República de Colombia Corte Suprema de Justicia SALA DE CASACIÓN LABORAL DR. LUIS JAVIER OSORIO LÓPEZ Magistrado Ponente Radicación No. 24426 Acta No. 5 Bogotá, D.C. once (11) de febrero de dos mil nueve (2009). Se resuelve el recurso de casación interpuesto por MARÍA TRINIDAD FLÓREZ, quien actúa en su propio nombre y en representación de sus menores hijos JHON ALEXANDER y FABIÁN ANDRÉS PEÑUELA FLOREZ contra la sentencia del 5 de junio de 2007, proferida por el Tribunal Superior de Cúcuta dentro del proceso adelantado por la recurrente contra FABIO ORTIZ RINCÓN, LUIS FERNANDO PEÑA RODRÍGUEZ, NAPOLEÓN GUTIÉRREZ DE PIÑERES, UNIÓN TEMPORAL HIDROCAÑA Y EL MUNICIPIO DE OCAÑA. I.- ANTECEDENTES Ante el Juzgado Único Laboral del Circuito de Ocaña, María Trinidad Flórez, actuando en su propio nombre y en representación de sus menores República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 hijos Jhon Alexander y Fabían Andrés Peñuela Flórez, demandó a los ingenieros Fabio Ortiz Rincón, Luis Fernando Peña Rodríguez y Napoleón Gutiérrez de Piñeres, e igualmente a la Unión Temporal Hidrocaña y al Municipio de Ocaña, para que se declare que entre los demandados y su cónyuge Emilio Peñuela Gerardino existió un contrato de trabajo entre el 1º de marzo y el 5 de agosto de 1998 y como consecuencia se les condene al pago de la pensión de sobrevivientes desde la última fecha citada y a la indemnización por mora por la no cancelación de las mesadas causadas. Fundamentó sus pretensiones en que su cónyuge Emilio Peñuela Gerardino fue vinculado como obrero de la Unión Temporal Hidrocaña “y de manera indirecta o solidariamente responsable al Municipio de Ocaña, desde el 1 de Marzo de 1998 hasta la fecha de su deceso, el 5 de Agosto del mismo año, con ocasión de un accidente de trabajo, devengando el salario mínimo legal vigente”; que el 5 de agosto de 1998 a las 6 y 15 p.m., como fue de público conocimiento, “se presentó una balancha (sic) de tierra en la obra que se adelanta en la avenida Francisco Fernández de Contreras”, ocasionándole instantáneamente la muerte al obrero Peñuela Gerardino, suceso que dejó completamente desprotegida a su familia; que el trabajador fallecido no fue afiliado por la Unión Temporal Hidrocaña ni por el Municipio de Ocaña al sistema de seguridad social integral; que los gastos de entierro fueron reconocidos por la Unión Temporal, quien además les canceló las cesantías, intereses y vacaciones que considero deber; que hay lugar a la prestación de sobrevivientes de acuerdo con el artículo 46 de Ley 100 de 1993 y que agotó la vía gubernativa. 2 República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 II. RESPUESTAS A LA DEMANDA El Municipio de Ocaña manifestó que no le constaba que el esposo de la demandante hubiera prestado sus servicios a Hidrocaña o para algunos de sus socios, con quienes además no tiene relación alguna de tipo contractual laboral y por consiguiente sin responsabilidad alguna frente al infortunio sufrido por el cónyuge de la demandante. Propuso la excepción de falta de legitimación en la causa por pasiva. Hidrocaña y las personas naturales demandadas admitieron que el señor Emilio Peñuela Gerardino “se vinculó a laborar por obra contratada a partir del 6 de marzo de 1999 a agosto 5 del mismo año, fecha en la cual por causas imputables a su falta de grave diligencia y pericia, como se probará oportunamente. Es decir que el trágico insuceso sobrevino por culpa grave exclusiva de la víctima, la que al parecer se hallaba para entonces trasnochada o en estado aparente de resaca, lo que a la postre, ocasionó obviamente, la pérdida ostensible de sus reflejos”. Que tampoco hay derecho a la pensión reclamada porque el causante, en caso de estar afiliado, no hubiera completado las 26 semanas de cotización, sino tan solo 22.7 semanas, por lo cual no se cumplen los presupuestos del artículo 46 de la Ley 100 de 1993. Que Hidrocaña no es persona moral y simplemente “devenga su existencia solo para efectos contractuales administrativos y solo para estos efectos, es decir que no puede ser llamada a juicio civil o laboral…”. 3 República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 III. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA Fue proferida el 12 de marzo de 2003 y con ella el Juzgado condenó a las personas naturales demandadas, quienes conforman la Unión temporal Hidrocaña y solidariamente al Municipio de Ocaña, a reconocer y pagar a la demandante y a sus menores hijos, la pensión de sobrevivientes desde el 6 de agosto de 1998, en cuantía mensual de $203.826 con sus correspondientes incrementos de ley, así como a los intereses moratorios de que trata el artículo 141 de la Ley 100 de 1993, imponiéndoles además las costas de la primera instancia. Contra dicha sentencia los demandados interpusieron recurso de apelación el cual, pese a que fue concedido por el Juzgado, fue declarado inadmisible por el Tribunal en proveído del 23 de abril de 2003. El Juzgado de conocimiento, una vez recibió el expediente de su superior, ordenó surtir la consulta a favor del municipio demandado, la cual fue resuelta por el Tribunal en providencia del 24 de octubre de 2003, mediante la cual declaró la nulidad de todo lo actuado a partir del auto admisorio de la demanda inclusive, ordenando devolver el expediente al despacho de origen para lo correspondiente. La decisión del Tribunal fue recurrida en casación y esta Corporación, luego de tramitar el recurso extraordinario, en proveído del 16 de mayo de 2005, declaró la nulidad de todo lo actuado ante ella, el cual fue objeto de 4 República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 reposición por la parte recurrente, siendo confirmado por auto del 5 de julio de 2005. Llegado el proceso al Juzgado Único Laboral del Circuito de Ocaña, éste, con fundamento en la declaración de nulidad que profirió el Tribunal Superior, rechazó de plano la demanda inicial y envió el expediente al Tribunal Contencioso Administrativo de Cúcuta, quien en auto del 10 de febrero de 2006, se declaró igualmente incompetente y remitio las diligencias al Consejo Superior de la Judicatura, Corporación que mediante su Sala Disciplinaria y en providencia del 19 de octubre de 2006, determinó que la competencia estaba radicada en la jurisdicción laboral ordinaria, razón por la cual lo devolvió al Juzgado Único Laboral del Circuito de Ocaña. El Juzgado Único Laboral del Circuito de Ocaña avocó el conocimiento del asunto y ordenó oficiar a la parte demandante para que informara si persistía su interés jurídico en la demanda, lo cual fue respondido afirmativamente por la apoderada de la citada parte, ante lo cual el Juzgado dispuso surtir nuevamente la consulta a favor del Municipio de Ocaña de la sentencia del 12 de marzo de 2003. IV. LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL Por la consulta a favor del ente territorial demandado, el proceso subió al Tribunal Superior de Cúcuta, quien mediante la sentencia recurrida extraordinariamente, revocó la decisión de primer grado y en su lugar absolvió 5 República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 a los demandados de las pretensiones formuladas en su contra, sin imponer costas por la consulta. El Tribunal motivó así su decisión: “Está acreditado en el expediente el fallecimiento del trabajador con el Registro de Defunción que obra a folio 8. No hay prueba que la relacón laboral hubiese iniciado el día 1º de marzo de 1998 como se afirma en la demanda. Sin embargo y en gracia de discusión, como al darse respuesta a la misma, se acepta que ‘el cujus se vinculó a laborar por obra contratada a partir del 6 de marzo de 1999 a agosto 5 del mismo año, fecha en la cual por causas imputables a su falta de grave diligencia y pericia, como se probará oportunamente” (fl.31), afirmaciones estas que tampoco tienen pruebas documentales que la respalden para que le den a la Sala convicción de la realidad de los hechos, tomará como fecha de inicio de labores el 1º de marzo de 1998 que es la que siempre ha mantenido la parte actora, como se puede observar desde el escrito de reclamación de los derechos (fl.12). Además, que no pudo haber sido contratado en 1999, como lo dice la parte demandada, cuando el fallecimiento del trabajador ocurrió el 5 de agosto de 1998. Así las cosas, como la relación laboral empezó el 1 de marzo de 1988 y finalizó el 5 de agosto del mismo año, se tiene que su duración fue de 5 meses, 4 días, que llevado a días son 154 que dividas (sic) por 7, arrojan 22 semanas, tiempo éste que si hubiese estado el trabajador afiliado al sistema de pensiones y riesgos profesionales, no le hubiera dado el derecho a la cónyuge supérstite de la pensión de sobrevivientes, pues como ya se vio la norma exige, en este caso, un mínimo de 26 semanas. Como se puede establecer estamos frente a una situación en la que el empleador no cumplió con la obligación de afiliar al trabajador al Sistema Integral de Seguridad Social asumiendo, en consecuencia, las obligaciones contenidas en la ley 100 de 1993.Obligaciones que se vienen a concretar al existir el siniestro respectivo, siempre y cuando se den los requisitos establecidos en dicha norma que establece los requisitos para poder acceder ese derecho. Y es así, como la norma anteriormente transcrita que se encontraba vigente al momento de ocurrir el fallecimiento del trabajador indicaba una densidad de cotizaciones equivalentes a 26 semanas para que los beneficiarios hubiesen tenido vocación para hacerse acreedoras a dicha 6 República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 prestación, esto, indepedientemente de que el obligado lo fuera una Entidad perteneciente al Sistema de Seguridad Social o un empleador que como en este caso no cumplió con la obligación de afiliar al trabajador”. V. EL RECURSO DE CASACIÓN Lo interpuso la parte demandante con la finalidad de que se case la sentencia recurrida para que en instancia se confirme la del a quo. Con ese propósito formuló un solo cargo, no replicado, que se decidirá a continuación. VI. CARGO ÚNICO Por la vía directa, acusa la aplicación indebida del artículo 46 de la Ley 100 de 1993, lo cual conllevó a la infracción directa por falta de aplicación del artículo 49 del Decreto 1295 de 1994, vigente para cuando el cónyuge de la demandante sufrió el accidente de trabajo, en relación con los artículos 13, 15, 17, 47 y 141 de la Ley 100 de 1993; 7, 9, 50 y 51 del Decreto 1295 de 1994; 11 a 13 de la Ley 776 de 2002; 34 del C. S. del T, subrogado por el artículo 3º del Decreto 2351 de 1965; 8º del Decreto 1642 de 1995; 145 del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social y 48, 53, 90 y 230 de la Constitución Política. En el desarrollo critica al Tribunal por haber resuelto el caso con aplicación del artículo 46 de la Ley 100 de 1993, el cual no era pertinente para 7 República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 ello por contemplar la pensión de sobrevivientes por riesgo común, mientras que la contingencia pensional generada por un accidente de trabajo, está regulada expresamente por el artículo 49 del Decreto 1295 de 1994, que estaba vigente para cuanto el esposo de la demandante sufrió el accidente de trabajo que le ocasionó la muerte. Destaca que esta norma no exige períodos de carencia, sino que basta la muerte del trabajador como consecuencia de un accidente de trabajo para que haya lugar a la pensión de sobrevivencia, frente a lo cual no es de recibo la argumentación del Tribunal en el sentido de considerar erradamente que se debían cotizar como mínimo las 26 semanas para tener derecho a dicha pensión. En apoyo de su tesis, la censura reproduce apartes de la sentencia de casación del 28 de febrero de 2005, radicación 23.244 e insiste en la vigencia del artículo 49 del Decreto 1295 de 1994 para la época de los hechos, la cual no fue afectada con la sentencia C-545 de 2002 que tiene efectos hacía futuro. VII. SE CONSIDERA En realidad, el Tribunal se equivocó ostensiblemente al resolver la litis con aplicación del artículo 46 de la Ley 100 de 1993, antes de su modificación por el artículo 12 de la Ley 797 de 2003 y en consecuencia vigente para le época en que falleció el cónyuge de la demandante. 8 República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 En efecto, no obstante advertir que el causante había fallecido en un accidente de trabajo y que no había sido afiliado a la Seguridad Social Integral por sus empleadores, decidió la controversia teniendo en cuenta las disposiciones de la Ley 100 de 1993, aplicables para los siniestros por riesgo común. Lamentablemente olvidó el ad quem que en tratándose de los riesgos profesionales, es decir accidentes de trabajo o enfermedades profesionales, las consecuencias de la no afiliación al Sistema son totalmente distintas de las señaladas para los riesgos comunes en cuanto al número de cotizaciones requeridas para acceder a las contingencias correspondientes. Para la época de los hechos, es decir para el 5 de agosto de 1998, la normatividad que regía la administración y organización del Sistema General de Riesgos Profesionales era el Decreto Ley 1295 de 1994, que no solo definió y señaló sus objetivos, sino que también precisó sus características, entre las cuales se destacan la obligación de los empleadores de afiliarse al Sistema General de Riesgos Profesionales y la afiliación obligatoria por ellos y al mismo sistema de los trabajadores dependientes; la sanción para los empleadores que no afilien a sus trabajadores, cual es la de responder por las prestaciones que contempla el decreto, fuera de las sanciones legales, y el pago de las cotizaciones a su cargo, iniciándose la cobertura del sistema para los trabajadores desde el día siguiente al de la afiliación, como así está determinado en el artículo 4º del mencionado decreto, literales c), d), e), g), f) y k). 9 República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 Es decir, que para ser beneficiarios de las prestaciones derivadas de los riesgos profesionales, los trabajadores tienen que ser necesariamente afiliados por sus empleadores al Sistema General de tales contingencias sin que se necesite un mínimo de cotizaciones como las requeridas para acceder a las prestaciones derivadas del riesgo común, precisándose que la afiliación debe ser realizada el mismo día en que se empieza a laborar, iniciándose la cobertura del sistema desde el día calendario siguiente al de su afiliación. Se hace imperativo recordar que de conformidad con el artículo 8º de la Ley 100 de 1993, el Sistema de Seguridad Social Integral está conformado por los regímenes generales establecidos para pensiones, salud, riesgos profesionales y los servicios sociales complementarios, cada uno de ellos con su propia normatividad, como se desprende claramente de la regulación del articulado de dicha ley, que está dispuesto en el título preliminar, libros, títulos, capítulos y artículos. Así, el Libro Primero se refiere al Sistema General de Pensiones; el Libro Segundo contempla el Sistema General de Seguridad Social en Salud; el Libro Tercero alude al Sistema General de Riesgos Profesionales; el Libro Cuarto a los Servicios Sociales Complementarios y el Libro Quinto, último, a las disposiciones finales. El Tribunal ignoró por completo la regulación del Sistema General de Riesgos Profesionales y por ello incurrió manifiestamente en la violación legal denunciada por la censura. 10 República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 En el anterior orden acotado, el cargo es próspero y por ello se casará la sentencia. En sede de instancia, sirven igualmente las expuestas en sede de casación y las siguientes: El causante Emigdio Peñuela Gerardino prestó servicios personales mediante contrato de trabajo a la Unión Temporal Hidrocaña, integrada por los señores Fabio Ortiz Rincón, Luis Fernando Peña Rodríguez, Gustavo Bautista Angarita y Napoleón Gutiérrez de Piñeres, entre el 6 de marzo y el 5 de agosto de 1998. Así fue admitido en la contestación al hecho primero de la demanda (folios 31 a 38), aunque por lo que puede considerarse como un lapsus, se hubiera señalado como fecha de terminación el año de 1999. De la misma pieza procesal se colige que el citado trabajador falleció a raíz de un accidente que sufrió el 5 de agosto de 1998, estando laborando. No hay prueba alguna que acredite que el trabajador hubiera sido afiliado por sus empleadores al Sistema General de Riesgos Profesionales, y por tanto, son ellos los responsables de las prestaciones contempladas en el Decreto Ley 1295 de 1994, vigente para el momento del insuceso. La obra en la cual laboró el asalariado fallecido fue la construcción del Intersector del Río Tejo, parte del Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado del Municipio de Ocaña, obra que fue adjudicada en la licitación pública 11 República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 nacional convocada por el Municipio de Ocaña a la Unión Temporal Hidrocaña, como aparece acreditado con las manifestaciones vertidas por el Alcalde Municipal de dicha localidad en el Acta de no conciliación levantada ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Ocaña el 18 de noviembre de 1998 (folio 6). Es decir, que no hay duda de que el Municipio de Ocaña fue el beneficiario de la obra adelantada por la Unión Temporal Hidrocaña y por eso es solidariamente responsable de las obligaciones derivadas del contrato de trabajo que unió al occiso con dicha empresa, al tenor de lo preceptuado en el artículo 34 del Código Sustantivo del Trabajo. Ahora bien, las uniones temporales de personas naturales o jurídicas como también los llamados consorcios, conformados o integrados para un fin determinado, no son sujetos procesales que puedan responder válidamente por obligaciones a su cargo, por lo que las responsabilidades que en la ejecución de la obra se susciten, son a cargo de las personas que las integran. En este caso, por los señores Fabio Ortiz Rincón, Luis Fernando Peña Rodríguez, Gustavo Bautista Angarita y Napoleón Gutiérrez de Piñeres, con quien se constituyó la legitimación por pasiva. Por lo demás, no fue controvertida la condición de cónyuge del causante de la señora María Trinidad Flórez, ni la calidad de hijos del matrimonio de los menores Jhon Alexander y Fabián Andrés Peñuela Flórez, lo que resulta corroborado con las documentales de folios 9, 10 y 11. 12 República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 Como así concluyó igualmente el juzgador de primera instancia, la sentencia dictada por éste será confirmada en su totalidad. Por haber resultado próspero el recurso extraordinario, no hay lugar a costas en casación. Las de primera y segunda instancia son a cargo de los condenados solidariamente. En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre de la República de Colombia y por autoridad de la ley, CASA la sentencia del 5 de junio de 2007, proferida por el Tribunal Superior de Cúcuta, dentro del proceso adelantado por la recurrente MARÍA TRINIDAD FLÓREZ, quien actúa en su propio nombre y en representación de sus menores hijos JHON ALEXANDER y FABIÁN ANDRÉS PEÑUELA FLÓREZ contra FABIO ORTIZ RINCÓN, LUIS FERNANDO PEÑA RODRÍGUEZ, GUSTAVO BAUTISTA ANGARITA y NAPOLEÓN GUTIÉRREZ DE PIÑERES y solidariamente contra el MUNICIPIO DE OCAÑA. En sede de instancia, CONFIRMA la sentencia de primera instancia proferida dentro de dicho proceso por el Juzgado Único Laboral del Circuito de Ocaña el 12 de marzo de 2003. Costas como se indicó en la parte motiva. 13 República de Colombia Corte Suprema de Justicia EXPEDIENTE 24426 COPIESE, NOTIFIQUESE, PUBLIQUESE Y DEVUELVASE EL EXPEDIENTE AL TRIBUNAL DE ORIGEN. LUIS JAVIER OSORIO LÓPEZ ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN EDUARDO LÓPEZ VILLEGAS CAMILO TARQUINO GALLEGO GUSTAVO JOSÉ GNECCO MENDOZA FRANCISCO JAVIER RICAURTE GÓMEZ ISAURA VARGAS DÍAZ MARIA ISMENIA GARCÍA MENDOZA Secretaria 14