ISSN 2313 – 9811 DOCUMENTOS DE TRABAJO ESPECIFICIDADES NACIONALES E INDICADORES DE INNOVACIÓN Diana Suárez Documento de Trabajo Nº: 30 Fecha: diciembre de 2006 E-mail: [email protected] WEB: www.centroredes.org.ar Especificidades nacionales e indicadores de innovación Introducción En las últimas décadas ha quedado ampliamente comprobada la importancia de la innovación tecnológica y organizacional como medio para avanzar en el crecimiento y desarrollo económico. (Lundvall; 1992) En consecuencia, la medición de los aspectos que hacen al proceso innovativo, y su impacto en las actividades económicas, se ha vuelvo un factor clave tanto para la formulación e implementación de políticas públicas como para la toma de decisiones en el ámbito empresarial. En este contexto, la conformación de indicadores -y los conceptos o variables teóricas que les dan sustento- se ha convertido en el centro del debate en diversos ámbitos. Uno de los principales puntos de debate es la búsqueda por conciliar la doble necesidad de contar con indicadores comparables internacionalmente pero, al mismo tiempo, capaces de identificar las especificidades regionales y nacionales. Así, quizá los principales exponentes de esta doble necesidad sean el Manual de Oslo (OECD; 2005) y el Manual de Bogotá (RICYT; 2000). El primero tiene por objeto homogenizar la medición de los aspectos asociados a la innovación en los países miembros de la OECD y el segundo retoma el primero pero reconociendo las especificidades de América Latina y proponiendo indicadores para caracterizarlas. En paralelo con la publicación de diversos estudios en esta temática, se ha generado una cantidad importante de información estadística sobre el proceso innovativo en diferentes regiones del mundo. En el contexto de los países desarrollados, la OECD ha puesto a disposición numerosos indicadores de los países miembros. Al mismo tiempo, organismos internacionales como el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, así como también diversos emprendimientos regionales, como la Ricyt para el caso de Iberoamérica, posibilitan hoy el acceso a una amplia gama de información. Por esto, el objetivo del presente informe es recopilar parte de estas estadísticas a fin de analizar las diferentes especificidades latinoamericanas que se han ido poniendo de manifiesto durante los últimos años y que distinguen a la región de países desarrollados tales como Estados Unidos, los que conforman la Unión Europea o los nuevos países desarrollados del Sudeste Asiático tales como Corea y Japón. En este sentido, se propondrán 5 aspectos claves de nuestra región que la distinguen del resto de los países y que es necesario tener en cuenta al momento de generar indicadores útiles para el desarrollo y evaluación de políticas públicas y estrategias de carácter privado. Al respecto, caben una aclaración. Estos aspectos, aunque abarcan un amplio espectro de la realidad latinoamericana, no pretenden ser una enumeración acabada ni un ranking de especificidades. Por el contrario, surgen de las principales diferencias que se han ido manifestando en los últimos años en la región y cuya inclusión en el análisis del proceso innovativo puede conducir a una descripción errónea de la realidad y, a partir de ella, al desarrollo e implementación de políticas que, en el mejor de los casos, resultan inefectivas. El objetivo último es el de avanzar en la construcción de un set de indicadores capaces no solo de caracterizar la realidad del proceso innovativo en un determinado sistema nacional de innovación sino también de monitorearlo. La hipótesis de trabajo plantea que los indicadores de innovación que se producen en la actualidad no permiten 1 observar la realidad latinoamericana. En la región existen especificidades que impactan en los indicadores de innovación, por esto, estos indicadores resultan en algunos casos poco útiles puesto que no agregan información pertinente y en otros, peligrosos puesto que conducir a malinterpretaciones de los fenómenos innovativos. Dicho esto, el presente documento se encuentra dividido en 6 secciones. Luego de esta breve introducción, en las secciones 1 a 5 se presentan los aspectos que deberían agregarse al análisis del proceso innovativo a nivel nacional. Como se mencionara, se utilizará como recurso argumentativo la información estadística que surge de diversos ejercicios llevados adelante en algunos países seleccionados y que viene siendo recopilada por fuentes nacionales, regionales y mundiales. Finalmente, se plantean las conclusiones. Aspecto 1: El sector Productivo 1.1. Intensidad tecnológica y gasto en I+D La innovación y el cambio tecnológico son dos aspectos directamente relacionados con la evolución de la economía. Ya sea que se adopte un enfoque neoclásico, como son aquellos modelos que incorporan el cambio tecnológico a la función de producción, o un enfoque más de tipo heterodoxo, como los análisis a partir del Sistema Nacional de Innovación, no puede desconocerse la importancia del tipo de estructura productiva en la caracterización de un país. Tanto es así que durante las últimas décadas han surgido nuevas clasificaciones industriales que intentan superar la tradicional división entre el sector primario, el industrial y el de servicios. Así, las ramas de actividad económica clasificadas por el CIIU son también analizadas en términos de las taxonomías de Pavitt (basadas en ciencia, dominadas por proveedores, escala intensiva y proveedores especializados) (Pavitt; 1984) y a partir de la clasificación desarrollada por Lall (1992) y adoptada por la OECD (2000) de acuerdo a la intensidad de los gastos en investigación y desarrollo (Alta tecnología, media-alta tecnología, media-baja tecnología y baja tecnología), entre otros. Más allá de las críticas que han recibido las taxonomías propuestas no es posible omitir el hecho de que cualquier comparación entre estructuras productivas debería considerar la importancia de la tecnología en las actividades críticas de la firma. Es decir, el análisis del esfuerzo innovativo de las empresas –y de sus frutos- debería tomar en cuenta el sector de actividad donde las firmas operan, puesto que la intensidad del gasto en I+D varía de acuerdo al sector industrial. Así, una estructura sesgada hacia los productos de mayor contenido tecnológico, demandará, por definición, de mayores esfuerzos en la generación de tecnologías. Por el contrario, es esperable que una estructura sesgada hacia los sectores denominados low-tech, presente un menor gasto en estas actividades. Admitiendo las limitaciones estadísticas dadas por la falta de una única clasificación comparable internacionalmente y a fin de presentar una aproximación a las diferencias discutidas, en el cuadro 1 se exponen algunos datos referidos al comercio mundial de algunos bienes y servicios, entre ellos, los considerados más dinámicos. Aunque es posible encontrar aún dentro de los sectores más tradicionales –como la agriculturanichos de una alta intensidad tecnológica, estos suelen representar sólo una pequeña fracción del total del sector. En consecuencia, a pesar de la existencia de estos nichos high-tech, la tradicional clasificación presentada permite obtener, grosso modo, una imagen estática de la distribución regional de las exportaciones. 2 Como puede observarse en el Cuadro 1, América Latina y el Caribe -también, aunque con diferencias más marcadas, África-, tienen una baja participación en los productos de mayor contenido tecnológico y, por tanto, más intensivos en el uso de conocimiento y demandantes de mayores esfuerzos innovativos. Al respecto, mientras que en Europa y América del Norte, los productos químicos representan respectivamente el 10.7 y 14.9% de sus exportaciones, en América de Sur y Central éstos equivalen sólo al 6%. La brecha es aún mayor para el caso de los equipos para oficina y telecomunicaciones, rubro que incluye a las nuevas tecnologías de información y comunicación: en Estados Unidos estas manufacturas equivalen al 12.8% de sus exportaciones, en Europa alcanzan el 8% y en América de Sur y Central sólo el 1.4%. Cuadro 1: Participación de productos seleccionados en las exportaciones totales de cada región (2004) Productos Industria Hierro Productos Combustibles Textiles Agrícolas automotriz y acero químicos América del Sur y Central América del Norte Europa África Asia Equipos para oficina y telecomunicaciones 28,9 33 0.9 4.1 4.4 6 1.4 9,9 10 1.3 13 1.3 10.7 12.8 9,1 12,1 6 7,5 59,1 7,7 2 0.6 3,7 12 1.7 7.2 3.3 2.6 2.7 14.9 3.3 7 8 0.7 26.2 Fuente: elaboración propia según datos OMC (2005) Asimismo, esta distribución se ha mantenido casi inalterada a lo largo del tiempo. En el cuadro 2 se presenta la estructura de las exportaciones según intensidad tecnológica de un conjunto seleccionados de países latinoamericanos1. Como puede observarse, entre 1990 y 2004 la estructura de las exportaciones se ha mantenido constante –con excepción de México-, concentrándose en las exportaciones de productos primarios y manufacturas basadas en recursos naturales. Aunque en Brasil las manufacturas de media intensidad tecnológica explican casi un tercio de las exportaciones totales en 2004 y en México las exportaciones de alta tecnología pasaron del 4% en 1990 al 27% en 2004 ambos casos merecen aclaraciones a parte. Casi la totalidad de las exportaciones mexicanas de alta y media intensidad tecnológica tienen su origen en la maquila y dado que la etapa de la producción llevada a cabo en México corresponde principalmente a las actividades de ensamblaje, se trata de un proceso productivo fuertemente demandante de mano de obra de menor calificación y escasa generación de conocimiento. (Lugones y Suárez; 2006) 1 Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Venezuela representaron, en 2004, alrededor del 85% del PBI y el 87% de las exportaciones de la región. 3 Cuado 2: Estructura de las exportaciones (%) - Países Seleccionados Productos primarios Argentina Brasil Colombia Chile Venezuela México 1990 41 28 65 32 83 47 2004 47 31 45 38 85 15 Basadas en RRNN 1990 29 26 13 58 7 13 2004 26 22 18 52 5 7 Baja intensidad tecnológica 1990 11 15 13 2 4 7 2004 7 11 13 2 2 14 Media Intensidad Tecnológica Alta Exportaciones intensidad Totales Tecnológica 1990 10 26 6 3 5 28 1990 2004 2 2 4 7 0 2 1 0 0 0 4 27 2004 16 28 16 5 7 37 1990 100 100 100 100 100 100 Fuente: Elaboración propia sobre los datos de CEPAL (2006). Respecto de Brasil, aunque los números parecen estar indicando una intensificación de contenido tecnológico, en una investigación realizada por De Negri et.al. (2005) se concluye que las firmas brasileras que han logrado una inserción internacional a partir de la diferenciación de producto y la intensificación tecnológica representan apenas el 1.7% del total de la estructura industrial de este país. En síntesis, los cuadros presentados ponen de manifiesto que no parecería lógico esperar que América Latina y el Caribe presentaran una proporción de gasto en I+D semejante a la de los países desarrollados, incluso, la tendencia observada no sugiere una intensificación tecnológica de las exportaciones. Así, afirmar que los países desarrollados gastan proporcionalmente más en I+D que los países en desarrollo resulta redundante. Por lo tanto, el indicador de intensidad de gasto (I+D/PBI) utilizado habitualmente para la comparación internacional, no es tan útil si se pretende explicar las diferencias internacionales así como tampoco para monitorear la evolución de los países en desarrollo en lo relativo a la ciencia y la tecnología. Por ejemplo, el aumento del gasto en I+D sin un incremento en la intensidad tecnológica de la estructura productiva podría estar indicando una baja capacidad de traducir este gasto en mayor generación de conocimiento productivo. A la inversa, un aumento de la intensidad tecnológica sin un incremento del gasto en I+D podría en realidad estar encubriendo actividades demandantes de mano de obra no calificada aún perteneciendo a sectores high-tech. Esto no implica asumir resignadamente que no puede esperarse que el gasto en I+D latinoamericano alcance al europeo o norteamericano; por el contrario, esto pone de manifiesto la necesidad de acompañar el tradicional análisis del gasto en I+D con indicadores de la intensidad tecnológica de la estructura productiva, a fin de detectar las causas estructurales que pueden estar incidiendo en los valores registrados y evaluar las posibilidades de revertir la situación. 1.2. La escala de producción Una consideración similar a la hecha respecto de la intensidad tecnológica de la estructura productiva debería realizarse respecto del tamaño de las firmas. Diversos autores han puesto de manifiesto la importancia de la escala en el desarrollo de actividades de innovación (Lugones, 2004). Hace ya algunos años, Katz y Kosacoff (1998) habían afirmado que la escala productiva de los países latinoamericanos se estimaba en 1/10 de la escala óptima internacional. No cabe duda que en algunos sectores la brecha se ha cerrado (producción de grano y aceite para exportación en el caso de Argentina, producción de aviones comerciales en el caso de Brasil, producción de cobre para el caso de Chile); sin embargo, tampoco cabe duda de que 4 2004 100 100 100 100 100 100 la heterogeneidad productiva ha aumentado por lo que, en otros sectores, la brecha respecto de la escala óptima incluso se ha ampliado. En el cuadro 3 se presenta la participación en el comercio mundial de mercancías y servicios de las regiones referidas anteriormente. De acuerdo con la OMC, América del Norte y Europa concentran el 61.55% del total de exportaciones de manufacturas del año 2004 y el 70.9% de las exportaciones de servicios comerciales del 2000. En este contexto, América del Sur y Central contribuyen con el 3.1% y 3.2% de las exportaciones de bienes y servicios, respectivamente y para los mismos años. Cuadro 3: Participación regional en las exportaciones mundiales de Mercancías (año 2004) y Servicios Comerciales (año 2000) América del Sur y Central América del Norte Europa África Asia Mercancías 3.1 14.5 45 2.6 26.8 Servicios 3.2 22.3 48.6 2.1 20.7 Fuente: elaboración propia según datos OMC (2005) Las diferencias se hacen aún más evidentes si la comparación se realiza entre países. En el cuadro 4 se presenta la participación en la distribución del Producto Interno Bruto en grandes rubros para un conjunto seleccionado de países. A fin de simplificar el análisis de dicho cuadro, los valores que se presentan surgen de utilizar como base los valores de Estados Unidos para cada rubro. Así, el índice para la Argentina en el rubro “Manufacturas” sería de 1.91%, para Brasil el 7.2% y para Colombia el 0.75%. Es decir, el producto bruto aportado por la industria en Estados Unidos es más de 52 veces superior al de Argentina. En el rubro almacenaje, transporte y comunicaciones, las diferencias son aún mayores: el valor aportado por este sector en la Argentina equivale al 1.54% del aportado por el mismo sector en Estados Unidos. Este cuadro pone de manifiesto una de las principales dificultades –o paradojaslatinoamericanas respecto de la escala productiva. A pesar de sus dimensiones físicas, la región cuenta con un reducido mercado interno, tanto en términos de cantidad de habitantes como de poder adquisitivo de la demanda. En consecuencia, sería esperable –y desde ya, deseable- una alta inserción en los circuitos internacionales de comercio. Como se desprende de los cuadros 3 y 4, esto no es así, lo que perpetuaría el ciclo vicioso de falta de competitividad por falta de escala y falta de escala por escasa competitividad. Cuadro 4: Distribución del PBI, sectores seleccionados (Estados Unidos=100%)* Agricultura, ganadería, caza y silvicultura Manufacturas Comercio por mayor y por menor, hoteles y restaurantes Transporte, almacenamiento y comunicaciones PBI Argentina Brasil Colombia Francia Alemania Japón Estados Unidos 9,34% 28,43% 6,11% 28,94% 16,79% 35,42% 100,00% 2,10% 6,76% 0,71% 15,74% 34,41% 55,08% 100,00% 1,11% 1,95% 0,48% 13,02% 16,37% 31,84% 100,00% 1,80% 3,58% 0,84% 16,41% 20,98% 38,53% 100,00% 1,31% 5,06% 0,82% 17,47% 23,40% 39,86% 100,00% * Año 2004 excepto Brasil y Japón para los cuales la información corresponde al 2003. Fuente: Elaboración propia según datos Naciones Unidas (2006) Ahora bien, en relación con el tema de estudio, esto es, la dinámica innovativa y sus respectivos indicadores, el objetivo de mostrar este tipo de indicadores es resaltar una 5 vez más que muchas veces la utilización de indicadores porcentuales o índices oculta el hecho de que se están comparando magnitudes diferentes y en cuestiones asociadas a la ciencia, la tecnología y la innovación las cuestiones de escala se vuelven un factor limitante. En términos de Peirano (2006) resultaría interesante entonces, conocer no solo las magnitudes en relación al total de recursos sino también aquellas asociadas a valores absolutos y procesos de acumulación. En primer lugar, cabría preguntarse en qué medida los gastos en I+D son divisibles, esto es, en qué medida puede gastarse proporcionalmente a la escala existente o, por el contrario, el pasaje de una escala a otra implica discontinuidades en la función de gasto en actividades de innovación. En segundo lugar, si esto fuera así, y el pasaje de una escala a otra es determinante del nivel de gasto en actividades de innovación, entonces deberían construirse indicadores capaces de reflejar la evolución de las dimensiones de la industria latinoamericana respecto de las de los países desarrollados a fin de analizar la dinámica del proceso productivo. Aspecto 2: Innovaciones de producto vs organizacionales y de proceso Las innovaciones no tecnológicas representan, para los países en desarrollo, una fuente de aumentos de productividad de singular importancia. El desarrollo de las capacidades tecnológicas está directamente relacionado con la modernización organizacional, esto es, nuevas formas de organización de la producción –toyotismo-, nuevas formas de comercialización –comercio electrónico-, nuevas formas de vinculación –plataformas electrónicas. (Lugones y Peirano; 2004) Aunque las ventajas que surgen de este tipo de innovaciones no son un atributo exclusivo de los países en desarrollo, las características de su entramado productivo conducen a que el espacio de mejora sea más amplio. También es importante distinguir los diferentes grados de importancia que asumen las innovaciones de proceso versus las de producto en el contexto de los países en desarrollo. Edquist (2001), por ejemplo, afirma que, por definición, los países en desarrollo asumen tal condición por el tipo de proceso productivo que desarrollan. Es decir, en la medida que la estructura productiva de estos países se encuentra por debajo de la frontera tecnológica internacional, cualquier mejora de corto plazo en la productividad debe basarse en una mejora en el proceso productivo. Si se acepta esto, parece lógico suponer que una empresa que produce con tecnologías antiguas –incluso obsoletas-, y que se encuentra en condiciones de invertir, opte por agiornar su sistema productivo. Así también, si ésta se encuentra incurriendo en costos por falta de eficiencia en sus procesos administrativos o pierde capacidad de responder a la demanda por su sistema de comercialización, tampoco parece desacertado invertir en mejoras de este tipo. En consecuencia, es probable que los indicadores capten un elevado número de actividades innovativas pero con un alcance limitado respecto de los resultados observados en las encuestas de los países desarrollados. Específicamente, un elevado número de empresas innovadoras –que innovaron en proceso y cuestiones organizacionales- y un reducido esfuerzo en términos monetarios así como también una baja tasa de empresas que han solicitado patentes. Como puede observarse en el cuadro 5, los países de mayor desarrollo presentan una mayor tasa de empresas que han implementado innovaciones de producto respecto de las que implementaron innovaciones de proceso. Inversamente, en aquellos países de menor desarrollo, la proporción se invierte. 6 Ahora bien, dadas estas características, es esperable que la estructura del gasto en innovación difiera entre países desarrollados y países en desarrollo. Las mejoras organizacionales tienen asociados gastos en capacitación, en gestión, en hardware y software de tipo front office. Las innovaciones de proceso, por su parte, demandan gastos en ingeniería y diseño industrial, en recursos humanos con calificaciones asociadas a las ingenierías, en hardware y software de tipo back office e inversiones en bienes de capital. En cambio, las innovaciones de producto, demandan mayores gastos en I+D, un laboratorio afín a estos gastos y recursos humanos con calificaciones asociados al core de la firma. Cuadro 5: Proporción de las empresas innovadoras TPP que implementaron innovaciones de producto e innovaciones de proceso (Países seleccionados)* 47% 61% 53% 87% 79% 83% 81% 71% 58% 41% Argentina Brasil Francia Alemania Innovadoras de producto Países Bajos Innovadoras de proceso * Argentina: período 1998-2001, Brasil 2001-2003, Alemania y Países Bajos, año 2000. Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC (2003); IBGE (2003) y EUROSTAT (2006) Esto no implica desconocer la importancia de la I+D para el desarrollo de una firma sino considerar la posibilidad de que la empresa no posea incentivos a realizarla, o al menos, los incentivos existentes priorizan otro tipo de actividades. Así, como puede observarse en el cuadro 6, en aquellos países donde predominan las innovaciones de producto se observa una mayor participación de los gastos en I+D e, inversamente, donde el tipo de innovación predominante se invierte, el tipo de gasto con mayor peso es aquél que se realiza en bienes de capital. Cuadro 6: Gastos en I+D y gastos en Bienes de Capital como porcentaje de las ventas* 3,11 3,05 2,97 1,57 1,33 1,22 0,61 0,79 0,54 0,22 Argentina Brasil I+D / ventas Alemania Países Bajos Finlandia Bienes de Capital / ventas * Argentina: gasto anual promedio período 1998-2001; Brasil: 2003; Países Bajos y Alemania: 2000. Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC (2003); IBGE (2003) y EUROSTAT (2006) Lo dicho pone a su vez de manifiesto que la principal fuente de incorporación de tecnología en la mayoría de las empresas ubicadas en países en desarrollo tiene lugar a la partir de la incorporación de bienes de capital. Esto a su vez se traduce automáticamente en un incremento en el total de empresas innovativas en proceso, e 7 incluso en producto, cuando la incorporación de la maquinaria genera una modernización tal que se modifica radical o sustancialmente el producto fabricado. Este tipo de conductas impacta a su vez en el tipo de vinculaciones que establece la empresa. Cada tipo de innovación demanda de relaciones con actores diferentes. Cuando una empresa pretende innovar en cuestiones organizacionales es probable que se vincule con consultoras especializadas e institutos de formación ejecutiva. En cambio, cuando la innovación es de proceso, parece coherente esperar que se vincule con proveedores de equipo y maquinaria, con centros de formación e investigación ingenieril e incluso con empresas competidoras. Contrariamente, cuando una empresa orienta sus esfuerzos innovativos hacia la búsqueda de nuevos productos, la vinculación debería orientarse hacia laboratorios y centros de investigación y desarrollo, universidades y clientes e incluso concentrarse en la misma empresa. Al respecto, un indicador proxy de las actividades del nivel de vinculaciones (formales e informales de la firma) son los indicadores de fuentes de información. En el cuadro 7 se presenta el porcentaje de empresas innovadoras que ha asignado importancia media o alta a los clientes, proveedores y universidades como fuente de información para las actividades de innovación. Como puede observarse, en Brasil el porcentaje de innovadoras que recurrió a los proveedores como fuente de información es superior al presentado en Alemania y Francia, donde, contrariamente, el mayor porcentaje se observa en clientes y universidades. Cuadro 7: Fuentes de información para las actividades de innovación* 90% Clientes 80% Proveedores 70% Universidades 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Brasil Alemania Francia *Porcentaje de empresas innovadoras que asignaron importancia media y alta. Universidades: Brasil incluye universidades y centros de investigación; Alemania y Francia, Universidades y centros de educación superior. / Clientes: Clientes y consumidores. / Proveedores: incluye, para todos los casos, proveedores de equipamiento y materias primas. Fuente: elaboración propia sobre la base de IBGE (2003) y EUROSTAT (2006) En relación con la necesidad de agiornar el sistema productivo, cabe presentar las conclusiones que surgen del indicador de nivel de avance tecnológico industrial (en inglés ITA), calculado por Naciones Unidas (2005)2. Como puede observarse en el 2 Este indicador combina tres dimensiones de la industria a través de seis indicadores de performance: una dimensión asociada al nivel de actividad, para lo cual considera el output industrial per cápita y exportaciones per cápita, una dimensión asociada al peso de la industria en la economía a través de indicadores sobre la participación de la industria en el total de la producción y en las exportaciones y una tercera dimensión asociada al nivel tecnológico para lo cual incluye la participación de los productos de media o alta tecnología en la producción industrial y en las exportaciones de manufacturas. (Naciones Unidas; 2005) 8 cuadro 8, el valor que presenta este indicador para países como la Argentina o Brasil, aunque es mayor que el que alcanza Colombia, es casi la mitad del alcanzado por Alemania, Japón o Estados Unidos. De hecho, de acuerdo con el ranking preparado por las Naciones Unidas para 96 países, Argentina, Brasil y Colombia se ubican en el puesto 40, 27 y 56 respectivamente. Así mismo, si se compara este índice por región las diferencias son aún más notorias. Aún considerando los valores alcanzados por Brasil (0.252) y México (0.320), índices como 0.070 para Bolivia y Chile conducen a que el conjunto de países de América Latina y el Caribe no alcancen, en promedio, el valor de 0.100. A estas diferencias en materia de necesidades de la firma se suma al hecho de que existen sectores que demandan mayor gasto en I+D y sectores en donde éste tipo de gasto es menor (presentado en el aspecto 1). En consecuencia, la comparación de la estructura de gasto requeriría de un marco teórico que permita de alguna forma superar estas limitaciones. Cuadro 8: ITA 2002 ITA Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia México Alemania Estados Unidos Francia Japón 0.153 0.070 0.252 0.070 0.097 0.320 0.407 0.371 0.315 0.456 Fuente: Elaboración propia según Naciones Unidas (2005) Lo dicho no implica asumir que en los países de desarrollo el gasto en I+D es menos estratégico que en los países desarrollados. Por el contrario, lo dicho implicaría admitir que los incentivos del mercado no determinan una conducta activa en términos de desarrollo de nuevos productos de alcance internacional; implicaría también asumir que los indicadores de gasto en actividades de innovación son relevantes para realizar un diagnóstico pero, si lo que se pretende es que contribuyan al desarrollo de políticas capaces de traccionar un cambio cualitativo en el resultado de las actividades de innovación será necesario acompañarlos de indicadores capaces de dar cuenta de la brecha tecnológica entre las empresas y la frontera internacional –como por ejemplo el ITA- así como también, del tipo de conducta innovativa de la firma. Existe evidencia que sugiere que tan importante como la intensidad del gasto en innovación es su estructura. (Lugones et.al., 2005) En esta misma línea, el tipo de innovación desarrollada conduce a diferentes resultados en términos de competitividad e inserción externa. La evidencia también ha demostrado que aquellas empresas que exportan y diferencian productos son las que presentan mejores indicadores de empleo, nivel salarial y ventas. (De Negri et.al.; 2005). Esto refuerza la necesidad de desagregar, dentro de las encuestas de innovación, el gasto en estas actividades así como también la posibilidad de captar las existencia de actividades orientadas hacia la diferenciación de producto versus la reducción de los costos. En los países en desarrollo la incorporación de tecnología se da en su mayoría a través de la incorporación de bienes de capital, sin embargo, para que la misma genere impactos significativos en términos de productividad es necesario que la 9 empresa cuente con el conocimiento necesario para seleccionarla, adaptarla y modificarla. En términos de indicadores, esto implica que la empresa debe realizar esfuerzos tanto exógenos (bienes de capital, licencias) como endógenos (I+D, ingeniería, diseño, capacitación), lo que implica balancear su gasto entre ambos tipos de actividades. (Lugones et.al., 2005) Si la interpretación de los indicadores se limita a las cuestiones de intensidad, entonces las estrategias innovativas se limitarían a un mayor o menor gasto. Por el contrario, si además se considera la estructura del gasto, entonces es posible determinar el sesgo en las actividades de innovación (exógenas o endógenas) y desarrollar políticas capaces de incentivar el gasto balanceado, que es la estrategia capaz de conducir al desarrollo de una ventaja competitiva sustentable. Aspecto 3: Innovaciones radicales, incrementales y adaptativas El tercer aspecto que parecería distinguir a los países desarrollados de los países en desarrollo es el grado de novedad de las innovaciones logradas. Existen especificidades propias de los países en desarrollo que conducen a que los cambios incrementales sean un determinante clave de la supervivencia de una firma: diferencias de escala (Aspecto 1), de poder adquisitivo, de acceso a insumos, etc. En muchos casos, que una empresa se encuentre por debajo de la frontera tecnológica internacional no responde necesariamente a falta de capacidad de modernización: puede ser una decisión racional por parte de la firma, en relación al contexto y las condiciones del entorno en que opera. Cuando la función de producción no es continua en el sentido neoclásico el problema de las indivisibilidades se vuelve un factor limitante para el alcance de la escala de producción más eficiente vía incorporación de bienes de capital. Es decir, la función de producción presenta indivisibilidades resultado de condicionamientos de orden tecnológico que hacen el pasaje de un nivel productivo a otro implique saltos en la capacidad instalada. Por tanto, en países donde la escala es menor que la internacional, es necesario adaptar el proceso productivo -compuesto en gran parte por bienes de capital importados, que fueron a su vez creados acorde a la escala óptima internacional. En consecuencia, la empresa debe, por un lado, optimizar el rendimiento del equipo y evitar los cuellos de botella y, por el otro, adaptar el equipamiento a la escala propia de la firma. No hace falta argumentar a favor de la importancia del mercado interno para el crecimiento y desarrollo de una empresa. Los países en desarrollo poseen, por definición, un ingreso per cápita menor al de los países desarrollados. Sin embargo, y como puede observarse en el cuadro 9, esto se combina además con una distribución del ingreso regresiva y una densidad poblacional notablemente inferior a los países desarrollados. En consecuencia, cuando el poder adquisitivo de una parte relevante del mercado es bajo, es necesario adaptar los productos de modo de hacerlos accesibles a la demanda. De esta forma, se busca o bien reducir los costos o bien ofrecer productos de una tecnología anterior a la existente –ya amortizada- en mercados desarrollados. Cuadro 9: PBI per cápita y distribución del ingreso Argentina Brasil Colombia Francia Alemania Japón PBI per cápita (dólares)a Población por km2b Ginic Estados Unidos 3.410 2.788 1.811 29.805 29.603 33.637 37.658 13 52,2 21 59,3 43 57,6 109 32,7 237 28,3 350 24,9 32 40,8 a) Calculado a partir de dólares corrientes, año 2003. / b) Cantidad de personas por kilómetro cuadrado, año 2003. / c) Refers to income shares by percentiles of population, ranked by per capita income. 10 Argentina: año 2001, urban data. Brasil: año 2001, Colombia: año 1999, Francia: año 1995, Alemania: año 2000, Japón: año 1993, Estados Unidos: año 2000. Fuente: Elaboración propia según Banco Mundial (2005 y 2006) Las dificultades para acceder a insumos importados, la falta de oferta de bienes y servicios, las posibilidades de acceso al crédito e incluso los gustos y preferencias de la demanda conducen a la búsqueda de adaptaciones del producto o proceso productivo a la función de producción local. De esta forma, las empresas localizadas en estos países deben conciliar una demanda globalizada a la vez que local. Esto implica conciliar características estructurales de la demanda (gustos y preferencias que difícilmente cambien en el corto plazo), con cuestiones coyunturales (poder adquisitivo, escala). Esto obliga a la firma a mantener flexibilidad de modo de satisfacer a la demanda actual y poder, eventualmente, satisfacer a la demanda potencial futura. En términos del proceso innovativo, lo explicado implica que la empresa debe dirigir sus esfuerzos –o al menos una parte importante de ellos- hacia actividades de adaptación o cambios menores, resultando en una menor tasa de innovaciones radicales y una mayor tasa de innovaciones incrementales y adaptativas. En los ejercicios de medición, esto se traduciría en un bajo porcentaje de innovaciones “nuevas para el mercado internacional” y un alto porcentaje de productos o proceso “nuevos para la firma”. Una firma que busca adaptar su producto o proceso a las condiciones locales, estará más atenta a las recomendaciones del área de marketing y comercialización –cuando se trata de especificidades de la demanda. En cambio, cuando se necesite adaptar el proceso a materias primas diferentes se requerirá o bien un área de I+D que conozca el know why del proceso o un área de ingeniería que conozca el know how y las posibles combinaciones de la producción. Se cual sea el caso, este tipo de innovaciones difícilmente conduzcan a la búsqueda de protección a través de derechos de propiedad o demanden de inversiones y proyectos de largo plazo. Por el contrario, se trata de mejoras donde más importante que el “óptimo paretiano” es la resolución concreta y en tiempo real de un problema específico. Lo dicho se evidencia en el Cuadro 10. Una forma de aproximarse cuantitativamente al grado de novedad de las innovaciones logradas es a través de los indicadores de patentes. Al respecto, mientras que en Alemania y Francia más del 25% de las empresas innovativas solicitaron al menos una patente, en Brasil y México estos valores descienden a 6% y 10%, respectivamente. Aunque no se dispone de información estrictamente comparable para el caso de Argentina, resulta pertinente mencionar que del total de empresas innovativas (que equivalían al 78% del panel) sólo el 7% de las mismas poseía patentes propias en vigor al momento de la realización del ejercicio. Cuadro 10: Empresas innovativas que solicitaron al menos una patente 35,0% 30,0% 25,0% 20,0% 15,0% 10,0% 5,0% 0,0% Brasil Francia Alemania México 11 * Brasil: año 2003, porcentaje sobre innovadoras; Francia y Alemania: año 2000, porcentaje sobre innovativas, México: año 2001, porcentaje sobre innovadoras. Fuente: Elaboración propia sobre la base de CONACyT (2003); IBGE (2003) y EUROSTAT (2006) Este tipo de conducta podría explicar el alto grado de innovaciones de producto y proceso alcanzadas por las empresas latinoamericanas así como también el tipo de resultado buscado, en la medida que se busca más que la innovación radical, el desarrollo de mejoras incrementales que le permitan mantener/ampliar su participación en el mercado. En síntesis, estas especificidades implican al menos dos salvedades al momento de utilizar los indicadores como insumos para el diseño e implementación de políticas. En primer lugar, existen especificidades estructurales que demandan de procesos y productos distintos a los de los países desarrollados (clima, preferencias alimenticias, menor densidad poblacional), en este sentido, monitorear el desarrollo de innovaciones incrementales y adaptativas se vuelve central. Pero, en segundo lugar, existen especificidades en algún sentido coyunturales, que implican un obstáculo para el desarrollo de la firma. El ejemplo más claro es la escala. La globalización ha conducido a generar pautas de consumo mundiales, esto es, aún en menor escala, en los países en desarrollo, una parte de la canasta de consumo es igual a la de los países desarrollados. Para la empresa, esto implica satisfacer un mercado local de características globales. Nuevamente, las innovaciones adaptativas se vuelven centrales. Sin embargo, esto no implica aceptar como dato una escala menor; por el contrario, la búsqueda de innovaciones radicales debe ser acompañada de la inserción en nuevos mercados. Quiere decir que los indicadores deben permitir monitorear la evolución en ambos frentes, realizar diagnósticos a partir de la tasa de empresas innovadoras dice poco respecto del nivel de competitividad alcanzado por la firma. Aspecto 4: Importancia del gasto público en CyT Otro de los aspectos sobresalientes cuando se comparan indicadores de ciencia y tecnología es la importancia del gasto público. (Katz, 2000; CEPAL, 2004) Como puede observarse en el Cuadro 11, mientras que en los países desarrollados el sector privado da cuenta de la mayor parte del gasto en I+D, en los países en desarrollo se presenta la relación opuesta. Esto presenta varias implicancias en términos del destino de los gastos, de su impacto en términos de desarrollo de innovaciones y de sus posibilidades de incentivar la investigación y desarrollo de largo plazo. La dependencia del gasto público conduce a que la magnitud del gasto en estos rubros se encuentre fuertemente condicionada por la evolución de las cuentas públicas, las que a su vez, son determinadas en gran parte por la evolución del ciclo económico. Dada la inestabilidad que caracteriza a estos países, aquellas actividades de CyT que requieren de un horizonte de planificación (y financiamiento) mayor, o bien se ven imposibilitadas o bien la falta de fondos ante una recesión obliga a su finalización. 12 Cuadro 11: Distribución del gasto en I+D por origen de financiamiento (2003) Países Bajos Alemania Argentina Brasil 0% 20% Sector público 40% 60% 80% Empresas Fuente: Elaboración propia sobre la base de Ricyt (2005) y EUROSTAT (2006) En un contexto donde el gasto del gobierno no puede actuar como agente contracíclico, en los períodos de recesión el gasto en CyT no solo cae sino que además pierde prioridad respecto de otros gastos públicos más urgentes. En el caso de la CyT, como en tantos otros aspectos del desarrollo económico, la falta de financiamiento atenta contra las capacidades adquiridas (obsolescencia de equipamiento, fuga de cerebros, cierre de instituciones públicas de CyT, entre otros). Por lo tanto, se producen retrocesos en materia tecnológica que no necesariamente serán compensados por los avances que puedan producirse durante el siguiente período de crecimiento. En términos de indicadores, esto implicaría que es importante no solo analizar el nivel de gasto en I+D o CyT con respecto al PBI sino además su trayectoria, la presencia de máximos y mínimos y el impacto que los mismos tienen sobre las capacidades tecnológicas. Como puede observarse en el cuadro 12, aún considerando pequeños períodos de tiempo, se observa que los gastos en estas actividades sufrieron importantes caídas –exactamente iguales a las del PBI-. Es preciso aclarar que en el caso de Argentina parte de la caída está explicada por la devaluación del año 2002, cuando la relación con el dólar pasó de 1 a 1 a 3 a 1. Sin embargo, la evolución del gasto en I+D, aún aislando el impacto de la devaluación, presenta oscilaciones que determinan trayectorias erráticas Los mismo se observa para el caso de Brasil y todo lo contrario para el caso de Alemania y Países Bajos. Nuevamente, la caída en el gasto implica no solo una disminución en la cantidad y calidad de las actividades realizadas sino además la pérdida de capacidades adquiridas. 13 Cuadro 12: Evolución del PBI y Gasto en I+D (Año base 1999)* Brasil Alem ania 1,20 1,00 0,80 0,60 0,40 0,20 0,00 1996 1997 1998 PBI Gasto en I+D Gasto en I+D 1999 1,40 1,20 1,00 0,80 0,60 0,40 0,20 0,00 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 Países Bajos Argentina 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 1,20 1,00 0,80 0,60 0,40 0,20 0,00 1,60 1,40 1,20 1,00 0,80 0,60 0,40 0,20 0,00 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 *E xcepto Brasil, donde el año base es 2000. Fuente: Ricyt (2005) y EUROSTAT (2006) Otro de los aspectos en los que impacta la fuerte dependencia del gasto público es la forma en que se asignan los gastos. En los países en desarrollo, en numerosas oportunidades se ha destacado la falta de articulación de las políticas públicas, desarticulación que se trasmite a su vez al gasto destinado a CyT y que impacta en la eficiencia y eficacia de dicho gasto (Eyzaguirre, et.al.; 2005; Lugones y Suárez; 2006). En términos generales, la falta de articulación se debe a que la implementación de políticas responde a medidas puntuales que fueron siendo implementadas a medida que los problemas se hacían evidentes –y las cuentas fiscales lo permitían. (Lugones y Suárez, 2006) De acuerdo a estos autores, la falta de una estrategia nacional que sirva de marco al desarrollo e implementación de políticas así como también la existencia de una multiplicidad de organismos y dependencias gubernamentales encargadas de diseñarlas e implementarlas conduce a que a pesar de existir un importante número de incentivos, su impacto en el sistema es limitado. En términos de indicadores, esto implica que observar el gasto en CyT respecto del PBI y evaluar el desempeño en función de este input puede conducir a interpretaciones erróneas en la medida que este tipo de indicador no permite conocer ni el efecto multiplicador del gasto ni el nivel de impacto real en el sistema. Así, por ejemplo, mientras que en Brasil el nivel de gasto en I+D público respecto del PBI es similar al que se observa en Países Bajos (0.56% y 0.66% respectivamente) , este nivel de gasto no parece suficiente como para traccionar el gasto privado, que sí presenta valores significativamente distintos a los observados en los mencionados países. (0.39% en Brasil y 0.89% en Países Bajos) (Cuadro 13) 14 Cuadro 13: Brasil y Alemania, Gasto en I+D respecto del PBI (2003) Gasto público en I+D / PBI Gasto privado en I+D / PBI Total I+D / PBI Brasil 0,56% 0,39% 0,95% Países Bajos 0,66% 0,89% 1,75% Fuente: Elaboración propia sobre la base de Ricyt (2005) y EUROSTAT (2006) En lo que respecta a las instituciones, la dependencia del gasto público las hace vulnerables no solo a los ajustes que realicen los gobiernos en sus cuentas sino también a las prioridades determinadas por la política económica. El impacto de los ajustes presupuestarios no es menor. Por ejemplo, un recorte de un gasto “prescindible” como la asistencia a congresos, es el primer paso en el camino hacia el aislamiento; luego se deteriora la estructura de recursos humanos, y, con ella, la cantidad y calidad de la CyT generada. Finalmente, la falta de presupuesto lleva a la búsqueda de financiamiento adicional. Esto puede conducir a diferentes escenarios y no necesariamente al que mejor complemente la realidad nacional. Por otro lado, al tratarse de instituciones públicas, que en muchos casos fueron creadas durante el período sustitutivo de mediados del siglo pasado (Bisang; 1995), el sistema de incentivos y el régimen de evaluación responde a la estructura organizativa de tipo burocracia pública que en el marco de las instituciones de CyT implica, en la mayoría de los casos, largos procedimientos administrativos –aumentando la carga horaria destinada a gestión dentro de la jornada de los investigadores-; esquemas de evaluación más asociados a los procedimientos operativos (caracterizados por tareas rutinarias) que a los procesos inventivos (donde, por definición, prima la incertidumbre) y el consecuente incremento del personal administrativo al interior de estas instituciones. A modo de ejemplo, en el caso de Argentina, Cereijido (1994) explica que el ratio empleados administrativos-personal de CyT significativamente mayor al de los países más desarrollados. Al mismo tiempo, en un contexto donde la actividad innovativa privada es baja –y en consecuencia el gasto es reducido- no es posible esperar que la demanda privada de CyT oriente la oferta hacia bienes tecnológicos complejos ni mano de obra altamente calificada. Así, en lugar de avanzar hacia un sistema de vinculaciones basado en la generación y difusión de tecnologías entre el complejo de CyT y el sector privado se avanza hacia un esquema de vinculación complejo CyT/ Sector empresario que, con algunas excepciones, se basa en la realización de pruebas de laboratorios, certificaciones de calidad, y servicios de bajo valor agregado. (Secyt; 2005a) El peligro de esta situación es la posibilidad de volverse estructural: las instituciones de CyT realizan las actividades demandadas para financiar aquellas en las que se interesan – aunque no exista demanda- y el sistema productivo obtiene aquello que demanda, alcanzando el mínimo necesario para abastecer el mercado objetivo. En términos de indicadores, lo dicho impacta directamente en la cantidad y calidad de los vínculos entre el complejo de CyT y las empresas. Los indicadores de vinculación existentes, no permiten conocer la calidad de los vínculos establecidos, su profundidad tecnológica y la complejidad del conocimiento involucrado o generado. En consecuencia, parece conveniente avanzar hacia indicadores capaces de dar cuenta tanto del tipo de vinculaciones que se establecen como también las causas de las que no se establecen. El diseño de políticas supone que los incentivos financieros a la cooperación –como por ejemplo el requisito de que el proyecto a financiar incluya vinculación universidadempresa- son suficientes para que ésta se lleve a cabo, lo que además supone que cualquier tipo de vinculación implica el mismo resultado en términos de conocimientos. Este tipo de incentivos, claramente eleva el número de vinculaciones relevadas por los indicadores tradicionales, sin embargo, no necesariamente esto sea un proxy de la 15 generación de conocimiento a partir de la cooperación. Por ejemplo, medir la cantidad de vinculaciones sin considerar el objetivo de las mismas puede conducir a una evaluación positiva del sistema nacional de innovación, donde la oferta y la demanda de conocimiento interactúan y en consecuencia potencian sus capacidades innovativas, cuando lo que ocurre en la realidad es un tipo de interacción basada en servicios tecnológicos de muy baja complejidad. Esto podría explicar el hecho que los indicadores de cooperación y de fuentes de información para la innovación en los países en desarrollo muestran una distribución similar a la de los países desarrollados. Otro de los aspectos relacionados con la dependencia del gasto público es el tipo de investigación financiada. Uno de los principales incentivos a la búsqueda de innovaciones radicales es la posibilidad de apropiarse de forma privada de los beneficios extraordinarios. Cuando el agente que financia la innovación es el estado, y el financiamiento se dirige hacia instituciones y no hacia empresas, la relación entre costos y beneficios privados y sociales cobra fuerza en la asignación de fondos. Esto se combina con el tipo de vinculación que se establece entre las instituciones y las empresas por lo que el financiamiento a dichas instituciones se convierte en una vía poco eficiente de tracción de la inversión privada. En términos de indicadores, esto conduce a varias aclaraciones. En primer lugar, a cuestionar la rentabilidad social real del gasto. En coincidencia con la meta europea de alcanzar el equivalente al 3% del PBI en gasto en I+D (Sheehan y Wyckoff, 2003), algunos países latinoamericanos se han propuesto alcanzar metas similares, aunque, desde ya, en una menor escala3. En un contexto donde el gasto se encuentra desarticulado, la investigación no se articula de forma óptima con el sector privado y no existe un plan de desarrollo nacional a mediano plazo, evaluar la capacidad innovativa nacional a partir del peso de la I+D sin mayor desagregación puede conducir tanto a interpretaciones erróneas como también, lo que es aún peor, a la implementación de políticas públicas que más que la búsqueda de desarrollo de la capacidad innovativa se apoye en fórmulas efectistas tales como aumentar el gasto para equipar magnitudes con los países desarrollados, sin una estrategia efectiva de aprovechamiento del mismo. Finalmente, parte del gasto público también es asignado a fondos destinados a empresas, esto es, los fondos otorgados por el gobierno para llevar adelante actividades innovativas. Aunque las evaluaciones de estos fondos llevadas adelante por países latinoamericanos arrojan resultados diferentes según el país, en términos generales se observa que sin un sistema financiero capaz de complementar los esfuerzos públicos y con los problemas institucionales y de desarticulación de los planes ya mencionados, las asignaciones de fondos conducen o bien a generar efectos crowding out o bien a fomentar innovaciones aisladas sin mayores derrames en el resto del entramado productivo. En términos de indicadores, tan importante como saber si una empresa a accedido a fondos públicos es conocer en qué medida estos fondos representaron para la misma la posibilidad de mejorar su nivel tecnológico e inserción internacional así como también la medida en que éstos traccionaron otros desarrollos tanto al interior de la firma como en la trama en que ésta opera. Otro aspecto sobresaliente del financiamiento público dirigido a empresas se encuentra relacionado con el hecho que la formulación de dichos programas no logra escapar del todo a la lógica del procedimiento administrativo, la que se contradice en muchos aspectos con el funcionamiento del proceso innovativo. Es decir, dadas las condiciones exigidas a las empresas para acceder a estos fondos (nivel de 3 Un ejemplo de ello es la Argentina, que apunta a alcanzar el equivalente al 1% del PBI para el año 2015, cumpliendo así con las recomendaciones de la UNESCO (Secyt; 2005b). 16 incertidumbre, rentabilidad promedio, tiempos y presupuestos preestablecidos, claridad en los resultados esperados) se observa un sesgo hacia las innovaciones de menor alcance pero mayor probabilidad de éxito en detrimento de aquellas más de tipo radical. Esto se observa en la tasa de éxito registrada en los programas públicos. Cuando los programas se encuentran formulados de esta manera, las empresas orientadas más hacia la búsqueda de innovaciones radicales (aquellas para las cuales el sistema financiero privado no otorga fondos) o empresas que aún habiendo realizado esfuerzos aún no han alcanzado resultados (potencialmente innovadoras) quedan fuera de los programas. Los programas públicos deberían convertirse en una herramienta para apoyar a aquellas empresas que no han logrado convertirse en innovadoras. Nuevamente, es imprescindible contar con información capaz de dar cuenta del tipo de esfuerzo que desarrolla la firma, no sólo los resultados alcanzados o la magnitud del gasto comprometido. En términos de indicadores, lo dicho lleva a cuestionar el significado de los indicadores de acceso a fondos públicos y la tasa de proyectos con resultados satisfactorios. Es decir, al igual que ocurre con los indicadores de resultados de las actividades de innovación, los indicadores sobre proyectos exitosos dicen poco respecto de la complejidad de las innovaciones alcanzadas. Aspecto 5: La inestabilidad macroeconómica Diversos autores han puesto de manifiesto el impacto de la inestabilidad macroeconómica en los procesos de innovación. (Ocampo, 2005; Porta y Bonvecchi, 2003; Dosi, 1998, Kosacoff y Ramos, 2006). Además de las consecuencias descritas en el aspecto anterior, existe otro tipo de impactos derivados de la macroeconomía que repercuten en el proceso innovativo. Los contextos de incertidumbre y alta vulnerabilidad impactan directamente en los procesos de toma de decisiones de inversión. (Kosacoff y Ramos; 2006) Así, por ejemplo, los contextos macroeconómicos de alta incertidumbre reducen el costo de retrasar la inversión versus los beneficios esperados. De esta forma, se postergan decisiones estratégicas o proyectos de desarrollo tecnológico de más largo plazo. Si a esto se le agrega la incertidumbre propia de los procesos de innovación, el riesgo percibido por los agentes económicos puede superar ampliamente los beneficios esperados. Los procesos de apertura que caracterizaron a Latinoamérica durante la década de 1990 impactaron directamente en la desarticulación de las cadenas productivas locales y a la especialización en productos derivados de los recursos naturales. En consecuencia, el valor agregado en la industria cayó notablemente. Los indicadores son claros (Cuadros 1 y 2) y, en términos de Porta y Bonvecchi (2003) se observa cómo los noventa representaron la primarización de la estructura productiva. Aunque los programas de reforma estructural –siguiendo los lineamientos del denominado consenso de Washington- no estuvieron exentos de políticas de incentivo a la innovación –incluso con instrumentos similares a los utilizados en los países desarrollados- la inestabilidad en las cuentas públicas y la falta de un plan articulador a nivel nacional, disminuyeron el impacto en el sector productivo. Esta falta de articulación, plasmada en la existencia de múltiples organismos de planeación, ejecución y control de las políticas, condujeron a la duplicación de esfuerzos (ya de por sí escasos) y a la existencia de políticas contradictorias entre sí. (Lugones y Suárez, 2006) En pocas palabras, desde finales del siglo pasado hasta la actualidad, los programas de reformas no pudieron evitar las fluctuaciones en el PBI, los déficits fiscales y los cuellos de botella de la brecha externa. Esto condujo –y conduce- a que la 17 inestabilidad macro sea la regla, más que la excepción, de la evolución económica de los países en desarrollo. Como puede observarse en el cuadro 14, a lo largo de los 8 años que abarca el período 1996-2003, la evolución del PBI en Brasil, Venezuela y Argentina mostró períodos de crecimiento y decrecimiento con variaciones de más del 40% en el caso de Argentina y Brasil y del 25% en el caso de Venezuela. Por el contrario, en países como Alemania, Francia y Países Bajos, con mayor o menor pendiente, la evolución del PBI presenta una tasa de crecimiento constante y positiva, lo que implica un crecimiento sostenido entre períodos del 13%, 29% y 45%, respectivamente. Cuadro 14: Evolución del PBI, países seleccionados Brasil Argentina 1996 1997 1998 1999 2000 Venezuela 2001 2002 2003 Alemania Paises Bajos Francia 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 Fuente: Elaboración propia sobre la base de Ricyt (2005) y EUROSTAT (2006) Otra forma de aproximarse a la inestabilidad presentada puede observarse en el cuadro 15. Mientras que en los países desarrollados la variación interanual de la inflación muestra oscilaciones leves, que no superan el 5%, en los países en desarrollo se observan trayectorias disímiles. En Argentina luego de 3 años de deflación -con un tipo de cambio de 1 a 1 con el dólar-, hacia 2002 la inflación comienza a acelerarse, superando los dos dígitos –pasando, vía devaluación en 2002, a un tipo de cambio de 3 a 1. En Venezuela, tras un pronunciado desaceleramiento de la inflación, hacia 2001 se revierte la tendencia, con variaciones interanuales por encima de los 20 puntos. Finalmente, en Brasil –y a diferencia de Argentina-, la devaluación del Real no impactó en los índices de inflación aunque sí se observa un aceleramiento de las variaciones interanuales. Este tipo de evolución macroeconómica repercute, indefectiblemente, en las posibilidades de acción de los agentes micro. En períodos de decrecimiento se constriñe el crédito, se reduce la demanda y, eventualmente, se modifican radicalmente los precios relativos. A esto se suma la necesidad de sobrevivir en el mercado bajando costos, entre ellos, los que surgen de las inversiones postergables, lo que retrasa, a su vez, la posibilidad de incrementar la productividad a partir de actividades de innovación de mayor alcance. Esto impacta en los indicadores de diferentes maneras. Desde el punto de vista de la política pública, los indicadores asociados a la política de fomento a la innovación, como por ejemplo el indicador de “acceso a fondos públicos” no permiten conocer el impacto real de la política puesto que existen fallas intrínsecas a la misma que disminuyen significativamente su impacto en la firma. Así, conocer la cantidad de firmas que ha accedido a estos programas no necesariamente refleja la eficacia de los mismos y, menos aún, su eficiencia. 18 Desde el punto de vista de los indicadores de empresas, cuando una firma debe adaptarse para sobrevivir, en el contexto antes presentado, es probable que lleve adelante actividades de innovación cuyos gastos puedan cubrirse con los fondos propios –por ejemplo, modificaciones en el proceso productivo y el circuito administrativo a partir de reducción del personal-. Esto conduce a incrementar el número de empresas innovadoras en organización y procesos. Al mismo tiempo, dado el contexto recesivo, existen empresas que abandonan el mercado. El resultado es un incremento en el porcentaje de empresas innovadoras respecto del total. Sin embargo, esto no implica que las firmas hayan logrado avanzar significativamente en el desarrollo tecnológico o la obtención de una ventaja competitiva sustentable sino, por el contrario, el valor de los indicadores es el resultado en parte de una reducción en la población industrial por la desaparición de las no innovativas así como también, de procesos de intensificación del trabajo. Cuadro 15: Variación interanual de la tasa de inflación 0,60 Brasil 0,50 Argentina Venezuela 0,60 0,40 0,40 0,30 0,30 0,20 0,20 0,10 0,10 0,00 0,00 -0,10 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 Alemania 0,50 -0,10 1997 1998 Paises Bajos 1999 2000 2001 Francia 2002 2003 Fuente: Elaboración propia sobre la base de FMI (2006) Este tipo de conducta también explicaría el alto nivel de empresas innovadoras y el bajo nivel de gasto en actividades de innovación, conectado, a su vez, con el bajo alcance de las innovaciones logradas. Como puede observarse en el cuadro 16, tanto en Brasil como en Argentina se observa una tasa de empresas innovadoras TPP similares a la alcanzada por países como Alemania o Países Bajos (32% y 41% vs 54% y 42%, respectivamente). Sin embargo, la proporción de gasto en Bienes de Capital e I+D es significativamente menor en lo primeros respecto de los segundos. De esta forma, mientras que Argentina y Países Bajos poseen una tasa de empresas innovadoras prácticamente igual, en el primero el gasto en las mencionadas actividades de innovación equivale a 1.55% de las ventas, en el segundo este valor asciende a 3.52%. Así, similar a las estrategias defensivas planteadas por Kosacoff (1998) la reducción del personal, el reordenamiento del proceso productivo y la adquisición de maquinaria y equipo resume la estrategia innovativa de la firma, estrategia que no se sostiene en el tiempo en la medida que no se generan competencias suficientes para avanzar en la curva de aprendizaje y desarrollo tecnológico. 19 Cuadro 16: Gasto en Bienes de Capital e I+D y tasa de innovadoras TPP 5 60 4 50 40 3 30 2 20 1 10 0 0 Argentina Brasil Innovadoras TPP (%) Alemania Países Bajos I+D y Bs de Capital / Vtas (%) Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC (2003); IBGE (2003) y EUROSTAT (2006) A su vez, el autofinanciamiento se traduce en un alto porcentaje de fondos propios en los indicadores de “fuente de financiamiento”, pero no responde a la falta de necesidad del crédito bancario por parte de la firma, sino a la existencia de altas tasas de interés, la imposibilidad de cumplir con las condiciones de acceso e incluso a la inexistencia de este tipo de financiamiento. Por otro lado, los períodos donde el tipo de cambio es favorable a la exportación serán acompañados de crecimiento en este rubro y caída en las importaciones. Sin embargo, dado que la incertidumbre mencionada conduce a que la empresa retrase o postergue inversiones, la evolución de las exportaciones se mantendrá mientras se mantenga este tipo de cambio puesto que la amenaza de un nuevo cambio en las reglas de juego posee una probabilidad de ocurrencia mayor que los posibles beneficios de usar el período favorable como plataforma para un salto tecnológico. Nuevamente, se requiere de la confección de indicadores complejos puesto que la inserción exportadora (exportaciones/ventas) y la actividad innovativa (gasto/ventas) tal cual se definen en la actualidad, no necesariamente conducen a las externalidades positivas asociadas a la mejora tecnológica: mayores precios, mayores salarios, mayores derrames de conocimiento. Cabe aquí mencionar la evidencia señalada por De Negri et. al. (2005), para el caso de Brasil, donde las empresas que exportan y diferencian producto son aquellas que han logrado alcanzar y sostener una ventaja competitiva genuina, que se traduce a su vez en mayores salarios y mejor performance económica y exportadora. De acuerdo con los autores, estas empresas son sólo el 1,7% de la población industrial brasilera. Otro aspecto de la inestabilidad macro es la falta de continuidad de las reglas de juego y con ellas de los incentivos. Así, por ejemplo, cuando el tipo de cambio favorece las importaciones, en los países en desarrollo aumenta de forma significativa la importación de bienes de capital (principal medio para incorporar tecnología). Sin embargo, este tipo de incentivos atenta contra la búsqueda de desarrollos propios o formación de proveedores. Cuando el tipo de cambio se vuelve desfavorable a la importación, se revitaliza el mercado interno de este tipo de bienes, o lo que quedó de él. Al igual que con la pérdida de competencias por la falta de financiamiento, señalado en el aspecto 4, los años de caída en los desarrollos internos implicaron retrocesos en materia de capacidades tecnológicas, incluso la desaparición de sectores completos. Otro conjunto de indicadores que podrían conducir a malinterpretaciones son los de obstáculos a la innovación. Ante contextos de alta incertidumbre macro, entre las respuestas empresarias probablemente predominen aquellas asociadas a estas cuestiones. Sin embargo, esto no necesariamente implique que el resto de los posibles obstáculos no sean relevantes. Es decir, concluir a partir de las encuestas que los 20 indicadores de obstáculos macro fueron los más mencionados resulta redundante, y poco permite inferir acerca de los problemas específicos que enfrenta la firma en términos de conducta innovativa. Finalmente, otro aspecto de la inestabilidad macro que afecta la conducta innovativa es el impacto en el empleo y la distribución del ingreso que generan las recesiones económicas. Al respecto, y como se mencionara, la demanda doméstica es un determinante de la sofisticación de la oferta, en consecuencia, demanda de poca complejidad tecnológica será satisfecha por productos de igual complejidad (y, por supuesto, menor precio). En consecuencia, en los indicadores se observará una mayor frecuencia de respuestas asociadas a la baja sofisticación de la demanda como desincentivo a la búsqueda de innovaciones. Nuevamente, este indicador resulta evidente y limita las recomendaciones de política que se pueden extraer de ellos. Es decir, los indicadores de obstáculos deberían servir como punto de partida, por ejemplo, para el diseño de indicadores capaces de monitorear la evolución de la demanda. Síntesis y conclusiones Principales observaciones Aspecto 1: El sector Productivo • Teniendo en cuenta el bajo contenido tecnológico de los bienes y servicios producidos en Latinoamérica, es conveniente acompañar el tradicional análisis del gasto en I+D con indicadores de la intensidad tecnológica de la estructura productiva y su evolución en el tiempo. • La región cuenta con un reducido mercado interno y una baja inserción externa. En consecuencia, la utilización de indicadores porcentuales o índices oculta el hecho de que se están comparando magnitudes diferentes y en cuestiones asociadas a la ciencia, la tecnología y la innovación las cuestiones de escala se vuelven un factor limitante. Aspecto 2: Innovaciones de producto vs organizacionales y de proceso • En la medida que la estructura productiva de los países latinoamericanos se encuentra por debajo de la frontera tecnológica internacional, es esperable que cualquier mejora de corto plazo en la productividad se base en una mejora en el proceso productivo. • La medición de la intensidad del gasto (en I+D o en bienes de capital) dice poco respecto de la conducta tecnológica de la firma y el nivel competitivo resultante. Si la interpretación de los indicadores se limita a las cuestiones de intensidad, entonces las estrategias innovativas se limitarían a un mayor o menor gasto. En cambio, considerando además la estructura del gasto, es posible determinar el sesgo en las actividades de innovación (exógenas o endógenas) y desarrollar políticas capaces de incentivar el gasto balanceado o equilibrado, que es la estrategia capaz de conducir al desarrollo de ventajas competitivas sustentables y acumulativas. Aspecto 3: Innovaciones radicales, incrementales y adaptativas • Las dificultades para acceder a insumos importados, la falta de oferta de bienes y servicios, las dificultades de acceso al crédito y el bajo poder 21 adquisitivo de la demanda conducen a la búsqueda de adaptaciones del producto o proceso productivo a la función de producción local. Esto implica que la empresa debe dirigir una parte importante de su esfuerzo hacia actividades de adaptación o cambios menores, resultando en una menor tasa de innovaciones radicales –y patentes- y una mayor tasa de innovaciones adaptativas. En consecuencia, realizar diagnósticos a partir de la tasa de empresas innovadoras dice poco respecto del nivel de competitividad alcanzado por las firmas. Aspecto 4: Importancia del gasto público en CyT • En los países latinoamericanos el sector público da cuenta de la mayor parte del gasto en CyT por lo que la magnitud del gasto se encuentra fuertemente condicionada por la evolución de las cuentas públicas. Durante los períodos de recesión, se producen retrocesos en materia tecnológica que no necesariamente serán compensados en el siguiente período de crecimiento. Esto implica que es importante no solo analizar el nivel de gasto sino además su trayectoria, la presencia de máximos y mínimos y el impacto que los mismos tienen sobre las capacidades tecnológicas. • En un contexto donde la actividad innovativa privada es baja no es posible esperar que la demanda privada de CyT oriente la oferta hacia bienes tecnológicos complejos ni mano de obra altamente calificada. Los indicadores de vinculación existentes, no permiten conocer la calidad de los vínculos establecidos, su profundidad tecnológica y la complejidad del conocimiento involucrado o generado. En consecuencia, se requieren indicadores capaces de dar cuenta tanto de la cantidad como de la calidad de las vinculaciones que se establecen. Aspecto 5: La inestabilidad macroeconómica • Los programas de reformas no pudieron evitar las fluctuaciones en el PBI, los déficits fiscales y los cuellos de botella de la brecha externa. Desde el punto de vista de la política pública, los indicadores asociados a la política de fomento a la innovación, como por ejemplo el indicador de “acceso a fondos públicos” no permiten conocer el impacto real de la política puesto que existen fallas intrínsecas a la misma que disminuyen significativamente su impacto en la firma. • Desde el punto de vista de los indicadores de empresas, cuando una firma debe adaptarse para sobrevivir en un contexto inestable, es probable que realice actividades de innovación cuyos gastos puedan cubrirse con los fondos propios. Este tipo de conducta explicaría el alto nivel de empresas innovadoras y el bajo nivel de gasto en actividades de innovación, conectado, a su vez, con el bajo alcance de las innovaciones logradas. Reflexiones finales El análisis de la innovación suele concentrarse en la explicación de las dimensiones asociadas a los esfuerzos emprendidos para innovar, los resultados alcanzados y la relación de la firma con su entorno (vinculaciones y obstáculos). Sin embargo, este tipo de análisis soslaya el impacto de algunas cuestiones asociadas a las características del espacio donde la firma está inserta así como también los aspectos asociados a los incentivos a la búsqueda de innovaciones. 22 Así, el desarrollo de los aspectos señalados conduce a preguntarse acerca de la posibilidad real de conocer el proceso innovativo a partir de los indicadores existentes. No es posible negar la utilidad de los indicadores comparables internacionalmente y de la posibilidad de analizar su evolución a lo largo del tiempo debido a la existencia de indicadores de larga data. Pero, al mismo tiempo, un proceso que por definición es dinámico e interactivo y que impacta en todas las esferas de la actividad económica, puede ser medido sólo por indicadores de innovación? No sería conveniente revisar los indicadores existentes y los supuestos teóricos que le dieron origen? Un segundo punto de conflicto surge al preguntarse por el objetivo de la medición. Muchas veces se ha afirmado que una de las principales diferencias entre los indicadores propuestos por la OECD y los generados en América Latina es que los primeros buscan monitorear la evolución de las políticas públicas y los segundos contribuir a su formulación e implementación y recién luego de ello, monitorear el impacto. Con objetivos tan distintos, los indicadores pueden ser los mismos? Estas preguntas conducen a un segundo conjunto de cuestiones que surgen a lo largo del presente documento. Por un lado existen especificidades que hacen que América Latina sea distinta de Europa o de Japón y que difícilmente varíen a lo largo del tiempo. Por otro lado, existen otras especificidades que hacen que los países de esta región sean clasificados como en desarrollo y que por definición, sería deseable superar. Entonces, aquellos indicadores necesarios para analizar de forma dinámica el sendero de desarrollo –o subdesarrollo- pueden ser los mismos para países ya desarrollados que para aquellos que no lo son? Y las especificidades en algún sentido estructurales, pueden ser monitoreadas con indicadores útiles para otra región? Nuevamente, esto no implica desconocer la importancia de la comparación internacional. En economía se recurre con mucha frecuencia al análisis relativo en la medida que los valores absolutos poco dicen respecto del fenómeno analizado. Por esto, parecería necesario avanzar hacia la conformación de un set latinoamericano de indicadores de innovación que permita no sólo medir y monitorear la brecha respecto del mundo desarrollado sino además convertirse en insumo para el desarrollo e implementación de políticas capaces de cerrarla. 23 Referencias • BANCO MUNDIAL (2005): “World Development Indicators”, World Bank Group, 2005. Disponible en http://devdata.worldbank.org/wdi2005/cover.htm • BANCO MUNDIAL (2006): “World Development Indicators database”, World Bank Group, 2005. Disponible en http://devdata.worldbank.org/data-query/ • BISANG R. (1995):"Libremercado, intervenciones estatales e instituciones de Ciencia y Técnica", en Revista Redes, Nro 3 Bs As, Abril 1995. • CEPAL (2004), “Políticas para promover la innovación y el desarrollo tecnológico”, En: Desarrollo Productivo en Economías Abiertas, LC/G 2234 (SES. 30/3), junio. • CEREIJIDO M. 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