ENSAYO SOBRE EL EXHORTO Por Silvestre Peña Crespo I. GENERALIDADES. Los exhortos son un medio de comunicación entre los juzgados del mismo rango; tienen su origen en el hecho de que cada juez gozan un ámbito de competencia territorial fuera del cual no puede actuar, y sin embargo requiere que alguna diligencia sea practicada en otro partido judicial. En este sentido, el exhorto debe entenderse como una forma de colaboración entre autoridades jurisdiccionales. Empero, está rodeado de una serie de formulismos, unos tan arcaicos que ya es preciso superar, recurriendo a la tecnología y al ingenio de cada juez y secretario de acuerdos. Los exhortos, si bien nos ayudan a sacar nuestras actividades como juzgadores, en muchas ocasiones son los mecanismos ideales para retrazar el trabajo, pues son excelentes pretextos para que la justicia sea todo menos pronta y expedita. Cuando se “envía el exorto”, comienza un proceso de “relajamiento” para el personal (oficiales, secretario y juez) y para las partes, nos encontramos en espera de que regrese la diligencia, y si bien, todas las legislaciones procesales contemplan mecanismos para darle seguimiento a los exhortos y forzar su cumplimentación, en la práctica pocas veces se atiende a ellas. Si a esto sumamos que en ocasiones se 1 tiene que triangular con las Secretarias de los Poderes Judiciales, entonces el tiempo es todavía más largo. Sucede también que muchas veces no existe mucho “entusiasmo” en diligenciar los exhortos, y con el menor pretexto se regresa al juzgado de origen. Cuando preparo estas notas, me encuentro como juez penal de partido en Uriangato, Guanajuato, pero unos días ante era el juez menor mixto de Moroleón, que, como de todos es sabido, son dos ciudades, que territorialmente se dividen únicamente por el nombre de una calle, y son un bien ejemplo de cómo los exhortos son los principales obstáculos para una justicia pronta y expedita. Al margen de los conflictos que pudieran existir entre los habitantes de estas dos ciudades, lo cierto es que las relaciones comerciales y los hechos delictuosos no distinguen fronteras ni territorios y dada la cercanía de las dos ciudades, sus habitantes todos los días compran, venden, y transitan de una ciudad a otra, muchas veces el delito se comete en Uriangato y la detención del presunto responsable se da en Moroleón y viceversa. Cuando surgen los problemas jurídicos, entonces es necesario el intercambio de los exhortos_ muchos por cierto_ entre los juzgado de ambos partidos judiciales, por que lógicamente el actuario de Moroleón, no puede avanzar un metro más, por que estaría ya en la jurisdicción de los juzgados de Uriangato. Esto, aunque legal, es evidentemente ilógico en una sociedad que requiere una solución rápida a sus problemas. Este fenómeno me llevó a reflexionar sobre el tema de los exhortos, por que creo que debemos encontrar los 2 mecanismos para evitar tantos exhortos y requisitorias. Al mismo tiempo, buscar hacer algunas reflexiones que nos permitan como juez-administrador, tener un mejor control de los asuntos, e instruir al personal para darle a los exhortos un manejo diferente, algo que nos permita resolver rápidamente los problemas y no simplemente tramitarlos. Por eso, a lo largo de este trabajo me ocupo de hacer un planteamiento práctico del tema, a efecto de fijar criterios para el personal del juzgado a mi cargo, y si es que pudiera ser útil para otros compañeros jueces, poner el presente material a su disposición, en espera obviamente de que pueda resultar benéfico en su desempeño. Así pues, el presente trabajo contiene algunas ideas que espero algún un día sienten las bases para la elaboración de un manual de políticas, procesos y criterios para el personal de un juzgado. II. FRASE MEMOTÉCNICA “Si quieres que realice alguna actividad en tu nombre, dímelo claramente y mándame lo necesario”. Con esta frase que espero memorice el personal, destaco la esencia del exhorto, pues sucede con frecuencia, que mandamos, o nos mandan mucha información y hasta después de leer varias hojas y revisar las constancias, entendemos es el lo que el juez exhortante pretende. En ocasiones no contamos con el tiempo para leer todo el contenido del exhorto. Por eso 3 desde el oficio, se debe indicar con toda claridad el auto a diligenciar, lo que se requiere y describir brevemente las constancias que se acompañan. III. PARTES QUE INTERVIENEN • Juez exhortante.- el que envía el exhorto. • Juez exhortado.- el que recibe el exhorto para diligenciarlo • El interesado. IV. PAQUETE DEL EXHORTO • Oficio al juez exhortado con indicación precisa de que es lo que se va a diligenciar. Desde el mismo oficio se debe indicar con toda claridad el objetivo del exhorto, y no limitarse a decir que lo que se desprende de constancias. Así por ejemplo, diríamos, “a efecto de llevar a cabo el auto de ejecución de fecha 20 de mayo del 2008”. Se trata que desde la primera lectura se entienda el objetivo del exhorto. Esto facilitará el trabajo para el personal del juez exhortado. • El proemio del exhorto, la trascripción del auto diligenciado y la salida del auto. Debe contener las firmas originales del juez y el secretario así como el sello del juzgado. • Las constancias necesarias para diligenciar el exhorto. 4 Sobre la revisión del paquete, el artículo 1072, párrafo sexto del Código de Comercio, les impone a los interesados la obligación de revisar el paquete del exhorto, a fin de que “si adolece de un defecto, la parte solicitante deberá hacerlo saber precisando en qué consiste regresándolo al tribunal dentro de los tres días siguientes a aquél en que lo hubiera recibido, para su corrección y se procederá como se ordena en el párrafo anterior” Conforme en lo anterior, en los autos que contenga un exhorto, debemos advertir del contenido del artículo 1072 del Código de Comercio al litigante, a fin de que también revise el paquete del exhorto. Esto desde luego no nos autoriza a ser descuidados. Esta medida del Código de Comercio me parece acertada y creo que se debe incluir en las demás legislaciones procesales; pero sobre todo, debemos fomentar la práctica de que los exhortos sean debidamente revisados por los litigantes, quienes muchas veces, reciben el paquete, lo meten al portafolio y se olvidan de él. V. LAS CONSTANCIAS. Este punto es de suma importancia y se debe ser muy cuidadoso en su integración, pues no podemos pedir que se emplace a una persona sin acompañar la copia cotejada de la demandada. El oficial debe integrar el paquete, pero el juez y secretario deben revisarlo antes de remitirlo. 5 Las constancias dependerán de cada caso; sin embargo, a manera de ejemplo podemos citar las siguientes: a) Emplazamientos. Mínimo se debe acompañar: • Cédula o instructivo. • Copias cotejadas de la demanda y de las documentales anexadas. • Un juego por cada demandado. b) Cambio de depositario. • Copia de la diligencia donde conste el embargo. • La aceptación del cargo del depositario. • Copia del auto respectivo. • Si ya hubo otro cambio de depositario, las constancias necesarias para su identificación. c) Notificaciones a diversas autoridades. Aquí debemos aportar los datos de identificación de manera completa de la dependencia a la que va dirigido el oficio (Registro Público, IFE, etc.) VI. DILIGENCIAS MÁS COMUNES Cabe precisar que mi preocupación es por el momento en la materia mercantil, que es la que tiene saturados a los juzgados menores en el Estado. Por lo que los ejemplos que a continuación cito corresponden a esta materia 1. Auto de exequendo (ejecutivo mercantil) 2. Emplazamiento (ordinario mercantil) 6 3. Cambio de depositario 4. Libramiento de oficios a: a) Registro Público. b) IFE. c) Oficina recaudadora. d) Otras dependencias. 5. Desahogo de diligencia (testimonial, confesional, etc.) VII. FORMAS DE HACERLO LLEGAR AL JUEZ EXHORTADO 1. Por medio del interesado. 2. Por correo certificado. 3. Casos urgentes (telex, telégrafo, y teléfono entre otros). A pesar de que existen varias opciones las formas más usuales son las dos primeras. En Uriangato - Moroleón la más común es la numero uno. VIII. PLAZOS 1. Tres días para redactarlo e integrar el paquete 2. Tres días para que el interesado lo revise y en su caso lo regrese para correcciones al juez exhortante. 3. El juez exhortante preferentemente debe de señalar un plazo para diligenciarlo. 4. Cuando no se señala plazo considero que el juez exhortado, dada la plenitud de jurisdicción, debe señalar el plazo para diligenciarlo. 7 5. Cinco días para diligenciarlo de acuerdo al Art., 30 del Código Federal de Procedimientos Civiles. En esto, lógicamente no será fácil ponernos de acuerdo, por que estará en función de las cargas de trabajo. Sin embargo, debemos hacer un esfuerzo para no desnaturalizar a los juicios sumarios, pues me llegaron algunos exhortos en donde se daban 120 días hábiles para diligenciar en un juicio ejecutivo mercantil. No debemos perder de vista que los exhortos también cuentan para los efectos estadísticos, (los sistemas también los registran y les dan seguimiento). No hay que verlos con apatía, como un trabajo adicional, es un trabajo y exige profesionalismo. IX. FORMAS DE VIGILAR SU CUMPLIMENTACION 1. Girando recordatorio al juez exhortado ya sea de oficio o a petición de parte. 2. Vista al superior del juez exhortante. 3. Extrajudicialmente darle seguimiento por teléfono, pues resulta que en ocasiones el juez exhortado tiene algunas dudas que no justifican que el exhorto tenga que regresar al juzgado de origen. X. FACULTADES PARA EL JUEZ EXHORTADO 1. Plenitud de jurisdicción para cumplimentar todo lo relacionado con el exhorto, 2. De manera especial para: 8 a) Fuerza pública, rompimiento de chapas y cerraduras, remitiendo a otra autoridad. b) Entregarlo al interesado XI. FORMAS DE NOTIFICARSE Antes de que se implementara el sistema en los juzgados del Estado, se acostumbraba que las radicaciones de los exhortos no se listaban, en el auto se decía simplemente que se cumpliera con lo encomendado. Con el sistema la radicación se lista y además se sube a internet, gracias a esto, los litigantes pueden consultar a distancia el contenido del auto y darse cuenta que se señaló un plazo para diligenciarlo. Aquí, nuevamente la tecnología se convierte en nuestra auxiliar, por lo que debemos publicitar las bondades del sistema y no verlo como una carga adicional para el personal. Veamos ahora la forma de notificarse, tomando en cuenta el sistema e internet: 1. Si el demandado no ha sido emplazado, notificar por lista al actor omitiendo el nombre del demandado y decretando sigilo para éste (auto de exequendo y el emplazamiento). Si existen varios demandados y sólo un está emplazado, se proceda conforme a lo ya señalado. El sistema no da opción para notificar por lista al que ya fue emplazado, pues si optamos por “publicar lista”, aparecerán todos los nombres demandado y se romperá con el sigilo. 2. Se notifica por lista a las partes cuando ya existió emplazamiento (por ejemplo cambio de depositario o libramiento de oficios). 9 3. Ante la duda sobre el emplazamiento, optar por el supuesto uno. XII. CRITERIOS SOBRE LOS EXHORTOS QUE SE RECIBEN. 1. Revisar si el paquete viene completo. 2. Revisar si se señaló plazo para la diligenciar y de ser así, destacarlo en el auto con negritas y subrayado. 3. En el auto de radicación del exhorto indicar con toda precisión: a) Las partes. b) Auto a diligenciar destacando la fecha y su naturaleza (por ejemplo auto del 15 quince de enero. Exequendo). c) Los alcances de la jurisdicción(plena o limitada). d) Fijar el plazo de veinte días para diligenciarlo cuando no se haya señalado plazo. e) La forma en que se habrá de regresar el exhorto (por correo, entregándolo al interesado o por teléfono o telégrafo en caso urgente). f) El tipo de notificación conforme a las reglas señaladas con anterioridad. 4. Si solamente se trata del emplazamiento o girar oficio y que no se requiera la presencia del demandado, diligenciarlo de inmediato (turnar a actuaría o mandar el oficio). 10 5. En los ejecutivos mercantiles que requieran la presencia del actor, esperar la petición (auto de exequendo, cambio de depositario). 6. Las diligencias desarrolladas solamente se agregan, puesto que corresponde al juez exhortante aprobarlas o desaprobarlas (por ejemplo la diligencia del auto de exequendo). 7. Se acuerdan de conformidad las peticiones necesarias para la cumplimentacion total del exhorto (por ejemplo autorizados para notificaciones, cambio de domicilio, fuerza publica, etc.). 8. Una vez cumplimentado el exhorto se debe regresar inmediatamente. 9. Cuando son varios los demandados y se emplazó solamente a uno, esperar cinco días para ver si hay un interés de emplazar al resto, concluido dicho plazo regresar el exhorto. 10. En los cambios de depositario, esperar diez días a partir de la notificación al anterior depositario para saber si se dio cumplimiento o se continúa con el trámite, si no hay promoción regresar el exhorto. XIII. CRITERIOS PARA LOS EXHORTOS QUE SE REMITEN A OTROS JUECES 1. Desde el oficio, indicar en qué consiste el auto que se va diligenciar. 2. Indicar un plazo de veinte días hábiles para diligenciar. 3. Conceder plenitud de jurisdicción. 11 4. Determinar la forma que será enviado. 5. Indicar si hay ampliación del plazo para emplazamiento. 6. Otros. XIV. FUNDAMENTOS LEGALES 1. Artículos 1071 a 1074 del Código de Comercio 2. Artículos 299 a 301 del Código Federal de Procedimientos civiles (ver legislación) XV.- PROPUESTAS 1.- En el caso de Uriangato y Moloreón, hago la sugerencia al Consejo del Poder Judicial de que ambas localidades sean consideradas como un solo partido judicial. De esa forma se tendrían dos juzgados penales, dos civiles y dos menores mixtos. De modo que, todos los juzgados, al tener la misma jurisdicción, podrían terminar con la tramitología del exhorto. Apoyo la anterior aseveración en el siguiente dato estadístico: En un recuento rápido que pude realizar, de cada 10 ejecutivos mercantiles que se radicaron en el juzgado menor mixto de Moroleón, 5 se tuvieron que diligenciar por vía exhorto en Uriangato. 2.- Fomentar entre los litigantes la revisión de los paquetes de los exhortos. Indicarlo desde el auto y destacarlo cuando se hace la entrega material del mismo. 3.- Ser muy cuidadosos en la forma de notificar y subir a internet la información, por que tiene cierta 12 complejidad el manejo “del sigilo” en el sistema. En caso de duda, recurrir a los del Departamento de Informática cuantas veces se necesario. 4.- Publicitar en la medida de nuestras posibilidades y recursos las bondades del sistema y consulta de expedientes a distancia. 5.- Fomentar un cambio de mentalidad respecto a los exhortos, no es un trabajo extra para fastidiarnos, es simplemente, otra parte de nuestro trabajo. 13 XVI.- RESUMEN El presente trabajo presenta algunas sugerencias y vivencias que en mi andar como juzgador he podido palpar de modo real. Se enfoca básicamente en la figura del exhorto y ha sido acompañado y robustecido por fundamentos legales y argumentos teóricos que he ido recolectando a lo largo de este tiempo. De modo que, si queremos adentrarnos en el tema, tendríamos que enfocarnos a lineamientos tan básicos como dar a conocer el concepto; así, tenemos que los exhortos son un medio de comunicación entre los juzgados del mismo rango; tienen su origen en el hecho de que cada juez tiene un ámbito de competencia territorial fuera del cual no puede actuar, y sin embargo requiere que alguna diligencia sea practicada en otro partido judicial. En este sentido, el exhorto debe entenderse como una forma de colaboración entre autoridades. Empero, está rodeado de una serie de formulismos, unos tan arcaicos que ya es preciso superar, recurriendo a la tecnología y al ingenio de cada juez y secretario de acuerdos. Los exhortos, si bien nos ayudan a sacar nuestro trabajo como juzgadores, en muchas ocasiones son los mecanismos ideales para retrazar el trabajo, pues son excelentes pretextos para que la justicia sea todo menos pronta y expedita. Cuando se “envía el exorto”, comienza el proceso de “relajamiento” para todos (oficiales, secretario, juez, partes), en espera de que regrese la diligencia, y si bien, todas las legislaciones procesales contemplan mecanismos para darle seguimiento a los 14 exhortos y forzar su cumplimentación, en la práctica pocas veces se atiende a ellas. Si a esto sumamos que en ocasiones se tiene que triangular con las Secretarias de los Poderes Judiciales, entonces el tiempo es todavía más largo. Sucede también que muchas veces no existe mucho “entusiasmo” en diligenciar los exhortos, y con el menor pretexto se regresa al juzgado de origen. Cuando preparo estas notas, me encuentro como juez penal de partido en Uriangato, Guanajuato, pero unos días ante era el juez menor mixto de Moroleón, que, como de todos es sabido, son dos ciudades, que territorialmente se dividen únicamente por el nombre de una calle. Este es claro ejemplo de cómo los exhortos son los principales obstáculos de la justicia pronta y expedita. Al margen de los conflictos que pudieran existir entre los habitantes de estas dos ciudades, lo cierto es que las relaciones comerciales y los hechos delictuosos no distinguen fronteras ni territorios y dada la cercanía de las dos ciudades, sus habitantes todos los días compran, venden, y transitan de una ciudad a otra, muchas veces el delito se comete en Uriangato y la detención del presunto responsable se da en Moroleón y viceversa. Cuando surgen los problemas jurídicos, entonces es necesario el intercambio de los exhortos_ muchos por cierto- entre los juzgado de ambos partidos judiciales, por que lógicamente el actuario de Moroleón, no puede avanzar un metro más, por que estaría ya en la jurisdicción de los juzgados de Uriangato. Esto, aunque legal, es evidentemente ilógico para una 15 sociedad que exige una respuesta rápida a sus problemas. Este fenómeno me llevó a reflexionar sobre el tema de los exhortos, por que creo que debemos encontrar los mecanismos para evitar tantos exhortos y requisitorias. Al mismo tiempo, buscar hacer algunas reflexiones que nos permitan como juez-administrador, tener un mejor control de los asuntos, e instruir al personal para darle a los exhortos un manejo diferente, algo que nos permita resolver rápidamente los problemas y no simplemente tramitarlos, que es la función del juez. Por eso, a lo largo de este trabajo me ocupo de hacer un planteamiento práctico del tema, a efecto de fijar criterios para el personal del juzgado a mi cargo, y del exhorto En él se abordan temas específicos como el uso de frases nemotécnicas para ser más eficaces, las partes que intervienen en el exhorto, paquete del exhorto, las constancias, diligencias más comunes, formas de hacerlo llegar al juez exhortado, plazos, forma de vigilar su cumplimentacion, facultades para el juez exhortado, formas de notificarse, criterios sobre los exhortos que se reciben, criterios para los exhortos que se remiten a otros jueces, fundamentos legales y algunas propuestas u observaciones personales, que por su importancia se deben tener presentes y que son las siguientes: 1.- En el caso de Uriangato y Moloreón, hago la sugerencia al Consejo del Poder Judicial de que ambas localidades sean consideradas como un solo partido 16 judicial. De esa forma se tendrían dos juzgados penales, dos civiles y dos menores mixtos. De modo que, todos los juzgados, al tener la misma jurisdicción, podrían terminar con la tramitología del exhorto. Apoyo la anterior aseveración en el siguiente dato estadístico: En un recuento rápido que pude realizar, de cada 10 ejecutivos mercantiles que se radicaron en el juzgado menor mixto de Moroleón, 5 se tuvieron que diligenciar por vía exhorto en Uriangato. 2.- Fomentar entre los litigantes la revisión de los paquetes de los exhortos. Indicarlo desde el auto y destacarlo cuando se hace la entrega material del mismo. 3.- Ser muy cuidadosos en la forma de notificar y subir a internet la información, por que tiene cierta complejidad el manejo “del sigilo” en el sistema. En caso de duda, recurrir a los del Departamento de Informática cuantas veces se necesario. 4.- Publicitar en la medida de nuestras posibilidades y recursos las bondades del sistema y consulta de expedientes a distancia. 5.- Fomentar un cambio de mentalidad respecto a los exhortos, no es un trabajo extra para fastidiarnos, es simplemente, otra parte de nuestro trabajo. 17