ORO NEGRO – ROJO SANGRE En Ucrania, las peores condiciones de salud y seguridad se experimentan en el sector minero del carbón. La situación es, sin duda, el resultado de las condiciones específicas requeridas para la extracción del “oro negro” ucraniano, aunque la negligencia de la dirección de las minas en cuanto a la vida y seguridad de los trabajadores constituye el factor que mayor impacto tiene en el nivel de lesiones registradas en la producción. La dificultad del trabajo de un minero del carbón bate records: se encuentra a mil metros bajo tierra, soportando temperaturas superiores a las del verano más caluroso sobre la Tierra, en una veta de carbón de un grosor a menudo inferior a un metro y teniendo que trabajar de rodillas. Debido a la enorme presión bajo la que se encuentra la roca, se producen con frecuencia emisiones de metano, un gas extraordinariamente explosivo cuya ignición puede provocarse tan sólo con la chispa que salta al golpear un objeto metálico contra otro. En Ucrania hay dos tipos de minas: las que son propiedad del gobierno y las privadas. En las minas del gobierno se supone que la protección social es mayor, mientras que en las minas privadas hay más dinero y mayor probabilidad de ganar un buen sueldo. Pero tanto los empleadores de las privadas como los de las del gobierno se empeñan en ahorrar a costa de sus trabajadores a fin de incrementar la rentabilidad del negocio o para lograr mejores resultados de producción. “Este año, el presupuesto del gobierno asignó 7.000 millones de grivnas (cerca de 1.000 millones de euros) al desarrollo de las empresas del carbón. Sin embargo, hasta el más modesto de los cálculos prueba que se necesita un mínimo de 11.000 millones. El dinero que falta dice mucho no sólo de la modernización de la producción sino también de la salud, la seguridad y la vida de los trabajadores. Así es cómo el gobierno ahorra dinero a costa de sus ciudadanos, la independencia energética y la seguridad. Los empleadores privados opinan que el gobierno no cumple las leyes que promulga, pero también ellos economizan recortando y optimizando los salarios “secundarios”. “Es un círculo vicioso”, afirma Viktor Turmanov, Presidente del Sindicato de Mineros del Carbón y diputado parlamentario en Ucrania. Las consecuencias de esta mutua irresponsabilidad son tragedias del orden del accidente ocurrido en la mina Zasyadko, en Donetsk, donde entre noviembre y diciembre del año pasado tres explosiones provocaron la muerte de 106 mineros y miembros del equipo de rescate, en su mayoría jóvenes sanos que dejan a hijos huérfanos tras el accidente. Sin embargo, la vida no parece estar enseñando ninguna lección a los inspectores del gobierno, que se supone deberían supervisar a diario las condiciones de seguridad laboral de las minas y que, en cambio, sólo deciden cerrar la producción de una empresa después de que haya ocurrido una tragedia. El ejemplo más reciente tuvo lugar el 8 de junio en la mina Karl Marx, donde se produjo una explosión (y no es la primera) que provocó la muerte de 12 trabajadores. Una vida humana por cada millón de toneladas de carbón extraído es un precio demasiado elevado a pagar. Esto es lo que les cuesta actualmente el “oro negro” a los ucranianos. Los jóvenes sindicalistas trasmiten a los propietarios de las minas y al gobierno que: ¡Dejen de hacer como si el problema no existiera! ¡Es hora de resolver el problema! ¡Si quieren carbón para asegurar la independencia energética del gobierno, aseguren primero la vida y la seguridad de las personas! RESULTADOS DE LOS PROGRAMAS DEL GOBIERNO SOBRE SALUD Y SEGURIDAD: ¿ESTADÍSTICAS O MENTIRAS? Los que piensen que lesionarse o recibir la noticia de que un familiar ha muerto en el trabajo es el peor problema al que llega a enfrentarse un trabajador lesionado, están equivocados: lo peor es conseguir demostrar que la lesión se produjo en el trabajo, indispensable a la hora de recibir un tratamiento, pensión o compensación por parte del empleador y del gobierno. Sin embargo, en este tipo de situación es más frecuente que, ante la ley, el trabajador termine por ser el culpable en vez de la víctima. En 2007, se produjeron en Ucrania 20.000 accidentes y 1.176 personas perdieron la vida en el trabajo. Estas son las cifras oficiales. Sin embargo, los cálculos realizados por los sindicatos demuestran que están muy por debajo de la realidad: la verdadera cifra es 100 veces mayor. “En todos los países europeos las estadísticas se recopilan en función del número de trabajadores que sufren lesiones o fallecen en el trabajo. El análisis de las cifras, a lo largo de muchos años, demuestra que la proporción media entre las lesiones laborales fatales y las no fatales es de 1:1000, es decir que de cada 1000 trabajadores que se lesionan en el trabajo, uno muere. Ucrania es probablemente un país particular: según nuestras estadísticas, uno de cada 15 trabajadores lesionados muere, es decir, la probabilidad es 70 veces mayor que en los países de la UE”, explica Vasilii Yakibchuk, director del Departamento de Salud y Seguridad de la Federación de Sindicatos de Ucrania (FPU). “Puedo afirmar formalmente que una diferencia tan significativa no proviene de las circunstancias peculiares de la economía ucraniana sino del deformado sistema de evaluación y análisis que utiliza la Comisión Gubernamental para la Salud y Seguridad (GCHS).” La proporción entre lesiones fatales y no fatales no es sólo una cuestión de estadística: estos coeficientes son indicadores del grado de peligro de las condiciones de trabajo para los empleados involucrados en la producción de un país determinado. Las cuentas demuestran que la probabilidad de que el lugar de trabajo de un ucraniano se convierta en el lugar donde muera es 70 veces mayor que la del europeo medio. Lo más valioso de las estadísticas sobre salud y seguridad es que puedan indicar al gobierno la dirección hacia la que concentrar sus esfuerzos y recursos a fin de permitir a los ciudadanos vivir y trabajar de manera más segura. Vasilii Yakibchuk señala que la situación actual beneficia a las partes implicadas: al GCHS, que puede informar al gobierno de su trabajo supuestamente eficiente; al Fondo Gubernamental de la Seguridad Social, que tiene que pagar menos dinero a las victimas de los accidentes; y a los hospitales, que se enfrentan a menos problemas a la hora de tratar a estos pacientes. La situación es ventajosa para todos. Menos para los ciudadanos ucranianos. El Consejo de Jóvenes de la Federación de Sindicatos de Ucrania expresó su posición: que ha llegado la hora de dejar de batallar con los números y enfrentarse al verdadero problema de las lesiones y muertes en el trabajo. ¿QUIÉN CONTROLA LA SALUD Y SEGURIDAD EN UCRANIA? La Comisión Gubernamental para la Seguridad Industrial, la Salud y Seguridad y la Supervisión de las Minas (GCHS) es un organismo especial del gobierno dedicado al control de las condiciones de salud y seguridad del trabajo de los ciudadanos ucranianos. El sistema cuenta con cientos de inspectores del gobierno con autoridad suficiente como para ejercer influencia en las empresas que violen las reglas de la seguridad industrial. Los inspectores pueden incluso obligar a cerrar la producción de una empresa en la que la vida y seguridad de los trabajadores se vean amenazadas. Sin embargo, esta grande y respetada “máquina del gobierno” no funciona bien: el número de inspectores y de evaluaciones que llevan a cabo cada año va en aumento y el de las lesiones registradas en la producción no disminuye. Las cosas están así porque los problemas de salud y seguridad no se pueden resolver contando únicamente con la ayuda del gobierno: es imposible poner un inspector del gobierno en cada lugar de trabajo, en cada obra, en cada mina… Ni siquiera el país con mayor poder económico podría lograrlo. Las constantes reformas del GCHS tampoco contribuyen a su efectividad. “En estos momentos se está llevando a cabo una “reforma” de rutina del GCHS que, si no recuerdo mal, es la séptima en estos últimos años. El organismo está constantemente creándose, reformándose y liquidándose. Para cada ronda de “optimización” se necesitan como mínimo seis meses; que el GCHS pueda o no trabajar eficazmente en tal situación es una pregunta retórica”, afirma V. Yakibchuk, Director de Salud y Seguridad en la FPU. Muchos países desarrollados tienen sistemas de salud y seguridad que han sido verificados a lo largo de décadas de práctica y en los que los sindicatos juegan además un papel importante. Responsables sindicales especiales (defensores del pueblo) cuentan con un amplio margen de autoridad para supervisar las condiciones de salud y seguridad en sus lugares de trabajo y pueden adoptar medidas estrictas contra los directivos que violen las leyes. Además hay muchísimos más inspectores sindicales que inspectores del gobierno, lo cual ayuda a mejorar la situación de manera significativa. El 3 de abril de 2008, en una reunión con el Primer Ministro de Ucrania, los líderes sindicales propusieron modificar el sistema gubernamental de control del estado de la salud y seguridad, proporcionando inspectores sindicales con verdadera autoridad de supervisión, lo cual contribuiría a que, en poco tiempo, las condiciones laborales fueran muchísimo más seguras. Es preciso modificar el sistema de control de las condiciones de salud y seguridad que está empleando actualmente el gobierno, y el control sindical eficaz es una salida real a la catastrófica situación en el campo de la salud y seguridad que prevalece actualmente en Ucrania. ¿Y QUÉ HACE LA JUVENTUD SINDICAL? Una vez identificados los tres problemas principales a resolver – las trágicas condiciones en el sector minero del carbón, las falsas estadísticas y la incompetencia del organismo gubernamental GCHS – el Consejo de Jóvenes de la FPU decidió que era necesario hacer llegar a la sociedad y a las autoridades sus reivindicaciones respecto a la situación. Por esta razón tomaron la decisión de celebrar una acción pública, la víspera del 1 de mayo, que se denominaría Marcha y Manifestación en Homenaje a los Trabajadores Lesionados. El Consejo de Jóvenes de la FPU carece de recursos organizativos, financieros o humanos significativos como para organizar una marcha masiva, pero la unión y los objetivos compartidos, una preparación meticulosa y una realización eficaz construyeron la base para el efecto positivo que la acción de los jóvenes ha tenido en todo el movimiento laboral. Sólo unas docenas de participantes procedentes de la capital y la periferia lograron reunirse en la Plaza de la Independencia el lunes siguiente al domingo de Pascua, y aún así el reducido grupo atrajo el interés de ocho estaciones nacionales de televisión, dos estaciones de radio y un periódico cuyos periodistas llevaron a cabo entrevistas antes y después de la marcha. Los participantes de la acción avanzaron en fila desde el centro ciudad y cientos de transeúntes expresaron interés en el propósito y fundamento de la marcha. Mientras la fila estaba en movimiento, representantes sindicales especiales repartieron más de 700 folletos explicando el propósito y fundamento de las acciones de los jóvenes activistas sindicales y el resultado que esperaban conseguir. Después de numerosas notificaciones sobre los planes de los jóvenes sindicalistas, el Ministerio de Trabajo y Política Social de Ucrania decidió ignorar la acción y los llamamientos de los representantes de los trabajadores. Esto no impidió que los sindicatos transmitieran su mensaje a los burócratas: durante la semana siguiente a la acción, el Ministerio recibió por fax y correo electrónico cartas de apoyo a las acciones de los sindicatos ucranianos, procedentes de 23 países. Se dice – y es real – que la única reacción del Ministerio de Trabajo respecto a la manifestación sindical fueron las alegaciones realizadas por un guardia de seguridad, no del todo sobrio, de la administración del edificio, el cual, a pesar de la escolta policial con que contaba la acción, hizo que sus quejas se escucharan con declaraciones a los participantes como: “¿Quiénes os creéis que sois?” y “Detened esto inmediatamente.” Es preciso recordar el tolerante y (en lo posible) invisible acompañamiento de coches de la policía que llevaron los participantes de la acción. El Consejo de Jóvenes informó a las autoridades sobre su determinación de llevar a cabo una acción pacífica en acuerdo con la ley. También hay que recordar la asistencia del personal de la FPU que participó voluntariamente en la iniciativa de los jóvenes, sin ninguna orden oficial, y que prestaron ayuda bajo su propia cuenta y riesgo. Un especial agradecimiento va para Yurii Rabota, director del Departamento de Información Analítica de la FPU, cuyos contactos con los medios de comunicación, su ayuda para la elaboración del comunicado de prensa y las llamadas que hizo a las estaciones de televisión hicieron que la acción tuviese una “imagen” de calidad de cara a los medios de comunicación. El contenido metodológico e informativo de la Marcha y Manifestación en Homenaje a los Trabajadores Lesionados fue posible gracias al Departamento de Salud y Seguridad de la FPU, y en particular a su director Vasilii Yakibchuk. Recordamos con mucho cariño la asistencia de amigos del Consejo de Jóvenes de la FTU, que sin ser miembros de afiliadas de la FPU nos brindaron una ayuda enorme durante la preparación y la realización de la acción. Y gracias también a los líderes de la FPU, Igor Lutsishin y Sergei Ukrainits, por su apoyo material y moral a los jóvenes sindicalistas durante la preparación para la Marcha y Manifestación en Homenaje a los Trabajadores Lesionados. ¿Y AHORA QUÉ? Nada es más valioso que la vida y la salud de una persona, por eso proteger la vida y salud en el trabajo es una de las funciones primarias del movimiento laboral. El Consejo de Jóvenes de la FPU ha demostrado tan sólo una de las maneras de influenciar la opinión pública para lograr ayudar a los sindicatos a alcanzar sus objetivos. Actualmente se están discutiendo planes para otras acciones sindicales sobre Salud y Seguridad en el Día del Trabajo en Ucrania, y el Día Memorial de los Trabajadores de todo el mundo en 2009. Entre los diversos eventos planificados es importante señalar el sitio web In Memoriam, en el que se colocarán fotografías, conmemoraciones e historias de personas lesionadas o fallecidas en el trabajo en Ucrania. Este diario electrónico contendrá también información sobre aquellas figuras de autoridad, en los lugares de trabajo y en el gobierno, cuya inacción y acciones ilegales causaron daño y sufrimiento a miembros sindicales. Este recurso es necesario, en primer lugar, para recordar a las víctimas en tanto que personas y rendirles homenaje. También es necesario mostrar a burócratas y empleadores negligentes que la salud y seguridad de las personas no es una cifra estadística ni números sobre papel, sino mujeres y hombres de carne y hueso, hijos, padres o queridos de alguien. No estamos hablando sólo de la ley: hablamos de la conciencia de cada persona que lucha para asegurarse de que estas tragedias no se vuelvan a repetir. Los jóvenes seguirán desempeñando un papel catalizador en los eventos sindicales activos y acciones reales, y sólo se llevarán a cabo si existe el deseo y la habilidad para hacerlo. Sin embargo, el camino más seguro para alcanzar el resultado deseado – resolver el problema de salud y seguridad en Ucrania – es la unión de esfuerzos por parte de todo el movimiento laboral, tanto de los jóvenes como de los trabajadores sindicales con más experiencia.