La inquietud de "arqueólogo" de Demetrio de los Ríos y

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El subsuelo de la catedral: los cimientos
La inquietud de "arqueólogo" de Demetrio de los Ríos y la necesidad de asegurar la estabilidad de los pilares de la catedral fueron circunstancias convergentes para que se llevaran a cabo importantes obras de cimentación en la
Catedral de León a partir de 1885. Contenidos en el proyecto de restauración
de 1883, fueron aprobados los trabajos de reconstrucción de la pila situada
en el sudeste del brazo sur del crucero, inseparables de la restitución de la pila
toral del mismo ángulo sudeste del crucero. Esta arriesgada operación requería una sólida fundación de los cimientos en esta parte del edificio para poder
asentar con la suficiente garantía de solidez los pesados durmientes, puntales y apoyos de madera, indispensables para proceder a la reedificación de las
pilas mencionadas. La calicata verificada por Demetrio de los Ríos ofreció
resultados bastante preocupantes: la falta de fundamentos firmes alrededor
del pilar toral sudeste le llevó a Ríos a extender las exploraciones de los
cimientos por todo el crucero y ambos brazos del mismo. Las conclusiones de
estos exámenes de la cimentación fueron expuestas en el proyecto de 1885
junto con los medios necesarios para remediar esta peligrosa debilidad de
los cimientos en una zona tan importante para la estabilidad del edificio. La
irregularidad de la cimentación vimos cómo fue presentada por Demetrio
de los Ríos como una de las causas importantes de la ruina de la Catedral de
León; la debilidad de la fundación en algunos puntos estaba contrapuesta a
la firmeza de los cimientos en otras zonas; la diferencia de resistencia en unas
y otras partes a la presión ejercida por las fábricas superiores fue una causa
que, a juicio de Demetrio de los Ríos, produjo graves desequilibrios en la
Catedral de León; por ejemplo, los muros laterales del templo estaban sólidamente asentados sobre una consistente fábrica escalonada que ofrecía un
apoyo seguro a estos lienzos. Demetrio de los Ríos demostró que, por el contrario, las pilas orientales del crucero y brazo sur estaban precariamente asentadas sobre cepas de muy débil construcción para tan esbeltos pilares. Efectivamente, en el proyecto de restauración de 1885, Demetrio de los Ríos
incluyó en la primera hoja de planos una planta de la Catedral de León al
nivel del pavimento donde recogía las zanjas que había excavado para verificar el estado de los cimientos en las zonas donde históricamente más se
habían dejado sentir las debilidades y desequilibrios de las fábricas. En primer lugar trazó una zanja entre los pilares torales sudeste y sudoeste por la
que pudo comprobar alarmado "que no corrían ni existían tales cimientos",
lo mismo que entre esa pila sudeste del crucero y la pila toral nordeste, así
como entre la primera y la oriental contigua hacia el brazo sur. La falta de
cimientos en estas tres direcciones coincidía con la superposición de estas
pilas con las antiguas fundaciones que arrancaban de las termas romanas y
tenían en la antigua catedral románica su última construcción, antes de
levantarse sobre sus restos la actual catedral gótica. Las dos pilas orientales
del crucero se asentaron sobre débiles cepas de ladrillo que coincidían en el
punto de confluencia del antiguo ábside central de la iglesia románica con los
dos laterales, "sin más profundidad ni preparación que las que tenían para la
primera iglesia"; en cuanto a la cimentación de las dos pilas orientales del
brazo sur del crucero estaban asentadas sobre "ligera fábrica de morrillo" y el
más meridional de estos dos pilares encontraba su fundamento sobre un
mosaico romano preteneciente a las primitivas termas, localizado a tres
metros de profundidad y fuertemente construido sobre una gruesa capa de
hormigón, aunque esta solidez dotó de un exceso de confianza a los primitivos constructores del siglo XIII, pues omitieron para esta pila la necesaria
zapata escalonada, confiándose el asiento de este pilar a un cimiento aislado.
Los otros pilares torales, es decir los dos occidentales del crucero, tenían
"cepas de muy buena sillería, en forma de tambor y muy salientes" y lo mismo ocurría con los pilares secundarios al oeste de ambos brazos del crucero.
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Izquierda: Demetrio de los Ríos y Serrano. Planta
del pavimento, zócalos y gradas de la catedral de
león. Proyecto de reparación del pavimento, coro,
verjas, sepulcros y demás necesario al inmediato uso
del templo. León, 10 de enero de 1889.
Archivo de la Catedral de León.
[Foto: Archivo Edilesa/Norberto}.
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