Götterdämmerung (El ocaso de los dioses) Drama musical en un prólogo y tres actos con texto y música de Richard Wagner. Tercer y última jornada de la Tetralogía: El Anillo de los Nibelungos. Estreno mundial: Festival de Bayreuth, 17 de agosto de 1876. Antecedentes Aunque fuera la primera en su concepción literaria en abril de 1848, durante la época en que Wagner participara en la Revolución de Dresden, EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES es la última jornada de EL ANILLO en haber sido compuesta. Después de la larga ausencia en la que el compositor tuvo que huir a Suiza en el año 1850 por motivos políticos, la concepción musical de EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES transitó un largo y penoso camino de espera, pero luego que Wagner retomara la labor en 1869, ya con toda la experiencia compositiva de las jornadas anteriores, la tarea se hizo más fácil. Una vez que la partitura de SIEGFRIED fuera terminada en 1871, nuestro músico se abocó plenamente a la composición de EL OCASO, ya como residente en su pacífica Villa Wahnfried de Bayreuth, culminando la partitura orquestal completa en noviembre de 1874. La escena final, que originalmente reflejaba la influencia del filósofo alemán Ludwig Feuerbach, fue revisada varias veces antes de quedar en su versión definitiva. En su primer boceto de 1852, Brunhilda proclamaba la destrucción del mundo de los dioses, y la sustitución por la sociedad humana, gobernada por el amor. También el pesimismo de Arthur Schopenhauer, que tanto lo había influenciado en la composición de TRISTÁN E ISOLDA, dejó sus huellas en EL ANILLO, particularmente en el concepto de destrucción total y reconstrucción, como veremos al final de nuestra obra de esta noche. El título de esta última jornada de EL ANILLO DE LOS NIBELUNGOS, proviene del RAGNARÖK o CREPÚSCULO DE LOS DIOSES islandés, así como del cantar de gesta germánico: DAS NIBELUNGENLIED. Por otra parte, Wagner también tomó elementos de la Eddas poéticas y en prosa, y de la famosa saga de Thiedrik af Bern, que posteriormente su hijo, Siegfried Wagner, utilizara como fuente literaria para su ópera BANADIETRICH, en 1910. La Mitología Alemana de Jakob Grimm y la Saga del Héroe Alemán de su hermano Wilhelm Grimm, fueron también piedras fundamentales en la concepción del héroe principal. Los personajes del mito, que han sostenido elocuentemente la acción de las jornadas anteriores ceden aquí su puesto a los seres humanos, como se indica en el tercer acto de SIEGFRIED , que prosiguen en la tierra la dura lucha iniciada en la segunda escena de EL ORO DEL RIN, al enterarse Wotan, por el relato del dios Loge, de la existencia de los tesoros de Alberich. Y aunque Wotan no aparece en escena, también aquí la acción principal es la que se desenvuelve en el alma del dios, y tanto la música (con el leitmotiv de Wotan, el de su lanza, y el del poder de los dioses), como el relato de Waltraute en el primer acto, nos recuerdan permanentemente la presencia de la deidad. El OCASO o CREPÚSCULO DE LOS DIOSES es, de los cuatro dramas musicales que componen EL ANILLO DE LOS NIBELUNGOS, el más operístico. Si bien el lenguaje musical y armónico se mantiene como en las jornadas anteriores, y los Leitmotivs se vuelven más solemnes, más sinfónicos y más desarrollados y extendidos, encontramos estructuras provenientes del mundo operístico, muy destacadamente en el segundo acto. En el mismo, Wagner introduce al coro por primera vez en la Tetralogía, y varios personajes cantan simultáneamente, como en el trío de la venganza que concluye el acto. También el juramento sobre la lanza de Hagen responde a la misma arquitectura operística. Hay relatos abiertos, para Hagen y Waltraute en el primer acto y para Siegfried en el tercero. La breve escena nocturna entre Alberich y su hijo Hagen al principio del acto segundo o la de las Nornas en el prólogo, de carácter totalmente cósmico, son absolutamente mágicas. En esta versión que presentaremos, cabe destacar la presencia del célebre bajo finlandés Matti Salminen, un veterano del Festival de Bayreuth, encarnando aquí a su primer Hagen en disco, imprimiendo al personaje todo el aspecto siniestro y primitivo que merece. Integrantes del Coro Masculino de Leipzig Coro de la Ópera Estatal de Dresden Orquesta Staatskapelle de Dresden Director orquestal: MAREK JANOWSKI Argumento Prólogo y Acto Primero Prólogo Sobre la montaña en la que Sigfrido despertó a Brunilda del profundo sueño en el que Wotan la había sumergido, las tres Nornas tejen el destino de los hombres y de los dioses, en la noche apenas alumbrada por un vago reflejo de las llamas que circundan la cima. Mientras tejen murmuran acerca de recuerdos y vaticinios. Pero de improviso el hilo de oro se rompe. ¿Será quizás éste el presagio del eminente fin de los dioses? Aterrorizadas, las Nornas se introducen en las profundidades de la tierra en búsqueda de Erda, la madre eterna. Lentamente surge el sol con todo su esplendor. Desde la caverna salen Sigfrido y Brunilda, radiantes de felicidad. El héroe está próximo a partir, y recibe de Brunilda el maravilloso caballo Grane, que en otras épocas llevaba a la Valquiria a las batallas. A su vez, Sigfrido, le da el anillo mágico que le había quitado a Fafner, como prenda de su fidelidad. Después de un apasionado abrazo Sigfrido inicia su viaje. Tiene lugar entonces el famoso interludio orquestal “El viaje de Sigfrido por el Rhin”, introductorio del acto primero. Acto Primero En el reino de los Gibicungos, a la orilla del Rhin, viven los hijos de Gibich y Krimilde: Gunther y Gutruna. También se encuentra Hagen, su hermanastro, producto de la violencia ejercida por Alberich sobre Krimilde, quien continúa la maldición lanzada por su padre y ansía el anillo mágico. Es él quien inculca en el ánimo de Gunther el deseo sobre Brunilda, ocultándole que la valquiria es la esposa de Sigfrido. Además le manifiesta que sólo él podrá atravesar la cortina de llamas y conquistar a Brunilda. Pero además, en su maléfico plan Hagen deberá hacer que Sigfrido beba un filtro que lo haga olvidar su pasado y encenderse de pasión por Gutruna. Cuando Sigfrido llega al palacio, Gutruna, instigada por Hagen, le ofrece la copa encantada y, bajo los efectos del filtro, el recuerdo de Brunilda poco a poco se va perdiendo en la mente del héroe. Conquistado por Gutruna, la solicita cono esposa a su hermano Gunther. Y entonces un pacto queda sellado: Sigfrido tendrá a Gutruna, pero deberá, a su vez, conquistar a Brunilda para Gunther, desafiando una vez más el fuego de Loge. Entretanto, en la montaña, Brunilda recibe a Waltraute, quien le suplica que devuelva el anillo maldito a las hijas del Rhin, para salvar el Walhalla y a los dioses. Brunilda rehúsa separarse de la prenda de amor que le entregase su héroe, y Waltraute espantada se aleja prediciendo desventuras, mientras desde la llanura suena el cuerno de Sigfrido. Pero en el hombre que avanza entre las llamas Brunilda no reconoce a Sigfrido, ya que gracias al yelmo mágico éste ha tomado la forma de Gunther. Llena de terror la valquiria trata de resistirse, pero Sigfrido, totalmente olvidado de su pasado, le arranca el anillo y la conduce consigo a la gruta, mientras jura sobre su espada custodiarla como hermano para entregársela a Gunther. Acto Segundo En la orilla del Rhin, delante del palacio de los Gibicungos, el enano Alberich incita a su hijo a Hagen a apoderarse del anillo custodiado por Sigfrido, para que el poder pase a manos de los Nibelungos. Después de haberse alejado Alberich, llega Sigfrido, quien ha tomado su forma. Anuncia el éxito de su empresa y la próxima llegada de Brunilda y Gunther, y ante este anuncio Hagen hace sonar su trompa para que los guerreros y vasallos den la bienvenida a los esposos. El encuentro entre Brunilda y Sigfrido hace precipitar el drama. La valquiria reconoce a su verdadero esposo y advierte en su dedo el anillo. Lo acusa entonces de habérselo quitado y se declara esposa del traidor. Nublado por el filtro, el héroe niega y jura sobre la punta de la espada que le presenta Hagen: morirá sobre ella si ha manchado el honor de Gunther. Quedan solos Brunilda, Gunther y Hagen, y deciden que Sigfrido debe morir. Al día siguiente, durante la cacería Hagen herirá de muerte a Sigfrido en la espalda, la única parte vulnerable del héroe, secreto que revela Brunilda, y en cambio ella tendrá el anillo. Acto Tercero En las orillas del Rhin, mientras resuenan fanfarreas de caza, las tres hijas del río ruegan a Sigfrido que devuelva el anillo, pero ni siquiera la predicción de su cercana muerte convence al héroe de acceder a sus ruegos. Mientras tanto bajan de las colinas circundantes Gunther y Hagen con su séquito. Mientras descansan de la cacería, interrogan a Sigfrido y é cuenta su historia, pero cuando llega a la muerte del dragón su mente se nubla, y entonces Hagen le da una poción que despierta sus recuerdos adormecidos. Con creciente emoción el joven recuerda su odisea victoriosa para conquistar a Brunilda; Gunther, estupefacto y hasta ahora ignorante del engaño, comienza a comprender. En ese momento los dos cuervos de Wotan vuelan alrededor del héroe y mientras él se da vuelta para mirarlos, Hagen a traición le hunde su espada en la espalda, y las últimas palabras de Sigfrido, recuperada su memoria, son en recuerdo de su amada Brunilda. Así muere Sigfrido. Al son de la famosa marcha fúnebre, los guerreros colocan el cuerpo sobre sus escudos y lo transportan en triste cortejo hacia el palacio. En la tragedia que va llegando a su epílogo, frente a Gutruna desesperada, Gunther acusa a Hagen, y éste lo mata. Pero cuando el hijo de Alberich pretende sacar el anillo del dedo de Sigrido, la mano de éste se levanta amenazadora en medio del terror de los presentes. Angustiada por no haber comprendido que el héroe había sido víctima de un hechizo, Brunilda reivindica para si el honor de seguir a su amado en la muerte. Toma el anillo fatal y se lo coloca en el dedo, y después ordena que se prepare una pira: el Rhin volverá a tener el anillo conjuntamente con sus cenizas. Con una antorcha prende fuego a la pira y se tira sobre ella con su caballo Grane. Las llamas envuelven el palacio, mientras las aguas del Rhin invaden la escena llevándose a Hagen en sus remolinos. Ahora las Hijas del Rhin han recuperado el oro y las llamas llegan hasta el cielo, incendiando el Walhalla, donde los dioses, reunidos en una sala del castillo, esperan su final La maldición que pesaba sobre el oro se ha cumplido: el supremo y Humano sacrificio de amor ha redimido al mundo mientras llega a su fin el imperio de los antiguos dioses. Reparto SIEGFRIED………………………………………………René Kollo, Tenor GUNTHER ………………………………………………Hans Günter Nöcker, Barítono ALBERICH ………………………………………………Siegmund Nimsgern, Barítono HAGEN …………………………………………………..Matti Salminen, Bajo BRUNHILDA…………………………………………….Jeannine Altmeyer, Soprano GUTRUNE ………………………………………………Norma Sharp, Soprano WALTRAUTE……………………………………………Ortrun Wenkel, Mezzosoprano PRIMERA NORNA……………………………………..Anne Gjevang, Mezzosoprano SEGUNDA NORNA……………………………….……Daphne Evangelatos, Mezzosoprano TERCERA NORNA………………………….…………Ruth Falcon, Soprano WOGLINDE………………………………….………….Lucia Popp, Soprano WELLGUNDE……………………………………….….Uta Priew, Mezzosoprano FLOSSHILDE…………………………………………..Hanna Schwarz, Mezzosoprano