Material y método: cosas básicas dichas en letra pequE~ña

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CONFIDENCIAL
PARA AUTORES
)
Material y método: cosas básicas dichas
en letra pequE~ña
G. Herranz
C'
Departamentode Histologíay AnatomíaPatológica.
Facultad de Medicina. Universidadde Navarra
Hay quien dice que lo más fácil de escribir de un artículo es
la sección sobre Material y método. Al poco experimentado
o al que le cuesta arrancar, les decimos para animarles:
empieza por lo más sencillo, por Material y método, pues
nada es más fácil que contar las cosas que uno mismo ha
hech01. No es mal consejo. Pero para escribir bien esta sección del artículo conviene tener muy presentes los objetivos
que han de guiar su redacción.
El objetivo principal es éste: permitir que otros investigadores puedan repetir la experiencia o la investigación. Esta es
la condición que la Medicina ortodoxa exige para que algo
pueda ser recibido en el depósito del saber común. Para que
algo sea homologado como científico, antes ha de ser dado
a conocer. El saber científico es público, no es clandestino
ni misterioso: ha de estar publicado. Cualquier investigador
ha de poder repetirlo en cualquier otro lugar. En la casa de
la ciencia se trabaja con la puerta abierta de par en par.
Entre las funciones típicas de la empresa científica se cuentan la validación de los métodos, la detección del fraude y la
confirmación o el rechazo de los res\Jltados2. Todas estas
operaciones exigen una adecuada información sobre Material y método.
En su epígrafe Métodos, las Normas Uniformes3 dan unos
preceptos breves, pero enérgicos, sobre la descripción de
los pacientes o de los animales, de los instrumentos, los
procedimientos o los métodos; descripción que ha de hacerse, nos dicen, con tal precisión y detalle que otros investigadores, con nuestro escrito a la vista, puedan ser capaces de
reproducir el mismo protocolo de investigación. Esa es la
medida de la calidad de esta parte del artículo. Por eso,
mientras la escribe, le conviene al autor no olvidar que lo
está haciendo para colegas competentes y vivamente interesados en el problema, a los que ha de dar todos los datos
relevantes, pero a los que no puede humillar con datos superfluos o con perogrulladas.
Aun limitándose a lo relevante, no es poco lo que el autor
tiene que decir. Por ello, le conviene proceder con orden.
Distribuirá la materia en párrafos o, cuando sea preciso, señalará con los encabezamientos oportunos los distintos aspectos de los complicados procedimientos de hoy. Nunca
dejará de aludir al diseño general del trabajo. Por el título,
el resumen y la introducción, el lector ya sabe si está, por
ejemplo, ante el ensayo clínico de un fármaco o ante la evaluación pronóstica de los rasgos biOQuímicos de una enfer-
Correspondencia: Prol. G. Herranz. Departamento de Histologia y Anatomía
Patológica. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra Apartado 273.
31080 Pamplona
Manuscrito
recibido el 16-10-1986
Med G/in (Barc) 1987; 88; 241-242
[35]
medad. Pero conviene decirle ya al principio si el ensayo
clínico es con O sin distribución aleatoria de los pacientes,
doble o simple ciego, con o sin control de placebo y otras
cosas de ese estilo. A continuación, hay que describir los
pormenores, siguiendo un orden lógico que, casi siempre,
será el orden cronológico. Se darán las oportunas referencias bibliográficas relativas a los métodos usados y se indicarán las modificaciones introducidas en ellos; se mencionarán, sólo cuando sea necesario, las marcas comerciales
de aparatos, reactivos o preparados farmacéuticos. De ordinario, es preferible hacer referencia a un aparato por sus
características generales, a un medicamento por su designación genérica o a un reactivo por su grado de pureza. Un
artículo científico no es lugar adecuado para la inserción de
propaganda comercial.
Una parte capital de Material y método consiste en la descripción de los sujetos de la investigación, tal como lo mandan específicamente las Normas Uniformes. Cuando se
trata de animales de experimentación, hay que informar
sobre su especie, raza, cepa, procedencia, sexo y edad, a
fin de que pueda ser posible su identificación exacta; y también sobre las condiciones ambientales y de alimentación
en que se les ha mantenido. Cuando se trata de seres humanos, enfermos o sanos, deben quedar necesariamente claros ciertos extremos: su distribución por edad y sexo, los
criterios que se han seguido para incluirlos en la investigación o en cada grupo, O para excluirlos; los criterios que se
han empleado para medir los efectos esperados y para asegurar la objetividad de los observadores. Hay que exponer
también las razones que llevaron a fijar el número de sujetos
incluidos en cada grupo con el objeto de dar solidez estadística a los resultados. No es posible enumerar todas las circunstancias pertinentes ni el incontable número de situaciones posibles: cada tipo de trabajo tiene sus requisitos y
también sus tradiciones consagradas que conviene seguir
casi siempre y criticar y enriquecer de vez en cuando.
¿Cuánto detalle debemos incluir? Sólo los detalles importantes. Todo lo nuevo deberá describirse con precisión suficiente. Nunca podemos omitir datos esenciales: cantidades
administradas, por qué vía y con qué horario; las circunstancias en que se ha hecho cada maniobra experimental, o
las condiciones de conservación, de observación y calibrado. Aquí también, hay unas reglas del arte que cada tipo de
artículo debe cumplir. Una cosa, sin embargo, está clara:
en Material y método, más que en ninguna otra parte del
artículo, sobra todo lo inconcreto. Están fuera de lugar lo
difuso e indeterminado «<.._Ios nervios periféricos se estudiaron en profundidad en caso de sospecha clínica».) o lo
equívoco «<...se centrifuga 1 mi de saliva recogida espontáneamente sin estimular durante 5 a 10 minutos». iToda una
marca! En un par de líneas, tres interpretaciones posibles,
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pues cabe atribuir la duración de 5 a 10 minutos a la centrifugación, a la recogida de saliva o a la ausencia de estimulación). los dos ejemplos están tomados del volumen 86 de
MEDICINAClINICA.
~
Para que esto no ocurra. hay que seguir algunas instrucciones que aquí estarían fuera de lugar. No faltan, por fortuna,
los manuales de escritura médica que enseñan con detalle
cómo redactar bien Material y método. No dudo en recomendar el de Day4. Pero un ar¡tículo general sobre el tema
no puede omitir una breve alusión a tres aspectos que no
debería olvidar el autor al escribir Material y método: a la
justificación de las técnicas elegidas. a la cimentación estadística del trabajo y al cumplimiento de ciertas directrices
éticas.
Justificar las técnicas elegidas comunica a esta sección un
formidable valor educativo. En Material y método, los autores actúan, en cierta medida, como maestros del arte de
investigar. Se supone que están enseñando cómo se hacen
las cosas bien hechas, no las chapuzas. Al mismo tiempo,
están presentando su artículo a la crítica de sus colegas.
Estos evaluarán las dotes de los autores para plantear y resolver los problemas y concederán a su trabajo un crédito
proporcional a la habilidad que hayan demostrado para
crear nuevos conocimientos o para consolidar, afinar o refutar los ya poseídos. lo que confiere calidad a la sección de
Material y método de un artículo es explicar por qué se ha
elegido precisamente tal modelo experimental en tal cepa
de animales; o cuál es el grado de reproducibilidad y el error
del método preferido; o por qué se ha escogido un determinado patrón de administración y tal otro de seguimiento
para tratar a un grupo específico de población; o señalar por
qué se ha introducido una determinada variante en una fase
específica del proceso. No podemos contentarnos con imitar rutinariamente el diseño experimental que han inventado otros. Por el contrario, conviene siempre justificar e innovar los procedimientos. Es éste un aspecto básico de todo
trabajo de investigación experimental o clínica que. por desgracia, es descuidado demasiadas veces en las publicaciones médicas5.
Apenas es necesario hacer aquí más que una breve referencia a la decisiva importancia del apoyo estadístico de los
trabajos de investigación clínica. Con ayuda del bioestadístico o valiéndose por sí mismo, el médico investigador tiene
que abrirse cada día más a las exigencias, de orden técnico
y ético. de la estadística moderna aplicada a la Medicina.
Nolasco et al6 han hecho un análisis de la situación de ésta
en España y han concluido que hay mucho que ganar, en
cantidad y. sobre todo, en calidad. para igualarnos con los
que van en cabeza7, la estadística. no importa insistir en
ello. es el cimiento, no el tejado. de la investigación clínica
y experimental. No es un adorno que está de moda y sin el
cual nadie puede salir a la calle; tampoco es una bombona
de oxígeno con que se quiere dar una apariencia de vida a
un artículo que nació muerto. El método estadístico no está
hecho primariamente para ser aplicado a un trabajo ya realizado: en realidad, es parte de la concepción del trabajo, del
proceso que lo engendra. Sería buena cosa que disminuyera
la frecuencia de los artículos que nos relatan investigaciones retrospectivas y que aumentara la de trabajos de planteamiento prospectivo.
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Por último, Material y método nos dan una oportunidad para
mostrar que aceptamos y cumplimos las directrices éticas
de la investigación. Mandan las Normas Uniformes que se
haga constar en el texto de los artículos que los protocolos
empleados fueron aprobados por el Comité de investigación
clínica de la institución donde se hicieron las experiencias o
que, al menos, se han adaptado a las directrices de la Declaración de Helsinski de la Asociación Médica Mundial8.
Es sorprendente ver cuán poco caso hacemos de esto. Con
ocasión de informar en una reunión internacional sobre Comités de Etica en los Hospitales acerca del funcionamiento
en España de tales organismos aporté, entre otros, un dato:
ni siquiera uno sólo de los 38 artículos originales que tratan
de experimentación humana publicados en MEDICINA CLINICA en la segunda mitad de 1985 (más de la mitad de
ellos sobre investigación farmacológica clínica) hizo referencia al requisito arriba citado y sólo cinco de ellos mencionaron la obtención del consentimiento informado de los
sujetos de investigación. Se dice cada vez con más fuerza
que los editores de las revistas médicas no deberían aceptar
manuscritos sobre ensayos clínicos que no contengan una
referencia a la opinión del Comité institucional de Etica que
aprobó y vigiló la realización del trabaj09. Y es razonable: en
los tiempos que vivimos, debemos aprovechar todas las ocasiones que se nos ofrecen para dar testimonio de que la
investigación biomédica es una actividad profundamente
humana, que antepone siempre los intereses del individuo a
las conveniencias de la ciencia o de la sociedad8.
La sección de Material y método puede contribuir, tanto
como cualquier otra, a elevar la calidad de los trabajos publicados. Por eso debemos prestarle la debida atención
cuando escribimos o revisamos los artículos para publicar.
No hace mucho, alguien pidió que se abandonara la costumbre de imprimir Material y método en letra de tipo más
pequeño, para hacer justicia a su importancia capitallO,II.
Yo no creo que sea necesaria tal innovación. Pienso que sería
suficiente con que todos nos persuadiéramos de que Material
y método, aunque escrito con letra pequeña, es la parte del
artículo que mejor mide la calidad, o la falta de calidad, científica y ética de sus autores.
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