EXCLUSIÓN DEL VOTO ¿NUMERUS CLAUXUS O ENUNCIATIVO? EN LOS LISTADO CONCURSOS: MERAMENTE Comentario de Claudio Alfredo CASADÍO MARTÍNEZ Contador Público Nacional – Abogado – Docente UNLPam. Publicado em el Libro Protección Jurídica de las Personas, Ed. La Ley 1. Introito. El sistema concursal es un “juego de mayorías”, en que las minorías, sea que no concurrieron o rechazaron lo propuesto, deben someterse a la voluntad de otros sujetos, que concurrieron y lo aceptaron, obligándolos por igual. Claro está que para que esta limitación a la autonomía de la voluntad cobre virtualidad debe seguirse un procedimiento determinado, regulado por la ley en este caso, que garantice reglas claras y un auténtico “fair play”. Con suma claridad se ha expresado que en el marco normativo actual, la temporalidad para las declaraciones de voluntad, la legitimación exclusiva y excluyente, la identidad del acuerdo, el interés común, son lo que caracterizan la existencia del acuerdo por mayoría, y le otorga la calidad de "colegial" aunque se encuentre actualmente esfumada la noción física de "colegio" como reunión1. En este marco es que a fin de garantizar tal transparencia se prevé la exclusión del voto de ciertos acreedores. Así el art. 45 de la ley 24522 (en adelante LCQ) prevé que a los fines del acuerdo “se excluye del cómputo al cónyuge, los parientes del deudor dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o adoptivos, y sus cesionarios dentro del año anterior a la presentación. Tratándose de sociedades no se computan los socios, administradores y acreedores que se encuentren respecto de ellos en la situación del párrafo anterior, La prohibición no se aplica a los acreedores que sean accionistas de la concursada., salvo que se trate de controlantes de la misma”. Es decir una serie de previsiones para personas físicas (familiares directos) y otras para las juridicas (socio y administradores, excepto accionistas, salvo que sean controlantes). Norma de similar tenor contenía el art. 51 de la ley 19551, con la salvedad que no se regulaba sobre la excepción referente a los controlantes, que hoy, como veremos mas adelante están excluidos. 2. La cuestión en la doctrina nacional. La mayoría de los autores postulan, en forma prácticamente unánime que la enumeración posee carácter taxativo. Al respecto podemos citar las opiniones de Fassi – Gebhardt2, quienes expresan que “estas exclusiones no pueden extenderse analógicamente, pues los aludidos sujetos excluidos constituyen taxativos casos de 1 Richard, Efraín H, “Legitimación para votar el acuerdo concursal. ¿Negocio colegial colectivo?” LL 2006-B, 894 2 Fassi Santiago C. Gebhardt, Marcelo, Concursos y Quiebras, 5ta. Edición, Bs. As. Astrea, pag. 151 excepción", también encontramos en esta corriente las opiniones Quintana Ferreira3 y Argeri4. Asimimo adhieren a esta línea de opinión Grispo5, quien expresa que "Las exclusiones previstas por el legislador concursal deben ser interpretadas taxativamente, lo cual hace que el juzgado no pueda aplicar a otros individuos las disposiciones que prevén el apartamiento en el cómputo de las mayorías... Tampoco caben las exclusiones por analogía" y Graziabile. En una posición que podríamos considerar como intermedia Vaiser6 expresa que la ratio legis del art. 45 LCQ recoge la exclusión del voto proclive al interés del deudor, que pueda afectar el interés de los acreedores minoritarios y en contraposición a ello, el dispositivo legal no alcanza a aquellas exclusiones que pudieran fundarse en el "interés contrario" a la solución concordataria. Agregando a continuación que ello no quita que otras vertientes del derecho positivo brinden fundamento y sustento a una exclusión justificada, citando como ejemplo el supuesto del art. 1071 del Cód. Civil que recordemos recepciona la teoría del abuso del derecho, como infra analizaremos. Empero, si bien existe prácticamente coincidencia en que la enumeración es taxativa, en distintas oportunidades por medio de creaciones “pretorianas” se ha ampliado el elenco de exclusiones, sin que, pueda llegar a sostenerse por ello que el art. 45 contiene un listado meramente ejemplificativo, sino que se ha producido lo que en doctrina se ha denominado una “amplitud relativa”7 de las exclusiones. El homenajeado en esta obra en su actuación como juez de primera instancia tuvo oportunidad de resolver si no la primera exclusión que abrió este listado cerrado, la primera que hemos tomado conocimiento, por ello comenzaremos con el análisis de dicho fallo el estudio de esta cuestión, precedente que si bien se dictó durante la vigencia del anterior estatuto falimentario no ha perdido vigencia, atento la recepción normativa que hoy tiene la cuestión resuelta en el mismo. 2. El leading case “Del Atlántico” En el concurso de una sociedad anónima vinculada con otras dos, que en definitiva conformaban un grupo económico, instituto que no se encontraba reconocido en la ley 19551, normativa vigente al dictarse este precedente, el Dr. Julio Cesar Rivera a la sazón juez de dicho proceso, entendió que si las tres sociedades concursadas acreedoras y deudoras entre sí- integraban un conjunto económico, resultaba inadmisible que cada una de ellas vote en las juntas de las otras dos, ya que si bien este caso no estaba contemplado en el art. 51 de la ley 19.551, cuya enumeración se consideraba taxativa por la doctrina, no albergaba duda que esta situación se encontraba comprendida en la "ratio" de la norma, al ser evidente que el voto de aquéllas estaría determinado por la conveniencia de la respectiva concursada. En su medulos fallo remarca que la ley no ha querido excluir un caso que no ha previsto. Si el ordenamiento concursal no hacía casi mención alguna a los supuestos de conjuntos económicos o agrupamiento de empresas, y el juez se encontraba ante estos 3 Quintana Ferreira, Francisco, Concursos Ley 19551, Comentada, anotada y concordada, Bs. As. Astrea 1985, T. I, pag. 577 4 Argeri, Saúl, La quiebra y demás procesos concursales”, La Plata, Ed. Platense, 1980, t. 1, pag. 51 5 Grispo Jorge, “Tratado sobre la Ley de Concursos y Quiebras” Ad. Hoc. Bs. As. T. 2 pag. 95 6 Vaiser Lidia, Sobre la exclusión de voto de los acreedores concursales, La Ley del 01-10-04. 7 Favier Dubois, Eduardo (h), “Exclusión de voto en los concursos: un camino en permanente construcción” en el libro colectivo “La Tutela de los acreedores en los procesos concursales” Ad Hoc, 2006, pag. 157. fenómenos, no puede pretenderse que el texto normativo los excluya de sí; es el tribunal quien debe encontrar en la misma ley, o en las leyes análogas o en los principios generales del derecho (art. 16, Cód. Civil), la solución al caso que se le presenta. Entendió que si se consagraba que no pueden votar tratándose de sociedades, los socios, los administradores ni los acreedores que se encuentren en relación de parentesco con ellos, la verdadera razón de la prohibición radicaba en que ese acreedor sería inducido a votar en determinado sentido por motivos que no se corresponden con los de los demás. Es decir que la ley presume que el interés del acreedor excluido no es otro que el de favorecer al deudor, careciendo de libertad de elegir entre aceptar o rechazar el concordato; de ahí que su voluntad no pueda ser computable a estos efectos. Por nuestra parte no podemos menos que concordar con la solución brindada al caso, que como expresásemos “abrió la puerta” del otrora cerrado númerus clausus. Finalmente acotemos que el actual art. 678 de la LCQ en su último párrafo viene a regular una situación como la que aquí se resolvió y que el ancie régime no preveía. En la actualidad los argumentos discurren por otros carriles. 3. Abuso o fraude. Se ha sostenido que la disposición que impide homologar un acuerdo preventivo en caso de abuso o fraude a la ley, conforme prevé el art. 52 inc. 4 LCQ, resulta operativa para abarcar otras situaciones no previstas por el art. 45 y privar de tal modo de virtualidad al consentimiento prestado por uno o varios acreedores a la aprobación de la propuesta9. Pero ¿Cuándo se incurre en abuso? Conforme el art. 1071 del Código Civil ello acontece cuando se contraríen los fines que la ley tuvo en mira al reconocer un derecho o al que exceda los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres. Al decir del eminente jurista francés Josserand cuando el legislador nos confiere una prerrogativa no es para que hagamos de ella cualquier uso, ya que aquel ha tenido en vista un objetivo determinado, cada derecho o institución está llamado a seguir una dirección determinada y no pueden los particulares cambiarla a su gusto por otra diferente. Repárese que si bien la noción de abuso fue incluida recién el siglo pasado por la ley 17711 en nuestro código civil, ya nuestro codificador en la nota al art. 3136 estaba entreabriendo la puerta, cuando expresó que "sería un deshonor de la ley que los jueces cerrasen sus ojos ante una conducta fraudulenta y permitieran que ésta triunfara". Sentada la aproximación precedente, cabe indicar que el abuso de derecho en ámbito concursal puede provenir tanto del deudor como de los acreedores. Limitándonos a los límites impuestos a esta colaboración podemos decir que en el primer caso se ello ocurrirá cuando por algún determinado motivo se busque beneficiar al deudor, aceptando “cualquier” propuesta, por mas antieconómica que sea. Empero en la práctica esto debe demostrarse acabadamente no siendo suficiente invocar la existencia de algún vínculo, por ejemplo de amistad, para de allí derivar el abuso, y en caso de tratarse de presunciones estas deberán ser graves, precisas y concordantes10. 8 El art. 67 in fine LCQ dispone bajo el rótulo créditos entre concursados “Los créditos entre integrantes del agrupamiento o sus cesionarios dentro de los DOS (2) años anteriores a la presentación no tendrán derecho a voto” 9 Gils Garbó, Alejandra, “La exclusión del voto en el concurso preventivo”, en “Conflictos en la insolvencia”, Nissen Ricardo – Vitolo Daniel (directores), Ad Hoc 2005, pag. 346. 10 La CNCom. A, 19/03/2004, Seidner, Hanna s/conc. prev., LL del 02/08/2004, dispuso “revocar la resolución que excluyó a ciertos acreedores del cómputo de las mayorías en un concurso preventivo, pues Así no se admitió11 la exclusión del abogado que actúa como letrado apoderado del concursado en otros asuntos judiciales distintos del universal y de quien había integrado con el deudor una sociedad, alegándose que tales circunstancias no permiten inferir una conducta en connivencia con el deudor, mediante la emisión de un voto complaciente por sobre sus propios intereses. Ello así por cuanto la mera relación profesional o comercial que el concursado haya tenido o mantenga con tales personas no es suficiente -por sí misma- para concluir que éstas puedan efectuar un ejercicio abusivo de su derecho a voto, pues ello implica una inadmisible conjetura si no se sustenta en hechos o situaciones que tornen notorio el desvío de su conducta, o la antifuncional del resultado de esta. Cuando hacemos referencia al abuso de los acreedores, la cuestión se presenta en la mayoría de los casos en que se admitió con mayor claridad que la anterior. a. Abuso de los acreedores con interés contrario (¿o acreedor hostil?). Liminarmente consignemos que no somos partidarios de la usual denominación de “acreedor hostil”12 por cuanto el propio hecho de ser hostil a la propuesta presentada, no habilita a la descalificación del voto del acreedor. Nos explicamos. Piénsese un acreedor que ha vendido materias primas por una suma importante de dinero a, por ejemplo 30 días, y se encuentra por imperativo legal luego del concusamiento del comprador, que luego de haber tenido que concurrir a la oficina de un contador al que nunca conoció, buscado facturas, remitos y otra documentación que aquel le requirió, quizá debiendo haber requerido (y abonado) asesoramiento de un abogado, ahora, luego de haber transcurrido ya uno o dos años de tales ventas, el deudor le ofrece pagarle (en el mejor de los casos) el 70 u 80 % de la deuda en un plazo de 4 o 5 años sin intereses, ¿si este acreedor reacciona con hostilidad puede criticarse tal actitud o su cerrada negativa a aceptar la propuesta? Estimamos que no, ello entra dentro de las reglas de juego consagradas por la legislación concursal y los principios de la autonomía de la voluntad. Distinta será la situación si se le ofreciera abonar el 100 % del crédito con intereses o si la negativa se encuentra motivada por que posee un interés contrario, con el deudor, donde no sólo la quiebra de éste no lo perjudique, sino que lo beneficia, por ejemplo si ambos son los únicos vendedores en el mercado de un determinado producto. Es decir que el derecho de voto que acuerda el ordenamiento concursal a los acreedores no es absoluto ni ilimitado, sino que está sometido, en su ejercicio, a las reglas, limitaciones y restricciones indispensables para la preservación de la buena fe, la moral y las buenas costumbres o el orden público13. Así se ha resuelto que la negativa de conformidad, aún que reiterada, no permite inferir que el acreedor efectúe un ejercicio abusivo de su derecho de voto, pues ello implica una inadmisible conjetura si no se sustenta en hechos o situaciones que tornen notorio el desvío de la conducta del acreedor o lo antifuncional del resultado de ésta14, la presunción de que los votos de aquéllos serán favorable a la propuesta, por ser el origen de sus acreencias servicios profesionales prestados a la concursada, no es suficiente para denegarles el derecho de votar la propuesta que la ley no les cercena”. 11 CNCom. 09/0 9/09, Gonzalez Oro Oscar Mario s/ concurso preventivo. 12 Conforme Real Academia Española, “contrario o enemigo” 13 13 Juzgado Nacional de 1a Instancia en lo Comercial Nro. 16, 07/03/2006, “Telearte S.A. Empresa de Radio y Televisión”, LL 2006-C, 367. 14 Juzgado Civil y Comercial de 39º nominación de Córdoba y Juzgado de Concursos y Sociedades Nº 7 de Córdoba, 24/2/05 “Banco Suquia SA s/Concurso Preventivo” es decir que debe probarse, aunque más no sea mediante indicios el accionar criticable del acreedor. En tal senda también se ha resuelto15 que no es decisivo constatar un proceder de competencia desleal para tachar de improcedente el voto del competidor, sino que resulta suficiente demostrar que el mismo tenga la suficiente entidad como para hacer pensar razonablemente que una colisión de intereses puede condicionar el resultado de la votación por motivos extraños al plano lícito y normal de la vida de los negocios. En tal marco, el cálculo de las aprobaciones incluyendo un voto así predeterminado sería una forma de consagrar algo que la ley no quiere, esto es que el concurso sea un trámite superfluo o distorsionado. Agregándose que no se puede razonablemente interpretar que el derecho al voto de los acreedores se halla reconocido en la ley para canalizar a través de él prácticas como las reprobadas por la ley 25.156 (ley de defensa de la competencia, en adelante LDC). Efectuadas las aproximaciones precedentes nos detendremos en dos precedentes que suelen ser citados y mencionados reiteradamente en los debates y análisis de estas cuestiones. b. Las posturas encontradas en “Equipos y Controles SA”. La Sala C de la CNCom. debió resolver16 la siguiente cuestión: la concursada peticionó la exclusión del voto del Grupo Fischer (compuesto por varios acreedores verificados) para el cómputo de los votos. Fundó su planteo en la aplicación extensiva del art. 45 L.C. y las disposiciones de la LDC, por tratarse de un acreedor que estaría en flagrante competencia con la Equipos y Controles S.A. El juez de primera instancia hizo lugar a lo requerido. Los excluidos apelan sosteniendo la violación de las normas de la ley de defensa del consumidor y destacando la ausencia de prueba y falta de conocimiento del mercado del aquo, ya que Emerson Argentina S.A. -de quien las serían subsidiarias las excluidassólo poseía una participación del 10% en un mercado con gran cantidad de competidores y que además el rubro al que se dedicaba la concursada (válvulas y reguladores de gas) constituía el 10% de su facturación total, pues su actividad se expandía sobre diversos ámbitos. El voto mayoritario de la Cámara integrado por los Dres Héctor M. Di Tella y Bindo Caviglione Fraga expresa que la LCQ no prevé la exclusión para casos como el presente y que si bien la ley LDC estatuye un sistema en virtud del cual las conductas que pudieran constituir prácticas restrictivas de la competencia, éstas quedan sujetas a sus disposiciones y bajo la órbita del Tribunal Nacional de Defensa de la Competencia, órgano autárquico encargado de aplicar y controlar el cumplimiento de dicha ley (art. 17 LDC), limitando la intervención judicial a la revisión de dichas decisiones (art. 53 LDC). Remarcan que no hay pruebas que permitan afirmar que el acreedor se trata del principal o único competidor, o si existen otras empresas en el mercado nacional que se dediquen a la misma actividad comercial. El Dr. José Luís Monti en disidencia, expresa que la inteligencia estricta que suele predicarse en punto a las causales de exclusión del voto de ciertos acreedores en el concurso no puede conducir a hacer de ellas un numerus clausus que impida correlacionar esa regla con otras normas del ordenamiento jurídico, dentro o fuera del propio régimen concursal. En especial si se trata de normas cuya incidencia no podría 15 16 CNCom. C, 10/11/2008, “Juan C. Guzmán y Cía. S.A. s/conc. prev” CNCom. C, 27/12/02, “Equipos y Controles SA s/concurso preventivo s/incidente de apelación". postergarse en tanto reflejen principios indisponibles, imperativos y vinculantes para los jueces por ser inescindibles del orden público, la moral, la buena fe y las buenas costumbres que ellos deben resguardar (arts. 21, 502, 530, 542, 872, 953, 1047, 1071, concs., CCiv.). Si en la emisión de voto se percibe una infracción a tales normas y principios, la consecuencia no puede ser otra que la ineficacia de dicho acto, como acto jurídico que es (art. 18 CCiv.), situación que conduce a la exclusión del cómputo de ese voto, que es precisamente su efecto propio (art. 1050 CCiv.), más allá de otras consecuencias que puedan derivarse de él, tanto en el ámbito administrativo como jurisdiccional (art. 1056 CCiv.). Continúa expresando que no es razonable dar al referido art. 45 LCQ una inteligencia que lo relegue a un anacronismo distanciado de la realidad contemporánea. cerrando los ojos a una compleja realidad de relaciones económicas que trasciende la simplificada bipolaridad "acreedor-deudor". En cuanto a la intangibilidad del derecho de voto que se acuerda a los acreedores postula que es muy claro que no puede convertirse en un derecho absoluto, vale decir, inmune a toda limitación impuesta por el orden jurídico con miras a preservar la buena fe, la moral o el orden público. c. El caso “Telearte S.A. Empresa de Radio y Televisión” Este precedente por la trascendencia de la concursada y de la acreedora excluida del voto es el que más utilizamos en nuestra actuación como docente de Derecho Comercial II para ejemplificar el caso del (mal) llamado “acreedor hostil” por cuanto consideramos que es un ejemplo de fácil asimilación por el alumnado. En prieta síntesis, la concursada, propietaria de un canal de televisión de aire de la Ciudad de Buenos Aires (Canal 1), requirió la exclusión del llamado "Grupo Telefónica" del cómputo de las mayorías17, alegando un "manifiesto interés contrario" que tendría el mencionado "grupo" respecto de las sociedades concursadas derivado de la actividad comercial que ambos agrupamientos desarrollaban. Ello así por cuanto el mentado grupo explotaba dos de los canales más importantes de la televisión abierta de la misma ciudad (Canal 9 y Telefé, respectivamente), atento la posición de los canales en el mercado y la distribución de la publicidad que efectúan entre ellos. En el mismo, fallado en primera instancia18 por el Dr. Alfredo A. Kölliker Freís, se resolvió que la actitud hostil de un acreedor y su negativa a votar favorablemente la propuesta de acuerdo preventivo en las particulares condiciones del expediente permiten concluir que, en virtud de una posición dominante dentro de la base de cómputo de las mayorías, arrastrará a los demás acreedores y los condenará a no cobrar un solo peso, constituye un ejercicio antifuncional e irregular del derecho a no aceptarla, lo cual torna procedente excluirlo del cómputo de las mayorías requeridas para la aprobación de la propuesta. Claramente se expresa que áun cuando la conducta observada por el grupo económico acreedor no encuadre en el rótulo de "desleal" para aplicar los mecanismos previstos en la LDC, puede ser calificada de "salvaje" y "hostil" a los fines de su exclusión del cómputo de las mayorías requeridas para la aprobación de la propuesta de 17 Acotemos que igual pretensión formuló un acreedor alegando que el mentado grupo había sido controlante de la concursada un año antes de este hecho, empero tal pretensión fue rechazada. 18 Juzgado Nacional de 1a Instancia en lo Comercial Nro. 16, 07/03/2006, “Telearte S.A. Empresa de Radio y Televisión”, LL 2006-C, 367. acuerdo preventivo, en tanto tiene aptitud suficiente para servir de antecedente al ejercicio disfuncional del derecho a desaprobar la oferta del deudor, en los términos del art. 1071 del Civ., porque revela la existencia de una competencia por el mismo mercado de televisión por aire y por los espacios publicitarios correspondientes. Se expresa que para arribar a tal decisión no basta con demostrar que el propósito que inspira esa negativa no está fundado en las condiciones económicas intrínsecas de la propuesta sino que el mismo se efectúa en base a ponderaciones de otra índole vinculadas al negocio del acreedor, como la captación del mercado o la eliminación del deudor como competidor directo en ese mercado, y que además dicha negativa debe constituir un ejercicio abusivo e irregular del derecho que tiene todo acreedor a rechazar la propuesta concordataria. Tal accionar puede pasar a ser ilegítimo o irregular cuando causa daños a terceros ajenos a esa actividad, como son los restantes acreedores que conforman la masa pasiva del deudor, los trabajadores de la empresa y la comunidad en general que se vería privada de los beneficios generales que emanan de la existencia de una unidad económica productiva. Concluye que el catálogo de supuestos de exclusión de acreedores del cómputo de las mayorías requeridas para la aprobación de la propuesta de acuerdo preventivo, previstos en el art. 45 LCQ, debe ser interpretado en forma amplia, razón por la cual es posible admitir hipótesis no contempladas expresamente, en la medida que guarden directa relación con la finalidad de la prohibición, presenten analogía con algunos de los supuestos previstos en el ordenamiento legal o resulten de principios o institutos provenientes del resto del orden jurídico general, considerado en forma global. c. Nuestra opinión. Estimamos que los precedentes brevemente analizados, tanto la decisión del caso “Telearte” como el voto en disidencia del Dr. Monti en “Equipos y Controles” reflejan una interpretación más realista del derecho, tal como hiciera el Dr. Rivera en “Del Atlántico”, razón por la cual nos enrolamos en la misma. Claro está que, tal como supra indicásemos, ello no implica que cualquier acreedor que se niegue aceptar la propuesta deba ser excluido, por cuanto este obrar traduciría un ejercicio abusivo del derecho del deudor. Las circunstancias que lleven a la exclusión deben ser graves y precisas, no alcanzando con efectuar meras alegaciones genéricas. ¿Qué en ocasiones ello es difícil de demostrar? Eso es harina de otro costal, no obstante para estas circunstancias tenemos los indicios que serán merituados por el juez aplicando las reglas de la sana crítica. Estimamos que un claro ejemplo es el citado caso “Telearte”, por cuanto poner la suerte del concurso de un canal de aire en manos del propietario de los restantes dos canales privados de la ciudad es como poner el lobo a cuidar las ovejas. 4. Exclusión por vía analógica o teleológica vs. interpretación restrictiva. Como expresáramos el art. 45 LCQ prevé exclusiones por cuestiones familiares y de índole societario, cada una claro está con distinta télesis. Con referencia a las primeras, la idea prevaleciente es que existiría una presunción hominis de que habrá adhesiones sospechadas de no ser sinceras, en función de la relación familiar que une a dichas personas con el deudor y la natural solidaridad que tal relación supone; en todos los casos la idea subyacente sería que favorecerían al deudor19 y así debería excluirse también el voto de la concubina/concubino. Empero se ha resuelto que esta relación de convivencia debe persistir al momento del concursamiento habiéndose rechazado las peticiones de exclusión cuando tal relación ha cesado20, y tampoco deben excluirse los familiares de éste, por ejemplo el cuñado del concubino21. Desde el ángulo societario es la interpretación que se efectuó en el ya citado caso “Del Atlántico”. Toda interpretación por analógica nos lleva a un terreno un tanto resbaladizo razón por la cual resulta de trascendental importancia el análisis, dentro de las limitaciones de esta trabajo de la interpretación jurisprudencia que ha delineado ciertas pautas básicas. a) Caso de transferencia de acciones de la sociedad controlante: al respecto en el precedente “Productos Mainunbí SA”22 se ha resuelto que el acto realizado por la sociedad controlante de la concursada (que recordemos está excluida de votar), sobreviviente la presentación en concurso de la deudora, de haberse desprendido de parte de las acciones y haber perdido de ese modo la calidad de controlante, genera efectos análogos al de la cesión de créditos, cuya concreción dentro de un cierto lapso autoriza a excluir del voto al cesionario. Ello así por cuanto el cambio de titularidad de las acciones realizado después de la apertura del concurso surte la presunción de que el objeto perseguido por la venta ha sido el de soslayar la prohibición de la ley. La interpretación restrictiva de la exclusión del voto no debe servir para convalidar una manifiesta violación de la ratio legis ante la cual el juez deba asistir impasible. En similar sentido se entendió que cuando el controlante (por intermedio de su subsidiaria local) de una sociedad, a su vez controlante de la concursada se desprendió de obligaciones negociables un mes antes del concursamiento, el tenedor de las mismas no podría expresar su conformidad a la propuesta23. Asimismo esta sería contrariu sensu la línea sentada en el precedente “Telearte” donde no se hizo lugar a la exclusión requerida por el acreedor al no existir ninguna posibilidad de concilium fraudis, ya que precisamente como analizarámos existía una notoria animosidad acreedor/anterior controlante con la deudora (y en virtud de la misma es que fue en definitiva excluido). b)Limitación de la exclusión sólo a los accionistas controlantes: Se entendió que la exclusión del voto de los accionistas que controlen la sociedad concursada, se refiriendo al control emergente de la aptitud de voto del acreedor en el seno de la Asamblea de la deudora (art. 33 inc. 1 de la ley 1955024) y no a otro tipo de control, 19 En contra Fernández Garello, Vivian Cecilia , “Son taxativas las causales de exclusión del voto en el concurso preventivo?”, LL 29/06/2009, quien ha postulado que por el contrario, en la posibilidad de su voto negativo con la consecuencia de permitir con su actuar que un pariente condene a la quiebra, la (hoy derogada) calificación de conducta y, eventualmente a ser requerido en sede penal; por lo que cuestiones de orden moral para salvaguarda de la familia serían las inspiradoras de la prohibición. 20 CNCom. D, 14/11/2007, Farjat, Carlos s/conc. prev., LL 2008-B, 182. 21 CNCom. D, 18/09/1992, Kenny, María L. s/conc. prev. s/inc. de impug. por Arnaude S.A., Guillermo, LL 1994-B, 21. 22 CNCom. A, 8/10/04, “Productos Mainunbí SA s/ Concurso Preventivo”. 23 CNCom. B,13/7/06 “Inversora Eléctrica Buenos Aires S.A.” 13 de julio de 2006. 24 Recordemos que esta norma dispone que “Se consideran sociedades controladas aquellas en que otra sociedad, en forma directa o por intermedio de otra sociedad a su vez controlada: 1) Posea participación, por cualquier título, que otorgue los votos necesarios para formar la voluntad social en las reuniones sociales o asambleas ordinarias; puesto que la ley no contiene referencia alguna a otras hipótesis, y por ello no comprende los casos de participación dominante en el capital social distinto de la vía accionaria, ni contempla el caso de control indirecto25. Comentando el MegaAPE de Cablevisión26 sostuvimos que la interpretación que restringe la limitación a votar a los controlantes directos es la que debe prevalecer sin perjuicio de estimar que la solución legal puede dar lugar a abusos y que de lege ferenda debería ser modificada. Al respecto Graziabile27 postula que la excepción al principio que los accionistas puedan prestar conformidad al acuerdo y sean computados para las mayorías está dada para el accionista controlante, que debe ejercer un control directo único que se condice con la calidad de accionista; agrega que en caso de que el legislador hubiese querido extender la exclusión al control indirecto debió ampliar la excepción de la misma manera que lo hace con los acreedores parientes de los socios o administradores y respecto a los cesionarios del cónyuge y parientes. Continúa este autor expresando que dicho control será necesariamente interno, siendo el que se desarrolla en el seno de la sociedad y se dará cuando un accionista o socio, en atención a la magnitud o importancia de su participación en el capital social se encuentra en condiciones de formar la voluntad social. Ello podrá hacerse cuando se posea participación, por cualquier tipo, que otorgue los votos necesarios para formar la voluntad social en las reuniones sociales o asambleas ordinarias, sea en forma absoluta (tener la mayoría absoluta, sobre la totalidad de los votos posibles para asambleas ordinarias) o minoritario o de facto que se configurará por la efectiva concurrencia y votación en la asamblea o reunión de socios, donde el controlante, de hecho puede tomar las decisiones sociales, seguramente porque los demás socios o accionistas no concurren a las convocatorias del órgano de gobierno o porque la polarización de los demás socios impide que se vuelquen por una determinada política social. Todos estos tipos de control interno son directos y quedan subsumidos en la exclusión de voto cuando se trate de un acreedor, accionista y controlante. c) Créditos subordinados: Liminarmente recordemos que la ley 24441 estableció como último párrafo del artículo 3876 del Código Civil que puede convertirse la postergación de los derechos del acreedor hasta el pago total o parcial de otras deudas presentes o futuras del deudor. Respecto de estas acreencias se entendió que de los arts. 45 y 46 no se deriva que los créditos subordinados queden despojados del derecho de emitir su voto y si éstos créditos deben de constituir una categoría especial (conforme art. 41 último párrafo LCQ28), forzoso es concluir que los mismos participan del acuerdo con su conformidad29, siendo improcedente pretender su exclusión. d) Acreedores controlados: Cuando la concursada detenta poder decisorio absoluto en un acreedor por tratarse de una sociedad controlada por la misma, estamos nuevamente ante una situación no prevista por la LCQ. 2) Ejerza una influencia dominante como consecuencia de acciones, cuotas o partes de interés poseídas, o por los especiales vínculos existentes entre las sociedades”. 25 CNCom. E, 29/4/05, “Alpargatas SAIC s/ Concurso Preventivo”. 26 Casadío Martínez, Claudio “Homologación de un “MegaAPE” conflictivo e ilustrativo” LL del 7/5/08. 27 Grazibile Darío, “El APE de Cablevision -computo de las mayorías y exclusión de voto-“ 28 Esta norma prevé “Los acreedores verificados que hubiesen convenido con el deudor la postergación de sus derechos respecto de otras deudas, integrarán en relación con dichos créditos una categoría”. 29 Juzgado Civil y Comercial de 39º nominación de Córdoba y Juzgado de Concursos y Sociedades Nº 7 de Córdoba, 24/2/05 “Banco Suquia SA s/Concurso Preventivo” Al respecto se resolvió que para los acreedores accionistas, controlados o vinculados, es evidente la ausencia de emplazamiento legal dentro del marco de aprehensión conceptual del art. 45 LC, que excluyó explícitamente de voto a la controlante y no así a la controlada. Sin embargo, no se advierten razones para el trato diferenciado para ello porque la relación es recíproca y tanto en uno como en otro caso, priva al titular del voto de su libre elección en sentido de aceptación o rechazo. La controlada como acreedor verificado en el concurso de su controlante actuará siguiendo las directivas de esta última con una identificación de intereses con la concursada deudora en el polo opuesto al interés de los acreedores externos. Por ello en definitiva debe impedirse que la controlada vote en el acuerdo pues se encuentra de tal modo ligada a la deudora que la expresión de su voluntad no puede más que considerarse encolumnada en una única comunidad de intereses; nadie puede pensar lógicamente que la concursada fuese a votar en contra de sus propios intereses por lo que su voto no está imbuido de la debida independencia o autonomía tan necesarias para asegurar la transparencia del acuerdo30. e) Directivos de sociedades competidoras: En un caso concreto31 se resolvió excluir al acreedor cuyo crédito superaba los dos tercios del total del capital verificado en su categoría y ocupaba el cargo de director de ventas en una empresa competidora de la concursada. Al respecto se expresó que caso contrario el acreedor-competidor tendría la facultad de decidir la suerte de la propuesta y provocar indirectamente la quiebra, determinando la exclusión del mercado de su competidora, mediante un mecanismo reprobado por el art. 2° inc. f de la LDC. 5. Los organismos fiscales y su “falta de discernimiento”. Sabido es que los organismos públicos de recaudación sólo pueden aceptar propuestas que ellos hayan previamente definido y en las condiciones fijadas, con lo cual mal puede hablarse de negociación o cosa similar, sino de adhesión (o no) al régimen impuesto por la administración. En el caso concreto de la AFIP se presentaba una situación kafkiana. Veamos. A los contribuyentes se les exigía la previa homologación del acuerdo para poder refinanciar sus deudas ante el organismo de recaudación nacional; empero para la homologación era imprescindible que existiera el acuerdo con la respectiva conformidad de dicho organismo. En la actualidad este estado de cosas ha variado, exigiéndose sólo la presentación de la petición por el deudor con 20 días de anticipación al vencimiento del periodo de exclusividad32 situación que ha llevado a autorizada doctrina a postular que hoy habrían desaparecido las causales que hacían factible la exclusión provisoria de estos acreedores33 y así lo ha entendido la jurisprudencia mas reciente34. 30 CNCom. B,13/7/06 “Inversora Eléctrica Buenos Aires S.A.” 13/7/06 CNCom. C, 10/11/2008, “Juan C. Guzmán y Cía. S.A. s/conc. prev.” 32 Art. 40 RG 970/01 de la AFIP 33 Chomer, Héctor Osvaldo, “Una discriminación a veces necesaria. Breves consideraciones sobre prórrogas y exclusiones”, en Temas Actuales de Derecho Concursal, Fundasud, 2007, pag. 324. 34 CNCom. D, 6/3/07, “Pezz Luis Alberto s/ Concurso Preventivo” 31 Es decir que la existencia de pautas generales dadas por los organismos públicos si bien limitan la capacidad de negociación y discrecionalidad de los funcionarios, no importan por sí la descalificación de tales entes para conformar o no el acuerdo35. Por ello es que si el fisco no tiene un interés contrario ni tampoco es un acreedor complaciente, ni está efectuando un ejercicio abusivo de su derecho, debemos preguntarnos cuáles serían las razones por las cuales debemos entonces excluirlo del cómputo de las mayorías Uno de tales motivos podría ser la “falta de discernimiento” o “falta de capacidad de negociación”. Así se resolvió que no excluir al organismo recaudador del cómputo del capital para la determinación de las mayorías necesarias para obtener la homologación del acuerdo que se proponga a los acreedores, que de antemano están imposibilitados de analizar sin condicionamientos a las diversas propuestas de pago que pudiera formular la deudora, conduciría a una notable contradicción con todo el sistema, no pudiendo ello admitirse por el tribunal concursal36. En concreto, atento la nula posibilidad de negociar un acuerdo con estos acreedores (se acepta el plan de pago que exige por lo general mejores condiciones que las que se obtienen con otros acreedores o no, sin otras posibilidades) se estaría alterando el régimen de votación y negociación que expresamente prevé la LCQ. Máxime que los mínimos contenidos en las resoluciones del fisco, no puede sostenerse deban ser también impuestos como mínimos o condicionantes para el resto de los acreedores37. Acotemos que numerosos precedentes, no obstante lo antes expuesto no han admito la exclusión de los órganos fiscales38. En ocasiones porque contradecía el comportamiento anterior de categorizar específicamente a la AFIP en una categoría especial39 o precisamente porque se obvió categorizarlo en forma independiente ya que nada impedía cumplir los recaudos administrativos exigidos por el órgano recaudador40. Asimismo cabe consignar que en doctrina41 se ha expuesto que la categorización o no de este tipo de créditos deviene 'inane', es decir, 'inútil e innecesaria', pues, la entidad fiscal no le interesa prestar su conformidad, sino el sometimiento a sus reglas por parte del concursado. Finalmente cabe preguntarnos si la exclusión de tales órganos les causa o no algún perjuicio. En otra oportunidad42 hemos expuesto que para responder a este interrogante debemos analizar cuales son las posibles situaciones “lógicas” que pueden verificarse con este acreedor: 1. quiebra por no homologación (con o sin exclusión del voto del fisco) 35 Juzgado Civil y Comercial de 39º nominación de Córdoba y Juzgado de Concursos y Sociedades Nº 7 de Córdoba, 24/2/05 “Banco Suquia SA s/Concurso Preventivo” 36 CNCom. B, 13/5/05, “Kalei SA s/Concurso Preventivo”, id. 29/10/04 “Pol Sudamericana SA s/Concurso Preventivo”, id, 5/4/06, “Hospital Privado Modelo AS s/ Concurso Preventivo”, id 28/12/06 “Baudou Enrique Eduardo s/Concurso Preventivo” CNCom. C, 29/11/05, “Eco Design SA s/Concurso Preventivo”, em similar sentido haciendo incapié em la rigidez de la AFIP Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Azul, sala II, 02/12/2008, Ronicevi SECPA, LLBA 2009 (marzo), 186. 37 CNCom. B, 29/10/04 “Pol Sudamericana SA s/Concurso Preventivo” 38 CNCom. E, 3/11/05 “Kruszewski, Adalberto s/Concurso Preventivo” 39 CNCom. A, 13/6/06, “Doso SRL s/ Concurso Preventivo”, CNCom. A 15/2/07, “Silbermins Eduardo R. s/Concurso Preventivo” 40 Cámara 2a de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minas, de Paz y Tributaria de Mendoza, 08/05/2009, Morgani, Oscar Pedro, LLGran Cuyo 2009 (setiembre), 786 41 Junyent Bas F. e Izquierdo S., "Exclusión o categorización diferenciada de la A.F.I.P.", LL 18-12-07. 42 Casadío Martínez, Claudio, “Exclusión del cómputo de las mayorías de los entes recaudadores fiscales en los concursos preventivos”, Impuestos, Marzo 2007 2. homologación sin excluir al fisco 3. homologación con la exclusión del fisco. En el primer supuesto (quiebra) la AFIP y restantes acreedores cobrarán el dividendo que resulte de la distribución final que efectúe el síndico en función del producido por la liquidación de los bienes del fallido. Como es sabido, en la mayoría de los casos sólo una mínima porción de las acreencias privilegiadas percibirán sus acreencias. En el segundo caso, obtenida la homologación del acuerdo sin la exclusión de la AFIP u otro órgano de recaudación, éstas percibirán su acreencia ya sea en función del acuerdo arribado expresamente con el deudor (si cumplió con los recaudos previstos por la RG 970/01 o similar) o bien en función de tal acuerdo homologado con su categoría como cualquier otra acreedor con las quitas y esperas consecuentes (guste o no debe atenerse al juego de las mayorías a que hacíamos referencia al comenzar este comentario). Finalmente en el tercer supuesto, es decir excluido del cómputo ¿Cómo cobra el fisco? Estimamos que el deudor deberá acogerse a los planes de pago que le otorguen y en caso de incumplimiento podrá pedirse la quiebra del deudor. Por ello en nuestra opinión considerar a la AFIP y restantes acreedores en esta forma aventaría el peligro de perjudicar el interés de “toda la comunidad”, que es a quien representa el fisco en última instancia, al recaudar impuestos para el beneficio “de todos” a que ha hecho referencia un sector de la doctrina, ya que en definitiva cobrará el 100 % del crédito, mas intereses. Así se entendió que la exclusión de la AFIP está orientada a evitar que ésta impida la obtención del acuerdo, cuando su acreencia, de acuerdo al régimen legal establecido por ella misma, sólo podrá ser percibida, una vez homologado el acuerdo, con arreglo a las facilidades de pago dispuestas por ese régimen legal43 y concretamente se expresó que por ende ningún perjuicio causa a la AFIP44. Asimismo es la postura aconsejada por la Fiscalía de la Cámara Nacional de Apelaciones (a cargo de la Dra. Alejandra Gils Garbó) en sus dictámenes45 al sostener que la exclusión del fisco no afecta el orden público siempre que en la sentencia homologatoria se establezca que a) dentro de los 30 días de la homologación el concursado debe acreditar el acogimiento al plan de facilidades ante tales órganos bajo apercibimiento de decretarse la quiebra y b) en virtud de la exclusión el deudor no podrá invocar el acuerdo arribado con los acreedores quirografarios para oponerlo al fisco. Y así fue resuelto en ocasiones por los Tribunales46. Para concluir digamos que la tendencia actual parecería dirigirse a que el acreedor fiscal sea categorizado aún de oficio en una categoría distinta47, que podría efectuarse ex post, lo cual constituye una solución menos cruenta que la exclusión de voto en virtud de que esta última conculca un derecho esencial, cual es el de formar parte de la voluntad que acordaba o rechazaba la solución concursal, mientras que la categorización tiende a preservar la solución concursal, pero permitiendo que el acreedor votase en categoría separada48. 43 CNCom. B, 13/5/05, “Kalei SA s/Concurso Preventivo”. CNCom. C, 29/11/05, “Eco Design SA s/Concurso Preventivo”. 45 Ver entre muchos otros lo dictaminado en la causa “Arlon SA s/Concurso Preventivo” 46 CNCom. A, 9/3/06, “Open Sports Business SA s/ Concurso Preventivo”. 47 CNCom. D, 16/10/2007, Comercial Mendoza S.A. s/conc. prev., LL 2008-A, 156 48 CNCom. D, 26/3/09, "Carrillo, Francisco Ramón s/ concurso preventivo". 44 Convengamos que como mínimo la normativa de la AFIP constituye una categoría especial no explicitada en la ley de fondo, pero tipificada por una norma particular para un caso determinado con procedimientos propios49. 6. Caso de los créditos no vencidos. Recordemos que el art. 128 LCQ dispone que, en los supuestos de quiebras “las obligaciones del fallido pendientes de plazo se consideran vencidas de pleno derecho en la fecha de la sentencia de quiebra”, agregándose para tornar operativa la pars conditio creditorum que “si el crédito que no devenga intereses es pagado total o parcialmente antes del plazo fijado según título, deben deducirse los intereses legales por el lapso que anticipa su pago”. Para los concursos no existe una normativa de similar tenor y por ello, así fue que en el precedente "Compañía de Alimentos Fargo S.A."50 se resolvió que los créditos no vencidos al tiempo del dictado de la resolución verificatoria, no debían computarse en el pasivo a los efectos de la evaluación de mayorías y base del futuro acuerdo, con fundamento en que si bien la ley no distingue entre los acreedores que deben prestar la conformidad, se impone el criterio hermenéutico según el cual solo participan aquellos créditos que resultan exigibles. Se entendió que admitir lo contrario implicaría una interpretación contraria al contexto sistemático y finalista de la normativa en cuestión Por nuestra parte estimamos que esta solución no se condice con el criterio uniformemente aceptado en nuestro derecho en materia de caducidad de plazos en el concurso preventivo y en igual se sentido se ha expedido la doctrina nacional51 y precedentes mas recientes52. 7. ¿Falta de “de interés concursal”? En doctrina se ha ensayado como explicación a la exclusión por abuso el supuesto de manifiesto interés contrario al interés concursal. Al respecto Barreiro53 expresa que todo sistema jurídico (y el concursal lo es) busca resguardar un interés propio que le da su razón de ser y condiciona las soluciones jurídicas que en los casos concretos deben darse en función de su aplicación. El interés le pertenece al sistema en si, es definido por las leyes que lo regulan y no pertenece a un sujeto o sujetos en particular, es decir que no es para la defensa del deudor o acreedores, sino del sistema todo. Truffat niega la existencia de tal interés aduciendo la imposibilidad de definir hoy un contenido más o menos cierto y concreto que resultaría comprensivo de dicho concepto y la necesidad de atribuir tal interés, es decir de determinar quien resulta titular del mismo, lo cual nos llevaría a las ya desechadas teorías de representación de la masa54. 49 CNCom. B, 28/12/06 “Baudou Enrique Eduardo s/Concurso Preventivo” CNCom. B, 04/03/2005, “Compañía de Alimentos Fargo S.A.”, LL 2005-B, 581. 51 Graziabile Darío J., "La caducidad de plazos en el concurso preventivo y exclusión del cómputo de las mayorías", JA 2005—II, Fascículo 7, 18.5.05. 52 CNCom. 16/09/2009 ,“B. D. T. SA s/ concurso preventivo s/ incidente de revisión promovido por la Fiscalia del Estado de la Provincia de Bs As” 53 Barreiro, Gustavo Marcelo, “La exclusión del voto en interés contrario” en el libro colectivo “Homenaje al Dr. Osvaldo J. Maffia” IADC – FIDeCEC, pag. 387 54 Truffat, E. Daniel, “El mito del “interés contrario” de los acreedores al manifestar su voluntad respecto de una propuesta concordataria” ED del 10/9/07. 50 Por nuestra parte estimamos que el interés concursal como interés difuso se encuentra latente en todo el sistema concursal. Pero, ¿cuales serían los objetivos protegidos por este “interés”? Estimamos que la conservación de la empresa económicamente viable y socialmente útil, el mantenimiento de la integridad del patrimonio del deudor, la protección del derecho de los acreedores, la tutela del crédito y la protección del empleo y de los trabajadores. Claro está que la ley deberá privilegiar uno por sobre otros (lo ideal seria satisfacerlos todos in totum, pero…) así, por sólo citar un ejemplo la ley 26086 pretendió hacerlo con estos últimos, si lo logró o no, es harina de otro costal. 8. El aspecto procesal: ¿Quién, cuándo y cómo requerir la exclusión? La LCQ guarda silencio sobre los aspectos con que rotulamos este parágrafo, es más, omite también referenciar los aspectos procesales de la exclusión del voto de los acreedores mencionados en el art. 45, entonces la doctrina y la práctica jurisprudencial han intentado establecer algunos parámetros objetivos. a) ¿Quién? Somos de la opinión que la legitimación activa es amplia, y que aquí cobra trascendencia el carácter de plurisubjetivo y plurisconflictivo del proceso concursal como tal. Por ello estimamos que tanto el deudor, como los acreedores y hasta el síndico55 motus proprio pueden solicitar la exclusión de alguno de los acreedores y así fue admitido por la jurisprudencia. Asimismo el juez del concurso, en los casos expresamente previstos por el art. 45 y conc. puede disponer de oficio la exclusión del voto de los acreedores. Empero estimamos que en los demás supuestos no contemplados expresamente por la legislación deberá hacerlo sólo ante pedidos concretos. b) ¿Cuándo? Liminarmente consignemos que por descarte el límite máximo para requerirlo es el vencimiento del periodo de exclusividad al acompañar las respectivas conformidades, empero esto sólo lleva, desde nuestro punto de vista a una mayor inseguridad jurídica y nos inclinamos por sostener que el límite debería estar dado en el momento en que el concursado haga pública la propuesta de agrupamiento o categorización, sobre la que emitirá opinión el síndico en su Informe General. Repárese que luego decidirá el juez “fijando definitivamente las categorías y los acreedores comprendidos en ellas” (art. 42 LCQ) y reiteramos “definitivamente”. De allí derivamos que el deudor no podrá pretender la exclusión de un acreedor que ha categorizado, el síndico al emitir opinión sobre la propuesta de categorización y los acreedores podrán requerir la exclusión de alguno incluido en las categorías presentadas al observar el mentado informe general (art. 40 LCQ)56. El otro “momento” en que se puede y en nuestra opinión sería el más recomendable para requerirse la exclusión, es al impugnar u observar las peticiones verificatorias, así el síndico podrá emitir opinión sobre la cuestión al momento de 55 CNCom. B,13/7/06 “Inversora Eléctrica Buenos Aires S.A.” 13/7/06 CCiv. y Com. Mar del Plata, Sala II, “Santa Clara de Asís s/ concurso preventivo" que no admitió la exclusión una vez que se categorizaron todos los acreedores en una misma categoría. 56 presentar sus informes individuales. Al respecto se ha entendido en doctrina que vencida la instancia del art. 34 sólo serían admisibles nuevas peticiones de exclusión en base a hechos, elementos o antecedentes conocidos con posterioridad57. Por nuestra parte concordamos que ese conocimiento posterior, debidamente acreditado, símil “hecho nuevo”, habilita formular la petición en todo momento antes del vencimiento del período de exclusividad. Empero la jurisprudencia parece inclinarse por admitir las peticiones de exclusión sin tales recaudos, aún vencido el periodo de impugnaciones y observaciones, ello atento que la LCQ no marca un límite expreso para hacerlo58. Es más se ha rechazado enfáticamente que deban presentarse en el mismo momento de observar o impugnar las peticiones verificatorias, ya la resolución verificatoria nada tiene que ver —en principio— con la conformación de la base computable para la determinación de las mayorías, dado que no es en ese estadio del proceso en que el juez debe pronunciarse sobre eso, aun cuando sea el resultado de las verificaciones lo que determina esa base computable y de hecho pueda el juez abordar ese tópico en uso de facultades propias y para un mejor ordenamiento del proceso59. c) ¿Cómo? Obviamente la respuesta a este interrogante se vincula inescindiblemente a la postura a la que adhiriéramos a la cuestión tratada en el parágrafo precedente. En efecto, si el deudor impugna un crédito o no categoriza a un acreedor; si el acreedor impugna u observa una petición verificatoria o la propuesta de categorización o el síndico aconseja la exclusión del cómputo en su informe individual o al emitir opinión sobre la propuesta de categorización, resulta a todas luces claro que el momento de hacerlo cuando la LCQ dispone que se efectúen tales actos procesales. En los restantes supuestos el trámite adecuado para encausar las peticiones es la vía incidental prevista por el art. 280 LCQ, En los primeros casos el magistrado podrá decidir sobre la exclusión al verificar (habilitando la vía recursiva por revisión) o bien al dictar la resolución de categorización (que habilita la apelación)60. En efecto, la resolución que se dicte respecto esta cuestión no se encontraría alcanzada por la regla de la inapelabilidad que consagra el art. 273 inc. 3 LCQ, atento que ésta sólo puede aplicarse cuando se refiere a las cuestiones normales del trámite. Así se resolvió que cabe apartarse del principio general de la inapelabilidad cuando la apelación versa sobre otros puntos, como por ejemplo el criterio de interpretación de las mayorías61, si bien cabe indicar que la cuestión no es pacífica, y así se ha entendido también que estas resoluciones no exceden el trámite normal del concurso62 y por lo tanto devienen inapelables. 57 Chomer, Héctor op. cit. pag. 321. CNCom. D, 14/11/2007, “Farjat, Carlos s/conc. prev.”, LL 2008-B, 182. 59 Juzgado Nacional de 1a Instancia en lo Comercial Nro. 16, 07/03/2006, “Telearte S.A. Empresa de Radio y Televisión”, LL 2006-C, 367. 60 En contra Chomer, op. cit. pag. 321 para quien siempre las peticiones de exclusión deben tramitar por vía incidental 61 CApel. Civil y Comercial Santa Rosa, 21/5/97, Causa: 8026/97, Boletín Cámara 40 fallo 39, Cámara 2a de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minas, de Paz y Tributaria de Mendoza, 04/07/2008, Morgani, Oscar Pedro, , mayoría con la disidencia de la Dra. Varela de Roura para quien es inapelable LLGran Cuyo 2008 (octubre), 899, CNCom. A, 28/08/2007, Bild S.A. 62 CNCom. E, 3-11-05 “Kruszewski, Adalberto s/Concurso Preventivo” donde se sostuvo que el rechazo de la solicitud de exclusión de la AFIP no parece exorbitar el marco de las resoluciones dictadas durante 58 Concedido el recurso, estimamos que debe serlo con efecto suspensivo, con lo cual se estará suspendiendo y prorrogando el período de exclusividad. 8. Colofón. En otra oportunidad63 hemos expuesto que en nuestra opinión, y en una postura que podemos considerar como intermedia, el art. 45 contiene una enumeración taxativa de quienes son excluidos automáticamente del cómputo de las mayorías por razones de orden público, por el sólo hecho de verificarse las circunstancias fácticas descriptas por la norma. Reiteramos taxativa de los excluidos automáticamente. Empero tal taxatividad no inhibe que, en forma excepcional, fundadamente y a petición de alguno de los interesados se excluyan otros, por resolución también fundada del juez concursal, sin que sea condicionante de ello que el interés sea contrario al deudor. Asimismo estimamos que en los casos previstos por la norma bajo análisis, al encontrarse en juego el orden público, tal como hemos indicado, el juez pude intervenir de oficio excluyendo algún acreedor, pero no podrá obrar de este modo con otros acreedores verificados no incluidos en aquella. Finalmente acotemos que la jurisprudencia, si bien en un primer momento se inclinó por la taxatividad de la enumeración contenida por el art. 45, en forma paulatina comenzó a aceptar otros supuestos de exclusión del voto además de los indicados en la referida norma, ya sea porque se podría suponer que favorecerían al concursado, como también en la hipótesis que sus intereses sean contrarios a los de éste y de los demás acreedores o alegando su falta de discernimiento, efectuando en algunos casos una interpretación finalista de la norma. Respondiendo al interrogante inicial de este trabajo, en nuestra opinión estaríamos ante un numerus clausus que admite la inclusión de otros supuestos no previstos expresamente por el legislador. la secuencia ordinaria del proceso concursal y por ende resulta inapelable, en igual sentido CNCom. D “Arlon SA s/Concurso Preventivo” 9-3-06 donde no obstante se remarcó que procede hacer excepción a esta regla cuando las decisiones presentan arbitrariedad o irracionalidad manifiesta., id. 05/03/2002, Inflight S.A. s/conc. prev. 63 Casadío Martínez, Claudio, “Exclusión del cómputo…” op. cit.