Comparación con otra posición filosófica y valoración actualidad

RELACIÓN DEL TEMA ELEGIDO CON OTRA POSICIÓN FILOSÓFICA Y
VALORACIÓN RAZONADA DE SU ACTUALIDAD
Relación del texto con otra posición filosófica.
Hay aquí varias opciones; yo te propongo aquí un autor en el que seguramente no has pensado:
Platón.
Platón es ante todo un pensador político. Su objetivo es delimitar la justicia y analizar las
condiciones de posibilidad de la misma en la sociedad de su tiempo: la polis. Además fue solicitado,
primero por su propia familia y luego por el tirano de Siracusa para participar activamente en
política. Abordaremos la cuestión atendiendo a las ideas fundamentales que sobre este tema expone
en la República.
En ella se establece una relación firme entre el alma tripartita y las funciones del estado. Artesanos,
guerreros y gobernantes son tal porque predomina en ellos las cualidades necesarias, de su alma
(concupiscible, irascible y racional) que le permiten, a cada uno ejercer la función que le es propia.
Los artesanos producen, los guerreros, nos defienden y los gobernantes nos guían. Todo esto se
pone en juego por el bien de la colectividad, de la sociedad, de la polis. Cada clase social en
armonía .Cada uno trabaja y es para el fin común. Siendo todos importantes y necesarios, es verdad
que Platón dedica una atención especial al gobernante, que ha de ser un filósofo. Solo aquel que ha
contemplado el mundo de las ideas, es decir, el de la verdad, la justicia y el bien está capacitado
para dirigir la ciudad en la dirección adecuada.
Desde este punto de vista podemos colocar a Platón en la antípoda de Marx a la hora de asignar
importancia al factor determinante de análisis social. Si para Platón la clave está en las ideas, en el
pensamiento, para Marx está en la materia y en la acción. Para Marx la economía es el factor
fundamental de la vida social. Por su parte Platón insiste una y otra vez en la importancia de las
ideas como modelos esenciales de la vida social. Es la conciencia la que determina el ser social.
Para Marx es al revés.
Tenemos pues ante nosotros un paraíso platónico y un paraíso marxista que son radicalmente
opuestos desde el punto de vista de su fundamento. En el recorrido explicativos llegan por el
contrario a coincidencias, bien es verdad que sobre cuestione menores, por ejemplo tanto el griego
como el alemán hablan de una comunidad de hijos y bienes. En cualquier caso también difieren
respecto al punto de llegada: Platón quiere una sociedad tripartita y Marx quiere una sociedad única,
sin clases sociales.
Ambas se proponen como utopías sociales. La marxista como un estado necesario de la evolución
dialéctico-materialista de la humanidad; la platónica es también necesaria a la luz de las ideas
(dialéctico-idealista).
Valoración razonada de su Actualidad
•
Crisis cíclicas de las economías capitalistas:
Se consolida el espacio único mundial gracias a las tecnologías de la información. Es
necesario abordar el análisis de este hecho desde una perspectiva científica y rigurosa y
Marx puede ayudar, si liberamos de prejuicios la valoración que se pueda hacer de la
revolución comunista en Rusia y China.
La propuesta marxista de una economía que sustituya la competencia por la cooperación es
un modelo que deberíamos explorar. Este pensamiento inspira gran parte de las críticas que
el movimiento “antiglobalización” lanza al neoliberalismo.
Las respuestas de los gobiernos a las periódicas crisis económicas asumen la necesidad de
controlar e intervenir en el mercado mediante los “rescates” de empresas y bancos, las
inversiones en infraestructuras, el reduerzo de las medidas de apoyos sociales...Es decir,
medidas externas al funcionamiento del mercado y que pretenden salvarlo de la crisis a la
que él mismo ha conducido. Se trata de recetas cercanas a los conceptos marxistas de
planificación y cooperación.
•
Antagonismos entre fuerzas productivas y relaciones de producción:
Las sociedades del siglo XXI confirman este fenómeno descrito en el “Prefacio”: la entrada
de productos asiáticos a muy bajo precio en los mercados occidentales, las páginas web que
permiten descargar música gratuita, las copias de CD y DVD en el “top manta”..., son
ejemplos de la capacidad de las nuevas fuerzas productivas para vender más barato. Se trata
de fuerzas productivas al margen de las relaciones de producción existentes. Las empresas
afedtadas no pueden competir con esta avalancha y presionan al Estado para que haga
cumplir la legislación
¿Por qué estas nuevas fuerzas pueden producir tan barato? Las copias ilegales de películas o
música se hacen con aparatos elaborados por las propias empresas que denuncian esa
práctica. Es decir, las nuevas fuerzas no hacen sino exprimir el sistema aplicando su lógica.
Pero la explotación de los trabajadores es mayor que la que realizan las empresas
denunciantes, que exigen que el Estado intervenga para evitar que la explotación vaya más
allá de los límites establecidos por las leyes, las relaciones de propiedad existentes.
Las nuevas fuerzas productivas representadas por las empresas orientales son más
competitivas que las europeas o estadounidenses porque, entre otros factores, no reconocen
a sus empleados derechos y salarios equiparables a los conquistados por los trabajadores
europeos. Los procesos de “deslocalización” se producen porque las empresas, aplicando la
lógica capitalista, buscan las condiciones que les permitan ser más competitivas. Por tanto,
es falso que el mercado, abandonado a su libre funcionamiento, produzca beneficios para
todos.
•
La guerra como solución:
Nuestro autor criticó la solución que el modelo capitalista propone a sus problemas de
superproducción: la guerra
Por un lado, la maquinaria bélica de los países occidentales se nutre fundamentalmente de
población de los estratos más humildes, de aquellos a los que el sistema empuja a la pobreza
(ejército de reserva lo llamará Marx).
Por otro lado, las empresas bélicas suponen un porcentaje notable del Producto Interior
Bruto (PIB) de estos países (economías de guerra). La guerra permite dar salida a los
excedentes, humanos y materiales, y continuar con la producción, así como ocupar países
para controlar sus reservas de materias primas (véase Irak, Afganistán, Libia, Chechenia...).
Por eso, el Estado capitalista por excelencia es el Estado con más frentes bélicos abiertos.