TRABAJO ESPECIAL DE GRADO CARACTERIZACIÓN GEOLÓGICA DEL MIEMBRO SANTA BÁRBARA AL SUR DEL BLOQUE IX Y AL OESTE DEL BLOQUE VI EN EL LAGO DE MARACAIBO, ESTADO ZULIA TUTOR ACADÉMICO: Prof. Omar Rojas TUTOR INDUSTRIAL: Ing. Manuel Serrano Presentado ante la Ilustre Universidad Central de Venezuela para optar al título de Ingeniero Geólogo por la Br. Leticia Ortega Oropeza Caracas, marzo 2001 © Leticia Ortega Oropeza, 2001 Hecho el Depósito de Ley Depósito Legal lft487200162034 A mis padres A Israel A Mami “ Hacia el primer día todos señalábamos a nuestros países. Hacia el tercero o cuarto señalábamos a nuestros continentes. Para el quinto día ya éramos conscientes de que sólo hay una Tierra”. Príncipe sultán Bin Salmon Al Saud, Ortega O., Leticia CARACTERIZACIÓN GEOLÓGICA DEL MIEMBRO SANTA BÁRBARA AL SUR DEL BLOQUE XI Y AL OESTE DEL BLOQUE VI EN EL LAGO DE MARACAIBO, ESTADO ZULIA. Tutor Académico: Prof. Omar Rojas. Tutor Industrial: Ing. Manuel Serrano. Tesis. Caracas, U.C.V. Facultad de Ingeniería. Escuela de Geología, Minas y Geofísica. 2001, 126 pág. Palabras Claves: Santa Bárbara, La Rosa, Mioceno, Valles Incisos, Geología Petrolera. RESUMEN El Miembro Santa Bárbara (Mioceno) ha sido explotado en diversas zonas del Lago de Maracaibo. Sin embargo, en este trabajo se estudia la prospectividad a nivel de este intervalo en algunas zonas no drenadas adyacentes a los yacimientos productores ubicados en los Bloques IX y VI. Para lograr este objetivo se dividió la unidad en cuatro electrofacies, se escogieron 72 pozos y en ellos se reconocieron las electrofacies y la discordancia del Eoceno. Se describieron tres pozos con núcleos y se realizó el análisis petrográfico cualitativo de las muestras tomadas. Se elaboraron mapas isópacos, estructurales y de distribución de electrofacies con los datos obtenidos. Se correlacionaron dichos datos con los valores de la amplitud sísmica para la zona. A partir de los resultados obtenidos se concluyó que el Miembro Santa Bárbara es un sistema de valles incisos que puede subdividirse de la siguiente manera: la electrofacies más basal (EF1) corresponde a un sistema de canales entrelazados; las dos electrofacies suprayacentes (EF2 y EF3) representan un sistema de canales distributarios estuarinos; y la electrofacies más superior (EF4) corresponde a arenas deltaicas retrabajadas. Los valores de amplitud sísmica a nivel del Miembro Santa Bárbara en la zona de estudio se relacionan de una manera casi lineal con los valores de espesor total de este intervalo. En el análisis de la prospectividad de las zonas no drenadas se definieron dos zonas de bajo riesgo, denominadas zonas verdes; una zona de mediano riesgo, denominada zona amarilla; y una zona de alto riesgo, denominada zona roja. ÍNDICE 1. Introducción 1.1. Objetivos ............................................................................. 1 1.2. Ubicación del Área de Estudio .............................................. 1 1.3. Metodología ......................................................................... 1 1.4. Trabajos Previos .................................................................. 9 1.5. Agradecimientos .................................................................. 13 2. Evolución Geológica de la Cuenca de Maracaibo 2.1. 2.2. Estratigrafía Regional .......................................................... 16 Sedimentación Pre-Cretácica .............................................. 16 Sedimentación Cretácica .................................................... 19 Sedimentación del Cenozoico ............................................. 24 Deformación estructural ..................................................... 32 Apertura Jurásica .............................................................. 32 Margen Pasivo del Cretácico ............................................... 32 Del Cretácico Tardío al Paleoceno: Transición del Margen Pasivo al Margen Activo ...................................................................... 33 Del Eoceno Superior al Mioceno Inferior: Cuencas Colisionales 35 3. Geología Local 3.1. Definición y descripción de las electrofacies identificadas ..... 37 3.2. Análisis de las electrofacies a partir de la descripción de núcleos ............................................................................................ 46 i Descripción macroscópica .................................................. 49 Análisis Petrográfico ........................................................... 54 3.3. Análisis paleontológico ........................................................ 74 3.4. Descripción 3.5. y análisis de los mapas isópacos, mapas estructurales y de atributos sísmicos .................................. 75 Geología Estructural Local .................................................. 87 4. Ambiente sedimentario y depositación secuencial interpretados para el Miembro Santa Bárbara de la Formación La Rosa en el área de estudio ........................................................................................ 93 5. Prospectividad del Miembro Santa Bárbara en el área de estudio 109 6. Conclusiones y Recomendaciones ............................................... 116 7. Referencias y Bibliografía ............................................................ 119 8. Anexos .......................................................................................... 128 ii ÍNDICE DE FIGURAS Fig. 1.1. Ubicación de la zona en estudio ......................................... 2 Fig. 1.2. Ubicación de los pozos en la zona de estudio. Ubicación de las secciones estratigráficas mostradas en el presente trabajo ................... 4 Fig. 2.1. Columna estratigráfica generalizada de la Cuenca de Maracaibo ........................................................................................................... 16 Fig. 2.2. Rocas Jurásicas en Venezuela ........................................... 17 Fig. 2.3. Ubicación de los Grábenes y del Arco de Mérida ................ Fig. 2.4. Facies sedimentarias dominantes durante el Cretácico Temprano al norte del Cratón de Guayana .......................................... Fig. 2.5. 20 Facies sedimentarias dominantes durante el Maestrichtiense, Cretácico Tardío ................................................................................. Fig. 2.6. 19 23 Movimiento del frente de deformación del Caribe hacia el este- sureste en el occidente de Venezuela y sedimentación asociada durante el Paleoceno-Eoceno .............................................................................. Fig. 2.7. Generación transcurrencia al sur de cuencas del límite extensionales entre las placas asociadas a del y Caribe Suramericana ................................................................................... Fig. 3.1. 33 34 Pozo SVS-91. Imagen que relaciona las electrofacies definidas con los análisis petrográficos realizados a partir de las muestras tomadas del núcleo ......................................................................................... 37 Fig. 3.2. Mapa isópaco de la electrofacies EF 1 ................................ 38 Fig. 3.3. Sección Estratigráfica No. 4 ............................................... 39 Fig. 3.4. Sección Estratigráfica No. 10 ............................................. 41 iii Fig. 3.5. Sección Estratigráfica No. 7 ............................................... 42 Fig. 3.6. Mapa isópaco de la electrofacies EF2 ................................. 43 Fig. 3.7. Sección Estratigráfica No. 2 ............................................... 44 Fig. 3.8. Mapa isópaco de la electrofacies EF3 ................................. 46 Fig. 3.9. Mapa isópaco de la electrofacies EF4 ................................. 47 Fig. 3.10. Pozo LRF-27. Perfil y columna con descripción de núcleo .. 49 Fig. 3.11. Pozo LRF-02. Perfil y columna con descripción de núcleo .. 50 Fig. 3.12. Pozo 17. SVS-91, profundidad 10292’ 00’’. Muestra No. Fotomicrografía que muestra dos granos de turmalina, mineral pesado más abundante en la muestra .................................................................... 56 Fig. 3.13. Pozo SVS-91, profundidad 10292’ 00’’. Muestra No. 17. Fotomicrografía que muestra dos granos de turmalina, mineral pesado más abundante en la muestra ................................................................... 56 Fig. 3.14. Pozo 17. SVS-91, profundidad 10292’ 00’’. Muestra No. Fotomicrografía que muestra el pleocroismo de los granos de turmalina 56 Fig. 3.15. Pozo SVS-91, profundidad 10285’ 10’’. Muestra No. 16. Fotomicrografía que muestra un fragmento de roca metamórfica .......... 56 Fig. 3.16. SVS-91, Fotomicrografía que profundidad muestra 10266’ el 11’’. crecimiento Muestra sintaxial No. de 15. cuarzo ........................................................................................................... 57 Fig. 3.17. Pozo SVS-91, profundidad 10266’ 11’’. Muestra No. 15. Fotomicrografía que muestra el pésimo escogimiento de la muestra ..... 57 Fig. 3.18. Pozo SVS-91, profundidad 10292’ 00’’. Muestra No. 17. Fotomicrografía que muestra un fragmento de arcilita deformado y iv alterado, debido a la compactación mecánica y disolución de matriz .......................................................................................................... 57 Fig. 3.19. Pozo No. 16. Fotomicrografía que muestra la disolución de las arcillas ................... 57 Fig. 3.20. Pozo 15. SVS-91, SVS-91, profundidad profundidad 10285’ 10266’ 10’’. 11’’. Muestra Muestra No. Fotomicrografía que muestra la presencia de porosidad en función de la disolución no homogénea de la matriz ................................................ 61 Fig. 3.21. Pozo 11. LRF-27, profundidad 10984’ 10’’. Muestra No. Fotomicrografía que muestra los minerales pesados reconocidos: circón y turmalina en nícoles paralelos ............................................................ 61 Fig. 3.22. Pozo LRF-27, profundidad 10984’ 10’’. Muestra No. 11. Fotomicrografía que muestra los minerales pesados reconocidos, circón y turmalina en nícoles cruzados ............................................................ 61 Fig. 3.23. Pozo 11. LRF-27, profundidad 10984’ 10’’. Muestra No. Fotomicrografía que muestra los minerales pesados reconocidos, pero rotada con respecto a las anteriores. Nótese el pleocroismo de la turmalina y el alto relieve del circón .................................................................. 61 Fig. 3.24. Pozo 14. SVS-091, profundidad 10247’ 05’’. Muestra No. Fotomicrografía que muestra los nódulos de hematita recubiertos de siderita y la pérdida de la porosidad, debida a la presencia de arcillas .......................................................................................................... 62 Fig. 3.25. Pozo 14. SVS-091, profundidad 10247’ 05’’. Muestra No. Fotomicrografía que muestra los nódulos de hematita recubiertos de siderita. Con nícoles cruzados ............................................................ 62 v Fig. 3.26. Pozo SVS-091, profundidad 10247’ 05’’. Muestra No. 14. Fotomicrografía que muestra los nódulos de hematita recubiertos de siderita. Con luz reflejada .................................................................. 62 Fig. 3.27. Pozo 10. LRF-27, profundidad 10983’ 05’’. Muestra No. Fotomicrografía que muestra la matriz y la pseudomatriz. La composición de la matriz posiblemente sea sericita ................................................ 62 Fig. 3.28. Pozo No. 11. Fotomicrografía que muestra la disolución de la matriz ....................... 64 Fig. 3.29. Pozo No. 19. Fotomicrografía que muestra los tipos de contactos entre granos ......... 64 Fig. 3.30. Pozo 19. LRF-27, LRF-002, LRF-002, profundidad profundidad profundidad 10984’ 11005’ 11005’ 10’’. 00’’. 00’’. Muestra Muestra Muestra No. Fotomicrografía en la que se observa la porosidad de la muestra, sin embargo la permeabilidad es despreciable .......................................... 64 Fig. 3.31. Pozo 10. LRF-27, profundidad 10983’ 05’’. Muestra No. Fotomicrografía que muestra, la deformación de los fragmentos de arcilitas y la alteración que han sufrido .............................................................. 64 Fig. 3.32. Pozo LRF-27, profundidad 10983’ 05’’. Muestra No. 10. Fotomicrografía que muestra la compactación mecánica evidenciada en la deformación que han sufrido los fragmentos de arcilitas ...................... 65 Fig. 3.33. Pozo LRF-002, profundidad 11005’ 00’’. Muestra No. 19. Fotomicrografía que muestra un detalle de los anillos de crudo remanente adherido a los granos de cuarzo detríticos .......................................... 65 Fig. 3.34. Pozo 19. LRF-002, profundidad 11005’ 00’’. Muestra No. Fotomicrografía que muestra un fragmento de roca alterándose, un grano vi de circón y el crudo remanente formando anillos entre los granos detríticos y los espacios porosos ......................................................................... 65 Fig. 3.35. Pozo 13. SVS-091, profundidad 10227’ 05’’. Muestra No. Fotomicrografía que muestra el crecimiento del cuarzo en continuidad óptica y la alteración de granos lábiles ............................................... 65 Fig. 3.36. Pozo No. 12. Fotomicrografía que muestra un grano de cuarzo fracturado ............... 67 SVS-091, profundidad 10219’ 07’’. Muestra Fig. 3.37. Pozo SVS-091, profundidad 10219’ 07’’. Muestra No. 12. Flujos de hidrocarburo remanente ..................................................................... 67 Fig. 3.38. Procesos que ocurren durante el enterramiento de una cuarzoarenita ..................................................................................... 69 Fig. 3.39. Paragénesis de los cementos, mostrando además los cambios de porosidad secundaria a lo largo del proceso ......................................... 72 Fig. 3.40. Mapa Estructural de la Discordancia del Eoceno ................ 75 Fig. 3.41. Mapa isópaco total ............................................................ 78 Fig. 3.42. Mapa arena neta ............................................................... 79 Fig. 3.43. Mapa de Amplitudes con ubicación de pozos ...................... 84 Fig. 3.44. Comparación entre los valores de amplitud y los valores de espesor total para cada pozo ubicado en el área de estudio .................. 85 Fig. 3.45. Ubicación aproximada de la zona en estudio (Graben Lama) mostrando las principales estructuras que la atraviesan y rigen su sedimentación .................................................................................... 86 vii Fig. 3.46. Relleno estratigráfico de la zona en estudio, indicando las superficies de máxima inundación, los principales eventos compresivos y las tres fases tectónicas ..................................................................... 87 Fig. 3.47. Diagrama esquematizado de la estructura Lama Sur a nivel de las calizas cretácicas del Grupo Cogollo .............................................. 89 Fig. 3.48. Procesos tectónicos dominantes en el área de Lama Sur durante el Eoceno Inferior a Medio ..................................................... 90 Fig. 4.1. Segmentación de los sistemas de valles incisos .................. 95 Fig. 4.2. Mapa interpretativo idealizado de distribución de la electrofacies EF1: ríos entrelazados .................................................... 99 Fig. 4.3. Mapa interpretativo idealizado de distribución de la electrofacies EF2: sistema estuarino ................................................. 101 Fig. 4.4. Mapa interpretativo idealizado de distribución de la electrofacies EF3: sistema estuarino ................................................. 102 Fig. 4.5. Fotografías aéreas que muestran diferentes formas de distribución de las arenas deltaicas retrabajadas ............................... 105 Fig. 4.6. (1976) Comparación entre el perfil idealizado propuesto por Saxena para la secuencia vertical típica de las arenas deltaicas retrabajadas y el perfil del Pozo SVS-091 ........................................... 107 Fig. 5.1. Esquema de ubicación aproximada de la zona donde se evaluará la prospectividad ................................................................................ 108 Fig. 5.2. Ubicación de las zonas de riesgo identificadas en el área de estudio ......................................................................................... 110 viii Fig. 5.3. Esquematización del acuñamiento sugerido que presentan las electrofacies contra el paleoalto ubicado en el área sureste de la zona de estudio ........................................................................................ 112 ix ÍNDICE DE TABLAS Tabla 3.1. Relación de las muestras tomadas de cada núcleo con la electrofacies a la cual pertenecen y el tipo de análisis realizado ........... 54 Tabla 3.2. Clasificación de las muestras estudiadas en secciones finas del Miembro Santa Bárbara de la Formación La Rosa (según Pettijohn, Potter y Siever, 1987) ..................................................................................... 55 Tabla 3.3. Estado diagenético de las muestras estudiadas en secciones finas (según Schmidt & McDonald, 1979) ............................................. 73 Tabla 4.1. Correlación entre las características fundamentales de los sistemas de valles incisos definidas por Zaitlin et al. (1994) y los datos presentados, tanto en el presente estudio como en trabajos previos, para el Miembro Santa Bárbara de la Formación La Rosa .............................. 93 x ÍNDICE DE ANEXOS Anexo No. 1. Datos de producción acumulada y porosidad para algunos de los pozos ubicados en la zona de estudio ............................................. 126 Anexo No. 2. Datos de los pozos ubicados en el área de estudio. Los topes están tomados en su profundidad vertical verdadera bajo el nivel del mar ......................................................................................................... 127 Anexo No. 3. Datos obtenidos a partir de los mapas de atributos sísmicos para cada uno de los pozos presentes en el área de estudio ................. 129 Anexo No. 4. Análisis Petrográfico Cualitativo del Pozo LRF-027 ....... 130 Anexo No. 5. Análisis Petrográfico Cualitativo del Pozo SVS-091 ....... 131 Anexo No. 6. Análisis Petrográfico Cualitativo del Pozo LRF-002 ....... 132 Anexo No. 7. Sección Estratigráfica No. 2 ......................................... 133 Anexo No. 8. Sección Estratigráfica No. 4 ......................................... 134 Anexo No. 9. Sección Estratigráfica No. 7 ......................................... 135 Anexo No. 10. Sección Estratigráfica No. 10 ....................................... 136 Anexo No. 11. Mapa isópaco total, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa ...........................................................................................…… 137 Anexo No. 12. Mapa isópaco de la electrofacies EF1, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa ............................................................. 138 Anexo No. 13. Mapa isópaco de la electrofacies EF2, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa ............................................................. 139 Anexo No. 14. Mapa isópaco de la electrofacies EF3, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa ............................................................. 140 xi Anexo No. 15. Mapa isópaco de la electrofacies EF4, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa ............................................................. 141 Anexo No. 16. Mapa Estructural de la Discordancia del Eoceno .......... 142 Anexo No. 17. Mapa Estructural del tope de la Electrofacies EF1, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa .................................................... 143 Anexo No. 18. Mapa Estructural del tope de la Electrofacies EF2, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa ..................................................... 144 Anexo No. 19. Mapa Estructural del tope de la Electrofacies EF3, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa ..................................................... 145 Anexo No. 20. Mapa Estructural del tope de la Electrofacies EF4, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa ..................................................... 146 Anexo No. 21. Mapa Interpretativo Idealizado de distribución de la electrofacies EF1, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa ............ 147 Anexo No. 22. Mapa Interpretativo Idealizado de distribución de la electrofacies EF2, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa ............ 148 Anexo No. 23. Mapa Interpretativo Idealizado de distribución de la electrofacies EF3, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa ............ 149 Anexo No. 24. Mapa isópaco de arena neta total, Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa ............................................................................. 150 xii CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN 1.1. OBJETIVO El objetivo general consiste en evaluar la posible prospectividad del Miembro Santa Bárbara de la Formación La Rosa en las áreas adyacentes a los yacimientos presentes en la zona de estudio. Para esto se ha cumplido con los siguientes objetivos específicos: • Integrar la información existente de pozos, sísmica, núcleos y de yacimientos en este intervalo y así ubicar posibles áreas no drenadas dentro de los yacimientos en esta zona. • Se pretende unificar los criterios de correlación y características en ambos bloques, los cuales presentan discrepancias en lo que respecta al Miembro Santa Bárbara. • Cumplir con el último requisito exigido para optar por el título de Ingeniero Geólogo otorgado por la ilustre Universidad Central de Venezuela. 1.2. UBICACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO El área de estudio está ubicada al sur del Bloque IX y al oeste del Bloque VI en el Lago de Maracaibo, estado Zulia, entre las coordenadas UTM: 1.076.403 y 1.096.096 al norte y 207.368 y 216.052 al este (Fig. 1.1) y comprende el Miembro Santa Bárbara de la Formación La Rosa. METODOLOGÍA Para cumplir con los objetivos propuestos se llevaron a cabo las siguientes actividades: 1 Revisión bibliográfica y obtención de los registros de pozos Inicialmente se realizó la inve stigación bibliográfica que abarcó la revisión de los diferentes trabajos de investigación e informes técnicos realizados en el Lago de Maracaibo y relacionados con el Miembro Santa Bárbara de la Formación La Rosa, objetivo de este estudio. Los parámetros para la escogencia de los pozos a estudiar fueron: que poseyeran núcleo (SVS-091, LRF-002 y LFR-027) y que los registros que existiesen, principalmente los de rayos gamma y resistividad, atravesaran el espesor de interés. Fig. 1.1. Ubicación del área de estudio Definición de las electrofacies y su correlación estratigráfica Se establecieron un total de 18 secciones estratigráficas que abarcaron toda la zona en estudio, con direcciones norte-sur, noreste-suroeste y este2 oeste y en base a los pozos anteriormente escogidos. Dichas secciones fueron concebidas de manera tal que contuvieran a los pozos con núcleos (SVS-91, LRF- 02 y LRF-27) y que además se cortaran entre sí para poder hacer el amarre de la información. Posteriormente, se identificó en cada una de ellas el intervalo de interés (Miembro Santa Bárbara), que en el área de estudio suprayace la Discordancia del Eoceno e infrayace las lutitas de la Formación La Rosa. En este trabajo se describen cuatro secciones estratigráficas (Sección Estratigráfica No. 2, Anexo No. 5; Sección Estratigráfica No. 4, Anexo No. 6; Sección Estratigráfica No. 7, Anexo No. 7; Sección Estratigráfica No. 10, Anexo No. 8) las cuales se consideran las más representativas de la zona (Fig. 1.2). Para identificar la discordancia del Eoceno se utilizaron diversos registros de pozos tales como rayos gamma, resistividad, conductividad y registros de buzamiento (dipmeter), así como los topes oficiales definidos en algunos de los pozos. El uso del registro de rayos gamma permitió identificar la discordancia bajo la premisa de que sobre ella generalmente se ubica una capa de arenisca. Si bien esto no es algo que se cumple a cabalidad en toda la zona fue uno de los criterios que se utilizaron en los pozos donde los topes oficiales indicaban la existencia del Miembro Santa Bárbara. El registro de resistividad se utilizó teniendo en cuenta que las lutitas del Mioceno son menos resistivas que las del Eoceno (Casas, 1998). Además los cambios bruscos de conductividad entre el Mioceno y el Eoceno también fueron de gran ayuda en el reconocimiento de la discordancia. 3 Fig. 1.2. Ubicación de los pozos en la zona de estudio. Ubicación de las secciones estratigráficas mostradas en el presente trabajo: Sección Estratigráfica No. 2, Sección 2; Sección Estratigráfica No. 4, Sección 4; Sección Estratigráfica No. 7, Sección 7 y Sección Estratigráfica No. 10, Sección 10. 4 En algunos pozos se utilizó el registro de buzamiento, puesto que el buzamiento de una serie de estratos encima de una superficie de discordancia angular es distinto al de los más antiguos que están debajo de esta superficie. Las electrofacies fueron definidas a partir de tres niveles lutíticos presentes en todos los pozos de la zona, que separan al intervalo de interés en cuatro cuerpos arenosos de espesor variable. Estos cuerpos arenosos fueron identificados de base a tope como Electrofacies EF1, Electrofacies EF2, Electrofacies EF3 y Electrofacies EF4. Descripción de núcleos Esta fase se realizó en la nucleoteca La Concepción de PDVSA, estado Zulia. Se describieron un total de 43’ de testigos entre el pozo SVS-091, ubicado en el Bloque IX y los pozos LRF-002 y LFR-027, ubicados en el Bloque VI (Fig. 1.2). Para la descripción se tomaron en cuenta las siguientes variables: profundidad y espesor del intervalo descrito, muestras tomadas para los diferentes estudios (petrográfico, rayos X, geoquímica, etc.), tipo de litofacies, grado de bioturbación, estructuras sedimentarias (tipo y tamaño de cada una de ellas), textura, tamaño de grano (en ø), litología (lutita, heterolita, arenisca), color (fresco y meteorizado) y observaciones. Se tomaron un total de 11 muestras, una de ellas con la finalidad de realizar un estudio palinológico y paleontológico y el resto para hacer el análisis petrográfico cualitativo de las diferentes litologías identificadas en el trabajo descriptivo. Análisis petrográfico y cualitativo de las secciones finas Dicho análisis englobó las siguientes características: • Tamaño de granos: tanto el rango en el que estos se encontraban, como el tamaño más abundante (tamaño promedio). 5 • Porcentaje de los componentes principales de la muestra: granos detríticos, cemento, porosidad y matriz. Para la apreciación de todos los porcentajes se utilizaron las tablas de estimación visual de Terry & Chilingar (1995). • Porcentaje de redondez de los granos detríticos, los cuales se evaluaron dentro del siguiente rango: muy anguloso, anguloso, subanguloso, subredondeado, redondeado y muy redondeado. Para esto se utilizaron las tablas de estimación visual de redondez de Powers (1953). • Porcentaje de la selección o escogimiento de los granos detríticos, cuyos rangos variaron entre muy bien escogido, bien escogido, moderadamente escogido, mal escogido y muy mal escogido. Por lo general, el porcentaje evaluado tanto para la redondez como para el escogimiento se estableció entre dos rangos. • Porcentaje de los contactos entre granos presentes en la muestra. Dichos contactos fueron evaluados según los términos suturado, cóncavo-convexo, longitudinal, tangencial, grano-matriz y grano- cemento. • Orientación de los granos detríticos, bien sea anisotrópica o isotrópica. • Porcentaje del tipo de porosidad presente en la muestra estudiada, pudiendo ser intergranular, intrapartícula, por disolución, móldica, por fractura o intercristalina. • Porcentaje de la composición mineral, detrítica y autigénica, de la muestra. 6 • Porcentaje de la composición de la matriz, en el caso de que el análisis petrográfico lo permitiera. • Porcentaje de la composición del cemento, que pudo variar entre matriz recristalizada, cuarzo, óxido de hierro, material calcáreo, caolinita, y otros. • Clasificación de las areniscas según Pettijohn, Potter y Sievers (1987). • Evaluación de la compactación, la cual varió entre baja, media y alta. • Presencia de microestructuras. • Efectos diagenéticos observados. • Grado diagenético de la muestra. Esta clasificación se hizo tomando en cuenta la propuesta por Schmidt y McDonald (1979), quienes definieron los grados diagenéticos según cuatro estados texturales: Estado inmaduro: o somero, está caracterizado por la compactación mecánica (deformación de granos dúctiles, rotación y fracturación) de arenas limpias y sin cementar, con porosidad intergranular primaria. La compactación mecánica reduce el volumen inicial de la roca, así como la porosidad primaria, mientras la compactación química está ausente o es insignificante. Estado semi-maduro: o intermedio, la coexistencia de porosidad primaria reductible y de la compactación química extendida define el rango del estado semi-maduro. Este estado textural está marcado por dicha compactación química, mientras la mecánica es insignificante o cesa por completo. Durante este proceso disminuye tanto el volumen de la roca como la porosidad primaria intergranular la cual, al final del proceso, llegará a niveles irreductibles. El material disuelto (bien sea dentro de la arenisca o en las capas adyacentes) puede re7 precipitar dentro de la roca como cemento de poro, reduciendo la porosidad. Puede aparecer porosidad secundaria y coexistir con la porosidad heredada del estado inmaduro. Estado maduro: o profundo, caracterizado por la ausencia de porosidad primaria excepto por los poros lamelares irreductibles. La porosidad secundaria puede heredarse de los estados precedentes u originarse en este estado. La compactación química sucede en los poros secundarios con mayor incidencia que la compactación mecánica. Puede dividirse en dos estados: el estado maduro temprano de máximo desarrollo de la porosidad secundaria y el estado maduro tardío caracterizado por una gradual destrucción de la porosidad secundaria debida principalmente a la compactación química y al hecho de que si se genera este tipo de porosidad su cantidad es insignificante. Estado supra-maduro: o muy profundo, ambos tipos de porosidades se encuentran a niveles irreductibles. Puede generarse porosidad secundaria por fracturamiento o lixiviación, pero rápidamente es eliminada. La aparición del metamorfismo marca el final de este estado. Elaboración de mapas estructurales, de espesor total, arena neta total y de distribución de electrofacies Estos mapas se realizaron con el apoyo de los resultados obtenidos a partir del programa computarizado CPS3, perteneciente a la plataforma de Geoframe de Schlumberger® . Sin embargo, los mapas que se presentan son producto de la interpretación geológica realizada al integrar los datos dados por dicho programa, la correlación estratigráfica realizada y la interpretación personal. La base de las fallas a nivel de la discordancia del Eoceno y que fue 8 usada en la elaboración de los mapas estructurales, ya existía en la base de datos de PDVSA y fue realizada por el Ing. Ricardo Ramírez. Se tomaron cuatro mapas de atributos sísmicos (amplitud, frecuencia instantánea, reflexión y fase instantánea), realizados por la Ing. Yajaira Sánchez para el análisis de los atributos sísmicos en la zona. Los datos obtenidos a partir de estos mapas se compararon con los datos generados en el presente estudio (espesor de cada electrofacies, espesor total, espesor de arena neta total, porcentaje de arena y datos de porosidades obtenidos de las carpetas de algunos pozos). Se realizaron un total de 32 gráficos de líneas de tendencia con la ayuda del programa computarizado Microsoft Excel; a cada gráfico se le calculó la mejor línea de tendencia y el correspondiente grado de correlación entre los datos (R2). 1.3. TRABAJOS PREVIOS La Formación La Rosa (Mioceno) fue descrita por primera vez por Liddle (1928), el cual llamó Arena de Santa Bárbara a la parte inferior de los sedimentos arenosos incluidos hoy en dicha formación. Hass y Hubman (1937) denominaron a dicha Formación La Serie La Rosa Inferior, nombre que posteriormente fue reemplazado por el de Formación La Rosa por Hedberg y Sass (1937). Hoffmeister (1938) subdividió la formación en las zonas de Cadulus y Microdillia, donde la primera corresponde al Miembro Santa Bárbara y su fósil tipo es Cadulus (Gladiliopsis) dentalinus Guppy. Manger (1938) la subdivió en cuatro unidades, tomando en cuenta minerales detríticos, litología y paleontología: Santa Bárbara Inferior, Santa Bárbara Superior, Arcilita Marina Verde y Arena La Rosa. 9 Sutton (1946), por su parte, estableció otra subdivisión: Arena Santa Bárbara, Miembro Marino, Arena Intermedia y Arena La Rosa. Describió el Miembro de Arena Basal de Santa Bárbara en los campos costaneros de Bolívar como areniscas pobremente consolidadas de aguas salobres a marinas, algunas arcillosas o con intercalaciones frecuentes de arcillas laminares. Además, menciona capas delgadas de caliza dura en la parte sur del campo costanero de Bolívar. Haciendo una revisión de la información existente para la época, Martínez (1961) estableció que la arena Santa Bárbara representa el primer depósito sedimentario producto de la transgresión marina que depositó a la Formación La Rosa, y establece que Santa Bárbara es un suave homoclinal que buza entre 3° y 6° al sur. También nombra dos tendencias prominentes de acumulación de petróleo a lo largo de los límites del área de estudio (al noreste del la Cuenca de Maracaibo) y data al petróleo contenido en las secciones eocenas, en la Formación Urdaneta y en el Miembro Santa Bárbara como de edad Mioceno. Krause (1969) estableció un contacto discordante entre las formaciones La Rosa y Lagunillas en la parte Nor-Central del Lago de Maracaibo: un levantamiento epirogénico cerró el ciclo depositacional de la Formación La Rosa exponiendo el área a erosión durante un lapso de tiempo corto, paleontológicamente insignificante. Propone, además, que sobre esta superficie expuesta a erosión se desarrolló un sistema fluvio-deltaico, el cual más tarde comenzó la depositación de la Formación Lagunillas, siendo el fin de la erosión y el comienzo de la depositación de la Formación Lagunillas consecuencias de un movimiento epirogénico descendente. Sánchez (1987) identificó en el pozo SVS-219 y en el intervalo Santa Bárbara cuatro cuerpos arenosos separados por lutitas delgadas. Establece, 10 además, un contacto discordante con las lutitas masivas infrayacentes de la Formación Paují. Además, propone que el yacimiento SLG-(12-04) forma al tope del Miembro Santa Bárbara un homoclinal de buzamiento suave (~5°) al sur, que está ubicado en el flanco este de la falla Lama-Icotea, limitado por ésta al oeste y por tres fallas normales al norte, sureste y suroeste. Martínez (1993) estudió las formaciones La Rosa y Lagunillas en el flanco oeste del Bloque IX y define a la Formación La Rosa como un conjunto de sedimentos marinos de edad Mioceno depositados sobre Icotea o sobre la superficie truncada del Eoceno, cuyo límite superior está marcado por la culminación de un ambiente favorable a la vida marina normal. De igual modo, propone la división de la Formación La Rosa en cuatro zonas ascendentes: Miembro Santa Bárbara, Lutitas Marinas Intermedias y dos niveles arenosos: la Arena Intermedia y la Arena La Rosa. Además, interpreta a nivel del miembro C-2-X de la Formación Misoa un suave monoclinal con rumbo noroeste-sureste y en el tope de la Formación La Rosa un alto estructural con rumbo noreste-suroeste limitado hacia los flancos por fallas inversas. Flores y Franchi (1993) estudiaron el Miembro Santa Bárbara en los yacimientos 0019, 0021, 0002, 0008, 0069 y 0040 y establecen que dicho miembro se sedimentó bajo un régimen transgresivo y que presenta, en la mayoría de los pozos del área, una coalescencia entre Santa Bárbara y las arenas B-X de la Formación Misoa. Describen el núcleo LRF-2 como consistente de una arenisca cuarzosa con poco material cementante y muy poco consolidada, con facies S y S1. También establecen un monoclinal con rumbo noroeste-sureste con buzamiento de ~5° al suroeste, y distinguen un sistema de fallas normales de rumbo noreste-suroeste y buzamiento al noroeste y otro sistema de fallas con orientación noroeste-sureste y buzamiento hacia el suroeste. 11 Arminio et al. (1994) hicieron una revisión de la información ya existente y de los datos sísmicos 3D obtenidos para la época, establecieron tres fases de deformación para el área de Lama Sur (mitad sur del Bloque XI y parte de los Bloques X y VI) e identificaron episodios de transtensión y compresión entre el Eoceno Temprano y el Mioceno debidos a la reactivación de la falla de Icotea por el emplazamiento de la Placa Caribe y explicaron la evolución tectónica del área de Lama Sur y su relleno estratigráfico. Asimismo elaboraron diagramas de soterramiento y perfiles de maduración termal para establecer el momento de la generación de hidrocarburos en la roca madre (Formación La Luna), colocándolo entre el Eoceno Superior y principios del Oligoceno y plantearon, además, un patrón de remigración y acumulación de los hidrocarburos así generados. Ambrose et al. (1996) realizaron una descripción a detalle (que incluyó datos de geología, petrografía, petrofísica, palinología, geofísica e ingeniería de producción) en el área Mioceno Norte de los yacimientos del Mioceno Bach-24, A-22, LL-02 y LL-08 y establecen que los depósitos fluviales de la parte basal del Miembro Santa Bárbara se encajonan (como valles incisos y confinados) dentro de los depósitos marinos infrayacentes de la Formación Icotea, mientras que la parte superior del miembro consiste de depósitos de transgresión marina asociados con cambios relativos del nivel del mar e inundaciones del sedimentario y la sistema fluvial. geometría de También, la roca es proponen diferente que a el origen las arenas suprayacentes de la Formación La Rosa de la cual está separado por una lutita marina de gran extensión. Además, determinan que el contacto con la Formación Icotea infrayacente es erosional y consiste en una lutita de baja resistividad cuyo espesor varía desde ~3 m (~10 ft) hasta más de 12 m (>40 ft). 12 Por último establecen que este intervalo contiene más de 3 MMBls de petróleo recuperable entrampado en sus areniscas. León et al. (1997) estudiaron el Miembro Santa Bárbara en el Bloque I y la describieron como una arenisca de espesor variable entre 5’-60’, depositada en un ambiente fluvio deltaico, suprayacente a la inconformidad que trunca las sucesiones del Eoceno (formaciones Misoa y Paují); y observaron cambios de facies, de espesores y de calidad de roca, que le permitieron establecer una variación lateral de sur a norte y una heterogeneidad en la estratigrafía. Casas (1998) estudió la Formación La Rosa en el Bloque I del Lago de Maracaibo y estableció un marco estratigráfico secuencial que podría controlar la geometría y orientación de los cuerpos sedimentarios. De igual forma, definió cuatro unidades informales, en base a perfiles de resistividad SN, para el Miembro Santa Bárbara: la Unidad Amarilla, la Unidad Naranja, la Unidad Verde y la Unidad Roja, esta última con posibilidades para la explotación. Cepeda (1999), basándose en los datos de sísmica 3D existentes para el momento, identificó en las formaciones Icotea y La Rosa al menos dos secuencias estratigráficas a las que denominó como Secuencia I y II. Para la primera secuencia determinó tres sistemas encadenados: el sistema encadenado de bajo nivel (LST, en sus siglas en inglés) en el que observó sedimentos continentales, el sistema encadenado transgresivo (TST, en sus siglas en inglés) en el que observó sedimentos fluviales y el sistema encadenado de alto nivel (HST, en sus siglas en inglés) en el que observó sedimentos depositados en ambiente plataformal que no excedieron el quiebre de la plataforma y en la Secuencia II especificó dos sistemas encadenados: el sistema encadenado transgresivo, que consta de sedimentos fluviales y el sistema encadenado de alto nivel, que comprende sedimentos de plataforma con geometría similar al de la Secuencia I. 13 1.4. AGRADECIMIENTOS A la Universidad Central de Venezuela, por darme el Universo necesario para hacerme un ser humano. A mis tutores, Prof. Omar Rojas e Ing. Manuel Serrano, por todo el apoyo que me dieron, su guía y su confianza. Fue un placer aprender de Uds. Dos agradecimientos muy especiales: a Franco Márquez, por enseñarme cuáles puertas cruzar e, incluso, acompañarme a cruzar muchas de ellas; a Cecilia González, por sus invaluables consejos e incondicional apoyo. A Gustavo Bertorelli, por estar siempre dispuesto a ayudarme. A Cruzolio Luzardo, Yajaira Sánchez, Lucy Amaro, Ricardo Ramírez, Beatriz Medina, Maruja Granie, Ana María Wessolossky y Carlos De Sousa, por toda su colaboración en las diversas etapas de este trabajo. A todo el grupo de dibujantes, especialmente al Sr. Carlos Assante, por su constante disposición de ayuda y su paciencia en las diversas correcciones de los mapas y demás gráficos. Al equipo de la sala de plotters, por toda la ayuda prestada. A todo el personal de la Nucleoteca La Concepción, por hacerme sentir como en casa. Al Prof. Alfredo Mederos, por su amistad y confianza y a la Prof. Lilian Navarro, por sus atinadas observaciones durante la realización de este trabajo. A María Auxiliadora y Eunice, por toda su paciencia en las carreras de los últimos días. A todo el personal, anterior y actual, de la Biblioteca Dr. Virgil Winkler especialmente a la Sra. Aura, el Sr. Marcos, Harold, Eduardo y la Sra. Morella. 14 A mi mamá y mi papá, por hacer de mí esta equilibrada mezcla de sus caracteres. Los adoro. A Israel, por ser mi mejor amigo, mi maestro y mi todo. A Mami, por ser la columna vertebral de la familia. A Madrina, por su incondicional amor. A Maira y Mario, por representar tanta guía y apoyo a lo largo de toda mi carrera y mi formación. A José Ramón y Alicia, por ser pilar de buen humor en todo momento. A mi tío Jorge, por todo su apoyo y asesoría. A Víctor, por ser el mejor ahijado que se pueda tener. A Verónica, por ser tan gran amiga. A Sabrina, por ser un ejemplo constante de voluntad, coraje y empeño. A Jorge y Greta, por la gran capacidad de ayuda que demostraron. A Joaquín, porque a pesar de todo, se es lo que se quiere ser. A Tahio, por estar siempre presente, de alguna manera. A Blanquita, por todo el Universo que compartimos. A Gabriela, Gaby, Lilian y Elisa, por hacerme sentir tan afortunada. Nuevamente a Gaby, por todo lo que corrió en mi lugar. A Ennia, por ser una hermana muy especial. A Nuris, por enseñarme a entender la geología, por creer en mí y por su invaluable amistad. A María Elena, por ser tan auténtica. A María Angélica por ser la amiga más maternal que he tenido. A Mauricio, por su incondicional apoyo, presencia y solidaridad. También por existir. A Ivo, por su inquebrantable presencia en cada minuto de mi vida. A Galo, por su fidelidad. 15 CAPÍTULO 2. EVOLUCIÓN GEOLÓGICA DE LA CUENCA DE MARACAIBO. 2.1. ESTRATIGRAFÍA REGIONAL La Cuenca de Maracaibo se ubica al noroeste de Venezuela, ocupando 45505 Km2 en Venezuela y aproximadamente 2200 Km2 en Colombia (Kiser, 1992). Gracias a las perforaciones realizadas, en el Lago de Maracaibo se han encontrado rocas metamórficas por debajo de las Cretácicas, considerados por González de Juana et al. (1980) como posibles equivalentes de las formaciones Paleozoicas de la zona andina central. El basamento cratónico de Venezuela consiste de tres provincias Precámbricas con rocas metamórficas, metasedimentarias y metaígneas. La paleogeografía al momento de la sedimentación jurásica está representada por el Arco de Mérida, el cual es definido por Lugo (1994) como un contrafuerte tectónico con dirección noroeste-sureste, perpendicular a Los Andes merideños. Las rocas que conforman esta secuencia precámbrica están representadas por la Formación Mucuchachí, que consiste de filitas gris oscuro a negro, cuarzosas, sericíticas y grafitosas, con componentes secundarios de clorita, epidoto, feldespato, pirita y calcita; cuyo espesor varía entre 200 y 300 m. Yoris y Ostos (1997) proponen que las rocas paleozoicas de Venezuela se agrupan en terrenos autóctonos y alóctonos. La Fig. 2.1 muestra la columna estratigráfica generalizada para las rocas presentes en la Cuenca de Maracaibo. Sedimentación Pre-Cretácica Las rocas sedimentarias más antiguas del Mesozoico en el occidente de Venezuela están representadas por la sedimentación continental del Grupo La Gé en Perijá, que incluye la Formación Tinacoa (Hea y Whitman, 1960), la Formación 16 Macoíta (Hedberg y Sass, 1937) y la Formación La Quinta (Künding, 1938). Dichas formaciones se sedimentaron en ambientes continentales con una fuente local de material volcánico piroclástico: en el Lago de Maracaibo se ha encontrado, a grandes profundidades, capas rojas de la Formación La Quinta, en el bloque deprimido de la zona de las fallas Icotea y Pueblo Viejo (Lugo y Mann, 1995) (Fig. 2.2). Fig. 2.1 Columna estratigráfica generalizada de la Cuenca de Maracaibo (Tomado y modificado de http://www.pdv.com/lexico, 2000) 17 La Formación Tinacoa ha sido descrita por García (1985) como una variedad de rocas volcánicas y sedimentarias. González (1975) la describe como lutitas calcáreas que gradan por una parte a margas y calizas, por la otra a lutitas y agrega que contiene algunas capas de tobas y de areniscas. Se estima que el espesor de la sección puede alcanzar los 2.000 m. Fig. 2.2 Rocas Jurásicas en Venezuela (Tomado de Yoris y Ostos, 1997): 1. Sierra de Perijá 2. Basamento en el subsuelo de la Cuenca de Maracaibo 3. Los Andes 4. Subsuelo de las Cuencas de Barinas-Apure (Graben de Apure-Mantecal) y Oriental (Graben de Espino) e interpretadas en profundidad como involucradas a los corrimientos de la Serranía del Interior. La Formación Macoita consiste de limolitas calcáreas, de color gris aceituna, interestratificadas con arcosas de color gris parduzco y tobas líticas. Hea y Whitman (1960) midieron 2.350 m de espesor para toda la Formación, mientras que Bowen (1972) indica espesores máximos entre 1.850 a 1.950 m. 18 La Formación La Quinta ha sido descrita por Schubert et al., (1979) como compuesta por tres intervalos: uno inferior, que consta de una capa de toba vítrea (unos 150 m de espesor); uno medio, consistente de una secuencia interestratificada de toba, arenisca gruesa y conglomerática, limolita y algunas capas delgadas de caliza, de color verde, blanquecino, gris o violáceo (aproximadamente 840 m de espesor); y un intervalo superior, formado por limolita y arenisca, intercaladas con algún material tobáceo, de color rojo ladrillo y pardo oscuro, de aproximadamente 620 m de espesor. La generación de los surcos Machiques, Barquisimeto y Uribante (Fig. 2.3) con orientación noreste-suroeste, controlaron la depositación de la cuenca de aquí en adelante (Lugo y Mann, 1995). Sedimentación Cretácica Al comienzo del Cretácico una transgresión marina causó la inundación del Escudo de Guayana y los conglomerados basales barremienses de dicha transgresión están representados por la Formación Río Negro (Hedberg y Sass, 1937). Esta unidad se deposita en el surco de Machiques en Perijá (areniscas muy feldespáticas) y en Uribante en Táchira (areniscas muy cuarzosas); y consiste principalmente de areniscas blancas de grano grueso y conglomerados heterogéneos. Hacia su parte media la formación presenta horizontes de coloración rojiza, quizá provenientes de la exposición subaérea, erosión y resedimentación de la Formación La Quinta. Su espesor varía desde 5 m (Caño Zancudo), escasos metros en pozos perforados en el Lago de Maracaibo, hasta 1.500 m en el Surco de Machiques (González de Juana et al., 1980). Al quedar rellenos los surcos comienza la depositación de las calizas del Grupo Cogollo (Aptiense – Albiense), debido a que la transgresión invade toda el área desde la Serranía de Perijá (Fig. 2.4) hasta el límite sureste de la Cuenca 19 Barinas – Apure y hacia el Escudo de Guayana (Parnaud et al., 1995). Es una secuencia carbonática formada en una plataforma somera estable (Lugo y Mann, 1995) y está constituido por la Formación Apón (Sutton, 1946), la Formación Lisure y la Formación Maraca (Rod y Maync, 1954). La Formación Apón (Aptiense – Albiense) es una secuencia de calizas, lutitas y limolitas negras fosilíferas (Miembro Tibú), considerada por Bartok et al.(1981) como sedimentos de un ambiente restringido de aguas marinas llanas y de baja energía. A finales del Aptiense sucede la depositación de las delgadas lutitas dolomíticas que constituyen el Miembro Guáimaros de la Formación Apón, el cual se extiende sobre una gran parte de la plataforma de Maracaibo y del frente 20 andino (González de Juana et al., 1980). El Miembro Machiques de la Formación Apón se deposita en el surco de Machiques, el cual sufre una notable subsidencia, produciendo la sedimentación de lutitas calcáreas laminares y oscuras. La depositación de las calizas plataformales del Miembro Piché de la Formación Apón representa la reanudación de una circulación normal marina en la parte occidental de la cuenca, mientras que hacia el suroeste se deposita la Formación Aguardiente como una interdigitación de arenas y lutitas con calizas grises. Fig. 2.4 Facies sedimentarias dominantes durante el Cretácico Temprano al norte del Cratón de Guayana (Tomado de Yoris y Ostos, 1997). Durante el Albiense Medio se deposita la Formación Lisure representada por las areniscas glauconíticas y calizas coquinoideas producto de la subsidencia relativa del Surco de Machiques. Transicionalmente se deposita la Formación Maraca (Albiense Tardío – Cenomaniense) que representa la depositación en aguas llanas cercanas a la costa (León, 1975) de areniscas glauconíticas y calcáreas y calizas bioclásticas 21 intercaladas con capas delgadas de margas y lutitas grises. González de Juana et al (1980) concluye que esta unidad se encuentra también al este de Los Andes merideños, en la cuenca de Barinas. No se han reportado espesores mayores a los 40 m. (Rod y Maync, 1954), y se adelgaza hacia Los Andes, donde Renz (1959) midió de 10 a 15 m. en Táchira. Durante el período Cenomaniense-Santoniense ocurre la máxima transgresión marina y sucede la depositación de la Formación La Luna (Hedberg y Sass, 1937). Consiste típicamente de lutitas y calizas calcáreas fétidas, con abundante materia orgánica laminada, delgadamente estratificadas, densas, de color negro a gris oscuro. Es frecuente encontrar ftanita negra en forma de vetas, nódulos y capas delgadas; las concreciones elipsoidales a discoidales de 10 a 80 cm. de espesor son típicas de la formación. Si bien se acepta que su ambiente de depositación fue anóxico debido a la profundización rápida del fondo marino, ha habido controversia con respecto a la profundidad de sedimentación de esta Formación: Boesi y Goddard (1989) han indicado 1000 m. bajo el nivel del mar; Méndez (1990) ha propuesto 50 m. y Lugo y Mann (1995) proponen un mínimo de 150 m. de profundidad de agua, basados en un modelo de Byers (1997) para la profundidad mínima de ambientes anóxicos. Los espesores en la Cuenca de Maracaibo varían entre 100 y 300 m., con la tendencia a aumentar de norte a sur . Las capas de cenizas volcánicas en la base de la Formación La Luna sugieren la presencia de un arco volcánico Pacífico al oeste de la zona del Lago de Maracaibo (Parnaud et al, 1995). Durante este período de sedimentación ocurre la máxima transgresión del Cretácico para el occidente de Venezuela. El Miembro Socuy de la Formación Colón ha sido interpretado por Ghosh (1984) como una sección condensada y consta de 40 m. de calizas margosas de 22 edad Maestrichtiense Temprano, de colores claros con intercalaciones muy escasas de lutitas. Este miembro separa la secuencia transgresiva subyacente de una secuencia regresiva suprayacente marina a marina somera conocida como Formación Colón. El Miembro Socuy se depositó sobre 2 a 3 m de caliza glauconítica que Ford y Houbolt (1963) consideran como el Miembro Tres Esquinas, aunque otros autores incluyen en el Miembro Socuy. En sí, las calizas de esta unidad se distinguen de las de la Formación La Luna por la presencia de foraminíferos bénticos, el color más claro de la matriz y la ausencia de laminación (González de Juana et al, 1980). La Formación Colón está compuesta principalmente por calizas microfosilíferas gris oscuro a negras, macizas, piríticas y ocasionalmente micáceas o glauconíticas, con margas y capas de calizas subordinadas. Las lutitas son más arenosas hacia la base y hacia el tope, donde pasa transicionalmente a la Formación Mito Juan. En la localidad tipo en el río Lobaterita, la secuencia presenta 900 m de espesor (LEV, 1970) y en el río Santo Domingo aflora un espesor muy reducido de la formación. Hacia el final de la depositación de la Formación Colón el Arco de Mérida estuvo parcialmente emergente en la parte sureste de la Cuenca de Maracaibo (Lugo y Mann, 1995). Este ciclo sedimentario culmina en el Maestrichtiense (Fig. 2.5) con la depositación de la Formación Mito Juan (Garner, 1926), cuya litología consiste de arcillas grises, gris verdosas y negras, localmente arenosas, en la cuales el contenido de limo y arena aumenta hacia el tope, donde ocasionalmente se encuentran capas delgadas de calizas y areniscas. Son comunes las concreciones discoidales de arcillas ferruginosas formando capas delgadas. El espesor máximo de la Formación se ha reportado en el Estado Táchira, donde varía entre 215 y 755 m. Lugo (1991) menciona que la Formación Mito Juan se depositó 23 concordantemente sobre la Formación Colón, representando la fase final del descenso del nivel del mar durante el Cretácico tardío. Sedimentación del Cenozoico Al finalizar el Cretácico y a comienzos del Paleoceno Temprano sucede la colisión de la Placa de Nazca con el occidente de Venezuela y Colombia. La Formación Guasare consiste de calizas paleocenas y areniscas calcáreas y presenta una pronunciada variación lateral de facies, gradando a arcillas hacia el noroeste, a rocas sedimentarias marino someras hacia el norte, a rocas clásticas de grano grueso hacia el oeste y a depósitos deltaicos a fluviales hacia el sur (Lugo y Mann, 1995). En la sección tipo, el espesor (incompleto) de la Formación Guasare es de unos 120 m. En el río Cachirí es de 390 m., y en el río Socuy de 370 m. Transicionalmente se deposita la Formación Marcelina, cuyas numerosas capas de carbón son indicativas de un ambiente parálico (González de Juana et al., 1980). Parnaud et al (1995) indica que en el Paleoceno Superior-Eoceno Inferior, dominaban condiciones marino profundas en la parte norte de la cuenca, las cuales dieron como resultado la sedimentación de abanicos turbidíticos característicos de la Formación Trujillo. Es común encontrar en esta Formación bloques de olistolitos cretácicos y fragmentos del Grupo Cogollo y la Formación La Luna. González de Juana et al (1980) definen esta Formación como un flysch normal predominantemente lutítico. Su litología consiste de lutitas gris azulado oscuro a gris oscuro y negro y areniscas grises y pardas en menor proporción. Las lutitas son localmente micáceas y carbonosas; las areniscas son de grano fino a medio, micáceas y localmente carbonosas, bien estratificadas en capas cuyos espesores van de unos pocos centímetros hasta 2 m. El autor también señala capas delgadas 24 de carbón sub-bituminoso. Los espesores varían desde 1.800 m. en la sección tipo y 2.700 m. en el río Jirajara (Brondijk, 1967). Fig. 2.5 Facies sedimentarias dominantes durante el Maestrichtiense, Cretácico Tardío (Tomado de Yoris y Ostos, 1997). Sutton (1946) estimó un espesor de 4.876 m. en la sección tipo, aunque lo consideró excesivo debido a posible repetición por plegamiento y falla. Macsotay et al (1989) consideran que los espesores publicados son verdaderos, al no haber repetición por fallas ni pliegues. En el Paleoceno Temprano tiene lugar la sedimentación de la Formación Mirador. Según González de Juana et al. (1980) la sección tipo se caracteriza por areniscas blancas de grano fino a medio con capas delgadas de gránulos o guijarros de cuarzo; toda la sección presenta material carbonáceo, observándose algunas intercalaciones de lutitas en su tercio superior y capas delgadas de carbón interestratificadas con las mismas. Se dividió en tres unidades informales: 25 un intervalo inferior constituido por areniscas macizas de grano grueso con estratificación cruzada en escala de metros, intercaladas con arcillas limosas y arenosas. Hacia el sur se observan algunos niveles conglomeráticos, en el subsuelo de Alturitas, las areniscas son de grano fino y laminadas. Se ha mencionado la presencia en el subsuelo de un intervalo lutítico de 20 a 30 m. de espesor, que se caracteriza por arcilitas y lutitas gris oliva claro, localmente carbonáceas y con una o dos capas lenticulares de carbón. El intervalo superior, muestra areniscas cuarzosas limpias, de grano grueso a conglomeráticas; las areniscas son lenticulares con acanaladuras y frecuentemente macizas (González de Juana et. al, 1980). En la sección de Seboruco, situada 70 Km. al sureste de la sección tipo, por la carretera La Fría-Seboruco, tanto la litología como la estratigrafía sugieren que en las secciones de la quebrada La Parada (cerca de la Mina Lobatera) y Seboruco, la Formación Mirador es de origen fluvial, depositada por ríos con meandros y/o ríos trenzados. Los espesores varían desde 600 m. en pozos cerca de El Rosario hasta 50 m. cerca de Omuquena (Notestein et al 1944). Hacia el Eoceno Medio un inmenso sistema fluviodeltaico está representado por la Formación Misoa en toda el área de la cuenca. El depocentro de esta Formación ocurrió en un cinturón elongado a lo largo del borde noreste de lo que hoy en día es el Lago de Maracaibo. Van Veen (1972) describe una variedad de facies características de un complejo deltaico, en una sección completa de núcleo de pozo de la Formación Misoa, incluyendo de base a tope ambientes de canales distributarios dentro de un plano deltaico. Las características de los sedimentos de la Formación Misoa, dependen de su posición en la cuenca, del ambiente de sedimentación, de la distancia entre ellos y de la fuente de los mismos. Hacia el noreste hay más 26 lutitas y areniscas de grano fino, mientras que hacia el sur y sureste, el porcentaje de arena aumenta al 80 y 90% de la sección, y los granos se hacen más gruesos. Se encuentran areniscas, limolitas y lutitas intercaladas en distintas cantidades, en toda la sección y hacia el este, en la sierra, algunas capas de caliza en la parte inferior. En el área del Lago se encuentran capas delgadas de caliza, en la parte inferior (Miembro C-7). Los espesores son variables: en la región descrita por Brondijk (1967) se mencionó un espesor compuesto de 5.000 m., y sugirió una probable variación de 3.500 a 5.500 m. La unidad adelgaza hacia el oeste, donde se encuentra reducida por la erosión; los menores espesores se han encontrado en el lado oeste del Lago, en los pozos UD-Sur y SOL, donde se encuentran 1.000 m. preservados, con aproximadamente 500 m. erosionados, y en el alto estructural de Lama-Icotea hay un mínimo de 200 m., mientras que en los flancos aumenta hasta 3.700 m. La Formación Paují es, esencialmente, la unidad es una espesa secuencia de lutitas, claramente diferenciables de las areniscas de las formaciones Misoa infrayacente, y Mene Grande suprayacente. Las lutitas típicas tienen color gris mediano a oscuro, y son macizas a físiles y concrecionarias. El espesor total en la sección de referencia del río San Pedro, es de 1.200 m. En otros sitios, la complejidad estructural impide la medición precisa, o bien, el tope de la formación ha sido erosionado. En el subsuelo del lago de Maracaibo, se reconocen espesores erosionados de hasta 820 m. en Ceuta, y en el centro del lago hay hasta 200 m. preservados (http://www.pdv.com/lexico). La Formación La Sierra está caracterizada por areniscas, limolitas y algunas lutitas con láminas de lignito y muy pocas capas de carbón (González de Juana et al., 1980). En la sección tipo, Hedberg y Sass (1937) describen someramente la 27 litología, como areniscas pardas, masivas, en capas gruesas a medianas, con intercalaciones de lutitas y lutitas arenosas. En el Oligoceno se sedimenta la Formación Icotea (Hedberg y Sass, 1937) la cual se encuentra de modo esporádico rellenando depresiones de la superficie eocena erosionada; se le ha atribuido origen eólico, con cambios a facies de pantanos y lagunas. En la localidad tipo, la Formación Icotea consiste en limolitas y arcilitas duras, macizas blancas a gris claro, ocasionalmente carbonáceas y moteadas de verde claro, amarillo y marrón rojizo. Son frecuentes las esferulitas de siderita, capas ocasionales de lutitas y areniscas verdosas a gris. Se mencionan sedimentos terrestres oxidados y algunas evaporitas en la porción superior de Icotea. Debido a las zonas donde se depositó (las depresiones de la discordancia del Eoceno), sus espesores son muy variables: en el área tipo, el espesor varía de 20 a 180 m., en el Sinclinal de Icotea. En la Costa Occidental del Lago, el espesor está alrededor de los 15 m., mientras que en el Campo Boscán es de 200 m. o más. En el Mioceno comienza la sedimentación producida por una transgresión de corta duración (González de Juana et al., 1980) representada al oeste de la cuenca por la depositación de las rocas del Grupo El Fausto: Formación Ceibote, de carácter arenoso y las formaciones aparentemente transicionales Peroc, Macoa y Cuiba, donde Macoa es considerada como un intervalo más marino. En la transgresión del Mioceno, ocurre la sedimentación de la Formación La Rosa discordantemente sobre la Formación Icotea. Dicha Formación ha sido dividida en cuatro miembros: Miembro Santa Bárbara: está formado por areniscas arcillosas poco consolidadas, grises a marrones, que localmente pueden alcanzar espesores bastante grandes, lutitas gris verdoso interlaminadas con areniscas. En el área de 28 Cabimas, las lutitas forman un intervalo de hasta 28 m. entre cuerpos de arenisca. También se encuentran lignitos y nódulos de siderita. Sutton (1946) menciona capas delgadas de caliza dura en la parte sur del campo costanero de Bolívar. Lutita La Rosa: lutitas gris verdoso a verde claro, fósiles, con laminaciones. Intercalaciones de areniscas delgadas fosilíferas. Arena Intermedia: arenas arcillosas en capas delgadas con lutitas verdosas fosilíferas y arcilitas arenosas. Arena La Rosa: areniscas friables, macizas de grano fino, gris a marrón y lutitas gris verdoso con moluscos y foraminíferos. La formación tiene un espesor variable relacionado con su sedimentación sobre la discordancia eocena. En la localidad tipo, el espesor varía de 180 a 250 m. disminuyendo hacia el sur y el norte. Hacia el noreste del campo La Rosa, alcanza 1006 m. en la estructura de Quiroz (Sutton, 1946). Sobre la Formación La Rosa se depositan las lutitas, arcillas y arenas petrolíferas de la Formación Lagunillas (Pérez de Mejía et al., 1980). En términos generales, la Formación Lagunillas consiste en areniscas poco consolidadas, arcillas, lutitas y algunos lignitos. Las características individuales de los miembros reflejan el cambio de ambiente marino somero, a deltaico y fluvial. Esta se divide en seis miembros, los cuales no tienen una distribución geográfica regular: Miembro Lagunillas Inferior: está compuesto por areniscas friables, de grano fino, de color variable de marrón a gris claro y a blanco, intercaladas con lutitas gris claro, gris verdoso o gris oscuro. Localmente se encuentran lignitos. 29 Miembro Ojeda: en la Costa Oriental del Lago consiste en arcillas moteadas, areniscas color gris, localmente glauconíticas y lutitas grises. En el área Lago Central, se encuentran lutitas color gris a gris verdoso y gris oscuro, areniscas colores blanco, gris o marrón y lignitos. (Szenk, 1959). Miembro Marlago: en el área Lago Central consiste, en areniscas blancas, gris o marrón con lutitas gris oscuro y verdoso y lignito (Szenk, 1959) Miembro Laguna: consiste principalmente en lutitas grises fosilíferas (zona Litophaga, Hoffmeister, 1938; Sutton, 1946); además, areniscas color gris o marrón localmente glauconíticas, y arcillas arenosas moteadas. Miembro Urdaneta: compuesto principalmente por arcillas de color gris verdoso claro, verde, rojo oscuro, marrón y marrón rojizo, con capas delgadas de arena arcillosa (Szenk, 1959). Está restringido al área Lago Central. Miembro Bachaquero: está formado por areniscas arcillosas potentes, de colores gris o marrón con arcillas gris, marrón o moteadas, lutitas gris a gris azulado y lignitos. En la localidad tipo se indican aproximadamente 300 m. de espesor para la unidad, en Lago Central se señalan 960 m., y en el Campo Ceuta, se indican variaciones de 60 a 610 metros. En el subsuelo del Lago de Maracaibo se ha aplicado el término de Formación Isnotú (Sutton, 1946) a los sedimentos suprayacentes a la Formación Lagunillas de edad Mioceno Medio a Superior. La Formación Isnotú consiste predominantemente de arcillas, con intercalaciones de areniscas y capas subordinadas de arcilla laminar, carbón y conglomerado. En la faja de afloramientos, el espesor es bastante, disminuyendo al norte y al oeste. La formación aflora en una faja bastante continua a lo largo del flanco noroccidental de Los Andes, desde Táchira hasta Trujillo. Estas rocas se formaron en un ambiente continental 30 correspondiente a abanicos aluviales y ríos trenzados controlados por variaciones climáticas. Sutton (1946) en González de Juana et al. (1980) extiende la aplicación del nombre Formación La Puerta del Estado Falcón al subsuelo del lago de Maracaibo para referirse a los mismos sedimentos. Hacia el tope pasa transicionalmente a la Formación Betijoque (Garner, 1926). Esta unidad aflora a lo largo del flanco occidental de Los Andes, desde Trujillo hasta Táchira. Su litología consiste de capas de conglomerados macizos, de hasta 12 m. de espesor; en la mitad superior los conglomerados son mal escogidos, mal cementados y más gruesos. La mayor parte de la unidad consiste de arcillas macizas de color gris verdoso oscuro que grada localmente a pardo y negro, generalmente arenosas, y localmente carbonáceas y fosilíferas, los cuales consisten de restos de plantas. También se presentan areniscas mal cementadas y mal escogidas, y limolitas en estratos delgados a macizas, con mucha intergradación lateral entre los cuatro tipos de rocas. En el noroeste de la Cuenca de Maracaibo la sección superior de la secuencia del Mioceno es conocida con el nombre de Formación La Villa de carácter continental. En el Distrito Perijá, la parte inferior de La Villa se separa como unidad litoestratigráfica independiente con el nombre de Formación Los Ranchos dado el predominio de areniscas sobre lutitas, además de ser de carácter continental. Este ciclo sedimentario culmina con la depositación de la Formación Onia (Hedberg y Sass, 1937), de ambiente continental y edad Plioceno-Pleistoceno, que consiste de areniscas y limolitas abigarradas, gris verdoso, de grano grueso a fino, arcillosas, micáceas y friables, localmente con capas calcáreas amarillas, delgadas. Esta sección se correlaciona con las Capas de Onia, por su contenido de minerales pesados metamórficos. En éstas se hallan fragmentos de madera 31 silicificada. Estas areniscas están intercaladas con areniscas pardo amarillento y limolitas gris claro. En los Distritos Perijá y Urdaneta (Estado Zulia), Hedberg y Sass (1937) mencionan hasta 1220 m. de areniscas friables, gris claro, gris blancuzco y verdoso, y arcilitas y limolitas gris claro y amarillo, moteadas a marrón. El espesor de la Formación Onia varía, de 1220 m. a 95 m., de oeste a este, a través de la Cuenca del Lago de Maracaibo. Aparte de los afloramientos a lo largo del río Onia, esta formación se ha descrito en el subsuelo de los Distritos Bolívar, Urdaneta, Baralt y Perijá, del Estado Zulia. 2.2. DEFORMACIÓN ESTRUCTURAL Eva et al. (1989) generaliza en tres fases tectónicas la historia geológica de Sur América: 1. Apertura Jurásica, momento en el cual América del norte se separa de América del Sur. 2. Desarrollo de un margen pasivo durante la transgresión del Cretácico. 3. Desarrollo de una cuenca de antepaís de edad Paleoceno-Eoceno, cuando la colisión y obducción del arco volcánico del Pacífico sobrecorre la placa Suramericana, emplazando las napas de Lara (Parnaud et. al., 1995). Una cuarta fase es nombrada por Parnaud et al., (1995) relacionada con la fase Eoceno Tardío-Pleistoceno, cuando la cuenca de antepaís subside debido a la colisión del arco de Panamá. Apertura Jurásica En Venezuela la rotura de Pangea produjo varias estructuraciones importantes que posteriormente influyeron en la evolución de las cuencas sedimentarias venezolanas. La apertura del Proto-Caribe indujo el desarrollo de 32 grábenes con una tendencia noreste (Fig. 2.2) en los que se incluyen los grábenes de Apure-Mantecal y Espino, así como también los de Los Andes y Perijá, y el ubicado en el Lago de Maracaibo. Todos estos grábenes fueron rellenados durante el Jurásico por sedimentos continentales tipo capas rojas, volcánicas de diversa índole y eventualmente clásticos y calizas de invasiones marinas (Yoris y Ostos, 1997). Margen Pasivo del Cretácico En el occidente, la sedimentación fue controlada en su inicio por el sistema de fallas de los grábenes jurásicos. Como consecuencia de la separación entre las placas Norteamericana y Suramericana se genera un margen activo en la costa del Pacífico de Colombia, dando lugar al levantamiento de la Cordillera Central de Colombia. Al este de esta cordillera se genera una cuenca de retroarco, la cual se rellena por clásticos continentales y durante el Jurásico Tardío y el Cretácico Temprano la cuenca de Maracaibo formó parte de este retroarco (Meléndez et al., 1996) pero debido a la lejanía con respecto al eje del retroarco Lugo (1991) propone que los sedimentos cretácicos se depositan en una plataforma estable y, además, registran una transgresión regional que Parnaud et al. (1995) correlaciona con cambios eustáticos a nivel mundial. Gracias a estudios de la tasa de subsidencia Lugo y Mann (1995) proponen que las variaciones en espesor sugieren que el Arco de Mérida fue activo durante el Cretácico, actuando como un elemento estructural dominante. Del Cretácico Tardío al Paleoceno: Transición del Margen Pasivo al Margen Activo. Hacia finales del Cretácico y comienzos del Paleoceno en el occidente de Venezuela se reflejan finalmente los efectos de la colisión entre la Placa de Nazca 33 (Océano Pacífico) y el Occidente Colombiano (Yoris y Ostos, 1997), transformando el margen pasivo en un cinturón activo: la subsidencia hacia el oeste se hace más pronunciada dado el continuo levantamiento de la Cordillera Central de Colombia y, como consecuencia de esto, la cuenca de retroarco pasa progresivamente a ser una cuenca de antepaís (Meléndez et al., 1996). El frente de deformación de la citada colisión (Fig. 2.6) generó sucesivos depocentros de edades cada vez más jóvenes en la zona que hoy en día se conoce como La Sierra de Perijá (Yoris y Ostos, 1997), mientras que el respectivo abultamiento distal de dicha cuenca (forebulge) estaba ubicado en el área de Barinas. Mientras tanto, hacia el norte y noreste, el escenario del margen pasivo persistió hasta el emplazamiento de las napas de Lara. Lugo y Mann (1995) proponen que la sección deltaica Paleoceno-Eoceno fue derivada de la erosión de tierras altas emergentes hacia el noreste de lo que hoy en día es el área del Lago de Maracaibo y depositadas en una cuenca de antepaís asimétrica, formada por el sobrecorrimiento hacia el sur y suroeste. 34 Fig. 2.6. Movimiento del frente de deformación del Caribe hacia el este -sureste en el occidente de Venezuela y sedimentación asociada durante el Paleoceno-Eoceno (Tomado de Yoris y Ostos, 1997). Durante el Paleoceno-Eoceno sucede la deformación asociada a la entrada de la Placa Caribe contra la Placa Suramericana (Fig. 2.7). Sin embargo, en este período el control tectónico más importante está dado por el emplazamiento de las Napas de Lara (Meléndez et al., 1996), lo cual genera una antefosa en Zulia oriental y nororiental, fallas normales con buzamiento hacia el nor-noreste y la reactivación de fallas preexistentes, como Tigre/Cachirí, La Paz, Urdaneta, Icotea, Pueblo Viejo y Begote. Define también la flexura o alto periférico en la zona central de la cuenca. Durante el Eoceno Medio comenzó la transcurrencia a lo largo de fallas nortesur debido a la continua compresión entre la Cordillera Central Colombiana y las Napas de Lara. Debido a que en el Zulia Oriental están presentes las fallas más activas, es en esta zona donde se generan las discordancias regionales más importantes. Fig. 2.7. Generación de cuencas extensionales asociadas a transcurrencia al sur del límite entre las placas del Caribe y Suramericana (Tomado de Yoris y Ostos, 1997). Del Eoceno Superior al Mioceno Inferior: cuencas colisionales 35 Hacia el final del Eoceno cambió toda el área: el relieve positivo en el este y noreste separó la cuenca continental del Lago de Maracaibo de la cuenca marina localizada en Falcón. (Parnaud et al, 1995). González de Juana et al (1980) expone que los procesos de levantamiento y erosión debidos a la pulsación orogénica (Orogénesis Andina) del Eoceno Superior fueron severos, lo cual está presente en la zona central de la Cuenca de Maracaibo, donde se desconocen sedimentos del Eoceno Superior, la erosión fue tal que en algunos lugares alcanzó la parte superior del Cretácico. El Neógeno en Venezuela está signado por importantes períodos de formación de montañas, las cuales son una consecuencia directa de la interacción de las placas Caribe y Sudamérica. Durante este período se generaron cuencas extensionales (Cuenca de Falcón) y de antepaís (Cuenca Barinas-Apure), estas últimas reciben la influencia de la orogénesis andina en Colombia y Venezuela (Yoris y Ostos, 1997). Sin embargo, el evento compresional más significativo del área comienza a mediados del Mioceno y continua hasta el presente, denominado como ciclo Andino. La compresión direccionada este-sureste entre la convergencia de las placas Pacífica y Suramericana genera el levantamiento de Perijá y los Andes Venezolanos, dando lugar a las mayores trampas estructurales en el occidente de la Cuenca de Maracaibo (Meléndez et al., 1996), mientras, a su vez, se levantan extensas zonas que constituyen el Sistema Montañoso del Caribe (Yoris y Ostos, 1997). 36 CAPÍTULO 3. GEOLOGÍA LOCAL 3.1. DEFINICIÓN Y DESCRIPCIÓN DE LAS ELECTROFACIES IDENTIFICADAS Debido a la baja recuperación que tuvieron los núcleos estudiados, no se pudieron definir litofacies durante la descripción de dichos testigos, por lo tanto, este traba jo se realiza principalmente en base a las electrofacies en las cuales se dividió en el Miembro Santa Bárbara de la Formación La Rosa. Con base en los registros de rayos gamma y de resistividad se definieron cuatro electrofacies que, de base a tope, se denominan electrofacies EF1, EF2, EF3 y EF4. Con los registros de rayos gamma se observó que el Miembro Santa Bárbara se puede dividir en cuatro arenas separadas entre sí por tres niveles lutíticos (Fig. 3.1), que ya habían sido identificados por León et al. (1997). Cada una de estas arenas constituyen las cuatro electrofacies y estos tres niveles lutíticos representan el tope de las electrofacies EF1, EF2 y EF3. El tope de la electrofacies EF4 coincide con el tope del Miembro Santa Bárbara y, debido a su alto valor radiactivo y a su baja resistividad, ha sido interpretado por Ambrose et al. (1996) como una superficie de inundación que subyace a las lutitas marinas de la Formación La Rosa. La identificación y correlación de cada electrofacies en los pozos de la zona se hizo principalmente en base a estos tres niveles y, en segundo lugar, en base a la geometría de cada una de ellas. Electrofacies EF1 La electrofacies EF1 es la primera que se identifica en la base del Miembro Santa Bárbara, y en todos los pozos de la zona presenta una geometría de bloque, que ha sido interpretada como un canal fluvial. Intercalado dentro de este intervalo se han observado al menos tres niveles de menor radiactividad pero que no alcanzan los valores de las lutitas arriba nombradas que definen los topes de cada electrofacies. 37 Fig. 3.1. Pozo SVS-091. El Miembro Santa Bárbara está dividido en cuatro electrofacies separadas entre sí por tres niveles de baja radiactividad. Imagen que relaciona las electrofacies definidas con la descripción macroscópica de los testigos estudiados y la ubicación de las muestras tomadas para estudio petrográfico. 38 Fig. 3.2. Mapa isópaco de la electrofacies EF1. Esta figura sólo pretende mostrar las tendencias de los espesores, por lo tanto, para mayores detalles en los datos de dicho mapa véase Anexo No. 12. 39 40 EF3 EF1 EF2 Fig. 3.3. Sección Estratigráfica No. 4. Nótese cómo las electrofacies EF1, EF2 y EF3 se acuñan contra el paleoalto inferido hacia el sureste de la zona en estudi o (en el Bloque VI). Este diagrama se muestra con la finalidad de dar una idea de la geometría que presentan las electrofacies y, puesto que la resolución es baja, se recomienda revisar el Anexo No. 6 para mayores detalles en dicha sección. Para la ubicación de la sección estratigráfica véase Fig. 1.2. Escala vertical aproximada: 1 cm ≅ 30’. EF4 Típicamente es la electrofacies de mayor espesor, el cual puede alcanzar los 94’: hacia el centro y sur de la zona en estudio se concentran los mayores valores (Fig. 3.2), mientras que los menores espesores se ubican hacia el norte de la zona en estudio; hacia el sureste, la electrofacies EF1 disminuye sus espesores rápidamente desde 80’ en el pozo LRF-019 hasta desaparecer al acuñarse contra el paleoalto inferido en el Bloque VI (Fig. 3.3, Fig. 3.4). Hacia el área nor-central de la zona en estudio la electrofacies presenta altos espesores, sin mayores variaciones laterales, como lo muestra la Sección Estratigráfica No. 7 (Fig. 3.5), la cual está ubicada hacia dicha zona y de manera transversal a las Secciones Estratigráficas No. 2 y 4 (Fig. 1.2). Electrofacies EF2 Las arenes que conforman a la electrofacies EF2 suprayacenten a las de la electrofacies EF1 pero no en todos los pozos de la zona (Fig. 3.6), lo que la hace ser la electrofacies de menor continuidad lateral. En efecto, las Secciones Estratigráficas No. 2 y 4 muestran que hacia el norte (Fig 3.7) y sureste (Fig 3.3) de la zona en estudio dicha electrofacies está ausente, mientras que hacia la zona nor-central, al igual que la EF1, estas arenas se depositaron manteniendo un espesor con continuidad lateral (Fig. 3.5). En base a los registros de rayos gamma presenta tres geometrías claramente identificables: a. Disminución del tamaño de grano hacia el tope (también llamada “de campana”), que ha sido identificada como un canal. b. Engrosamiento del grano hacia el tope, que se ha interpretado como canales abandonados. c. Delgadas intercalaciones de arenas y arcillas, que podría interpretarse una zona de arenas interdistributarias. Si bien su espesor promedio varía entre los 15’ y 20’ en la mayoría de los pozos de la zona, hacia el suroeste (Fig. 3.6, pozo LRF-002) alcanza los 66’ de espesor, pero, al igual que la electrofacies EF1, los valores disminuyen 41 Fig. 3.4. Sección Estratigráfica No. 10. Obsérvese cómo se acuñan las electrofacies EF1, EF2 y EF3 contra el paleoalto inferido en el Bloque VI, mientras que la electrofacies EF4 lo cubre totalmente. Con esta figura se pretende mostrar la geometría que adoptan las electrofacies en esta área de la zona en estudio, por lo tanto, para consultar más detalles en la sección véase Anexo No. 8. Para ubicación de la sección estratigráfica véase la Fig. 1.2. Escala vertical aproximada: 1cm ≅ 50’. rápidamente hasta desaparecer al acuñarse contra el paleoalto inferido en el Bloque VI (Fig. 3.3). 42 43 EF3 Fig. 3.5. Sección Estratigráfica No. 7. En el área nor-central de la zona en estudio las cuatro electrofacies identificadas se depositan en todos los pozos manteniendo una marcada continuidad lateral. Puesto que la finalidad de esta imagen es la de mostrar la geometría de las electrofacies a lo largo de esta sección estratigráfica no se ha tomado en cuenta la poca resolución con respecto a los valores numéricos que ella presenta. Así, para mayores detallas en dicha sección véase Anexo No. 7. Para ubicación de la sección estratigráfica véase la Fig. 1.2 Escala vertical aproximada: 1cm ≅ 50’. EF1 EF4 EF2 Fig. 3.6. Mapa isópaco de la electrofacies EF2. Para mayores detalles en los datos de dicho mapa véase Anexo No. 13. 44 45 Fig. 3.7. Sección estratigráfica No. 2. Hacia el norte y sureste de la zona en estudio no se deposita la electrofacies EF2. Nótese los elevados espesores que alcanza la electrofacies EF1 en el área central de la zona en estudio.Este diagrama pretende mostrar la variabilidad de las electrofacies de norte a sur en el área de estudio, por lo tanto no se ha tenido en cuenta su poca definición. Así, para mayores detalles en dicha sección se recomienda revisar el Anexo No. 5. Para ubicación de la sección ver Fig. 1.2 Escala vertical aproximada 1cm ≅ 37’. EF1 EF2 EF4 EF3 Electrofacies EF3 La electrofacies EF3 suprayace a la electrofacies EF2, en algunos pozos a la EF1 e, inclusive, a la discordancia del Eoceno; por tanto, ocupa una mayor superficie areal que las dos electrofacies ya descritas. Las diversas geometrías que presenta coinciden con las tres descritas para la electrofacies EF2. A diferencia de las ya descritas, esta electrofacies presenta sus espesores con una mayor continuidad lateral hacia el norte (Fig. 3.7), nor-centro (Fig. 3.5) e, inclusive, suroeste (Fig. 3.3) de la zona en estudio. Típicamente se han contado espesores menores a las electrofacies EF1 y EF2 y su mayor valor no supera los 34’ (Fig. 3.8, pozo SVS-216) hacia el centro y este de la zona. Sin embargo, estos valores disminuyen rápidamente hacia el sur, donde la electrofacies desaparece acuñándose contra el paleoalto inferido en el Bloque VI. Electrofacies EF4 Las arenas que conforman a esta electrofacies son las últimas en depositarse y lo hacen en toda la zona en estudio (Fig. 3.9), cubriendo, inclusive, el paleoalto inferido en el Bloque VI (Fig. 3.3). En la mayoría de los pozos suprayace a la electrofacies EF3 y, hacia el sureste de la zona, suprayace a la discordancia del Eoceno. En ocasiones presenta, según los registros de rayos gamma, una geometría de engrosamiento del grano hacia arriba, pero en otras no, como lo muestra la Figura 3.1. Es la electrofacies de menor espesor, no supera los 27’. 3.2. ANÁLISIS DE LAS ELECTROFACIES A PARTIR DE LA DESCRIPCIÓN DE NÚCLEOS Se describieron un total de 43' de núcleos entre el pozo SVS-091, perteneciente al Bloque IX y los pozos LRF-002 y LFR-027, pertenecientes al Bloque VI (Fig. 1.2). Se tomaron un total de 11 muestras, una de ellas con la finalidad de estudiar la fauna presente y, de ser posible, su contenido 46 Electrofacies EF3 La electrofacies EF3 suprayace a la electrofacies EF2, en algunos pozos a la EF1 e, inclusive, a la discordancia del Eoceno; por tanto, ocupa una mayor superficie areal que las dos electrofacies ya descritas. Las diversas geometrías que presenta coinciden con las tres descritas para la electrofacies EF2. A diferencia de las ya descritas, esta electrofacies presenta sus espesores con una mayor continuidad lateral hacia el norte (Fig. 3.7), nor-centro (Fig. 3.5) e, inclusive, suroeste (Fig. 3.3) de la zona en estudio. Típicamente se han contado espesores menores a las electrofacies EF1 y EF2 y su mayor valor no supera los 34’ (Fig. 3.8, pozo SVS-216) hacia el centro y este de la zona. Sin embargo, estos valores disminuyen rápidamente hacia el sur, donde la electrofacies desaparece acuñándose contra el paleoalto inferido en el Bloque VI. Electrofacies EF4 Las arenas que conforman a esta electrofacies son las últimas en depositarse y lo hacen en toda la zona en estudio (Fig. 3.9), cubriendo, inclusive, el paleoalto inferido en el Bloque VI (Fig. 3.3). En la mayoría de los pozos suprayace a la electrofacies EF3 y, hacia el sureste de la zona, suprayace a la discordancia del Eoceno. En ocasiones presenta, según los registros de rayos gamma, una geometría de engrosamiento del grano hacia arriba, pero en otras no, como lo muestra la Figura 3.1. Es la electrofacies de menor espesor, no supera los 27’. 3.2. ANÁLISIS DE LAS ELECTROFACIES A PARTIR DE LA DESCRIPCIÓN DE NÚCLEOS Se describieron un total de 43' de núcleos entre el pozo SVS-091, perteneciente al Bloque IX y los pozos LRF-002 y LFR-027, pertenecientes al Bloque VI (Fig. 1.2). Se tomaron un total de 11 muestras, una de ellas con la finalidad de estudiar la fauna presente y, de ser posible, su contenido 46 palinológico; el resto, para hacer el análisis petrográfico cualitativo y reconocer la textura, composición y los procesos diagenéticos que ha sufrido la roca. Fig. 3.8. Mapa isópaco de la electrofacies EF3. Para mayores detalles en los datos de dicho mapa véase Anexo No. 14. 47 Fig. 3.9. Mapa isópaco de la electrofacies EF4. Para mayores detalles en los datos de dicho mapa véase Anexo No. 15 48 • DESCRIPCIÓN MACROSCÓPICA Debido a la poca recuperación de los testigos estudiados no se pudieron definir facies litológicas a partir de la descripción de núcleos realizada. Por esta razón, la descripción macroscópica que a continuación se pr esenta está relacionada con cada una de las electrofacies definidas en las sección anterior, con la finalidad de ampliar las características que ellas presentan, además de llevar un orden secuencial en dicha descripción. Electrofacies EF1 De base a tope los tres primeros testigos descritos en el pozo SVS091 pertenecen a la electrofacies EF1 (Fig. 3.1). El primer intervalo descrito (10285 – 10295) consiste en una arenisca de grano fino, de color gris clara y masiva, poco consolidada y moderadamente escogida. Desde la parte media y hacia el tope se intercala con una arenisca gris verdosa de grano muy fino. A la profundidad de 10288’ presenta un nivel delgado con numerosos nódulos de óxido de hierro, cuyos diámetros oscilan entre 1 y 2 mm y sobre este nivel, a la profundidad de 10286’, se identificó un delgado nivel de grava fina (grano promedio de aproximadamente 3 mm de diámetro) embebido en la matriz arenosa. En este intervalo se tomaron dos muestras para estudio petrográfico (números 16 y 17). Los dos intervalos siguientes (10266’ – 10268’ y 10274’ – 10276’) presentan características macroscópicas similares, lo cual podría sugerir que el intervalo ausente (10266’ – 10276’) mantenga dichas características. Se trata de una arenisca de grano fino, gris clara, masiva, cuya textura consistió en un escogimiento moderado y granos subangulares. Debido a la semejanza de los intervalos, se tomó sólo una muestra para estudio petrográfico en el testigo más cercano al tope de la electrofacies y se identificó con el número 15. 49 50 Fig. 3.10. Pozo LRF-027. Perfil y columna con descripción de núcleo. Nótese las estructuras sedimentarias presentes hacia el tope del núcelo así como los restos de materia orgánica reconocidas en este intervalo. 51 Fig. 3.11. Pozo LRF-002. Perfil y columna con descripción de núcleo. Nótese el nivel de clastos que se encuentra hacia el tope del intervalo descrito y la ubicación de las muestras para estudio petrográfico. Electrofacies EF2 Esta electrofacies es la única recuperada en los tres pozos descritos, por lo tanto, se ha podido estudiar su variabilidad litológica tanto vertical como lateralmente. Hacia el norte de la zona en estudio (pozo SVS-091, intervalo 10246 – 10248) es una arenisca que mantiene ciertas características con respecto a los intervalos adyacentes: granulometría fina, color gris claro y masiva. Además, de base a tope el escogimiento de los granos varía de muy malo a moderado. A la profundidad de 10245’ 04’’ presenta un nivel de varios centímetros de espesor con una gran cantidad de nódulos de óxido de hierro, con diámetro aproximado de 2 mm. En este intervalo se tomó una muestra para estudio petrográfico identificada con el número 14 (Fig. 3.1). Hacia el sur de la zona de estudio (Bloque VI) la electrofacies EF2 muestra una gran variabilidad lateral, lo cual puede constatarse en las descripciones de los testigos recuperados de los pozos LRF-027 (intervalo 10982’ – 10984’) y LRF-002 (intervalo 10995’ – 11005’): en el primero, consiste en una arenisca de grano fino, color gris pálida, masiva y con mal escogimiento, mientras que en el segundo, ubicado más al sur, esta electrofacies es una arenisca de grano medio, pardo oscuro en la base a gris parduzco hacia el tope, masiva, cuya consolidación varía de menor a mayor de base a tope. En el pozo LRF-027 se tomaron dos muestras para estudio petrofráfico identificadas con los números 10 y 11, a 10983’ 05’’ y 10984’ 01’’ respectivamente (Fig. 3.10), mientras que en el pozo LRF-002 se tomaron dos muestras a 11005’ 00’’ y 10995’ 10’’, identificadas con los números 19 y 18, respectivamente (Fig. 3.11). Electrofacies EF3 Los dos últimos intervalos descritos en el pozo SVS-091 (10218’ – 10220’ y 10226’ – 10229’) pertenecen a la electrofacies EF3 (Fig. 3.1). El primer intervalo de esta electrofacies (10226’ – 10229’) está representado por una arenisca de grano fino, verde grisácea, masiva, 52 moderadamente escogida y poco consolidada. Se tomó una muestra para estudio petrográfico a 10227’ 05’’, identificada con el número 13. El último intervalo está comprendido entre 10218’ – 10220’ y consiste en una arenisca de grano fino, verde grisácea, muy mal escogida. Hacia el tope y centro presenta intercaladas laminaciones carbonosas delgadas (milimétricas). La presencia de estas laminaciones hacen que la roca sea deleznable, fácilmente separable en capas delgadas. Se tomó una muestra para estudio petrográfico a 10219’ 07’’, identificada con el número 12. Electrofacies EF4 Esta electrofacies sólo fue descrita en el pozo LRF-027 (10940’ – 10949’) y de base a tope presenta una gran variabilidad: consiste en una limolita cuyo color gris oscuro en la base pasa a gris muy oscuro hacia la parte media y de allí hacia el tope se presenta abigarrada de pardo muy claro a pardo rojizo. Masiva en la base con trazas de fragmentos carbonosos que aumentan su tamaño y frecuencia entre 10945’ y 10947’, donde se reconocieron abundantes restos de tallos y raíces carbonosas. Sobre dicho intervalo y en la zona donde la limolita es abigarrada se presentan unos pocos centímetros de finas laminaciones paralelas interrumpidas por trazas de bioturbación (ichnofósil sin diferenciar). Por encima de las laminaciones y a 10942’ de profundidad se observa un nivel delgado de pequeños nódulos de óxido de hierro y más hacia el tope, a 10941’, un nivel de clastos de arenisca fina color gris claro. En la base presenta poca consolidación y desde el espesor que contiene los restos de planta carbonizada hasta el tope se deshace en pedazos siendo la superficie de debilidad definida por los restos de materia orgánica. Se tomó una muestra para estudio palinológico y paleontológico a 10943’ de profundidad, identificada con el número 1 (Fig. 3.10). 53 • ANÁLISIS PETROGRÁFICO Realizado en base a las 10 muestras tomadas en los testigos de los pozos anteriormente descritos. Se hizo el análisis cualitativo con la finalidad de establecer la composición mineralógica de las muestras de areniscas (según Pettijohn, Potter & Sievers, 1987) su textura, los procesos diagenéticos y el estado diagenético (según Schmidt & McDonald, 1979). Análisis Cualitativo En el pozo LRF-027 se tomaron dos muestras para estudio petrográfico pertenecientes a la electrofacies EF2 (Tabla 3.1 y Fig. 3.10). El Anexo No. 2 muestra de manera detallada el análisis petrográfico realizado. En el pozo SVS-091 se tomaron seis muestras para estudio petrográfico ubicadas en las electrofacies EF1, EF2 y EF3. En la Tabla 3.1 se expone de manera precisa esta distribución, así como en la Fig. 3.1. El Anexo No. 3 muestra una tabla detallada del análisis petrográfico realizado. En el pozo LRF-002 se tomaron dos muestras para estudio petrográfico, pertenecientes a la electrofacies EF2 (Tabla 3.1 y Fig. 3.11). El Anexo No. 4 muestra de manera detallada el análisis petrográfico realizado. Este análisis consistió en la determinación porcentual de los componentes principales de cada muestra: granos detríticos y autigénicos, cemento, porosidad y matriz. Se identificó la composición del cemento y de la matriz presente, así como los tipos de contacto entre los granos, la redondez y el escogimiento. Para esto se utilizaron las tablas de estimación visual de porcentajes de Terry & Chilingar (1995) y de redondez de Powers (1953). Bajo la premisa de que a partir de la evidencia se pueden inferir los hechos, se buscaron evidencias texturales, físicas y químicas que 54 permitieran establecer los procesos diagenéticos que había sufrido la roca y el estado diagenético de cada muestra. Este estado diagenético se estableció tomando en cuenta la clasificación propuesta por Schmidt & McDonald (1979). Tabla 3.1. Análisis realizados a cada muestra tomada de los núcleos descritos. POZO LRF-027 SVS-091 LRF-002 ELECTROMUESTRA FACIES EF4 EF2 EF2 EF3 EF3 EF2 EF1 EF1 EF1 EF2 EF2 1 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 PROFUNDIDAD TIPO DE ANÁLISIS 10943’ 00’’ 10983’ 05’’ 10984’ 01’’ 10219’ 07’’ 10227’ 05’’ 10247’ 05’’ 10266’ 11’’ 10285’ 10’’ 10292’ 00’’ 10995’ 10’’ 11005’ 00’’ Palinológico, paleontológico Petrográfico (Cualitativo) Petrográfico (Cualitativo) Petrográfico (Cualitativo) Petrográfico (Cualitativo) Petrográfico (Cualitativo) Petrográfico (Cualitativo) Petrográfico (Cualitativo) Petrográfico (Cualitativo) Petrográfico (Cualitativo) Petrográfico (Cualitativo) La clasificación de las areniscas se hizo según la propuesta por Pettijohn, Potter y Sievers (1987). Puesto que muchas láminas presentaban gran cantidad de pseudomatriz producto de la alteración de granos lábiles (fragmentos de arcilita) se tomaron estos porcentajes como fragmentos de roca, pero haciendo la salvedad de que se presentan como granos alterados que forman pseudomatriz. Los resultados detallados de los análisis petrográficos cualitativos se muestran en los Anexos 2, 3 y 4. Un resumen de dichos análisis y la clasificación de las areniscas según Pettijohn, Potter & Sievers (1987) se presentan en la Tabla 3.2. La descripción que se presenta a continuación mantiene la estructura de las dos secciones anteriores: debido a que este estudio geológico tiene sus bases en las electrofacies definidas, se hará la descripción de cada muestra relacionándola con la electrofacies a la cual pertenece. De esta manera se amplían las descripciones realizadas, 55 dándole solidez a las interpretaciones y detallando con mayor precisión las variaciones secuenciales del Miembro Santa Bárbara. Tabla 3.2. Clasificación general de las areniscas analizadas por estudio petrográfico (Pettijohn, Potter y Sievers, 1987). ELECTRO FA CIES N o. EF3 EF3 EF2 EF2 EF2 EF2 EF2 EF1 EF1 EF1 12 13 10 11 18 19 14 15 16 17 PROFUNDIDAD (Núcleo) 10219’ 10227’ 10983’ 10984’ 10995’ 11005’ 10247’ 10266’ 10285’ 10292’ 07’’ 05’’ 05’’ 01’’ 10’’ 00’’ 05’’ 11’’ 10’’ 00’’ COMPOSICIÓN RECALCULADA (%) Qz F.R. 43 74 48 52 48 63 40 50 50 52 2 4 20 2 6 4 0 8 5 11 Fd. tz 2 1 1 1 0 0 tz tz tz M ATRIZ (%) 10 3 25 10 20 10 18 25 20 20 TEXTURA TAMAÑO GRANULOGRANO METRÍA (mm) 0,1126 Arena muy fina 0,0901 Arena muy fina 0,2364 Arena fina 0,2027 Arena fina 0,3265 Arena media 0,2927 Arena media 0,1914 Arena fina 0,0901 Arena muy fina 0,1351 Arena fina 0,2139 Arena fina CLASIFICACIÓN Cuarzoarenita Sublitarenita Wacka lítica Cuarzoarenita Wacka lítica Sublitarenita Wacka cuarzosa Wacka lítica Wacka lítica Wacka lítica Electrofacies EF1 a. Generalidad es: las muestras ubicadas en esta electrofacies corresponden a los números 15, 16 y 17, pertenecientes al pozo SVS-091 (Tabla 3.2 y Fig. 3.1). b. Textura: la granulometría pasa de base a tope de arena fina a arena muy fina. El escogimiento es principalmente malo en todo el espesor (Fig. 3.12). La redondez se presenta de subangulosa a subredondeada en la base y pasa a ser angulosa hacia el tope. Predominan los contactos grano-matriz sobre los contactos grano-grano del tipo tangenciales. La porosidad es bastante similar en toda la electrofacies: es secundaria y producto de la disolución de la matriz, representa aproximadamente el 5% del total de cada lámina. c. Composición: el porcentaje de componentes detríticos en las muestras de este grupo es variable, oscilando desde 75% en la base hasta 56 60% hacia el tope. La composición detrítica está representada principalmente por el cuarzo monocristalino (∼50%) y el resto de los granos reconocidos (cuarzo policristalino, micas, fragmentos de roca, minerales pesados y feldespato) aparecen en cantidades traza (Fig. 3.13, Fig. 3.14, Fig. 3.15 y Fig. 3.16). Leyenda: Tm, turmalina. Fig. 3.12. Pozo SVS-91, profundidad 10266’ 11’’. Muestra No. 15. Fotomicrografía que muestra el pésimo escogimiento de la muestra. Nícoles cruzados. 4X. Fig. 3.13. Pozo SVS-91, profundidad 10292’ 00’’. Muestra No. 17. Fotomicrografía que muestra dos granos de turmalina, mineral pesado más abundante en la muestra. Nícoles paralelos. 20X. Fig. 3.14. Pozo SVS-91, profundidad 10292’ 00’’. Muestra No. 17. Fotomicrografía que muestra dos granos de turmalina, mineral pesado más abundante en la muestra. Nícoles cruzados. 20X. Fig. 3.15. Pozo SVS-91, profundidad 10292’ 00’’. Muestra No. 17. Fotomicrografía rotada que muestra el pleocroismo de los granos de turmalina. Nícoles paralelos. 20X. 57 Leyenda: GM: grano de roca metamórfica; Co, cuarzo en continuidad óptica; Ar, fragmento de arcilita; Md, disolución de matriz. Fig. 3.16. Pozo SVS-91, profundidad 10285’ 10’’. Muestra No. 16. Fotomicrografía que muestra un fragmento de roca metamórfica. Si bien es posible confundir este fragmento con un cuarzo policristalino, en el microscopio se observaron pequeñísimos fragmentos de mica (no visibles en la fotografía) insertos dentro del grano, lo cual hizo pensar que se trataba de una roca más que de un mineral. Nícoles cruzados. 4X. Fig. 3.17. SVS-91, profundidad 10266’ 11’’. Muestra No. 15. Fotomicrografía que muestra el crecimiento sintaxial de cuarzo, gracias a la fina película de arcilla for mada alrededor del grano detrítico antes de la precipitación de la sílice. Nícoles cruzados. 20X. Fig. 3.18. Pozo SVS-91, profundidad 10292’ 00’’. Muestra No. 17. Fotomicrografía que muestra un fragmento de arcilita deformado y alterado, debido a la compactación mecánica. Disolución de matriz. Nícoles paralelos. 20X. Fig. 3.19. Pozo SVS-91, profundidad 10285’ 10’’. Muestra No. 16. Fotomicrografía que muestra la disolución de las arcillas. Nícoles paralelos. 10X. 58 La matriz varía desde 20% en la base hasta 25% hacia el tope. Las arcillas, cuya composición más abundante es la caolinita seguida por la illita-smectita, se distribuyen de manera heterogénea en toda la electrofacies: hacia la base representan el 7% del volumen total de la lámina, y aumenta rápidamente hasta alcanzar el 18%, pero hacia el tope disminuyen hasta desaparecer. La composición del cemento de sílice representa aproximadamente el 5% del volumen (Fig. 3.17), mientras que el cemento de hematita aumenta de base a tope hasta alcanzar el 5%. La porosidad observada es secundaria y varía entre 2% y 5%, siendo producto de la disolución de las arcillas. Los minerales autigénicos están representados principalmente por las arcillas y en cantidades traza por la hematita hacia la base y limonita hacia el tope. La pseudomatriz está representada por alteración de fragmentos de arcilitas en todo el espesor (5% - 7%). d. Clasificación: la clasificación de estas areniscas según Pettijohn, Potter y Sievers (1987) corresponde a wacka lítica (Tabla 3.2), sin presentar grandes variaciones composicionales verticales. Debido a la poca recuperación de los testigos en los pozos LRF-027 y LRF-002, no se puede establecer la variación lateral que sufre esta electrofacies en la zona de estudio. e. Procesos físicos: se observaron pocas evidencias de compactación mecánica en la deformación de fragmentos de arcilitas (Fig. 3.18). La compactación en general es baja, lo cual queda manifestado en la gran cantidad de contactos grano-matriz presentes en la muestra, seguido en cantidades menores por contactos grano-grano del tipo tangenciales. f. Procesos químicos: hacia la base se observa que la composición inicial de las arcillas autigénicas (caolinita) está alterando posiblemente a illita/smectita. 59 La alteración de granos lábiles (fragmentos de arcilita) ha dado lugar a pseudomatriz, proceso que ha disminuido fuertemente la porosidad inicial; sin embargo, la disolución de la matriz ha dado lugar a la poca porosidad existente en la electrofacies (Fig. 3.19). Esta disolución no es homogénea debido quizás a que el frente de disolución de la matriz está precisamente representado por la muestra No. 15, a 10266’ 11’’ de profundidad (Fig. 3.20). El cemento observado es debido únicamente al crecimiento sintaxial de cuarzo (Fig. 3.17) y a las precipi taciones de hematita. Electrofacies EF2: a. Generalidades: las muestras ubicadas en esta electrofacies pertenecen a los tres pozos descritos (Tabla 3.1), por lo tanto, se presenta a continuación una descripción de la variabilidad vertical y lateral de su composición (Tabla 3.2). En el pozo SVS-091, ubicado al norte de la zona de estudio, la electrofacies EF2 está representada en la muestra No. 14 (Fig. 3.1), mientras que hacia el sur, esta electrofacies está representada en las muestras 10 y 11 en el pozo LRF-027(Fig. 3.10) y en las muestras No. 18 y 19 en el pozo LRF-002 (Fig. 3.11). b. Textura: la granulometría varía lateralmente de arena fina en el norte a media hacia el sur. El escogimiento es bastante malo y los granos tienden a ser angulosos a subangulosos. Los contactos granomatriz aparecen en grandes cantidades, seguidos por los contactos granograno del tipo tangenciales y longitudinales. La porosidad secundaria (~10%) es debida principalmente a procesos de disolución de las arcillas detríticas y autigénicas (Fig. 3.21); varía principalmente de base a tope y hacia el sur de la zona de estudio, donde la porosidad primaria puede alcanzar hasta un 12% del total de la porosidad presente o, incluso desaparecer. c. Composición: la composición mineral detrítica varía de norte a sur de 40% a 70%, y está principalmente representada por el cuarzo 60 monocristalino (40% - 50%), mientras que el cuarzo policristalino varía de norte a sur desde cantidades traza hasta un promedio de 5%. Los fragmentos de roca varían de norte a sur de cantidades traza hasta ~20%. En toda la zona las micas, los feldespatos y los minerales pesados no superan el 1% (Fig. 3.22, Fig. 3.23 y Fig. 3.24). Hacia el norte, la hematita está representada por nódulos claramente identificables al microscopio y representa el 12% del total de la muestra estudiada (Fig. 3.25, Fig. 3.26 y Fig. 3.27), mientras que hacia el sureste mineral desaparece. De igual forma, la siderita aparece sólo precipitada alrededor de la hematita. La matriz es más abundante hacia el norte y hacia el tope de la electrofacies, alcanzando valores de 25%, mientras que hacia la base y el sur, disminuye hasta alcanzar el 10%. El cemento silíceo hacia el norte alcanza el 15% y disminuye al sur hasta alcanzar valores de 5%; menos abundante es el cemento de hematita, cuyo valor máximo se encuentra al sur (6%). La porosidad por disolución es la más abundante en toda la extensión de la electrofacies. Las arcillas autigénicas varían de norte a sur desde 20% a 10% y, de base a tope, en el sur varía desde cantidades traza hasta 10%. La abundante presencia de arcillas (tanto detrítica como autigénica) afecta notablemente la porosidad hasta hacerla desaparecer (Fig. 3.19). d. Clasificación: la muestra del pozo SVS-091 (No. 14, Fig. 3.1) es una wacka cuarzosa; las muestras del pozo LFR-027 (Fig. 3.10) varían desde wacka lítica (muestra No. 10) hasta cuarzoarenita (muestra No. 11); por último, las muesras del pozo FLR-002 (Fig. 3.11) varían desde wacka lítica (muestra No. 18) hasta sublitarenita (muestra No. 19). e. Procesos físicos: en general la compactación es baja, lo cual se observa en la gran cantidad de contactos grano-matriz observados, seguidos en cantidad por los contactos grano-grano del tipo tangenciales y longitudinales (Fig. 3.28). 61 Leyenda: Mt, matriz; P, poros; Md, disolución de matriz; Cn, circón; Tm turmalina. Fig. 3.20. Pozo SVS-91, profundidad 10266’ 11’’. Muestra No. 15. Fotomicrografía que muestra la presencia de porosidad en función de la disolución no homogénea de la matriz. Nícoles pa ralelos. 10X. Fig. 3.21. Pozo LRF-27, profundidad 10984’ 10’’. Muestra No. 11. Fotomicrografía que muestra la disolución de la matriz. Nícoles paralelos. 10X. Fig. 3.22. Pozo LRF-27, profundidad 10984’ 10’’. Muestra No. 11. Fotomicrografía que muestra los minerales pesados reconocidos, circón y turmalina. Nícoles paralelos. 20X. Fig. 3.23. Pozo LRF-27, profundidad 10984’ 10’’. Muestra No. 11. Fotomicrografía que muestra los minerales pesados reconocidos, circón y turmalina. Nícoles cruzados. 20X. 62 Leyenda: Cn, circón; Tm turmalina; H, hematita; Sd, siderita. Fig. 3.24. Pozo LRF-27, profundidad 10984’ 10’’. Muestra No. 11. Fotomicrografía que muestra los minerales pesados reconocidos, pero rotada con respecto a las anteriores. Nótese el pleocroismo de la turmalina y el alto relieve del circón. Nícoles paralelos. 20X. Fig. 3.25. Pozo SVS-091, profundidad 10247’ 05’’. Muestra No. 14. Fotomicrografía que muestra los nódulos de hematita recubiertos de siderita. Nótese, además, la pérdida de la porosidad, debi da a la presencia de arcillas. Nícoles paralelos. 4X. Fig. 3.26. Pozo SVS-091, profundidad 10247’ 05’’. Muestra No. 14. Fotomicrografía que muestra los nódulos de hematita recubiertos de siderita. Nícoles cruzados. 4X. Fig. 3.27. Pozo SVS-091, profundidad 10247’ 05’’. Muestra No. 14. Fotomicrografía que muestra los nódulos de hematita recubiertos de siderita. Luz reflejada. 10X. 63 f. Procesos químicos: hacia el sur de la zona de estudio se observan procesos de crecimiento sintaxial de cuarzo, mientras que hacia el norte este proceso no suceden. De igual forma se distribuyen los procesos de disolución de matriz, los cuales sólo ocurren hacia el sur de la zona: la muestra No. 11 presenta disolución de matriz (Fig. 3.21), mientras que la muestra No. 10 no presenta este proceso (Fig. 3.29). La disolución de arcillas en una arenisca no es homogénea en todo su espesor, sino que avanza en función del avance del fluido poroso subsaturado (Fig. 3.30), por lo tanto esta disolución tiene un frente que separa la fracción de matriz disuelta de la fracción por disolver. Así, es posible que la diferencia de porosidad en ambas muestras esté indicando, precisamente, la ubicación de ese “frente de disolución”, que en este caso estaría ubicado entre la profundidad de la muestra No. 11 (10984’ 01’’) y la profundidad de la muestra No. 10 (10983’ 05’’) en el pozo LRF-027 (Fig. 3.10). En las muestras de los pozos con siglas LRF se observó la alteración de granos de arcilita, dando lugar a importantes cantidades de pseudomatriz, la cual es más abundante hacia el tope que hacia la base de la electrofacies (Fig. 3.31 y Fig. 3.32). Los procesos de alteración varían lateralmente: hacia el sur la matriz altera posiblemente a sericita, mientras que las arcillas autigénicas, cuya posible composición inicial es la caolinita, altera probablemente a illita/smectita; hacia el norte, las micas alteran posiblemente a sericita. Los nódulos de hematita observados hacia el norte de la zona de estudio, presentan una película de siderita en su periferia. Por último se observó crudo remanente en los espacios porosos de las muestras ubicacas hacia el sur de la zona (Fig. 3.33 y Fig. 3.34). 64 Leyenda: Lng, contactos longitudinales; Tg, contactos tangenciales; Mt, matriz; Lm, limonita; Md, disolución de matriz; H, hematita; Ar, grano de arcilita. Fig. 3.28. Pozo LRF-002, profundidad 11005’ 00’’. Muestra No. 19. Fotomicrografía que muestra los tipos de contactos entre granos: tangenciales y longitudinales. Nícoles paralelos. 4X. Fig. 3.29. Pozo LRF-27, profundidad 10983’ 05’’. Muestra No. 10. Fotomicrografía que muestra cómo la matriz y la pseudomatriz destruyen la porosidad inicial de la roca. La composición de la matriz posiblemente sea sericita. Nícoles paralelos. 20X. Fig. 3.30. Pozo LRF-002, profundidad 11005’ 00’’. Muestra No. 19. Fotomicrografía en la que se observa la porosidad de la muestra, sin embargo la permeabilidad es despreciable. Nícoles paralelos. 4X. Fig. 3.31. Pozo LRF-27, profundidad 10983’ 05’’. Muestra No. 10. Fotomicrografía que muestra, la deformación de los fragmentos de arcilitas y la alteración que han sufrido. Nícoles paralelos. 4X. 65 Leyenda: Ar: arcilita; Cn: circón; Co: crecimiento sintaxial de cuarzo; Cr: crudo remanente; Gl: grano lábil. Fig. 3.32. Pozo LRF-27, profundidad 10983’ 05’’. Muestra No. 10. Fotomicrografía que muestra la compactación mecánica evidenciada en la deformación que han sufrido los fragmentos de arcilitas que, además, han pasado a formar pseudomatriz. Nícoles paralelos. 4X. Fig. 3.33. Pozo LRF-002, profundidad 11005’ 00’’. Muestra No. 19. Fotomicrografía que muestra un detalle de los anillos de crudo remanente adherido a los granos de cuarzo detríticos. Nícoles paralelos. 10X. Fig. 3.34. Pozo LRF-002, profundidad 11005’ 00’’. Muestra No. 19. Fotomicrografía que muestra un fragmento de roca alterándose, un grano de circón y el crudo remanente formando anillos entre los granos detríticos y los espacios porosos. Nícoles paralelos. 10X. Fig. 3.35. Pozo SVS-091, profundidad 10227’ 05’’. Muestra No. 13. Fotomicrografía que muestra el crecimiento del cuarzo en continuidad óptica y la alteración de granos lábiles. Nícoles paralelos. 40X. 66 Electrofacies EF3 a. Generalidades: el estudio petrográfico de esta electrofacies se realizó con las muestras No. 12 y 13, ubicadas en el pozo SVS-091 (Tabla 3.2 y Fig. 3.1). b. Textura: la granulometría en todo el espesor es de arena muy fina. El escogimiento en general se presenta moderado y los granos son principalmente subangulosos. Los contactos predominantes son los grano-poro, seguidos en menores cantidades por contactos grano-grano del tipo tangenciales y longitudinales. La porosidad es bastante similar en todo el espesor de la electrofacies y es debida principalmente a la disolución de arcillas (Fig. 3.35); sin embargo, se observaron remanentes de porosidad primaria (intergranular) y trazas de porosidad secundaria intrapartícula, originada por el fracturamiento de los granos, (Fig. 3.36) que no habían sido destruida por la formación de arcillas autigénicas. c. Composición: El porcentaje de minerales detríticos varía de base a tope de 85% a 65%. La composición detrítica está principalmente representada por cuarzo monocristalino, cuyos porcentajes varían de base a tope de 70% a 40%, mientras que el cuarzo policristalino varía de 6% a 3%. Los fragmentos de roca son, principalmente, de arcilitas y representan el 2% del total de minerales detríticos (Fig. 3.35). Los minerales pesados están representados principalmente por turmalina, seguida de trazas de circón y epidoto. Las micas están ausentes hacia la base y aparecen hacia el tope representando el 1% del volumen de la lámina, mientras que los feldespatos varían de forma inversa a las micas, de 2% en la base a trazas hacia el tope. La hematita sólo está presente hacia el tope de la electrofacies (6%), mientras que la limonita lo está en todo el espesor en cantidades traza. De base a tope la matriz varía de 3% hasta alcanzar un 10%, sin embargo, no fue posible reconocer su composición. 67 La composición del cemento es principalmente silícea (Fig. 3.35), sin embargo varía de base a tope de 1% a 15%. De la misma forma, la matriz varía de 3% a 10%. La porosidad secundaria por disolución se mantiene aproximadamente en un 10% a lo largo de todo el espesor a pesar de la variación vertical que presenta la matriz. Leyenda: Cn: circón; Qz: cuarzo; H: hematita; Md: disolución de matriz; Fh: flujos de hidrocarburo. Fig. 3.36. Pozo SVS-091, profundidad 10219’ 07’’. Muestra No. 12. Fotomicrografía que muestra un grano de cuarzo fracturado. Nícoles paralelos. 20X. Fig. 3.37. Pozo SVS-091, profundidad 10219’ 07’’. Muestra No. 12. Flujos de hidrocarburo remanente. Nícoles paralelos. 10X. d. Clasificación: la muestra No. 12 representa una cuarzoarenita, mientras que la No. 13 es una sublitarenita. e. Procesos físicos: la compactación, como en el resto de las electrofacies subyacentes, es baja. Hacia la base los granos son principalmente flotantes, y en menores cantidades sus contactos son tangenciales y longitudinales. Hacia el tope, los granos tienen contactos principalmente tangenciales y longitudinales, y en proporciones pequeñas presentan contactos grano-matriz, grano-cemento y muy pocos contactos grano-poro. 68 f. Procesos químicos: el proceso de generación de pseudomatriz por alteración de granos lábiles (arcilitas) es homogéneo en toda la electrofacies. En este espesor el cemento está representado por el crecimiento sintaxial de cuarzo (Fig. 3.35). La muestra presenta trazas de fracturación y alteración de micas. La composición de la arcilla autigénica puede ser sericita/illita o montmorillonita/smectita. La disolución de matriz es la principal causa de la porosidad presente en las muestras. Hacia el tope se observaron precipitaciones de hematita y flujos de hidrocarburo remanente que atraviesan toda la lámina y que posibl emente estén ocupando zonas de debilidad (quizás de laminación) en la roca (Fig. 3.37). Procesos diagenéticos identificados El análisis petrográfico de los testigos de los pozos SVS-91 (muestras No. 12, 13, 14, 15, 16 y 17), LRF-02 (muestras No. 10 y 11) y LFR-27 (muestras No. 18 y 19) permitió identificar los procesos diagenéticos que ha sufrido dicha roca a través del tiempo. Tomando como base los esquemas propuestos por Schmidt & McDonald (1979) y por Pettijohn, Potter & Sievers (1987) para establecer la paragénesis de cementos en areniscas (Fig. 3.38 y 3.39, respectivamente) y la secuencia diagenética propuesta por McBride (1985), se establece una posible sucesión para los procesos diagenéticos identificados. La compactación mecánica evidenciada en la deformación de las micas (electrofacies EF2 y EF3) parece ser el primer cambio que sufre la roca al comienzo de su enterramiento. Dicha compactación posiblemente inició la alteración de granos lábiles (fragmentos de arcilitas), dando lugar a la generación de una gran cantidad de pseudomatriz, con la consecuente pérdida de porosidad inicial en estos estratos (Fig. 3.26, Fig. 3.27, Fig. 3.31 y Fig. 3.32). 69 Fig. 3.38. Procesos que ocurren durante el enterramiento de una cuarzoarenita, característicos de cada estado diagenético (Tomado y modificado de Schmidt & McDonald, 1979). Es posible que la compactación química haya tenido lugar en los puntos donde los granos tienen contactos tangenciales, ya que pequeñas cantidades de presión-solución intergranular puede remover las esquinas de los granos en contactos y permitirles deslizarse unos con respecto de los otros hasta lograr un empaquetamiento más apretado (Füchbauer, 1967). Pareciera más lógico suponer que tanto la compactación química como la mecánica han traba jado juntas para lograr un acomodo más estable del esqueleto de granos durante los estadios más someros del enterramiento (Houseknecht, 1987). Este reacomodo puede generar la pérdida de hasta el 10% de porosidad inicial en las rocas durante los primeros 100’ de enterramiento (McBride, 1985). 70 Posterior a este proceso de compactación, McBride (1985) establece el desarrollo de una delgada e, incluso, incompleta película de arcilla alrededor de los granos detríticos (Fig. 3.16). El cemento silíceo normalmente sucede como crecimiento sintaxial de cuarzo (Fig. 3.16 y Fig. 3.35). La fuente de sílice para dicho cemento puede venir de la transformación de minerales silicatados, incluyendo las arcillas, de la alteración de feldespatos por infiltración de aguas meteóricas y otros procesos que pueden ocurrir en las areniscas o lutitas adyacentes a la roca. Las reacciones que forman las arcillas diagenéticas en una arenisca envuelven la preservación en forma sólida de muchos de los aluminosilicatos, pero no necesariamente en la misma estructura cristalográfica. Se puede visualizar el proceso como uno en el cual los cationes son intercambiados, perdidos o ganados, y la sílice es ganada o perdida con relación a la alúmina por las reacciones entre el sólido detrítico con la solución envolvente. Las alteraciones de minerales de arcillas y los reemplazos van bien con esta idea, puesto que ocurren típicamente en areniscas con matriz arcillosa o fragmentos de roca argiláceos; de hecho, la idea de que mucha matriz arcillosa se origina de la alteración de los fragmentos de roca depende intrínsecamente de este mecanismo (Pettijohn, Potter & Sievers, 1987). Es necesario que ocurra un evento geológico que cambie la composición de los fluidos de poros de manera tal que pase de ser sobresaturado a subsaturado, es decir, que ocurra un proceso reverso de precipitación a disolución. Cuando esto sucede pueden disolverse los granos detríticos o, incluso, los autigénicos. Un evento de disolución observado es el de la matriz, el cual sucedió en todo el espesor estudiado, pero no de manera homogénea. En todas las muestras tomadas en los pozos SVS-091 y LFR-002 se ha observado este proceso (sección 3.2, Análisis Petrográfico) que ha generado porosidades secundarias que varían entre el 5% y el 8% (Anexos 71 No. 3 y 4), sin embargo, el pozo LFR-027 no presenta tal homogeneidad (Anexo No. 2). Como se describió en la sección del análisis petrográfico (p. 64) en el pozo LRF-027, electrofacies EF2, la diferencia en la cantidad de matriz disuelta entre las muestras No. 10 y 11 (Fig. 3.27 y 3.28) puede deberse a que el frente de disolución (frente del fluido subsaturado) se encuentra, entre dichas muestras (Fig. 3.10). Pareciera ser que dicho frente ha avanzado a través del tiempo de base a tope, y posiblemente, de norte a sur, ya que el pozo LRF-027, que se ubica más al sur de los tres pozos con testigos descritos y analizados en este estudio (Fig. 1.2), es el que presenta los menores valores de porosidad por disolución (15%). A partir de la paragénesis del cemento propuesta por Pettijohn, Potter & Sievers (1987) se puede inferir que la precipitación de hematita, fue posterior a los eventos antes descritos y que la precipitación de siderita observada en el pozo SVS-091, electrofacies EF2, en la muestra 14 ha sido uno de los últimos eventos diagenéticos, ya que debe haber sucedido por encima de los 3 Km. de profundidad (Fig. 3.39). Hacia el sur de la zona en estudio, específicamente en las muestras de los pozos LRF-002 y LFR-027 se observaron algunos granos de cuarzo con fracturas cerradas, distribuidos irregularmente en la roca. Esta distribución no homogénea podría sugerir que las fracturas no son producto de los esfuerzos que han afectado a la roca sino más bien del intemperismo sufrido por los granos antes de su depositación. Sin embargo, esta característica podría ser un factor importante para mejorar, de una manera artificialmente inducida, la permeabilidad de la roca que ha sido disminuida por la gran cantidad de arcillas producto de la diagénesis. Por último, ocurrió un evento de migración de hidrocarburos que dejó crudo remanente adherido a los granos y observados en las muestras No. 12 y 19 (Fig. 3.33, Fig. 3.36 y Fig. 3.37). 72 Fig. 3.39. Paragénesis de los cementos, mostrando además los cambios de porosidad secundaria a lo largo del proceso (Tomado y modificado de Pettijohn, Potter &Sievers, 1987). Con base en las definiciones propuestas por Schmidt & McDonald (1979), de los diferentes estados diagenéticos que puede sufrir una arenisca (estado inmaduro, estado semi-maduro, estado maduro temprano o maduro A, estado maduro tardío o maduro B y estado supramaduro), y los procesos que ocurren durante dichos estados (Fig. 3.38), se ha establecido que las muestras estudiadas presentan un estado diagenético que varía de semi-maduro a maduro temprano (Tabla 3.3). Las muestras tomadas en el pozo LRF-027 (No. 10 y 11) presentan estos procesos bien definidos, mientras que el resto se encuentran en un estado intermedio entre el semi-maduro y el maduro temprano. 73 Tabla No. 3.3. Estado diagenético de las muestras estudiadas en secciones finas (según Schmidt & McDonald, 1979). ELECTROFACIES POZO MUESTRA EF3 EF3 EF2 EF2 EF2 EF2 EF2 EF1 EF1 EF1 SVS-091 SVS-091 LRF-002 LRF-002 LRF-027 LRF-027 SVS-091 SVS-091 SVS-091 SVS-091 12 13 18 19 10 11 14 15 16 17 PROFUNDIDAD 10219’ 10227’ 10995’ 11005’ 10983’ 10984’ 10247’ 10266’ 10285’ 10292’ 07’’ 05’’ 10’’ 00’’ 05’’ 01’’ 05’’ 11’’ 10’’ 00’’ ESTADO DIAGENÉTICO Semi-maduro a Maduro temprano Semi-maduro a Maduro temprano Semi-maduro a Maduro temprano Semi- maduro a Maduro temprano Semi-maduro Maduro temprano Semi-maduro a Maduro temprano Semi-maduro a Maduro temprano Semi-maduro a Maduro temprano Semi-maduro a Maduro temprano El estado semi-maduro está caracterizado por la diagénesis del cuarzo, evidenciada en las muestras de este estudio en la precipitación de cuarzo en continuidad óptica. Sin embargo, la generación de porosidad secundaria es un proceso característico del estado maduro temprano, en el cual ocurre la generación de los máximos niveles de dicha porosidad. La mayoría de las muestras estudiadas presentan ambos procesos, pero sólo la muestra No. 11 tiene los mayores niveles de porosidad secundaria (15%) y la muestra No. 10 no posee porosidad. Las muestras clasificadas con un estado diagenético variando de semi-maduro a maduro temprano presentan porosidades secundarias inferiores al 15% (entre 5% y 8%), y precipitación de cemento silíceo (crecimiento sintaxial de cuarzo). 3.3. ANÁLISIS PALEONTOLÓGICO La muestra No. 1, tomada en el pozo LRF-027, a 10943’ de profundidad (Figura 3.10 y Tabla 3.1), fue interpretada como un paleosuelo color pardo rojizo, con bajo porcentaje de cuarzo, restos de materia orgánica amorfa y trazas de óxido de hierro. El estudio por nannoplancton calcáreo resultó estéril (Castro, 1999, comunicación personal). Presenta la especie de dinoflagelado Tuberculodium vancampoae (Colmenares, 1999, comunicación personal) cuyo 74 Tabla No. 3.3. Estado diagenético de las muestras estudiadas en secciones finas (según Schmidt & McDonald, 1979). ELECTROFACIES POZO MUESTRA EF3 EF3 EF2 EF2 EF2 EF2 EF2 EF1 EF1 EF1 SVS-091 SVS-091 LRF-002 LRF-002 LRF-027 LRF-027 SVS-091 SVS-091 SVS-091 SVS-091 12 13 18 19 10 11 14 15 16 17 PROFUNDIDAD 10219’ 10227’ 10995’ 11005’ 10983’ 10984’ 10247’ 10266’ 10285’ 10292’ 07’’ 05’’ 10’’ 00’’ 05’’ 01’’ 05’’ 11’’ 10’’ 00’’ ESTADO DIAGENÉTICO Semi-maduro a Maduro temprano Semi-maduro a Maduro temprano Semi-maduro a Maduro temprano Semi- maduro a Maduro temprano Semi-maduro Maduro temprano Semi-maduro a Maduro temprano Semi-maduro a Maduro temprano Semi-maduro a Maduro temprano Semi-maduro a Maduro temprano El estado semi-maduro está caracterizado por la diagénesis del cuarzo, evidenciada en las muestras de este estudio en la precipitación de cuarzo en continuidad óptica. Sin embargo, la generación de porosidad secundaria es un proceso característico del estado maduro temprano, en el cual ocurre la generación de los máximos niveles de dicha porosidad. La mayoría de las muestras estudiadas presentan ambos procesos, pero sólo la muestra No. 11 tiene los mayores niveles de porosidad secundaria (15%) y la muestra No. 10 no posee porosidad. Las muestras clasificadas con un estado diagenético variando de semi-maduro a maduro temprano presentan porosidades secundarias inferiores al 15% (entre 5% y 8%), y precipitación de cemento silíceo (crecimiento sintaxial de cuarzo). 3.3. ANÁLISIS PALEONTOLÓGICO La muestra No. 1, tomada en el pozo LRF-027, a 10943’ de profundidad (Figura 3.10 y Tabla 3.1), fue interpretada como un paleosuelo color pardo rojizo, con bajo porcentaje de cuarzo, restos de materia orgánica amorfa y trazas de óxido de hierro. El estudio por nannoplancton calcáreo resultó estéril (Castro, 1999, comunicación personal). Presenta la especie de dinoflagelado Tuberculodium vancampoae (Colmenares, 1999, comunicación personal) cuyo 74 rango de vida va desde el Oligoceno Tardío al Reciente (Williams & Burjak, 1985). Por otra parte, según Colmenares (1999, comunicación personal) la ausencia de nannoplancton calcáreo y la asociación de dinoflagelados parece sugerir ambientes de tipo estuarino. 3.4. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DE LOS MAPAS ISÓPACOS, MAPAS ESTRUCTURALES Y DE ATRIBUTOS SÍSMICOS A partir de la identificación de las electrofacies realizada en los 72 pozos estudiados se generaron: a. Seis mapas isópacos: uno para cada electrofacies, uno del espesor total y uno de arena neta; b. Cuatro mapas de atributos sísmicos: amplitud, fase instantánea, reflexión y frecuencia instantánea, mostrándose sólo el primero, debido a que fue el único que arrojó resultados parcialmente satisfactorios; c. Cinco mapas estructurales: uno a nivel de la Discordancia del Eoceno y uno para el tope de cada electrofacies; y por último, d. Tres mapas de distribución de electrofacies (para las electrofacies EF1, EF2 y EF3), los cuales se desarrollarán en el capítulo siguiente. Mapas isópacos En líneas generales los mapas isópacos preparados muestran los mayores espesores hacia la zona norcentral, centro-oeste y suroeste del área y los menores espesores hacia el sureste (Bloque VI) debido a que un paleoalto (inferido en el mapa estructural de la discordancia del Eoceno, Fig. 3.40, y por el acuñamiento de las electrofacies EF1, EF2 y EF3 hacia el sureste de la zona) y las condiciones tectónicas controlan la sedimentación (León et al., 1997). 75 Fig. 3.40. Mapa Estructural de la Discordancia del Eoceno. Para mayores detalles en los datos de dicho mapa véase Anexo No. 16. 76 En el mapa isópaco total (Fig. 3.41) y en el de arena neta (Fig. 3.42) se observa una tendencia bien marcada de los espesores en sentido norestesuroeste que presenta valores alrededor de los 100’, mientras que hacia el noroeste y el sureste los espesores disminuyen hasta hacerse menores a los 10’. Sin embargo, hacia el área sur-central de la zona en estudio se ubican los mayores espesores del Miembro Santa Bárbara, alcanzando hasta los 150’ (Fig. 3.41, Fig. 3.4 y Anexo No. 8). Ahora bien, es importante recalcar que los pozos que presentan altos espesores (Fig. 3.41) están ubicados, principalmente, cerca de zonas de fallas. Esto hace suponer que dichos espesores están controlados por la tectónica, es decir, que son producidos por una sedimentación sintectónica. Por lo tanto, pareciera que el hecho de que los altos espesores estén ubicados hacia el centro-oeste y sureste de la zona en estudio no obedece simplemente a la paleotopografía preexistente a la sedimentación del Miembro Santa Bárbara, sino principalmente a un control tectónico. Si se observan los mapas isópacos de las cuatro electrofacies definidas (EF1, EF2, EF3 y EF4) en el orden de la sedimentación, se pueden resaltar varias características: a) Las electrofacies que presentan mayores espesores son la EF1 y la EF2, ambos valores concentrados en la zona sur y centro-oeste del área de estudio, mientras que las electrofacies EF3 y EF4 muestran valores que no superan los 35’. Este comportamiento en los espesores puede tener varias razones, las cuales se van a enumerar seguidamente. b) En principio, pareciera ser que la depositación de las arenas que conforman la electrofacies EF1 logró rellenar los mayores desniveles causados por el evento erosivo del Eoceno, anterior a la depositación del Miembro Santa Bárbara, haciendo que dichos desniveles sean menores a medida que se iban depositando el resto de las electrofacies. De hecho, el mapa isópaco de la electrofacies EF4 muestra que este intervalo se depositó cubriendo toda el área en estudio y con variaciones muy pequeñas (máximo 20’) en los espesores. Por otra parte, los registros de 77 los pozos del área (Fig 3.1) muestran que el tope de dicha electrofacies, que coincide con el tope del Miembro Santa Bárbara, está representado por una superficie de inundación local, lo cual podría sugerir que esta electrofacies representa la depositación de un manto de arena que cubre toda el área en estudio, como ya fue sugerido por Ambrose et al., 1996 en el área de Mioceno Norte. c) Se puede apreciar que durante la depositación de las arenas que conforman las electrofacies EF1 y EF2 hubo mayor generación de espacio para la sedimentación que durante la depositación de las arenas de las electrofacies EF3 y EF4. Esto se observa en el hecho de que las primeras tienen una alta variabilidad en los espesores (desde 10’ hasta 95’), a diferencia de las segundas que, además de presentar espesores relativamente constantes en toda la zona en estudio, los valores de éstos no superan los 34’. d) Es posible que la presencia de fallas sinsedimentarias sean las que controlan la sedimentación y, por consiguiente, estos grandes espesores. Esto podría ser la razón por la cual hacia la zona norte del área de estudio las electrofacies EF1, EF2 y EF3 se acuñan contra la superficie definida por la Discordancia del Eoceno hasta que la inundación que depositó la electrofacies EF4 logra cubrir toda el área. e) Una comparación sucesiva de los mapas isópacos (en orden, Fig. 3.2, 3.6, 3.8 y 3.9) muestra cómo el límite de la arena, gobernado por la presencia del paleoalto, va avanzando cada vez más hacia el sureste de manera tal que se van acuñando secuencialmente las electrofacies EF1, EF2 y EF3 hasta el momento de la sedimentación de la electrofacies EF4 que lo cubre completamente (Fig. 3.3). 78 Fig. 3.41. Mapa Isópaco Total. Para mayores detalles en los datos de dicho mapa véase el Anexo No. 11. 79 Fig. 3.42. Mapa de arena neta total. Para mayores detalles en los datos de dicho mapa véase Anexo No. 24. 80 Correlación de los datos generados en el presente estudio con los datos de atributos sísmicos existentes. Generación del mapa de Amplitudes Sísmicas Desde el punto de vista físico, el concepto de la amplitud de reflexión se define de la siguiente manera: sobre una sección final migrada, fase cero, se asume que las amplitudes de reflexión observadas representan contrastes de impedancia acústica entre estratos de diferentes propiedades elásticas. Los coeficientes de reflexión, basados en la ecuación para incidencia normal, son del tipo: A (Ri ) = Z i+1 - Zi Z i+1 + Zi donde Zi = ñiVi (impedancia acústica del medio i) La amplitud (A) depende entonces de los parámetros densidad y velocidad, los cuales a su vez dependen de la litología, porosidades, tipo de fluido, saturación, presión de poros, etc. Por consiguiente, dados dos espesores relativamente grandes, los cambios laterales de amplitud se interpretan como cambios laterales en las propiedades de los estratos en contacto. Enachescu (s/f) explica la aplicabilidad de la interpretación de las amplitudes sísmicas a partir de las fuentes de sísmica de reflexión en 3D para el desarrollo y mejoramiento en la caracterización geológica de un yacimiento: Hoy en día se ha hecho rutinario el uso de las fuentes sísmicas 3D para delinear y asistir en el desarrollo de reservas de hidrocarburos. Durante la adquisición y procesamiento de datos modernos de reflexión se da especial atención a la obtención y preservación de los datos de amplitud. La onda sísmica de amplitud de reflexión depende de 3 grupos de factores: 81 a. Validez de la fuente, sensibilidad y calibración del geófono, características de los instrumentos. Sus efectos en la amplitud son casi similares a la calidad de la obtención y pueden ser ignorados. b. Propagación geométrica, pérdida en la transmisión (absorción) y múltiples reflexiones. Así, las leyes universales de la propagación de ondas se aplican y sus efectos son corregidos durante la etapa de procesamiento de datos. c. Secuencia de la reflectividad y, algo que no debe ignorarse, curvatura en el reflector. La determinación de estos dos es el objetivo final de la interpretación de los datos. El estudio de la amplitud en conjunto con la interpretación tradicional revela nueva y útil información concerniente a las características del yacimiento y la producción del campo, tectónica y geología estructural, litología y sedimentología de un área. Con respecto a las características del yacimiento, las amplitudes sísmicas pueden usarse para indicar los intervalos porosos, presencia de gas, contactos de fluidos, distribución y continuidad del yacimiento, sus límites (discordancias, fallas, barreras estratigráficas), entre otros. Los perfiles de amplitud y los mapas de horizonte de amplitud son usados para cartografiar fallas con saltos de menos de 10 m. De la misma manera, cuando la interpretación es ambigua los mapas de amplitud pueden ayudar a discriminar entre un diapiro de sal o de arcilla y mejorar el control en la posición de las paredes en las estructuras de sal. El método de las amplitudes sísmicas también ha sido aplicado para estimar relaciones arena/arcilla, indicar presencia de carbón y zonas mineralizadas, truncamientos de litologías alternantes debajo de discordancias, identificar canales rellenos con arena e incluso discriminar si el relleno de un canal es de arena o de arcilla, delinear cuerpos arenosos individuales en abanicos submarinos de turbiditas, entre otros. 82 En cuanto a la sedimentología del yacimiento, las aplicaciones más importantes de las amplitudes sísmicas son el cartografiado de superficies de discordancia, características de paleorelieve y ambientes sedimentarios antiguos. Si bien el análisis de todos estos factores a partir de los atributos sísmicos no es el alcance del presente trabajo, la razón por la cual se realizó este paso obedece a que la información en sísmica 3D ya existía, así como la interpretación de los atributos sísmicos aquí estudiados (amplitud, fase instantánea, reflexión y frecuencia instantánea). Como se explicó al inicio de esta sección, se realizaron cuatro mapas de atributos sísmicos (amplitud, fase instantánea, reflexión y frecuencia instantánea). Los valores obtenidos a partir de dichos mapas fueron comparados con los diferentes valores de espesores y porosidad recopilados en el presente estudio (Anexo No. 3, Fig. 3.43). Estas comparaciones se hicieron con la finalidad de establecer posibles relaciones entre los datos de atributos sísmicos y los datos originados en el presente estudio, de manera tal de favorecer el establecimiento de la posible prospectividad de la zona suroeste del área de estudio. Se realizaron un total de 32 gráficos de líneas de tendencia con la ayuda del programa computarizado Microsoft Excel; a cada gráfico se le calculó la mejor línea de tendencia y el correspondiente grado de correlación entre los datos (R2). Sin embargo, sólo se lograron resultados satisfactorios a partir de la comparación de los datos de amplitud con los datos de espesor total (Fig. 3.44), ya que la correlación entre dichos datos es del orden del 50% (R2 = 0.4986). Si bien no es un valor de correlación muy elevado, es el mayor obtenido y se sugiere una posible relación entre estos datos: a mayor amplitud, mayor valor de espesor total para el Miembro Santa Bárbara en la zona de estudio y la relación entre ambas variables está regida por la fórmula: 83 Y = 0.0512X + 33.814 En donde X = amplitud Y = espesor total el mapa de amplitudes (Fig. 3.43) se observa que las zonas de mayores valores (colores de la gama del rojo) se ubican hacia el suroeste y en las zonas norte y norcentral del área de estudio. En el mapa de espesor total (Fig. 3.41, Anexo No. 11) se observa que los mayores valores se ubican, precisamente en las mismas zonas de altos valores de amplitudes. Análogamente, las zonas de valores de amplitud bajos (colores verdeazulado y azul) son precisamente las que presentan los espesores más bajos. De hecho, en la zona donde se ha interpretado e l paleoalto (sureste del mapa) se acumulan los valores de amplitud más bajos (cercanos y menores que cero, Anexo No. 3) y es precisamente la zona donde el Miembro Santa Bárbara presenta los menores espesores (~9’), que representan a la electrofacies EF4, ya que las tres electrofacies subyacentes (EF1, EF2 y EF3) se acuñan secuencialmente contra este paleoalto. Ahora bien, en la zona suroeste del mapa no existe control con pozos, de hecho, los diferentes mapas realizados muestran una interpretación imprecisa hacia esta área. Sin embargo, si se toma en cuenta la relación entre los espesores y los valores de amplitud antes propuesta podría sugerirse que en dicha zona el Miembro Santa Bárbara se depositó conservando grandes espesores. Debido a la poca resolución que ofrece esta herramienta sísmica para los intervalos de poco espesor no se puede discriminar la variabilidad lateral de los espesores de cada electrofacies. Mapas Estructurales Como lo muestra la Fig. 3.45, la zona en estudio está ubicada en el Graben Lama, limitado al oeste por la falla de Icotea y hacia el norte y este por la falla VLE-400. 84 Fig. 3.43. Mapa de Amplitudes Sísmicas con ubicación de pozos. 85 Amplitud Vs. Esp Total y = 0.0512x + 33.814 R2 = 0.4986 160 120 80 40 0 -750 -250 250 750 1.250 1.750 Fig. 3.44. Comparación entre los valores de amplitud y los valores de espesor total para cada pozo ubicado en el área de estudio. Se presenta, además, la fórmula lineal que relaciona ambos valores (X = amplitud; Y = espesor total.). Ver Anexos No. 9 y 10 para los datos organizados en tablas. Los mapas estructurales realizados en el presente estudio muestran las estructuras principales de la zona, como lo son la falla de Icotea y la envolvente norte del Graben Lama (Fig. 3.40, Anexos No. 16, 17, 18, 19 y 20). La falla de Icotea se ubica en la región oeste del área de estudio y la divide en dos bloques que en la Fig. 3.45 se han identificado como flanco este y flanco oeste, siendo el primero el que mayor área abarca. Las fallas presentes en el área de estudio son invertidas con desplazamiento normal (Arminio, et al., 1994). Se observan dos tendencias principales en el rumbo de las fallas: hacia el noreste y sureste se ubican las fallas subparalelas a la de Icotea, pero de menor longitud que ésta. Hacia la parte central del área de estudio se ubican las fallas subperpendiculares a la de Icotea. Audemard (1991) establece que debido a la orientación este-oeste del vector original de compresión prevalente en el Mioceno estas últimas fallas prácticamente no sufren desplazamiento vertical, por lo tanto su inversión es mínima, a diferencia de la falla de Icotea (y todas las subparalelas a ella) que se acomoda de manera oblicua y, si se quiere, subperpendicular a la orientación del máximo esfuerzo. 86 Fig. 3.45. Ubicación aproximada de la zona en estudio (Graben Lama) mostrando las principales estructuras que la atraviesan. Para una vista más re gional de este mapa ver Fig. 3.48. (Tomado y modificado de Arminio, et al., 1994) 3.5. GEOLOGÍA ESTRUCTURAL LOCAL En el área de estudio se registraron episodios de transtensión y compresión entre el Eoceno Temprano y el Mioceno al reactivarse, por transcurrencia, la zona de la falla de Icotea, la cual había aparecido por fenómenos de extensión en el Mesozoico Medio. Estas condiciones dieron lugar a estilos estructurales superpuestos (extensionales primero y de compresión después) y a una secuencia estratigráfica compleja. Para su mejor estudio Arminio et al. (1994) han dividido estos episodios en tres fases en las cuales explican la evolución tectónica del área de Lama Sur y su relleno estratigráfico (Fig. 3.46): Fase I: Pre-Graben Las estructuras principales se formaron en el Jurásico por extensión cortical durante la apertura del Golfo de México (Burke et al., 1984). Esto dio como resultado la formación de los valles de rotura flanqueados por fallas normales de rumbo norte-sur, entre las que se encuentra la falla de Icotea. 87 Durante esta etapa se depositaron las capas rojas de la Formación La Quinta rellenando los valles (Bueno y Zubizarreta, 1992). Fig. 3.46. Relleno estratigráfico de la zona en estudio, indicando las superficies de máxima inundación, los principales eventos compresivos y las tres fases tectónicas (Tomado y modificado de Arminio, et al.,1994). Relleno Pre-Eoceno Las calizas del Grupo Cogollo se depositaron sobre este basamento Jurásico plegado y peneplanado. Posteriormente ocurre la máxima inundación Cretácica (LS=74, Fig. 3.46) (Boesi et al., 1992) seguida de las secuencias regresivas de las lutitas de las formaciones Colón y Mito Juan. Suprayacente a esta última se depositaron las calizas y arenas plataformales de la Formación Guasare, siendo parcialmente erosionada antes del inicio de la depositación Eocena. 88 Fase II: Apertura de los Grábenes Al inicio del Eoceno Inferior los grábenes estaban activos y en aquellas zonas donde la Formación Guasare estaba erosionada se depositaron las “arenas C” y las arenas no marinas “B inferior” de la Formación Misoa. Ambas constituyen un espesor sintectónico. El emplazamiento de la placa Caribe al norte de Sudamérica produce la reactivación de la antigua falla normal de Icotea. En el área se inició, entonces, la apertura por transtensión (Biddle y Chirstie-Black, 1985 en Armiño et al., 1994) paralela a Icotea de dos semigrábenes en su flanco este. Estos semi-grábenes, llamados Lago y Lama (Fig. 3.47), son depresiones asimétricas que alcanzan los 1200 m de profundidad, subparalelas a la falla de Icotea y limitadas por ella al oeste y por una envolvente de fallas normales al norte y al este (Fig. 3.48). El substrato de los semi-grábenes se eleva gradualmente, definiendo una rampa estructural que puede asociarse a un pliegue “roll over” del despegue basal de las fallas envolventes (Arminio et al., 1994), las cuales se prologan al sur y pierden expresión al llegar al Bloque V. Misoa C y B Inferior La unidad informal de arenas C de Misoa se depositó dentro de los semigrábenes. Se trata de arenas masivas anastomosadas depositadas en un ambiente predominantemente deltaico (Gamero, 1994) y angularmente sobre la discordancia del tope del Paleoceno. Hacia el tope, la sección se hace más lutítica, indicando ambientes más marinos, los cuales culminan con una superficie de máxima inundación. Según Gilchrist (1992) la edad de este evento es de 50 Ma. Entre Misoa C y B tiene lugar un evento regresivo y de subsidencia, durante el cual se depositan paquetes gruesos de areniscas masivas no marinas dentro de los semi-grábenes, identificadas como la unidad inferior B. Estas arenas están separadas por intervalos lutíticos delgados y dispersos. 89 Fig. 3.47. Diagrama esquematizado de la estructura Lama Sur a nivel de las calizas cretácicas del Grupo Cogollo (Tomado y modificado de Arminio et al., 1994). Arminio et al. (1994) proponen que la ausencia de cambios laterales rápidos en las facies sedimentadas dentro de los grábenes puede deberse a que el aporte sedimentario era mayor que la creación de espacio; por lo tanto, los bordes de los grábenes carecieron de relieve topográfico suficiente para causar cambios laterales de energía. Inversión Tectónica Varios episodios de compresión tuvieron lugar durante y después del crecimiento de los semi-grábenes. Estos episodios causaron inversión selectiva de las estructuras existentes, lo cual se registró con mayor intensidad a lo largo de los segmentos de falla con rumbo norte-sur (Icotea, VLE-400 y Lama sur, Fig. 3.48), mientras que las fallas planares y lístricas de rumbo este-oeste contenidas dentro de los grábenes la inversión es mínima. Esto es debido a la 90 orientación este-oeste del vector original de compresión prevalente en aquel momento (Audemard, 1991). Fig. 3.48. Procesos tectónicos dominantes en el área de Lama Sur durante el Eoceno Inferior a Medio (Tomado y modificado de Arminio et al., 1994). Fase III: Post-Graben: Misoa B Superior y relleno post-Eoceno La unidad informal B Superior se depositó sobre una superficie de discordancia que se encontraba sobre el relleno de los grábenes. Esta serie está constituida por lutitas y arenas marinas delgadas de ambiente prodelta y 91 plano costero (Cortiula, 1989). Ocurre un nuevo evento de levantamiento y erosión del cual la unidad Misoa B Superior sólo se preserva parcialmente en las depresiones. La discordancia del Eoceno que suprayace a la Formación Misoa es de tipo regional y erosiva, probablemente debido a la influencia de efectos regionales como el levantamiento de la Sierra de Perijá y la bajada eustática Oligocena (Arminio y Allen, 1990). Sobre esta superficie de erosión se depositó el Miembro Santa Bárbara, arenas basales de la Formación La Rosa, el cual constituye el yacimiento en estudio y subjace a las lutitas marinas sellantes de dicha Formación. En el relleno posterior se observa un tercer evento de inversión tectónica acompañando de un basculamiento regional hacia el sureste como producto de la carga andina del Mioceno Medio-Superior. Estos últimos eventos MioPliocenos confirieron a la estructura su forma definitiva (Arminio et al., 1994). 92 CAPÍTULO 4. AMBIENTE SEDIMENTARIO Y DEPOSITACIÓN SECUENCIAL INTERPRETADOS PARA EL MIEMBRO SANTA BÁRBARA DE LA FORMACIÓN LA ROSA EN EL ÁREA DE ESTUDIO La interpretación del ambiente sedimentario realizada en este trabajo engloba la recopilación y análisis de diferentes fuentes: (i) los datos compilados en el presente estudio y descritos en las secciones anteriores; (ii) los datos resumidos a partir de la revisión de algunos de los trabajos más recientes realizados en el Miembro Santa Bárbara (Casas, 1998; León et al., 1997; Ambrose et al., 1996); y (iii) la revisión bibliográfica de diferentes modelos de facies estuarinas, deltaicas y de sistemas de valles incisos, entre otros. La correlación de este grupo de datos permitió inferir un posible ambiente de sedimentación para los sedimentos del Miembro Santa Bárbara de la Formación La Rosa depositados en los Bloques VI y IX, de la siguiente manera: A partir de la comparación entre las características fundamentales de los sistemas de valles incisos definidas por Zaitlin et al. (1994) y los datos recopilados para el Miembro Santa Bárbara a través de previos estudios e, incluso el presente (Tabla 4.1), se puede sugerir que el Miembro Santa Bárbara representa un sistema de valles incisos depositados posteriormente a la caída del nivel relativo del mar que dio lugar a la discordancia erosional del Eoceno y como producto de la sucesiva transgresión que originó la depositación de las secuencias arenosas y lutíticas de la Formación La Rosa. En efecto, González de Juana et al. (1980) establece que la sedimentación miocena en la Cuenca de Maracaibo se caracteriza por una transgresión marina de considerable extensión territorial dentro de los límites del Lago de Maracaibo, pero de duración relativamente corta. Establece, además, que la base de la transgresión de la Formación la Rosa está representada por el Miembro Santa Bárbara sobre el cual se encuentra el miembro de lutitas marinas fosilíferas que marcan la extensión de máxima transgresión. 93 Tabla 4.1 Correlación entre las características fundamentales de los sistemas de valles incisos (S.V.I.) definidas por Zaitlin et al. (1994) y los datos presentados, tanto en el presente estudio como en trabajos previos, para el Miembro Santa Bárbara de la Formación La Rosa. CARACTERÍSTICAS OBSERVADAS EN EL MIEMBRO SANTA BÁRBARA EN EL PRESENTE ESTUDIO Y EN TRABAJOS PREVIOS 1. El valle es una característica 1. El Miembro Santa Bárbara se depositó en un paleotopográfica negativa (p. ej. erosional), ambiente fluvio-deltaico, cubriendo la cuya base trunca los estratos subyacentes, inconformidad que truncó las sucesiones del incluyendo cualquier marcador regional Eoceno: Formaciones Paují y Misoa (León et presente. al.,1997). 2. La base y paredes del S.V.I. representa un 2. En el pozo VLA-1246, ubicado en el Bloque I límite de secuencia que puede ser del Lago de Maracaibo, Casas (1998) observó a correlacionado con una superficie erosional pocos pies de la base del Miembro Santa (hiatus) fuera del valle (p. ej. en las áreas de Bárbara “una sección de limolitas arcillosas y interflujo). Esta superficie erosional puede ser arenas de grano muy fino” que exhiben “una modificada por una subsiguiente transgresión. gran cantidad de bioturbaciones del tipo El límite de secuencia puede ser cubierto por Rizocorallium, que podría interpretarse como una capa de grava y/o estar caracterizado por parte de una ichnofacies del tipo Glossifungites horadaciones pertenecientes a la ichnofacies (Perberton, 1992), asociada generalmente a Glossifungites (MacEachern et al., 1992). En la superficies marinas de erosión”. zona de interflujo la superficie de exposición En el pozo LRF-027, presente estudio, a pocos puede estar caracterizada por un paleosuelo o pies del tope del Miembro Santa Bárbara se un horizonte con raíces (Leckie & Singh, 1991). identificó un paleosuelo, y entre 10945’ – 10948’ un espesor con abundantes restos de tallos y raíces carbonizadas. En el pozo PB-161, en el área Mioceno Norte, Ambrose et al. (1996) describen a muy pocos pies de la base del Miembro Santa Bárbara “depósitos de pantano (...) representados por capas delgadas de carbón y lutitas carbonosas (...). Datos palinológicos (...) sugieren un origen de pantanos de agua dulce para los depósitos de entrecanales”. 3. La base del relleno inciso exhibe una yuxtaposición erosional de facies más proximales (continentales) sobre depósitos más distales. 4. Los marcadores depositacionales del valle 4. En este estudio se ha descrito cómo la inciso rellenan solapando sucesivamente sucesiva depositación de las electrofacies EF1, (onlap) las paredes del valle. EF2, EF3 y EF4 han ido solapando el paleoalto definido en el Bloque VI, más específicamente al sureste de la zona en estudio (ver descripción de mapas isópacos) CARACTERÍSTICAS FUNDAMENTALES DE LOS SISTEMAS DE VALLES INCISOS, (Tomado de Zaitlin et al., 1994) Como se estableció anteriormente, Colmenares (1999, comunicación personal) sugiere ambientes de tipo estuarino a partir del análisis paleontológico realizado a la muestra No. 1 del presente estudio (p. 72). Sin embargo, la descripción macroscópica de los testigos de los pozos SVS-091 94 (Fig. 3.1), LRF-027 (Fig. 3.10) y LRF-002 (Fig. 3.11) no proporcionó indicios de estructuras sedimentarias propias de ambientes estuarinos (por ejemplo, estructuras de doble corriente). Ahora bien, hay que tener en cuenta que, en primer lugar, los núcleos en cuestión tuvieron un bajísimo porcentaje de recuperación y, en segundo lugar, según Galloway y Hobday (1983) este tipo de estructuras sedimentarias son poco comunes en los sedimentos de la columna preservada para los ambientes estuarinos y los buzamientos bidireccionales de dichas estructuras pueden aparecer si se hace una comparación macroscópica de testigos con alta recuperación y, además, geográficamente muy cercanos (Fig. 1.2, para ubicación de los pozos con testigos descritos). Debido a la poca información que se obtuvo a partir del estudio de los testigos del Miembro Santa Bárbara se usan las electrofacies como el dato principal y enlazante de todas las ideas. Tomando en cuenta todas las consideraciones anteriores y la interpretación del ambiente sedimentario a partir de perfiles de pozo, de la petrografía, de la comparación con modelos ya propuestos para estuarios y deltas y de los mapas isópacos y de distribución de electrofacies, se plantea que: 1. El Miembro Santa Bárbara de la Formación La Rosa en el área de estudio representa un sistema de valles incisos. 2. La electrofacies EF1 representa ambientes de tipo fluvial entrelazado que, según el modelo propuesto por Zaitlin et al. (1994), corresponde al segmento 3 del sistema de valles incisos. 3. Las electrofacies EF2 y EF3 representan ambientes de tipo estuarino que, según el modelo propuesto por Zaitlin et al.(1994), corresponde a los segmentos 1 y 2 del sistema de valles incisos. 4. La electrofacies EF4 representa un manto arenoso extenso que, según el modelo propuesto por Saxena (1976), se define como arenas deltaicas retrabajadas. A continuación se desarrollarán más detalladamente estas proposiciones: 95 Fig. 4.1. Segmentación de los sistemas de valles incisos. En el presente estudio se propone el segmento 3 (zona fluvial del valle inciso) como posible ambiente de sedimentación para la electrofacies EF1 del Miembro Santa Bárbara y el segmento 2 y 1 (zona estuarina) para las electrofacies EF2 y EF3 (Tomado y modificado de Zaitlin et al., 1994). 96 Miembro Santa Bárbara, Formación La Rosa en el área de estudio: sistema de valles incisos La definición, segmentación y estratigrafía propuesta para los valles incisos por Zaitlin et al.(1994), está resumida en la Fig. 4.1, donde se observa que los segmentos 1 y 2 corresponden a la parte estuarina del sistema de valles incisos, mientras que el segmento 3 representa la parte fluvial de la incisión. La subdivisión longitudinal tripartita propuesta por Zaitlin et al. (1994) para el relleno de los valles incisos se resume de la siguiente forma: Como cae el nivel relativo del mar, toda la longitud del valle inciso está caracterizada por una erosión fluvial neta que crea un límite de secuencia basal. Cuando el nivel relativo del mar alcanza su punto más bajo y comienza a crecer, la depositación fluvial se inicia en la boca del sistema de valles incisos y se extiende progresivamente hacia la cabeza del valle a medida que continúa la transgresión. Igualmente, el relleno de la porción hacia el mar del valle inciso (Fig. 4.1, segmento 1) está caracterizada por la retrogradación de los depósitos fluviales y estuarinos (del SEBN al SET), siendo recubiertos por arenas transgresivas y/o lodos de plataforma. La porción media del sistema de valles incisos (Fig. 4.1, segmento 2) consiste de un complejo estuarino ahogado que existe al mismo tiempo que la máxima transgresión, recubriendo unas sucesiones del SEBN al SET de depósitos fluviales y estuarinos, como los del segmento 1. La parte más interna del valle inciso (Fig. 4.1, segmento 3) se desarrolla en la zona del límite transgresivo del estuario y se extiende hacia la tierra, hasta el límite de incisión fluvial. Dicho segmento está caracterizado, a lo largo de toda su historia depositacional, por depósitos fluviales; sin embargo, el estilo fluvial cambiará sistemáticamente debido a los cambios en la taza de variaciones del nivel base. El efecto de estas variaciones decrecerán hasta que, 97 eventualmente, el clima, la tectónica y el suministro sedimentario lleguen a ser los controles dominantes de la naturaleza del sistema fluvial. Comparando estas ideas con las características determinadas a lo largo del presente estudio para cada electrofacies, se puede identificar que: La electrofacies EF1: segmento 3 del Sistema de Valles Incisos Zaitlin et al. (1994) establecen que el segmento 3 del sistema de valles incisos descansa entre el límite transgresivo marino/estuarino y el límite más terrestre de la incisión (Fig. 4.1). Este segmento se puede extender de decenas a centenas de Km. sobre el límite de influencia marino/estuarina. Su relleno será enteramente fluvial y puede ser entrelazado, meandriforme, anastomosado y/o recto. Se ha determinado que los sedimentos correspondientes a la electrofacies EF1 del Miembro Santa Bárbara se depositan inicialmente rellenando las mayores irregularidades topográficas originadas por la erosión que ocasionó la formación de la Discordancia del Eoceno. La geometría de dicha electrofacies en los diferentes registros de rayos gamma estudiados (Fig. 3.1, Anexos No. 5, 6, 7 y 8), así como el mapa de distribución de electrofacies (Fig. 4.2) muestra que podría tratarse de sedimentos pertenecientes a canales amalgamados, que podrían representar los depósitos del final del SEBN y comienzos del SET (Zaitlin et al. 1994). Más específicamente los depósitos preservados para este intervalo posiblemente representen la depositación de ríos entrelazados. Según Allen (1997) los ríos entrelazados se forman cuando la pendiente regional es alta (frecuente en cuencas sintectónicas), cuando hay una carga sedimentaria grande (alta proporción de grava/arena) o cuando hay variaciones estacionales extremas en el gasto del río. La arquitectura interna de dichos depósitos es muy compleja y no tiene un patrón regular. Consiste de un apilamiento complejo de unidades de pequeña escala con base erosiva. La conexión lateral y vertical de estas secuencia de canal individual y de barra forma generalmente espe sos (varias decenas de metros) cuerpos de arenisca compuestos, muy extensos 98 lateralmente (hasta decenas de Km.) pero con una estructura interna compleja, debido a las numerosas unidades de canal yuxtapuestas. La migración frecuente de los canales secundarios dentro del canal principal genera una extensa depositación lateral de arena. Estos sistemas de yacimientos pueden ser continuos por varios centenares o hasta miles de Km2. Sin embargo, un factor importante acerca de la calidad del yacimiento es, por una parte, su grado variable de heterogeneidad, ocasionado por la presencia de intercalaciones de arcilla, las cuales presentan tapones de canal abandonado y, por la otra, los cambios rápidos de tamaño de grano, tanto lateral como verticalmente, entre los canales y las barras. Ahora bien, las intercalaciones de arcilla son generalmente de extensión limitada, ya que las mismas son erosionadas a medida que se produce la migración de los canales secundarios. Los cambios rápidos del tamaño de grano pueden producir variaciones en la permeabilidad. Más aún, si las areniscas son arcósicas y mineralógicamente inmaduras, se pueden formar arcillas autigénicas, lo cual puede disminuir la calidad del yacimiento. Comparando estas características con las descritas para la electrofacies EF1 en el capítulo anterior (Capítulo 3) durante la interpretación de los ambientes en función de las distribución de electrofacies no se reconocieron las barras propias de este tipo de ríos, ya que todas las geometrías examinadas fueron interpretadas como canales amalgamados. Sin embargo, debido a que las barras y los canales secundarios migran continuamente dentro del canal, es posible que los depósitos de dichas barras estén confundidos con los de los diferentes canales secundarios. Los sedimentos de un canal de ríos entrelazados se caracterizan por la heterogeneidad de su tamaño, así como por su alta proporción arena/grava (Allen, 1997). En efecto, el estudio de los testigos de los pozos SVS-091, LRF002 y LRF-027 (tanto macroscópico como petrográfico, ver Capítulo 3) establece que las arenas que forman la electrofacies EF1 presentan un escogimiento principalmente malo y una granulometría consistente de bajos 99 porcentajes de grava (Fig. 3.17) embebidos en una matriz de granulometría promedio de arena fina. Fig. 4.2. Mapa interpretativo idealizado de distribución de la electrofacies EF1: ríos entrelazados. Para mayores detalles en dicho mapa véase Anexos No. 12 y 21. 100 Por último, si bien en este estudio no se hicieron mediciones de paleocorrientes (debido a que los núcleos no estaban orientados, además de su poca recuperación y muy baja consistencia) y, por consiguiente, no se pretende que cualquier idea relacionada con este punto sea tomada como una conclusión, se puede inferir o comentar que en el mapa isópaco se observa una cierta tendencia del flujo que va de sur a norte, como lo muestran las flechas en la Fig. 4.2. Una vez más, no se pretende que esta sea una idea concluyente del presente trabajo debido a lo limitado de las bases sobre las cuales se sustenta, pero sí podría tomarse como recomendación el hacer ahínco en este punto y verificar la veracidad de esta sugerencia. Las electrofacies EF2 y EF3: segmentos 1 y 2 del Sistema de Valles Incisos Zaitlin et al. (1994) establecen que el segmento 2 de sistema de valles incisos descansa entre el límite interno del segmento 1 y el límite marino/estuarino al tiempo de la máxima inundación; corresponde al área ocupada por el valle del estuario ahogado al final de la transgresión. En este segmento, el límite de secuencia es cubierto por depósitos fluviales del SEBN y del temprano SET, los cuales, posteriormente, serán cubiertos por facies estuarinas transgresivas. Por último, el segmento 1 se extiende desde la boca del SEBN del valle inciso hasta el punto donde la línea de costa se estabiliza al comienzo de la progradación del SEAN (Fig. 4.1). Como los otros segmentos, esta porción del valle inicialmente experimenta una incisión fluvial con el descenso del nivel de base. Cuando el nivel relativo del mar comienza a crecer, esta porción baja del sistema es transgredida, el valle inciso cambia de ser un conducto de sedimentos erosionados fluvialmente a ser un sitio de depositación fluvial y, posteriormente, de depositación estuarina. A medida que continúa la transgresión miocena en la Cuenca de Maracaibo, los desniveles disminuyen y los sedimentos que corresponden a las electrofacies EF2 y EF3 se depositan originando menores espesores que la EF1. 101 Fig. 4.3. Mapa interpretativo idealizado de distribución de la electrofacies EF2: sistema estuarino. Para mayores detalles en dicho mapa véase Anexos No. 13 y 22. 102 Fig. 4.4. Mapa interpretativo idealizado de distribución de la electrofacies EF3: sistema estuarino. Para mayores detalles en dicho mapa véase Anexo No. 14 y 23. 103 Es importante recalcar que debido a la poca información generada a partir de la descripción de los núcleos no es posible establecer una separación entre las electrofacies EF2 y EF3 para saber dónde termina el segmento 2 y comienza el segmento 1 del Sistema de Valles Incisos. Además tampoco se puede establecer de qué tipo de estuario se trata, según el modelo idealizado propuesto por Dalrymple et al. (1992), si es un estuario dominado por mareas, dominado por olas o dominado por ríos. Sin e mbargo, a partir de los mapas de distribución de electrofacies (Fig. 4.3, 4.4) se sugiere que estas dos representan una red de canales distributarios estuarinos. Según Galloway y Hobday (1983) el depósito de relleno de este tipo de canal está compuesto de unidades depositacionales con afinamiento del grano hacia arriba, múltiples, superpuestas y variablemente preservadas. El relleno del canal está constituido por arena bien escogida y contiene abundantes y discontinuos niveles de lodo y arcilla, láminas de detritos macerados de plantas y conchas. Las estructuras sedimentarias primarias son diversas, pero muestran una pequeña regularidad en la distribución vertical. La estratificación cruzada presumiblemente es abundante. La estratificación de espina de pescado bien desarrollada es poco común, pero los buzamientos bidireccionales pueden aparecer si son comparados testigos amplios o adyacentes. Dispersas horadaciones pueden aparecer, particularmente en los sistemas más lodosos. Particularmente en la descripción de los testigos de los pozos SVS-091, LRF-002 y LRF-027 así como en la petrografía realizada se ha visto que las arenas pertenecientes a estas electrofacies presentan un escogimiento que varía principalmente de moderadamente bueno a bueno, con cantidades relativamente abundantes de arcilla detrítica. No se observaron estructuras sedimentarias como las antes descritas por Galloway y Hobday (1983) para este tipo de depósitos pero, como se dijo al principio de este capítulo, esto puede deberse a la poca recuperación de los testigos descritos y/o a que para poder establecer los buzamientos bidireccionales de dichas estructuras es necesario comparar testigos con alta recuperación y, además, cercanos. 104 Haciendo una analogía con el análisis realizado con respecto a las direcciones de paleoflujo para la electrofacies EF1 (p. 101), se sugiere que durante la depositación de las arenas que conforman estas electrofacies dichas direcciones se mantienen de sur a norte (como lo indican las flechas de las Fig. 4.3 y 4.4). Nuevamente, la única base para sustentar esta idea se encuentra en la geometría resultante de los mapas de distribución de electrofacies y de los mapas isópacos, por lo tanto no se pretende que esta idea sea concluyente, sino simplemente que sea una sugerencia a ser tomada en cuenta en futuros estudios sobre el Miembro Santa Bárbara en esta misma zona. La electrofacies EF4: arenas deltaicas retrabajadas La manera como se distribuye la electrofacies EF4 en el área de estudio (abarca toda el área y con espesores bajos y relativamente constantes, (Fig. 3.9) hace pensar en la depositación de un gran manto arenoso que cubre toda la zona antes del comienzo de la depositación marina de las lutitas suprayacentes, es decir, en depósitos de transgresión marina que inundan el sistema fluvial (Ambrose et al., 1996). Saxena (1976) define las arenas deltaicas retrabajadas como significativos cuerpos arenosos producidos por el retrabajo de una antigua barra distributaria de desembocadura que es modificada como una playa elongada y barreras de islas (Fig. 4.5) El mismo autor señala que existen dos criterios fundamentales para reconocer este tipo de cuerpos arenosos: (a) Presentan una única asociación vertical de ambientes. (b) La típica variación de los espesores y la geometría que presentan los cuerpos arenosos asociados. Las arenas deltaicas retrabajadas suprayacen antiguas arenas de barras distributarias de desembocadura, mientras que son cubiertas por arcillas cuya fauna inicialmente refleja condiciones de aguas someras y salobres y posteriormente (es decir, hacia el tope) presenta condiciones de mar abierto. 105 Estas arenas presentan espesores menores que la secuencia subyacente (de 20’ a 40’) y extensiones laterales amplias (de 8 a 32 Km. de largo y de 0,4 a 0,8 Km. de ancho). 106 Considerando todas estas ideas y las características expuestas para la electrofacies EF4 a lo largo del presente estudio, en la Fig. 4.6 se compara un perfil eléctrico idealizado que Saxena (1976) propone para este tipo de secuencia y el perfil eléctrico del pozo SVS-091 que se considera el más representativo de las electrofacies definidas en el presente estudio. En dicha comparación se encuentran analogías resaltables: (a) en la Fig. 4.6.a se observa que hacia la base del registro eléctrico se encuentran unas arenas con engrosamiento del grano hacia arriba, interpretadas como arenas de barras distributarias, las cuales son sobrecubiertas por una delgada capa de arcillas marinas transgresivas. Éstas últimas subyacen a las arenas deltaicas retrabajadas que, a su vez, están cubiertas por arcillas marinas calcáreas. (b) Mientras que en la Fig. 4.6.b se nota que el perfil eléctrico del Miembro Santa Bárbara en el pozo SVS-091 muestra a las electrofacies EF2 y EF3 que corresponden a la zona estuarina de un valle inciso y que, según sus respectivos mapas de distribución de electrofacies, han sido interpretados como un conjunto de canales distributarios estuarinos. Suprayaciendo a estas electrofacies se observa una delgada capa más arcillosa que posteriormente es cubierta por la electrofacies EF4, la cual, a su vez, subyace a un importante espesor de lutitas marinas. Finalmente, debido a la falta de muestras petrográficas en la electrofacies EF4 no se pueden verificar las analogías entre dichas características microscópicas para la electrofacies en estudio y las características que Saxena (1976) propone para las arenas deltaicas retrabajadas (arenas bien escogidas y cuarzosas). Únicamente se posee la descripción de los testigos que atraviesan estas arenas en el pozo LRF-027 (Fig. 3.2) que consiste de lutitas abigarradas que presentan trazas de bioturbación (sin diferenciar) y abundantes restos de tallos y raíces. 107 108 Fig. 4.6.Comparación entre el perfil idealizado propuesto por Saxena (1976) para la secuencia vertical típica de las arenas deltaicas retrabajadas y el perfil del Pozo SVS-091. CAPÍTULO 5. PROSPECTIVIDAD DEL MIEMBRO SANTA BÁRBARA EN EL ÁREA DE ESTUDIO El presente capítulo se concibe con la finalidad de establecer una posible distribución de las zonas más prospectivas ubicadas en el área de estudio, indicando en ellas los factores de riesgo que se pueden encontrar a partir de una serie de criterios que se explicarán más adelante. La zona donde se evaluará la prospectividad (Fig. 5.1) abarca el área suroeste del mapa (oeste del Bloque VI), el centro y la zona que ya ha sido identificada como un paleoalto ubicado en el Bloque VI. El resto del área no evaluada está conformada por yacimientos que actualmente están produciendo, y presentan importantes cantidades de barriles de hidrocarburos acumulados. Fig. 5.1. Esquema de ubicación aproximada de la zona donde se evaluará la prospectividad. Dicha evaluación obedece a tres criterios establecidos y, según ellos se establecerá un esquema de factor de riesgo dentro de esta zona. Para realizar el análisis del factor de riesgo dentro de la zona a evaluar se utilizó toda la información generada en el presente estudio y la información existente de producción acumulada (petróleo y agua). 109 Es importante tener en cuenta que gran parte de la zona en estudio es un área madura, en la cual ya existen importantes yacimientos altamente productivos. Por otra parte, las porosidades en la zona son buenas (Anexo No. 1) y además, según el análisis petrográfico realizado (Capítulo 3, p.53 – 68) estas porosidades son principalmente de tipo secundarias, aumentando así la permeabilidad de la roca; por lo tanto esta característica no se toma en cuenta como factor de riesgo. Para la determinación del factor de riesgo se han tomado en cuenta los siguientes criterios: 1. Que el espesor del Miembro Santa Bárbara sea importante. 2. La existencia de trampas, tanto estratigráficas como estructurales. 3. El tipo de fluido presente, siendo el agua un factor limitante. A partir de la evaluación de cuántos de estos criterios se cumplen, se han definido tres zonas que establecen el grado de riesgo para la prospectividad: a. Zona de Bajo Riesgo o Zona Verde. En esta zona se cumplen que el espesor del intervalo en estudio es importante, se da la existencia de trampas y, además, hay presencia de hidrocarburos. b. Zona de Mediano Riesgo o Zona Amarilla. Esta zona sólo presenta los dos primeros criterios. c. Zona de Alto Riesgo o Zona Roja. Aquí apenas se cumple un sólo criterio o, incluso, ninguno. Es importante tener en cuenta que todas las áreas, incluyendo la Zona Verde, tienen un riesgo asociado. La clave de colores sólo permite establecer cuál de ellas presenta menor o mayor riesgo. Definición y ubicación de las Zonas de Riesgo La Fig. 5.2 muestra las cuatro zonas de riesgo que se definieron a partir de los criterios arriba mencionados: 110 a. Dos Zonas de Bajo Riesgo, o Zonas Verdes, identificadas con los números I y III y ubicadas en el área central del mapa. b. Una Zona de Mediano Riesgo, o Zona Amarilla, dividida en dos subzonas identificadas con las siglas II-a y II-b. Ambas subzonas están ubicadas sobre el paleoalto identificado en el Bloque VI. c. Una Zona de Alto Riesgo, o Zona Roja, identificada con el número IV y ubicada al suroeste del área de estudio. Fig. 5.2. Ubi cación de las zonas de riesgo identi ficadas en el área de estudio. 111 Seguidamente, se describirán cada una de las zonas de riesgo establecidas: Zona de Bajo Riesgo o Zona Verde. Ubicación, descripción y análisis. Zona Verde I: se ha definido como de Bajo Riesgo debido a las siguientes consideraciones: Esta zona actualmente no tiene pozos perforados, sin embargo a lo largo del presente e studio, a través de las secciones estratigráficas (Fig. 3.3 y 3.7), de los mapas isópacos realizados (Fig. 3.2, 3.6, 3.8, 3.9 y 3.40) y de la sísmica (Fig. 3.42) se ha visto que el Miembro Santa Bárbara se encuentra en toda la región. Puesto que no se tienen datos de pozos no es posible establecer un rango preciso en el cual esté variando el espesor del Miembro Santa Bárbara en esta zona. Aún así se pueden inferir estos valores utilizando los datos obtenidos a partir del análisis de los atributos sísmicos realizado en el Capítulo 3 (p. 80 – 83). Utilizando la escala visual que presenta el mapa de amplitudes sísmicas (Fig. 3.43) se puede inferir que los valores de dicho atributo varían de 850 a 1500. Teniendo en cuenta la fórmula propuesta para la relación entre el espesor del Miembro Santa Bárbara y los valores de amplitudes, se tiene que: Si Y = 0.0512 X + 33.814 entonces, para y para X1 = 850 X2 = 1500 Y Y 77’ 110’ Por lo tanto, según estos resultados, el rango dentro del cual varían los espesores está entre 77’ – 110’. Así, el espesor no parece ser un factor limitante en el establecimiento de la prospectividad en esta zona. Sin embargo, no hay que olvidar que el grado de correlación que presenta esta fórmula es del 50% y que, por consiguiente, sus resultados son estimados que guardan un cierto margen de error. Por otra parte, la ubicación de la Zona I disfruta de dos ventajas: 112 a. Se encuentra estructuralmente más arriba que los pozos productores de agua, lo cual minimiza las posibilidades de presencia de agua en la zona (Anexo No. 1). b. Se encuentra entre dos zonas productoras de petróleo, una ubicada estructuralmente más abajo (Pozos SLG, LPG y LRF-079) y otra ubicada estructuralmente más arriba (Bloque IX). Por lo tanto, en la Zona I debe haber petróleo. Zona Verde III: esta zona se ha definido como de Bajo Riesgo por las siguientes razones: A lo largo del presente estudio se ha visto que en el área sureste de la zona se ha inferido un paleoalto contra el cual se acuñan las electrofacies EF1, EF2 y EF3 (Fig. 3.40). Esta característica paleogeográfica podría estar formando una trampa estratigráfica para las arenas del Miembro Santa Bárbara debido a la variabilidad litológica lateral entre dichas arenas y la formación infrayacente, más arcillosa y más compactada (Fig. 5.3). Fig. 5.3. Esquematización del acuñamiento sugerido que presentan las electrofacies contra el paleoalto ubicado en el área sureste de la zona de estudio. Nótese cómo las diferentes capas de arena que representarían a las electrofacies van solapando secuencialmente dicho paleoalto. 113 Por otra parte, el mapa isópaco total elaborado para el Miembro Santa Bárbara (Fig. 3.41 y Anexo No. 11) señala que hacia el oeste del paleoalto los espesores aumentan considerable y rápidamente pasando desde 9’ sobre el paleorelieve (electrofacies EF4) hasta más de 100’. Con respecto a la presencia de hidrocarburos, se puede notar que los pozos ubicados hacia el oeste del paleoalto han producido petróleo y agua. La ventaja que presenta esta zona denominada I se basa en que estructuralmente se encuentra por encima de los pozos que están produciendo agua y, por consiguiente, existe cierta probabilidad de que o bien estén ubicados por encima del contacto agua/petróleo o bien acumulen menor cantidad de agua que los pozos ubicados estructuralmente más abajo, lo que la hace m{as prospectiva para la producción de hidrocarburos. Zona de Mediano Riesgo o Zona Amarilla. Ubicación, descripción y análisis. Esta zona se ha dividido en dos subzonas: la Subzona II-a y la Subzona IIb (Fig. 5.2): Subzona II-a: esta zona está ubicada sobre el paleoalto identificado en Bloque VI. Su límite este es, precisamente, una falla que podría estar actuando como trampa estructural para los hidrocarburos allí presentes. De hecho, se ha observado en los mapas oficiales de la zona que el pozo LRF-054 es productor, a pesar de tener sólo 6’ de ANP. En sí, el factor de riesgo principal de esta zona son los pequeños espesores (no más de 10’ de arena), y la posibilidad de que en cualquier área sobre el paleoalto dicha arena se acuñe y desaparezca, aumentando el riesgo en la hipotética perforación en esta zona. Subzona II-b: esta zona está ubicada al este de la Subzona II-a y gracias al mapa de amplitudes sísmicas (Fig. 3.43) se puede inferir que es una zona con altos espesores. En efecto, utilizando la fórmula que relaciona los espesores del Miembro Santa Bárbara con los datos de amplitud: Si Y = 0.0512 X + 33.814 114 entonces, para y para X1 = 450 X2 = 1000 Y Y 57’ 85’ Por lo tanto, según estos resultados el espesor del Miembro Santa Bárbara en esta zona varía desde 57’ – 85’. Es importante tener en cuenta, sin embargo que el grado de correlación que tiene esta fórmula es del 50%, por lo tanto sus resultados están acompañados de cierto margen de error, lo cual está añadiendo un ligero factor de riesgo a esta zona. Por otra parte, si bien se puede decir que el Miembro Santa Bárbara presenta espesores importantes en la Zona II-b, no se tiene indicios del tipo de fluido presente en dichas arenas, por consiguiente, el factor de riesgo aumenta. Zona de Alto Riesgo o Zona Roja. Ubicación, descripción y análisis. Esta zona está ubicada al suroeste del área de estudio y se ha identificado con el número IV (Fig. 5.2). Según el mapa de amplitudes sísmicas (Fig. 3.43) presenta altos espesores, ya que si bien los valores de amplitud oscilan desde 850 hasta 1500, los más comunes están entre 1000 – 1500. Si Y = 0.0512 X + 33.814 entonces, para y para X1 = 1000 X2 = 1500 Y Y 85’ 110’ Por consiguiente, el espesor del Miembro Santa Bárbara en esta zona podría estar oscilando entre 85’ y 110’. A pesar de esto, esta área ha sido definida como de alto riesgo debido a que se encuentra estructuralmente más abajo que los pozos LRF que produjeron agua (LRF-075, LRF-019, LRF-002 y LRF-027, Anexo No. 1) lo cual aumenta en gran cantidad las probabilidades de que las arenas ubicadas en esa zona estén saturadas de agua, lo que limita su prospectividad. 115 CAPÍTULO 6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES Conclusiones − A partir de la geometría que presenta el Miembro Santa Bárbara en los perfiles de pozos se le ha dividido en cuatro arenas separadas entre sí por tres niveles lutíticos y denominadas en el presente trabajo, de base a tope, como: electrofacies EF1, electrofacies EF2, electrofacies EF3 y electrofacies EF4. − Al comparar los resultados obtenidos en este trabajo y en publicaciones previas con las características para los valles incisos propuestas por Zaitlin et al. (1994) se concluye que las arenas constituyentes del Miembro Santa Bárbara representan un sistema de valles incisos depositados posteriormente a la caída del nivel relativo del mar que dio lugar a la discordancia erosional del Eoceno y como producto de la sucesiva transgresión que originó la depositación de las secuencias arenosas y lutíticas de la Formación La Rosa. − Puesto que la geometría del perfil de rayos gamma es propia de ríos amalgamados y a partir del mapa de distribución de electrofacies se concluye que la electrofacies EF1 representa un sistema de ríos entrelazados y según la segmentación para los valles incisos propuesta por Zaitlin et al. (1994) corresponde a la zona más continental del sistema de valles incisos, denominada Segmento 1. − Debido a las grandes diferencias en el espesor que presenta la electrofacies EF1 se concluye que las arenas que la conforman se depositaron rellenando los mayores desniveles topográficos ocasionados por el evento erosivo que dio lugar a la discordancia del Eoceno. − A partir de las geometrías observadas en los perfiles de rayos gamma, de los mapas de distribución de electrofacies y del análisis paleontológico realizado, se concluye que las electrofacies EF2 y EF3 representan una red de canales interdistributarios estuarinos y según la segmentación para los valles incisos propuesta por Zaitlin et al. (1994) corresponden a las zonas estuarinas del sistema de valles incisos, denominadas como Segmentos 1 y 2. 116 − La electrofacies EF4 representa la depositación de un manto arenoso previo a la depositación de las lutitas marinas de La Rosa, denominado como arenas retrabajadas transgresivas. − Según la clasificación de las areniscas propuesta por Pettijohn, Potter y Sievers (1987) las arenas que constituyen al Miembro Santa Bárbara son principalmente wackas líticas, seguidas por sublitarenita, cuarzoarenita y wacka cuarzosa. − La composición del Miembro Santa Bárbara está caracterizada por un alto volumen de fragmentos de arcilita deformados y alterados que dan lugar a una gran cantidad de pseudomatriz. − Las porosidades de estas areniscas son altas y principalmente del tipo secundaria, lo cual podría estar afectando positivamente la permeabilidad de la roca. − El grado diagenético que presentan las arenas de Miembro Santa Bárbara varía de semi-maduro a maduro temprano (según Schmidt & McDonald, 1979). − Las secciones estratigráficas realizadas permitieron identificar el Bloque VI un paleoalto contra el cual se acuñan secuencialmente las arenas correspondientes a las electrofacies EF1, EF2 y EF3. Dicho paleoalto controlaba la sedimentación para el momento de la depositación de estas arenas. Posiblemente la tectónica ejerció un papel importante en el apilamiento sedimentario manteniendo activas algunas fallas durante el proceso de sedimentación del Miembro Santa Bárbara, lo que originó espesores anómalos en algunos pozos. − A partir de las correlaciones realizadas entre los atributos sísmicos y los datos generados en el presente estudio se pudo concluir que los espesores del Miembro Santa Bárbara guardan una cierta relación lineal con los valores de amplitudes de reflexión. − La correlación de los datos generados en el presente trabajo; se identificaron cuatro zonas de riesgo para la explotación del área de estudio: 117 dos zonas de bajo riesgo denominada Zona Verde, que representan la opción más óptima en el análisis de la prospectividad del área; una zona de mediano riesgo denominada Zona Amarilla; y una zona de alto riesgo denominada Zona Roja, de muy baja prospectividad. Recomendaciones − Se recomienda ahondar el estudio y análisis de los atributos sísmicos dentro del área a fin de mejorar la información existente en las zonas de mediano y bajo riesgo. − Se recomienda hacer estudios de paleocorrientes en futuros núcleos orientados que se tomen en al área y que permitan verificar las direcciones de paleoflujo propuestas en este trabajo. − De acuerdo al análisis de prospectividad realizado (Capítulo 5) se recomienda la perforación de pozos de desarrollo en las Zonas Verdes identificadas con las siglas I y II, señaladas en la Fig. 5.2 debido a que presentan las más altas probabilidades de encontrar hidrocarburos. − Se recomienda no descartar la prospección de hidrocarburos en la Zona Amarilla II-a ya que, si bien presenta los menores espesores encontrados en el área de estudio, ha demostrado se pueden explotar los hidrocarburos de manera comercial. Es importante sin embargo, tener en cuenta el factor de riesgo que representan los valores bajos de espesor. − Si bien la zona II-b se ha definido como de mediano riesgo, se recomienda tener información adicional antes de decidir perforarla. − Siguiendo el mismo orden de ideas, se recomienda descartar la perforación de nuevos pozos en la Zona Roja IV, debido a que se ubica en la zona del acuífero de los yacimientos del Miembro Santa Bárbara. 118 CAPÍTULO 7. REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA 1. ALLEN, G. P. (1997) Sedimentología y estratigrafía de los yacimientos aluviales y deltaicos. Curso de “Facies Clásticas”. Maraven, S. A.: s/p. 2. AMBROSE, W.A.; WANG, F.P.; SALEEM, M.; STHEPEN, R.; SKOLNAKORN, J.; BAGHAI, N.; MÉNDEZ, M. y ÁLVAREZ, R. (1996) Caracterización Geológica y Petrolera de los yacimientos Bach-24, A22, LL-02 y LL-88, Área Mioceno Norte, Lago de Maracaibo. Informe Interno Lagoven No. LGV-OC-6-97-0490: s/p. 3. ARMINIO, J. F. y ALLEN, G. P. 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