Acuaporinas renales y su regulación por ADH Artículo publicado en la Revista Simbiosis (Año 8, Nº9, diciembre 2007) Por Nazira Píriz (*) Es sabido que el agua ocupa gran parte del peso corporal de los organismos vivos (hasta un 90%, dependiendo de la especie). Es razonable entonces, que su distribución sea uno de los factores homeostáticos más importantes en el mantenimiento de la vida, y en particular, la osmolaridad y las concentraciones iónicas de los medios intra y extracelulares. Para lograr la constancia de estos parámetros, los organismos recurren a dos estrategias básicas: 1) el transporte de iones y 2) el transporte de agua. Ambos a través de membranas celulares. En los vertebrados terrestres, el transporte de agua es el mecanismo responsable de este fin. Durante muchos años los científicos se preguntaron cuál sería el mecanismo por el que algunos tejidos en particular pudieran permitir el pasaje de grandes volúmenes de agua a través de membranas celulares. Dada su hidrosolubilidad, el pasaje de agua en grandes cantidades a través de membranas biológicas, debía producirse por alguna vía alternativa a la bicapa de lípidos. Tal problema quedó resuelto a principios de los 90’, con el advenimiento de técnicas de biología molecular. Entre los años 1989 y 1991, el grupo de Peter Agre clonó la primer proteína canal de agua, inicialmente denominada CHIP28 (CHIP: integral protein like channel; 28 era su peso molecular), y posteriormente denominada acuaporina 1 (AQP1). Tal hallazgo devino en la obtención del premio Novel en Química por este grupo, en el año 2003. Desde entonces, el hallazgo de nuevas acuaporinas ha continuado, habiéndose logrado clonar hasta el momento más de 10 tipos, y su presencia se ha verificado en múltiples organismos vivos, animales y vegetales. Las acuaporinas son proteínas integrales de membrana con una estructura tetramérica, en la que cada monómero (de 6 segmentos transmembrana) tiene la particularidad de presentar un poro central permeable al agua. De esta manera, cada molécula de acuaporina presenta cuatro poros para el agua (Fig.1). Esto es una diferencia con otros canales, por ejemplo iónicos, en los que cada molécula presenta un único poro central. Otra diferencia con los canales iónicos, es que éstos poseen Fig.1- Esquema compuertas cuyo cierre impide el pasaje de iones a su través, ya sea de estructura por cierre o inactivación del canal. Se sabe que las acuaporinas no son de acuaporina. capaces de modificar su estado, sino que permanecen abiertas. Esta peculiaridad genera una nueva pregunta, ¿cómo las células pueden modificar su permeabilidad al agua? La respuesta radica en la capacidad de los organismos de modificar el número de acuaporinas presentes en las membranas celulares, mediante estímulos hormonales. En los vertebrados terrestres, uno de los mecanismos básicos mediante los que se conserva el agua corporal, es su retención renal secundaria a la liberación de hormona antidiurética (ADH) en mamíferos, o a su análogo arginina-vasotocina (AVT) en nomamíferos. La comprensión de los mecanismos implicados, y por ende la comprensión de la función, requiere indefectiblemente del socorro de la biología celular y molecular, únicas capaces de explicar la fisiología. En los mamíferos, un aumento en la osmolaridad del medio extracelular secundaria a la pérdida de agua corporal, es detectada con gran sensibilidad por células osmorreceptoras del hipotálamo, que responden estimulando la liberación de ADH. El blanco principal de esta hormona es el tubo colector del riñón. Las células del tubo colector tienen una membrana apical (en contacto con la luz tubular y la orina en formación) y una membrana basal (en contacto con el medio interno). La membrana apical es rica en acuaporinas tipo 2 (AQP2), en tanto que las membranas basal y basolateral son ricas en acuaporinas tipo 3 (AQP3) (Fig.2). La ADH liberada en estas condiciones, se une a sus receptores V2 presentes en la membrana basal, y desencadenan una serie de eventos moleculares (mediada por una proteína G y el enzima adenilciclasa), que culminan Fig.2- Mecanismos mediante los que la ADH aumenta la con el aumento permeabilidad al agua en el tubo colector. La ADH se une a su en el número de receptor V2R de la membrana basal y desencadena eventos que culminan con el aumento en el número de acuaporinas presentes en acuaporinas 2 y las membranas apical y basolateral. 3, en las membranas apical y basolateral. En condiciones fisiológicas, en esta zona del riñón existen diferencias osmóticas que tienden a la reabsorción pasiva de agua. Una vez aumentado el número de acuaporinas en las membranas apical y basolateral, las condiciones están dadas para que se produzca una gran reabsorción de agua en el tubo colector (a través de AQP2), así como su pasaje al intersticio (a través de AQP3). Los mecanismos moleculares implicados en el efecto de la ADH sobre el colector son bien conocidos, y en forma esquemática pueden resumirse en: 1) Aumento del tráfico de AQP2 presentes en vesículas intracelulares hacia la membrana apical (mecanismo similar al tráfico de vesículas en sinapsis químicas); y 2) Aumento en la expresión génica de AQP2 y AQP3. El primer mecanismo es rápido, se pone en evidencia en pocos minutos, y forma parte de lo que se denomina “respuesta endócrina aguda”. El segundo mecanismo demora cerca de una hora en evidenciarse, es más prolongado, y forma parte de las conocidas “respuestas de aclimatación”. Ambos tipos de respuesta implican siempre cambios moleculares diversos, y se observan genéricamente en distintas especies. Su existencia se considera una muestra de cómo la evolución ha permitido la adaptación a cambios ambientales drásticos o rápidos. Bibliografía: Søren Nielsen, Jørgen Frøkiær, David Marples, Tae-Hwan Kwon, Peter Agre, and Mark A. Knepper. Aquaporins in the Kidney: From Molecules to Medicine. Physiol Rev 82: 205–244, 2002. Agre P. Molecular physiology of water transport: aquaporin nomenclature workshop. Mammalian aquaporins. Biol Cell 89: 255– 257, 1997. Agre P, Sasaki S, and Chrispeels MJ. Aquaporins: a family of water channel proteins. Am J Physiol Renal Fluid Electrolyte Physiol 265: F461–F462, 1993. Flamion B and Spring KR. Water permeability of apical and basolateral cell membranes of rat inner medullary collecting duct. Am J Physiol Renal Fluid Electrolyte Physiol 259: F986–F999, 1990. Nielsen S, Chou CL, Marples D, Christensen EI, Kishore BK, AND Knepper MA. Vasopressin increases water permeability of kidney collecting duct by inducing translocation of aquaporin-CD water channels to plasma membrane. Proc Natl Acad Sci USA 92: 1013– 1017, 1995. (*) Doctora en Medicina Magíster en Biofísica (PEDECIBA). Profesora Adjunta titular del Dpto. Biofísica, Facultad de Medicina Profesora de Biofísica y Fisiología humana del IPA Asesora y tutora de Biofísica y tutora de Fisiología humana, en Profesorado Semipresencial.