I Provisión y castigo de deudas incobrables

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Actualidad y Aplicación Práctica
Provisión y castigo de deudas incobrables
Ficha Técnica
Autor : Miguel Ríos Correa
Título : Provisión y castigo de deudas incobrables
Fuente : Actualidad Empresarial Nº 268 - Primera
Quincena de Diciembre 2012
En el presente informe haremos un recorrido por los principales criterios emitidos
por el Tribunal Fiscal sobre la provisión y
castigo de deudas incobrables, tomando
como base lo señalado en el inciso i)
del artículo 37º del TUO del la Ley del
Impuesto a la Renta, aprobado mediante
el Decreto Supremo Nº 179-2004-EF
(en adelante LIR), y su correlato en el
Reglamento de la Ley del Impuesto a la
Renta (RLIR).
1. Provisión tributaria admitida
1.1. El carácter de la deuda incobrable
debe verificarse cuando se efectúa la provisión contable
Sobre el particular, el Tribunal Fiscal en
la RTF Nº 12364-1-2009 ha dispuesto:
“Que el inciso i) del artículo 37º de la
Ley del Impuesto a la Renta, aprobado
por Decreto Legislativo Nº 774, según
texto vigente en el ejercicio acotado,
dispone que a fin de establecer la renta
neta de tercera categoría se deducirá
de la renta bruta los gastos necesarios
para producirla y mantener su fuente,
en tanto la deducción no esté expresamente prohibida por dicha Ley, siendo
deducibles los castigos por deudas
incobrables y las provisiones equitativas por el mismo concepto, siempre
que se determinen las cuentas a las
que corresponden” (el subrayado nos
corresponde).
Se puede inferir que lo que realmente
“exige” el RLIR es que el momento
para la verificación de la provisión por
incobrables se encuentre vinculado a
la verificación objetiva de un “hecho”
(confirmación de una situación preexistente), el cual se desencadena en un
determinado ejercicio económico que
corresponde reconocerlo como una pérdida potencial en el mismo; sin perder
de vista que este “hecho” por sí solo
no puede generar el reconocimiento
del gasto por la incobrabilidad de una
deuda para fines tributarios, así, además, debemos cautelar el cumplimiento
irrestricto de las reglas tributarias aquí
glosadas.
Más allá de la técnica legislativa (la norma induce que es en el momento del
castigo que se toma el gasto), lo cierto
es que si bien la provisión o estimación
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por cobranza dudosa no configura todas
las reglas para la deducción del gasto,
el momento en que el gasto surte sus
efectos no es otro que el ejercicio en que
se realiza la referida provisión, siendo el
ejercicio en que se cumplen las reglas
para el castigo, una suerte de CONFIRMACIÓN de un gasto ya tomado en un
ejercicio precedente (en el momento de
la provisión de cobranza dudosa). No
obstante, si las reglas para la confirmación del gasto, el castigo, no se llegasen a
cumplir, en ese ejercicio se debe realizar
la adición del gasto ya tomado.
1.2. Para efectuar la provisión por deudas incobrables se debe acreditar
la condición de incobrable, que
la deuda se encuentre vencida y
demostrar dicha circunstancia
A través de la RTF Nº 0567-5-2003,
se ha dispuesto que: “Respecto de lo
argumentado por la recurrente, en el
sentido que la empresa deudora se encontraba en liquidación, cabe indicar
que dicho argumento por sí solo no demuestra necesariamente las dificultades
financieras del deudor o el riesgo de
incobrabilidad”.
De acuerdo con el criterio aquí establecido, debe tenerse presente que para el
reco-nocimiento como gasto de las deudas incobrables, las opciones dispuestas
en la norma para este fin no pueden
ser solo invocadas, sino que se debe
demostrar fehacientemente el cumplimiento de tales reglas, de manera que, la
primera recomendación es la obligación
de documentar la situación alegada, por
ejemplo si la provisión se ha efectuado
por morosidad del deudor en base a las
gestiones de cobro, debe demostrarse
las mismas. Si bien no hay una regla
específica en la norma sobre el flujo documentario que se considera necesario
para ello, la idea es que se conserven
las cartas enviadas, la relación de las
fechas y horas de las llamadas (con
la grabación respectiva de la misma,
al menos en forma de muestreo), las
actas de no asistencia a conciliar, etc.
Es decir, quien se encuentre proyectando
la deducción del gasto debe también
proyectar la forma de acreditar la
opción que tomará como motivo para
la provisión y el posterior castigo de
la deuda incobrable.
1.3. La existencia de dificultades financieras del deudor que hagan
previsible el riesgo de incobrabilidad
Sobre este punto, la RTF Nº 01657-42007 ha dispuesto: “Que de conformidad
con las normas glosadas, y de acuerdo
con lo establecido por este Tribunal en
las Resoluciones Nº 06985-3-2007 y
Nº 12364-2009, las provisiones por
deudas incobrables constituyen una de
las provisiones admitidas por la Ley del
Impuesto a la Renta, estando sujeta su
deducción tributaria al cumplimiento
de ciertos requisitos que acrediten: 1) la
condición de incobrable, por cualquiera
de las alternativas descritas en la norma,
es decir, demostrarse la existencia de dificultades financieras del deudor que hagan
previsible el riesgo de incobrabilidad,
o, la morosidad del deudor, que puede
acreditarse, entre otros con el transcurso
de más de 12 meses desde la fecha de
vencimiento de la obligación sin que esta
haya sido satisfecha; 2) el riesgo de la provisión que permita a la Administración la
verificación y seguimiento de las deudas
calificadas como incobrables, para lo cual
deberá anotarse en forma discriminada en
el Libro de Inventarios y Balances al cierre
de cada ejercicio; y, 3) la proporcionalidad de la deducción respecto del monto
que califica como incobrable”.
Debido a la redacción de la norma,
tal como se aprecia en el epígrafe, la
primera idea que sobre las reglas para
la provisión llega a nosotros, es la acreditación de las dificultades financieras,
no obstante como se observa del pronunciamiento del Órgano Colegiado, el
punto de partida tributario es el carácter
de incobrable que debe ostentar la deuda. Siendo así, debemos dar por sentado que el “demostrar” la morosidad o
la existencia de dificultades financieras
del deudor constituye un vehículo o un
medio para “acreditar” la condición de
incobrable de las deudas, para efectos
de una correcta provisión, siendo un
tema menor, el buscar por cualquiera de
las opciones establecidas en la norma,
“demostrar” la morosidad o la existencia de dificultades financieras de forma
aislada, sin vincular dichas situaciones
al tema de fondo, esto es, la condición
de incobrable.
Al respecto, la RTF Nº 02235-2-2003
ha definido que: “En el caso de autos,
si bien la recurrente ha acreditado la
morosidad de la empresa (…) mediante
diversas car-tas de requerimiento de
pago remitidas tanto a la citada empresa
como a su aval durante los años 2000 y
2001, cabe indicar que la empresa (…)
mediante cartas de fechas 20 y 30 de
diciembre de 2000 (folios 405 y 406)
reconoce su obligación de pago y se
compromete a efectuarlo dentro de un
plazo determinado, tal como se aprecia
en las siguientes citas: ‘… Es nuestro
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deseo que esta situación difícil se supere
en el menor tiempo posible, y tenga la
seguridad que logrado ello estaremos
cumpliendo con el pago de la deuda
contraída con ustedes’, ‘…por ello apelamos a vuestra comprensión para que
nos den un tiempo no mayor a treinta
días para empezar a cancelarles la deuda…’, consecuentemente, se evidencia
que durante el año 2000 no existía un
riesgo de incobrabilidad de la deuda”.
De la resolución citada en el párrafo precedente se obtiene un importante criterio
que corrobora lo expuesto anteriormente;
más allá de que materialmente se
puede demostrar la existencia de dificultades financieras o de morosidad,
a través de cualquiera de las opciones
señaladas por la norma, lo que debe
primar es el carácter o la naturaleza
de incobrable de las deudas a provisionar; de lo contrario, dentro de un
procedimiento de fiscalización o verificación, la Administración Tributaria no se
preocupará por analizar el cumplimiento
de los mecanismos utilizados para señalar
los problemas financieros o la mora, si
primero no se ha demostrado el riesgo
de incobrabilidad.
Por ello, cualquier compromiso o comportamiento del deudor para honrar la
obligación debería ser razón suficiente
para evitar la provisión de cobranza
dudosa, si se quiere evitar una posible
contingencia.
1.3.1. Mediante análisis periódicos de
los créditos concedidos o por
otros medios
Sobre el particular, la RTF Nº 17044-82010 ha señalado: “Que de la revisión
de la documentación que obra en autos,
se advierte que si bien la recurrente
podía contar con información histórica
de sus clientes almacenada en medios
informáticos, no cumplió con proporcionar documentación fehaciente que
acreditara que en los ejercicios acotados
efectivamente hubiera hecho uso de tal
información u otra existente para llevar
a cabo análisis periódicos de los créditos otorgados, o que sustentara que en
dichos periodos sus clientes presentaron
dificultades financieras que implicaban un
riesgo de incobrabilidad, más aún si las inconsistencias halladas en la conformación
de la provisión, cuya deducción ha sido
reparada, como la inclusión de deudas
canceladas o refinanciadas, desvirtúan
que se hubiera practicado un análisis
particular por cada crédito”.
Como se ha expresado en los párrafos
precedentes, las opciones para demostrar la existencias de dificultades
financieras constituyen tan solo un
vehículo para acreditar la condición de
incobrabilidad de la deuda, más aun,
de acuerdo con el criterio esbozado en
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la resolución anteriormente glosada, lo
que se debe demostrar no es la implementación, contratación o existencia de
aplicativos informáticos o instrumentos
de gestión para cobranza, sino que tales
herramientas permitan un flujo de
información adecuado, al detalle y
principalmente actualizado sobre las
condiciones y el estado de la deudas,
por ejemplo que excluyan las cuentas
por cobrar sobre las que existe un
compromiso de pago del deudor, o
el sometimiento a un procedimiento
de fraccionamiento o de refinanciamiento de la deuda, y por supuesto
excluir las deudas ya canceladas, de
manera que se pueda probar ante una
revisión de la Administración Tributaria,
que, en efecto, la información ha sido
utilizada para el análisis periódico de los
créditos concedidos.
1.4. La morosidad del deudor
1.4.1. La documentación que evidencie las gestiones de cobro luego
del vencimiento de la deuda
La RTF Nº 17044-8-2010 ha señalado:
“Que sobre el particular, resulta preciso
anotar que la Ley del Impuesto a la
Renta y su reglamento no han precisado
la forma o procedimiento especial que
se debe seguir para efectuar la cobranza
de la deuda, por lo que dicha gestión
se puede efectuar por distintos medios,
como puede ser por escrito, por llamadas
telefónicas de carácter personal, no así
de manera automática, personalmente, u otros medios tales como el correo
electrónico, mensajes de texto, siempre
y cuando se encuentre acreditada su
efectiva realización y recepción por parte
del deudor”.
Debemos tener presente la precisión
advertida, es decir, si bien la norma no
ha definido procedimiento alguno, hay
prácticas que para el Tribunal Fiscal no
constituyen formas válidas para demostrar la gestión de cobro, como las llamadas automáticas.
En la misma línea, la RTF N° 02976-22004 ha dispuesto que: “Al respecto la
recurrente refiere que, ante la morosidad
de sus clientes se iniciaban acciones telefónicas de cobranza y cuando se producía
el incumplimiento de pago de dos o más
facturas se encargaba la gestión de cobro a
empresas contratadas especialmente para
ello, las que requerían el pago mediante
llamadas telefónicas, visitas y envíos de
cartas (…) Con relación a las constancias
presentadas debe señalarse que al no
estar acompañadas de la documentación
sustentatoria respectiva que acredite la
realización de los actos que en ellas se
afirma haber efectuado, no desvirtúan
las acotaciones de la Administración. En
lo que respecta a las copias de las facturas
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por gestión de recuperación, debe indicarse que en ellas no se identifica a qué
acreencias están referidas y por lo tanto
no acreditan que correspondan a las deudas provisionadas al cierre del ejercicio y,
en cuanto a las facturas por comisiones de
cobranza, estarían referidas a deudas que
efectivamente llegaron a cobrarse, por lo
que desvirtúan los reparos” (el subrayado
nos corresponde).
Asimismo, la RTF N° 7447-3-2008
ha establecido: “Que de otro lado,
respecto de los comprobantes de pago
y documentos detallados en el Anexo
2.1, de la Resolución de Determinación N° 012-003-0007816 (fojas 360
a 380), se tiene que sobre ellos no se
acredita que hayan transcurrido más
de 12 meses desde la fecha de vencimiento de la obligación ni se encuentra
acreditado el riesgo de incobrabilidad
o morosidad del deudor, siendo que la
documentación presentada consistente en cartas simples a un estudio de
abogados para que inicie una acción
judicial, y con relación a las gestiones de
cobranza encargada a otras empresas,
debe tenerse presente que de acuerdo
con lo señalado por este Tribunal en la
Resolución N° 02976-2-2004, la correspondencia o constancia presentadas por
estas deben estar acompañadas de la
documentación sustentatoria respectiva
que acredite la realización de los actos
que en ellas se afirma haber efectuado
(el subrayado nos corresponde).
De las resoluciones citadas en los párrafos anteriores se pueden desprender
las reglas siguientes: de contratarse a un
tercero con el propósito de encargarle las
gestiones de cobranza, no basta adjuntar
el comprobante de pago emitido por
el proveedor de los referidos servicios,
es imperativo para el Tribunal Fiscal
que se adjunte la documentación
sustentatoria que acredite la materialización de las gestiones de cobro,
como constancias de reunión firmadas por ambas partes, notificaciones
al domicilio siguiendo las reglas del
Código Procesal Civil, grabaciones de
llamadas, etc.
Otro elemento a tomar en cuenta es
el momento en que deben realizarse
las gestiones de cobro; así, la RTF
Nº 17044-8-2010 establece: “Que
respecto a la documentación presentada consistente en cartas, reportes
de listados y facturas, en relación con
las gestiones de cobranza encargada a
terceros, debe tenerse en cuenta que
(…) la correspondencia o constancias
presentadas por dichas empresas deben
estar acompañadas de la documentación sustentatoria respectiva que acredite la realización de los actos que en
ella se afirman haber efectuado y debe
demostrarse que las facturas corresponActualidad Empresarial
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den a las deudas provisionadas al cierre
del ejercicio materia de reparo. Que de
acuerdo con lo expuesto, en el presente
caso, la recurrente no ha presentado
medios probatorios a fin de acreditar
que, en efecto, las referidas acciones
se realizaron durante los ejercicios acotados y si correspondieron a las deudas
provisionadas, cuya deducción ha sido
reparada, ni se ha dejado constancia
que hayan sido recibidas por los deudores a fin de acreditar su morosidad”
(el subrayado nos corresponde).
Se observa de la resolución anteriormente glosada, que la documentación
sustentaroria con la que se demuestre
la gestión de cobro debe pertenecer
al ejercicio en que se efectuó la provisión de la deuda como cobranza
dudosa; es decir, las acciones de cobro
dirigidas a la recuperación de la deuda
que permitan la provisión deben realizarse con la intención de acreditar la
morosidad del deudor.
De ello se desprende que, si la provisión se realizó en el ejercicio 2010, la
documentación que sustente las gestiones de cobro debe evidenciar que las
comunicaciones, llamadas telefónicas,
invitación a un centro de conciliación
extrajudicial, etc. se efectuaron en el
2010; de lo contrario, la provisión sería
injustificada, ya que implicaría entonces
que no se habría realizado (o no se
podría demostrar) la ejecución de las
acciones de cobranza.
Otras acciones que, a criterio del Tribunal
Fiscal, tampoco constituirían mecanismos de coerción de pago son: a) el
corte del suministro parcial o total (sea
de servicios o de bienes), ya que: “(…)
el cliente moroso podría optar por no
contar con el servicio o contratar los
servicios de un tercero”; b) notificación de baja, toda vez que: “(…) por
sí solas, no califican como acciones de
cobranza, y si bien, según señala, en las
referidas cartas se detallaba la deuda
pendiente de pago y se concedía a los
clientes morosos un plazo para regularizarla, bajo sanción de darlos de baja
como abonados, no se ha acreditado
que su contenido hubiese respondido a
la exigencia coercitiva de pago de deudas vencidas e identificadas”; c) invitaciones a refinanciamiento sobre las que
no se proporcione la documentación
y demás elementos probatorios que
sustenten el requerimiento de cobro,
considerando que dichas invitaciones
por sí solas no califican como gestiones de cobranza; d) envío a central de
riesgo – INFOCORP, en tanto dicho acto
solo constituye el someter al deudor
a una lista específica de deudores,
no siendo dicho acto por sí solo una
gestión de cobranza.
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1.5. El protesto de documentos o el
inicio de procedimientos judiciales de cobranza
Sobre el particular, el criterio esbozado
por la jurisprudencia es la obligación de
ejercitar el protesto de documentos o las
acciones judiciales en el referido periodo.
Así, la RTF Nº 02235-2-2003 ha expresado que: “Asimismo, el protesto de las
letras de cambio y el inicio del proceso
judicial de obligación de dar suma de dinero se realizaron recién en el 2001, de lo
que se concluye que durante el 2000 no
había riesgo de incobrabilidad, requisito
exigido por el inciso f) del artículo 21º
del Reglamento de la Ley del Impuesto
a la Renta”.
Como se aprecia, nuevamente se vincula
a la provisión de cobranza dudosa el ejercicio en que se efectúen las acciones (en
este caso el protesto o los procedimientos
judiciales), para demostrar de forma fehaciente la morosidad del deudor, y con
ello acreditar posteriormente el carácter
incobrable de la deuda. Cabe referir que,
si en base al protesto o la judicialización de la deuda se logra recuperar la
misma, la provisión debe revertirse
considerando que la estimación no
llegó a materializarse.
1.6. Que hayan transcurrido más de
doce (12) meses desde la fecha
de vencimiento de la obligación
sin que esta haya sido satisfecha
Esta opción es quizá la más ampliamente
utilizada, ello por la ausencia del flujo
de documentación para su probanza; no
obstante ello, debe acreditarse un hecho
mínimo, consistente en el transcurso de
los doce (12) meses desde la fecha del
vencimiento de la obligación, ya que de lo
contrario será obligatoria la acreditación
de la morosidad a través de la respectiva
documentación sustentatoria, conforme
a las opciones a que nos hemos referido
en los párrafos precedentes.
Al respecto, la RTF Nº 00195-4-2010
señala: “Que conforme al Anexo Nº
01 al Resultado de Requerimiento Nº
00067248 y se verifica de autos, los
únicos documentos que presentó la
recurrente para sustentar la provisión
de las deudas de la mencionada empresa fueron las copias de las facturas Nº
022-0000843 (fojas 1789 y 1790), en
las que figura como fecha de emisión
14/05/2002 y 03/05/2002 y como
fecha de vencimiento 13/06/2002 y
02/06/2002, por lo tanto, tales documentos a la fecha de la provisión (menos de 12 meses del vencimiento de la
obligación) no acreditan la calidad de
morosa de la deudora, y en la medidaque no se ha aportado ningún medio
probatorio que sustente las dificultades
financieras de la mencionada deudora, o,
la morosidad de la misma, corresponde
mantener el reparo” (el subrayado nos
corresponde).
1.7. Que la provisión al cierre de cada
ejercicio figure en el Libro de
Inventarios y Balances en forma
discriminada
En principio, sobre el asunto del epígrafe, en reiterada jurisprudencia tal como
la Resolución Nº 06985-3-2007, el
Tribunal Fiscal ha señalado: “(…) que
es la propia Ley del Impuesto a la Renta
la que obliga a determinar las cuentas
a las que corresponde la provisión de
cobranza dudosa, por lo que el requisito
referido a que la provisión figure en
forma discriminada en un determinado
libro contable no es una formalidad
prevista por el reglamento que excede
a la ley”.
No obstante lo anterior, el Tribunal
Fiscal en reiterada jurisprudencia ha establecido que la discriminación no debe
realizarse necesariamente dentro del
mismo Libro de Inventarios y Balances;
al respecto, la RTF Nº 7447-3-2008,
ha señalado que: “(…) el Tribunal Fiscal ha considerado que se cumple con
el requisito de la discriminación de la
provisión de cobranza dudosa en el
Libro de Inventarios y Balances cuando
esta figura en otros libros o registros en
forma discriminada o esta información
está consignada en hojas sueltas anexas
legalizadas” (el subrayado nos corresponde). Similar criterio se ha expuesto
en la RTF Nº 04321-5-2005 que ha
establecido que: “(…) aún cuando la
provisión no figure discriminada en el
Libro de Inventarios y Balances, dicho
requisito se cumple con el detalle que
se ha efectuado en el Libro Diario legalizado en el que se indica el número de
documento que contiene la deuda que
tiene la condición de cobranza dudosa, el
vencimiento, la identificación del cliente
y el importe de la provisión, datos que
permiten a la Administración la verificación y el seguimiento de la condición
de incobrabilidad de las cuentas y su
proporcionalidad” (el subrayado nos
corresponde).
Debe considerarse además que la legalización de estas hojas sueltas o registro
auxiliar no posee un plazo específico establecido por la norma; siendo ello así, el
plazo no es una condición para desconocer el gasto. Al respecto, el Tribunal Fiscal
en la RTF Nº 1317-1-2005 ha señalado
que: “(…) el hecho que el anexo al Libro
de Inventarios y Balances se encontrara
legalizado con posterioridad no afecta la
validez de la información que contiene,
en tanto se haya presentado documentación adicional, como son los originales
de parte de la documentación comercial
y bancaria de las cuentas de cobranza
dudosa provisionadas, que permitan
corroborar la fehaciencia y preexistencia
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de los hechos que el anexo detalla” (el
subrayado nos corresponde).
1.8. La provisión, en cuanto se refiere
al monto, se considerará equitativa si guarda relación con la parte
o el total de la deuda estimada
como cobranza dudosa
Esta condición o regla es el corolario
de la anterior, la única finalidad para
haber legislado la discriminación de
la provisión en el Libro de Inventarios
y Balances es la identidad, del todo o
de una parte, entre la provisión de la
cobranza dudosa y su posterior castigo. Adviértase entonces que la condición
de equitativa (identidad) tiene incidencia
en dos momentos; primero, para la provisión (con la deuda que posee el carácter
de cobranza dudosa) y después para el
castigo (con la provisión efectuada). Sobre
este punto, la RTF Nº 01317-1-2005
ha dispuesto que: “(…) en el Libro de
Inventarios y Balances se consignaba en
forma global el importe de la provisión
para cuentas de cobranza dudosa, pero
en hoja legalizada anexa al referido libro
se había consignado el detalle de las
acreencias que conforman las referidas
provisiones, como son la identificación
del cliente, el número del documento
que tendría la condición de cobranza
dudosa y el importe de la provisión, que
permitirían la verificación y seguimiento
de la condición de incobrable de aquellas, así como de la proporcionalidad de
la deducción, que es la razón de ser del
requisito discriminado de la provisión” (el
subrayado nos corresponde).
2. Castigo tributario admitido
Pues bien, una vez demostrado y acreditado el carácter de cobranza dudosa por
cualquiera de las opciones desarrolladas
en el punto anterior, discriminada la
provisión al cierre en por lo menos un
ejercicio, siempre que los montos provisionados guarden relación con la deuda,
y sujetándonos a las consideraciones
vertidas por el Tribunal Fiscal para cada
uno de los requisitos establecidos para
efectuar la provisión, podemos pasar a
analizar las condiciones a cumplir para el
castigo de las deudas de cobranza dudosa.
Para ello, es necesario que se cumpla con
alguna de las siguientes situaciones:
De acuerdo con lo nombrado en el inciso
g) del artículo 21° del Reglamento de la
Ley del Impuesto a la Renta, para efectuar el castigo de las deudas de cobranza
dudosa, se requiere que la deuda haya
sido provisionada y se cumpla, además,
con alguna de las siguientes condiciones:
2.1. Se haya ejercitado las acciones judiciales pertinentes hasta establecer
la imposibilidad de la cobranza,
salvo cuando se demuestre que es
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inútil ejercitarlas o que el monto
exigible a cada deudor no exceda
de 3 UIT. La exigencia de la acción
judicial alcanza, inclusive, a los
casos de deudores cuyo domicilio
se desconoce, debiendo seguírseles
la acción judicial prescrita por el
Código Procesal Civil.
La acción judicial que debe seguirse
en estos casos es el proceso contencioso de obligación de dar suma de
dinero que en función de la cuantía
de la deuda se harán a través de los
procesos sumarísimo, abreviado o
de conocimiento. Las personas con
domicilio conocido serán notificadas
en este y para el caso de personas
con domicilio desconocido, las
notificaciones se harán a través de
publicaciones. La cuantía se mide en
función de unidades de referencia
procesal (URP) que es equivalente
al 10% de la UIT, es decir, una URP
equivale a S/. 365.00 para el 2012.
Proceso
sumarísimo
Hasta 100 URP
(≤ S/.36,500.00)
Proceso
abreviado
De 100 a 1000 URP
(> S/.36,500.00 hasta
S/.365,000.00)
Proceso de
conocim.
De 1000 URP
en adelante
(> S/.365,000.00)
Las empresas del sistema financiero
podrán demostrar la imposibilidad
de ejercitar las acciones judiciales
por deudas incobrables, siguiendo
el procedimiento definido en la
Circular Nº B-2185-2010 emitida
por la SBS, cuando el Directorio
de las referidas empresas declare
la inutilidad de iniciar acciones
judiciales correspondientes. Dicho
acuerdo deberá ser ratificado por
la SBS, mediante una constancia
en la que certifique que las citadas empresas han demostrado
la existencia de evidencia real y
comprobable sobre la irrecuperabilidad de los castigos que serán
materia de castigo. La referida
constancia será emitida dentro del
plazo establecido para la presentación de la declaración jurada anual
del ejercicio al que corresponda el
castigo o hasta la fecha en que la
empresa hubiera presentado dicha
declaración, lo que ocurra primero. De no emitirse la constancia en
los referidos plazos, no procederá
el castigo.
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2.2. Tratándose de castigos de cuentas
de cobranza dudosa a cargo de personas domiciliadas que hayan sido
condonadas en vía de transacción,
deberá emitirse una nota de crédito
a favor del deudor. Si el deudor realiza actividad generadora de rentas
de tercera categoría, considerará
como ingreso gravable el monto de
la deuda condonada.
2.3. Cuando se trate de créditos condonados o capitalizados por acuerdos de la Junta de Acreedores
conforme a la Ley General del
Sistema Concursal, en cuyo caso el
acreedor deberá abrir una cuenta
de control para efectos tributarios
denominada “acciones recibidas
con ocasión de un proceso de
reestructuración.
3. Momento para acreditar la
documentación sustentatoria
Es importante recordar que el momento
para acreditar con la información sustentatoria las opciones tomadas para
efectos de una correcta provisión por
deudas de cobranza dudosa, es durante el procedimiento de verificación
o fiscalización tributaria, tal como se
puede inferir del artículo 141º del
TUO del Código Tributario, aprobado mediante Decreto Supremo Nº
135-99-EF, el mismo que precisa que
excepcionalmente podrán admitirse a
trámite, con ocasión de la interposición
de un Recurso de Reclamación, aquellos medios probatorios requeridos y
no presentados en un procedimiento
de fiscalización o verificación, siempre
que el contribuyente pruebe que la
omisión se generó por una causa no
imputable a él, o acredite la cancelación del monto reclamado vinculado
a los medios probatorios presentados
extemporáneamente, o presente carta
fianza bancaria o financiera por dicho
monto actualizada hasta por seis (6)
meses posteriores a la fecha de la interposición de la reclamación.
Al respecto, la RTF Nº 04955-5-2006
ha considerado: “Que si bien en la etapa
de reclamación, la recurrente presentó
diversos medios probatorios, tales como
copias de las cartas dirigidas a sus clientes
solicitándoles la cancelación de las letras
emitidas por el refinanciamiento de sus
deudas a fin de evitar el inicio de las
acciones legales correspondientes, así
como los análisis de los créditos otorgados
que muestran los movimientos de las
cuentas por cobrar a sus clientes y explican los créditos concedidos, no acreditó
encontrarse en alguno de los supuestos
de excepción contemplados en el artículo
141º del Código Tributario, por lo que no
correspondería admitirlos” (el subrayado
nos corresponde).
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