La historia nos había mantenido escuchando sin aliento alrededor del fuego, pero aparte la obvia observación de que era horrible, como tiene que serlo un relato extraño contado en una vieja casa el día de Nochebuena, no recuerdo que se hiciera ningún otro comentario hasta que alguien señaló que era el único caso que había conocido en que un espectro así se hubiera presentado ante un niño. El caso, debo mencionar, consistía en una aparición en una casa tan vieja como la que nos había reunido en aquella ocasión –una aparición espantosa- a un niño pequeño que dormía en la habitación con su madre y que la despertó aterrado; pero, al despertarse ella no pudo disipar sus temores… Henry James – Otra vuelta de tuerca Día del Libro 23 de abril de 2015