Ciencia/Salud Publicado en la ed. impresa: Ciencia/Salud Lunes 16 de abril de 2007 Según el neurolingüista Jacques Mehler "El bebe empieza a adquirir el lenguaje desde que nace" Así lo indican las imágenes cerebrales ¿Quién no ha sospechado, al examinar con adoración a un hijo recién nacido, que tras los ojos de esa cálida personita aparentemente desvalida se oculta un cerebro ávido de sentido y más alerta de lo que muchos nos atreveríamos a asegurar? Pues bien, al parecer estamos en lo cierto: según afirma el destacado neurolingüista Jacques Mehler, investigador emérito del CNRS francés y profesor de la Escuela Internacional Superior de Estudios Avanzados de Trieste, ya a los cuatro días de vida se detectan señales de activación cerebral en el bebe que denotan que se inició el proceso de adquisición del lenguaje. Mehler estuvo en Buenos Aires -invitado por la Fundación de Ciencias Exactas de la UBA- para dar la conferencia "Nuevos enfoques en la adquisición del lenguaje" en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE), donde se había graduado hace más de cincuenta años. "Si no tengo falsa memoria, me parecía todo muy familiar. Fue divertido, como una madeleine de Proust -afirma-. Y eso que no fui con muchas ganas a la escuela secundaria. La rectora me regaló las notas, que no eran muy buenas... " Su carrera tuvo un derrotero inusual. Después de recibirse de químico en la ex Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la calle Perú, se dirigió a la Universidad de Oxford, donde decidió que la química no era lo que verdaderamente le interesaba, de allí a Londres, donde obtuvo en el University College un título en psicología, y de allí a Harvard, donde se quedó trabajando en ciencias cognitivas más de un lustro. "En Harvard crearon el primer instituto de ciencias cognitivas del mundo -recuerda-. Me quedé allí y después fui al MIT, donde teníamos un laboratorio experimental, que era lo que a mí me interesaba." Influido por Chomsky y Fodor, Mehler empezó por refutar al mismísimo Piaget. "En esa época me interesé por los números -cuenta-. Piaget había demostrado que los niños no tenían conservación del objeto ni del número (si se les mostraba una cantidad de bolitas, creían que había cambiado el número) y, dadas mis posiciones teóricas, no podía creer que fuese así. Entonces empezamos a testear algunos de sus experimentos y mostramos que niños mucho más pequeños que los que estudiaba él ya lo tenían." Ya en París, Mehler y algunos colegas fundaron un laboratorio de bebes y comenzaron a estudiar a niños cada vez más pequeños en relación con uno de los procesos más fascinantes que existen: la adquisición del lenguaje. -Doctor Mehler, ¿qué es lo que le interesó del lenguaje como tema de investigación? -No se trata sólo de la maravilla de la adquisición, de cómo se desarrolla en el tiempo, sino lo más extraordinario, que es comprender por qué cerebros muy similares a los nuestros, como el del chimpancé o el del bonobo, no adquieren el lenguaje. Una de las preguntas que nos podemos hacer es cuál es la propiedad del cerebro humano que le permite a cada bebe proceder normalmente con una facilidad espontánea, sin correcciones, sin necesidad de tutor, a adquirir el lenguaje que se habla en su medio ambiente. -¿El lenguaje es un hecho biológico? -Nosotros pensamos que debe existir un patrimonio genético que posibilite a nuestros cerebros adquirir un sistema gramatical. Hoy en día se considera que poseemos dos tipos de patrimonios: por un lado, los principios universales, como por ejemplo que todos los idiomas tienen sílabas que se componen de consonantes y vocales. Ahora, los principios de combinación son determinados no sólo por principios universales, sino por lo que Chomsky llamó "parámetros". La metáfora que él utiliza muy a menudo para explicarlo es la de "interruptores", que el bebe pone en posición negativa o positiva escuchando a los hablantes que están a su alrededor. Aún no sabemos cuántos parámetros gobiernan los idiomas. Por otro lado, la voz humana puede hacer muchas vocales y muchas consonantes, pero no hay ningún idioma que use sólo unas u otras -agrega-. Ese es otro principio universal. Hay idiomas que son monosilábicos en mayor medida, como el chino, y que tienen tonos. Otros que tienen palabras polisilábicas y sin tonos. Pero lo que Chomsky no supo decirnos es cómo el bebe fija un parámetro. Y ése es un problema que estamos estudiando muy seriamente. Los fonólogos han propuesto que la prosodia del idioma siempre ofrece indicios sobre qué tipo de lenguaje uno está escuchando. -¿En qué momento empieza el aprendizaje del lenguaje? -¡Qué pregunta! Nosotros pensamos que es más bien innato y que hay elementos que comienzan prácticamente con la vida misma. Hemos mostrado que los bebes al nacer tienen ciertos procesos perceptivos que funcionan con especificidad hacia el lenguaje. Por ejemplo, el bebe distingue si se le habla en su lengua natural o con frases invertidas en el tiempo. Reacciona distinto. -¿Qué pruebas experimentales muestran semejante precocidad? -Con neuroimágenes demostramos que el bebe tiene capacidad de reconocer una gramática "de juguete" que tiene repeticiones (con palabras trisilábicas, como "melolo, terrarra, bofufu"), comparada con otra sin repeticiones. Con la primera hay una activación de áreas frontales en el hemisferio izquierdo. Es decir, que el bebe de cuatro días está reconociendo que todas las palabras tienen una repetición, cualquiera que fuere la sílaba que la lleva. Lo testeamos más tarde con palabras y sílabas que se reservaron para el experimento y siguió aumentando la activación de esas áreas, comparado con lo que sucede cuando escuchan una gramática de juguete sin repetición (por ejemplo, "melote, falado"), en la que ninguna de las sílabas es parecida. -¿Los bebes tienen preferencia por algún tipo de palabras? -Ya con este experimento comprobamos que hay un aprendizaje en los minutos que dura el experimento. En ese sentido, se ha observado también que es más fácil para el bebe caracterizar una palabra que designa un objeto familiar que las que se refieren a estados mentales. Lo primero que aprende son las partículas gramaticales, como preposiciones o artículos, porque son las que oye con más frecuencia. -¿Qué diría sobre las personas que quieren aumentar las dotes lingüísticas de los bebes? ¿Es posible? ¿Es conveniente? -Pienso que es una ilusión. Cuando me encontraba en el pasillo, mi vecina, en París, me decía: "Hoy le enseñé tres palabras al bebe", pero ella no le enseñaba nada: el chico tenía su tiempo. Esos inventos como CD de música para bebes o hasta la baby university no son más que un mito, tentativas de ganarse la vida... Una de las cosas extraordinarias de los bebes es que el aprendizaje de la lengua, del idioma, se desarrolla a su propio ritmo. Por Nora Bär De la Redacción de LA NACION