análisis de la estructura superficial en la zona de colisión entre la

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UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
DECANATO DE ESTUDIOS PROFESIONALES
COORDINACIÓN DE INGENIERÍA GEOFÍSICA
ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA SUPERFICIAL EN LA ZONA DE COLISIÓN ENTRE
LA CRESTA DE BEATA Y EL CINTURÓN DEFORMADO DE LOS MUERTOS: NE DE
LA PLACA DEL CARIBE
Por:
Mery A. Vitolla Ávila.
INFORME DE PASANTÍA
Presentado ante la Ilustre Universidad Simón Bolívar
como requisito parcial para optar al título de
Ingeniero Geofísico
Sartenejas, Junio de 2010
UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
DECANATO DE ESTUDIOS PROFESIONALES
COORDINACIÓN DE INGENIERÍA GEOFÍSICA
ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA SUPERFICIAL EN LA ZONA DE COLISIÓN
ENTRE LA CRESTA DE BEATA Y EL CINTURÓN DEFORMADO DE LOS
MUERTOS: NE DE LA PLACA DEL CARIBE
Por:
Mery A.Vitolla Ávila.
Realizado con la asesoría de:
Tutor Académico: Prof. Francis Cordero
Tutor Industrial: Dr. Andrés Carbó
INFORME DE PASANTÍA
Presentado ante la Ilustre Universidad Simón Bolívar
como requisito parcial para optar al título de
Ingeniero Geofísico
Sartenejas, Junio de 2010
ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA SUPERFICIAL EN LA ZONA DE COLISIÓN
ENTRE LA CRESTA DE BEATA Y EL CINTURÓN DEFORMADO DE LOS
MUERTOS: NE DE LA PLACA DEL CARIBE
Por
Mery A. Vitolla Ávila
RESUMEN
Los datos de batimetría multihaz y de sísmica de reflexión tanto tricanal como multicanal
adquiridos en la zona de colisión entre el borde deformado de los Muertos y la Cresta de
Beata durante las campañas IG2408 en el año 1977(Ladd et al., 1981) y CARIBENORTE en
el año 2009 (Carbó et al., 2009), fueron interpretados de manera integrada con el fin de
realizar un análisis de la estructura superficial de la citada zona. Esto se realizó mediante la
implementación de softwares para la interpretación de los perfiles sísmicos y reconocimiento
de los distintos elementos morfoestructurales del área, y Global Mapper para la construcción
de perfiles batimétricos e interpretación de los datos de batimetría multihaz.
A partir de esto, se lograron identificar estructuras como cuencas sedimentarias, crestas de
origen ígneo, redes de drenaje con un papel importante en el aporte de sedimentos y fallas
tanto de carácter extensivo como de carácter compresivo, entre otros. Además, algunas
evidencias muestran la existencia de un proceso de colisión activa entre el cinturón deformado
de los Muertos y la Cresta de Beata.
iv
AGRADECIMIENTOS
A Dios y a mi ángel de la guarda porque nunca me abandonan, por darme la mejor familia,
los mejores amigos y salud para ellos y brindarme la oportunidad de vivir y tener a mi lado a
las personas más maravillosas del mundo.
A mis papás. Por brindarme el más sincero amor e inculcarme los más bellos valores y
principios. Papi, eres un hombre maravilloso y ejemplar, gracias por protegerme y
consentirme como sólo tú sabes hacerlo!. Mami, gracias por ser la mejor consejera y
compañera incluso a distancia. Junto a ustedes nada me falta y gracias a ustedes soy lo que
soy. Nunca me va a alcanzar la vida para decirles cuánto los amo! Gracias por existir!
A mi abuelita Matilde: este libro es para ti!, mi compañera de siempre. Me abandonaste
muy rápido, pero no importa, esto sigue siendo para ti!. No sabes cómo me hubiera gustado
compartir estos momentos contigo y cómo me hubiera gustado abrazarte al llegar, porque por
un momento se me olvidó que ya no estabas… Igual siempre siento que me estás
acompañando. Te extraño!
A mi abuelito Jaime, por ser mi confidente y mi amigo sabio. Nadie te va a querer como yo!
Eres el mejor abuelito, el más cariñoso y consentidor del mundo! Te amo! No quiero que te
separes nunca de mí.
A mi hermano Joseph, gracias por ser mi compañía sobre todo en los últimos 6
maravillosos meses en los que me regalaste tu amistad y alegría. Gracias por siempre
facilitarme el camino y ser mi ejemplo a seguir. Te admiro muchísimo, me encantó haber
pasado mucho tiempo juntos porque nos hemos unido mucho más. Espero que me traigas un
ramillete  te adoro!
A mi otra mamá, mi tía Cecilia. Por entenderme, darme ánimo, cuidarme, consentirme y
saber cómo ser la mejor tía! Gracias por llevarme contigo en los peores momentos para
ayudarme a olvidar los problemas aunque sea por un ratito. A mi tío Andrés y mis primitas,
por toda la compañía y los momentos que compartimos juntos! Los quiero!
A la familia Gómez Fino: Señora Ana, Señor Rusvel, Juan, Eva María, Anita y abuelitos.
Gracias por hacer de cualquier recuerdo una sonrisa en mí, por dejarme compartir tantas cosas
lindas con ustedes y por ser tan especiales, de esos que uno se encuentra sólo una vez en la
vida. Gracias por quererme y hacerse querer!
A Isa, mi amiga hermosa! Siempre he dicho que tú y yo somos más que amigas, hermanas!.
Gracias por ser mi apoyo, por no cansarte de mí, por ser mi amiga incondicional para llorar y
reír. Por decirme la verdad siempre y no simplemente lo que quiero escuchar… Te adoro!
v
A mis amigos de siempre, que aunque no nos veamos muy a menudo, los llevo siempre en
mis pensamientos: Antonella, Sarita, Sarah, Naho, Daniel Valensi, Fercho, Mariano, Vane y
especialmente a Caro y Elfis. Con ustedes he compartido alegrías y tristezas. Extraño nuestras
conversaciones, chismes y locuras!! Los quiero con todo mi corazón!!
A mi amigo Manuel Nazoa, por ser la mejor compañía cibernética estando lejos y cerca. Por
darme siempre los buenos días y consentirme cuando me sentía mal, en los peores y mejores
momentos, por saber siempre “leerme” y apoyarme cuando más lo necesité. Somos distintos
pero hemos sabido crear una bonita amistad! Te quiero un montón manueloquito!
A mis compañeros de piso: Ori, Migue, Ine y Andre. Gracias por hacer de mi estadía en
Madrid una experiencia inolvidable. Gracias por aguantar mis locuras, mi música, mis cuentos
y mis oficios!! Son únicos!! Pueden tener la seguridad que tienen un bonito puesto en mi
corazón y que recordaré las tardes de invierno por Madrid! 
A Mary, mi amiga extranjera más bella y querida! Gracias por escucharme, por
aconsejarme, por ser mi compañía cada mediodía y por ser tan linda conmigo. Puedes tener la
seguridad de que cada vez que escuche a Maelo Ruiz me acordaré de ti  no me olvides! Te
extraño y quiero muchísimo!
A José Luis Granja. No existen palabras de agradecimiento hacia ti. Gracias por cada
minuto de tu tiempo que me dedicaste y por cada conocimiento que me transmitiste! Ojalá
algún día aprenda al menos la mitad de lo que tú sabes… Mil gracias!
A mi tutor el Dr. Andrés Carbó y a la Universidad Complutense de Madrid por brindarme
esta oportunidad tan enriquecedora. Profe gracias por su tiempo y su sabiduría, por su
paciencia, sus consejos y sus historias! Lo admiro muchísimo!
A mi tutora Francis Cordero, por ser tan comprensiva y la mejor tutora que se puede tener!.
Gracias por hacerme sentir cómoda, por la disposición que siempre me brindó y por darme
tranquilidad en los momentos de angustia! Gracias!
Y por último, a ti Juan, porque aunque ya te nombré te tengo que agradecer por conocerme
tanto y tenerme tanta paciencia siempre. Gracias por mostrarte siempre interesado en mis
asuntos e incluso aunque no los entendías muy bien, ayudarme a perfeccionarlos. Gracias por
alegrarte de mis triunfos y darme ánimo en mis fracasos. Gracias por hacer que mis recuerdos
de la universidad sean los más hermosos, por el tiempo que compartimos juntos y por ser lo
que eres para mí!
Gracias a todos, sin ustedes este rompecabezas hubiera quedado incompleto…
vi
1
INTRODUCCIÓN
El borde NE de la Placa del Caribe representa una zona muy compleja desde el punto de vista
tectónico y geodinámico. A pesar del gran volumen de investigación que se ha desarrollado en
esta zona en los últimos 50 años y del interés que despierta en la comunidad científica
principalmente en relación con la evaluación del riesgo sísmico y tsunamogénico, no se ha
conseguido un modelo geodinámico integrador de todos los elementos tectónicos observados .
El presente trabajo de investigación se centra al S de la isla La Española, específicamente en la
zona de interacción entre el Borde de los Muertos y la Cresta de Beata (Figura 1). Este borde se
sitúa en el retroarco del arco isla constituido por las Antillas Mayores Orientales, y constituye la
pendiente insular meridional y la parte septentrional de la Cuenca de Venezuela (Granja et al.,
2009a). Tiene una longitud aproximada de 750 km y se extiende desde los 71ºO en su límite
occidental en las inmediaciones de la Cresta de Beata hasta los 63.5ºO en su límite oriental en las
estribaciones de la Cresta de Aves. La Cresta de Beata es un alto batimétrico alargado que se
localiza en la parte central de la Placa del Caribe y está orientada preferentemente NE-SO
separando las extensas cuencas de Venezuela y Colombia (Mauffret y Leroy, 1999). Esta cresta,
en sentido estricto no es una única cresta, sino una macroestructura compleja formada por
multitud de crestas secundarias (sub-crestas) que se disponen de forma oblicua a la orientación
regional de la macroestructura y entre las cuales se forman cuencas interiores de tamaño variable.
De esta área se tienen datos de sísmica de reflexión tanto multicanal como tricanal
correspondientes a las campañas IG2408 del año 1977 (Ladd et al., 1981) y CARIBENORTE del
año 2009, además de datos de batimetría multihaz recolectados en esta misma campaña
CARIBENORTE (Carbó et al., 2009).
El objetivo principal es estudiar la mencionada área desde el punto de vista morfotectónico con
el fin de aportar nuevas constricciones sobre la geodinámica del proceso de colisión entre el
Borde de los Muertos y la Cresta de Beata.
2
Figura 1 Contexto tectónico del borde NE de la Placa del Caribe. Encerrado en el polígono: Zona
de estudio (Modificado de Granja, 2008)
Los objetivos parciales de este trabajo son:
 Interpretar los perfiles sísmicos tanto de sísmica tricanal como multicanal.
 Interpretación de la batimetría multihaz.
 Integrar los datos de perfiles sísmicos con los datos de batimetría multihaz a fin de definir
los elementos morfoestructurales de la zona.
CAPÍTULO 1
MARCO GEOLÓGICO Y TECTÓNICO
La zona de estudio, se sitúa en el borde NE de la Placa del Caribe (PC en adelante). Como se
deduce de la información geológica y geofísica existente, el marco geotectónico de esta zona es
extremadamente complejo (Talwani et al., 1959; Byrne et al., 1985; Manson y Scanlon, 1991;
Dolan et al., 1998; Mann et al., 2002; ten Brink, 2005; 2009), y sólo, si se aborda el estudio a
partir de la caracterización geotectónica del conjunto de la Placa Caribe y más concretamente del
N de la citada placa, podremos conseguir una mejor aproximación al estado actual del
conocimiento, para la zona objeto de esta investigación.
1.1 Placa del Caribe
1.1.1 Localización
La Placa del Caribe, se sitúa aproximadamente entre las longitudes 60º y 90º O y entre las
latitudes 10º y 20º N. Dentro del grupo de las grandes placas tectónicas que conforman la
litósfera de la Tierra, se trata de una de las de menor tamaño. Esta placa ocupa un área
aproximada de 4.000.000 Km2; se extiende desde América Central en su límite O hasta las
Antillas Menores en su límite E, y desde el S de Cuba en su límite N hasta el N de Suramérica en
su límite S. (Fig 1.1)
1.1.2 Bordes de la Placa del Caribe y cinemática
La Placa del Caribe (PC) interacciona con otras cuatro placas tectónicas (Fig 1.2). En su límite
N y NE interacciona con la Placa Norteamericana (PN). Si consideramos fija la PN, la PC se
mueve con respecto a ésta en sentido 70ºNE a una tasa promedio de 18 a 20 mm/año (Mann et
al., 2002). Como resultado de este movimiento relativo, a lo largo del borde de interacción de
ambas placas se genera principalmente un límite transcurrente lateral izquierdo que se manifiesta
mediante extensos sistemas de fallas de desgarre.
Figura.1.1 Marco tectónico esquemático de la placa del Caribe (modificado de Case y Holcombe, 1980; Case et al., 1990; Dolan y Mann,
1998; ten Brink et al., 2004, 2005; Mann et al., 2005; Granja 2008) El color del fondo representa la altimetría derivada de datos de satélite
iluminada desde el NO (Smith y Sandwell, 1997). Las líneas rojas gruesas indican los bordes principales de la placa del Caribe. Se muestran
las isocronas del Centro de Expansión de las Caimán (Rosencrant et al., 1988). El globo en la parte inferior izquierda de la figura muestra la
situación geográfica de la placa del Caribe. Nombres en color rojo indican los diferentes bloques, microplacas y placas que se han descrito en
la región. ZFEPG= Zona de Falla de Enriquillo-Plantain Garden. ZFSO= Zona de Falla Septentrional-Oriente. ZFMP= Zona de Falla
Motagua-Polochic. FB= Falla de Bunce. SC= St. Croix. IV= Islas Vírgenes.
4
5
Por otro lado, en su límite O la PC interacciona con la Placa de Cocos y al SO con la Placa de
Nazca generando la zona de subducción Centroamericana. Si consideramos fija la PC, las citadas
placas presentan sentidos de movimiento hacia NE-E con respecto a la PC a una tasa promedio de
59-74 mm/año (DeMets et al., 1994).
PLACA
EUROASIÁTICA
PLACA
NORTEAMERICANA
PLACA DE
JUAN DE FUCA
PLACA
DEL CARIBE
PLACA
AFRICANA
PLACA
DE COCOS
ECUADOR
PLACA
DEL PACÍFICO
PLACA
DE NAZCA
PLACA
SURAMERICANA
Figura. 1.2. Posición de la Placa del Caribe en relación con las placas vecinas.
Finalmente, la PC interacciona al S y al E con la Placa Sudamericana (PS). Si consideramos
fija la PS, la PC se mueve a una velocidad promedio de 20 mm/año hacia el E con sentidos 68º90º (Weber et al., 2001). A lo largo del borde Sur se observa mucha variación en el sentido de
movimiento debido a que se trata de un borde de placas muy difuso donde se produce una
deformación muy distribuida entre sistemas de desgarre lateral derecho y zonas transpresivas y
transtensivas. Sin embargo, el límite entre la PC y la PS por el E es principalmente convergente
con el desarrollo de la zona de subducción de las Antillas Menores.
1.1.3 Estructura y composición
Los materiales más antiguos que conforman la Placa del Caribe, de los cuales sólo quedan
afloramientos puntuales relictos, datan del Jurásico Tardío (Case, 1990). Por lo tanto, la Placa del
Caribe está constituida principalmente por rocas que van del Cretácico hasta el Holoceno. Según
la composición y la estructura de estas rocas y materiales, así como su impronta genética, se
6
puede realizar una primera clasificación de los distintos tipos corteza que conforman la Placa del
Caribe y que a su vez muestran una distribución concreta dentro de la placa. (Figura 1.3)
Figura 1.3. Tipos de corteza según criterios genéticos en la región del Caribe (tomado de Case et
al., 1990)
La corteza continental perteneciente a esta placa posee un espesor de 20 a 45 km, una densidad
promedio de 2.7 a 2.9 g/cm3 (Case, 1990) con una composición intermedia a silícea y una
proporción considerable de rocas metamórficas e ígneas.
De la figura anterior (Fig. 1.3) se puede observar que la mayor parte de la corteza que conforma
la PC es de tipo oceánico. La corteza oceánica de esta placa se caracteriza por tener un espesor de
6 a 10 km de composición máfica y densidad promedio de 2.85 a 3 g/cm3 (Case, 1990). Sin
embargo, la profundidad estimada posteriormente, mediante sísmica de refracción y reflexión
para la corteza oceánica, varía entre 12 y 15 km (Diebold y Driscoll, 1999; Mauffret y Leroy,
1997). En el Caribe, por tanto, la corteza oceánica presenta un engrosamiento superior en 3 a 5
km con respecto al espesor medio de de las cortezas oceánicas de edad similar. Estas
características se presentan como consecuencia de su proceso de formación; emisión masiva de
7
flujos basálticos e intrusión a modo de sill, en torno a los 80 Ma. Sobre este basamento se
depositaron más de 2 km de sedimentos. Estos rasgos son parecidos a los de los plateau oceánicos
del Pacífico tanto en extensión como en edad y geoquímica (Burke et al., 1978), lo que coincide
con la teoría del origen de la PC en la región del Pacífico, cuestión que se abordará con más
detalle en el apartado 1.1.4.
La corteza de acreción es la formada por la acumulación progresiva de terrenos alóctonos de
diversos orígenes: ígneos, sedimentarios y metamórficos, cuya estructura interna responde a
procesos de subducción/obducción o a grandes desplazamientos laterales a lo largo de márgenes
activos de placas convergentes (Moores y Twiss, 1995). La corteza de acreción creada en el
Caribe desde el Jurásico hasta el Holoceno (Case et al., 1990) está nutrida tanto de fragmentos
de corteza oceánica como continental y por tanto la corteza resultante presenta las características
físicas de ambas; sus espesores son también muy variables, dependiendo del tipo de proceso
dominante que haya intervenido en la acreción.
La figura 1.4 muestra un corte geológico E-O esquemático de la región del Caribe entorno a la
latitud 15ºN, en la que se pueden comparar los espesores relativos de los tres tipos de corteza y la
composición supuesta de la corteza oceánica engrosada o de tipo plateau.
Figura. 1.4 Sección cortical esquemática E-O de la Placa del Caribe (basado en Case et al.,
(1990) y modificado por Mauffret y Leroy (1997)).
8
Tanto los estudios de sísmica de refracción como los de sísmica de reflexión, han puesto de
manifiesto que la mayoría de las cuencas del Caribe, entre las que se encuentran la Cuenca de
Yucatán, la Cuenca de Colombia, la Cuenca de Granada y la Cuenca de Venezuela entre otras,
presentan afinidades oceánicas, con la diferencia de que la corteza del Caribe parece ser un tanto
más gruesa que la típica corteza de la mayoría de las cuencas oceánicas, siendo la Cuenca de
Venezuela la más engrosada de todas (Case, 1990).
1.1.4 Evolución
El origen y evolución de la PC es un tema muy controvertido y en continua revisión (James y
James, 2006; Pindell et al., 2006). Esta controversia parte de que esta placa no presenta una
fábrica de apertura oceánica, y por tanto no se muestran bandas de anomalías magnéticas que
permitan inferir su origen. Existen dos corrientes de pensamiento respecto al origen y evolución
de la PC y que han derivado en dos modelos evolutivos. El primero, y quizás con menor número
de seguidores dentro de la comunidad científica, es el modelo autóctono, el cual considera la
formación in situ de la Placa del Caribe durante los 130 Ma. hasta los 80 Ma (Frisch et al., 1992;
James y James, 2006 ). Por otro lado el modelo alóctono, considera que la formación de la Placa
del Caribe tuvo lugar en la posición actual de la región del Pacífico oriental, posiblemente como
parte de litósfera oceánica de la Placa de Farallón que se formó durante la separación de las
Placas Norteamericana y Sudamericana (Fig 1.5)
Figura. 1.5 Esquema del origen y evolución de la Placa del Caribe (tomado de Mann et al.,
1999).
9
Desde su localización inicial en el Pacífico en edades jurásicas y cretácicas, la Placa del Caribe
ha sufrido una deriva hacia el NE hasta el Eoceno cuando se produce la colisión de su parte
frontal con los Bancos de las Bahamas. A partir de esta colisión la PC cambia su sentido de
movimiento hacia el E, y llega a su posición actual.
1.2 Borde Norte de la Placa Caribe
El borde Norte de la Placa Caribe, está constituido por la zona límite entre la Placa Caribe y la
Placa Norteamericana. Este borde sismogénico varía su ancho desde aproximadamente 100 Km
en la parte O, en el Centro de Expansión de las Islas Caimán, el cual es una cuenca generada por
una dorsal oceánica de poca longitud, hasta aproximadamente 250 Km en la parte E,
específicamente en la microplaca de La Española, Puerto Rico y las Islas Vírgenes. Al O del
Surco de las Islas Caimán el límite entre placas tiende a converger hacia un conjunto de desgarres
sinestrales hasta la zona de subducción de América Central. Sin embargo, la parte E, se
caracteriza por ser una zona sísmicamente activa con presencia de desgarres sinestrales y fallas
inversas. Existe una doble zona de sismicidad comprendida por dos franjas sísmicas; la franja
sísmica del norte se encuentra en la Zona de Falla Septentrional – Oriente y en el contacto en el
offshore entre el Banco de Las Bahamas y La Española. La franja sísmica del S se sitúa en la
Zona de Falla Enriquillo-Plantain Garden al O de La Española y en el Cinturón Deformado de los
Muertos al S de La Española. (Fig 1.6)
10
Figura 1.6 A) Sismicidad (1963-1992, M>4.4, fuente International Seismic Comission) del borde
N de la Placa del Caribe (tomado de Mann et al., 1999). B) Mapa tectónico del N del Caribe
mostrando las microplacas, las mayores zonas de desgarre y el movimiento de las Placa
Norteamericana y Caribeña. MCSC, zona de creación de corteza en la dorsal media de las
Caimán; NHDB, Cinturón deformado del N de La Española. C) Zonas de los sismos históricos
sentidos más devastadores en la región septentrional del Caribe.
Localmente se generan zonas con una componente significativa de convergencia oblicua como
al NE de La Española y en la parte oriental de Fosa de Puerto Rico, y de divergencia como en la
Cuenca de las Caimán y el Rift de Mona. Según Mann et al. (2002) debido a este movimiento
relativo de placas, la máxima convergencia oblicua se produce en el NE de la Española (Haití y
República Dominicana) donde se manifiesta la colisión de la corteza engrosada (22-27 Km de
espesor) de la plataforma carbonatada de las Bahamas con el arco isla caribeño.
11
El modelo de tectónica en microplacas activas (platelets) para la zona norte de la Placa Caribe
fue planteado por primera vez por Byrne et al., (1985) a partir de la propuesta de un proceso de
doble subducción o subducción opuesta.
1.3 Borde NE de la Placa Caribe
El área de estudio se encuentra entre las longitudes 74º y 60º O y entre las latitudes 16º y 21º N
(Fig 1.7)
Figura. 1.7. Marco tectónico del borde NE de la Placa del Caribe
Esta parte de la PC está formada principalmente por corteza de acreción y para poder
describirla, se detallarán a partir de diversas series de datos, los aspectos más relevantes que han
contribuido significativamente para intentar resolver la complejidad estructural de esta zona.
1.3.1 Batimetría
La zona NE de la PC presenta una batimetría muy irregular debido a la tectónica activa que se
desarrolla en este borde de placas y que ha dado lugar a una alta complejidad estructural (Fig.
1.8). En el área coexisten abruptos gradientes batimétricos asociados principalmente con las
pendientes insulares del arco isla y zonas completamente planas tanto en las áreas deprimidas de
12
las cuencas como a techo del arco. En la ancha Fosa de Puerto Rico se encuentra el punto de
mayor profundidad del Océano Atlántico con -8340 m y en la isla de La Española, a sólo unos
200 Km de distancia hacia el Oeste, la Cordillera Central supera los 3000 m de altura. Es decir,
en una pequeña extensión, se notan diferencias en cota de más de 11000 m.
Según las importantes diferencias batimétricas en la zona, existen diversos elementos
fisiográficos destacables que vale la pena mencionar:
1. Los bancos carbonatados de las Bahamas se sitúan sobre la PN al NE de la Española. Estos
bancos muestran una morfología de mesetas surcadas por profundos valles. Presentan un techo
plano que localmente llegan a emerger dando lugar a las islas coralinas de la Bahamas. Los valles
que dividen los bancos son profundos canales que generan escarpes y taludes con desniveles de
-4.000 m
2. El Sistema de Rift de Mona, situado entre las islas de la Española y Puerto Rico. Este sistema
está formado por un rift principal a unos 5000 m de profundidad y otros dos rifts secundarios un
poco más profundos situados a -8000 m. Los tres rifts están abiertos hacia el N, muestran un
fondo plano y están flanqueados por fuertes escarpes en los cuales se han identificado
deslizamientos (López-Venegas et al, 2008).
3. La plataforma carbonatada depositada en la parte alta del arco-isla desde la parte oriental de
La Española hasta las Islas Vírgenes. En la costa N de Puerto Rico la plataforma presenta un
basculamiento uniforme hacia el N de unos 4º y alcanza el veril de -4000 m. Sin embargo, dicha
plataforma aparece completamente plana en la región de las Islas Vírgenes.
4. Sistema de crestas y cuencas de origen distensivo en la PN asociadas al proceso de flexión de
la placa al subducir por debajo de la PC.
5. Salto batimétrico brusco de 4000 m en el paso desde la Fosa de La Española hacia la Fosa de
Puerto Rico.
6. Además el Surco de los Muertos presenta una terminación hacia el O en la Cresta de Beata,
la cual separa las Cuencas de Colombia y Venezuela con una orientación NE-SO.
13
Figura. 1.8 Mapa batimétrico con datos de satélite interpolados a 2 minutos (Smith y Sandwell,
1997). Contornos cada 500 metros. Contorno de -8 000 m en la Fosa de Puerto Rico y contorno
de -5 000 m en el Surco de los Muertos. X marca la zona de mayor profundidad de la Fosa de
Puerto Rico -8.340 m. X’ marca la zona de mayor profundidad en el Surco de los Muertos -5 550.
1) Bancos de las Bahamas. 2) Sistema de Rift de Mona. 3) Plataforma carbonatada depositada
sobre el arco-isla desde el E de La Española hasta las Islas Vírgenes. 4) Sistemas de cuencas y
crestas en la Placa Norteamericana. 5) Fosa de La Española. 6) Cresta de Beata. 7) Surco de los
Muertos. 8) Cuenca de las Islas Vírgenes. 9) Paso de Anegada. 10) Cuenca de Venezuela. 11)
Llanura abisal Atlántica. 12) Cresta de Aves.
1.3.2 Cinemática
A partir de estaciones GPS (Global Positioning System) desplegadas a lo largo de la zona en
cuestión, se han observado para La Española cambios drásticos de comportamiento en cuanto a
dirección de movimiento (80º) y velocidad (aproximadamente 4-17 mm/año) con respecto a la
PC, por lo que actualmente se acepta la existencia de la Microplaca de la Española (Byrne et al.,
1985). Esta Microplaca está envuelta por unos límites activos y presenta un movimiento
diferencial tanto en tasa como en dirección-desplazamiento dentro del ancho límite norte entre la
14
Placa Caribe y la Norteamericana. Esta variación de comportamiento tanto en azimut como en
tasa de movimiento, puede deberse a un retraso en su desplazamiento hacia el E producto de la
colisión en el NE de la La Española con la plataforma carbonática de Las Bahamas. Por otro lado,
se ha conseguido información a partir de la cual se deduce que las islas de Puerto Rico, St.Croix
y Antillas Menores se mueven como un solo bloque a una velocidad promedio de 19-20 mm/año,
lo que coincide con el movimiento del interior rígido de la PC (Mann et al., 2002). (Fig 1.9)
Figura 1.9 Mapa de tasa de movimiento relativo y azimut derivado de GPS (modificado de
DeMets et al. (2000) y Mann et al. (2002)). Las flechas indican el azimut y la magnitud del
movimiento en milímetros, ver escala. Las elipses nos dan el grado de incertidumbre en 2D con
un 95% de confianza.
1.3.3 Sismicidad
En el NE del Caribe han ocurrido grandes terremotos de carácter destructivo, documentados
tanto con registro histórico (Ms ~ 7.3 en el Paso de Mona, Ms ~ 7.3 en las Islas Vírgenes ; Taber
y Reid, 1919) como con registro instrumental (Ms=7.6 en el Paso de Mona (1943), Ms=8.1 en la
costa NE de la Española (1946), Dolan y Wald, 1998). La sismicidad no se presenta de forma
homogénea a lo largo de toda la región (Fig. 1.10). La mayor parte de los sismos se sitúan en el
borde de placas, en donde los eventos no superan los 70 km de profundidad, en cambio, los
eventos aislados se caracterizan por ser más profundos superando los 250 km de profundidad
focal. De acuerdo a la distribución de los sismos, en la zona de las Antillas Menores se puede
15
observar un aumento de la profundización focal hacia el O, donde se define una zona de WadatiBenioff la cual representa la subducción de la litósfera oceánica atlántica por debajo del arco de
isla. Más hacia el O en la región de Puerto Rico y La Española se observa una distribución más
caótica. (Fig. 1.10) y (Fig. 1.11).
Figura.1.10. Mapa de sismicidad del NE y E de la Placa del Caribe. Ms >4.4 (Engdahl y
Villaseñor, 2002).
16
Figura. 1.11 Secciones de sismicidad. Ms >4.4. Representando los eventos de la figura 1.10
situados a 50 km a cada lado del perfil.
1.3.4 Antecedentes y modelos tectónicos
La complejidad de la zona de estudio ha despertado a lo largo de los últimos años, el interés por
parte de la comunidad científica por generar un modelo tectónico integrador que mejor resuelva
este escenario geológico. A continuación se mencionan los modelos tectónicos más recientes.
Dillon et al. (1996) proponen un modelo tectónico de arqueamiento y acortamiento N-S en el
arco isla (Fig. 1.12). El arqueamiento es asimétrico y afecta a la plataforma carbonatada desde la
zona de La Española a la zona de las Islas Vírgenes, y en la isla de Puerto Rico aflora el núcleo
del arco, ya que se trata de la zona más elevada y erosionada. Los autores sugieren como posible
mecanismo de formación del arqueamiento un proceso de convergencia cortical N-S durante más
de 2 Ma. relacionado con la subducción en la Fosa de Puerto Rico y en el Surco de los Muertos.
En esta subducción bipolar la Placa del Caribe en el Surco de los Muertos tendría menor ángulo y
en la zona de contacto en profundidad ejercería una carga sobre la Placa Norteamericana
provocando que esta aumente su ángulo de subducción, como consecuencia se produce un
desajuste isostático que causa la subsidencia de la fosa.
Figura 1.12 Bloque en 3 dimensiones con la batimetría y la distribución en profundidad de los
terremotos y las litósferas de las Placas Norteamericana y Caribe debajo del arco. A la izquierda
se muestra la interacción en profundidad de las dos placas dentro de un régimen tectónico de
desgarre (tomado del USGS Fact Sheet FS-141-00, Dillon y Nealon, 2001).
17
Dolan et al. (1998) en la misma línea que Dillon et al., (1996) propusieron un modelo
tridimensional para el borde N de la Placa del Caribe en el cual se produce una colisión en el
manto superior de las litósferas caribeña y norteamericana con direcciones opuestas (Fig. 1.13).
Ellos sugirieron un modelo en el que el proceso de colisión es activo entre la litósfera caribeña
inclinada hacia el N y la litósfera norteamericana inclinada hacia el S, al menos desde el centro
de Puerto Rico hasta el centro de La Española. Este choque en el manto superior generó una
mayor inclinación de la litósfera norteamericana como resultado de la carga de la litósfera
caribeña.
Figura 1.13 Sección cortical actual de La Española según una dirección NNE-SSO, deducida a
partir de los datos de sismicidad por Dolan y Wald (1998) y Dolan et al. (1998)
van Gestel et al. (1998), en la misma línea de trabajo de Dillon et al. (1996), mediante estudios
sísmicos de reflexión en la plataforma carbonatada confirman que el área de Puerto Rico-Islas
Vírgenes presenta un arqueamiento con tendencia E-O producido por un acortamiento N-S. El
origen del arco se debe a la interacción en profundidad de las dos placas. La Placa del Caribe
subduce desde el S con menor buzamiento que la Placa Norteamericana por el N, de este modo
las placas interaccionan en profundidad y la Placa del Caribe carga sobre la Norteamericana que
se flexiona más, provocando la subsidencia de 4 km de la Fosa de Puerto Rico (Fig. 1.14).
18
Figura 1.14 Modelo de arqueamiento cortical propuesto por van Gestel et al. (1998).
Acortamiento N-S, arqueamiento asimétrico e interacción en profundidad de las placas que
subducen en régimen transpresivo lateral izquierdo.
CAPÍTULO 2
METODOLOGÍA
Para dar inicio a nuestra investigación es necesario formularse una hipótesis de partida, la cual
será comprobada mediante la aplicación de ciertas técnicas experimentales que nos permitirán, en
caso de que la hipótesis sea correcta, el desarrollo de una teoría. La hipótesis planteada es:
¿Por qué se produce la terminación brusca del Cinturón Deformado de los Muertos en las
inmediaciones de la Cresta de Beata?
La formulación de la pregunta se deriva de la observación de que el Cinturón Deformado de los
Muertos es una macro-estructura regional que forma la pendiente insular de las Antillas Mayores
orientales, desde el S de República Dominicana hasta St Croix. Este cinturón de deformación
tiene una longitud de 750 km. Presenta una morfología muy asimétrica, observándose el mayor
desarrollo en su parte central y al S de República Dominicana. El cinturón deformado disminuye
de espesor progresivamente hacia el E hasta desaparecer al S de St. Croix, pero termina
bruscamente en las inmediaciones de la Cresta de Beata en el S de República Dominicana. En la
zona de la Cresta de Beata hacia el O este sistema deformado compresivo es reemplazado por un
sistema de cizalla lateral izquierda (Sistema de Falla de Enriquillo). La transición entre estos
regímenes tectónicos en las inmediaciones de la Cresta de Beata no es bien entendida. Analizar el
papel que desempeña la Cresta de Beata sobre este cambio de régimen tectónico es una de las
claves para entender la tectónica de la zona trasarco de las Antillas Mayores Orientales.
2.1 Técnicas Experimentales
La investigación geodinámica de la litósfera y de su estructura, en zonas continentales y en
arcos de islas, se define a partir de la aplicación de diferentes métodos geofísicos y de la
información geológica de superficie existente para la zona. Estos métodos incluyen, entre otros,
fundamentalmente: Métodos acústicos, métodos sísmicos y campos potenciales.
20
En el presente trabajo utilizaremos:
 Métodos Acústicos:
Batimetría con ecosonda multihaz.
 Métodos Sísmicos:
Perfiles sísmicos de reflexión vertical con fuentes de energía controladas: Tricanal y
Multicanal.
Cada uno de estos métodos, además de proporcionar información sobre la velocidad y la
propagación de las ondas sónicas, proporcionan infor mació n del fo ndo mar ino y de
los pr imeros km de cort eza, ya que tienen distintos grados de penetración y resolución, lo
que los hace complementarios, en este tipo de investigaciones de la estructura superficial.
Una de las características esenciales en las investigaciones marinas, es la geo-referenciación. El
posicionamiento en tiempo y espacio de toda la información adquirida, hace que sean comparables
los diversos experimentos y permita la repetitividad.
Los sistemas de navegación y posicionamiento implementados en los barcos más modernos
combinan los datos que le llegan de los diferentes sensores y genera una representación georeferenciada de su posición, que una vez determinada en espacio y tiempo, es emitida cada segundo
vía telegrama y recibida en los diferentes sistemas e instrumentos de adquisición embarcados. El
sistema GPS (Global Positioning System) operando en modo autónomo sólo ofrece una precisión de
25 m, por lo tanto es necesario disponer de correcciones diferenciales de validez local. Con las
correcciones diferenciales y de manera general, la precisión en el posicionamiento de los datos
adquiridos es menor de 3 m. Este sistema, por tanto, ha permitido geo-referenciar todas las
observaciones con un alto grado de precisión.
A continuación se describen de un modo resumido las principales características de cada técnica:
21
2.1.1 Batimetría Multihaz
Para la obtención de datos batimétricos de alta resolución del fondo marino se emplean
herramientas de investigación oceanográfica conocidas como ecosondas multihaz. Basan su
funcionamiento en la emisión de un número variable de pulsos acústicos polarizados (haces), que
al alcanzar el fondo del mar son devueltos hacia la superficie y recibidos por los transductores
situados en el barco (Fig. 2.1.).
Fig. 2.1. Haz de pulsos acústicos iluminando el fondo oceánico.
A partir de la diferencia del tiempo que han tardado los haces acústicos en recorrer la distancia
que separa el barco del fondo del mar y de la velocidad de propagación del sonido en el agua se
obtiene la profundidad a la que se encuentra el fondo en el área que se va cubriendo según las
derrotas del barco. Así, realizando barridos paralelos con un determinado
porcentaje
de
solapamiento entre barridos contiguos (10-30%) se consigue la cobertura completa del área
prospectada (Fig. 2.2) Un aspecto fundamental es tener un buen control del perfil de velocidad
del sonido en el agua, para transformar el tiempo en profundidad. Por este motivo, durante las
campañas se lanzan diferentes sonadores que proporcionan datos para constreñir el perfil de
velocidad de sonido en la columna de agua.
Los datos utilizados en el presente trabajo han sido adquiridos mediante el Buque de
Investigación Oceanográfica Hespérides. Este buque dispone de la ecosonda multihaz
KONGSBERG SIMRAD EM 120 con capacidad oceánica que opera a una frecuencia de emisión
de 13 kHz y está diseñada para operar en aguas de hasta 11.000 metros de profundidad. Presenta
un rango de cobertura aproximada de 3.5 veces la profundidad del agua y una resolución vertical
22
entre 10 y 40 cm y una resolución horizontal de entre 0.5 y 1% de la profundidad del agua. La
EM-120 es un sistema completo que incluye desde los transductores situados en la barquilla
hasta el procesado final de los datos y su impresión final. El control de la longitud del pulso
permite mantener una resolución adecuada a la profundidad existente (Figura 2.3)
Figura 2.2 Procedimiento de adquisición de datos con la ecosonda multihaz. La línea roja indica
la derrota del barco. Las líneas amarillas indican la proyección del haz central. El área gris
muestra la cobertura y el solape con el área previamente prospectada (naranja).
Figura 2.3 Puesto de adquisición y control de la ecosonda KONGSBERG SIMRAD EM 120 en
el laboratorio de proa del BIO Hespérides durante la campaña CARIBENORTE (2009).
23
2.1.2 Método Sísmico
2.1.2.1 Fundamentos
Las ondas sísmicas son perturbaciones elásticas que se propagan a través del interior de la
Tierra. A medida que estas ondas se propagan por el subsuelo, se van reflejando y/o refractando
dependiendo de los cambios en las propiedades elásticas de las rocas.
En un medio elástico pueden existir dos tipos principales de ondas, las ondas P que se
desplazan paralelamente a la dirección de propagación y las ondas S u ondas de cizalla que
presentan desplazamientos en direcciones perpendiculares a la dirección de propagación. Ambos
tipos de ondas forman el grupo conocido como ondas corporales u ondas de cuerpo (Regueiro
1997). (Fig.2.4a. y Fig. 2.4b)
Figura.2.4a) Propagación de onda S.
Figura. 2.4b) Propagación de onda P.
24
En medios donde existen separaciones de capas con diferentes propiedades elásticas, la
propagación de estas ondas va a estar influenciada por la presencia de discontinuidades y se
regirán por las ecuaciones que derivan de la Ley de Snell, las cuales dictaminan la reflexión y
refracción de este tipo de ondas (Fig. 2.5 y Ecuación 1). En el caso que el ángulo de refracción
sea 90° con respecto a la normal, la onda se refractará críticamente.
Figura 2.5 Comportamiento de una onda sísmica al incidir sobre una interfaz (Reflexión, Refracción y
Conversión)
sen1 sen1 sen 2 sen 2



 const
VP1
VS 1
VP 2
VS 2
Ecuación 1. Ley de Snell
El método sísmico investiga la estructura del interior de la Tierra basándose en el estudio de los
tiempos de propagación, frecuencia, forma y amplitud de las ondas sísmicas (pulsos), producidas
por fuentes artificiales, en función de la distancia a la fuente. En el caso de la sísmica de reflexión
25
o sísmica vertical la distancia entre fuentes y receptores es muy pequeña; hasta varios km en
algunos casos.
2.1.2.2 Sísmica de Reflexión
La técnica básica en la exploración sísmica de reflexión consiste en generar un frente de ondas
sísmicas controlado y medir el tiempo de viaje requerido desde la fuente hasta una serie de
receptores cercanos, distribuidos generalmente a lo largo de una línea recta alineada con la
fuente. Si se conocen los tiempos de viaje hasta los distintos receptores y la posición de las
fuentes y registradores, se pueden reconstruir las trayectorias de las ondas sísmicas y el cálculo
de velocidades. Los tiempos de viaje de las ondas reflejadas dependen de las propiedades de las
formaciones geológicas y de su estructura. Los registros de esas ondas que se reflejan en las
discontinuidades con contraste de impedancia acústica, nos proporcionan la información sobre la
profundidad y la posible morfología de las distintas discontinuidades que configuran el interior
de la corteza.
La sísmica de reflexión proporciona gran resolución estructural para la parte superior de la
corteza. Sin embargo, a medida que el frente de ondas profundiza, la energía se atenúa y las
ondas reflejadas regresan a la superficie con muy poca energía, confundiéndose con el ruido lo
que dificulta la interpretación de las estructuras en profundidad.
El método sísmico de reflexión se puede aplicar tanto en medios marinos como terrestres (Fig.
2.6), aunque su realización, es sustancialmente diferente. En esta memoria se desarrolla
fundamentalmente lo referente al medio marino, dado que la información utilizada en la fase
experimental (Capítulo 3), es de este tipo.
La utilización extensiva de la sísmica de reflexión marina se produce en los años 60, impulsada
fundamentalmente por la exploración petrolera. A pesar de la hostilidad del medio, la sísmica de
reflexión marina es del orden de un 80% más económica que la sísmica terrestre, de ahí su
masiva utilización en la prospección de hidrocarburos.
26
Figura 2.6 Esquema de los dispositivos de generación, propagación y registro de las señales sísmicas en
medio marino según el método de sísmica de reflexión multicanal.
2.1.2.3 Fuentes de Energía Sísmica y Receptores
El experimento de sísmica de reflexión, de acuerdo con lo anteriormente dicho, consiste
inicialmente, en la generación de un frente de ondas desde una fuente acústica remolcada por un
buque oceanográfico. En los últimos años se utilizan como fuentes acústicas los conocidos
cañones de aire comprimido (airgun) (Figura 2.7). Sin embargo se han utilizado y se siguen
utilizando, pero son menos habituales, diferentes métodos que van desde explosiones controladas,
pasando por inyección de vapor de agua (vaporchoc, steam gun), generación de una diferencia de
potencial eléctrico elevada (sparker). Los cañones de aire comprimido son los más utilizados por
su inocuidad y eficacia.
Figura 2.7 Cañones de aire comprimido usados en sísmica marina
27
En el uso de cañones de aire (airgun) se ha pasado de la utilización de un único cañón, a usar
ristras de cañones sincronizados (arreglo de cañones), que permiten aumentar la cantidad de
energía. El diseño de estas ristras depende del tipo de experimento a realizar, pero de manera
genérica estos se disponen en la popa de buque a una cierta distancia (5-10 m) para evitar el ruido
de cavitación producido por las hélices (Bartolomé, 2002) (Fig. 2.6). Al objeto de mejorar el
contenido de frecuencias se suelen utilizar cañones con distintas cámaras que proporcionan
diferentes capacidades de aire comprimido. Con la sincronización de los distintos cañones se
consigue una interferencia constructiva de la señal que nos permita una mayor energía y por tanto
penetración en el subsuelo (Fig. 2.8)
Figura 2.8 Buque de adquisición. En la parte superior se muestra un esquema con la disposición de los
cañones de aire comprimido. La parte inferior muestra la configuración de los cañones y sus respectivas
capacidades (ci = cubic inches)
La sísmica de reflexión, requiere un exhaustivo control del tiempo y de la posición de disparo,
debido a que cualquier mínimo error en el control de estos parámetros puede dar lugar a la
inutilización de los datos adquiridos.
). Figura cortesía de Antonio Pazos.
El otro elemento básico en la adquisición de sísmica de reflexión marina es el cable registrador
conocido como streamer (Fig. 2.9).
28
Figura 2.9 Esquema del dispositivo de adquisición de sísmica de reflexión marina. El streamer y el
arreglo de cañones largados por la popa del barco. El streamer para mantener la horizontalidad porta unos
estabilizadores indicados con color verde (birds) que funcionan automática y/o interactivamente.
El streamer consiste en una serie de grupos de hidrófonos (canales) convenientemente
espaciados que registran la señal acústica procedente del suelo y subsuelo marino. Tanto el
número de canales como el espaciado pueden ser variables dependiendo de los objetivos a
alcanzar. Al objeto de evitar ruidos superficiales, oleaje, motor, vibraciones del cable de arrastre,
el cable registrador se emplaza entre 5 y 10 m por debajo de la superficie del mar (Fig. 2.9).
Mientras que en tierra se usan como detectores geófonos que registran variaciones en el
movimiento del terreno que transforman en impulsos eléctricos, en mar el hidrófono registra
variaciones de la presión del agua. La variación de presión resulta de la excitación del medio
acuoso, debido a la inyección de energía acústica, liberada por los cañones de aire u otro método
que produzca un frente de ondas. Estas variaciones de presión se convierten en pulsos eléctricos
que a través de pre-amplificadores y filtros específicos proporcionan el registro de un evento
sísmico. Un registro sísmico completo, registra la energía liberada por un disparo (o varios) y la
que una vez reflejada en las distintas interfases, caracterizadas por variaciones de impedancia
acústica, se recibe en la ristra de hidrófonos (streamer). Así pues, la señal registrada por el sensor
es una superposición de la energía liberada por el cañón de aire y la devuelta por el subsuelo.
Las señales analógicas registradas en los hidrófonos son pre-amplificadas y filtradas, para
posteriormente pasar a un A/D (Convertidor Analógico-Digital) al objeto de obtener la señal
“discretizada” a intervalos regulares de tiempo (normalmente entre 4 y 8 ms). Estos datos
generalmente están multiplexados (datos secuenciales en tiempo). Finalmente, se almacenan los
29
registros digitales en un soporte magnético o digital. El posterior procesado en la computadora
permite extraer la información significativa y representar visualmente los datos para efectuar una
interpretación geológica.
El tratamiento correcto de estas series de datos temporales es lo que conformará una imagen
del subsuelo marino. Los eventos registrados consisten en señales coherentes (señales sísmicas) y
ruido que también puede ser coherente.
Una vez aplicados los oportunos filtros para realzar la relación señal/ruido, y después de
eliminar trazas erróneas, se analizan los datos en el dominio temporal y en el de frecuencias. Para
ello es necesario aplicar una transformada de Fourier al objeto de pasar del dominio de tiempos
al dominio de frecuencias, y aplicar una convolución (que en el dominio de frecuencias es una
simple multiplicación) o filtro lineal, entendiendo, para ello, que la Tierra actúa de filtro para las
ondas sísmicas.
El registro sísmico obtenido, será el sumatorio de las sucesivas convoluciones entre el disparo
(o pulso sísmico) y la respuesta del impulso de la tierra (distintas capas) a través de la cual se
propaga el frente de ondas. Para medir similitudes entre dos conjuntos de datos, se utiliza la
autocorrelación que permite conocer la repetición de una secuencia determinada de amplitudes
dentro de un mismo sismograma (respuesta combinada del terreno estratificado y del sistema de
registro a un pulso sísmico).
2.1.2.4 Sismograma de Reflexión
El registro sísmico obtenido representa la sumatoria del conjunto de sucesivas convoluciones
entre los pulsos sísmicos y las series de reflectividad (respuesta del impulso de la Tierra a través
de la cual se propaga el frente de ondas). Sin embargo, la traza sísmica es más compleja que una
simple convolución, debido a los numerosos efectos producidos por distorsiones e interferencias,
es decir, w(t) en el caso real no sólo representa la ondícula fuente sino una serie de fenómenos
que alteran la forma de ésta en el proceso de propagación en la Tierra. Así, la traza sísmica viene
dada por:
30
Las señales sísmicas contienen ruido que puede ser eliminado con la aplicación de algunos
filtros y así eliminar las trazas erróneas para luego analizar los datos tanto en el dominio del
tiempo como en el de la frecuencia aplicando una Transformada de Fourier.
Una de las propiedades características de las fuentes sísmicas es la resolución sísmica, la cual
básicamente consiste en el nivel de detalle del subsuelo que se puede observar. A mayor
profundidad, las altas frecuencias se atenúan, lo que quiere decir que se obtiene una menor
precisión y por consiguiente, una menor resolución sísmica. Se puede hablar de dos tipos de
resolución:
Resolución sísmica vertical: Es la menor distancia vertical que se puede observar entre dos
interfases litológicas producidas por dos reflexiones discretas. (Regueiro, 1997).
La resolución sísmica vertical es función de la longitud de onda del registro sísmico. La
máxima resolución representa un valor entre 1/4 y 1/8 de la longitud de onda dominante del
pulso. El valor de la resolución sísmica vertical se deriva de la ecuación de longitud de onda que
se observa en la siguiente ecuación:
Donde:
v representa la velocidad de la onda en un cierto medio
f representa la frecuencia de la onda
31
Resolución sísmica horizontal: Se refiere a cuán cerca dos puntos en el subsuelo pueden ser
posicionados y sin embargo seguir siendo reconocidos como dos puntos separados en lugar de
uno. (Yilmaz 1988).
En el caso específico que los reflectores estén posicionados horizontalmente, la resolución
sísmica horizontal es la mitad del espaciado entre los reflectores.
La resolución horizontal está condicionada por la zona de Fresnel, la cual puede definirse como
el área que devuelve la energía emitida por la fuente al detector dentro de ¼ λ de las llegadas
iniciales. En la Ecuación 2 se muestra el límite de resolución horizontal.
w
z
V

2
2
t
f
Ecuación 2. Límite de Resolución horizontal. W representa la zona de fresnel, λ Representa la
longitud de onda, V la velocidad de la onda en cierto medio, t el tiempo y f la frecuencia de la
onda.
CAPÍTULO 3
DESARROLLO EXPERIMENTAL
3.1 Navegación y Posicionamiento
Los datos de navegación y posicionamiento proporcionados por el sistema GPS diferencial
del B.I.O. Hespérides se recolectaron y procesaron durante la campaña en los formatos
adecuados, lo que facilita el posterior tratamiento de los datos geofísicos. Con las
correcciones diferenciales y de manera general, la precisión en el posicionamiento de los
datos adquiridos es menor de 3 m. Este sistema, por tanto, ha permitido geo-referenciar todas
las observaciones con un alto grado de precisión.
3.2 Batimetría
3.2.1 Batimetría multihaz
En la campaña CARIBENORTE, el B.I.O. Hespérides operó con la ecosonda multihaz
KONGSBERG SIMRAD EM 120, cuyas características técnicas se han tratado en el Capítulo
2.
Previo a cada campaña se realizó el calibrado de la ecosonda el cual es un elemento esencial
para asegurar la calidad de los datos. Con ello es posible poner de manifiesto errores en el
sistema tales como el balanceo, la inclinación, retrasos de tiempo, determinando así las
correcciones numéricas pertinentes. Como zona de calibración se seleccionaron la Cuenca de
San Pedro localizada al Sur de República Dominicana que presenta un fondo regular y plano,
y la zona del Cinturón Deformado de los Muertos que presenta fuertes gradientes
batimétricos. La realización de estas calibraciones sigue unas reglas estrictas de protocolo
según el fabricante de la ecosonda con perfiles transversales y longitudinales a los gradientes
batimétricos. Para el buen control del perfil de la velocidad del sonido en el agua y realizar
una buena conversión de tiempos a profundidades, durante la campaña, a intervalos regulares
de tiempo, se lanzaron sonadores de velocidad XBT (expendable bathytermograh) y
33
sonadores SV-02 que miden directamente la velocidad del sonido en el agua. Ambos
proporcionan el perfil de variación de la velocidad de sonido en la columna de agua hasta
varios cientos de metros (Fig. 1 y Fig. 2). Posteriormente, los valores de velocidad del sonido
en el agua se convierten a profundidades teniendo implementado los valores de salinidad
obtenidos con la sonda XCTD, medida de temperatura, conductividad y salinidad. Los perfiles
de velocidad de sonido que se obtienen son transmitidos a la sonda multihaz, que los aplica
automáticamente para realizar la reducción de sus medidas.
Figura 3.1. Lanzamiento del sensor XBT (batitermógrafo desechable).
Figura 3.2. Gráfico del XBT, en el eje horizontal velocidad del sonido en la columna de agua
(m/s) y en eje vertical profundidad (m).
34
3.2.2 Adquisición de información batimétrica.
Como se ha referido en el Capítulo Metodológico, la ecosonda produce una emisión de
múltiples haces acústicos que hace posible cubrir una franja de fondo oceánico de anchura
variable. La anchura de la franja que se barre con la ecosonda depende del ángulo de apertura
de los haces y de la profundidad a la que se encuentra el fondo.
En el levantamiento sistemático multihaz realizado en la zona que ocupa esta investigación,
el barco navegó siguiendo líneas paralelas a los beriles batimétricos (líneas normales).
Durante la campaña, ha sido necesario calcular en tiempo real el espaciado entre líneas de
navegación para obtener un solape adecuado de los haces entre líneas contiguas. Además se
realizaron dos líneas transversales (líneas de control) para comprobar la calidad del
levantamiento. Con todo ello consiguió ejecutar un barrido con una cobertura del fondo
oceánico del 100% evitando realizar interpolaciones por falta de datos en el área prospectada
(ver área encerrada en rojo y líneas de navegación en Fig. 3.3).
Figura 3.3 Mapa de líneas de navegación de la campaña CARIBENORTE en color morado.
El color de fondo y los contornos, muestran la altimetría derivada de satélite (Smith y
Sandwell, 1997). El círculo rojo muestra la zona de calibración (Cuenca de San PedroCinturón Deformado).
35
Toda la información registrada por la ecosonda multihaz se almacena y procesa mediante el
software CARIS que sirve además para depurar los datos incorrectos, y realizar las
interpolaciones, suavizados etc. El resultado final son un conjunto de modelos digitales de
elevaciones del fondo marino, a diferentes escalas y que permite obtener modelos finales con
resoluciones horizontales superiores a los 50 m de tamaño de píxel, (Fig. 3.5 y Fig. 3.7).
Figura. 3.4. Diagrama de flujo con el procedimiento seguido en la adquisición y procesado de
los datos de batimetría multihaz proyectos GEOPRICO y CARIBENORTE (Granja Bruña et
al., 2009a). El procesado se realiza a bordo del buque y en el Instituto Español de
Oceanografía con el software CARIS.
36
Figura: 3.5 Vista en perspectiva 3D del Modelo digital de elevaciones creado a partir de los
datos obtenidos en el Proyecto CARIBENORTE en el S de República Dominicana.
Para su visualización y control en tiempo real de los datos adquiridos se empleó el programa
SYS. Los datos correspondientes a cada ciclo de medida incluyen: posición del barco,
orientación e inclinación de la plataforma, así como distancia transversal, profundidad e
intensidad del eco recibido en cada uno de los canales. La información correspondiente a los
últimos ciclos de medida fue procesada automáticamente, lo que permitió visualizar la
batimetría del fondo de forma preliminar a medida que se iba cubriendo el área de estudio.
3.2.3 Batimetría derivada de altimetría satelital
Para llevar a cabo estudios regionales es necesario tener información de áreas muy extensas,
y esto se puede conseguir gracias a la altimetría satelital (Fig. 3.5). Los datos batimétricos
derivados de este método no son válidos para la navegación, pero son de gran utilidad para
estudios geofísicos y geodinámicos del fondo oceánico, si bien son de menor detalle que los
obtenidos desde barco. Estos datos nos permiten interpolar las zonas de levantamiento
multihaz y extrapolar nuestras interpretaciones en áreas mucho más extensas.
Los datos batimétricos obtenidos por altimetría satelital y empleados en este trabajo,
proceden de los satélites ERS-1, Geosat y Topex-Poseidon y se obtuvieron de la base de datos
mundial, del NOAA Geosciences Laboratory y la Scripps Institution of Oceanography
(Sandwell y Smith, 1997).
37
Se han utilizado valores de profundidad del fondo oceánico regularizados en mallas de 2x2
minutos y de 1x1 minuto, cubriendo, la totalidad de la zona de estudio con datos batimétricos
multihaz y toda la región NE del Caribe (Fig. 3.6).
Figura 3.6 Mapa batimétrico del NE de la Placa del Caribe. Áreas emergidas en amarillo. Las
isóbatas muestran la altimetría satelital interpolada a 1 minuto (Smith y Sandwell, 1997).
3.3 Sísmica de Reflexión
3.3.1 Origen de los datos
Los datos sísmicos multicanal del presente trabajo han sido facilitados por el Marine
Seismic Data Center perteneciente a la University of Texas at Austin, (Shipley et al, 2005).
Además se han utilizado los datos sísmicos tricanal del proyecto CARIBENORTE (Tabla 3.1
y Fig. 3.7).
Los perfiles sísmicos disponibles en nuestra zona de investigación, provenientes de Marine
Seismic Data Center, fueron adquiridos en dos campañas geofísicas: IG2408 y
CARIBENORTE (Tabla 3.1).
38
Campaña IG2408
CARIBENORTE
(año)
(2009)
(1977)
sd-2b,
Perfiles
sd-3a,
sd-3b,
LB, LC, LD
sd-5a, sd-5b
Tabla 3.1. Campañas y perfiles utilizados en la investigación. Ver localización en figura. 3.7.
Figura 3.7 Modelo digital de terreno con la localización de los perfiles de sísmica de
reflexión multicanal (rojo) y tricanal (amarillo). En gris batimetría multihaz de la campaña
CARIBENORTE. En mar datos de la altimetría satelital interpolada a 1 minuto (Smith y
Sandwell, 1997). En tierra datos SRTM interpolados a 90 m.
3.3.2 Adquisición de datos
Los datos de sísmica de reflexión multicanal cedidos por la Marine Seismic Data Center
fueron adquiridos a bordo del Buque de Investigación Ida Green durante la campaña IG2408
entre el 11 y el 18 de agosto de 1977. Esta investigación se desarrolló exclusivamente en
aguas territoriales de la República Dominicana y estuvo financiada por la Univesity of Texas
y el Marine Science Institute. Los investigadores principales de la campaña fueron Mark
Houston y John Ladd ambos pertenecientes a la University of Texas.
39
Durante la campaña se adquirieron más de 1100 km de datos batimétricos monohaz,
magnetismo y sísmica multicanal.
Para la adquisición de los datos multicanal se utilizó un streamer de 2195 m con 24 canales
sumergido a 8 metros y un arreglo de 4 cañones con 6000 ci de capacidad sumergidos a 10
metros.
F
a)
b)
Figura 3.8: a) Streamer SIG Modelo 16.40.40.40.175, de 325 m de longitud utilizado en la
campaña CARIBENORTE. En este proyecto se pretende utilizar el streamer multicanal
Teledyne 40508 de 96 canales. b) Sistema de adquisición, control y procesado del laboratorio
de sísmica en el BIO Hespérides durante la realización de un perfil sísmico en la campaña
CARIBENORTE.
Los datos de sísmica de reflexión tricanal fueron adquiridos por el BIO Hespérides durante
la campaña CARIBENORTE durante entre el 22 y el 23 de abril de 2009. La adquisición de
datos se desarrolló en aguas territoriales de República Dominicana e incluyó campos
potenciales, batimetría multihaz, sísmica de reflexión tricanal, sísmica de gran ángulo, y
sísmica de ultra-alta resolución.
40
Figura 3.9 Izquierda: Grupo de cañones de aire comprimido arriados. Derecha: Vista desde la
popa del barco del efecto del pulso de un grupo de cañones (arreglo) sobre la superficie del
mar.
Esta investigación ha estado financiada por el Ministerio de Educación y Ciencia español
dentro del plan nacional de investigación (Ref: CTM2006-13666-C02-01). Se adquirieron 290
km de sísmica de reflexión tricanal mediante un streamer de 325 m, de 3 canales y sumergido
a 12 m. Un arreglo de cañones de 860 ci de capacidad sumergidos 4 m (Fig. 3.10) El
experimento se realizó con una cadencia de disparo de 15 segundos y el barco a una velocidad
de 5 nudos.
Figura 3.10. Esquema del arreglo de cañones utilizado para la sísmica de reflexión tricanal.
3.3.3 Procesamiento sísmico multicanal
Los datos multicanal han sido adquiridos hace más de 30 años y tanto las técnicas de
adquisición como de posicionamiento han evolucionado significativamente, lo que ha
implicado variaciones a la hora de realizar el tratamiento de los perfiles. El procesado ha sido
realizado por miembros del equipo investigador del proyecto CARIBENORTE en estaciones
de trabajo (work stations) bajo entornos Unix y Linux. El programa específico para el
procesado de la sísmica de reflexión ha sido el paquete de software comercial ProMAX de
41
Landmark Graphics Corporation (versión 7.0) (Fig. 3.11). Además, para la generación de las
imágenes de las distintas secciones, se ha utilizado el programa específico cgm2img.exe.
Figura 3.11 Síntesis del flujo de procesado realizado a los perfiles de sísmica de reflexión
multicanal objeto de la investigación.
Los archivos de los perfiles sísmicos de reflexión facilitados por el Marine Seismic Data
Center
(MSDC)
presentaban
un
procesado
elemental.
Este
procesado
incluía
demultiplexación, filtros de paso de banda para mejorar la relación señal/ruido (mute),
normal moveout (NMO), generación de common depth points (CDP) y suma o apilamiento de
trazas (stacking). A partir de la información de adquisición y preprocesado, el trabajo se
centró básicamente en la re-edición y en un proceso detallado de migración post-stacking de
los perfiles (Fig. 3.11)
42
El resultado del procesado fue una notable mejora en las secciones sísmicas en las zonas de
alta deformación y relieve abrupto, ya que se mejoró la relación señal/ruido, se colapsaron la
mayor parte de difracciones y se corrigieron las posiciones de los reflectores inclinados a sus
posiciones originales.
Figura 3.12 Ejemplo del resultado de la migración sobre un perfil símico procesado (stacked)
en el presente trabajo (Perfil sd-5b, campaña IG2408). Sector del frente de deformación del
Borde de los Muertos). Parte superior: Sección apilada/sumada (stacked). Parte inferior:
Sección apilada/sumada y migrada (post-stacking migrated).
Migración por Memory Stolt f-k
Existen muchos métodos para realizar el proceso de migración tanto antes de la suma de
trazas (pre-stack migration) como después (post-stack migration) (Yilmaz, 1988). Muchos de
ellos han quedado en desuso y la utilización de unos u otros depende de muchos factores pero
principalmente de la calidad de los datos adquiridos, la estructura del subsuelo y los objetivos
a alcanzar.
En nuestro trabajo, partiendo de los perfiles apilados (stacked), hemos utilizado el método
de migración Memory Stolt f-k (post-stacking) implementado en el paquete de software
ProMAX 7.0. Se decidió utilizar este método porque permite obtener resultados de buena
43
calidad y a su vez procesar una gran cantidad de información en un tiempo relativamente
corto, evitando así prolongaciones innecesarias de tiempo en el tratamiento de los datos (Fig.
3.12).
Mediante el método de migración “frecuencia-número de onda (f-k)” de Stolt se convierte la
sección de tiempo en una sección aproximada de velocidad constante, utilizando el algoritmo
de velocidad constante de Stolt (Fig. 3.13; Stolt et al., 1978). Esta conversión es
esencialmente un estiramiento en el eje vertical (tiempo o frecuencia). Una vez que la sección
es migrada en el dominio estirado (frecuencia), se convierte otra vez al dominio original
(tiempo). El dominio del estiramiento viene definido por el factor de estiramiento W. El rango
teórico de W está entre 0 y 2. Cuando W = 1 corresponde con el algoritmo exacto de
velocidad constante de Stolt. En un medio de velocidad constante, W < 1 implica migración
por defecto (undermigration) para buzamientos fuertes, mientras W > 1 implica migración en
exceso (overmigration) para buzamientos fuertes. La experiencia ha demostrado que el
método de migración Stolt genera resultados aceptables en medios con variaciones de
velocidad dentro de los límites del tiempo de migración.
Figura 3.13 Esquema de la secuencia de procesado seguida mediante el método de migración
Stolt f-k implementado en ProMAX 7.0.
44
3.3.4 Procesamiento sísmico tricanal
El procesamiento ha sido realizado por miembros del equipo investigador del proyecto
CARIBENORTE en estaciones de trabajo bajo entornos Linux. El programa específico para el
procesado de la sísmica de reflexión ha sido el paquete de software comercial ProMAX de
Landmark Graphics Corporation (versión 7.0) (Fig. 3.11). Además, para la generación de las
imágenes de las distintas secciones, se ha utilizado el programa freeware SeisSee (DMNG
Geophysical Company).
El procesado de los datos tricanal se resume en la figura 3.14. Cabe destacar la realización
de un Top Mute manual para la insonorización de la capa de agua y un análisis espectral para
determinar la adecuación del tipo de filtro del paso de banda y los rangos de éste.
Figura 3.14 Síntesis del flujo de procesado realizado a los perfiles de sísmica de reflexión
tricanal objeto de la investigación.
CAPÍTULO 4
ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN MORFOTECTÓNICA DE LA ZONA DE
INTERACCIÓN DEL CINTURÓN DEFORMADO DE LOS MUERTOS Y LA
CRESTA DE BEATA.
La morfotectónica estudia las evidencias morfológicas superficiales debidas a la actividad
tectónica. Estas evidencias están controladas por la relación dinámica entre los procesos
sedimentarios y los procesos de deformación que predominan en una zona a corto o a largo
plazo (Underwood y Moore, 1995; Smoot et al., 2001).
Por ser los océanos los lugares topográficamente más deprimidos, son más propensos a la
acumulación de sedimentos y consecuentemente a la formación de depósitos sedimentarios
que difuminan en parte, las posibles evidencias de deformación. Este hecho implica que para
el estudio morfotectónico en medios oceánicos se necesite la integración de diferentes fuentes
de datos geofísicos, como son en nuestro caso, la batimetría multihaz y la sísmica de
reflexión.
Los procesos sedimentarios que dominan en ambientes marinos son: la sedimentación
pelágica, removilización lenta de las capas sedimentarias del lecho marino y la sedimentación
por flujos gravitacionales. En las zonas de bordes de placa, como en nuestra área de estudio,
los procesos sedimentarios que cobran más importancia son los flujos gravitacionales
condicionados por los altos gradientes batimétricos derivados de la tectónica activa. Dentro de
los flujos gravitacionales se engloban: los deslizamientos submarinos, flujos de derrubios,
flujos granulares y las corrientes de turbidez. En el caso de procesos sedimentarios mixtos
donde aparecen una mezcla de facies sedimentarias procedentes de fuentes diferentes se
denomina sedimentación hemipelágica (Middleton y Hampton, 1976; Stow y Lovell, 1979;
Gorsline, 1984).
46
En nuestra zona de estudio los procesos de deformación dominantes están asociados con la
interacción entre el Borde de los Muertos y la Cresta de Beata (Fig. 4.1):
Figura.4.1 Contexto tectónico del borde NE de la Placa del Caribe. Encerrado en el polígono:
Zona de estudio.( Modificado de Granja, 2008)
-
El Borde de los Muertos ocupa la mayor parte de la pendiente insular meridional de
las Antillas Mayores Orientales, donde dominan principalmente los procesos de
acreción y los procesos de construcción de un cinturón deformado compresivo
(Matthews y Holcombe, 1974; Ladd et al., 1977; Granja, 2008; Granja et al., 2009).
Sin embargo, los procesos de carácter extensional son importantes en la parte alta de la
pendiente insular, donde aparece una plataforma carbonatada tapizando el techo del
arco isla (van Gestel et al., 1998; Mann et al., 2005; Granja et al., 2009a) (Fig. 4.1).
Los cinturones deformados compresivos, asociados con márgenes convergentes en
medios sumergidos o continentales, se han estudiado ampliamente mediante perfiles
sísmicos realizados transversalmente a las estructuras proporcionando una idea del
proceso de deformación que los ha construido. (e. g., Barbados, Westbrook et al.,
1988; Cascadia, Davis y Hyndman, 1989; Makran, Kopp et al., 2000; Costa Rica,
Shipley et al., 1992; Muertos; Granja et al., 2009). Las secciones sísmicas muestran
que, una parte o la totalidad de los sedimentos que se encuentran sobre la región del
antepaís o la placa que subduce y en el relleno sedimentario de la cuenca de antepaís o
47
fosa oceánica, son apilados de múltiples modos (e. g., frontal accretion, offscraping,
underplating) formando un cinturón deformado o prisma de acreción con una
estructura imbricada de láminas de cabalgamiento (Scholl et al., 1980, von Huene y
Scholl, 1991; Moores y Twiss, 1995).
-
La Cresta de Beata (CB) es un alto batimétrico alargado que se localiza en la parte
central de la Placa del Caribe y está orientada preferentemente NE-SO separando las
extensas cuencas de Venezuela y Colombia (Fig. 1.1 y Fig.4.1). La CB, en sentido
estricto no es una única cresta, sino una macroestructura compleja formada por
multitud de crestas secundarias (sub-crestas) que se disponen de forma oblicua a la
orientación regional de la macroestructura. La expresión topográfica de estas crestas
culmina al sur debajo de los depósitos de la Cuenca de Venezuela. Entre estas subcrestas se forman cuencas interiores de tamaño variable tanto en las zonas internas de
la Cresta de Beata como en las zonas más externas.
El objetivo de este capítulo es llevar a cabo un análisis detallado y una interpretación desde
el punto de vista morfoestructural de la zona de interacción del Borde de los Muertos con la
Cresta de Beata (Fig. 4.1). La investigación se desarrolla principalmente en la terminación
occidental del Borde de los Muertos y el flanco oriental de la Cresta de Beata donde se
dispone de datos de un levantamiento sistemático con batimetría multihaz y perfiles sísmicos
de reflexión.
4.1.1 Estratigrafía sísmica:
Los antecedentes de la estratigrafía sísmica en nuestra región de estudio están
principalmente asociados a los estudios sísmicos de la Cuenca de Venezuela. Esta región ha
sido estudiada ampliamente mediante métodos sísmicos, pero también cuenta con varios
sondeos profundos del programa Deep Sea Drilling Project (DSDP; Edgar et al., 1971, 1973;
Diebold et al., 1981; Driscoll y Diebold, 1999; Mauffret y Leroy, 1999). Por lo tanto, las
facies sísmicas de la parte superior de la corteza están relativamente bien constreñidas y
correlacionadas con las litologías y sus respectivas edades a partir de la información de los
sondeos profundos. Las facies sísmicas presentan gran continuidad por toda la región de la
Cuenca de Venezuela y por lo tanto nos van a servir como nivel de referencia para calibrar la
interpretación de nuestros perfiles sísmicos. (Fig.3.7)
48
4.1.1.1 Reflectores característicos:
Dentro de la región estudiada se pueden identificar dos reflectores principales
característicos de la Cuenca de Venezuela y que poseen gran continuidad lateral, fuertes
amplitudes y son sub-paralelos entre sí: el reflector B” y por encima el reflector A” (Ewing et
al., 1957, 1960). Además se puede identificar otro nivel sub-paralelo a los anteriores y más
cercano a la superficie de fondo oceánico que indica un cambio neto de facies sísmicas, el
reflector “α” (Matthews y Holcombe, 1985) (Fig. 3.7).
Como se ha expuesto anteriormente, las facies comprendidas entre estos reflectores han sido
ampliamente estudiadas. En este sentido, los sedimentos que toman lugar por encima del
reflector B”, han sido denominados como los Carib Beds, definidos en un primer momento
como 1 segundo en tiempo doble de viaje de sedimentos que yacen sobre un horizonte de
basaltos que datan del Coniaciense (Cretácico Superior) (Edgar et al., 1971,1973). El reflector
B”, ha sido el nivel perforado más profundo mediante el DSDP y ha sido correlacionado con
sills de doleritas inter-estratificados con calizas del Coniaciense. Este nivel ha sido
interpretado como el techo del plateau caribeño (Large Igneous Province; Mauffret y Leroy,
1999). Este reflector marca la transición con respecto a la variación de velocidades de
propagación de las ondas, resultando inferiores a 5 km/s en los sedimentos pertenecientes a
los Carib Beds y superiores en los materiales infrayacentes (Edgar et al., 1973.).
Por debajo del reflector B”, se encuentran los reflectores denominados sub-B” y han sido
correlacionados con sills doleríticos y materiales volcánicos y son concordantes o localmente
discordantes con el reflector B”. Sin embargo, no son siempre identificables debido a su poca
continuidad lateral y se presentan como zonas de alta reflexión aisladas. El reflector
denominado A” se encuentra dentro de los Carib Beds y se ha correlacionado con un nivel
inter-estratificado de calizas silíceas y cherts del Eoceno Medio. Este horizonte se caracteriza
por ser un reflector doble de fuerte amplitud, bastante continuo y en promedio se sitúa entre
unos 0.3 y 0.5 segundos (en tiempos dobles de viaje) por encima del reflector B”.
49
a)
b)
50
c)
Figura. 4.2 a) Estratigrafía sísmica de la Cuenca de Venezuela en la zona de estudio,
especificando litologías, relaciones de yacencia y edades de los reflectores. b) Parte del perfil
sísmico sd-3a mostrando facies de “dunas” submarinas y los reflectores α, A” y B” de la
Cuenca de Venezuela. c) Parte del perfil sísmico sd-2b mostrando facies de “dunas”
submarinas y los reflectores α, A” y B” de la Cuenca de Venezuela. Localización de estos
perfiles Fig. 3.5.
El reflector denominado “α” se encuentra por encima del reflector A” y se correlaciona con
cambios litológicos de facies margosas más profundas hacia más arcillosas con una edad del
Mioceno Temprano. Este reflector se reconoce más fácilmente como el paso neto de facies
onduladas situadas por debajo hacia facies más transparentes situadas por encima.
4.1.1.2 Facies sísmicas:
Entre los reflectores mencionados anteriormente se han definido varias facies sísmicas que
se describen a continuación desde las más antiguas hasta las más recientes.(Fig. 4.2 a).
Por debajo del reflector B” y abarcando los reflectores sub-B”, se encuentra la unidad
sísmica VB4, la cual se correlaciona con sills doleríticos y materiales volcánicos. Estos
reflectores se caracterizan por presentar fuertes amplitudes y ser muy discontinuos.
Entre los reflectores A” y B” se encuentra la unidad sísmica VB3, correspondiente a calizas,
cherts y cretas. Esta unidad muestra unas amplitudes medias con un espesor variable entre 0.3
y 0.5 segundos (tiempos dobles de viaje).
51
Entre los reflectores A” y “α” se encuentra la unidad sísmica VB2 con un espesor promedio
aproximado de 0.2 segundos (tiempo dobles de viaje) y está constituida por facies más
margosas y los reflectores que la componen dan una facies onduladas, además de mostrar
también localmente facies transparentes.
En la parte más superficial y más cercana al fondo oceánico, se encuentra la unidad sísmica
VB1, la cual se caracteriza por presentar un espesor de 0.1 a 0.2 segundos y presentar facies
más transparentes que se han caracterizado en su mayoría como arcillas.
En algunas zonas, por encima de la unidad sísmica VB1 toman lugar facies de “dunas”
submarinas (Megaripples) asociadas a la interacción de corrientes oceánicas de fondo y
corrientes de turbidez, con un espesor que varía entre 0.8 y 0.9 segundos en tiempos dobles de
viaje.
Cabe destacar la presencia de “volcanes” que aparecen en los perfiles símicos de la Cuenca
de Venezuela. Dichos “volcanes” no siempre alcanzan el fondo marino originando montes
submarinos (morfología cónica), sino que aparecen en continuidad desde el basamento
acústico y están distorsionando y/o modificando la continuidad normal de los Carib beds.
Estos volcanes se ponen de manifiesto en los perfiles sísmicos como zonas de morfologías
diversas (e. g., secciones triangulares y convexas), en cuyo interior aparecen reflexiones
isótropas como en el basamento acústico. Los datos geomagnéticos indican un origen
volcánico y las relaciones de corte con las series sedimentarias de los Carib Beds no son
siempre claras dificultando la interpretación de su origen (Mauffret y Leroy, 1999; Driscoll y
Diebold, 1999).
En el flanco oriental de Beata aparecen crestas de menor tamaño y continuidad y nos
referiremos a ellas como sub-crestas (Fig.4.2 b y Fig. 4c). Estas sub-crestas se muestran en
los perfiles sísmicos con un interior sin reflexiones coherentes, esto se debe a que en su
interior son isótropas por lo que pueden asumirse como cuerpos de carácter ígneo. Estas subcrestas presentan una cobertera sedimentaria que cubre la parte apical dando facies
transparentes que indican una sedimentación pelágica.
Entre las sub-crestas que conforman el flanco oriental de Beata, se han formado cuencas
sedimentarias; nos referiremos a ellas como cuencas interiores. Las zonas de cuencas se
caracterizan por presentar reflectores horizontales, sub-horizontales e inclinados. En algunas
de ellas se observan crestas sedimentarias formadas a partir de flujos laterales de sistemas
canal-levee (Fig.4.3). En los bordes de las cuencas y asociadas con los flancos de las sub-
52
crestas aparecen facies hiperbólicas características de procesos gravitacionales tipo slump
(Fig.4.3 b)
En la parte alta del Cinturón deformado de los Muertos y localmente en la zona de talud del
flanco oriental de la Cresta de Beata aparecen facies sísmicas asociadas a depósitos de
pendiente. Estas facies son de espesor variable y dan unas alternancias de reflexiones planoparalelas que a su vez son paralelas a la pendiente sobre la que se depositan (Fig. 4.4 y Fig.
4.13).
b)
a)
Figura. 4.3 a) Perfil sísmico de línea C. b) Interpretación sísmica de línea C. Localización del perfil Fig. 3.7
53
54
3.5 Morfología del cinturón deformado y Cuenca de Venezuela
La interpretación del área de estudio se basará en la integración de los datos de batimetría
multihaz y de perfiles de sísmica de reflexión (Fig.3.7). A partir de esta integración, nos
basaremos en los criterios de morfología de las estructuras, variaciones de pendientes,
criterios sedimentarios y criterios de deformación. Esto nos permitirá dividir la zona de
estudio desde el S hacia el N en las siguientes provincias morfotectónicas: Cuenca de
Venezuela, Provincia Inferior, Provincia Media y Provincia Superior. En esta clasificación,
los términos inferior, medio y superior hacen alusión a su localización a lo largo de la
pendiente insular regional y no al mayor o menor grado de pendiente.
 Cuenca de Venezuela-Surco de los Muertos
La Cuenca de Venezuela ocupa la parte interior oriental de la Placa del Caribe, limita al S
con la pendiente continental suramericana, al E con la Cresta de Aves, al O con la Cresta de
Beata y al N con el Borde de los Muertos (Fig. 1.1). El fondo marino de esta cuenca presenta
en promedio 4800-5000 m de profundidad (Holcombe et al., 1990), si bien las menores
profundidades aparecen en la parte central de la cuenca y las mayores profundidades aparecen
en los bordes N y S asociadas con las depresiones tectónicas del Surco de los Muertos y la
Fosa de Venezuela. En la región septentrional de la Cuenca de Venezuela se observa una
pendiente monoclinal desde la parte central de la cuenca hacia el N hasta la base de la
pendiente insular del Surco de los Muertos. La morfología del fondo es relativamente suave y
no presenta rasgos distintivos importantes excepto por algunas zonas localizadas en las que
aparecen seamounts (Fig. 4.7 y Fig. 4.8) y en otras zonas aparecen extensos campos de
Megaripples o “dunas” submarinas (Fig. 4.5 y Fig. 4.6).
b)
a)
Figura. 4.4 a) Perfil sísmico de línea sd-5b. b) Interpretación sísmica de línea sd-5b. . Localización del perfil Fig. 3.7
55
b)
a)
Figura. 4.5 a) Perfil sísmico de línea sd-2b. b) Interpretación sísmica de línea sd-2b. Localización del perfil Fig. 3.7
56
b)
a)
Figura. 4.6 a) Perfil sísmico de línea sd-3a. b) Interpretación sísmica de línea sd-3a. Localización del perfil Fig. 3.7
57
58
Figura. 4.7 Modelo digital de elevación de la región de estudio iluminado desde el NE. En
mar: datos de batimetría multihaz interpolados a 300 m (gris) y datos de satélite interpolados a
1 minuto (ver escala de color). En tierra datos SRTM90 (interpolación 90 m, ver escala de
color). Las líneas blancas discontinuas indican la localización de los diferentes perfiles
batimétricos (P1a P12) mostrados en las figuras 4.12 y 4.14. Las líneas amarillas indican los
límites entre las diferentes provincias morfotectónicas además de indicar el cabalgamiento
sobre del cinturón deformado sobre la cuenca de Venezuela. CI= Cuenca interior. SC= Subcresta. SM= Seamount. Pinf= Provincia morfotectónica Inferior. Pmed= Provincia
morfotectónica Media. Psup= Provincia morfotectónica Superior.
El Surco de los Muertos fue identificado durante casi 30 años como una zona de
subducción, donde la parte interna de la Placa del Caribe se mete hacia el N debajo del arco
de islas (Fig. 4.1). Sin embargo, existen trabajos recientes que cuestionan esta hipótesis y
plantean que se trata de una zona de deformación compresiva de retroarco sin proceso de
subducción (ten Brink, et al., 2009 y Granja et al., 2009b). Este surco está orientado
preferentemente E-O y se identifica durante 750 km a lo largo de la base de la pendiente
insular meridional desde la Cresta de Beata (S de R. Dominicana) hasta la Cresta de Aves
(Fig. 4.1). En la parte oriental y central de la pendiente insular de la Antillas Mayores
orientales aparece con un potente y extenso prisma de sedimentos turbidíticos horizontales
depositados a modo de onlap sobre los Carib beds y dando un fondo plano (Granja et al.,
2009a). En la región de estudio sólo se observa un pequeño prisma turbidítico en la zona
donde la sub-cresta D está más próxima al frente de deformación (Fig. 4.7 y Fig. 4.9). En el
resto de la zona, aunque existe un surco morfológico, no se observa tal depósito sedimentario
59
turbidítico horizontal, sino que los materiales de la Cuenca de Venezuela (i. e., antepaís) están
directamente en contacto con los materiales del cinturón deformado (i. e., frente de
deformación). De este modo, se puede hacer referencia al Surco de los Muertos como la zona
de contacto entre la base de la pendiente insular (i. e., frente de deformación) y la Cuenca de
Venezuela-Cresta de Beata (i. e., antepaís) (Fig. 4.7)
En la región de estudio los materiales sedimentarios de la Cuenca de Venezuela (Carib
beds) aparecen buzando suavemente hacia el Surco de los Muertos, y localmente interfieren
con seamounts o elevaciones relativas del basamento que truncan la continuidad lateral en su
área de influencia (Fig. 4.4 y Fig. 4.8). Se observa cómo parte de los Carib beds y el
basamento del plateau caribeño continúa debajo de la pendiente insular hasta unos 25 km
(Fig. 4.4) y unos 11.5 km (Fig. 4.9) medidos desde el frente de deformación hasta los últimos
indicios de reflectores del basamento caribeño debajo de la pendiente insular.
Este nivel de despegue presenta una inclinación hacia el norte entre los 8º-10º en el perfil
sd-5b (Fig. 4.4) pero aparece con una pendiente mucho más inclinada y variable en el perfil
LD (Fig. 4.9) entre los 14-18º (para los cálculos de inclinación se utilizó una Vp para los
materiales del prisma deformado de 2.5 km/s) (Ladd et al., 1981). Este aumento en la
inclinación del detachment hacia el O parece estar condicionado por la interacción con la
corteza más engrosada de la Cresta de Beata respecto a la corteza de la Cuenca de Venezuela.
Los materiales del cinturón deformado y los de la Cuenca de Venezuela están separados por
una superficie de despegue (detachment). Los materiales del cinturón deformado (bloque
superior; altamente deformados) dan unos reflectores muy inclinados y los materiales de la
Cuenca de Venezuela (bloque inferior) mantienen una posición sub-horizontal.(Fig. 4.4 y Fig.
4.9)
El perfil sísmico sd-5a (Fig- 4.8) y el Modelo Digital de Terreno (Fig.4.7) muestran varios
cuerpos que distorsionan la continuidad “normal” de los Carib beds, y algunos de ellos llegan
a deformar el fondo marino. En la región de la Cuenca de Venezuela se han documentado
gran cantidad de montes submarinos y cuerpos intrusivos a partir de perfiles de sísmica de
reflexión multicanal y datos geomagnéticos, que se han interpretado como de origen
volcánico (Driscoll y Diebold, 1999; Mauffret y Leroy, 1999).
En el perfil sísmico sd-5a aparecen dos seamounts que llegan a deformar significativamente
el fondo oceánico (Fig. 4.8). Las relaciones de corte de estos cuerpos ígneos con los Carib
beds sugieren un origen intrusivo simultáneo a la deposición de los niveles sedimentarios más
60
antiguos y que actualmente están tapizados por los niveles supra alfa (Fig. 4.8). El mayor de
los seamounts, ubicado más hacia el N y sobre la línea de adquisición sd-5a, (Fig. 4.7)
presenta una extensión lateral de 8.5 km aproximadamente, esta medida fue tomada a través
de un perfil batimétrico transversal a la dirección de la línea de adquisición del perfil sísmico
sd-5a. La extensión longitudinal de este cuerpo intrusivo es de aproximadamente 6.4 km,
medida que fue adquirida a través de otro perfil batimétrico pero esta vez en la misma
dirección que la línea de adquisición del perfil sísmico citado anteriormente. El otro cuerpo
intrusivo interpretado como seamount ubicado más hacia el S, posee una extensión lateral
aproximada de 3.2 km, sin embargo, no se puede obtener suficiente información debido a que
no se tienen datos de batimetría multihaz en esta zona.
En el perfil sísmico sd-2b (Fig. 4.5) aparecen megaripples de una extensión aproximada de
5 km cortando la parte superficial de los Carib beds desde la superficie del fondo oceánico
hasta aproximadamente unos 0.1 segundos en tiempos dobles de viaje. Estos megaripples se
presentan como facies sísmicas muy onduladas características de una deposición y
removilización en condiciones de fuertes corrientes submarinas.
 Provincia Inferior
La Provincia Inferior (PI) empieza en la base de la pendiente insular, desde el pie del frente
de deformación hasta la ruptura de pendiente indicada aproximadamente entre la isóbata 3500 m y la isóbata - 4000 m (Fig. 4.4, Fig. 4.10 y Fig. 4.12). Esta provincia se caracteriza
por la presencia de una serie de cabalgamientos imbricados con vergencia hacia el S sintéticos
con el detachment que van variando su espaciado, lateral y progresivamente en dirección E-O
(Fig. 4.4, Fig. 4.9 y Fig. 4.11). Aparecen más apretados en la parte oriental y aumentan su
separación hacia el E. Los cabalgamientos parecen enraizarse en una superficie de detachment
común formando un prisma de deformación de piel fina (thin-skin tectonics), entendiendo
como tal que la deformación compresiva sólo afecta a la cobertera sedimentaria y no a los
materiales del plateau caribeño. Las trazas superficiales de las láminas de cabalgamiento son
discontinuas y curvadas formando una morfología anastomosada que van cambiando
progresivamente su orientación pasando de estar E-O en la parte oriental, a N-S en la parte
occidental, y desaparecer en torno a los 69.7ºO.
b)
a)
Figura. 4.8 a) Perfil sísmico de línea sd-5a. b) Interpretación sísmica de línea sd-5a. Localización del perfil Fig. .3.7
61
Figura. 4.9 a) Perfil sísmico de línea LD. b) Interpretación sísmica de línea LD. Localización del perfil Fig. 3.7
b)
a)
62
63
Este cambio de orientación está asociado con un giro de toda la estructura imbricada que
también se observa en la Provincia Media. La PI se caracteriza por una tectónica activa como
indica la morfología escalonada, y los depósitos sintectónicos generados en los surcos
formados entre las crestas anticlinales asociadas a las hojas de cabalgamiento imbricadas.
Hacia la parte alta de la provincia, también se marca un aumento relativo de espesor de las
láminas imbricadas de cabalgamiento, entre las que se forman surcos o depresiones alargadas
paralelas a las crestas durante el proceso de acreción y construcción del cinturón deformado y
que constituyen las llamadas cuencas sintectónicas (piggy-back basins o syn-tectonic interfold
basins). Estas cuencas poseen un relleno sedimentario basculado y un espesor máximo en
torno a los 0.3 segundos en tiempos dobles de viaje.
Esta provincia muestra un desarrollo lateral muy asimétrico dando 25 km de anchura en la
parte oriental de la zona estudiada y se estrecha progresivamente hasta desaparecer en torno a
los 69.7ºO junto con el resto cinturón deformado (Fig. 4.7).
El detachment, comienza en la base del frente de deformación en la sección sd-5b y en el
prisma turbidítico en la sección LD (Fig. 4.4 y Fig 4.9). El detachment se prolonga en
profundidad hacia el N por debajo del prisma deformado, delaminando frontalmente las
unidades sedimentarias del prisma tubidítico y los Carib beds. Los últimos reflectores de la
Cuenca de Venezuela que se identifican debajo del cinturón de deformación se pueden
corresponder con el reflector B” o incluso sub-B”. El reflector B” marca el techo del plateau
caribeño (basamento) y por tanto son niveles más competentes que los Carib beds. La
interfase entre este nivel más competente del basamento y los Carib beds constituye,
probablemente, la superficie de despegue (i e., detachment). En los perfiles sísmicos esta
superficie de despegue muestra una geometría continua desde el prisma turbidítico o la base
del frente de deformación hasta la superficie por debajo del cinturón deformado (Fig. 4.6 y
Fig. 4.8).
Figura. 4.10 Mapa de líneas isóbatas correspondientes a la región de estudio.
64
65
El detachment se propaga hacia la Cuenca de Venezuela a modo de cabalgamientos ciegos,
con el desarrollo de pliegues de propagación de falla asociados (fault-propagation-fold) (Fig.
4.4). Aunque el perfil sísmico LD (Fig. 4.9) no presenta suficiente resolución para observar
esta característica, por analogía con el perfil sd-5b y todos los analizados por Granja et al.,
(2009a) en la parte central del Borde de los Muertos, se puede asumir que se produce el
mismo proceso de desarrollo de pliegues de propagación de falla, ya que las características
morfológicas resultantes son equivalentes.
Estas evidencias de deformación recientes, junto con la propagación del detachment,
indican que en la parte oriental se está produciendo una propagación hacia el S, tanto del
cinturón de pliegues y cabalgamientos como del surco, y por tanto se considera que el proceso
de acreción es activo. Este proceso de acreción también es activo en la parte occidental, donde
la PI tiene menor entidad, pero debido al giro hacia el N que sufre el cinturón deformado la
propagación del detachment y la deformación compresiva asociada se produce hacia el SO y
finalmente hacia el O donde desaparece el cinturón deformado (Fig. 4.11).
En la batimetría multihaz se observa que la escasa continuidad lateral de las trazas de los
cabalgamientos y su relevo por otras trazas se produce mediante zonas transfer (Calassou et
al., 1993), no mediante fallas transversales.
Las zonas transfer mejor identificables se
observan en la PI y muestran una tendencia ortogonal o ligeramente oblicua respecto a la
tendencia E-O que muestra el frente de deformación (Fig. 4.4). Estas zonas transfer (Fig.
4.11) comienzan justo en el pie del frente de deformación y sólo se identifican en la parte baja
de la pendiente insular.
Estas zonas están asociadas con entrantes (recesses) en el pie del frente de deformación
(Marshak, 2004). Estos entrantes implican un retraso del pie del frente de deformación en la
dirección del transporte (i.e., hacia el S en la parte oriental o SO en la parte occidental). El
receso más significativo muestra un retraso del pie del frente de deformación de unos 5 km
aproximadamente, ubicado entre las latitudes 70.21°O y 70.18° O. Estos recesos nos dan una
idea de la dirección del transporte del cinturón deformado hacia el SO y hacia el O en la parte
más occidental. En las zonas transfer las láminas de cabalgamiento convergen y se truncan
unas con otras (interferencia de rampas laterales y oblicuas). Estas zonas de transferencia
producen pequeñas segmentaciones en la fábrica E-O del cinturón de pliegues y
cabalgamientos con tendencia E-O (Fig. 4.11).
Figura. 4.11 Interpretación morfotectónica de la zona de estudio. En color azul se observan los canales submarinos, en color
naranja se observan los cabalgamientos del Cinturón deformado de los Muertos, encerrado en color amarillo las zonas
transfer en el frente de deformación.
66
67

Provincia Media
La Provincia Media (PM) empieza en la zona de ruptura de pendiente indicada en torno a la
isóbata – 4000 m (Fig. 4.10 y Fig. 4.12) y definida aproximadamente a 3.8 segundos en
tiempos dobles de viaje (Fig. 4.9), hasta aproximadamente otro quiebre cóncavo de pendiente.
El límite con la Provincia Superior, no siempre queda bien constreñido debido a que en las
partes más altas de la pendiente insular los procesos sedimentarios cobran mayor relevancia
que los de acreción, suavizando sustancialmente el perfil morfoestructural.
Al contrario que ocurre con la PI, la PM mantiene su anchura lateralmente y desaparece
junto con el resto del cinturón deformado en los 69.7ºO. En este caso esta provincia
desaparece bruscamente y es reemplaza hacia el O por una zona de talud muy escapada con
una red de drenaje muy densa y encajada (Fig. 4.11).
Análogo al comportamiento de las láminas imbricadas en la parte superior de la provincia
inferior, en esta provincia se presentan unas hojas imbricadas con un mayor espaciado entre
sí, lo que deja inferir que la tectónica en esta zona no es tan activa como en la Provincia
Inferior. Este hecho se debe que hacia las partes altas del prisma deformado los planos de
cabalgamiento se verticalizan ya no son mecánicamente tan efectivos acomodando la
deformación compresiva (Moore et al., 1980; Granja et al., 2009a). En estas zonas algunos de
los planos dejan de funcionar y quedan enterrados debajo de los depósitos de pendiente. Esta
circunstancia da lugar a que aumente el espaciado entre planos de cabalgamiento así como la
entidad de las cuencas que se forman entre ellos.
En esta provincia, las estructuras imbricadas aparecen enterradas en buena parte por cuencas
de pendiente, relativamente más potentes y extensas (Fig. 4.4 y Fig. 4.9). Este hecho puede
indicar por un lado que la estructura imbricada es menos activa y por tanto la acreción menos
importante, y por otro lado que los procesos sedimentarios cobran mayor importancia.
 Provincia Superior
Esta provincia ocupa la parte alta de la pendiente insular, desde la ruptura de pendiente
cóncava en el S correspondiente aproximadamente a la isobata –2000 m hasta la parte alta de
la pendiente insular en su límite N, sin embargo este último límite no es preciso debido a la
ausencia de datos tanto de sísmica de reflexión como de batimetría multihaz (Fig. 4.10). En
esta provincia predominan los procesos sedimentarios ya que se observan extensos depósitos
68
de pendiente que cubren una estructura imbricada antigua e inactiva (Fig. 4.4 y Fig. 4.9).
Estos depósitos sedimentarios presentan un espesor muy variable, pero aumenta hacia las
partes altas de la pendiente. Cuantificando este espesor, se tiene una medida máxima de
aproximadamente de 0.8 segundos en tiempos dobles de viaje.
En la Provincia Superior (PS) predominan los procesos sedimentarios sobre los de
deformación, por lo que allí las pendientes son más continuas en vez de escalonadas como en
las otras provincias (Fig. 4.12). La PS se caracteriza por presentar fallas normales orientadas
SSE-NNO y generan pequeños escalones en el fondo marino indicando un proceso activo que
afectan principalmente a la cobertera sedimentaria (Fig. 4.4). Estas fallas representan las
evidencias de procesos de carácter extensional que ocurren en la parte alta de la pendiente
insular en márgenes convergentes (Davis et al., 1983; Granja et al., 2009a). Además, esta
Provincia se caracteriza por la presencia de uno que otro canal submarino aislado de gran
entidad y deslizamientos evidenciados por la existencia
de cicatrices y depósitos
gravitacionales. Hacia el O del cinturón deformado, esta estructura se ve reemplazada por un
talud de pendiente muy inclinada que alcanza los 10° y presencia de canales. Sin embargo, a
pesar de que se tiene un perfil sísmico de esta zona, éste muestra defectos debido a la
variación de los parámetros de adquisición, por lo que sus características sólo se pueden
observar con datos provenientes de la batimetría multihaz.
3.5 Morfología del Flanco oriental de la Cresta de Beata
La Cresta de Beata presenta una asimetría transversal muy característica, pues su flanco
occidental se muestra como un escarpe pronunciado de 3600 m de desnivel máximo y su
flanco oriental se caracteriza por ser mucho más ancho con una morfología muy escalonada
(Fig. 4.14 perfiles 7 y 8). El flanco oriental presenta un talud (inclinaciones de hasta 7°) en la
parte alta que pasa hacia una zona donde alternan crestas subsidiarias (sub-crestas) y cuencas
interiores hasta alcanzar la Cuenca de Venezuela (Fig. 4.8). Sin embargo, este trabajo de
investigación se centra en el flanco oriental de la Cresta de Beata para estudiar su interacción
con el Cinturón deformado de los Muertos, además que es de donde se tienen datos tanto de
sísmica de reflexión como de batimetría multihaz.
5.8. Las flechas rojas indican los límites de las provincias morfotectónicas.
Figura. 4.12 Perfiles batimétricos extraídos de los datos de batimetría multihaz interpolados a 300 m. Ver localización en la Figura
69
70
La región más somera de la Cresta de Beata en nuestra zona de estudio, a la que nos
referiremos como parte axial, presenta profundidades de -700 m en su parte septentrional y 2000 m en su parte meridional. Desde estas profundidades el relieve submarino evoluciona
bruscamente hasta los -4300 m de la Cuenca de Colombia (un promedio de 9º de desnivel) y
de forma más escalonada hasta los -4100 m de la Cuenca de Venezuela (un promedio de 2º de
desnivel). Esta zona axial se caracteriza por la presencia de una zona de falla compuesta de
varias ramas con una orientación NNE-SSO que da un patrón de relevo (en echelon) (Fig.
4.13 y Fig. 4.11). Estas fallas parecen tener actividad reciente generando un relieve abrupto en
el que alternan pequeñas crestas y cuencas alargadas según la dirección de las fallas. Estas
fallas tienen un carácter extensional generando una compartimentación de bloques, sin
embargo aunque no se observan evidencias en nuestros datos, no debe descartarse una
componente importante en dirección. Esta zona de falla debería continuar hacia el NE (Fig.
4.11), pero no aparecen evidencias en nuestros datos. Probablemente continúe hacia el NE por
la zona comprendida entre nuestros datos multihaz y la línea de costa ya que la presencia de
una línea de costa dominicana tan lineal y con la misma dirección que esta zona de falla
evidencia su relación. En nuestros datos se observa un canal transversal a la red de flujo que
debe estar condicionado por esta zona de falla pero de escasa continuidad hacia el NE.
El fondo marino del flanco oriental de Beata presenta una batimetría muy escalonada con
relieves abruptos asociados a crestas batimétricas y zonas de fondo marino muy suave
asociadas con cuencas sedimentarias que se han formado entre las citadas crestas batimétricas
como resultado de los aportes turbidíticos y flujos gravitacionales (Fig. 4.10 y Fig. 4.11).
Tanto las crestas como las cuencas ocupan la mayor parte del flanco oriental de Beata. Sin
embargo en la parte alta del flanco se observa una zona de alta pendiente continua a la que
nos referiremos como talud.
Todas las pequeñas crestas que aparecen en el flaco oriental de la Cresta de Beata parecen
poseer una génesis similar, además éstas actúan como barreras separando las cuencas
interiores e influyendo en el aporte de sedimentos provenientes de la red de drenaje. El
conjunto de crestas conforma el grupo de sub-crestas del flaco oriental de Beata las cuales se
han definido de O a E como: Sub-Cresta A, Sub-Cresta B, Sub- Cresta C y Sub- Cresta D
(Fig. 4.7 y Fig. 4.14).
b)
a)
Figura. 4.13 a) Perfil sísmico de línea sd-3b. b) Interpretación sísmica de línea sd-3b. Localización del perfil Fig. 3.7
71
72
Las zonas entre crestas, se han denominado como zonas de cuencas interiores, las cuales
actúan como zonas de depósitos de sedimentos. Estas cuencas han sido clasificadas de O a E
como Cuenca Interior 1, Cuenca Interior 2, Cuenca Interior 3, Cuenca Interior 4 y Cuenca
Interior 5 (Fig. 4.7 y Fig. 4.14).
Para una mejor descripción se ha procedido a una clasificación sistemática en diferentes
elementos morfo-estructurales y asignándoles nombres según su posición relativa en el flanco
oriental de la Cresta de Beata:
-
Talud: La zona del talud aparece en la mayor parte de la parte más alta del flanco oriental de
Beata. Se caracteriza por una alta pendiente hacia el E que varía entre los 4º en la parte
meridional hasta los 7° en la región cercana a la isla de la Española. El talud presenta una red
de drenaje submarino compuesta por cañones y canales muy densa y encajada. Esta red de
drenaje presenta una clara conexión con la red fluvial de la isla aunque en la parte meridional
de nuestros datos aparece una zona con una red de flujo que comienza en la parte axial de la
Cresta de Beata, la cual es importante con un gran encajamiento y densidad de cañones y
genera los aportes principales a las cuencas interiores 1, 2 y 3.
En esta zona predominan los procesos de sedimentación por flujos gravitacionales
evidenciados por una red muy densa de drenaje submarino orientado a favor de la máxima
pendiente al SSE (Fig. 4.11). Localmente aparecen canales con orientaciones transversales
que truncan la red de drenaje y están probablemente condicionados por fallas, aunque no se
observan evidencias de actividad reciente. Los canales submarinos más significativos generan
depósitos de abanico al pie del talud ya dentro de las cuencas interiores o terrazas. En las
líneas sísmicas se observan secuencias de relleno canal-levee fosilizadas asociadas con flujos
transversales a lo largo de las cuencas interiores (Fig. 4.3).
-
Figura. 4.14 Perfiles batimétricos extraídos de los datos de batimetría multihaz interpolados a 300 m. Ver localización en la Figura 5.8.
73
74
-
Subcrestas: La sub-cresta D, colinda por el E con la Cuenca de Venezuela y el Cinturón
deformado de los Muertos y por el O con la Cuenca Interior 5 (Fig. 4.7 y Fig. 4.14). Se
caracteriza por presentar una morfología en planta arqueada que la diferencia del resto de subcrestas y ocupa un área aproximada de 490 km2. Su zona más alta se encuentra ubicado a
aproximadamente 1400 m con respecto a la Cuenca de Venezuela y a aproximadamente 950
m con respecto a la Cuenca Interior 5. La sección transversal morfológica es asimétrica con el
flanco occidental más tendido que el oriental. Esto se debe a que la cobertera sedimentaria es
más potente en la parte occidental y suaviza la pendiente (Fig. 4.5 y Fig. 4.6). El flanco O es
más escarpado y no presenta sedimentos, mientras que su flanco E colinda con los sedimentos
de la Cuenca de Venezuela por medio de una estructura importante que se ha interpretado
como de falla y que posee una orientación N-SSE. La anchura máxima de esta cresta se acerca
a los 7 km y a lo largo de su zona de máxima altura posee una extensión aproximada de 68
km. Al E de esta cresta, se muestra la relación con los sedimentos de la Cuenca de Venezuela,
la cual se muestra como un contacto sedimentario modo de onlap con diferentes grados de
inclinación y no se puede descartar zonas de contactos laterales netos posiblemente asociados
con el movimiento vertical en diferentes etapas de la sub-cresta respecto a la CV. Los perfiles
sísmicos no ofrecen suficiente resolución para discriminar este hecho. Esta cresta no presenta
reflexiones coherentes por ser un cuerpo isótropo y homogéneo de origen ígneo.
La sub-cresta C, colinda lateralmente al E con la Cuenca Interior 5 y al O con la Cuenca
Interior 4. Presenta una morfología lineal en planta orientada N-SSE y ocupa un área
aproximada de 505 km2. Con respecto a la Cuenca Interior 5 y la Cuenca Interior 4, presenta
una diferencia batimétrica de aproximadamente 1100 m y 1250 m respectivamente, tomando
como referencia un punto aproximado de mayor elevación de la cresta. Se observan marcas de
drenaje a favor de ambos flancos que desembocan en las cuencas interiores. Esta cresta posee
una terminación hacia el N que entra en contacto con una zona de terraza y una terminación
hacia el S en contacto con la Cuenca de Venezuela. La anchura máxima de esta cresta es de 9
km y a lo largo de su zona de máxima altura posee una longitud de aproximadamente 70 km,
sin tomar en cuenta la zona en la que su altura empieza a disminuir hacia el N. Esta cresta no
presenta reflexiones coherentes por ser un cuerpo isótropo y homogéneo de origen ígneo,
presenta una cobertera sedimentaria que tapiza su parte apical con reflexiones hiperbólicas
simulando la topografía original del cuerpo ígneo y facies transparentes indicando una
deposición pelágica (Fig. 4.6)
La sub-cresta B, colinda lateralmente al E con la Cuenca Interior 4 y al O con la Cuenca
Interior 3, presenta una morfología lineal-curvada en planta orientada N-SSO y abarca un área
75
aproximada de 590 km2. Con respecto a las Cuencas Interiores 4 y 3, presenta una diferencia
batimétrica de aproximadamente 1600 m y 1100 m respectivamente, tomando como
referencia un punto aproximado de elevación máxima de la cresta. Además, posee una
anchura máxima aproximada de 8 km. Hacia el N, esta cresta pareciera unirse con la subcresta C y hacia el S mantiene su dirección, sin embargo parece difuminarse hasta alcanzar a
lo largo de su zona de altura máxima unos 56 km. Esta cresta no presenta reflexiones
coherentes por ser un cuerpo isótropo y homogéneo de origen ígneo.
La sub-cresta A colinda lateralmente al E con la Cuenca Interior 3 y al O con la Cuenca
Interior 2, presenta una morfología lineal en planta orientada NNO-S y abarca un área
aproximada de 250 km2. Con respecto a las cuencas 3 y 2 presenta una diferencia batimétrica
de aproximadamente 1150 m y 700 m respectivamente con respecto a su punto de máxima
elevación.
Esta cresta posee una anchura máxima aproximada de 7 km y alcanza una
extensión de 39 km aproximadamente a lo largo de su zona de máxima altura. Hay que hacer
referencia que todos estos datos provienen de perfiles batimétricos realizados a partir de la
batimetría multihaz, puesto que de esta sub-cresta no se tienen perfiles sísmicos. Esta cresta
no presenta reflexiones coherentes por ser un cuerpo isótropo y homogéneo de origen ígneo.
-Cuencas interiores: La caracterización más específica de estas cuencas se realizará de E a
O, partiendo de la Cuenca Interior 5. La principal razón es porque se tiene más información
proveniente de perfiles sísmicos en esta zona.
La Cuenca Interior 5 se encuentra entre la sub-cresta D y la sub-cresta C (Fig. 4.7) abarca
un área aproximada de 1290 km2 y posee una anchura máxima de 20 km, sin embargo, esta
extensión no es constante debido a que se encuentra condicionada por la sub-cresta D, la
cual es muy variable por su morfología tan curvada. Asimismo, esta cuenca presenta un
basculamiento hacia el O como se observa en la secuencia sedimentaria más antigua. (Fig.
4.3 y Fig. 4.6). Este basculamiento sugiere la presencia de una falla asociada al flanco
oriental de la sub-cresta D, pero no se observa en los datos sísmicos. Este basculamiento da
lugar a diferentes secuencias sedimentarias: pre-, sin- y post-tectónicas. Las distintas
secuencias se identifican por la presencia de contactos discordantes entre los depósitos pretectónico (previo a la falla) y sin-tectónico (durante la falla) y los materiales sin-tectónicos y
post-tectónicos (posteriores a la falla) que muestran facies plano-paralelas horizontales. El
basculamiento se
puede datar como post- Mioceno Temprano ya que los reflectores
sedimentarios comprendidos entre B" y alfa muestran una inclinación y espaciado uniforme.
Asociada a este basculamiento aparece una cuña de sedimentos sin-tectónicos que está
76
fosilizada por la unidad post-tectónica potente mediante una discordancia. Esta discordancia
trunca la cuña sin-tectónica y los materiales basculados pre-tectónicos, y separa dichas
unidades de la unidad post-tectónica. La escasa entidad relativa de la cuña sin-tectónica
sugiere que el proceso de basculamiento tuvo que ser un evento de corta duración asociada
con el movimiento de la sub-cresta D respecto a la sub-cresta C a favor de una falla normal
localizada en el flanco oriental de la sub-cresta C (Fig. 4.3. Fig. 4.5 y Fig. 4.6)
El contacto de esta cuenca con las crestas adyacentes, se muestra como un contacto
discordante con terminaciones onlap. La última secuencia horizontal y plano-paralela, y con
relaciones de onlap con las crestas adyacentes indica una zona sin tectónica activa. Además,
asociados a los flancos laterales de las crestas se presentan zonas con facies de tipo slump.
Uno de los rasgos más distintivos de esta cuenca es la presencia de un flujo lateral de
aproximadamente 100 m de altura con respecto al fondo oceánico y se observa tanto en el
perfil sísmico sd-3a (Fig. 4.6) (Fig. 4.14 Ver: Perfil 9) como en los datos de batimetría
multihaz aproximadamente a una longitud de 70.8 °O. Esta zona nos podría dar una idea de la
dirección del flujo siendo ésta ortogonal a la dirección del perfil sísmico.
Hacia el N el borde O de esta cuenca cambia hacia una zona de talud-terraza. Las facies
sísmicas varían en esta cuenca resaltándose reflexiones más plano-paralelas hacia el N (Fig.
4.3) y un poco menos planas hacia el S donde estas reflexiones se muestran un poco más
caóticas por la presencia local de flujos laterales. Sin embargo, estos flujos sólo aparecen en
los niveles profundos de la cuenca.
Tanto en el perfil sísmico sd- 2b (Fig. 4.5) como en el de la línea C (Fig. 4.3) se muestra en
esta cuenca una discordancia erosiva importante que trunca los materiales sedimentarios que
la componen.
La Cuenca Interior 4, se encuentra entre la sub-cresta B y la sub-cresta C (Fig.4.8), abarca
un área aproximada de 550 km2 y una morfología alargada hacia el N que se vuelve más
ancha hacia el S debido a la orientación de estas crestas adyacentes (Fig. 4.11). Con respecto a
las sub-crestas B y C posee una diferencia batimétrica de 1700 m y 1300 m respectivamente.
Esta cuenca posee una anchura máxima de aproximadamente 7 km y un espesor de 0.7
segundos en tiempos dobles de viaje (Fig. 4.6). En esta cuenca, los sedimentos se disponen
sub-horizontalmente y sus límites con las crestas adyacentes se muestran como terminaciones
netas onlap con sedimentos provenientes de las facies de tipo slump.
77
Hacia la parte oriental de la sub-cresta A, se encuentra la Cuenca Interior 3, la cual está
posicionada entre las latitudes 71.22°O y 71.13°O, posee una anchura máxima aproximada de
10 km (Fig. 4.7). Sin embargo, esta extensión va variando puesto que esta cuenca hacia el sur
se ve condicionada por la sub-cresta A, pero al N se va haciendo más estrecha puesto que la
cuenca se ve condicionada lateral y estructuralmente por el talud y la sub-cresta B, y pasa en
continuidad hacia una zona de terraza. Con respecto a la sub-cresta A, esta cuenca presenta
una diferencia batimétrica de aproximadamente 1200 m y de aproximadamente 1000 m con
respecto a la sub-cresta B. Esta cuenca posee un espesor aproximado de sedimentos de 0.4
segundos en tiempos dobles de viaje. (Fig. 4.13) .Cuando las cuencas interiores se han
colmatado, sus depósitos sedimentarios superan las crestas y dan morfologías de terrazas (Fig.
4.15).
Más hacia el E, entre las latitudes 71.51° O y 71.29° O, se encuentra la Cuenca Interior 2, la
cual tiene una longitud aproximada de 27 km. Esta cuenca también posee una batimetría un
poco irregular, probablemente debido a la presencia de abanicos y flujos submarinos
procedentes de la zona de talud. Esta cuenca limita en su extremo oriental con una de las subcrestas de la Cresta de Beata (Fig. 4.6), la cual se ha identificado como la sub-cresta A. Con
respecto a esta cresta, la Cuenca Interior 2 posee una diferencia batimétrica de 700 m
aproximadamente.
Es importante hacer referencia a que los datos de batimetría multihaz tanto de la sub-cresta
A y la Cuenca Interior 1, como de la cresta principal de Beata no han sido correlacionados
con datos de sísmica de reflexión puesto que de estas zonas no se tienen perfiles sísmicos.
En la región axial de la Cresta de Beata, se encuentra la Cuenca Interior 1, la cual presenta
una diferencia batimétrica aproximada de 500 m con respecto a la cresta asociada a la zona de
falla y hacia el E presenta una inclinación muy suave formando relieve próximo a un rellano o
terraza (Fig. 4.11). Esta cuenca presenta una anchura máxima aproximada de 18 km con una
batimetría suave localmente alterada por depósitos turbidíticos. Aunque no se posean datos
sísmicos de esta cuenca, su morfometría y localización sugiere una génesis y dinámica muy
similar a la de las cuencas interiores 2, 3 y 4. A ambos lados de la cuenca, aparecen unas
pendientes escalonadas, pertenecientes a las crestas con las que limita, sin embargo no se
puede decir a priori si éste es transicional o abrupto, puesto que como se ha expuesto
anteriormente, no se tienen perfiles sísmicos de esta zona.
78
a)
b)
Figura. 4.15 a) Perfil sísmico de línea LB. b) Interpretación sísmica de línea LB. Localización del perfil Fig. 3.7
79
CONCLUSIONES
 El extremo occidental el Cinturón deformado de los Muertos es un cinturón
compresivo que presenta una tectónica de piel fina (thin skin tectonics) generada a
partir de un detachment basal que delamina los materiales sedimentarios del antepaís y
los apila en el cinturón deformado. Este cinturón está constituido por un prisma
deformado asimétrico lateralmente, con una terminación occidental brusca en los
69.7ºO y con una estructura imbricada de láminas de cabalgamiento con vergencia
variable desde el S hasta el O.
 Las evidencias de deformación recientes, junto con la propagación del detachment,
indican que en este cinturón deformado se está produciendo una propagación hacia el
S en la parte oriental y hacia el O en la parte occidental, tanto del cinturón de pliegues
y cabalgamientos como del propio surco, y por tanto consideramos que el proceso de
acreción es activo.
 El Cinturón deformado de los Muertos muestra un giro oroclinal de la estructura
imbricada de E-O a N-S. Este giro comienza en las inmediaciones del borde oriental
de la Cresta de Beata y se hace más pronunciado hacia el O donde la Cresta de Beata
y el cinturón deformado están muy próximos.
 La sección transversal de la Cresta de Beata es muy asimétrica, pues posee un flanco
occidental definido por un gran escarpe con un desnivel máximo de 3600 m y un
flanco oriental escalonado y caracterizado por la alternancia de cuencas interiores y
sub-crestas oblicuas a la macroestructura principal.
 La estratigrafía sísmica de las cuencas interiores indica un relleno predominantemente
turbidítico (e. g., sistemas canal-levee) y la ausencia de movimientos tectónicos al
menos desde el Mioceno Inferior. Sin embargo, en la parte axial de la Cresta de Beata
se ha observado un sistema de fallas orientado NE-SO que sí muestra evidencias de
una tectónica activa.
 El estudio de la estructura superficial de la zona de interacción del Borde de los
Muertos con la Cresta de Beata muestra evidencias de un proceso de colisión activa.
Aunque no se observe un contacto directo entre las estructuras superficiales de la
Cresta de Beata y el Borde de los Muertos existe una somerización e inclinación neta
del detachment hacia el O como resultado de la evolución del sistema de
cabalgamientos de una corteza de plateau (i. e., Cuenca de Venezuela) hacia una
corteza de plateau engrosada (i.e., Cresta de Beata). El principal resultado de la
80
colisión en el retroarco es la desaparición de un cinturón deformado compresivo y su
reemplazamiento hacia el O por un sistema de cizalla lateral izquierda.
81
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