La difícil tarea de cumplir con las normas laborales y tributarias Revisar el cumplimiento de las obligaciones que impone la normativa vigente, es altamente aconsejable Dra. María Noel Chaves Pena [email protected] Las numerosas normas laborales que se han dictado en los últimos años unida a la modificación sustancial de nuestro sistema tributario, ha llevado a que los empresarios se cuestionen si están liquidando correctamente las remuneraciones de su personal. Y este cuestionamiento no es menor. La compleja normativa combinada con los extensos plazos de prescripción de los créditos laborales y de los tributos asociados, pueden determinar que una equivocación menor, se transforme, con el correr de los años, en una abultada deuda. La hiperactividad laboral Desde hace algunos años a la fecha, asistimos a un cambio relevante en la legislación laboral de nuestro país, producto de una actividad normativa que hace tiempo no se veía. La reinstalación de los Consejos de Salarios, las famosas Leyes de Tercerizaciones, el aumento de los plazos de prescripción de los créditos laborales, las normas de licencias especiales, el nuevo proceso laboral, las modificaciones en las normas formales en materia de documentación laboral, la Ley de Negociación Colectiva, la de Libertad Sindical, por mencionar algunas, hacen difícil saber, si uno está “bien parado” frente a este panorama laboral actual. Los ajustes y las numerosas partidas que se negocian en el ámbito de los Consejos de Salarios (antigüedad, presentismo, gratificaciones, viáticos, alimentación, entre otros), y el impacto que estas primas y beneficios tienen en los rubros laborales tradicionales y obligatorios (jornal de licencia, salario vacacional, aguinaldo, horas extra, indemnización por despido) hacen que un pequeño desvío pueda determinar una contingencia de gran significación. Los tributos asociados y disociados También se han producido cambios relevantes en nuestro sistema tributario, con la introducción del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF), tributo que grava (entre otras) las rentas derivadas del trabajo desarrollado en relación de dependencia. Por su parte, las rentas del trabajo se encuentran adicionalmente gravadas por las Contribuciones Especiales de Seguridad Social (CESS), siendo básicamente éstos los “tributos asociados” a las remuneraciones que el empleador paga a sus trabajadores dependientes. Dado que existen asimetrías en el tratamiento de las partidas que se abonan al personal frente al IRPF y a las CESS, resulta complejo e incluso dudoso determinar si se está tributando correctamente. Estas asimetrías o diferencias se deben principalmente a que la definición de ingreso gravado para el IRPF es más amplia que el concepto de ingreso que constituye materia gravada para las CESS. De ahí la expresión de “tributos disociados”. A esto se suma el hecho de que el empleador es “por ley” el único responsable frente a los organismos fiscales (por su calidad de “agente de retención” para las CESS –si retuvo- y de “responsable sustituto” para el IRPF) y por lo tanto, al igual que en materia laboral, un traspié, pasados ciertos años, puede acarrear una contingencia de difícil solución. Es mejor prevenir que curar El dicho popular “es mejor prevenir que curar” no puede ser más acertado. Revisar que las “liquidaciones de su personal” se ajusten a las normas laborales y tributarias vigentes, es una herramienta que ha probado ser eficaz, cuando lo que se busca es detectar riesgos latentes. KPMG cuenta con una “metodología de trabajo” que permite realizar un “diagnóstico” de la situación de su empresa con el objetivo de detectar eventuales “zonas de riesgo” que, recomendaciones mediante, le permitan “prevenir” males mayores, mitigando y eliminando (a futuro) potenciales contingencias laborales y tributarias. ENCASTRE: Revisar que las liquidaciones del personal se ajusten a las normas vigentes, es una buena herramienta para detectar riesgos latentes CLAVES: • • • Revisiones: laborales, de CESS e IRPF, una herramienta eficaz para diagnosticar la situación de su empresa, detectar contingencias y mitigar sus consecuencias. Etapas: estas revisiones están estructuradas en una serie de etapas que le permiten al empresario conocer dónde está el origen del problema y corregirlo desde su raíz. Entorno: en un entorno normativo complejo, el valor agregado está en ofrecer soluciones creativas que simplifiquen lo complejo. KPMG “Cutting through complexity”.