ESTABILIDAD CAMBIARIA PARA SUDAMERICA: ESBOZOS TEÓRICOS Y OPCIONES DE POLÍTICA1 Luis Mata Mollejas ([email protected]) Sary Levy Carciente ([email protected]) Febrero 2003 1. Introducción El ámbito económico actual -resultante de la combinación de los avances tecnológicos, el cambio en la organización de la producción y el trabajo, las transformaciones en los flujos del comercio internacional y la creciente importancia de los fenómenos y procesos financieros- puede caracterizarse con elementos contradictorios, pues simultáneamente manifiesta procesos abarcadores y excluyentes, altamente competitivos y oligopólicos, proporcionando precios volátiles en un marco general de incertidumbre. En este paradojal entorno, los sistemas monetarios nacionales resultan afectados por los flujos internacionales de capital, limitando la eficiencia de los instrumentos de política que buscan favorecer el logro de objetivos internos (crecimiento con estabilidad de precios) y objetivos externos (estabilidad cambiaria y apertura financiera) en especial en las llamadas economías pequeñas. En el ámbito teórico, la discusión habitual se centra entre la credibilidad y la independencia monetaria, aunque también se preocupa por la capacidad de hacer frente a los shocks especulativos con los distintos esquemas cambiarios. En este sentido, el menú de opciones ha estado conformado por: tipo fijo, caja de conversión, sustitución monetaria total, sustitución monetaria parcial o de activos financieros, monedas únicas regionales, sistemas 1 El presente artículo recoge resultados preliminares de la investigación a cargo de Luis Mata M. en el CENDES-UCV y de la investigación doctoral de Sary Levy C. Una versión anterior fue presentada en el V Simposio Internacional ‘América Latina y el Caribe: El desafío de los Procesos de Desarrollo e Integración en el Nuevo Milenio’ Universidad de Buenos Aires, Argentina, Octubre 23-25, 2002. Natalia Navarro y José Niño contribuyeron con el análisis econométrico y César González tuvo a su cargo la revisión de la base estadística. A ellos nuestro agradecimiento; conservando la total responsabilidad de la presente versión. 1 intermedios o híbridos y tipo flexible; justificándose cada uno con diferentes postulados o visiones teóricas. Según los propósitos estratégicos, se ha señalado la conveniencia de usar un tipo fijo para combatir la inflación y un tipo flexible para combatir el desempleo (FMI, 2000). En la práctica, tras el desplome en 1971 del sistema monetario internacional, creado en 1944 en Bretton Woods, en un entorno de mercados de capitales relativamente abiertos, se inicia un periodo de ensayos de flexibilidad cambiaria que incluye sistemas intermedios o híbridos entre las alternativas teóricas extremas. Pero tal y como se desprende de los datos del Fondo Monetario Internacional (2000) mientras a comienzos de los 90’ más del 60% de los países se inclinaron por regímenes cambiarios intermedios, a finales de la misma década esta proporción se reduce a cerca de la mitad y los regímenes extremos reaparecen significativamente. Las explicaciones dadas varían, desde el enfoque económico de Stanley Fischer (2001), para quien los sistemas intermedios serían inviables en el largo plazo cuando los países están fuertemente integrados al mercado de capitales; hasta el punto de vista de Eichengreen (1995), para quien la instrumentación generalizada de regímenes con tipo de cambio fijo y su paso a flexibles no puede ser vista como el resultado de la evaluación del desempeño de los regímenes económicos en sí, sino como el producto de la transformación endógena de un conjunto de variables que no se circunscriben a la esfera económica. En este sentido destacan como elementos a revisar: el carácter de liderazgo de la potencia hegemónica, el grado de cooperación entre naciones, el nivel de consenso intelectual, el grado de estabilidad macroeconómica, las características de las políticas monetarias y fiscales y las políticas distributivas (como expresión del grado relativo de poder de los distintos actores en una sociedad) Así, el estado de la discusión contemporánea mostraría una diversidad de implícitos que lógicamente llevan a consecuencias políticas contradictorias; por lo cual estimamos conveniente precisar términos de referencia mínimos que permitan orientar una acción política menos frustrante. De allí que el trabajo que presentamos distinga entre elementos históricos y elementos teóricos. El escrito está organizado de la siguiente manera: se comienza destacando un conjunto de transformaciones determinantes del entorno 2 económico, se continúa con la exposición de una serie de elementos de carácter conceptual -básicos del ámbito monetario, financiero y cambiario-, seguidamente, se resalta la relevancia de la estabilidad cambiaria, y se prosigue con una evaluación econométrica en Sudamérica, para concluir con una serie de consideraciones de carácter general. 2. Transformaciones Mundiales Entre los aspectos característicos de la evolución económica de los últimos treinta años, a partir de la declaración de inconvertibilidad del dólar norteamericano frente al oro, o abandono de la moneda mercancía (instaurada en los inicios de la historia, varios siglos antes de la era común), debe señalarse, en primer lugar, un débil ritmo de crecimiento del volumen de producción con ritmo inferior de crecimiento al de las transacciones financieras, apoyadas sobre instrumentos electrónicos, con el consecuente descenso relativo en el uso de la moneda fiduciaria emitida por los Estados. La disparidad entre la dinámica de la producción y la de los procesos financieros tiene su desenlace en un aumento de las tasas de desempleo y el estallido de numerosas crisis financieras. La excepción a lo dicho, parecía ser el comportamiento de la economía estadounidense, que pudo captar la mayor parte de la inversión financiera mundial, a través las transacciones en valores, logrando compensar su déficit fiscal y comercial. Pero a comienzos del nuevo siglo la volatilidad recurrente de los valores bursátiles y el aumento del desempleo mostraron las debilidades intrínsecas de la economía estadounidense. Una segunda característica ha sido la tendencia declinante relativa, en valor y en volumen, del comercio internacional de materias primas; por lo cual los países poco industrializados vieron agravarse sus tradicionales problemas fiscales, monetarios, bancarios y cambiarios. Una tercera característica es el fortalecimiento de los procesos multinacionales de integración, encaminados a formar economías de carácter continental, dejando la dimensión nacional como patrón de referencia obsoleto o cuando menos insuficiente. En efecto, la búsqueda de soluciones nacionales a las crisis cambiarias y bancarias, evidentemente asociadas a la especulación, ha estado orientada al logro de saldos comerciales internacionales positivos; lo cual en un mundo con acelerada introducción de innovaciones 3 de todo género, con movilidad plena de capitales en el ámbito internacional y con empresas fusionadas para operar en el ámbito global (produciendo el fenómeno de exclusión laboral2) ha dejado a las pequeñas economías, prácticamente inermes para alcanzar, simultáneamente, los equilibrios internos (estabilidad de precios y nivel friccional de desempleo) y externos (equilibrio comercial y de movilidad de capitales). De esta manera, se explica: • Primero: que el aprovechamiento de la complementariedad de ventajas comparativas con los procesos de integración económica en un ámbito continental disminuya el carácter “externo” de buena parte del intercambio comercial. • Segundo: la obligada coordinación de la política macroeconómica en los procesos de integración, cuando se busca que dicho proceso contribuya a combatir el desempleo y la especulación. • Tercero: que el paradigma de ‘una moneda para cada nación’ tienda a abandonarse, privilegiando el de ‘una moneda para cada ámbito integrado o mercado común’. El dólar norteamericano, moneda de la federación norteamericana; y el euro, de reciente circulación en la Unión Europea, son dos importantes ejemplos de lo dicho. 2 La exclusión laboral o tendencia al desempleo crónico surge de las transformaciones técnicas de los últimos 20 años; pues los nuevos puestos de trabajo no se ocupan fácilmente con los viejos operarios. En consecuencia se ha acentuado la división de mercado para las distintas especializaciones con múltiples consecuencias; entre otras, una enorme variabilidad entre tasas salariales; y entre ofertas y demandas. De acuerdo con la OIT, el mundo tendría 24 millones de desempleados adicionales al cierre del 2001, como consecuencia de los efectos negativos que sobre el ámbito laboral está ocasionando la globalización de la economía. Las estadísticas de la OIT revelan que actualmente un billón de personas en el mundo están desempleadas, subempleadas y/o trabajando en condiciones precarias, mientras que 80% de los individuos en edad de trabajar no tienen acceso a la protección social básica. La estabilidad en los puestos de trabajo depende cada vez más de los vaivenes de la bolsa de valores, según la organización. El deterioro social en América Latina se evidencia con el crecimiento de la población en situación de pobreza de 35% a 41% y 45% entre 1980, 1990 y 1999, respectivamente. El desempleo promedio en el sector urbano pasó de 9% a 11% entre 1999 y 2000. Los países con mayor incidencia de desocupación en el año 2000 fueron: Colombia (20%), Ecuador (17%), Argentina (16%), Venezuela (15%) y Uruguay (14%). Por otra parte, de cada 10 nuevos empleos más de 8 los genera el sector informal de la economía, que en 1990 representó 51% de la fuerza de trabajo regional y 60% en 1999. Perú es el país con mayor porcentaje de ocupados de la economía informal, con 70%. En Latinoamérica, 76 millones de trabajadores de ambos sexos no están cubiertos por ningún sistema de seguridad social, lo que equivale a 38,4% de los asalariados.( Véase Alayón, 1999). 4 Los procesos señalados, muy adelantados en Europa y en la América del Norte, también se están verificando en la América del Sur, aunque están obstaculizados por las visiones nacionalistas y por la incomprensión de la trascendencia del hecho que los países capitalistas más evolucionados hayan abandonado el concepto de moneda mercancía y reconocido la influencia de la política financiera. Históricamente, éste cambio ocurre en los EUA con la flotación del dólar en 1971 y en Europa con la aparición del eurodólar, primero, y con la creación y monetización del euro (1995 – 2002). Desde el ángulo teórico ello implica precisar los condicionantes explicativos y las diferencias entre las visiones monetaristas y financieras y sus consecuencias políticas; cuestiones que abordamos a continuación. 3. Renovación de Conceptos La moneda, en la ciencia económica, está concebida como unidad de medida, como medio de cambio y como reserva de valor (referidos a procesos en el tiempo y en el espacio) afectados por el comportamiento de uno o más mercados; con lo cual aparecen distintos valores (precios) y relaciones volátiles entre ellos. ¿Es entonces extraño que hayan aparecido históricamente puntos de vista diversos y aún opuestos alrededor de las definiciones monetarias y de la preeminencia entre las relaciones? Si la balanza comercial de todos los países estuviese saldada y no existiese el tránsito de capitales no habría necesidad de los tipos de cambio y los sistemas monetarios nacionales se mantendrían aislados y se ocuparían preferentemente de la problemática de la valoración temporal, es decir de la tasa de interés. Dada la existencia de las relaciones internacionales es imperativo disponer de un sistema internacional de pagos y de su vinculación con los sistemas nacionales. Para ello, el sistema internacional debe proporcionar liquidez suficiente para satisfacer las necesidades comerciales y financieras, a tal fin, éste requiere cumplir con las condiciones siguientes: • Servir a los bancos centrales de prestamista de último recurso (créditos contingentes) cumpliendo una función similar a la realizada por ellos con la banca 5 comercial; lo cual implica evaluar los medios de reserva que garanticen el saldo de los flujos comerciales • Proporcionar una tasa de interés que servirá de referente • Proporcionar un patrón de referencia para la tasa de cambio entre las monedas nacionales Los sistemas puestos en práctica en los últimos siglos: el patrón oro en 1870 y el patrón oro-cambio u oro-dólar en 1944 mostraron serias fallas que condujeron a su abandono. El patrón oro por resultados asimétricos que violaban los supuestos de funcionamiento: quien tenía superávit no revaluó, y quien tenía déficit y devaluó esperando revertir el proceso no lo logró por la influencia negativa para el crecimiento del alza asociada de la tasa de interés con la variación del tipo de cambio. La falla básica del patrón oro-cambio radicó en el hecho de relacionar la emisión de liquidez internacional con una autoridad nacional; lo cual adicionalmente significaba el sometimiento a dicha autoridad de las restantes autoridades nacionales (sin que las consultas con algunos miembros de la comunidad internacional pudiese tomarse como la constitución consensual universal de una autoridad supranacional). De las experiencias fallidas se pueden extraer dos conclusiones: a) que la moneda internacional (y por ende la nacional) debe ser un patrón abstracto, no ligado a ninguna mercancía, ni mercado en particular, sometida su emisión a autoridades descentralizadas (bancos centrales nacionales) que operen bajo normas universales y supervisión de una autoridad global (federación de bancos centrales), y b) que la discusión sobre tipos de cambios fijos y flexibles, inicialmente asociada a los flujos, resultó teóricamente incompleta (ya que no consideraba la influencia de los stocks), impidiéndole incorporar todos los elementos necesarios para la discusión de su influencia en la estabilidad del entorno internacional (DeGrauwe,1993). 6 En ese sentido, a partir del trabajo seminal de Mundell (1961) los aportes incluyen, entre otros, los trabajos de McKinnon (1963), Kenen (1969), Aglietta y Orlean (1982) Davidson (1997) De Grauwe (1993, 1997), con las referencias obligadas a Keynes y a J.S. Mill. Al respecto, un resumen sucinto de los consensos teóricos mostraría que: • Si en el mundo contemporáneo cada país se atuviera a su propia unidad monetaria, el intercambio internacional o comercio mundial pasaría por un proceso cercano al trueque, al restringirse la actividad financiera y al incrementarse los costos de conversión en la medida que el número de símbolos monetarios involucrados aumentase. Ello resultaría todavía más engorroso bajo el régimen de flotación. Por eso, la dinámica del intercambio internacional, está asociada con pocas monedas, con predominio de una: el dólar norteamericano. • En las condiciones precedentes, la existencia de numerosos y minúsculos mercados cambiarios, da pie a la especulación; lo cual resta efectividad a las políticas nacionales orientadas al logro de los equilibrios internos (estabilidad de precios y minimización del desempleo) si también se pretende mantener una perfecta libertad en los movimientos de capital (la ‘imposible trinidad’). • Ello se explica porque la estructura de la producción entre bienes transables y no transables y el empleo asociado resultan afectados por la variación del tipo de cambio para alcanzar el equilibrio externo, a través de la elasticidad de la demanda de las exportaciones y de las importaciones. Así, el empleo protegido será el vinculado a las exportaciones, mientras que el empleo asociado a la producción de no transables dependerá de la demanda interna, dependiente, a su vez, de su precio (afectado por el costo de los insumos importados). En consecuencia, no puede afirmarse que el tipo de cambio flexible garantiza la protección al nivel de empleo total. • Desde el ángulo financiero (aspectos micro y macro), la variación del tipo de cambio tiene incidencia directa en la variación de la tasa de interés; la depreciación 7 del símbolo nacional conlleva a la elevación de la tasa de interés nacional con efecto restrictivo en el crédito y en la inversión. El supuesto de que la tasa de interés más alta atrae a los capitales foráneos, estará matizado por otros factores, como el riesgo país y la especulación recurrente. En consecuencia, desde el ángulo financiero, la flotación tampoco garantiza un efecto estimulante para la economía. • Finalmente, desde el ángulo político institucional, el tipo de cambio fijo es sostenible mientras exista un flujo de divisas (producto del movimiento tanto en cuenta corriente como de capitales) que garantice un volumen de reservas internacionales suficiente para el normal desenvolvimiento de las operaciones. La síntesis presentada deja todavía muchos interrogantes. ¿Cómo resolver el dilema que se les plantea a las economías pequeñas y abiertas de moverse entre los efectos negativos de la flotación cambiaria y las insuficiencias de reserva para mantener un tipo de cambio fijo? ¿Cómo armonizar en una estrategia la oferta de dinero “caro” (crédito) para el sector privado (para proteger las reservas) y de dinero “regalado” por el señoreaje para el sector público (para estimular el crecimiento)? 4. Alternativas Cambiarias Las respuestas a las interrogantes anteriores van más allá de la distinción entre tipo de cambio fijo y flotante, pues no sólo se requiere considerar el dinero como resultado del flujo comercial, sino que también debe considerarse la creación ex nihilo a través del proceso crediticio, todo lo cual permite distinguir entre dinero público (emitido por la entidad emisora central) y dinero privado (creado por el sistema financiero), y diferenciar el rol del dinero como medio de cambio y como activo o reserva de valor. Al respecto hay que resaltar que los procesos de innovación financiera han incrementado los activos con alto nivel de liquidez y por ende son aceptados como dinero, por lo cual a nivel global, los procesos financieros privados predominan sobre los monetarios públicos. De allí que en la práctica ocurra una sustitución de la moneda nacional por divisas de aceptación universal, en el rol de reserva de valor. En el ámbito bancario (depósitos y créditos) ello ocurre mediante la actuación en última instancia de la banca internacional. 8 Cuando dichas operaciones se realizan directamente entre la banca internacional y los agentes no financieros nacionales sin comprometer las reservas del banco central, ni mermar el rol de medio de cambio de la moneda doméstica, nos encontramos con la denominada sustitución financiera o bimonetarismo que tiene la característica de evitar las tensiones políticas que suscita la sustitución monetaria total, guardando su principal beneficio: la disminución de la presión inflacionaria asociada al tipo de cambio, pues la oferta internacional puede suplir cualquier incremento en la demanda por divisas. En tanto que la sustitución financiera reemplaza la moneda nacional por la divisa en su función de reserva de valor, atañe, entonces, a una decisión de conformación de portafolio, en la que se toma en cuenta el diferencial de la relación riesgo y rendimiento de activos en moneda local y en divisas, pudiendo ser analizada a partir de modelos de portafolio3. Las combinaciones de riesgo / rendimiento de los instrumentos en moneda local y en divisas generan la llamada Frontera de Eficiencia del Portafolio y cada individuo escogerá aquella que maximice su función de utilidad. De esta manera, el público establecerá la proporción de su portafolio que mantendrá en moneda local y en divisas. Bajo este esquema, el impacto de la política monetaria nacional se circunscribiría al vinculado con la proporción de transacciones realizadas en moneda nacional y a la supervisión y eventual control de las transacciones financieras (en divisas y en moneda nacional) realizadas por todo el sistema financiero. Vale destacar que las transformaciones en el sistema financiero internacional están consolidando el desarrollo de dos grandes áreas competitivas en lo que monedas se refiere: el área del dólar y el área del euro (se excluye la del yen ante la sostenida crisis del sistema bancario japonés). 5. Estabilidad Macroeconómica y Tipo de Cambio Según el comportamiento que presenten los países en cuenta corriente, nivel de empleo y variación de los índices de precios, los dilemas político-económicos, en cuanto a estrategia, 3 Los modelos de conformación de portafolios derivan de los principios desarrollados por Markowitz en 1959. Los más utilizados son el Modelo de Fijación de Precios de Activos de Capital (CAPM) y el Modelo de Fijación de Precios de Arbitraje (APM), modelo más general que el anterior (Levy, 1999:21-28) 9 se presentan en los casos de: déficit externo con subempleo; y superávit externo con inflación; pues en el caso de inflación con déficit externo la restricción de la demanda global ataca simultáneamente ambos síntomas y en el caso de subempleo con superávit externo la expansión de demanda atiende simultáneamente ambos desequilibrios. De los casos conflictivos, el de déficit externo con subempleo es el que tipifica la situación más frecuente entre los países calificables de economías pequeñas y abiertas; pues los gobiernos, según la visión ortodoxa o tradicional, deben escoger entre una recesión que disminuya el déficit externo (receta FMI) y una expansión del déficit público (endeudamiento externo e interno) que disminuya el desempleo, pero que aumentará la probabilidad de exposición a un “crack” financiero y cambiario. Sortear este dilema conlleva un aumento de las exportaciones para expandir el empleo y monitorear la amortización del crédito externo contraído. Dentro de esta visión, los procesos de integración representan una pieza clave y las restricciones básicas están afectadas por: • la movilidad del capital internacional y los prejuicios políticos relativos a la cesión de soberanía, implícita en todo proceso de integración • la necesidad de endeudamiento externo de origen fiscal, dada la estrechez del sistema financiero nacional • los resultados insatisfactorios desde el ángulo del crecimiento y del empleo obtenidos con la flotación cambiaria, por su asociación con tasas altas de interés que limitan la acumulación reproductiva de capital (por la sensibilidad a la selección adversa de cartera). También señalamos ante que una variación del tipo de cambio tiene incidencia directa en la variación de la tasa de interés, por tanto una depreciación del signo monetario tiene un efecto restrictivo en el crédito y por ende en la inversión. Asimismo, la tasa de interés del mercado se relaciona con el financiamiento del déficit fiscal, propiciando una asociación en el mismo sentido4. Como también se señala la existencia de una relación positiva entre 4 Al respecto, Agenor y Montiel (1996: 138 y ss.) mencionan diversos antecedentes, en donde el déficit fiscal aparece como el factor primario en el incremento de la tasa de interés. Los estudios mencionados se refieren 10 déficit fiscal y el desbalance externo5, puede inferirse una relación positiva entre la tasa de interés y el tipo de cambio. De lo anterior se deduce, que las variaciones de la tasa de interés deben derivar su comportamiento a partir de la influencia del régimen cambiario y del déficit fiscal; advirtiéndose que un bajo desarrollo de los sistemas financieros podría privilegiar la influencia del tipo de cambio. En síntesis: La relación directa existente entre el tipo de cambio, la tasa de interés y el déficit público impone serias dificultades al hacedor de política económica, de ahí la necesidad de evaluar si determinados arreglos cambiarios relajan su vinculación y permiten la movilización de alguna de estas variables sin impactos en las otras. 5.1. Marco Analítico de Referencia A partir de la visión teórica del equilibrio general dinámico6, se puede evaluar la estructura y desempeño de una economía a través del análisis de cuatro precios relativos o cuatro tasas claves: la tasa de inflación, referida al comportamiento del mercado de bienes y servicios; la tasa de salario, reflejo del mercado laboral (informando ambas sobre la esfera real de la economía), la tasa de interés, imagen de lo acaecido en la esfera de los títulos; y el tipo de cambio, resultado de la evaluación de una economía frente a terceras. Es decir: p(Yd – Ys) t + w(Ld – Ls) t + 1/r (Vd – Vs) t + ch ($d – $s) t = 0 [1] Siendo: p : el nivel de precios en el mercado de bienes y servicios (Yd – Ys) t : la relación entre la oferta y la demanda de bienes y servicios en el período t w : el nivel de la tasa de salario (Ld – Ls) t : la relación entre la oferta y la demanda de mano de obra en el período t a la tasa de interés real y las asociaciones débiles registradas son explicadas por las regulaciones e intervenciones de los bancos centrales. 5 Op.cit.:148. 6 Véase, Poncet-Portait (1982); Rizzo (1996) y Mata (2000). 11 r : la tasa de interés (Vd – Vs) t : la relación entre la oferta y la demanda de activos financieros en el período t ch : el tipo de cambio ($d – $s) t : la relación entre la oferta y la demanda de divisas en el período t La visión de equilibrio estable sustentada por las autoridades monetarias internacionales o la visión ortodoxa, considera prioritario el anclaje de la tasa inflacionaria a través de una política monetaria restrictiva; es decir privilegia la relación p(Yd-Ys) +(Md –Ms)=07 lo cual desde el ángulo cambiario equivale a promover un tipo fijo; sostenible solo mientras haya reservas. Por su parte, el arreglo del tipo flotante se supone dirigido a proteger el empleo; pero la correspondiente elevación de la tasa de interés y su efecto negativo sobre el crédito y la inversión hacen a la política ineficaz, e insuficiente la visión ortodoxa. La visión alternativa busca la protección del empleo, por intermedio de un nivel propicio de la tasa de interés (reducido y estable), se justifica al privilegiar la relación 1/r(Vd –Vs)t + (Md- Ms)t = 0; o su equivalente 1/r(Vd – Vs)t + ch($d – $s)t 8. Como una ecuación permite un solo grado de libertad, teóricamente cabría optar entre anclar la tasa de interés o el tipo de cambio. Al respecto la opción de substitución financiera o bimonetarismo muestra su eficiencia, pues al enfrentar la demanda nacional de divisas con la oferta internacional, se topará con un excedente de oferta crediticia; por lo cual la tasa de interés será reducida, al tiempo que sobre las reservas del banco central sólo presionarán las demandas comerciales. En otras palabras, eliminada la especulación, el tipo de cambio tenderá a reflejar el resultado comercial, acompañado de un nivel de tasa de interés similar a la internacional, siempre que sea equilibrado el manejo fiscal. En este arreglo la estrategia buscará garantizar superávit comercial a largo plazo y financiamiento con capital externo en el corto. 7 Omitiendo el componente 1/r (Vd-Vs) bajo la hipótesis de especularidad de Hicks con relación al mercado monetario y eliminando el mercado laboral por razonamiento walrasiano. 8 Bajo la hipótesis de que al momento de la adopción de decisiones, en el instante t=0, los mercados de flujos son nulos y sólo persisten los condicionantes de los mercados de stocks, a más de una hipótesis de especularidad entre el mercado monetario y el de divisas 12 Finalmente, cabe resaltar que en los procesos de integración económica o formación de “economías continentales”, la reducción del comercio con terceros hace que la preocupación cambiaria sea marginal9; por lo cual el manejo político macroeconómico hace énfasis en el canal crediticio, que utiliza como mecanismo de transmisión a la tasa de interés, pasando a segundo término la importancia del control de agregados monetarios. 5.2. Modelo con énfasis en lo Financiero Se ha señalado que la visión contemporánea del equilibrio general10 expresada como: p(Yd – Ys) t + w(Ld – Ls) t + 1/r (Vd – Vs) t + ch ($d – $s) t = 0 [1], resulta simplificada en el corto plazo (t→0) como: 1/r (Vd – Vs) t + ch ($d – $s) t = 0 [2], ya que al anularse los flujos (mercado de bienes y de trabajo) revela la influencia de los eventos en los mercados de stock: valores, créditos bancarios y divisas (preajuste financiero, Mata 1999). En consecuencia, la lógica teórica permite considerar la influencia del flujo de divisas y la incidencia de los valores públicos, BT (BT como variable indicativa del financiamiento del sector público, ya que la emisión de valores públicos es la principal forma en la cual en la actualidad la mayoría de los gobiernos gestionan su déficit fiscal) en las economías pequeñas, en la determinación de la tasa de interés; la cual puede ajustarse a la siguiente función: + + ra = ra(BT, ch) [3] es decir, admitiéndose la existencia de movimientos del mismo sentido entre la tasa de interés el tipo de cambio y el financiamiento del déficit fiscal. En otras palabras, la tasa de 9 Desde la perspectiva ortodoxa, que hace énfasis en el ajuste por las cantidades, y no por los precios, el componente cambiario de la ecuación comportamental de la economía se escribiría como: (Md – Ms). 10 Véase, Poncet-Portait (1982); Rizzo (1996) y Mata (2000). 13 interés activa bancaria (ra) debe compensar la depreciación del signo nacional convirtiéndose en árbitro de la substitución monetaria: demanda de divisas ($d) por demanda de dinero nacional (Md). La ecuación [3] puede interpretarse como: ra = rg + rx + ċh [4] donde (rx) es el valor representativo de la tasa de interés internacional, (rg) la tasa de ⎛. ⎞ financiamiento de los títulos públicos y ⎜ c h ⎟ la variación del tipo de cambio. En esas ⎝ ⎠ condiciones, si el tipo de cambio fuese estable y el déficit fiscal nulo, la tasa de interés nacional debería ser idéntica, o aproximarse significativamente, a la tasa de interés internacional, en ausencia de otras consideraciones (ceteris paribus). Los corolarios del resultado anterior son: • Un régimen de flotación somete el nivel de la tasa de interés (ra) al de la variación del tipo de cambio (ch), siendo complementaria a la influencia del financiamiento interno del déficit fiscal. • Un régimen cambiario fijo permite estabilidad en la tasa de interés siempre que el déficit fiscal sea nulo o financiado íntegramente por el exterior. • Cuando no hay que arbitrar entre la demanda de divisas y la moneda nacional, la tasa de interés nacional (ra) reflejará básicamente el comportamiento interno del mercado de títulos, tal como sucede en las economías capitalistas grandes. La tasa de interés para las operaciones nacionales, en las condiciones de sustitución financiera (bimonetarismo), al referirse a un mercado marginal, puede originar comportamientos desviados de los esperados en el modelo teórico. Considerando que en el subcontinente sudamericano hacen presencia diversidad de arreglos cambiarios, resulta interesante utilizar la relación teórica entre la tasa de interés, el tipo de cambio y el déficit fiscal, para evaluar el impacto de dichos arreglos en la vinculación de 14 las variables señaladas, lo cual es propósito del siguiente acápite. En consecuencia el contraste empírico evaluará la relación teórica: + + ra = ra(BT, ch) siendo: (ra) la tasa de interés activa, (BT) el déficit fiscal y (ch) el tipo de cambio. 5.3. Evaluación Empírica. Casos Sudamérica, CAN, MERCOSUR (1980-1999) De acuerdo con las evaluaciones que se han realizado del proceso de desarrollo latino americano entre 1950 y 1980, los gobiernos seguían en general una estrategia centrada en una acción dominantemente estatal: gasto deficitario y asignación directa a la producción por medio de empresas estatales y créditos subsidiados a algunos sectores de la producción dejado a al sector privado. Con relación al comercio internacional, se protegió la producción nacional con altos aranceles aunque también se inició un proceso de integración que marchó lentamente sin cumplir las metas de unión aduanera. A partir de 1971 se impulsó la emisión monetaria primaria, el endeudamiento publico externo e interno se multiplicó entre 1973 y 1989 y se incrementaron los impuestos indirectos para cubrir gastos corrientes crecientes en medio de un cuadro de caída de precios de las materias primas, que constituían la mayor parte de la exportaciones, habida cuenta inclusive del entramado industrial de las mayores economías latinoamericanas, como el brasileño, mexicano y argentino. La flotación cambiaria generalizada y el incremento correlativo de las tasas de interés, la disminución violenta de las entradas de capital y la restricción en el acceso a nuevos créditos externos desmontaron el componente financiero, que fue substituido por los programas de ajuste (disminución de los déficit fiscales por aumento de la imposición y aumento de la tasa de interés) recomendados por el FMI para amainar las crisis cambiarias y bancarias. Cabe entonces esperar una comprobación del postulado teórico con desviaciones bajo la influencia de los diferentes arreglos cambiarios. Al aplicar el modelo a las dos últimas décadas, la explicación de la variación de la tasa de interés por el comportamiento del déficit fiscal y por la variación del tipo de cambio, se alcanza un coeficiente de correlación (R2) de 0.95 en el MERCOSUR; de 0.89 para la 15 CAN y 0.83 para el conjunto suramericano. Los niveles de significancia (T-Student), en general, muestran una mayor importancia para la influencia del tipo de cambio, tal como se muestra en el Cuadro No.1: Cuadro No.1 Signos encontrados, significatividad y grado de explicación, según contraste empírico Signo (BT) Signo (ch) Nivel de Significancia (BT) Nivel de Significancia (ch) R2 Sudamérica (+) (+) 0.1689 0.0003 0.83 MERCOSUR (+) (-) 0.1719 0.1619 0.95 CAN (-) (+) 0.559 0.001 0.89 Bolivia y Perú (-) (-) 0.8840 0.0033 0.90 (+) (+) 0.1797 0.0000 0.83 Ámbito Regional Colombia, Venezuela Ecuador y Con relación a los signos, los esperados se encuentran en las estimaciones conjuntas para Sudamérica y para el subconjunto Colombia, Ecuador y Venezuela. Las desviaciones de los signos esperados en el caso de MERCOSUR, podrían reflejar la consecuencia de la política de caja de conversión argentina; y en el caso del subconjunto Bolivia y Perú, los signos contrarios a la hipótesis del modelo, se deben a la presencia de la sustitución financiera, ya que el arreglo cambiario deja sin efecto las asociaciones postuladas. En síntesis: • Las diferencias entre signos postulados y hallados se deben a la influencia de los arreglos cambiarios. • El tipo de cambio es más significativo que el déficit fiscal en la explicación de la tasa de interés en todos los casos 16 • Existen diferencias significativas en el comportamiento de la tasa de interés entre los países de la CAN y el MERCOSUR; siendo más acentuadas las existentes entre los países del MERCOSUR11. 6. Substituciones Monetarias y Financieras en América del Sur Del análisis empírico previo puede inferirse la influencia decisiva de los arreglos cambiarios en el comportamiento de variables claves de la economía, como el de la tasa de interés, ya que su nivel es determinante en la promoción del crecimiento y el desarrollo. En este sentido evidencia la miopía de los regímenes cambiarios extremos, pues por un lado el régimen flexible olvida que la propia flotación introduce en el juego los procesos especulativos que anulan los esfuerzos de la disciplina fiscal en mantener baja la tasa de interés; y que por el otro, el régimen fijo resulta válido sólo en presencia de un déficit fiscal nulo o con financiamiento externo. En consecuencia, los arreglos cambiarios tradicionales resultan insuficientes para enfrentar los impactos negativos de la globalización financiera en las economías pequeñas y abiertas, de ahí que se estime aconsejable acudir a la substitución de la moneda nacional. Pero la experiencia latinoamericana en este contexto señala que tal substitución no requiere llegar al extremo de la substitución monetaria total, o dolarización simple, como la realizada en Ecuador12, y mucho menos utilizar el mecanismo de caja de conversión13, que 11 Debe observarse que los resultados para Brasil no indican un comportamiento sustancialmente distinto al de los otros países del MERCOSUR, pero hay que hacer la salvedad acerca de la data de la tasa de interés referida en este caso, que es la tasa de interés pasiva; lo cual puede haber introducido sesgos. 12 Muchas de las dificultades políticas y económicas del Ecuador están asociadas a los déficit incurridos para financiar el conflicto con el Perú (1995), la destrucción de la infraestructura costera en 1997 por causas naturales (Fenómeno del “Niño”) con un costo de 13% del PIB. La asistencia de la banca privada con créditos por US$ 300 millones, la colocación de eurobonos por US$ 500 millones entre 1996-1997, fue insuficiente para evitar la crisis fiscal, bancaria y cambiaria que se traduciría en crisis política. La decisión de dolarizar la economía fue tomada por el presidente Jamil Mahuad el 9 de enero del 2000, poco antes de que fuera depuesto por una junta cívico-militar el 21.01.00. Después de la dolarización, el FMI aprobó asistencia por US$ 304 millones, extendibles hasta US$ 2.000 millones para los próximos tres años y otras fuentes internacionales US$ 500 millones. Las viejas deudas (eurobonos y bradys incluidos) han sido reducidas en 40% de su valor facial y los plazos extendidos entre 30 y 12 años, lo cual, en principio, permite una amortización razonable. Queda pendiente un reflotamiento de la banca privada. 13 Entre 1945-1955, época del peronismo, el crecimiento del consumo interno (5,1%), redujo las exportaciones tradicionales (cereales y carnes 0,9%) y la substitución de importaciones incrementó las importaciones de productos intermedios (13,8%) y de capitales. Desde 1956, los regímenes instaurados para paliar el déficit comercial recurrieron a las devaluaciones y a los créditos externos, que en 1983 alcanzaron a 17 es una variante del régimen de moneda mercancía. Basta, mediante la reforma de algunas normas legales y el respaldo de la institucionalidad financiera internacional, permitir el asiento de las operaciones bancarias en términos de las divisas seleccionadas y su tenencia y uso como medio de cambio y de unidad de cuenta a criterio de los particulares; es decir, recurrir a la sustitución financiera o dolarización parcial o bimonetarismo; experiencia que muestra logros notables en Bolivia y Perú14 en la última década. ¿El costo de esta acción? El reconocimiento y aceptación de las autoridades de su imposibilidad de enfrentar las transformaciones universales con las políticas monetarias encerradas en una óptica doméstica. En su lugar, corresponde hoy reformar los bancos centrales, capacitándolos para adelantar políticas financieras, debidamente coordinadas con los socios comerciales que se escojan. En estas condiciones, el manejo fiscal es clave, convirtiéndose en el instrumento capaz de coadyuvar en el anclaje de los precios, pues al reducir o evitar todo financiamiento interno del déficit fiscal, la tasa de interés en el mercado nacional se aproximará a la internacional, siempre más baja por razones asociadas a las economías de escala. De allí que las conclusiones relevantes del estudio sean: US$ 42.000 millones. Este proceso, junto con déficit fiscales sostenidos, llevó a la hiperinflación y al convencimiento de aumentar las exportaciones. Los diferentes planes de estabilización desestimularon la demanda, pero también, la oferta; la insolvencia de las empresas implicaba la fragilidad del sistema financiero interno. La deuda interna se licuó con tasa de interés negativas y extendido a cinco años la amortización de deudas exigibles. En 1984 se establece el “plan austral” para reducir la inflación y servir la deuda externa (con renegociaciones permanentes) con el incremento de las exportaciones. La carga de US$ 4.200 millones al año, se constituiría en limitante de la política económica y además obligaría a la dependencia de organismos internacionales y bancos acreedores. La constitución del “Mercosur” y la instauración de la “Caja de Conversión”, apoyada sobre el flujo de créditos externos, abre un período de estabilidad de precios. La devaluación del Real brasileño (1999) y la incapacidad para enfrentar los pagos externos eliminarían el soporte del sistema instaurado, colapsando desde finales del 2001. 14 Para 1977 se instauró en el Perú un sistema de “crawling peg” o minidevaluaciones sostenido, que culminó en devaluaciones y con hiperinflación asociadas al déficit fiscal y a la crisis de la deuda externa latinoamericana en 1982. Los intentos de revertir la crisis, congelando los depósitos en moneda extranjera en 1985-87, fracasaron y el rechazo a la moneda nacional fue total, apuntalado por un dinámico mercado negro. Entre 1990 y 1994 se realizó un drástico cambio en la política económica del Perú dentro de los términos del Consenso de Washington. Se disminuyó así la intervención estatal en la producción, la protección intensiva (denominada política industrial activa), los subsidios indiscriminados que condicionaban la presencia de déficit agudos (14,7% del PIB en 1988). El sistema financiero público (fondos de fomento con créditos del Banco de la Nación y con emisión de base monetaria para ello) fue radicalmente suprimido, y el manejo de la tasa de interés dejado al libre mercado. El ajuste fiscal y monetario iniciado en 1990 revertió el proceso hiperinflacionario. El programa de ajustes incluyó la suspensión del control de cambios y la libre tenencia, uso y disposición de divisas por los residentes; instaurándose oficialmente un régimen de sustitución financiera o dolarización parcial, la cual en la práctica ha reducido la demanda de moneda nacional. 18 • Hasta tanto no exista una única moneda mundial, funcionarán como zonas monetarias las asociaciones de países con dominantes intercambios mercantiles y financieros recíprocos; la volatilidad de la razón de intercambio entre las monedas de dichas zonas dependerá de la interacción de los conglomerados financieros. • Las economías pequeñas, en razón de sus particulares intercambios con las economías grandes y de sus niveles de inflación y desempleo, encontrarán conveniente establecer alguna de las variantes del régimen de substitución monetaria, pues la flotación ‘independiente’ conduce a acentuar los factores recesivos. • Los avances en las asociaciones comerciales de las economías pequeñas señalarán la oportunidad de adoptar como un viceóptimo, o second best, el régimen de substitución financiera o arreglo bimonetario, así como la profundización de acuerdos cambiarios y de coordinación fiscal antes de convertirse en una zona monetaria. 7. Consideraciones Finales Cada alternativa de esquema cambiario posee una serie de características que lo hacen apropiado para las especificidades de las distintas economías, incluida su vinculación con el mercado de capitales internacional y las tendencias que en el entorno se suscitan. Asimismo, las consideraciones sobre regímenes cambiarios están enraizadas en aquellos principios o supuestos que sustentan las distintas perspectivas teóricas en lo concerniente al dinero, sus funciones, su proceso de generación y la vinculación de la esfera monetaria y la real de la economía. En los actuales tiempos caracterizados por un vertiginoso incremento en la volatilidad de los flujos de capital, el régimen cambiario constituye una regla institucional determinante para el logro de la necesaria estabilidad sistémica. Desde el colapso del Acuerdo de Bretton Woods, y con él, el fin de la moneda mercancía, se ha presenciado un incremento en la volatilidad de los flujos de capital y los tipos cambiarios, así como una escalada en el número de crisis financieras con el consecuente impacto en el crecimiento y el empleo. En todas estas crisis se ha observado la fragilidad de 19 los esquemas cambiarios tradicionales ante importantes embestidas de los flujos de capital privado e impotencia del sector público de hacer frente a las mismas. La tendencia internacional pareciera estar abocada al establecimiento de grandes áreas de influencia de las principales divisas. En este sentido, el dólar norteamericano y el euro son las monedas con rol protagónico en el entorno internacional. La necesidad de reestructuración de la arquitectura del sistema financiero internacional, aunque sentida desde la flotación del dólar, fue evidenciada con mayor claridad a partir de las crisis con incidencia internacional, como la crisis mexicana (1994), la crisis asiática (1997), la rusa (1998) y la brasileña (1999). Muchas son las aristas del debate en torno a esta reestructuración, entre ellas, la necesidad de una moneda de carácter mundial que permita compatibilizar los objetivos de crecimiento económico con estabilidad. Este esquema conformaría un verdadero patrón de medidas para la moneda con carácter universal, constituyéndose en un anclaje numerario de carácter global. Asumir una moneda distinta a la nacional tiene unos costos políticos además de los económicos considerados, pero evaluarlos fuera del contexto universal no tendría sentido para los países pequeños, menos desarrollados o emergentes, pues la realidad obliga a considerar la movilidad de flujos de capital y la preeminencia de los factores financieros. El contraste empírico evidencia que la influencia del tipo de cambio y del déficit fiscal en la determinación de la tasa de interés resulta claramente afectado por la escogencia del régimen cambiario en las economías sudamericanas evaluadas. La sustitución financiera ofrece la posibilidad de crecimiento para las economías pequeñas al tiempo que lograr relativa estabilidad en la variable cambiaria, al concentrar el uso de la moneda nacional en las transacciones internas y focalizando en ese ámbito la política monetaria. Asimismo, facilita futuros procesos de integración regional aceptando de jure lo que ya es de facto: las áreas de influencia de las divisas importantes y tornaría más sencilla la constitución futura de un patrón único de medidas para una moneda de carácter universal. 20 ANEXO 1 Apéndice Econométrico 1. Características de la Metodología El contraste empírico del modelo para el caso suramericano debió enfrentar una relativa escasez de datos, lo cual incluye diferencias entre los períodos cubiertos por la información estadística en los distintos países, por lo cual se recurrió a la metodología denominada ‘Datos de Panel’15, pues dicha metodología permite capturar (de existir) la heterogeneidad en el comportamiento de las variables de los diversos grupos considerados, en este caso Sur América y sus componentes: CAN y MERCOSUR. 2. Periodización En el caso del MERCOSUR se dispone de un panel completo con data anual16 tomada de las Estadísticas Financieras del Fondo Monetario Internacional, para el período 1991-1998, y un panel incompleto para el período 1977-1998, que genera 28 y 58 observaciones, respectivamente. En el caso de la CAN, el panel completo cubre el período 1984-1998 y el panel incompleto el período 1979-1998, con 65 y 71 observaciones, respectivamente. El conjunto para Sur América de panel completo comprende el período 1984-1998 y el panel incompleto el período 1977-1998. 3. Resultados del Contraste Como es de importancia saber si hay diferencias significativas en el comportamiento de las tasas de interés entre los países de los conjuntos Suramérica, MERCOSUR y CAN, se realizó un contraste “F” de significancia a los efectos en grupos, que contrasta la hipótesis 15 En principio, la metodología, de acuerdo con Greene (1998:539), permite hacer evaluaciones empíricas (estimaciones), considerando períodos idénticos de la data (panel completo) y disímiles (panel incompleto); y éstos a su vez pueden ser tratados bajo los diferentes supuestos de dispersión del término de error. 16 La asociación postulada debiera recoger un desfase temporal de al menos un período, pero como la data utilizada corresponde a series anuales, no se puede detectar un desfase que recoja una influencia temporal que en los mercados financieros ocurre en lapsos menores. 21 de que los términos constantes ( α i ) sean iguales17. Un resumen de los resultados de los diferentes tests aparece en el cuadro de síntesis Nro.2: Cuadro Síntesis Nro. 2 Contraste de Significatividad de Grupos PANEL COMPLETO 1) Intercepto Común no ponderado Vs. 2)Fixed effects no Ponderado 3) Intercepto común ponderado Vs. 4) Fixed effects ponderado MERCOSUR Valor Crítico al 1% Valor Estimado 4,64 1,77 4,64 4,7 SUR AMERICA CAN Valor Crítico al 1% Valor Estimado Se acepta la Ho 3,66 1,04 Se rechaza la Ho 3,66 54,05 Valor Crítico al 1% Valor Estimado Se acepta la Ho 2,51 1,08 Se acepta Ho Se rechaza la Ho 2,51 5,07 Se rechaza Ho Nota: H0 = (αArgentina= αBrasil = αParaguay = αUruguay ) H1 = (αArgentina ≠ αBrasil ≠ αParaguay ≠ αUrurguay) Los resultados anteriores muestran que existen diferencias significativas entre los distintos grupos, por lo tanto, tales diferencias serán captadas a través de los términos constantes de las ecuaciones estimadas. El mismo contraste para el panel incompleto (cuadro de síntesis Nro.3), nos permite concluir que el mejor ajuste es el obtenido con la opción de efectos fijos ponderado con panel incompleto, para Sur América, para el “MERCOSUR” y para la “CAN”18. En estos 17 El ratio “F” utilizado por el contraste es: F ( n − 1, nT − n − K ) = ( R 18 2 u − R 2 p ) /(n − 1) (1 − R 2 u ) /(nT − n − K ) El riesgo de incurrir en regresiones espúreas fue evaluado con el estadístico Durbin-Watson. 22 casos las diferencias entre los grupos se captan a través de las diferencias en el término constante, pues la pendiente permanece igual19. Cuadro Síntesis Nro. 3 Contraste de Significatividad de Grupos PANEL COMPLETO 1) Intercepto Común no ponderado Vs. 2)Fixed effects no Ponderado 3) Intercepto común ponderado Vs. 4) Fixed effects ponderado MERCOSUR Valor Crítico al 1% Valor Estimado 4,34 2,24 4,34 6,14 SUR AMERICA CAN Valor Crítico al 1% Valor Estimado Se acepta la Ho 3,75 3,52 Se rechaza la Ho 3,75 4,05 Valor Crítico al 1% Valor Estimado Se acepta la Ho 2,51 2,45 Se acepta Ho Se rechaza la Ho 2,51 14,70 Se rechaza Ho Nota: H0 = (αArgentina= αBrasil = αParaguay = αUruguay ) H1 = (αArgentina ≠ αBrasil ≠ αParaguay ≠ αUrurguay) 19 En análisis posteriores se realizarán estimaciones que tengan como objeto el observar si la diferencia entre los grupos pueden ser detectadas por variaciones en las pendientes ( β i ). Esto es, realizar el contraste de Hausman para fixed effect vs. random effect. Además se considerará la variabilidad de los parámetros en el tiempo. 23 ANEXO 2 Apéndice Estadístico DATA SELECCIONADA: URUGUAY Años ra ch 1976 62,00 n.d. n.d. n.d. n.d. 1977 64,13 0,01 n.d. -49 n.d. 1978 74,20 0,01 n.d. -40 n.d. 1979 65,56 0,01 n.d. 0 n.d. 1980 66,62 0,01 n.d. 3 n.d. 1981 60,40 0,01 n.d. -159 n.d. 1982 58,54 0,03 n.d. -348 n.d. 1983 93,64 0,04 n.d. -169 n.d. 1984 83,23 0,07 n.d. -207 n.d. 1985 94,58 0,12 n.d. -93 n.d. 1986 94,73 0,18 n.d. -35 n.d. 1987 95,80 0,28 n.d. -51 n.d. 1988 101,52 0,45 n.d. -101 n.d. 1989 127,58 0,80 n.d. -182 n.d. 1990 174,45 1,59 0,4 33 8.355 1991 152,88 2,49 1,3 131 10.041 1992 117,77 3,48 1,4 166 11.849 1993 97,33 4,42 -0,8 -110 13.807 1994 95,08 5,60 -2,5 -406 16.250 1995 99,10 7,11 -1,1 -198 18.045 1996 91,52 8,71 -1,0 -191 19.124 1997 71,55 10,04 -1,1 -217 19.764 1998 57,93 10,82 -1,0 -202 20.167 1999 53,28 11,62 -2,8 -563 20.100 Déficit Fiscal / PIB Déficit Fiscal PIB (MM de US$) (MM de US$) Fuente: Cepal: Estudio Económico de América Latina y el Caribe y Estadísticas Financieras del FMI. ra= tasa de interés activa en moneda nacional. ch= Tipo de cambio nominal bancario pesos/US$ (promedio anual). 24 DATA SELECCIONADA: PARAGUAY Años ra ch (MM de US$) (MM de US$) 1977 n.d. 126 0,6% 13 2.092 1978 n.d. 126 0,9% 24 2.560 1979 n.d. 126 1,0% 34 3.417 1980 n.d. 126 0,3% 14 4.448 1981 n.d. 126 -1,5% -84 5.625 1982 n.d. 126 0,4% 24 5.850 1983 n.d. 126 -0,9% -61 6.493 1984 n.d. 240 -1,9% -85 4.460 1985 n.d. 320 -0,5% -22 4.356 1986 n.d. 550 0,0% 1 3.334 1987 n.d. 550 0,0% -2 4.534 1988 n.d. 550 0,7% 39 6.035 1989 n.d. 1.218 2,4% 92 3.784 1990 31,00 1.258 3,0% 158 5.265 1991 34,94 1.380 -0,2% -12 6.249 1992 27,96 1.630 -0,5% -32 6.446 1993 30,78 1.880 0,5% 34 6.875 1994 32,46 1.925 1,0% 78 7.826 1995 30,98 1.980 -0,3% -27 8.982 1996 28,90 2.110 -0,8% -77 9.601 1997 27,05 2.360 -0,2% -19 9.555 1998 29,99 2.840 -1,5% -128 8.555 1999 31,24 3.329 -3,5% -296 8.462 Déficit Fiscal / PIB Déficit Fiscal PIB Fuente: Cepal: Estudio Económico de América Latina y el Caribe y Estadísticas Financieras del FMI. ra= tasa de interés activa en moneda nacional. ch= Tipo de cambio nominal bancario guaraníes/US$ (promedio anual). PIB= A precios corrientes en moneda nacional. 25 DATA SELECCIONADA: BRASIL Años ra ch 1980 115,00 0,000000000024 n.d. n.d. n.d. 1981 108,00 0,000000000046 n.d. n.d. n.d. 1982 156,10 0,000000000092 n.d. n.d. n.d. 1983 154,56 0,000000000358 n.d. n.d. n.d. 1984 267,63 0,000000001158 n.d. n.d. n.d. 1985 295,42 0,000000003815 n.d. n.d. n.d. 1986 109,48 0,000000005416 n.d. n.d. n.d. 1987 401,03 0,000000026273 n.d. n.d. n.d. 1988 859,43 0,000000278291 n.d. n.d. n.d. 1989 5844,98 0,000004130180 n.d. n.d. n.d. 1990 9394,29 0,000064385500 -1,3% -5.402 415.502 1991 913,47 0,000388655000 -1,4% -5.704 407.432 1992 1560,18 0,004504550000 2,2% 8.594 390.615 1993 3293,50 0,118584000000 -0,3% -1.322 440.531 1994 5175,24 0,846000000000 -1,4% -7.651 546.487 1995 52,25 0,973000000000 -4,9% -34.492 703.913 1996 26,45 1,039400000000 -3,8% -29.448 774.945 1997 24,35 1,116400000000 -4,3% -34.577 804.108 1998 28,00 1,208700000000 -8,0% -62.129 776.614 1999 26,02 1,789000000000 -10,4% -79.144 761.000 Déficit Fiscal / PIB Déficit Fiscal PIB (MM de US$) (MM de US$) Fuente: Cepal: Estudio Económico de América Latina y el Caribe y Estadísticas Financieras del FMI. ra= tasa de interés activa en moneda nacional. ch= Tipo de cambio nominal bancario reales/US$ (promedio anual). Miles de reales hasta 1992 inclusive; millones de reales desde 1993. PIB= A precios corrientes en moneda nacional. 26 DATA SELECCIONADA: ARGENTINA Años ra ch Déficit Fiscal / PIB Déficit Fiscal PIB (MM de US$) (MM de US$) 1983 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1984 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1985 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1986 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1987 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1988 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1989 n.d. 0,18 n.d. -119 n.d. 1990 n.d. 0,56 -1,5% -2.120 141.352 1991 1,00 1,00 -0,5% -949 189.710 1992 19,11 0,99 0,6% 1.374 228.990 1993 10,31 1,00 1,2% 2.838 236.505 1994 10,06 1,00 -0,1% -250 250.308 1995 17,85 1,00 -0,6% -1.459 243.186 1996 10,51 1,00 -2,2% -5.646 256.626 1997 9,24 1,00 -1,6% -4.439 277.441 1998 10,64 1,00 -1,4% -4.035 288.195 1999 11,04 1,00 -2,6% -7.329 281.900 Fuente: Cepal: Estudio Económico de América Latina y el Caribe y Estadísticas Financieras del FMI. ra= tasa de interés activa real anualizada en % ch= Tipo de cambio nominal bancario pesos/US$ (promedio anual). PIB= A precios corrientes en moneda nacional. 27 DATA SELECCIONADA: BOLIVIA Años ra ra($) rp ($) ch 1979 27,00 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1980 28,00 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1981 42,50 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1982 45,00 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1983 56,83 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1984 120,67 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1985 172,15 17,8 11,20 1,69 n.d. -698 n.d. 1986 65,78 23,01 14,97 1,92 -4,4% -65 1.491 1987 49,41 26,73 16,33 2,21 -0,4% -14 3.443 1988 39,79 25,67 16,74 2,47 -0,5% -18 3.617 1989 37,27 24,34 15,69 2,98 0,5% 17 3.626 1990 41,81 23,03 14,70 3,37 0,4% 17 4.582 1991 41,15 21,51 12,93 3,72 0,3% 17 5.143 1992 45,51 19,13 11,40 4,08 0,4% 21 5.396 1993 53,88 18,46 11,19 4,45 -4,7% -261 5.496 1994 55,57 16,46 9,89 4,70 -3,3% -192 5.880 1995 51,02 16,86 10,36 4,91 -2,2% -142 6.565 1996 55,97 17,64 10,13 5,17 -2,3% -168 7.261 1997 50,05 16,48 8,32 5,35 -4,3% -333 7.784 1998 39,41 15,66 7,96 5,63 -4,1% -340 8.348 1999 35,37 16,03 8,78 5,98 -3,9% -317 8.128 Déficit Fiscal / PIB Déficit Fiscal PIB (MM US$) (MM de US$) Fuente: Cepal: Estudio Económico de América Latina y el Caribe y Estadísticas Financieras del FMI. ra= Tasa de interés activa en moneda nacional. ra ($)= Tasa de interés activa en dólares americanos. rp ($)= Tasa de interés pasiva en dólares americanos. ch= Tipo de cambio nominal bancario bolivianos/US$ (promedio anual). 28 DATA SELECCIONADA: COLOMBIA Años ra ch 1986 40,83 194,26 -1,3% -463 34.942 1987 41,10 242,61 -0,4% -162 36.373 1988 42,69 299,17 -1,4% -534 39.212 1989 43,04 382,57 -3,3% -1.305 39.540 1990 45,25 502,26 -0,7% -326 46.674 1991 47,13 633,05 0,1% 40 48.033 1992 37,28 759,28 -2,9% -1.471 51.411 1993 35,81 563,38 -0,6% -584 90.755 1994 40,47 844,84 -1,5% -1.216 79.936 1995 42,72 912,83 -2,3% -2.125 92.503 1996 41,99 1036,69 -3,8% -3.646 97.147 1997 34,22 1140,96 -3,7% -3.948 106.671 1998 42,24 1426,04 -4,9% -4.867 99.104 1999 30,41 1756,23 -5,6% -4.851 86.594 Déficit Fiscal / PIB Déficit Fiscal PIB (MM de US$) (MM de US$) Fuente: Cepal: Estudio Económico de América Latina y el Caribe y Estadísticas Financieras del FMI. ra= Tasa de interés activa en moneda nacional. ch= Tipo de cambio nominal bancario pesos/US$ (promedio anual). 29 DATA SELECCIONADA: ECUADOR Años ra 1990 37,50 869,82 1,8% 170 1991 46,67 1.262,63 1,5% 147 9.738 1992 60,17 1.850,00 2,4% 249 10.494 1993 47,83 1.876,17 2,0% 294 14.631 1994 43,99 2.281,68 0,3% 50 15.988 1995 55,67 2.877,43 -0,9% -146 15.988 1996 54,50 3.532,21 -0,5% -80 17.192 1997 43,02 4.329,70 -1,5% -269 18.255 1998 49,55 6.485,33 0,3% 58 16.564 1999 64,02 17.576,44 -4,8% -441 9.180 ch Déficit Fiscal / PIB Déficit Fiscal PIB (MM de US$) (MM de US$) 9.432 Fuente: Secretaría General de la Comunidad Andina. Series Estadísticas 1990-1999. ra= Tasa de interés activa en moneda nacional. ch= Tipo de cambio nominal bancario sucres/US$ (promedio anual). Hasta 1992 corresponde al tipo de cambio del mecado de intervención. Desde 1993 corresponde al tipo de cambio del mercado libre. PIB= millones de US$ corrientes. 30 DATA SELECCIONADA: PERU Años ra ra ($) ch 1986 40,52 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1987 35,74 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1988 174,28 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1989 1515,86 n.d. 0,01 n.d. -1.132 n.d. 1990 4774,53 n.d. 0,52 -7,9% -835 10.579 1991 751,52 n.d. 1,00 -2,2% -596 26.686 1992 173,80 n.d. 1,63 -3,5% -975 27.579 1993 97,37 12,10 2,16 -3,1% -1.006 32.066 1994 53,56 9,90 2,13 2,1% 968 46.280 1995 27,16 8,80 2,33 -1,5% -767 51.811 1996 26,07 8,90 2,59 2,6% 1.367 52.809 1997 29,96 10,00 2,72 0,6% 331 57.753 1998 30,80 11,70 3,14 -0,2% -88 53.193 1999 30,80 15,00 3,49 2,7% 1.361 50.389 Déficit Fiscal / PIB Déficit Fiscal PIB (MM de US$) (MM de US$) Fuente: Cepal: Estudio Económico de América Latina y el Caribe y Estadísticas Financieras del FMI. ra= Tasa de interés activa en moneda nacional. ra ($)= Tasa de interés activa en dólares americanos. ch= Tipo de cambio nominal bancario nuevos soles/US$ (promedio anual). 31 DATA SELECCIONADA: VENEZUELA Años ra ch 1979 n.d. 4,29 1980 n.d. 4,29 1981 n.d. 4,29 1982 n.d. 4,29 1983 n.d. 1984 9,57 1985 9,33 7,50 1986 8,49 8,08 1987 8,47 14,50 1988 8,50 1989 22,50 1990 1991 Déficit Fiscal / PIB Déficit Fiscal PIB (MM de US$) (MM de US$) 1,9% 924 48.396 0,0% 26 59.220 -1,4% -908 66.444 -4,3% -2.952 67.856 4,30 -1,5% -1.020 67.598 7,02 3,3% 1.930 57.820 5,3% 3.148 59.871 -2,0% -1.233 60.882 -4,6% -2.172 46.858 14,50 -4,8% -2.883 60.379 34,68 -0,1% -37 42.834 35,53 46,90 0,0% 19 48.598 37,16 56,82 2,0% 1.061 53.462 1992 41,33 68,38 -3,1% -1.875 60.423 1993 59,90 90,83 -2,3% -1.377 60.048 1994 54,66 148,50 -5,6% -3.271 58.417 1995 39,74 176,84 -3,6% -2.793 77.389 1996 39,41 417,33 1,4% 959 70.538 1997 23,69 488,64 2,2% 1.955 88.434 1998 46,35 547,56 4,0% 3.801 95.023 1999 27,82 605,72 -2,8% -2.893 103.311 Fuente: Cepal: Estudio Económico de América Latina y el Caribe y Estadísticas Financieras del FMI. ra= tasa de interés activa en moneda nacional. ch= Tipo de cambio nominal bancario bolívares/US$ (promedio anual). 32 Referencias Agenor y Montiel (1996) Development Macroeconomics, Princenton University Press, Princenton, N.J. 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Williamson, John (2000) Exchange Rate Regimes for Emerging Markets: Reviving the Intermediate Option. Policy Analyses in International Economics, #60, Institute for International Economics, Washington DC. 35 ESTABILIDAD CAMBIARIA PARA SUDAMERICA: ESBOZOS TEÓRICOS Y OPCIONES DE POLÍTICA Luis Mata Mollejas ([email protected]) Sary Levy Carciente ([email protected]) Febrero 2003 Resumen: Las frecuentes crisis evidencian la necesidad de reestructurar el Sistema Monetario Internacional para facilitar la instauración de regímenes cambiarios estables. Pero la definición cambiaria no debe ceñirse a la distinción entre tipos fijos o flotantes, estrechamente asociados al comercio y a la concepción de moneda mercancía; sino que debe considerar la influencia de los aspectos financieros. Desde ese ángulo, la teoría apunta a la conveniencia de una moneda única, básicamente, abstracta. En el ínterin la sustitución financiera o bimonetarismo se presenta como una opción temporal que, combinada con la profundización de la integración, abre vías para un devenir más autónomo de las economías suramericanas. Palabras Claves: Sustitución Financiera, Dolarización Parcial, Bimonetarismo, Estabilidad cambiaria Abstract: The frequent crises evidence the necessity to restructure the International Monetary System to facilitate the setting-up of stable exchange regime. But exchange definition should not stick to the distinction between fixed and floating types, closely associated to trade and to the idea of money-merchandise; rather it should consider the influence of the financial aspects. From that perspective, the theory points to the convenience of an abstract unit of account. Meanwhile, financial substitution or bimonetarism is presented like a temporary option that, combined with the deepening of integration, opens paths to more autonomous future for South American economies. Keywords: Financial Substitution, Partial Dollarisation, Bimonetarism, Exchange Stability. SINOPSIS CURRICULARES: Sary Levy Carciente Economista. Doctorandi en Estudios del Desarrollo, CENDES-UCV. MSc. Economía Internacional. Especialista en Cs. Adm. Jefa de la Unidad de Investigación en Asuntos Internacionales, IIES-UCV. Miembro del Comité Editorial de la Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura. Se ha desempeñado como asesor económico y financiero de empresas públicas y privadas. Posee diversas publicaciones en el tema económico y ha participado como ponente en eventos nacionales e internacionales. E-mail: [email protected] [email protected] Luis Mata Mollejas Economista. MSc. en Planificación General y Regional. Doctor en Ciencias Sociales. Coordinador del Postgrado en Teoría y Política Económica de FACES-UCV y Jefe del Área Económica del CENDES-UCV. Posee numerosas publicaciones en el tema económico y ha participado como ponente en diversos eventos nacionales e internacionales. E-mail: [email protected] [email protected] 36