Canarius Serinus ‐ Canario Silvestre. Canarius Serinus ‐ Canario Domestico. Fisiología y Anatomía Si las aves nos resultan unos animales asombrosos por la variedad de formas, coloridos y adaptaciones al medio en que viven, no menos maravilloso y fascinante es el estudio de su anatomía y fisiología. Esto nos descubre muchos detalles y características exclusivas, pues no se hallan en los otros vertebrados. Veamos a continuación algunos de los principales rasgos propios de las aves: Las alas siempre presentes y más o menos desarrolladas o transformadas; el kiwi sólo tiene un rudimento. Las plumas, formaciones de la piel, como las escamas, que cubren su cuerpo. Los huesos pneumáticos o huecos, pues están llenos de aire y su estructura es muy particular. Los sacos aéreos, especie de divertículos o vejigas en comunicación con los pulmones y con los huesos huecos. Los huevos con cáscara dura, por la gran cantidad de materia calcárea que la forman, y que deben ser incubados por los padres, salvo raras excepciones. La elevada temperatura corporal, superior a la del más activo mamífero. El pico, forma que siempre adopta la boca carente de dientes en todos los casos. La vejiga urinaria falta siempre. El ovario izquierdo es el único que se desarrolla, quedando el derecho en estado rudimentario o atrófico. maños, formas del pico y carácter y por lo mismo, en la alimentación; el detalle más general puede que sean las patas adaptadas para asirse y posarse sobre ramas. Los canarios domésticos El canario silvestre (Serinus canarius) habita en las Islas Canarias, en las Azores y en Madeira. Cuando en 1493 los españoles conquistaron las Islas Canarias, incluyéndolas después en sus dominios coloniales, los colonizadores se sintieron atraídos por las numerosas bandadas de avecillas que poblaban entonces (tal como siguen haciendo hoy en día) aquellas islas. El color de su plumaje, a pesar de ser agradable, no era en modo alguno llamativo, pero, en cambio, sí resultaban muy destacadas las cualidades canoras de este alegre pajarillo que los españoles bautizaron con el nombre de canario tomado del nombre de las islas en las que habitaba. El archipiélago, a su vez, derivaba su nombre del latín canis es decir, perro, denominación que le asignaron sus más antiguos exploradores, los cuales habían encontrado en él una especie de perro salvaje posteriormente extinguida. En forma indirecta, por tanto, el nombre de este popular pajarillo deriva del nombre del perro. Los Fringílidos Al llegar a esta familia hemos de hacer punto y aparte, pues de nuevo nos hallamos con un cúmulo de animales en apariencia revueltos, ya que dentro de los pájaros o paseriformes es quizá la familia más numerosa, sin que presente una uniformidad en ta- Pero volvamos a finales del siglo XV en que los españoles, tras haber descubierto los canarios silvestres y haberse entusiasmado con su canto, pudieron comprobar que estas aves, sociables y confiadas, eran fácilmente captu- rables y podían adaptarse a la vida en cautividad. En poco tiempo, los colonizadores iniciaron un próspero comercio de aves cantoras. Muy pronto estuvo de moda entre la aristocracia española la posesión de canarios, moda ésta que no tardó en difundirse en los círculos de la nobleza de otras naciones. Los españoles, tras haber observado que los canarios se reproducían fácilmente en cautividad, se dedicaron a la exportación únicamente de ejemplares machos, que son los solicitados por sus dotes canoras, con el fin de mantener el monopolio de aquel comercio tan lucrativo. Pero como todo negocio lucrativo, y también como durante muchos años se tenia exclusividad de la exportación de solo los machos (las hembras no se vendían), algunos comerciantes, se hicieron con hembras y criaron en cautividad con total éxito fuera de las islas y al finales del siglo XVIII, casi no existía el comercio desde las islas (anecdóticamente diré, que es muy probable que gracias a estos comerciante que sacaron estas hembras escondidas, hoy en día sigamos teniendo canarios silvestre, salvados de la extinción debido a la avaricia del hombre). Sin embargo, se dice también, que hacia mediados del siglo XVI, un barco español que transportaba un considerable cargamento de canarios, naufragó junto a los escollos de la isla de Elba y las aves, una vez recuperada su libertad, se asentaron en la isla, lo que, gracias a las favorables condiciones ambientales, no tardaron en aclimatarse, cruzándose con los fringílidos indígenas. Algunos naturalistas consideran que el verdecillo es el fruto de una de estas hibridaciones espontáneas. Con posterioridad a los españoles e italianos, los alemanes se convirtieron en los principales criadores de canarios dando lugar a un floreciente comercio que se prolongó, con éxito creciente, desde mediados del siglo XVII hasta los primeros decenios del siglo XIX. Más adelante, a pesar de que Alemania siguió constituyendo el principal centro de producción de canarios cantores, surgieron también importantes centros de cría de estas aves en otras naciones europeas bajo el impulso de la creciente demanda no sólo de los mercados europeos sino también americanos, australianos y asiáticos. Al principio, los canarios criados en cautividad no se diferenciaban en absoluto de los silvestres, aparte, como es lógico, su domesticación y la más fácil reproducción en jaula, pero, aproximadamente un siglo después de su introducción en Europa, se verificaron en los centros de cría variaciones en cuanto al color original del plumaje (verde y gris), inicialmente en un reducido número de individuos y después en escala cada vez mayor (dado que dichas modificaciones cromáticas poseían un carácter hereditario dominante) hasta que, al final, el nuevo tono amarillo se impuso a los colores originales del plumaje. La causa de esta variación, limitada a los individuos nacidos en cautividad, puede atribuirse a la aparición de una o más mutaciones, surgidas espontáneamente en los genes que regulan la coloración del plumaje. A las mutaciones con respecto al color siguieron otras en relación con el tamaño y la disposición de las plumas (rizos) e incluso ligeras modificaciones a nivel de la estructura somática; se obtuvieron así canarios de mayor envergadura, de figura más larga, más ancha o más estilizada que la natural, con especiales adornos (moños, plumas rizadas en distintas zonas del cuerpo) y distinto porte corporal. Los factores determinantes de las mutaciones que han modificado el aspecto de los canarios domésticos en relación con su progenitor silvestre, pueden ser múltiples: entre ellos, cabe incluir, sin lugar a dudas, el régimen alimenticio y el hábitat distinto al natural. No obstante, en su deseo de obtener ejemplares que se distinguieran de los demás por algún detalle especial, el hombre dio ulterior impulso a la inicial modificación espontánea, practicando oportunos cruces con objeto de aprovechar y ampliar al máximo estas mutaciones surgidas por casualidad. Se llegó de este modo a la creación de las diversas razas de canarios domésticos, algunos de las cuales son tan distintas a su progenitor silvestre como para inducir a los profanos a dudar de semejante descendencia. Del canario silvestre (Serinus canarius), que raramente se cría ahora en jaula, ha derivado por tanto el canario doméstico (designado por algunos autores con la denominación subespecífica latina de Serinus canarius domesticus), subdividido en numerosas razas y variedades. Una vez llegado a este punto, de la evolución e historia de estos canarios, me gustaría seguir hablando de unos de los órganos importantes y curiosos heredados de los reptiles: El aparato reproductor. Digo esto, porque siguen teniendo en común que en las hembras el ovario derecho esta atrofiado (igual que en las serpientes), las escamas en las patas, el poner huevo, etc. EL APARATO REPRODUCTOR MASCULINO El aparato reproductor masculino en el canario, consta de un par de gónadas, glándulas de carácter mixto debido a su doble misión. Por una parte producen los espermatozoides o gametos masculinos y por otra las hormonas sexuales. A estas gónadas, es preciso añadir en la descripción del aparato, una serie de conductos de salida y de glándulas accesorias. Comencemos por las gónadas masculinas: (testículos). Se trata de un par de órganos de forma ligeramente arriñonada, cuyo volumen y aspecto varía notablemente de acuerdo con el estado de celo del animal. La posición de los testículos es interna, concretamente suprarrenal, estando situados en el techo de la cavidad abdominal, a la altura de la división de la columna vertebral en sus regiones lumbar y sacra. Tal posición interior de los testículos resulta problemática en un animal de sangre caliente. Se sabe que la formación de espermatozoides requiere un descenso de uno o dos grados con respecto a la temperatura corporal. Los mamíferos han solucionado este problema mediante un movimiento de emigración que sitúa a los testículos en una posición próxima al exterior del cuerpo, e incluso totalmente externa (posición escrotal). Las aves utilizan sus sacos aéreos para la inyección de aire refrigerado en las proximidades de los testículos, produciendo de este modo el descenso térmico necesario. Recordemos que el canto, presenta una decisiva intervención a este respecto, en época de celo los canarios canta más, este tiene en realidad una doble misión. Por una parte, conseguir la aceptación femenina, y por otra, un complicado mecanismo fisiológico, la inyección gracias a los sacos aéreos inflamados durante el canto, de una considerable cantidad de aire refrigerado en las proximidades de las gónadas. De este modo se produce una ligera disminución de la temperatura de los testículos, que favorece notablemente la producción de espermatozoides. Se explica así la mayor capacidad de fertilización de la puesta, de aquellos machos que se muestran vigorosos cantores. El órgano copulador No puede hablarse en el canario de la existencia de un verdadero pene comparable con el de los mamíferos o al de otros vertebrados en general. Tal órgano copulador viene aquí representado por un rudimento o PAPILA GENITAL ERECTIL en forma de capuchón, que au- menta considerablemente de volumen y turgencia al llegar el momento del celo. La explicación de este fenómeno radica en unos cuerpos cavernosos que rodean lo cloaca, es decir, lo mismo que en el pene de otro animales, existen unos tejidos esponjosos que pueden llenarse de sangre, con lo que la cloaca se presenta turgente y de mayor tamaño. Como queda dicho, falta por completo y no existe más que un ligero abultamiento o papila eréctil en la cloaca, al final del conducto deferente. Estas particularidades obedecen al régimen de vida tan especial de las aves y al medio tan poco consistente en que se mueven, por lo que la cópula es un acto muy breve, casi fugaz, que no puede ocupar mucho tiempo, limitado a la «monta» o «pisada» del macho sobre la hembra, con aproximación y contacto de las cloacas, con proyección de estos órganos y su acoplamiento, de forma que el esperma es eyaculada directamente en la cloaca, en el urodeo femenino; de aquí pasan los espermatozoides al oviducto. El aparato reproductor femenino y la formación del huevo Si bien las gónadas femeninas, son en principio del desarrollo embrionario, glándulas pares al igual que los testículos, en el caso de los Paseriformes, y lógicamente entre ellos en la canaria, tiene lugar una precoz reducción de la parte derecha del aparato reproductor, sólo se desarrolla un ovario, el izquierdo, y el derecho queda esbozado, convertido en un rudimento. En consecuencia hablaremos tan sólo de un OVARIO, sabiendo ya que nos referimos al izquierdo, desarrollado en exclusiva. El mecanismo de la ovulación El óvulo maduro, con toda su carga de substancias nutritivas, se desprende del ovario y es recogido por el embudo, trompa del oviducto; en las partes altas de este conducto se realiza el encuentro con los espermatozoides, de protege por una parte las estructuras internas del huevo y que además, dada la gran parte de poros que aparecen en las mismas, asegura la perfecta ventilación e intercambio aéreo. Está claro que en el desarrollo de la cáscara, intervienen una serie de factores, entre los que revisten especial importancia los de tipo alimenticio. Una deficiencia de minerales en la alimentación, no tarda en traducirse en la postura de huevos mal calcificados, e incluso carentes por completo de cubierta calcárea. La carencia o déficit de vitaminas del complejo D, se hace sentir igualmente en cuanto a la normal calcificación del cascarón. Recordemos a este respecto que tales vitaminas regulan el equilibrio del calcio en el organismo. Los trastornos digestivos, se traducen en algunas ocasiones en huevos mal calcificados. El mecanismo de postura de huevo: ovoposicion los que sólo uno logra penetrar en el óvulo, que así queda fecundado. En su descenso por el oviducto, el óvulo fecundado se va transformando en el huevo. Entre los 10 y los 70 minutos que siguen a la postura de un huevo, el folículo ovárico cuya maduración ha ido entretanto dando lugar a la base del huevo siguiente, se abrirá de forma espontánea, para liberar este segundo OVUM, es el fenómeno denominado OVULACION. El oviducto Así como en las hembras de los mamíferos, el oviducto es un simple tramo de comunicación con el exterior, más o menos transformado, en las aves por el contrario, presenta una notable modificación, derivada de su misión de recubrimiento del óvulo desprendido del ovario, mediante la secreción del resto de las estructuras (clara, fárfara, membranas testáceas y cáscara) que completarán el huevo. La calcificación Mediante la precipitación de sales calcáreas, el huevo adquiere en este tramo del oviducto la típica «cáscara». Envoltura mineralizada que Cuando se inicia los estímulos contráctiles sobre las paredes musculares del oviducto que darán lugar a la expulsión del huevo, éste sufre una serie de movimientos de rotación que tienden a colocarlo en la posición más adecuada para su expulsión, es decir, con el polo más ancho orientado hacia la apertura de la cloaca. Las contracciones de las paredes del oviducto, producen en la canaria lógico dolor acompañado de una sensación de angustia que la mueve a permanecer recostada sobre el nido, siendo por tanto relativamente extraño el que una hembra normal ponga desde el exterior en el piso de la jaula. Observando a la hembra en los momentos próximos a la puesta, se advierte con claridad el estado en que se encuentra. El pico semiabierto hace notar una respiración claramente jadeante, las alas abiertas y semicaídas muestran el esfuerzo realizado por el animal. Todos estos signos desaparecen tan pronto como el huevo es expulsado, momento en que la hembra suele levantarse del nido para beber o refrescarse, para volver a continuación a él y entregarse a un merecido descanso. Y una curiosidad más, sabían que: Alpiste (Phalaris canariensis) El Alpiste (Phalaris canariensis), como también el Canario silvestre (Serinus canarius), son autóctonos de las Isla Canarias, es decir, solo existían en esta islas. Esta semilla salio de las islas, al resto del mundo en barcos españoles junto con el canario como ya hemos comentado. Esta semilla de fácil adaptación a los terrenos, no tardó mucho en multiplicarse fuera de las islas. Hoy en día el alpiste que conocemos es diferente al alpiste autóctono que todavía tenemos en nuestras islas. Este alpiste silvestre es de tallo y semilla un poco más pequeño en comparación con los que nos llegan de Canadá, Marruecos, Turquía, etc. Un buen criador que trabaje con dedicación e inteligencia, y que a través de años de pruebas y experimentos haya adquirido cierta práctica, sabe que el canario debe ser alimentado racionalmente para que pueda gozar del máximo de buena salud. Tendremos que tener en cuenta el clima de donde nos encontremos y las horas de luz (no es lo mismo la alimentación en enero en el norte peninsular con temperaturas de bajo cero, que en el mismo mes en las Islas Canarias, temperaturas de alrededor de 20 grados y con más luz natural). Si el alimento suministrado es demasiado rico en substancias nutritivas con variedad de semillas que contenga mucha grasa, no puede hacerle ningún bien, así como es nociva una alimentación demasiado monótona compuesta siempre de lo mismo. En general, las aves necesitan comer mucho más en proporción a su tamaño corporal que los humanos. Si usted lo mira en términos de energía consumida por gramo de peso corporal, un canario adulto ingerirá 10 veces más cantidad de alimento que un ser humano. La mayoría de las aves mantenidas en jaulas y pajareras son granívoras. En libertad, estas aves ingerirán una amplia variedad de semillas y plantas verdes para satisfacer sus necesidades alimenticias. En la naturaleza, lo que ellas realmente elegirán para comer variará con la disponibilidad de alimentos de acuerdo a las estaciones. Las aves en cautiverio se alimentarán con dietas basadas en alimentos ya disponibles y no incluirán en su dieta las mismas semillas que comerían las aves en libertad. En mi opinión una alimentación mayoritariamente basada en alpiste y un pequeño recipiente con semillas variadas tendríamos una alimentación equilibrada para las temperaturas en nuestras islas, siempre claro esta, dependiendo de la estación del año y teniendo en cuenta la época de cría y muda que evidentemente se tendrá que reforzar la alimentación. No quisiera terminar este articulo, sin ante destacar lo que el canario ha aportado y ofrecido a la ornitología mundial. Me explico, si reflexionamos en cualquier concurso o exposición ornitológica, de cualquier país de los dos hemisferios, el 80% de estas aves lo mueve la canaricultura, la tenemos por color, canto, postura y no olvidemos las hibridaciones que con ellos se hacen. Con más o menos porcentajes siempre los tenemos hay. Solo me queda argumentar y creo que muchos estarán conmigo, «que de no existir el Canario, tendríamos que inventarnos uno». Nicolás Sosa García. Juez OMJ