La educación a distancia De la teoría a la práctica Por Lorenzo García Aretio Editorial Ariel S.A. Primera edición: marzo 2001 Segunda edición: octubre 2002 Este material es de uso exclusivamente didáctico ÍNDICE Presentación .....7 1. Bases conceptuales 1. La dificultad de una definición 2. Aprendizaje a distancia frente a aprendizaje abierto 3. Otras denominaciones 4. Las definiciones 5. Estudio comparativo 6. Características de la educación a distancia 6.1. Separación profesor-alumno 6.2. Utilización de medios técnicos 6.3. Organización de apoyo-tutoría 6.4. Aprendizaje independiente y flexible 6.5. Comunicación bidireccional 6.6. Enfoque tecnológico 6.7. Comunicación masiva 6.8. Procedimientos industriales 7. Nuestro concepto actual de educación a distancia ....11 .12 13 ..17 22 .28 ..30 ...30 ...31 ...32 .33 ...35 ...36 .37 38 ...39 2. Perspectiva histórica 1. Factores que propician el nacimiento y posterior desarrol1o de la educación a distancia 1.1. Los avances sociopolíticos 1.2. La necesidad de aprender a lo largo de la vida 1.3. La carestía de los sistemas convencionales 1.4. Los avances en el ámbito de las ciencias de la educación 1.5. Las transformaciones tecnológicas 2. Las grandes etapas o generaciones en la educación a distancia 2.1. La enseñanza por correspondencia 2.2. La enseñanza multimedia 2.3. La enseñanza telemática 2.4. La enseñanza vía Internet 3. Desarrol1o histórico de la enseñanza a distancia 3.1. Europa 3.2. América del Norte 3.2.1. Estados Unidos 3.2.2. Canadá 3.3. Oceanía 3.4. África 3.5. Asia .. 3.6. Iberoamérica .43 ...44 .44 ...45 46 ..47 .48 ...48 .49 ...50 .51 ...51 .55 56 ...61 ..61 ...63 ...65 ..67 ...68 ...69 3. Posibilidades y contribuciones 1. Barreras para el logro de aprendizajes 1.1. Geográficas 1.2. Temporales 1.3. De edad. 1.4. Restricciones personales. 1.5. Étnicas y culturales 1.6. Sociales.. 1.7. El reconocimiento de competencias. 1.8. Dificultades económicas 73 .73 .74 .74 .75 ...75 .75 .76 .76 .76 2 1.9. Demandas educativas 2. Objetivos de la formación a distancia. 2.1. Democratizar el acceso a la educación 2.2. Propiciar un aprendizaje aut6nomo y ligado ala experiencia 2.3. Impartir una enseñanza innovadora y de calidad.. 2.4. Fomentar la educación permanente.. 2.5. Reducir los costes 3. El potencial de la educación a distancia 3.1. Apertura 3.2. Flexibilidad 3.3. Eficacia 3.4. Economía 3.5. La privacidad/intimidad 3.6. Interactividad 3.7. Ventajas, en fin, para estudiantes, empresas y gobiernos 4. Inconvenientes y dificultades de la educación a distancia 5. Principales contribuciones de la educación a distancia 5.1. Educación general 5.2. Formación del profesorado 5.3. Formación profesional 5.4. Educación no formal 5.5. Educación universitaria 4. El diálogo didáctico mediado 1. Hacia una teoría de la educación a distancia 2. La investigación en educación a distancia, generadora de teorías 3. Destacadas teorías sobre la educación a distancia 4. Nuestra propuesta teórica integradora 4.1. Los tipos de diálogo 4.2. El diálogo simulado 4.3. El diálogo real 5. Componentes del sistema de educación a distancia 5.1. El estudiante 5.2. El docente 5.3. La comunicación a través de los medios 5.4. Estructura, organización y gestión 5.5. Otros componentes menos específicos 5. Profesores/formadores y tutores 1. El responsable de guiar el aprendizaje 2. La figura del tutor 3. Cualidades del tutor 4. Funciones tutoriales en la enseñanza a distancia 4.1. Función orientadora (counselling) 4.2. Función académica (consulting) 4.3. Funci6n institucional y de nexo 5. Modalidades de tutoría 5.1. La tutoría presencial 5.1.1. La tutoría individual 5.1.2. La tutoría grupal 5.2. La tutoría a distancia. El correo postal y electrónico 5.3. La tutoría telefónica 6. Las estrategias de enseñanza 7. Capacitación del profesor de educación a distancia ..76 77 ...77 .78 ..78 ..79 ...80 ...81 ..82 .82 ...83 84 ..84 ..85 ...86 ...87 90 ...90 .91 92 ...92 ..92 ..95 96 ...98 .101 106 ..106 ..109 ...110 ...115 .115 .116 ..117 ...118 ...120 ..……………..121 ..123 ...124 ...125 .129 ...130 ..133 134 ...135 .136 .138 ..139 140 ..142 ...144 ..148 3 6. Los estudiantes……………. 1. Características como estudiante a distancia 2. El aprendizaje 2.1. ¿Qué es aprender? 2.2. Aprender a distancia 2.3. Las teorías del aprendizaje 2.4. Dificultades del aprender adulto 3. Los motivos para estudiar a distancia 4. Rendimiento y fracaso en los estudios a distancia 5. Comparación entre los sistemas presencial y a distancia 6. La enseñanza presencial ya distancia, ¿desdibujan sus fronteras o son realmente diferentes? ...151 .152 .155 ..155 .156 ...156 ...158 7. Comunicación a través de los medios. 1. Los medios didácticos. Aclaraci6n conceptual. 2. Tipos de medios 3. Medio impreso 3.1. Ventajas del material impreso 3.2. Inconvenientes del material impreso 4. Recursos audiovisuales 4.1. Radio 4.2. Audiocasete 4.3. Televisión y videocasete 5. Enseñanza asistida por ordenador 6. Multimedia interactivo 7. La selección del medio adecuado 8. Características recomendables ...169 159 161 .163 165 170 .171 174 ..175 176 .176 .177 ..178 ...179 182 .183 ..185 ..186 8. Elaboración de materiales: modelos y etapas………. .191 1. Modelos de elaboración de materiales para la enseñanza a distancia .191 2. Etapas para el diseño de material ..195 2.1. Identificación de necesidades de aprendizaje ..197 2.2. Perfil del previsible grupo destinatario ..199 2.3. Propuesta inicial de objetivos y contenidos ..200 2.4. Selección del medio en que serán presentados los materiales ...201 2.5. Limitaciones y constreñimientos del contexto socioinstitucional. Viabilidad……………..201 2.6. Selección de los autores y expertos que desarrollarán los materiales…………………...202 2.7. El diseño instructivo. Concreción de objetivos y contenidos………………………………203 2.7.1. Los objetivos ...203 2.7.2. Los contenidos 206 2.7.3. El resto del diseño ...208 2.8. Planificación del trabajo y estimación de tiempos. ..208 2.9. Estimación de costes 209 2.10. Prescripciones para el desarrollo de los materiales/formación de los autores………...210 2.11. Preparación para el desarrollo. .211 2.12. Producción del material ..211 2.13. Evaluaci6n de los materiales. Diferentes fases ..212 9. Materiales básicos: unidades y guías 1. Propuestas para la elaboración de materiales 1.1. Algunas experiencias 1.2. Las funciones pedagógicas de Gagné 1.3. La conversación didáctica guiada 2. Material específico. Las unidades didácticas 2.1. Consideraciones generales 2.1.1. El aspecto formal ..215 ...215 215 .217 220 .220 ..221 .221 4 2.1.2. La extensión 2.1.3. Índice 2.1.4. La introducción general al curso 2.2. La estructura de una Unidad Didáctica 2.2.1. Introducción y orientaciones para el estudio 2.2.2. Objetivos 2.2.3. Esquema 2.2.4. Exposición 2.2.5. Resumen 2.2.6. Bibliografía de la unidad 2.2.7. Actividades 2.2.8. Glosario 2.2.9. Ejercicios de autocomprobación 2.2.10. Soluciones a los ejercicios de autocomprobación 2.2.11. Anexos y textos 2.2.12. Índice temático 3. Materiales no específicos. La Guía Didáctica 3.1. Una Guía para un texto convencional 3.2. Estructura de la Guía Didáctica 3.2.1. Presentación del equipo docente 3.2.2. Introducción general del curso 3.2.3. Objetivos 3.2.4. Prerrequisitos 3.2.5. Materiales 3.2.6. Contenidos del curso 3.2.7. Orientaciones bibliográficas y de otros medios 3.2.8. Orientaciones para el estudio 3.2.9. Actividades 3.2.10. Glosario 3.2.11. Tutoría 3.2.12. Evaluación 3.2.13. Información administrativa 4. El hipertexto 5. Resumen. ....221 ...222 .223 223 ..223 .225 .226 ...226 .234 ..237 ..237 ...238 .239 240 .240 ..240 240 ..241 242 242 242 .243 ..243 243 ..243 ..244 .244 ..245 .245 ...245 .245 246 246 ..250 10. Internet en la educación a distancia ...253 1. Breve apunte histórico 255 2. La utilidad de Internet .256 3. Herramientas para la comunicación en entornos de Internet 258 3.1. Herramientas para una comunicación en diferido (asíncrona)……………………………259 3.1.1. Correo electrónico ...259 3.1.2. Listas de distribución ...261 3.1.3. Listas de noticias .262 3.1.4. Foros de discusión ..262 3.2. Herramientas para una comunicación en tiempo real (síncrona) ...263 3.2.1. Conversación escrita (chat) ...263 3.2.2. Audioconferencia .265 3.2.3. Videoconferencia .265 3.3. Publicación electrónica .266 3.4. Un nuevo concepto de comunicación interactiva a distancia. La WWW…………………268 4. La aplicación al mundo de la educación 270 4.1. Plataformas para el desarrollo de cursos virtuales ..272 4.2. Las ventajas de enseñar y aprender por Internet .274 5. La acción tutorial a través de Internet 278 6. Cautelas en el uso de Internet para la educación ..282 5 7. Conclusiones 11. La evaluación 1. Etapas de la evaluación de aprendizajes 2. Importancia de una evaluación educativa bien concebida 3. Objetivos y funciones de la evaluación 4. La evaluación en cursos de enseñanza a distancia 5. Variables de la evaluación en enseñanza a distancia 5.1. ¿Qué evaluar? 5.2. ¿Quién evalúa? 5.3. ¿Cuándo evaluar? 5.4. ¿Cómo evaluar? 5.4.1. Tipos de evaluación 5.4.2. Ubicación tiempo-espacial de las pruebas 6. Pruebas de evaluación en enseñanza a distancia 6.1. Ejercicios de autoevaluación 6.2. Las pruebas a distancia. 6.3. Las pruebas presenciales 6.4. Criterios generales para la redacción de las pruebas 7. La información a los interesados 8. Evaluación institucional y de programas a distancia Bibliografía citada……… ..284 ....287 ..288 289 ..289 ..290 ...291 .291 292 ...292 ..293 293 .295 .295 295 ..297 .298 ..298 ...300 .302 ...307 6 CAPITULO 4 EL DIÁLOGO DIDÁCTICO MEDIADO Bien es reconocida la necesidad de elaborar fundamentos teóricos que alimenten, justifiquen, guíen, provean de significados y faciliten futuros desarrollos para las realizaciones prácticas. Son las ideas, surgidas del mundo de las teorías, las que marcan los núcleos fundamentales, revelan nuevas formas de conocer y sugieren alternativas. Las realizaciones prácticas eficaces y de calidad, y la educación debe ser incuestionablemente una de ellas, deben basarse en postulados teóricos sólidos, coherentes y rigurosos. Cuando un desarrollo educativo completo se muestra como eficaz, una de dos, o está fuertemente fundamentado en algunas ideas teóricas o es fruto de la fortuna o el capricho. La teoría es fundamental para entender y transmitir las propuestas, métodos y objetivos de cualquier realización práctica (Garrison, 2000). Ya Moore, en 1972, expresó su preocupación por la necesidad de describir y definir el campo de la educación a distancia, discriminar entre sus diversos componentes e identificar los elementos críticos de las numerosas formas distintas de enseñar y aprender a distancia. Holmberg (1995) sugiere que la educación a distancia se ha ido recreando a través del enfoque del ensayo y error con una mínima base teórica. En definitiva, Holmberg piensa que el entramado teórico de la educación a distancia es muy frágil. En definitiva, está claro que de los diferentes aportes teóricos que más adelante citaremos, se infiere que no existe una única teoría de educación a distancia que explique sus fundamentos, estructuras, propósitos, funciones y posibilidades y que guíe la práctica y la investigación empírica (McIsaac y Gunawardena, 1996). El esfuerzo por elaborar teorías consistentes en el campo que nos ocupa viene justificado porque éstas nos ofrecerán ámbitos de análisis y sugerirán problemas e hipótesis que permitirán continuar avanzando en la investigación como instrumento para la generación de nuevos fundamentos teóricos que suplan o complementen a los anteriores. Y siempre tomando las realizaciones prácticas como bases de nuestro análisis y como objeto último de mejora tras la construcción teórica. Necesitamos teorías consistentes que muestren los conocimientos de este campo, perfectamente organizados y relacionados sistémicamente, que nos ayuden a entender un mismo lenguaje, que nos muestren caminos para futuras investigaciones, etc. 1. Hacia una teoría de la educación a distancia La educación a distancia es una metodología, una modalidad, un sistema o un subsistema educativo -según el criterio clasificatorio o concepción que de ella se tenga- que, al igual que otros propósitos o propuestas de esta índole, requieren fundamentar y justificar sus virtualidades y hallazgos, así como sistematizar sus principios y normas. Desde que las ideas, las teorías, son aceptadas como base para futuros desarrollos de la educación a distancia, deberemos esforzamos para que la práctica quede resueltamente condicionada por coherentes y rigurosos estudios teóricos. Por ello, con el fin de dar racionalidad científica, base teórica, ala educación a distancia, precisaríamos conocimientos coherentes, sistemáticos, y ordenados de distinta índole: • Gnoseológica (saber, comprensión y explicación de la realidad de la educación a distancia y de su práctica pedagógica en cuanto actividad intencional). • Tecnológica (saber hacer que permita transformar hacia mejor esa realidad educativa, proyectando, regulando, conduciendo y controlando las secuencias de intervención). • Axiológica (desde una dimensión de valores o metas de formación que marquen el deber ser). 7 Si se entiende cómo están organizados estos conocimientos, estamos construyendo una teoría, porque este sistematizado cuerpo de ideas, conceptos y modelos nos debería ayudar a construir significados, explicar, interpretar y comprender la acción. Elaborar ese necesario marco teórico en el ámbito de la educación a distancia, nos llevaría a observar los aspectos a los que se refiere esta realidad educativa y reflexionar sobre ellos: • • • • • • • • Qué rasgos definen ala educación a distancia. Cuáles son sus componentes. Cómo son. Cómo se relacionan entre sí. Qué principios los sostienen. Qué normas generan. Cómo se aplican éstas y por qué. Qué sucederá si se aplican de una u otra manera, etc. No se trataría, por tanto, sólo de describir, especular y reflexionar sobre el fenómeno innovador, sino de observar y comprender los hechos empíricos que muestra esta práctica educativa, como fuente para sistematizar el cómo hacer tecnológico en enseñanza a distancia y el propio qué hacer, e incluso la predicción (qué será o qué podría ser) (Garrison, 2000), con el fin de reelaborar los principios, leyes y normas que posibilitan la práctica de una forma de enseñanza no presencial. Esto llevaría ala generación de una teoría de la educación a distancia que en sentido amplio la entenderíamos como (García Aretio, 1989: 91):1 La construcción científica que consiste en la sistematización de las leyes, ideas, principios y normas, con objeto de describir, explicar, comprender y predecir el fenómeno educativo en la modalidad a distancia y regular la intervención pedagógica en este ámbito. Por consiguiente, elaborar un marco teórico sobre la educación a distancia haría preciso manejar los saberes que recogemos a continuación (Medina Rubio y García Aretio, 1993):2 a) El conocimiento riguroso del sistema conceptual y del lenguaje específico de la educación a distancia. Este conocimiento es necesario para: -Sistematizar las leyes, ideas, principios y normas que la conforman. -Garantizar un adecuado nivel de comprensión de esta modalidad de enseñanza que permita describirla y explicarla. -Entender e interpretar en su verdadero alcance los problemas que plantea la educación a distancia. -Comprender el significado de los conocimientos ya consolidados en este campo. b) La explicación y regulación del proceso de intervención pedagógica en esta modalidad que se basa en los sistemas de comunicación didáctica entre el docente y los estudiantes, a través del correspondiente diálogo, habitualmente mediado, sea éste simulado, real, síncrono o asíncrono. c) El conocimiento de las técnicas, estrategias y modelos de investigación educativa que se utilizan con positivos resultados en este ámbito de conocimiento. Hay que conocer los recursos plurimetodales de análisis educativo, acordes con el marco actual de las Ciencias de la Educación, necesarios para el diseño, aplicación y valoración de métodos y técnicas de investigación especializada. Por tanto, ese marco teórico estaría basado en un aporte conceptual que delimite el objeto de esta modalidad educativa, en los procedimientos adecuados para la intervención pedagógica y en los métodos de investigación que puedan generar teorías y mejorar la práctica. 1 2 En el texto citado nos referíamos a la Teoría de la educación, en general. Estos autores se refieren a la Teoría de la educación, en general. 8 2. La investigación en educación a distancia, generadora de teorías Es claro que toda la comunidad científica, que esté interesada por la educación a distancia, ha de verse en la obligación de generar las pertinentes teorías que ayuden a hacer posible el tipo de conocimientos antes señalado y para ello, hay que investigar. Lo que sucede es que transcurrido un siglo y medio en el que han existido diferentes propuestas prácticas en el ámbito de la enseñanza y el aprendizaje a distancia, parece presuponerse que ya sabemos cuál es la naturaleza de este saber. Sin embargo, la mayoría de la literatura que se ha escrito sobre este ámbito se ha centrado en cuestiones muy prácticas y referidas generalmente a la logística de es- tos proyectos que trataban de solucionar problemas y situaciones. Pero rigurosos estudios teóricos sobre el fenómeno han sido escasos, por lo que las bases teóricas de la educación a distancia son bastante débiles, como señalaba Keegan en 1983 y más recientemente Holmberg (1995), y aún hoy no se han consolidado. . Por una parte, se ha venido mostrando y explicando a la sociedad qué tipo de instituciones o programas eran éstos, qué aspectos eran similares e idénticos a los de otras instituciones o programas presenciales y cuáles se diferenciaban de ellos. En segundo lugar, existía un cierto interés de autodefenderse de los infundados ataques -propios del escepticismo y del desconocimiento- de determinados colectivos más o menos cualificados y, en algunos casos, con intereses poco confesables. Y, en tercer lugar, interesaba investigar con el afán de mejorar dentro del ciclo evaluación-mejora-evaluación. Mediante la reflexión científica habría que legitimar la identidad y potencialidades de este nuevo fenómeno, con el fin de caracterizarlo con respecto a otras formas de enseñar y aprender. No se trataría sólo de ofrecer soluciones más o menos críticas a los diversos problemas y demandas sociales de formación, sino convertir ala educación a distancia como objeto de estudio, como disciplina pedagógica de cierta entidad, como materia para ser enseñada-aprendida. Afortunadamente son ya varias las universidades e instituciones que ofrecen en sus programas reglados y, sobre todo, en los posgrados, cursos o materias específicas de educación a distancia.3 El problema radical para justificar una acción pedagógica a distancia es el de la ausencia de relación comunicativa directa entre el que enseña y el que aprende, relación que durante siglos se ha considerado como el eje de todo proceso educativo. ¿Se pueden alcanzar aprendizajes de calidad de forma autónoma?, ¿cómo establecer un sistema de comunicación que no esté basado en la relación presencial?, ¿cómo organizar un sistema que pueda atender a masas de estudiantes?, ¿de qué forma pueden las tecnologías paliar los problemas de comunicación? Pues bien, a esas y otras cuestiones radicales han tratado de darse respuestas teóricas, aunque ya decimos que no ha abundado este tipo de estudios. Las investigaciones que habitualmente se han venido ofreciendo en el campo de la educación a distancia presentan unas características metodológicas variadas, poniéndose en juego todas las habitualmente empleadas en las Ciencias de la Educación. En líneas generales, éstos han sido los caminos seguidos (García Aretio, 1994; Gay, 1996; Phipps y Merisotis, 1999): • La investigación histórica. Al ser relativamente joven esta modalidad, este tipo de trabajos son muy escasos, salvo cuando se acude a reflejar el estado de la cuestión previo a posteriores análisis o cuan- do se hacen menciones al inicio de determinadas experiencias o fechas de creación de algunas instituciones, evolución del alumnado o de los costes, etc. • La comparación, sin embargo, sí se refleja con más frecuencia en las distintas investigaciones, sobre todo referidas a las semejanzas y diferencias que se detectan entre los modelos presencial ya distancia y de éstos entre sí, en cuanto a los métodos, medios, profesorado, alumnado, costes, rendimiento, abandonos, es decir, comparación de procesos y resultados de instituciones o programas entre sí. • Son escasas, sin embargo, las reflexiones de carácter filosófico, racional, dialéctico, axiomático, reflexivo, fenomenológico, etc., en torno a este tema. Nos referimos a que no suelen aparecer referencias axiológicas, ideas y razonamientos profundos que 3 Tómese como ejemplo el Máster de Enseñanza y Aprendizaje Abiertos ya Distancia que ofrece actualmente la UNED de España: www.uned.es/master-eaad 9 • • • • • • busquen e indaguen por la verdad más allá de limitaciones metodológicas. Reflexiones filosóficas y sociológicas sobre los principios inspiradores de la educación a distancia: igualdad de oportunidades, derecho universal a la educación, la educación permanente, el coste eficacia, el aprovechamiento de los recursos tecnológicos, la educación sin fronteras..., si bien han sido empleados como criterios para la evaluación institucional de los respectivos centros, no se ha llegado a la reflexión profunda como objeto de investigación. La metodología cualitativa sí es utilizada. Especialmente el análisis de documentos, las entrevistas, las valoraciones realizadas en grupos, y sobre todo la observación participante, que los docentes de estas instituciones estaban en condiciones excepcionales de realizar, y aunque no siempre explicitan esta metodología hacen de ella un uso constante. Aquí podemos insertar el estudio de casos como un tipo de investigación en profundidad de una unidad. Este tipo de indagación suele utilizar métodos de recogida de datos muy variados, aunque la descripción de la unidad de estudio suele redactarse en forma narrativa. En educación a distancia estas investigaciones suelen aplicarse a grupos de alumnos de un determinado curso, a un programa o a una institución o centro. El grueso de los trabajos de investigación en este ámbito se centra en la metodología descriptiva-empírica cuantitativa. La aplicación de correlaciones es la base de este tipo de trabajos. Se trata de determinar si, y en qué medida, existe una relación entre dos o más variables cuantificables. Es importante destacar que este tipo de correlaciones nunca establecen una relación determinante entre causa-efecto. Un ejemplo podría ser la relación existente entre la satisfacción de unos estudiantes con su tutor y la tecnología que emplea. Por sus propias dificultades, la experimentación no es fácil aplicarla. De hecho, sería ésta la única investigación que puede establecer relaciones entre causa-efecto. Son, sin embargo, numerosos los estudios a los que se adjudica el calificativo de «experimental». En este caso, el investigador manipula la variable independiente y observa el efecto en una o más variables dependientes. Se suele establecer un grupo experimental y otro de control. La esencia de este tipo de investigaciones es el control. Ejemplo concreto de ella sería, comparar los resultados de aplicaciones concretas mediante metodología presencial (grupo de control) ya distancia (grupo experimental), con unos recursos (medios convencionales) o con otros (tecnologías avanzadas). La descripción en el ámbito de los trabajos «ex-post-facto» recoge la mayoría de las investigaciones que giran en tomo a mostrar aspectos sociológicos del perfil del alumno, al rendimiento académico/abandonos y los factores de incidencia, los graduados, el grado de logro de sus expectativas, la proyección democratizadora de la enseñanza a distancia, funciones docentes, materiales y medios didácticos, etc. Los datos para la investigación generalmente han sido recogidos mediante el instrumento del cuestionario aplicado a alumnos, profesores, tutores, abandonos, graduados, administradores, etc., siempre de elaboración personal y cuya validez y fiabilidad ha sido comprobada. Las entrevistas, escalas estandarizadas de actitudes y la revisión de documentos tales como las actas de los exámenes, los estatutos fundacionales, etc., son también utilizados en este tipo de investigaciones. Ha de destacarse que buena parte de las investigaciones desarrolladas en este campo, como hemos señalado, hacen mención ala deserción, abandono o no completación de estudios y al rendimiento académico de los estudiantes. Han sido numerosos los estudios que se han centrado en responder a preguntas similares a estas dos: ¿de qué factores depende el rendimiento académico de los estudiantes a distancia? y ¿qué condiciones influyen para que una alta proporción de alumnos interrumpa sus estudios a distancia antes de culminar un curso, programa o carrera? Los análisis estadísticos más habituales son de carácter no paramétrico, aunque también se realizan estudios paramétricos. Las investigaciones suelen centrarse en la presentación de datos absolutos o relativos y constatación de niveles de significación en cuanto a las diferencias o grados de asociación entre variables a través de estadísticas tales como x2, T-student, análisis de varianza, coeficientes de correlación, análisis de correspondencia, análisis de sendas, análisis discriminante y análisis factorial. En un estudio de Phipps y Merisotis (1999), realizado en Norteamérica, se señalan los porcentajes de investigaciones realizadas en cada caso: estudios correlacionales (3 %), estudio 10 de casos (15 %), investigaciones descriptivas (31 %) y de corte experimental (51 %). Por su parte, Holmberg (1987) sugiere que la estructura de la investigación en educación a distancia debe incluir: • • • • • • • • Filosofía y teoría de la educación a distancia. Los estudiantes a distancia y su ambiente, condiciones y motivaciones de estudio. Presentación de los materiales de estudio. Comunicación e interacción entre estudiantes y su organización de apoyo (tutores, consejeros, administradores y otros estudiantes). Administración y organización. Estudios de coste/eficacia. Diferencias entre los sistemas (tipología, evaluación, etc.). Historia de la educación a distancia. 3. Destacadas teorías sobre la educación a distancia Es evidente que si deseamos construir una teoría sobre la educación a distancia, no podemos partir de cero, habrán de considerarse las existentes filosofías y teorías de la educación, así como las propuestas teóricas provenientes del campo de la comunicación y de la difusión (Sewart y otros, 1988), así como las teorías del aprendizaje. En consecuencia, por todo ello y dada la variedad de supuestos teóricos en todos esos campos, y como hemos señalado más arriba, no existe una sola teoría sobre educación a distancia. Existen, sin embargo, diferentes aportaciones teóricas o constructos que tratan de conformar cuerpos sólidos de conocimientos que pretenden explicar y comprender este fenómeno. Las aproximaciones más sólidas a la hora de ofrecer esa perspectiva teórica de la educación a distancia las clasificó Keegan (1986) en tres grandes grupos: • Wedemeyer y Moore se inscriben en la denominada teoría de la autonomía e independencia. • Peters postula su teoría de la industrialización • Holmberg y Bååt enfatizan la importancia de la interacción y comunicación en sus teorías. Pues bien, partiendo de ese estudio, ésta es nuestra composición de lugar de lo que consideramos más destacado entre los estudios teóricos elaborados hasta ahora relativos a la educación a distancia. Ampliamos y enriquecemos nuestra síntesis ofrecida en García Aretio (1986): a) Industrialización Peters (1971, 1993) centra su aporte en el carácter de la forma industrial de enseñar y aprender que suponen estas propuestas. Este autor sugiere que la educación a distancia podría ser analizada por comparación ala producción de bienes. Peters propone, entre otras, estas categorías para el análisis de la educación a distancia: racionalización, división del trabajo, mecanización, producción masiva, planificación, organización, métodos de control científico, formalización, estandarización, cambio de función, objetivación, concentración y centralización. Keegan (1994) realiza un extenso análisis de los postulados teóricos de Peters. El autor de la teoría destaca una de las categorías, concluyendo que para que la educación a distancia sea efectiva, el principio de la división del trabajo es un elemento crítico. También señala lo siguiente: -El desarrollo de los cursos a distancia es tan importante como el trabajo que tiene lugar antes del proceso de producción. -La efectividad del proceso de enseñanza depende de los procesos de planificación y organización. -El proceso de enseñanza ha de ser ampliamente objetivado. -Las funciones del profesor a distancia cambian considerablemente. -La educación a distancia es económica cuando existe concentración de los recursos 11 disponibles y una centralización administrativa. Ciertamente, el planteamiento de Peters no resulta muy compatible con los rasgos de aprendizaje flexible y abierto propios de esta modalidad. Las rigideces propias de los procesos de planificación, mecanización, producción masiva, etc., están un tanto reñidos con características propias de la educación a distancia, como las señaladas de flexibilidad y apertura. ¿Resulta válida su teoría para instituciones pequeñas? , ¿y para aquellas cuya metodología se basa en las tecnologías avanzadas? b) Independencia El carácter autónomo e independiente de la forma de aprender ha sido destacado por Wedemeyer (1971 y 1981) centrando su planteamiento en la independencia del estudio por correspondencia no sólo con respecto al espacio y tiempo, sino también en su potencialidad de independencia en el control y dirección del aprendizaje. Wedemeyer sugiere seis características del sistema de estudio independiente: -Separación entre profesor y estudiante. -El proceso normal de enseñanza-aprendizaje se basa en materiales escritos u otros medios. -La enseñanza es individualizada. -El aprendizaje tiene lugar a través de las actividades de los estudiantes. -El aprendizaje se realiza habitualmente en el propio entorno del estudiante. -Los estudiantes son responsables de su propio ritmo de aprendizaje. c) Distancia transaccional Moore (1977) reforzó su teoría desde el mismo momento en que a principios de la década de los setenta conoció a Wedemeyer. DesarroIló la denominada teoría transaccional de la educación a distancia o distancia I transaccional. Sugiere que la distancia transaccional existe en todos los I programas educativos con dos dimensiones críticas: la cantidad y calidad del diálogo (profesor-alumno) y la estructura existente en el diseño del curso que explican o pueden definir una transacción en el aprendizaje. La mayor distancia transaccional se cifraría en un alto nivel de estructura del curso y un mínimo diálogo. Ambas variables las relaciona Moore con la autonomía del que aprende, que es característica esencial de esta modalidad. Mediante esta teoría pueden explicarse la naturaleza de los programas y cursos y las conductas de profesores y estudiantes. Moore clasifica los programas de educación a distancia como autónomos (dispone el estudiante) o no autónomos (dispone el profesor) y ajusta el grado de autonomía, según sea la respuesta a estas tres cuestiones: -La responsabilidad de marcar los objetivos de aprendizaje en el programa, ¿es responsabilidad del profesor o del alumno? (autonomía respecto a objetivos). -La selección de recursos, ¿es responsabilidad del alumno o del docente? (autonomía en métodos de estudio). -La decisión en torno a los métodos y criterios de evaluación usados, ¿es del alumno o del profesor? (autonomía en la evaluación). d) Interacción y comunicación El énfasis en la interacción y comunicación entre docentes y estudiantes que Holmberg (1985) glosó con la idea de conversación didáctica guiada, que suponía una comunicación no contigua apoyada por una comunicación simulada a través de la interacción del estudiante con los materiales de estudio y una comunicación real a través de la interacción escrita y/o telefónica. Sus siete postulados básicos son los siguientes: -El sentimiento de que existe una relación personal entre los estudiantes y los profesores promueve el placer en el estudio y la motivación del estudiante. -Este sentimiento puede fomentarse mediante un material de autoinstrucción bien desarrollado y una adecuada comunicación a distancia con feedback. 12 -El placer intelectual y la motivación del estudio son favorables pata el logro de metas de aprendizaje y para el empleo de procesos y métodos adecuados a estos fines. -La atmósfera, el lenguaje y las convenciones de la conversación amistosa favorecen el sentimiento de que existe una relación personal de acuerdo con el primer postulado. -Los mensajes dados y recibidos en forma de diálogo se entienden y recuerdan con mayor facilidad. -El concepto de conversación puede identificarse con buenos resultados a través de los medios de que dispone la educación a distancia. -La planificación y la guía del trabajo, sean éstos realizados por la institución que enseña o por el estudiante, son necesarios para el estudio organizado, el cual se caracteriza por una concepción finalista explícita o implícita. Es posible que esta aportación de Holmberg haya sido la más destacada en el ámbito de la educación a distancia. La insistencia en la interacción y comunicación son también propios de Bååt (1984). e) Comunicación bidireccional La comunicación bidireccional como núcleo de la experiencia educativa, en detrimento de la separación profesor-alumno, es el aporte teórico de Garrison y Shale (1987); Garrison y Baynton (1987) y Garrison (1989). Mientras que la comunicación mediada es una característica propia de la definición de educación a distancia y un importante ámbito de preocupación en su diseño y planificación, ello por sí mismo no redefine la naturaleza esencial de la transacción profesor-estudiante. Este modelo teórico de Garrison de transacción educacional introduce el concepto de control como centro de la citada transacción, con el fin de reemplazar el rasgo de estudio independiente, autoestudio, frecuentemente elemento central en los planteamientos teóricos relativos ala educación a distancia, por una perspectiva más comprensiva de la transacción educacional. El control fue definido como la oportunidad y capacidad de influir en la transacción (Garrison, 2000). f) Aprendizaje colaborativo Se abren nuevas perspectivas teóricas con los modelos de aprendizaje cooperativo o colaborativo cuya estructura y modelo provienen de los iniciales planteamientos de Henri (1992) y posteriores de Slavin (1995). Se trata de destacar en este aporte las posibilidades del aprendizaje entre varios participantes, en colaboración. Sostiene el citado modelo que existen cinco destacadas dimensiones en el proceso de aprendizaje: participación, interacción, socialización, cognición y metacognición. Aunque es un modelo en proceso de verificación y estudio, los aportes relativos a esta comunicación mediada a través del ordenador están proliferando a caballo del paso de un siglo a otro. Estas propuestas teóricas enfatizan el valor del grupo y los esfuerzos cooperativos entre profesores y estudiantes y de éstos entre sí. El aprendizaje del futuro partirá, en gran medida, de la experiencia conjunta, el trabajo cooperativo, la colaboración en pequeños grupos de trabajo, sin tener en cuenta las coordenadas espaciotemporales (Khan, 1999). g) Equivalencia Simonson (1999) establece la que él denomina teoría de la equivalencia. Para Simonson es fundamental en su enfoque teórico el concepto de equivalencia. Un estudiante presencial y otro que aprende a distancia tienen, en general, diferentes entornos en los que aprenden y es responsabilidad del educador a distancia diseñar propuestas y acciones instructivas que provean experiencias de igual valor para todos los estudiantes. Al igual que un triángulo y un cuadrado pueden tener la misma área y ser considerados equivalentes al margen de mostrar formas geométricas distintas, las experiencias del estudiante presencial y del que aprende a distancia deberían mostrar valores equivalentes, aunque estas experiencias sean diferentes. Simonson analiza en su modelo otros conceptos relevantes, tales como «experiencias de aprendizaje», «aplicación apropiada», «estudiantes» y «resultados» (Simonson, 1999). h) Tecnologías 13 Lo determinante que resultan las tecnologías para la modalidad (Body, 1993; Bates, 1993; Saba, 1988 y Saba y Shearer, 1994) se viene convirtiendo en otro ámbito de desarrollos teóricos más recientes. En un interesante artículo de 1990, Moore revela una selección de recientes contribuciones teóricas relativas al impacto de las nuevas tecnologías interactivas que liga a su teoría, más arriba citada, aludiendo alas interrelaciones entre diálogo, estructura y autonomía en las aportaciones estudiadas. En realidad, estos últimos planteamientos centrados en la enseñanza virtual, a través de Internet fundamentalmente, nos invitan a reflexionar sobre si este campo podría ser considerado como una sub área de la educación a distancia o requeriría, por sí mismo, otros tratamientos teóricos diferenciados. Poca literatura relativa a fundamentos de base teórica en el campo de la enseñanza virtual ha sido desarrollada hasta la fecha. Sin embargo, nosotros nos inclinamos por considerar que este tipo de enseñanza no difiere sustancialmente, en sus principios, de propuestas de enseñanza a distancia no basadas exclusivamente en entornos virtuales de aprendizaje, aunque haya que recomponer estructuras, modelos y conceptos. 4. Nuestra propuesta teórica integradora Todo este estado de la cuestión nos hace atrevemos a esbozar nuestro propio planteamiento teórico sobre la educación a distancia. Ya hemos analizado en otra parte qué es la educación a distancia y qué rasgos la definen. Más adelante vamos a acercarnos a los componentes y estructuras de esta modalidad educativa y, a través del análisis de cada uno, indagar en las relaciones entre ellos. Estos componentes y sus relaciones los integraremos en lo que vendremos en denominar la estructura o espacio de la educación a distancia. Hemos mencionado los principales apuntes teóricos que centran su atención sobre algunos de los componentes o elementos de esa estructura. Parece que estaríamos en condiciones de sugerir una propuesta teórica comprensiva de las anteriores y lo haremos sobre la base del gráfico que ofrecemos más adelante (véase la figura 4.3). Denominaremos a esta propuesta teórica, integradora o del diálogo didáctico mediado (García Aretio, 1999). Con ella deseamos clarificar las relaciones entre las realizaciones prácticas y los supuestos teóricos. Por ello, pretendemos que nuestra aportación sea coherente y articulada, pero también flexible (Garrison, 2000) de manera que no exista disociación entre los aportes teóricos y los prácticos. Por esto deseamos cuidar que no queden fuera las nuevas propuestas soportadas por las tecnologías avanzadas que permiten la creación de entornos de trabajo colaborativo, síncrono o asíncrono. 4.1. LOS TIPOS DE DIALOGO Desde el punto de vista del docente, hablar de educación a distancia es hablar de una relación didáctica o diálogo con los estudiantes, diferida en espacio y tiempo, aunque pueden acaecer episodios comunicativos de carácter síncrono. Desde el punto de vista del estudiante, se trata de una forma flexible de aprender que no exige su presencia física ni la del profesor en el mismo lugar. Queremos decir, por tanto, que, por exclusión, la relación siempre la calificaremos de a distancia mientras no se desarrolle en el mismo espacio y no sea siempre síncrona. En definitiva y en una primera aproximación, estas propuestas de interacción o diálogo didáctico, las resumiríamos en la figura 4.1, en la que identificamos diferentes tipos. 14 La relación síncrona, establecida en tiempo real, tiene indudables ventajas de carácter interactivo. Sin embargo, la asincronía, que no requiere la participación simultánea de profesores y estudiantes, manifiesta otras ventajas, tales como las de permitir la flexibilidad de elección de contenidos, tiempo de estudio, apoyos alternativos, relación con otros estudiantes, etc. En el cuadrante 1 inscribiríamos a toda aquella relación educativa que se produce cuando educador y educando pueden verse y oírse físicamente, sin mediación alguna. Una interacción sólo síncrona en espacios diferentes (cuadrante 2), a lo largo de todo el programa, no encajaría en nuestra aproximación científica al concepto y características necesarias y suficientes de la educación a distancia que ofrecimos en el primer capítulo. Podríamos denominar a esta clase de enseñanza directa no presencial. El cuadrante 3 lo hemos reservado para situaciones de enseñanza-aprendizaje en las que el profesor dispone los materiales de estudio en un determinado espacio que, en otro momento, es visitado por los estudiantes que aprenden ya, sin la presencia del profesor. Aquí insertaríamos la que hemos denominado como enseñanza indirecta cerrada. En nuestra concepción de educación a distancia, exigimos que las conductas del docente y del discente acaezcan en diferentes espacios. Entendemos que el control de la variable espacio debe poder ser controlada, aunque sea parcialmente, por el estudiante. Es indirecta porque es asíncrona y es cerrada porque carece de la apertura y flexibilidad, es decir, de libertad necesaria por parte del alumno para decidir sobre su lugar de estudio. En el cuadrante 5 (enseñanza presencial/indirecta) ubicamos aquellas experiencias que se suelen producir en instancias presenciales con tiempos dedicados a que los estudiantes libremente accedan a materiales y herramientas de aprendizaje diseñadas, preparadas y propuestas a tal efecto por el docente, generalmente en el ordenador o a través de Internet o de materiales multimedia. Se trataría entonces de una enseñanza presencial con instancias de carácter virtual. Si a las acciones formativas incluidas en el cuadrante 3 no las hemos considerado como a distancia, éstas, las del cuadrante 5, con mayor razón. Nos quedarían, finalmente, los cuadrantes 4 y 6 que sí reservamos para lo que podemos denominar como educación a distancia. En el primer caso, bien es verdad que se trataría de una educación a distancia que hoy queda un tanto mutilada al no aprovechar ciertas tecnologías, pero, al fin y al cabo, cumpliendo todas y cada una de las cuatro características por nosotros señaladas en el primer capítulo de este libro como necesarias y suficientes para ser considerada como tal (separación profesor-estudiante, estudio independiente, comunicación mediada, organización-tutoría) .Estaríamos refiriéndonos a cursos o programas basados exclusivamente en la relación asíncrona entre los protagonistas del proceso de enseñar y aprender, a través de los materiales de estudio y de vías de comunicación tales como el correo postal o electrónico, a lo que podríamos agregar recursos tales como emisiones de radio, televisión, casetes, vídeos, CD, etc. Tengamos en cuenta que en este cuadrante 4 se inscriben todavía la mayoría de cursos que se imparten bajo la denominación de enseñanza a distancia, a los que suele agregarse la herramienta síncrona del teléfono. Una educación a distancia de hoy la inscribiríamos en el cuadrante 6. Estaríamos hablando de cursos o programas en los que además de que las conductas de profesor y alumno suceden en espacios diferentes, se dan situaciones de interacción asíncrona (materiales, correo postal y electrónico, radio, televisión, vídeo, casete, CD...) y también de carácter no diferido (contactos 15 presenciales y telefónicos, conversación electrónica -Chat-, videoconferencia, etc.). Por tanto, el centro de la cuestión está en el establecimiento de un diálogo didáctico (comunicación didáctica) de doble vía entre dos entes separados físicamente uno de otro en el espacio y, posiblemente, en el tiempo, y establecido a través de unos medios conformados por materiales preproducidos y por unas vías de comunicación que permiten una relación síncrona o asíncrona. Ese diálogo o interacción entre el que enseña y el que aprende se convierte, obviamente, en el elemento central de cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje. Pues bien, las posibilidades que se ofrecen para ese diálogo didáctico entre profesor y alumno, en educación a distancia pueden adoptar diversas modalidades, en función de la intermediación, del tiempo y del canal. 1. En función de la intermediación: a) Presencial, cuando la interacción es cara a cara, que a la vez es síncrona y real; parece la forma ideal de interactividad dado que no existe ninguna intermediación entre los sujetos que se relacionan. b) No presencial o mediatizado, a través de algún material o canal de comunicación; todo el diálogo que no se produce de forma directa, cara a cara, entraría en esta categoría. 2. En función del tiempo este diálogo puede ser: a) Síncrono, cuando tiene lugar en tiempo real simultáneo e inmediato a la producción del mensaje (ej.: conversación presencial, telefónica, videoconferencia, charla interactiva, etc.). b) Asíncrono, en la que la relación no se produce en tiempo real, la emisión del mensaje, la recepción y la posible nueva respuesta (realimentación) al mismo no se producen de forma simultánea sino diferida en el tiempo, durante minutos, horas o días (ej.: el correo postal o electrónico). 3. En función del canal el diálogo puede ser: a) Real, el que objetivamente se produce sea de forma síncrona o asíncrona mediante un canal o vía de comunicación (ej.: presencial, postal, telefónica, videoconferencia, telemática, etc.). b) Simulado, en el que se produce un tipo de diálogo irreal, imaginario o virtual (no real) entre el autor del material (impreso, audiovisual o informático) y el usuario; realmente el estudiante interactúa con el propio material, siendo el caso más significativo la interacción con productos multimedia o vías como Internet. Una forma resumida de todos los tipos de diálogo en educación a distancia, la podemos representar del modo indicado en la figura 4.2. 4.2. EL DIALOGO SIMULADO Vamos, pues, a introducirnos en la descripción de nuestra propuesta teórica que apoyamos en la figura 4.3. La institución u organización es la que enseña [organización que ayuda le 16 llama Delling (1987) yorganización de apoyo le denomina Holmberg (1989)], no el profesor (cuadro central de la izquierda de la figura). En la enseñanza presencial es el docente el que habitualmente diseña, produce, distribuye, desarrolla y evalúa a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, por lo que el aprendizaje del estudiante suele estar en función de que le haya correspondido un buen o un mal docente. En la enseñanza a distancia, sin embargo, el docente nunca es uno, son diversos los agentes que intervienen en el proceso de enseñar y aprender, hasta tal punto que solemos reconocer a la institución como la portadora de la responsabilidad de enseñar. Por tanto, es la institución, más que el profesor, la que diseña, produce, distribuye, desarrolla o tutela el proceso de aprendizaje de los estudiantes. El interés de una institución que enseña es que se produzca aprendizaje en el receptor del proceso. Pero este aprendizaje ha de permitir al estudiante ser protagonista en cuanto al tiempo, espacio y ritmo de aprender, es decir, el proceso de enseñanza diseñado por la institución propicia el aprendizaje flexible del estudiante (cuadro central de la derecha). Y esa flexibilidad es facilitada a través de la comunicación o diálogo didáctico mediado entre institución y estudiante (línea discontinua en nuestra figura). Son, en efecto, los medios los que permiten la flexibilidad antes referida. Continuando con nuestra figura, nos encontramos con que es la institución la que diseña y produce los materiales para el aprendizaje. Diseño y producción que han de realizarse de 17 forma planificada, racional, sistemática y controlada. En esos materiales es donde se almacenan o empaquetan los contenidos, es en los que se concretan, mediante la metodología adecuada, los conocimientos, competencias y actitudes que se pretende que alcance el estudiante, siempre adaptados a sus necesidades ya las características de la materia o curso. Este almacenamiento se realiza en materiales impresos, audio (radio), vídeo (televisión), informáticos y en el soporte web de Internet. Una vez producidos estos materiales, siguiendo criterios rigurosos de planificación, se procede a la distribución física o electrónica de los mismos con el fin de hacerlos llegar a los destinatarios finales, los estudiantes. La distribución de los materiales se convierte en una de las categorías de actuación de la institución en su relación con el destinatario del programa o curso, por lo que ha de cuidarse de forma especial, de acuerdo con criterios de corte industrial. A través de un diálogo simulado y asíncrono se establece la primera comunicación de doble vía entre la institución que enseña a través de los materiales y el estudiante que pretende aprender. En principio, unos materiales ideados para la enseñanza a distancia deben representar algún tipo de diálogo con el destinatario de los mensajes. Pero será un diálogo simulado, nunca real, y por la propia naturaleza del soporte, de carácter asíncrono, es decir, sin que coincidan en el tiempo la producción o emisión del mensaje, con la respuesta del receptor. Esta variable puede conjugarse también como la estructura del curso que puede ser más o menos rígida. Pues bien, estos materiales una vez distribuidos son estudiados por el alumno de forma relativamente independiente y autónoma. Es el estudiante el que decide si desea estudiar o no y cuándo hacerlo. Decidirá también sobre el ritmo y pasos que habrá de seguir; los objetivos y medios, la forma de cómo estudiar; Independencia, por tanto, no sólo con respecto al espacio y al tiempo, sino también en su potencialidad de independencia en el control y dirección del aprendizaje. Un estudiante de enseñanza a distancia tiene un amplio campo de independencia contrariamente a lo que sucede con la dependencia o supeditación al profesor, propia de un estudiante presencial. 4.3. EL DIALOGO REAL Pero este diálogo mediado a través de los materiales sería insuficiente si no se dispusiera de las adecuadas vías o canales de comunicación (nos ubicamos en la parte inferior del gráfico), permanentemente abiertos ya disposición de los estudiantes, que permitiesen un diálogo real y no simulado. Un diálogo donde el estudiante no se limite a responder, sino a preguntar o a iniciar el mismo. Este diálogo real toma cuerpo a través de una enseñanza tutelada. En efecto, la tutoría es un elemento sustancial y singular de los sistemas a distancia. Suele ser el rostro, la imagen de esta forma de enseñar-aprender al establecer un sentimiento de relación personal entre el que enseña y el que aprende. Este diálogo tutorial se viene estableciendo a través de las vías: presencial (Burt, 1997), postal, telefónica, fax, videoconferencia de sala, Internet (correo electrónico, chat, noticias, listas, www, videoconferencia, etc.). En la mayoría de instituciones y programas a distancia, el componente de estudio independiente o autónomo está invariablemente apoyado por sistemas de asistencia y asesoramiento que son proporcionados idealmente en centros de estudio o de apoyo o, en mayor medida, por medios modernos de comunicación. Esta segunda parte de diálogo mediado real puede producirse de forma síncrona (presencial, telefónica, videoconferencia, chat) o asíncrona (correo postal-electrónico, fax, Internet). En definitiva, este diálogo didáctico mediado pretende producir un aprendizaje, pero no en solitario sino guiado por el docente y, según los casos, compartido con los pares, gracias a las tecnologías interactivas. Esta forma de aprender con los otros está enfatizando las ventajas del grupo como elemento potenciador de aprendizajes de calidad. El aprendizaje colaborativo (Henri, 1992 y Slavin, 1995) exige un alto nivel de interactividad entre profesores y estudiantes y de éstos entre sí. El conocimiento como constructor social es abordado desde la interacción social de todos los miembros de la comunidad de aprendizaje. En fin, la teoría del diálogo didáctico mediado, basa su propuesta en la comunicación a través de los medios que, cuando se trata de los materiales, descansa en el auto-estudio y cuando se trata de las vías de comunicación, en la interactividad vertical y horizontal (profesor-alumno y alumno-alumno). Realmente la base de la educación a distancia, su rasgo más destacado al diferenciarla de la modalidad presencial, es su característica de comunicación mediada entre docentes y alumnos (Garrison, 1993). 18 Sin embargo, no terminaríamos bien nuestro planteamiento si no reflejásemos de alguna manera la importancia y presencia ineludible de la evaluación. Evaluación de todas y cada una de las variables contempladas, tanto de los procesos de diseño, producción y distribución, como de los propios materiales, de sus contenidos y componentes pedagógicos, de las vías de comunicación y de la calidad de la interactividad, además, por supuesto, evaluación de los resultados del aprendizaje de los alumnos. Pensamos que la definición que apuntamos en la unidad referida al concepto de educación a distancia encaja con el esquema que ofrecemos, basado en el diálogo a través de los medios y en las variables espacio y tiempo: La educación a distancia se basa en un diálogo didáctico mediado entre el profesor (institución) y el estudiante que, ubicado en espacio diferente al de aquél, aprende de forma independiente (cooperativa). Esta teoría o modelo del diálogo didáctico mediado que proponemos la hemos denominado al principio como integradora y comprensiva de los otros modelos teóricos anteriormente resumidos. Trataremos de explicarnos: • De Peters y su teoría de la industrialización hemos recogido la necesidad de planificar cuidadosamente todo el proceso de diseño, producción y distribución de materiales y considerar que es la institución la que enseña, por lo que no se trata de docentes aislados sino de equipos que dividen el trabajo de forma racional. En una institución a distancia, sobre todo en las de gran volumen de alumnos, ha de procederse con cautela y precisión en cuanto al diseño, desarrollo y control de todas y cada una de las fases del proceso. • De Wedemeyer y su teoría de la independencia hemos destacado el valor de este concepto en cuanto al protagonismo del estudiante en lo relativo al gobierno de su tiempo y espacio de estudio, así como en el propio control y dirección del proceso de aprendizaje. Aunque es cierto que este concepto de independencia se va a ver mediatizado por las posibilidades del estudio con los otros, bien en sesiones presenciales de tutoría o mediante la comunicación mediada por ordenador y el trabajo colaborativo. Igualmente esta independencia se verá obligadamente recortada por la propia acción de control de la institución y el estamento docente, sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje. • De Moore y su teoría de la distancia transaccional extraemos, por una parte, la importancia que el autor atribuye al diálogo, centro también de nuestra propuesta, entre docentes/institución y estudiantes y, por otra, al grado de estructura que han de mostrar los diseños y producción de materiales. Dos variables que pueden conjugarse de diferente manera según la intensidad de cada una de ellas. El curso en sí, los materiales, pueden estar estructurados a muy alto o muy bajo nivel, igual que el propio diálogo que puede ser bajo o alto. A estas dos variables Moore agrega la de autonomía del estudiante, a la que ya hemos aludido en el párrafo anterior• De Holmberg y su teoría de la conversación didáctica guiada hemos aplicado todo su planteamiento, tanto a través del diálogo simulado como del real, sea este último síncrono o asíncrono. Al igual que Moore, Holmberg destaca el término diálogo (conversación), y nosotros lo integramos con la perspectiva didáctica a través de la idea de diálogo didáctico mediado (diálogo establecido para enseñar-aprender, a través de los medios). • Garrison introduce en su propuesta, relativa también a la comunicación bidireccional, el término control que nosotros hemos recogido al destacar la necesidad de evaluar, controlar todas y cada una de las fases y resultados de la propuesta y desarrollo de un programa de estudios a distancia, así como al considerar la influencia del tutor en el proceso de aprender del estudiante. • Henri y Slavin y otros muchos autores en esta última década vienen destacando el valor del aprendizaje colaborativo a través de la comunicación mediada por computador (CMC). Nosotros hemos aprovechado esta aportación con el término diálogo (siempre entre dos o más personas e, incluso, señalan algunos, entre persona y máquina) entre docentes y estudiantes y de éstos entre sí. También destacamos esta particularidad dentro del área del diálogo real cuando, a través de los canales de comunicación los estudiantes pueden aprender de forma individual y cooperativa. • Simonson destaca en su aporte teórico el término equivalencia de resultados, al margen del entorno de aprendizaje de cada uno. Entendemos que aunque en nuestra propuesta no hacemos mención a este detalle, a lo largo de todo este libro, podrá descubrirse que 19 estamos convencidos de que con propuestas de educación a distancia serias y rigurosas, esa equivalencia está garantizada, tanto comparativamente con la enseñanza presencial, como entre los diferentes estudiantes de un determinado programa a distancia. • Las aportaciones que cada día se vienen haciendo referidas al papel de las tecnologías avanzadas, en estos contextos de aprendizaje a distancia, las hemos asumido, tanto en el área del diálogo simulado asíncrono como en la del diálogo real síncrono o asíncrono. Aunque en el próximo apartado tratamos de desbrozar de manera sintética parte de los elementos del sistema que se encierra en la figura 4.3, el desarrollo más completo de todo este esquema pretendemos presentarlo a lo largo de los restantes capítulos de este libro. De esta manera, en los próximos dos capítulos abordaremos los dos extremos del gráfico, el docente (institución) y el estudiante que aprende. Al hablar de la docencia-tutoría, estaremos también desarrollando buena parte de la zona inferior de nuestro gráfico, el relacionado con el diálogo real establecido a través de las vías de comunicación. Posteriormente dedicamos tres capítulos a desarrollar la parte superior de la figura, la referida al diálogo simulado a través de los medios. Así, nos ocuparemos de los diversos materiales para la enseñanza a distancia, su diseño y elaboración. Un capítulo íntegro nos merece Internet como tecnología paradigmática de lo que suponen buena parte de las tecnologías avanzadas de hoy. Al escribir sobre Internet, estamos desarrollando una parte importante de la figura, tanto en el plano del diálogo real como en el diálogo simulado. Finalmente, como no podría ser de otra manera, dedicamos una atención, eso sí, limitada, a la evaluación, en este caso principalmente relacionada con los aprendizajes o logros obtenidos por los estudiantes. 5. Componentes del sistema de educación a distancia Esta propuesta teórica la podemos cerrar considerando los componentes que interaccionan en esa realidad educativa en la que se ha de aplicar la metodología de enseñanza/aprendizaje más adecuada, de acuerdo con: • El tipo de alumnos destinatarios de la formación. • El tipo o modalidad de comunicación didáctica de que se puede disponer dentro de la norma o modelo educativo propuesto. • El tipo de estructura organizativa en el que se integra su docencia. • El tipo de tareas docentes que expresamente se le requieren dentro de la modalidad educativa diseñada. Por todo ello, nos referiremos a los componentes o elementos básicos que se integran en el sistema a distancia y cuyas características y/o funciones se diferencian sustancialmente de las de las análogas de los sistemas convencionales y que son: el alumno, el docente, los materiales o soportes de los contenidos, las vías de comunicación y la infraestructura organizativa y de gestión en que se integran (García Aretio, 1994). A estos componentes clásicos podemos agregar otros que vienen siendo también comunes en instituciones de enseñanza convencional. Con todos ellos nos atrevemos a construir el espacio o estructura de la educación a distancia. 5.1. EL ESTUDIANTE El elemento básico en todo hacer educativo es el destinatario del mismo y en función del que se estructura todo el proceso, el alumno. Conocer su desarrollo psicológico, estilos de aprendizaje, motivaciones, etc., es imprescindible para el buen desempeño de la acción de educar. Obviamente la metodología para motivar y enseñar a estos individuos ha de ser diferenciada de la utilizada en la enseñanza convencional, porque este alumno de características específicas de adulto que trata de aprender ha de hacerlo a distancia, por lo que, de acuerdo con lo ya expuesto, habrá de recorrer la mayor parte del proceso de forma 20 autónoma e independiente. Esto potenciará, precisamente, su capacidad para aprender por sí mismo y su autonomía a la hora de marcarse metas a largo, medio y corto plazo. Estas metas pueden hacer referencia a: • • • • • La consecución y priorización de objetivos de aprendizaje. La secuenciación de los contenidos. La selección de recursos adecuados a objetivos y contenidos. La programación del cuándo y cómo de la evaluación. La adecuación de los aprendizajes a su tiempo, ritmo y estilo de aprender. En otro capítulo abordamos con más detenimiento este componente esencial del proceso. 5.2. EL DOCENTE La eficacia y eficiencia de las instituciones educativas dependen en gran parte de la formación, capacidades y actitudes de sus docentes. Esas tres características estarán en consonancia de las funciones encomendadas a los mismos que, obviamente, sabemos que son distintas en una institución a distancia respecto a otra de carácter presencial. En la institución a distancia la docencia no es directa, se utilizan recursos técnicos más o menos sofisticados para posibilitar la comunicación bidireccional en la que colabora un profesor menos típico en las otras instituciones, el tutor. Docencia que habrá de ser enfocada a motivar y potenciar el aprendizaje independiente y autónomo de un adulto. Y, por fin, se requiere un proceso tecnológico, sobre todo en la referente a la planificación previa, mucho más depurado que en las instituciones educativas de carácter presencial. Estas características se convierten en condicionantes de la acción docente a distancia que aparece compleja por la multitud de agentes que intervienen desde el diseño de los cursos hasta la evaluación de los aprendizajes de los alumnos. Por ello, las funciones sustanciales que un profesor de la enseñanza convencional desempeña de forma generalmente individual (programación, enseñanza directa y evaluación) precisan en el caso de la docencia a distancia de la intervención de equipos de expertos en los distintos campos que habrán de dividir el trabajo: planificadores, expertos en contenidos, tecnólogos de la educación, especialistas en la producción de materiales, responsables de guiar el aprendizaje, tutores y evaluadores. La división del trabajo en esta modalidad de enseñanza se hace aconsejable por la propia complejidad de las funciones. Deben aprovecharse las ventajas que propician las siguientes situaciones: un buen experto en contenidos científicos pone su saber a disposición de los especialistas en elaborar un material de calidad científica y pedagógica adaptado a las necesidades de un alumno que ha de estudiar a distancia; un docente formado en diseño y coordinación del proceso de aprendizaje de los alumnos y un tutor que ayuda a aprender y motiva a los alumnos y, previsiblemente, los evalúa. Este equipo asegura un mayor grado de objetividad en los conocimientos objeto de aprendizaje (Peters, 1983). Con la puesta a disposición de los alumnos de materiales didácticos de calidad queda cubierta una importante parte de la misión que la sociedad encomienda a las instituciones educativas, la de transmitir la ciencia, la técnica y la cultura. Pero ¿será posible llevar a cabo otras funciones tales como la motivación al estudio, la crítica de los contenidos transmitidos, la aplicación de estos conocimientos, etc.? En un sistema a distancia estas posibilidades se propician básicamente a través de la orientación personal, la ayuda individualizada y el contacto con los compañeros, de forma real o virtual. Volveremos en otro capítulo sobre la esencial figura del profesor o formador. 5.3. LA COMUNICACIÓN A TRAVÉS DE LOS MEDIOS Sin comunicación no sería posible la educación dado que en ésta, alguien (emisor) pone a disposición de otros (receptores) un mensaje educativo a través de un canal que permitirá recibir el mensaje simultáneo a su emisión o en diferido. El correspondiente feedback completará el circuito comunicativo convirtiendo al receptor en emisor y vuelta a empezar el proceso. 21 Esta comunicación completa, bidireccional, es la requerida en educación, y si entendemos que a distancia puede educarse, también en este caso se hace necesaria. Los avances técnicos ponen a disposición de los protagonistas implicados en el proceso de comunicación (profesores y alumnos) una serie de medios que posibilitan diferir en espacio, y también en tiempo, la emisión y recepción de los mensajes pedagógicos con el fin de salvar precisamente esos obstáculos tempoespaciales. Este es el rasgo diferencial más definitivo de la educación a distancia, el de la comunicación mediada entre profesores y alumnos (Garrison, 1993). Uno de los problemas que más acusan los alumnos de esta modalidad de enseñanza es el de la soledad y alejamiento del profesor y de los compañeros de estudio. La necesidad de relacionarse con los otros se convierte a veces en determinante para el logro de resultados de aprendizaje. Pues bien, ahí está el reto de la enseñanza a distancia. En ella, prescindiendo de la habitual presencia cara a cara de profesor y alumnos, se pueda mantener un eficaz sistema de comunicación no presencial. Si ello es así, el alumno no se sentirá tan solo y, por el contrario, contará con la orientación y motivación del profesor y, en su caso, de los propios compañeros. Pero tengamos en cuenta que, mientras en la enseñanza presencial se realiza el diseño instructivo de una materia o curso y posteriormente se planifican los medios o recursos que se van a emplear para la eficacia del proceso de enseñanza-aprendizaje, en la enseñanza a distancia los medios o recursos que se pueden utilizar pueden estar condicionando desde el principio el propio diseño de la docencia (es el caso de la enseñanza por radio que en España desarrolla Radio ECCA). Por tanto, habrá de contarse primero en qué modalidad de comunicación (personal directa, postal, telefónica, telemática, etc.) va a basar la institución el proceso de enseñanzaaprendizaje que pretende aplicar o cuál de ellas va a primar sobre las demás para, en función de ello, organizar y planificar el diseño instructivo que integre todos los recursos utilizables de manera que se adapten al alumno ya sus singularidades de aprendizaje. El sistema de comunicación habrá de apoyarse en los canales o medios que soporten esa comunicación. Los primeros sistemas por correspondencia utilizaban casi exclusivamente el material impreso vía postal. Los actuales sistemas a distancia utilizan: 1. Materiales: a) Impresos enviados por correo (unidades didácticas, módulos de aprendizaje abierto, guías de curso, guías de orientación didáctica, cuadernos o módulos de evaluación, addendas de ampliación o complemento, circulares, etc.), por telefax, soporte que se está manifestando como vehículo ideal para envíos puntuales y de reducida extensión o por vía telemática. b) Audiovisuales (casete, vídeo, radio, televisión, etc.). c) Informáticos (programas multimedia soportados en discos, CD- ROM, DVD, video disco interactivo o Internet, etc.). 2. Vías de comunicación: d) Tradicionales (presencial, postal y telefónica). e) Videoconferencia e Internet (e-mail, news, listas, entornos, chat, www, etc.). Todos estos elementos deben conformarse como, sistema multimedia, integrados de forma que cada recurso cumpla su función en el momento adecuado del proceso de aprendizaje y siempre formando unidad con el resto de los medios. A estas formas de establecer comunicación se les exige, en un buen diseño de educación a distancia, el que sean bidireccionales posibilitando tanto el que el alumno responda a los trabajos o cuestiones planteados en el material de estudio como a que plantee a los profesores que dirigen el proceso o a sus tutores (mediante el teléfono, la correspondencia, el ordenador o por vía presencial) las cuestiones que estime pertinente y que mejoren la eficacia de su estudio. Más aún, se debe tender a que estas tecnologías permitan la multidireccionalidad de la comunicación entre los estudiantes. 5.4. ESTRUCTURA, ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN Destaquemos en este componente sólo los aspectos que distinguirían la modalidad a distancia de la enseñanza presencial. Es decir, cualquier institución educativa deberá contar 22 con una unidad o sección de información y matrícula o inscripción de los alumnos, sea ésta convencional o a distancia. Sin embargo, una institución de carácter presencial no tiene que contar, por ejemplo, con centros de apoyo al aprendizaje de los alumnos, exteriores a la sede central o centro de recursos. En consecuencia, una institución de enseñanza a distancia deberá disponer, o podrá contratar externamente, las siguientes unidades y funciones: • Unidad O sección de diseño y producción de materiales que habrá de contar con los expertos en contenidos y en diseño del tipo de material de que se trate. • Unidad de distribución de materiales con la función de hacer llegar éstos, física o virtualmente, de forma puntual a sus destinatarios dispersos geográficamente. • Proceso de comunicación que precisa de una atención específica en estas instituciones con el fin de coordinar y garantizar el funcionamiento de los más diversos medios que posibiliten la comunicación bidireccional (correo, teléfono, radio, televisión, redes, etc.). • La coordinación del proceso de conducción del aprendizaje se hace precisa habida cuenta de la diversidad de agentes que intervienen en el mismo: productores de materiales, responsables del proceso de enseñanza-aprendizaje, tutores y, en su caso, evaluadores. • La evaluación a distancia y/o presencial comporta una estrategia también diferente ala de la enseñanza presencial por lo que habrán de arbitrarse las instancias precisas para su adecuado funcionamiento. Además se hace necesaria para re alimentar el propio sistema en aras de una mejor calidad de los procesos y, consecuentemente, de los productos. Por fin, algo característico de este tipo de instituciones son los centros o unidades de apoyo o de estudio dispersos por el país o región donde tiene sus influencias la institución de educación a distancia, estando condicionada su cantidad e incluso su existencia a la extensión de la zona geográfica de acción y al número de alumnos atendidos. Estos centros pueden ser autónomos en cuanto a su funcionamiento económico-administrativo, aunque dependientes en el plano académico de la sede central, o dependientes plenamente de la institución central en todos sus aspectos. En estos centros el estudiante puede: • Disponer de edificios y equipamientos tales como aulas, biblioteca, mediateca, laboratorio, ordenadores, etc. • Informarse y resolver sus problemas de orden burocrático tales como inscripción, adquisición de materiales, envío y recepción de materiales de evaluación a distancia. • Conectar presencialmente con el tutor -a través de la tutoría presencial- con el fin de recibir la orientación pertinente que le permita aclarar dudas, integrar los distintos materiales de estudio, reforzar sus aprendizajes. • Relacionarse presencialmente con los compañeros que están en situación similar en cuanto a problemas y circunstancias. • Usar del nexo que le permite estar «más cerca» de la sede central. Utilizar la tecnología precisa de acceso a los entornos virtuales de aprendizaje soportados, fundamentalmente, en Internet. Son aún bastantes ciudadanos los que no disponen de herramientas de tecnología avanzada. • En determinados casos, estos centros pueden convertirse en foco cultural de la zona geográfica de influencia. Una buena administración y un adecuado sistema de dirección precisan, además, de un personal eficiente y cualificado, unos eficaces diseños, sistemas administrativos modernos, sistemas de planificación y seguimiento, organización presupuestaria y contable eficiente, etc., que sin duda mantienen diferencias con los propios de las instituciones presenciales (UNESCO, 1998). 5.5. OTROS COMPONENTES MENOS ESPECÍFICOS De acuerdo con el documento de la UNESCO (1998), a los componentes citados podríamos agregar: • La misión. En un sistema de educación a distancia, la misión define el rol del sistema 23 dentro de un contexto concreto de política educativa. Puede dirigirse hacia objetivos concretos, grupos diana, regiones, sectores o niveles de enseñanza, y guiados por valores y filosofías específicas de la enseñanza. • Los programas y currículos. Éstos definen el perfil de un sistema o una institución. Deberán estar relacionados con la misión y los mercados y necesidades específicas. • Las técnicas y estrategias de enseñanza. Dependen en parte del tipo de programa y de las necesidades que se pretende satisfacer. También dependen de la filosofía y valores educativos del sistema escogido, y del potencial y características educativas de la tecnología utilizada. • Relación entre los alumnos. En bastantes sistemas a distancia esta relación es inexistente. Sin embargo, se suele considerar importante. Como no siempre es posible la reunión personal de grupos de alumnos, puede suplirse basándose en organización de grupos virtuales a través de las tecnologías. 24