Alcohol y venta a menores ¿Cómo evitar vender alcohol a menores? Con la verdad por delante Anunciando de manera visible la prohibición de venderles bebidas alcohólicas, e informándoles si nos las piden, que no nos está permitido vendérselas y que hacerlo nos puede acarrear una multa e incluso hacer que nos cierren el negocio. Una invitación a pensar sobre el alcohol UNA BUENA BARRA! Y en caso de duda Participa: Pidiéndoles el DNI u otro documento, si el aspecto físico ofrece dudas acerca de la edad de la persona. ¿Y si alguien, mayor de edad, nos pide alcohol y lo pasa a menores? En ese caso, sobretodo si lo consumen en el local, podemos invitarles a no hacerlo recordándoles que el consumo de alcohol está prohibido a las personas menores de 18 años, y que si lo hacen dentro del local nos puede traer problemas legales a nosotros. Un programa de: Financiado por: Información para establecimientos donde se venden bebidas alcohólicas Actuar como indica este folleto nos puede evitar problemas y ayudar a que nuestro local gane mayor imagen de calidad y de seriedad entre el vecindario y en el municipio. Impreso en papel certificado PEFC/14-3800061 Bares, restaurantes, discotecas, proporcionan buena comida, bebida, música, ambiente... ¡Oportunidades para pasarlo bien! Pero el alcohol puede traer problemas a quienes abusan de su consumo (y a terceros), crear mal ambiente e, incluso, problemas legales si los clientes son menores de edad. Pero ¡beber alcohol es normal y venderlo es legal! Ciertamente consumir bebidas alcohólicas es frecuente en muchas actividades sociales. Aun así, hay bastante gente que no bebe, o sólo en contadas ocasiones. Vender alcohol es una actividad legal, pero sujeta a regulaciones que tenemos la obligación de cumplir. ¿Qué dice la ley? La venta de bebidas alcohólicas es una actividad comercial, regulada y sujeta a restricciones para proteger la salud pública y la convivencia ciudadana, como: Sólo se pueden vender a personas mayores de edad. Sólo se permite vender alcohol en establecimientos expresamente autorizados: bares, restaurantes, tiendas de alimentación... pero no, por ejemplo, en un centro juvenil. Otras regulaciones impiden que los menores tengan acceso a las máquinas expendedoras de bebidas alcohólicas; limitan su publicidad y promoción, incluida la prohibición de actividades que puedan inducir a su consumo abusivo; etc. ¿Por qué se prohíbe vender alcohol a menores? Porque su consumo es especialmente perjudicial para ellos: Porque al estar en periodo de crecimiento y maduración son más vulnerables al alcohol, física y emocionalmente. Aunque externamente se parezcan a los adultos, su cerebro presenta importantes diferencias. Porque a menudo tienden a beber sin prudencia ni moderación. Porque suelen beber en espacios públicos, ya que les está prohibido en bares o discotecas, lo que crea molestias a la comunidad: ruidos, suciedad... ¿Qué puede pasar si se vende alcohol a menores? Vender bebidas alcohólicas a menores puede comportar: Sanciones económicas y de otro tipo Incumplir las leyes relativas a la venta, suministro, publicidad y promoción de las bebidas alcohólicas puede comportar multas (de diferente cuantía) y otras sanciones (cierre del local), en función de la gravedad de la infracción. La administración dispone de mecanismos (inspecciones, intervenciones policiales) para velar que se cumplan las leyes relativas a la promoción y venta de bebidas alcohólicas. Tener problemas en el barrio o con la población No cumplir la legislación sobre el alcohol quizás pueda hacer ganar algunos clientes adolescentes, pero también puede dar mala imagen y hacer perder clientes, actuales y potenciales. Además, algunas personas (ej.: padres de adolescentes) y organizaciones comunitarias (ej.: asociación de vecinos) pueden dar mala fama al local, pedir que no se compre o que no se acuda al mismo o, incluso, denunciarnos. Contribuir a generar problemas en los menores Facilitar alcohol a menores de edad indica –cuestiones legales aparte– poca conciencia social para con la comunidad donde se halla el negocio, pues aumenta los riesgos para los adolescentes: accidentes, borracheras, peleas, faltar a clase, sexo sin protección, problemas de salud, etc.