TECNOLOGÍAS PARA EL VERTIDO CERO El vertido cero y la industria La mayoría de las industrias utilizan agua durante su proceso de producción, ya sea para limpiar, calentar y enfriar, para generar vapor, para transportar sustancias o partículas, como disolvente y como parte constitutiva del propio producto. Después de su utilización esta agua acaba generando una cantidad considerable de efluentes de agua residual. Por lo que, la gestión de estos residuos y vertidos se ha convertido en uno de los retos más importantes del siglo XXI. Cada vez hay más agentes que se posicionan a favor de orientar las soluciones de gestión de residuos hacia el concepto del reaprovechamiento y la recuperación, en vez de la eliminación. Debido a que esta última resulta muy costosa y, además, no ofrece respuesta a las necesidades medioambientales. Ante esta situación, la filosofía del vertido cero se está configurando como la opción de futuro. Esta idea es entendida como un conjunto de técnicas y procesos por los que se recuperan y se reutiliza la mayor cantidad de agua residual posible, lo que supone una reducción considerable del consumo de agua. Por otra parte, este concepto también implica minimizar la cantidad de residuos que han de cederse al gestor, lo que también supone un ahorro económico. Como hemos visto, mediante este proceso el concepto de vertido queda excluido. Debido a estas razones resulta un proceso sostenible. Para muchas empresas, la eliminación de los residuos generados no sólo supone un problema medioambiental de grandes dimensiones, si no que a menudo también es una cuestión de primer orden por sus elevados costes económicos. Ante esta situación tanto empresas como gobiernos están promoviendo una nueva manera de gestionar los desechos basada en el vertido cero (minimizar de residuos, a la vez que se maximizan los procesos industriales de reciclaje y reutilización). Tecnologías y procesos Para conseguir el vertido cero hay que tratar el agua residual hasta obtener agua de una calidad suficiente como para introducirla de nuevo en el proceso productivo. El recuperar la mayor cantidad de agua posible conlleva obtener la mínima cantidad de rechazo final. Estos objetivos se consiguen mediante diversas tecnologías de concentración y minimización, que podemos clasificar en: a) Tecnologías de membranas: Osmosis Inversa y Nanofiltración. b) Tecnologías de separación térmica: Evaporación y Cristalización Estas tecnologías pueden usarse solas o combinadas. De su combinación dependerá la cantidad final de agua recuperada. La evaporación al vacío es una de las tecnologías más y eficaces para la minimización y tratamiento de residuos industriales líquidos en base acuosa, ya que puede llevar a la obtención de un sistema de tratamiento con vertido cero. Además, los equipos de evaporadores al vacío más modernos presentan un elevado grado de automatización, con posibilidad incluso de control on-line vía módem, por lo que resultan muy fáciles de manejar y ocupan poco espacio. Con el fin de reducir los costes de gestión, se suele combinar la evaporación al vació con otras soluciones tecnológicas. No podemos hablar en general, siempre tendremos que hacerlo en función del caudal a tratar y de la contaminación presente en el efluente. Pero un método eficaz es combinar la evaporación con un proceso previo basado en la tecnología de membranas, como la ósmosis inversa. Debido a que esta tecnología permite recuperar alrededor del 95% de las aguas residuales, obteniendo un agua destilada que puede ser reutilizada. Y los residuos de salmuera restantes pueden ser reducidos a sólidos en un cristalizador antes de ser enviados a un gestor autorizado. Las tecnologías más tradicionales de tratamiento de aguas residuales, como: la depuración físico-química y depuración biológica, no se adecuan a la filosofía del vertido cero. La depuración físico-química no es conveniente para un vertido cero, porqué no está pensada para reciclar el agua, sino para ser vertida. Esta tecnología también genera una cantidad de lodos importante, por lo que no es la tecnología ideal para minimizar el residuo. Por otro lado, la depuración biológica tampoco está pensada para minimizar el residuo, aunque la generación de lodos no es excesiva. Esta tecnología tampoco tiene la versatilidad de un evaporador al vació, ya que no sirve para todo tipo de efluente, además el agua obtenida tendría que res tratada antes de reutilizase ya que estaría contaminada por la bacterias encargadas de la depuración biológica. Sectores de aplicación El rango de aplicación de estos equipos es prácticamente ilimitado. Algunas de las aplicaciones más comunes son: emulsiones aceitosas, taladrinas, desmoldeantes, purgas de compresores, aguas lavado de suelos; aguas de lavado de cisternas y reactores (industria química, farmacéutica, cosmética, perfumería); baños de trabajo y aguas de lavado en procesos galvánicos y tratamientos de superficies o líquidos penetrantes. Esta técnica permite también el tratamientos de residuos de artes gráficas (aguas limpieza, tintas), residuos de laboratorios fotográficos o salmueras (industria alimentaria). Conclusión La mejor forma de garantizar que la actividad llevada cabo por una empresa no tendrá ningún impacto sobre su entorno y de que se reaprovecharán los recursos naturales consumidos, principalmente agua, es apostar por el vertido cero. Mediante un diseño a medida y la combinación adecuada de las diferentes tecnologías disponibles, especialmente evaporadores y cristalizadores, en Condorchem Envitech ya hemos ayudado a muchos de nuestros clientes a alcanzar este objetivo. Escrito por: Condorchem Envitech www.condorchem.com