Tema 5. Arquitectura y urbanismo del siglo XVI en España.

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Grado Historia del Arte
HISTORIA
DEL ARTE MODERNO
Tema 5.Arquitectura y urbanismo del siglo XVI en España.
La indeterminación de la arquitectura española del siglo XVI.
Habría que empezar diciendo que el primer tercio del siglo es de compleja definición
estilística. La historiografía se ha referido, primero, a términos tales como Plateresco, y
después, Prerrenacimiento, Protorrenacimiento…para tratar de clasificarlo. Se ha
intentado buscar líneas comunes, uniformes; pero siempre han estado cuestionadas,
complicándose aún más, pues, a la ambigüedad estilística se han añadido diversidad en los
puntos de vista.
La conclusión es que si algo define este primer tercio son las indefiniciones e
imprecisiones a la hora de entender la arquitectura española al modo italiano. La España
de este periodo, recientemente constituida por unificaciones políticas y militares, se dirigía
culturalmente como fuentes de influencias a sitios muy dispares entre sí, como Flandes y
centro Europa o a la odiada y necesaria Francia. Es decir la cultura española estaba sumida
en la contradicción de las influencias asumidas y a veces complementarias y hasta
rechazadas de distintas procedencias internacionales. Pero, además, la tradición medieval
hispano-musulmana, lo mudéjar y nazarí, todavía estaba presenta en España con vida
propia, esto condujo al empleo de tendencias artísticas eclécticas.
Esas indecisiones se debieron, además de lo anteriormente dicho y a la falta de un
conocimiento realmente preciso de ese clasicismo, a la misma diversidad de modelos
llegados desde los distintos estados italianos. Nuestros artistas tuvieron que asumir el
clasicismo poco a poco, más por imposición de algunos nobles con cierta cultura, y
después por Carlos V.
El Renacimiento llegó a España muy diversificado…y un poco tarde, llegó casi de
“oídas”, más que por un verdadero conocimiento sobre el mismo. Este arte se fue
imponiendo en España de forma fragmentada en el transcurso de treinta años a través de:
1. Viajes de aprendizaje de artistas españoles.
2. La presencia de italianos en estos reinos y
3. Por la importación de obras de arte procedentes de Italia.
También a través de la literatura artística y las teorías que fueron llegando y
traduciéndose. Habría que destacar el viaje de Diego de Siloé (escalera dorada. C. de
Burgos), a Nápoles, o la estancia de Pedro Machuca (Palacio de Carlos V. Granada), en
Italia y su colaboración con Miguel Ángel.
Plateresco.El termino de plateresco se ha atribuido a Diego Ortiz de Zúñiga, que lo empleó al
referirse al repertorio de los motivos ornamentales existentes tanto en la casa consistorial
de Sevilla como en la capilla de los Reyes de su catedral. Este arte incierto y ecléctico se
llevó a cabo en un periodo histórico de gran interés, que comprendería aproximadamente
desde la reconquista de Granada y el descubrimiento de América en 1492, hasta 1526-27,
año del saqueo de Roma.
Lorenzo Vázquez realizó la portada del colegio de Santa Cruz de Valladolid al modo
“antiguo” hacia 1490, y Diego Sagredo publicaría su libro Medidas del Romano en 1526.
Desde entonces las indecisiones entre lo “nuevo” gótico y lo “viejo” renacentista, se
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impondría paulatinamente acompañado ya del manierismo, sin pasar realmente por una
etapa de clasicismo pleno.
Al principio el término plateresco iba acompañado de ciertas resonancias peyorativas. Los
críticos del siglo XVIII como Ponz y Cean Bermudez difundieron y criticaron esta
tendencia al advertir algunas características comunes con el Barroco, muy censurado
desde 1777. A finales del siglo XIX y en la primera mitad del XX se aceptó este concepto
para demostrar que el primer renacimiento español aportó una serie de características
propias que le diferenciaba del italiano.
Pero hay que decir que el plateresco no constituye un estilo arquitectónico en sí mismo,
sino una tendencia interpretativa del renacimiento cuatrocentista italiano más o menos
tosca, pero sin prescindir del gótico hispano flamenco y de las nuevas corrientes ya
amaneradas procedentes de la misma Italia. En el resto de Europa tampoco hubo un
clasicismo pleno, ese sería el componente común, pero se pueden diferenciar una serie de
notas personales, como el empleo de técnicas mudéjares heredado desde el románico.
El plateresco también se ha asociado con el empleo de una serie de motivos ornamentales,
donde podemos ver tendencias góticas combinadas con grutescos, figuras extravagantes de
personajes o animales, etc. Es decir, todo un repertorio ornamental más o menos complejo
de origen grecorromano fusionado con motivos góticos. Por lo general se aplicaban en
estructuras aún góticas, donde por otra parte se empleaban a veces soportes clásicos, como
arcos de medio punto y hasta órdenes arquitectónicos realizados un tanto incorrectamente,
todavía no seguían una norma estricta.
Teoría arquitectónica.Los arquitectos españoles fueron capaces de crear su propio sistema teórico. Aunque en un
principio esta teoría se introdujo en España por tres vías:
1. Con la importación de tratados italianos
2. La traducción de estros tratados y
3. Por la influencia de algunos, pocos, libros escritos por artistas españoles.
Conocemos la traducción del tratado de Vitruvio realizado por Urrea y Gracián en 1582.
Pero hay que decir que antes que la traducción de este texto ya se tradujo y publicó la
versión española de la obra del manierista italiano Sebastián Serlio en 1552. Esto podría
explicar la diversidad dialectal del clasicismo español del siglo XVI. El mismo año que se
publicó el tratado de Vitruvio se imprimió el “De re aedificatoria” (Florencia, 1485) de
Alberti, traducido por Rodrigo Zamorano y al año siguiente Juan de Herrera publicaría sus
diseños sobre El Escorial. Parece significativo que todas estas obras se publicaran en
España en la misma época, durante la cual estaban muy avanzadas las obras del
monasterio del Escorial.
El primer tratado escrito en lengua vulgar castellana fue publicado en Toledo en 1526, y se
tituló “Medidas del romano”, escrito por Diego Sagredo. En ella Sagredo hace una
interpretación original, no repetitiva, de Vitruvio, y su objetivo principal era el estudio de
los órdenes arquitectónicos clásicos. Este libro asumió la forma literaria y filosófica de
diálogo de tipo socrático, entre dos personajes.
La obra se estructura en 16 capítulos, y trata asuntos tales como la formación de las
cornisas, la columna y su medida, balaustres, etc.
Si es cierto que se han hallado varios manuscritos de cierto interés pertenecientes a ese
siglo, como por ejemplo el “Libro de arquitectura” del cordobés Hernán Ruiz el joven.
Este libro contiene una traducción de Vitruvio, una serie de nociones de geometría y
perspectiva así como dibujos arquitectónicos. Otro escrito importante es el “Libro de
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traças de cortes de piedra”, de Alonso de Vandelvira, maestro mayor de la Lonja de
Sevilla. Estos escritos se suelen fijar más en aspectos prácticos que en teóricos.
Tipología palaciega.La corte de Carlos V, como la de los Reyes Católicos, fue una corte itinerante, nunca
estableció una capital fija, promoviendo así la realización de diversas obras en palacios.
Entre los años 1533 y 1555 se construyeron varios de ellos, como el de la Alhambra, los
Alcázares de Madrid y Toledo, el palacio real de Yuste…A todo eso se suma que el
emperador tuvo que hacer frente a continuas guerras en el centro de Europa, eso le obligó
a vivir muchas veces alejado de España.
Palacio de Carlos V en la Alhambra. Pedro Machuca. (1533).Santiago Sebastián lo calificó como una obra insólita. Solo hay que ver el fuerte contraste
existente entre el exterior, irregular e inarmónico (manierista), y el interior, perfectamente
equilibrado y sobrio (clásico). La planta general cuadrada del edifico contiene un patio
circular porticado de dos plantas con 32 columnas. Este conjunto geométrico se justifica
por contener cierto sentido simbólico: El círculo representa el macrocosmos, eternidad de
dios. Y el cuadrado cita los puntos cardinales.
Pedro Machuca debió inspirarse en el patio de la Villa Madama de Rafael, aunque también
se piensa en el templete de San Pietro in Montoro. Llama la atención el mestizaje
estilístico a medio camino entre el clasicismo pleno de su interior en combinación con el
manierismo manifiesto de su fachada. Tras la muerte de Pedro Machuca le sucedieron
otros arquitectos, como su propio hijo Luis. El palacio terminó de construirse en el siglo
XX.
Alcázar de Toledo. Covarrubias, Villalpando y Herrera. (1542).Este fue el primer modelo de muchos que vendrían a partir de la segunda mitad del siglo.
Se caracteriza por su planta rectangular, sus salientes torreones y un patio interior al estilo
“cortile” italiano. Su fachada principal se destaca por una portada y en su interior se
incorpora la escalera imperial española.
Construido a modo de fortaleza mantiene su condición defensiva, esto último de claras
reminiscencias árabes. Se encuentra, como debe ser, en un lugar elevado de la ciudad y
muestra una faz muy escenográfica cuyas raíces parten de la arquitectura palaciega italiana
del quattrocento, con soluciones ya manieristas.
La remodelación de la antigua fortaleza la llevo a cabo Alonso de Covarrubias. Su patio
rectangular de doble planta fue proyectado en 1550 donde Francisco de Villalpando
intervino en la construcción de las arquerías. Suele afirmarse que el proyecto de la
escalera es de Villalpando, Juan de Herrera realizó su caja.
Palacio-convento del monasterio de Yuste. Gaspar Vega.Aquí fue donde falleció el emperador Carlos V en 1558, situado en la comarca de la Vera,
Extremadura. Este conjunto fue el que sirvió de referencia para la construcción del
monasterio de El Escorial de Felipe II. El convento está constituido por una iglesia de
nave única y cabecera poligonal, a la que se añadieron dos claustros: el antiguo gótico y el
nuevo ya del siglo XVI. Consta de dos plantas y se caracteriza por que la cámara del
emperador, comunica directamente con el coro de la iglesia para que así, pudiera asistir a
los oficios religiosos desde el lecho, sistema seguido posteriormente pos su hijo en El
Escorial.
Las villas reales.Otro modelo palaciego es la llamada villa de placer. Tenemos diferentes ejemplos como El
Pardo, la Casa de Campo junto al viejo alcázar madrileño, el palacio real de Valsaín en
Segovia, etc.
La arquitectura de estas villas solía ser esencial y confortable, se utilizaba el paisajismo,
siendo el autentico protagonista. Se aprovecharon lugares ya utilizados para el ocio de
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algunos monarcas medievales. La historiografía ha encontrado en estas villas palaciegas,
cierto paralelismo entre la tradición medieval española, la villa italiana del Renacimiento y
los palacios flamencos y franceses.
Catedrales.La construcción y las intervenciones en las catedrales presentan los mismos dilemas que
en el resto de la arquitectura en general con sus soluciones híbridas. Pero el gótico siguió
siendo el estilo preferido por la Iglesia en España para la construcción de nuevas
catedrales…al menos en un primer momento. Luego la realeza y la aristocracia, entre
quienes no faltaban algunos eclesiásticos, terminarían imponiendo con su mecenazgo la
tendencia artística que estaba en boga en Italia. Sin embargo, el clasicismo se aplicó más a
elementos decorativos o a espacios determinados, que a las mismas estructuras de estos
templos catedralicios.
Varias catedrales comenzaron a construirse en España durante el siglo XVI:
La de Astorga (León), las de Plasencia y Coria (Cáceres), la nueva de Salamanca, la de
Granada, la de Almería, Segovia, Málaga, Guadix (Granada), Jaén y Baeza.
En Andalucía tras la reconquista, se proyectaron después de haberse empleado las
mezquitas para la liturgia cristiana. Poco tiempo después se levantarían en sus mismos
solares o lugares muy próximos a ellas. La catedral de Granada se constituyó en un
autentico modelo a seguir en Andalucía. Diego de Siloé, maestro de esta, debió de
intervenir además en la de Almería, Málaga y Guadix.
Las castellanas de Salamanca y Segovia “modernizaban” las ya existentes románicas
empleando un nuevo estilo, el gótico. Tanto en Salamanca como en Plasencia los nuevos
templos quedaron adosados a los viejos.
Se podría decir que durante este siglo se estableció un cierto modelo ideal que seguían
todas en líneas más o menos generales. Como por ejemplo plantas rectangulares con una
nave de crucero que no suele sobresalir al exterior. La mayoría de ellas presentan tres
naves longitudinales de alturas escalonadas y las cabeceras suelen ser poligonales con
girola.
La catedral nueva de Santa María de Astorga, no se adosó a la vieja, sino que fue
sustituyéndola poco a poco. Comenzó con la idea de ampliar la románica a través de su
cabecera, coexistiendo ambas durante un largo periodo. Su traza inicial se atribuye a
Simón de Colonia. Rodrigo Gil de Ontañón, Pedro de Alvarado y Juan de Alvear
trabajaron en su construcción en diferentes periodos. Su planta es rectangular, de tres
naves con bóvedas de crucería y capillas laterales.
La nueva de Plasencia quedó adosada a la vieja de transición del románico al gótico. En
este templo se encontraron varios de los arquitectos más representativos de la España de la
primera mitad del siglo XVI, como Enrique Egas, Francisco de Colonia, Juan de Álava,
Alonso de Covarrubias, Rodrigo Gil de Ontañón y Diego de Siloé.
A principios del siglo XVI se decidió construir una catedral nueva para Salamanca, pero
respetando la existente de estilo románico que quedaría adosada a su lado sur con su torre
de campanas. En ella trabajaron varios arquitectos como Juan Gil de Hontañón el viejo, su
hijo Rodrigo o Juan de Álava entre otros. Este último realizó el cerramiento de tres
capillas del lado meridional con ornamentación ya renacentista. A estos les sucedieron
mucho otros maestros mayores, pero serían los Churriguera quienes concluirían las obras
de esta catedral. Esta catedral fue obra de la concurrencia de varios arquitectos asesorados
por otros, como por ejemplo Alonso de Covarrubias o del propio Juan de Álava. Su planta
tiene forma de salón, a semejanza con la de Sevilla, y contiene tres naves con capillas
laterales.
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La primera piedra de la catedral gótica de Segovia se puso el 8 de junio de 1525. Su
construcción continuó durante todo el siglo XVI. Rodrigo Gil dejó construidos el crucero
y la capilla mayor. El claustro gótico, proyectado por Juan Guas, pertenecía a la catedral
vieja y fue trasladado a la nueva por el maestro Juan Campero junto con la portada.
En la catedral de Coria en Cáceres, no se empleó el estilo gótico con tanta pureza como en
los templos de Segovia y Salamanca. Fue levantada a partir de 1544 por Solórzano e
Ibarra, la puerta del perdón se atribuye a este último. La catedral se terminó en 1748 con la
construcción de la torre, realizada por Manuel de Larra Churriguera.
Catedral de Granada.Esta catedral se constituyó en un autentico modelo para toda Andalucía, pero en su planta
también se ve influencia de la de Sevilla. Concebida como símbolo de la cristianización de
la última ciudad musulmana de España, su primitiva disposición gótica, que de acuerdo a
las trazas de Enrique Egas magnificaba las de la catedral de Toledo, fue radicalmente
transformada por Siloé para convertir el conjunto en un edificio clásico, dotándole a su
vez del carácter de panteón regio al tener adosada la Capilla Real. Tiene cinco naves,
separadas por pilares de orden corintio, de altura escalonada, donde destaca la central por
su gran altura. Cuando Cano proyectó la fachada principal la concibió como un
monumental arco de triunfo. Molduras y pilastras proporcionan al conjunto un intenso
ritmo lineal, acentuado por los contrastes luminosos y por el marcado entablamento que le
recorre a la mitad de su altura. La utilización de motivos vegetales y placas geométricas en
la decoración es de la segunda mitad del siglo XVII.
En la catedral de Almería se decidió una construcción en forma de fortaleza, debido al
continuo acoso de los corsarios berberiscos. Juan de Orea trabajó en la catedral desde
1550, fue autor de la sacristía y proyectó las dos portadas principales. Hay cierta
semejanza entre estas portadas y la del palacio de Carlos V en la Alhambra, ya que trabajó
como sucesor de Pedro Machuca en este último.
La catedral de Málaga también se erigió durante el siglo XVI, pero se transformó y
amplió, y además se realizó su fachada, en el transcurso del XVII y XVIII. La puerta del
Sagrario se realizó en 1498 y se relaciona con el estilo denominado gótico isabelino,
siendo posible que la portada obedeciera a un primer proyecto irrealizado de catedral
gótica. Es perceptible la huella de Diego de Siloé y la influencia de la de Granada.
La catedral de Guadix en Granada ocupó el solar dejado por la antigua mezquita
almohade. El proyecto parece ser de Diego de Siloé, pero su realización se debe a Juan de
Arreondo. En el XVIII se realizó su fachada.
Andrés de Vandelvira remodeló la catedral de Jaén siguiendo la planta en forma de salón
con tres naves iguales. Pero la intervención más clasicista la vemos en la sala capitular,
donde podemos ver el empleo de los órdenes dórico y jónico. Lo mismo en la sacristía,
diseñada en forma de planta rectangular cubierta por medio de una bóveda de cañón. En la
catedral de Baeza en Jaén, Vandelvira sustituyó el estilo gótico por otro ya plenamente
renacentista. Esta también se construyó sobre el solar de la antigua mezquita.
Intervenciones en catedrales preexistentes.Existen numerosas intervenciones en las catedrales españolas ya construidas. Estas
muestran los titubeos y la tensión entre lo nuevo y el abandono de lo viejo. A veces en
estas obras lo gótico se contagia de lo mudéjar y a su vez de lo clásico, que en ocasiones
se manifiesta tan solo en lo ornamental, siendo obras un tanto inclasificables:
protorrenacentista, plateresco…Son en fin, muestras evolucionadas en el tiempo y el
espacio, de ese modo tan personal con el que los arquitectos españoles solieron asumir lo
italiano, consecuencia última de su conocimiento indirecto a través de grabados, o de
noticias más o menos correctas.
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En la catedral de Burgos se hicieron la puerta de la Pellejería, el nuevo cimborrio y la
escalera dorada, de Diego de Siloé, en el brazo norte del crucero para salvar el desnivel
existente entre el interior y la puerta de la Coronería. Esta escalera, por el diseño circular
de sus peldaños de arranque en forma de cascada de agua, las volutas empleadas y el
espacio reducido y cerrado donde se alza, se anticipa a la escalera de la biblioteca
Laurenziana en Florencia. No hay que olvidar que la primera es de 1519 y la segunda de
1523, pero es difícil imaginar que Diego de Siloé, por muy buen arquitecto que fuera, se
anticipara a las genialidades de Miguel Ángel (esto es mío). En cualquier caso el
precedente en ambas obras lo encontramos en las rampas del Belvedere del Vaticano
realizado por Bramante.
En la catedral de Toledo hubo numerosas intervenciones. Durante el siglo XV se realizó
la capilla de don Álvaro de Luna y la puerta de los Leones, por Anequín de Bruselas.
Alonso de Covarrubias realizó la portada de la capilla de San Juan. En la de León la
sacristía, realizada por Álvaro Ramos, de estilo gótico isabelino. A Juan de Badajoz se
debe la construcción de la puerta del cardo. Juan de Herrera realizó h. el 1575 las trazas y
los dibujos para un nuevo claustro en la catedral de Cuenca. En la románica y cisterciense
de Sigüenza, Francisco de Baeza y Juan de Talavera trabajaron en las puertas de Pórfido y
en la de Jáspe. Juan de Talavera realizó además la de la Librería. Alonso de Covarrubias
intervino en la sacristía mayor de las Cabezas, llamada así por estar la bóveda decorada a
base de cabezas y florones inscritos en círculos. En la de Santiago de Compostela hay
que destacar el claustro nuevo con sus bóvedas estrelladas, de Juan de Álava. Rodrigo Gil
de Hontañón realizó la llamada fachada del Tesoro junto a las puertas de la Platería. La
arquería del piso superior es una tipología característica en otras obras suyas, como por
ejemplo en el palacio de Monterrey de Salamanca. En la catedral de Murcia se destaca su
torre, en cuyos dos cuerpos inferiores se citan muchos elementos propios del nuevo
repertorio renacentista: superposición de órdenes, pilastras pareadas, grutescos, etc. Los
cuerpos superiores pertenecen al siglo XVIII.
Diego de Riaño, Martín de Gainza y Hernán Ruiz el joven se sucedieron como maestros
mayores en la catedral de Sevilla durante el periodo que comprende 1528 y 1569. El
primero de ellos intervino en la sacristía de los Cálices y en la capilla mayor. Martín de
Gainza construyo la capilla real de Sevilla para panteón regio de Alfonso X. Hernán Ruiz
hizo trazas para su elíptica Sala Capitular, ya de claro sentido manierista. Es importante
destacar la magistral combinación que hizo este último de la piedra, el ladrillo y el azulejo,
que contribuyó a dotar a esta torre de un colorido especial.
Las iglesias parroquiales y los conventos.Junto a las nuevas catedrales, hay que destacar la construcción de numerosas iglesias
durante el siglo XVI. Las más representativas podrían ser la de San Salvador de Úbeda
(Siloé-Vandelvira) o la Colegiata de Santa María de Valladolid de Riaño. Hay más pero de
entre las importantes se destacaría la torre fachada de la iglesia de Nuestra Señora De La
Anunciación en Santa María del Campo, considerada como la más representativa del
Renacimiento español. Esta torre fue proyectada por Diego de Siloé. Se modificaría más
tarde desde el tercer piso por Juan de Salas, cantero constructor. Siendo el remate
octogonal una obra del siglo XVIII.
La iglesia de San Salvador de Úbeda fue trazada por Diego de Siloé, realizándola Andrés
de Vandelvira. Su función era la de recibir y guardar los restos de Francisco de los Cobos,
secretario de Carlos V. En esta construcción, como casi toda la religiosa en Andalucía, se
manifiesta la influencia de la catedral de Granada, pero Siloé la proyectó de un modo un
tanto tradicional: de una sola nave con tres tramos cubiertos por medio de bóvedas de
crucería y con capillas en los contrafuertes, citando de alguna manera a los templos de los
Reyes Católicos.
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Las casas consistoriales.La tipología arquitectónica de las casas consistoriales del siglo XVI, derivan del prototipo
modular palaciego y es esencial para la ciudad, ya que configura, por lo general, en su
entorno nuevos espacios abiertos. A veces se ubicaban frente a las catedrales o parroquias
principales, haciendo coincidir en un mismo espacio, al poder eclesiástico y el civil. Pero
en otros no era así, y se creaban de esta manera nuevos centros urbanos. En esos casos, las
casas consistoriales proporcionaron una nueva faz a la ciudad, con sus fachadas de doble
planta buscando uniformidad y simetría, con pórticos y galerías, y flanqueadas por una o
dos torres.
• Ciudad Rodrigo. Salamanca: ½ del S. XVI. Gracias a la mesta y la industria de
paños la ciudad adquirió gran importancia económica.
• Úbeda. Jaén. Se ubica en la antigua plaza del mercado.
• San Clemente. Cuenca. Diseño atribuido a Vandelvira, h. 1554.
• Alcañiz. Teruel. Su interés reside en su unión con la antigua lonja gótica de tres
arcos apuntados.
Arquitectura docente.Las universidades y los colegios tendrían una gran importancia en la España del siglo
XVI, ya que el Humanismo promovió la aparición de nuevos centros docentes. Durante el
transcurso de este siglo se realizaron las fachadas de las universidades de Salamanca y de
Alcalá de Henares, esta última de Rodrigo Gil de Hontañón. También las de Burgo de
Osma, de Osuna y la de Oñate. De los colegios se podrían destacar los de Fonseca en
Salamanca o el de Santiago Alfeo, en Santiago de Compostela.
En estos edificios se materializa y se percibe toda la problemática estilística y todos los
encuentros lingüísticos de la arquitectura de esta centuria. Edificios que son mitad palacio,
mitad convento, con fachadas escultóricas parlantes, cargadas de retórica y simbología, de
auténticos programas iconográficos de carácter moral y humanístico.
Por lo general estos edificios se disponen en torno a un patio claustral de doble piso con
escalera destacada. Este patio sirve de núcleo arquitectónico y sistema de distribución
entre sus distintas partes. Suelen incluir la capilla y el paraninfo o salón de grados,
cubiertos varios de ellos con artesonados mudéjares.
En la fachada de la Universidad de Salamanca su concepción arquitectónica a modo de
retablo y a semejanza con un tapiz, se la puede considerar aún propia del gótico hispanoflamenco, aún cuando se utilicen con profusión decoraciones de grutescos y se citen en
ella otros elementos clasicistas. Hay dos aspectos de interés: un indudable horror vacui y
una concepción figurativa que enmascara y camufla las estructuras arquitectónicas. En su
portada, de doble arco, se dan dos lenguajes aparentemente diferenciados, lo que produce
cierta ambigüedad al analizarla. La historiografía la considera como la culminación del
llamado estilo Plateresco.
En la de la Universidad de Alcalá de Henares, se percibe en una muestra más
aparentemente clásica, la conjunción de dos sistemas estilísticos. Por un lado existe un
tratamiento arquitectónico gótico depurado, pero por otro se cita al Renacimiento a base
de motivos ornamentales, ya con cierta actitud manierista.
Las de las Universidades de Burgo de Osma y la de Oñate presentan la clásica
disposición en forma de retablo con grutescos, escudos heráldicos y otras representaciones
que parecen seguir el modelo del Colegio de Santa Cruz de Valladolid.
El proyecto y construcción del Colegio Fonseca de Salamanca se deben a Juan de Álava.
Este colegio, uno de los cuatro colegios mayores salmantinos, destaca tanto por su fachada
principal como por su claustro de doble piso. El diseño de su portada a modo de retablo se
atribuye a Diego de Siloé, al igual que el patio, de planta cuadrada y doble piso, cada una
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de sus cuatro crujías queda abierta por ocho arcos, los del piso inferior de medio punto,
cada planta. El Colegio de Santiago Alfeo en Santiago de Compostela, fue un diseño de
Juan de Álava, revisado más tarde por Alonso de Covarrubias. Las obras fueron
terminadas por Rodrigo Gil de Hontañón.
Tipología hospitalaria.Durante el reinado de los Reyes Católicos se fue configurando todo un modelo de
tipología hospitalaria con planta en forma de cruz griega. Durante el siglo XVI se
construyeron otros edificios sanitarios y de beneficencia más variados, que partían de
alguna forma de los primeros. Estos hospitales seguían inspirándose de un modo más o
menos directo del hospital de Milán de Il Filarete, aunque se interfería la referencia
claustral. Pero algunos de ellos si continuaron con ese sistema claustral con la iglesia al
fondo del eje principal, y varios de ellos incluyeron además, un panteón para el
enterramiento del mecenas.
En el hospital de Tavera (1541) en Toledo, Alonso de Covarrubias configuró un doble
patio de dos pisos cada uno de ellos, y separados entre sí por una galería abierta y central.
En este proyecto Covarrubias demuestra su estudio matemático de las proporciones, muy
próximas a la arquitectura italiana quattrocentista.
Covarrubias supo diseñar y construir simétricos y hermosos patios. Antes de este también
intervino en el de Santa Cruz junto a Egas y en el del palacio arzobispal, ambos en Toledo.
El hospital de las Cinco Llagas (1545-69), en Sevilla, fue el fruto de la participación de
Martín de Gainza y Hernán Ruiz el joven. Su planta general es rectangular y de doble piso,
con una torre en cada esquina, aunque tan solo se construyeron dos de ellas. Incluye una
iglesia descentrada en uno de los patios, el diseño de la misma se debe a Hernán Ruiz,
quien demostró su concepción manierista en la fachada principal del templo, muy refinada
y virtuosa. En el hospital de la Purísima Concepción (1593/1619), de Medina del Campo
se volvió a la austeridad y racionalidad contrarreformista de Felipe II. Este hospital fue
realizado por Juan de Tolosa y por Juan de Nates. Su iglesia está ubicada de forma
descentrada en el patio. Este templo muestra ya la influencia de Vignola.
Arcos y puertas en la ciudad española del siglo XVI.Hay que relacionar de alguna forma el tema del arco renacentista de acceso, la puerta, al
recinto urbano cercado por una muralla todavía medieval con las arquitecturas efímeras,
que tan del gusto fueron durante el Barroco.
Nos han llegado algunos ejemplos de arcos y puertas construidas durante el siglo XVI, de
entre las cuales se podrían destacar las de Burgos, donde lo medieval parece predominar, y
Toledo, ya manierista. Estas obras están directamente relacionadas con un autentico
programa iconográfico para mayor gloria de Carlos V, que viene a recordar de alguna
manera el ensalzamiento y divinización de los emperadores romanos.
El arco y la torre de Santa María (1535-53) muestran cierta convivencia entre elementos
arquitectónicos todavía góticos y otras citas ya renacentistas. Fue objeto de diversas
renovaciones a partir de un núcleo primitivo que data del siglo XIV. Pasando así de torre
militar a ser un arco triunfal en honor del emperador Carlos V, gracias a la intervención de
dos arquitectos de gran importancia: Francisco de Colonia y Juan de Vallejo. Como dato
cabe destacar que en su interior se reunía el Concejo de la ciudad, en la sala de la Paridad
o del Secreto. La Puerta nueva de Bisagra (1547) en Toledo se trata de un arco triunfal
de cita clásica manierista, centrado entre dos torreones semicirculares. Está construido a
base de mampostería, siendo sustituida en los sitios más nobles por sillares rústicos y
almohadillado: antepecho y puerta.
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En esta época las urbes fueron objeto de algunas interesantes reformas. Ciudades como
Madrid o el centro de Valladolid, que sufrió un importante incendio, experimentaron
diversos cambios. De esta última se encargó Francisco de Salamanca, quien diseñó la
nueva plaza Mayor, con sus soportales tan tradicionales en España, donde se ubicó el
ayuntamiento. Esta sería modelo para otras plazas posteriores y se constituiría en autentico
centro urbano.
Otras urbes, como Toledo, experimentaron una serie de transformaciones de interés
realizados en edificios concretos. Se trabajó en la zona urbana del nuevo Alcázar y en la
reconstrucción de la plaza del ayuntamiento, donde intervino Covarrubias. La plaza de
Zocodover también sufrió un incendió, lo que motivó los diseños de Juan de Herrera para
su remodelación de forma rectangular. La puerta Nueva de Bisagra surgió al intervenir en
el acceso por el norte de la ciudad.
EL ESCORIAL.Felipe II decidió una importante reordenación de la política constructiva palaciega y
residencial iniciada por su padre Carlos V. Estableció la corte en la villa de Madrid en
1561, pero la función de esta era exclusivamente administrativa. Ya por entonces debía
estar desarrollando la idea de construir el monasterio de El Escorial, denominado de San
Lorenzo el Real de la Victoria para conmemorar la victoria de San Quintín en 1557, como
centro religioso y cultural. Importantes arquitectos intervendrían en su construcción, como
Juan Bautista de Toledo, nombrado arquitecto regio, fue formado en Italia y fue, a su vez,
el inicio de una asunción radical de los modos del clasicismo italianizante por la corte.
Luego le sustituiría Gaspar de Vega, Juan de Herrera, Juan de Valencia y Francisco de
Mora, colaborando todos con las juntas de urbanismo coordinadas por Jiménez Ortiz en
representación de Felipe II.
La inmensa estructura, levantada muy cerca del monte Abantos, en la sierra de
Guadarrama, combina el palacio con el monasterio, la iglesia y el mausoleo. Las obras
comenzaron en 1563, el proyecto inicial fue sustancialmente transformado al año
siguiente. Aunque provisto de torres, al principio iban a ser más, en sus ángulos, el
edificio no está fortificado, también en el proyecto inicial estaba previsto un campanario, y
su parte anterior gozaría de la mitad de altura con la que contó posteriormente, así la
basílica con su cúpula emergería del conjunto con mayor rotundidad.
Su austera grandeza simboliza la determinación del rey por sostener la Contrarreforma,
tanto en el plano psicológico como en el material. La piedra local, granito, usada para
diferentes construcciones, como el acueducto romano de Segovia o el Congreso de los
Diputados de Madrid, cuadraba a la perfección con la idea de una mitología del edificio,
que pronto llegó a compararse con el Templo de Salomón.
Esta obra vino a cumplir toda una serie de funciones que se consideraban esenciales en la
representación del rey de España: panteón dinástico, palacio, convento, colegio y
biblioteca. Cada una de estas partes recibió una decoración y tratamiento específico que se
integró dentro del conjunto. La biblioteca, por ejemplo, se ubica en el eje del edificio
como centro de la cultura, entre el convento y el colegio, es decir eje del mundo de lo
sagrado y de lo profano, en un pabellón poco menos que exento. El techo de la sala
principal de la misma se decoró con las Alegorías de las Artes Liberales, que en un
recorrido ideal, unen a la Fe y a la Razón, representadas mediante las alegorías de la
Teología y la Filosofía. Completa el programa una serie de figuras históricas y mitológicas
que, con las alegorías mencionadas, reflejan el carácter del conocimiento científico tal y
como se concebía en el entorno áulico del Rey Prudente.
Tema 5
Arquitectura y urbanismo del siglo XVI en España.
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UNED
Grado Historia del Arte
La biblioteca está separada de la iglesia por el patio de los reyes, seis estatuas colosales de
los monarcas del Antiguo Testamento. El convento se articula en torno al patio de los
evangelistas, cuyo templete central fue diseñado por Juan de Herrera.
El carácter funerario del edificio explica algunos de sus rasgos, como la importancia de la
cúpula, muy romana, y el énfasis con el que se trata el tema de planta central, en la
basílica, de Paccioto, o el propio panteón.
Una fachada de iglesia basada en los prototipos del manierismo romano severamente
simplificados, comparándola con la fachada casi contemporánea del Gesú en Roma, y
limitada a un templo jónico superpuesto a una planta dórica, constituye la única
interrupción real de la monótona sucesión de pequeñas ventanas idénticas de los muros
exteriores aparentemente infinitos. Todo el edificio se encuentra rodeado de jardines,
huertas y naturaleza en general.
El modo sencillo y desornamentado, la importancia del volumen del cubo, y la idea de
correspondencia simétrica y rítmica de sus partes hacen de él un peculiar edificio en el que
ciertas ideas renacentistas hacen crisis al servicio del mundo representativo de Felipe II y
la Contrarreforma Católica.
La temprana muerte de Juan Bautista de Toledo en 1567 permitió la entrada como
arquitecto, de Juan de Herrera. Este permitió ver cumplido uno de los deseos más firmes
del rey, la terminación rápida de las obras en 1586.
La fachada principal, las cubiertas empizarradas a dos aguas y los característicos
chapiteles escurialenses se deben a este arquitecto.
Juan de Herrera.Aficionado a las matemáticas y la geometría, según afirman algunas fuentes, Herrera
escribió su “Discurso sobre la figura cúbica”, donde mostró su obsesión por el sentido
mágico y cosmológico, así como la perfección, de esta figura geométrica. En este
manuscrito, Herrera realizaría una reflexión basada en el pensamiento cristiano científico
de Ramón Llull y el racionalismo de la “geometría” neoplatónica. Por lo que se deduce
que, según Herrera, El Escorial constructivamente es un cubo, que, a su vez, contiene
otros cubos compartimentados.
Herrera también publicó sus diseños para El Escorial, tal y como solía hacerse en Italia.
Fueron dibujados por él con la ayuda de su discípulo Francisco de Mora, que fue, junto a
Juan Gómez de Mora uno de sus más fervientes seguidores. Los dibujos se acompañaban
de un texto breve e independiente. Herrera pretendía divulgar por toda Europa El Escorial
como modelo ideal del clasicismo español, que tanto influjo inmediato tuvo en España,
sobre todo en las construcciones de la primera mitad del siglo XVII, y se mantendría
posteriormente durante la Ilustración y hasta mediados del XX.
A Juan de Herrera también se le debe el Puente de Segovia de Madrid (1577); la
configuración del espacio urbano de la Plaza Mayor y la capilla funeraria de doña Juana
en las descalzas Reales; proyectos para el alcázar de Toledo y la remodelación de la plaza
de Zocodover, incluyendo partes de la casa consistorial. También hay que destacar la
catedral de Valladolid, que no llegó a finalizar.
Fuentes.•
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Tema 5
García Melero, J.E.- Historia del Arte Moderno. UUDD. UNED.
Hartt, F. ARTE. Historia de la pintura, escultura y arquitectura. Akal.
Ramírez, J.A.- Historia del Arte. La edad moderna. Alianza Editorial.
Barral i Altet, X.- Historia del arte de España. Lunwerg ediciones.
www.artehistoria.jcyl.es .- © Joaquín Yarza Luaces.
Arquitectura y urbanismo del siglo XVI en España.
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