Marzo 1968 CRITICA DE LIBROS Cuatro consideraciones generales se recogen en las últimas páginas del libro: l.º El principal objetivo de un Hospital es curar al enfermo y preservar al enfermo con un buen orden administrativo. 2.º Paticipación activa de todos los miembros de la comunidad. 3.º Facilitar las buenas relaciones del enfermo con el médico. 4.º La Universidad debe jugar un papel importante en la planificación de las actividades hospitalarias. Frente a este reconocimiento de la actividad docente de los Hospitales, las Facultades de Medicina deben descender del "monte Olimpo", dice Knowles, para ocuparse de prob)emas concretos. Este libro breve, de 150 páginas, pero lleno de sugerencias, está escrito para atraer la atención por un lado de los jóvenes hacia problemas fundamentales, y por otra parte, a los mayores para insistir en su responsabilidad. Ambas cosas dignas del mayor elogio. E. Ortiz de Landázuri LA TARTAMUDEZ.-E. Pichon S. BorelMaisonny. Toray-Massón, S. A. Barcelona, 1967. 116 páginas. En una época, como la nuestra, en la que el tema de la comunicación adquiere gran prevalencia .en el interés cuitural y técnico, es obligado que aparezcan trabajos sobre aspectos concretos relativos a la comunicación oral. El trabajo que reseñamos, dedicado al es-· tudio "clínico" del tartumudeo, tiene por lo tanto un mérito inicial: la elección del tema. Otros aciertos indudables son: la presentación de casos, 41 en total, la claridad en la diferenciación de síndromes semejantes (tartamudeo-tartamudezfarfalleo y tartajeo), el análisis semioló- 77 gico de diversas anomalías del lenguaje, el estudio sistemático de las posibles etiologías, y la sencillez expositiva de la técnica terapéutica. Sin embargo, a nuestro modo de ver, todos estos aciertos no llegan a satisfacer al lector, o al interesado en el tema. Y no le satisfacen porque la bonita introducción de Clement Launay, y la continuada referencia al trastorno básico del pensamiento linguoespeculativo, parecían indicar que el trabajo iba a ser más profundo y completo. Esta falta de profundidad, está compensada por la utilizació11 excesiva de diagnósticos nominales (disfemia discrét1ca, taquifemia, festinación del habla, disfemias disnoicas, etc.). sin duda, los autores, se ven obligados a utilizar estos vocablos para describir los resultados de su fina obrnrvación. Al lector no especializado le producirán cansancio y desconcierto. El libro consta de una introducción verdaderamente admirable. Clement Launay piensa que la tartamudez es, en primer lugar, un trastorno de la comunicación oral, que tiene mucho que ver con un "malestar" en la relación individual y con los primeros contactos sociales. Resalta la importancia de lo que Pichón llamó "falta de inmediatez lingüística" y que él concibe como un proceso psíquico, un verdadero rapto ansioso, que provoca al tartamudo malestar y tartamudez. El capítulo I es un esquema previo, sin otras pretensiones que las de servir de guía para la lectura posterior. Los capítulos II-III-IV, vienen a ser la presentación clínica de los tipos de tartamudeo y otros trastornos semejantes. En ellos se intenta lo que podríamos llamar una "reducción fenomenológica" para hacer ver que, en definitiva, todas ellas son expresiones de una deficiencia lingüo-especulativa. 78 CRITICA DE LIBROS Quizá el capítulo más interesante sea el V, en el que se propone la clasificación etiológica del tartamudeo. Piensa el autor en: a) la herencia; b) el bilingüismo; c) el retraso en la maduración o educación de la elocución -que es el factor etiológico más frecuente- complicado con factores emocionales; d) las dificultades afectivas del medio ; ~) otros factores (déficit intelectual, excesivo desarrollo del pensamiento senso actorial, afasia). El último capítulo, describe con detalle técnicas de tratamiento y expone los criterios pronósticos fundados en su casuística. Dice que el 80 % de los niños que comienzan el tratamiento antes de que se configure el pensamiento psicoespeculatico (antes de los 7 años) suelen curar. El tratamiento de niños mayores, pero inmaduros afectivamente, es muy problemático, ya que depende de cómo se lleve a cabo la maduración emocional. En los adultos con el pensamiento y el afecto ya estructurados la curación es muy difícil. Por eso insiste el autor en la importancia de educar el pensamiento, y también en el factor de psicoterapia que está implícito en el tratamiento de los tartamudos. Entre los adultos más que tartamudez lo que hay es personas tartamudas. El libro es fácil de leer, la traducción espléndida y la presentación sencilla y elegante. J. Soria PsrcoLOGÍA MÉDICA.-Jorge A. Insua. Editorial Columba. Nuevos esquemas. Buenos Aires, 1966. 300 páginas. Aunque son ya numerosos los libros, o lecciones de clase, que se han publicado en castellano, con el propósito de servir Vol. XII como manuales de texto de psicología médica, la realidad es que todavía no existe ninguno que sea plenamente satisfactorio. Ahora nos encontramos con esta publicación del doctor Insua que en parte viene a ser un compendio más, pero que tiene bastantes cualidades distintivas con respecto a los otros, y probablemente apunta con más claridad hacia lo que debe ser la psicología que interesa a los médicos. Quizá, la cualidad más patente, es que toda la exposición gira en torno del hombre entendido como proceso de desarrollo. Más concretamente el apartado n.º 2 del capítulo 3, dedicado al desarrollo de la personalidad, demuestra una gran habilidad del autor para presentar de modo sencillo, con criterio personal, y con asimilación de datos y conceptos provenientes de los más diversos campos, un esquema omnicomprensivo de la realidad humana. Otra cualidad, de gran interés para la formación de los futuros médicos, es la continua referencia a los factores sociológicos como responsables de la maduración y de la adaptación personal. El hecho de que en el apartado e del capítulo 1, el cuerpo sea presentado de acuerdo con los criterios más actuales de la doctrina fenomenológica europea, o el que los conceptos de yo, conciencia y "si mismo" estén incorporados adecuadamente, o que se presenten con detalle las conc.¡epciones de Wallon y Piaget para interpretar el desarrollo infantil, que los meca'nismos de defensa o la doctrina de la comunicación sean asimilados a la doctrina general expuesta por el autor ... Todos estos hechos hacen ver que el libro, dentro de su sencillez -que nunca será suficientemente apreciada por los alumnos- está en la línea de la psicología actual que interesa conocer a los médicos.