tejido aerífero parece compacto y sólo debajo de los estomas queda

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GENERALIDADES
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tejido aerífero parece compacto y sólo debajo de los estomas queda
una pequeña cámara.
Las escamas tienen como principal misión proteger el punto v e getativo, al que recubren con sus apéndices o resguardan cerrando
por delante el surco; pero además, imbricándose unas sobre otras,
forman unos estrechos espacios capilares que retienen el agua,
entre la epidermis inferior de la fronde y la tierra queda un espacie
en el cual las escamas y rizoides forman una suerte de esponja que
retiene el agua en la cara inferior de la fronde, la única que en la
mayoría de los casos es susceptible de absorción. Además, las escamas están en relación directa con los rizoides verrugosos.
Los rizoides lisos arrancan de la línea media en las frondes de
las Marchantiales; pero en este orden hay otros rizoides con verruguitas interiores que nacen de la base de las escamas y se reúnen
en manojos que, alojados en los surcos que forman las otras escamas con la fronde, se dirigen hacia atrás y al medio, donde se mezclan con los rizoides lisos. Como ya se ha dicho, a estos rizoides s e
les atribuye únicamente la misión de conducir agua, y no solamente
por su interior, sino también por el exterior, porque como se reúnen
en manojos, hacen el oficio de mechas o torcidas. (K. Qoebel.)
De antiguo es conocida la facultad que tienen muchas Marchantiales, cuando se desecan, de levantar y arrollar sus bordes hacia la
cara dorsal y permanecer así en estado de vida latente mientras dura
su sequía (fig. 102). Las frondes gruesas y de profundo surco medio se limitan a plegarse aplicando una contra otra las dos mitades
de la cara dorsal; por ejemplo, la Tessellina pyramidata,
Riccia
nigrella y otras Ricciáceas; las frondes sin surco y de alas delgadas, por lo general se abarquillan y las alas se enrollan. D e este modo
el tejido aerífero queda resguardado y la cara ventral pasa a s e r
dorsal con las escamas por encima de todo. Casi siempre las escamas se tiñen de púrpura (rara vez de pardo), con un matiz tan intenso
algunas veces, que pasa al negro con reflejos rojos y azules. Al abarquillarse las frondes no se rompen los rizoides, gracias a la disposición que se acaba de indicar : los rizoides lisos emergen de la parte
media, los verrugosos no se introducen directamente en la tierra,
sino que forman manojos que se dirigen a la línea media también y
no se fijan al sustrato hasta que alcanzan la zona de los rizoides
lisos, y así la fronde fijada sólo por la línea media puede abarquillar
sus alas sin arrancar ni romper los rizoides. No todas las Marchantiales tienen esta facultad de arrollarse sobre la cara dorsal, ni tam-
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