Progreso científico Desde que el primer homínido hizo chocar dos

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Progreso científico
Desde que el primer homínido hizo chocar dos piedras y saltó una chispa, nadie ha sido
capaz de detener el progreso científico. Poco a poco el hombre ha sido capaz de desarrollar
cosas realmente increíbles que hace siglos no se podían imaginar. Es maravilloso pensar que
todo es gracias a algo a lo que llamamos “ciencia”. La ciencia, desde mi punto de vista, es
una forma de vida. Si has entrado en contacto con ella, es difícil alejarse. ¿Por qué? Porque
considero que el cerebro humano es una gran maquinaria que solo funciona con preguntas y
respuestas, cuyo incentivo es la curiosidad. No podría ser de otro modo, dado que la ciencia
se basa en intentar dar respuestas lógicas a todo tipo de cuestiones. Además, las
consecuencias de la ciencia son un desarrollo social a gran escala, no solo en hacer más fácil
la vida de las personas, sino en satisfacer las necesidades de gente que tiene problemas. La
revolución científica, abarca todos los dominios, de entre los cuales, personalmente me
decanto por el médico. En él, se aprecia de verdad el progreso científico. Todos aquellos
momentos históricos marcados por epidemias, muertes, y en los que la tasa de vida caía en
picado. Gracias a la ciencia, se han erradicado enfermedades, se han paliado síntomas, se
han salvado vidas. No puedo imaginar un mundo sin ciencia, sin medicina. Sé que la ciencia
no se realiza sola, y que debemos todo lo que tenemos hoy a personas que tal vez nunca
conoceremos, que solo se dedicaron a la ciencia para intentar cambiar el mundo, que no
deja de ser una forma de revolverse contra la época en que se vive. Tiene su faceta
inconformista, nunca hay demasiado investigado, la humanidad evoluciona, y con ella la
ciencia y la tecnología, que no se puede olvidar. Para mí, la ciencia, es lo que hace que la
vida no sea monótona, darme cuenta que nunca sé lo suficiente. Creer que una teoría es
verdadera, darnos la vuelta, descubrir que hay algo más y seguir investigando. Hay que estar
al día, por eso, sé que nunca se acaba. Aunque todavía haya cosas que se escapan de la
razón humana, confío en la capacidad del ser humano para seguir consiguiendo metas.
Además, considero que la ciencia está destinada a todo aquel que tenga ganas de saber. Si
los primeros científicos no se hubieran parado a mirar, a reflexionar, tal vez hoy no
conoceríamos este término. Si hoy estamos aquí, se debe a que, en efecto, la ciencia es el
motor de la humanidad. Es cierto, que con cada descubrimiento, nos acercamos más a la
realidad, al medio atado a leyes naturales en el que vivimos.
La ciencia, además, no tiene lado negativo. No es adoctrinadora, no se basa en la fe. Se basa
en experimentar, en datos, en hechos demostrables, y nos da el beneficio de la duda frente
a los problemas. Algunos pueden llamarnos escépticos, pero, ¿realmente podría ser posible
que lo que nos demuestran los sentidos sea falso, como algunos filósofos de la antigüedad
pensaban? Podríamos teorizar largo y tendido de un asunto de tal calibre, pero entonces no
estaríamos encaminándonos hacia la meta final del ser humano, que ya no es solo ser feliz,
sino cómo llegar a serlo. Y puesto que somos seres racionales, me decanto por la
investigación y la ciencia, que alimenta el cerebro y reconforta al entender lo que nos rodea.
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