Rodillo ventral: el CG pasa de 5 a 10 cm por encima del listón. Tijeras: el CG pasa de 25 a 30 cm por encima del listón. Rodillo del Oeste: el CG pasa 15 cm por encima del listón. Cierre del Este: el CG puede llegar a pasar de 2 a 5 cm por encima del listón, aunque entre unos y otros atletas pueden llegar a haber diferencias de hasta 20 cm en función de su flexibilidad y técnica. JUGAR CON EL CENTRO DE GRAVEDAD EN EL SALTO Ser alto, patilargo y relativamente poco pesado son características que van a permitir ciertas ventajas en el salto de altura. Ruth con sus 1,86 de estatura y 63 kilogramos cumple sobradamente con ellas. Un reconocido biomecánico español, Jesús Dapena, que trabaja desde 1982 en el Departamento de Kinesiología de la Universidad de Indiana ha realizado desde la década de los 70 numerosos estudios del salto de altura mediante filmaciones en competiciones. Dapena ha realizado estudios recientes a saltadoras que franqueaban el listón por encima de 1,98 metros. En estos estudios se ha visto por ejemplo que el centro de gravedad al llegar a la batida frena su velocidad de avance en algo más de 10 kilómetros por hora y finalmente despega con velocidades verticales entre los 13,7 y 14,7 kilómetros por hora. La altura del listón que se va a franquear se puede descomponer como la suma de tres diferentes alturas. La primera de ellas es a la que se encuentra el centro de gravedad del atleta al final de la batida y representa por sí sola aproximadamente el 60% de la altura del listón. Los altos y patilargos van a partir con ventaja simplemente con que adopten una correcta posición al final de la batida. La segunda de las alturas es la que se eleva el centro de gravedad durante el vuelo y suele ser como promedio en las buenas saltadoras algo superior al 40 % de la altura del listón. Finalmente la tercera altura se mide en la parte más alta del vuelo y es la resta entre la del listón y la del centro de gravedad. Esta altura será negativa si el centro de gravedad pasa por encima del listón, como suele suceder. En buenas saltadoras se sitúa entre el –3 y –10% de la altura del listón. Pero ¿podría el centro de gravedad pasar por debajo del listón mientras el resto del cuerpo lo hace por encima sin derribarlo?. Aunque no es frecuente que suceda, el estilo de salto Fosbury lo permite pues se arquea el tronco durante el franqueo. Así efectivamente el centro de gravedad puede llegar incluso a pasar por debajo del listón sin que sea tocado. La ventaja de esto radica en que necesitaremos elevar menos el centro de gravedad desde la posición final de la batida e invertir menos energía. Basta pensar que algunas técnicas de salto anteriores como “las tijeras” aun siendo correctamente ejecutadas obligaban al centro de gravedad a pasar como mínimo unos 30 centímetros por encima del listón. Al final de la década de los 60 el saltador Fosbury populariza el estilo flop. Igual que otras veces es un atleta y no un científico quien introduce una nueva técnica, en este caso un nuevo estilo de salto, cuyo uso acaba generalizándose entre los saltadores de cierto nivel. De lo que hemos dicho se deduce que el centro de gravedad lo podemos situar fuera de nuestro cuerpo. De hecho en un aro de gimnasia rítmica el centro de gravedad se sitúa fuera del aro. Una persona basta que arquee el tronco hacia atrás, o mejor aun flexione el tronco y las caderas hacia delante, tal como proponía el biomecánico americano James Hay en su “salto definitivo”, para alejar el centro de gravedad. El salto propuesto por Hay permitiría franquear el listón sin que el centro de gravedad tuviera que elevarse tanto, pero no tuvo éxito ya que planteaba problemas importantes en la batida. El centro de gravedad no existe en la realidad, como sí existe un fémur o una rodilla. Es un punto imaginario muy recurrido por la biomecánica en sus explicaciones. Eso sí se puede calcular su ubicación con cierta precisión, incluso en un atleta que esté compitiendo. Por otro lado se le atribuyen una serie de propiedades, como la que poseen los seres vivos de cambiar su ubicación simplemente modificando la postura. La biomecánica usa el centro de gravedad, entre otras situaciones, cuando quiere describir una determinada técnica deportiva; ya sea la ideal o la que ha ejecutado un determinado atleta. Así este punto imaginario va a realizar unos recorridos a determinadas velocidades y su estudio nos permite simplificar el estudio del movimiento de todo el cuerpo. Los atletas no tienen porqué conocer cómo se calcula el centro de gravedad ni siquiera donde lo tienen ubicado en un determinado instante de la batida, pero aun así se encuentran constantemente interactuando y jugando con él, consiguiendo difíciles equilibrios, trayectorias ajustadísimas y cambios bruscos y arriesgados de velocidades. Todo ello es sin lugar a dudas mucho más complejo y al tiempo más rápido que los cálculos que realizamos los biomecánicos. Jesús Dapena al igual que otros científicos del deporte fue primero atleta (1964-1971), luego después de haber hecho de entrenador se ha dedicado a investigar desde la biomecánica aquello que primero ha conocido desde su práctica: el salto de altura. La típica carrera de aproximación en los buenos saltadores se encuentra en torno a 10 pasos. La primera parte de la carrera se hace en dirección perpendicular al listón mientras que los últimos pasos se dan describiendo una trayectoria curva. En los estudios de Jesús Dapena se ha visto en las saltadoras que el tiempo de duración de la batida era inferior al de los hombres y se situaba entre 0.14 y 0.18 segundos, casi el doble de la duración del apoyo en los corredores de 100 metros. La altura del listón que se franquea es la suma de 3 alturas parciales: La de batida (h1): es a la que se encuentra el centro de gravedad al final de la batida. Depende tanto de la constitución del saltador como de la posición que adopte en ese instante. La altura del vuelo (h2): es la que cubre el centro de gravedad desde la que tiene en la batida hasta llegar al punto más alto del vuelo. La altura de franqueo: es la diferencia entre la altura de vuelo y la altura a la que se encuentra el listón. Si el centro de gravedad pasa por encima del listón será negativa. Si pasa por abajo será positiva. En los buenos saltos el centro de gravedad pasará muy cerca o incluso por debajo del listón sin que ninguna parte del cuerpo llegue a tocarlo. A B A partir del análisis de la filmación (A) se interpolan posiciones intermedias del cuerpo entre dos imágenes y así se puede obtener un gráfico de saturación (B) en el que se visualiza la altura que libra en el franqueo la parte del cuerpo que más baja se encuentre. Este punto de vista es interesante ya que por muy alto que hubiéramos elevado el centro de gravedad podríamos derribar el listón durante el franqueo con cualquier parte del cuerpo (estos gráficos proceden de estudios de Jesús Dapena). Para franquear una misma altura del listón algunos estilos anteriores al Fosbury Flop requerían que el centro de gravedad se elevara bastante más durante el vuelo. Así, realizando perfectamente el estilo de “tijeras” el centro de gravedad franqueaba el listón unos 30 centímetros por encima. El llamado “salto definitivo” propuesto ya hace años por el biomecánico americano James Hay, permitiría en caso de poder ser realizado, pasar el listón con el centro de gravedad en posición más baja que en el estilo de Fosbury. El problema del “salto definitivo” es que el reglamento no permite batir con los dos pies a la vez. Al batir con un pie vamos a provocar un movimiento de giro que nos impedirá llegar en la posición que queremos al franqueo del listón. Xavier Aguado Jódar es biomecánico de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Castilla la Mancha