana Francesa (Suramérica), portando en su interior a Rosetta. Tras ser puesta en órbita, la nave sobrevoló varias veces la Tierra y Marte para utilizar la fuerza de atracción de los planetas y ganar velocidad, técnica conocida como asistencia gravitacional. Una vez en la trayectoria adecuada, entró en un periodo de hibernación, necesario para navegar por el espacio profundo, donde la energía solar no alcanza para mantener en funcionamiento todos los sistemas de la sonda. Rosetta despertó el pasado 20 de enero, después de dos años y medio de stand-by, con el fin de preparar la aproximación. En mayo comenzó el ajuste gradual de la velocidad y la trayectoria, para adecuarlas a las del cometa. Una falla en alguna de las maniobras podía dar al traste con toda la misión, pues la nave habría pasado de largo sin interceptar al cometa. Finalmente, el 6 de agosto la sonda espacial se ubicó a solo 100 kilómetros del cometa y desde entonces lo acompaña en su recorrido alrededor del Sol. Se cumplía así un sueño que comenzó a finales de los años 70, cuando la misión se discutió por primera vez. La aprobación del proyecto se consiguió en 1993, un lustro antes de que Bruce Willis se tomara los cinemas del mundo con su intento de dinamitar un asteroide que amenazaba a la Tierra. Durante las próximas semanas, Rosetta orbitará alrededor del 67P/Churyumov-Gerasimenko para escanear su superficie, con el fin de determinar cuáles son los puntos más idóneos para el descenso. Según los planes de la ESA, el 11 de noviembre la nave se acercará aún más al cuerpo celeste y enviará a su superficie al robot de investigación Philae, lo que constituiría otro hecho sin precedentes en la historia de la conquista espacial. “El cometa, que por mucho tiene un diámetro de cuatro kilómetros, cuenta con un campo gravitacional muy pequeño. Por eso, se corre el riesgo de que cuando el Philae llegue, rebote y se pierda. Para evitar eso, el robot cuenta con unas grapas que le brindarán agarre al momento del impacto en la superficie”, explica Gregorio Portilla, director del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional. Una vez anclado a la superficie, Philae –del tamaño de una nevera– utilizará su batería de instrumentos científicos para realizar experimentos encaminados a determinar la composición química y las propiedades físicas del astro. Rosetta enviará los resultados mediante una señal de radio, que se demora media hora en llegar a la Tierra. Cuando el robot termine su misión, la nave seguirá acompañando al cometa ‘C-G’ al menos seis meses. ¿Para qué tanto esfuerzo? “Rosetta está allá para abrir el cofre de un tesoro: las claves del nacimiento del sistema solar, de su evolución y, potencialmente, de la vida”, explicó en rueda de prensa Mark McCaughrean, consejero científico de la ESA. Los cometas, conformados básicamente por hielo y polvo, son sobrantes del proceso de formación del sistema solar, que tuvo lugar hace 4.600 millones de años. La esperanza de los científicos es que descifrar estas ‘bolas de nieve sucias’, como las llamó el astrónomo estadounidense Fred Lawrence Whipple, les permita deducir cómo se formaron los planetas alrededor del Sol. Entre las teorías que Rosetta ayudaría a confirmar o a desmentir está la panspermia, según la cual el germen de la vida fue traído del espacio por los cometas, en forma de moléculas orgánicas y agua. Siempre se ha creído que estos cuerpos celestes transportaron elementos esenciales para la vida en nuestro sistema planetario, señaló la Universidad Nacional en un comunicado. Por eso, agregó, su estudio directo puede ayudar a entender el origen del sistema solar y de la Tierra; además, como están compuestos en gran parte por agua, se podría analizar si de ellos proviene este compuesto fundamental. “La nave europea Rosetta es ahora la primera de la historia en cumplir un encuentro con un cometa, un hito en la exploración de nuestros orígenes. Los descubrimientos ya pueden empezar”, sentenció Jean Jacques Dordain, el director de la ESA.