62-63 Jurisprudencia comentada.qxd 24/1/08 12:05 Página 62 > JURISPRUDENCIA COMENTADA La protección de la salud: puesto versus tiempo de trabajo Joaquin Abril Sánchez, socio director del área laboral AGM abogados. o es inusual advertir situaciones de confusión entre dos fuentes de riesgo: las obligaciones inherentes al puesto de trabajo y el tiempo en que deben ejecutarse. Su diferenciación no es baladí, ya que las normas protectoras que pretenden eliminar estos riesgos son diferentes, y con unas consecuencias jurídicas igualmente diferenciadas. N Un claro exponente judicial de esta distinción se encuentra en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Madrid, de 28 de marzo de 2007. Allí se examinaba la procedencia de la solicitud de cambio de puesto de una trabajadora de una empresa de limpieza viaria adscrita al turno de noche, que presentaba un cuadro clínico depresivo. La mutua patronal de accidentes de trabajo emitió un informe recomendando su traslado al turno de la mañana con el objetivo de acelerar su recuperación. Sin perjuicio de la aplicación que hace del convenio colectivo de la empresa demandada (y a cuyos mandatos se deberá estar por razones obvias), la sentencia lleva a cabo una distinción extraordinariamente didáctica del diferente tratamiento que el legislador ha querido dar a las situaciones de riesgo derivadas de las funciones inherentes al puesto de trabajo que ocupe el productor, de aquellas otras situaciones de riesgo que tienen su origen en el tiempo de ejecución del trabajo por parte del empleado. Las situaciones de riesgo relacionadas con el puesto de trabajo encuentran solución en el artículo 25 de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL), mientras que las segundas se abordan de forma específica para los trabajadores adscritos al turno de noche en el artículo 36.4 del Estatuto de los Trabajadores (ET). Así, el art. 25 de la LPRL dice: 62 • Gestión Práctica de Riesgos Laborales “El empresario garantizará de manera específica la protección de los trabajadores que, por sus propias características personales o estado biológico conocido, incluidos aquellos que tengan reconocida la situación de discapacidad física, psíquica o sensorial, sean especialmente sensibles a los riesgos derivados del trabajo. Con este fin, deberá tener en cuenta dichos aspectos en las evaluaciones de los riesgos y, en función de éstas, adoptará las medidas preventivas y de protección necesarias. Los riesgos del puesto se solucionan con la LPRL mientras que el tiempo de trabajo se basan en el Estatuto de los Trabajadores Los trabajadores no serán empleados en aquellos puestos de trabajo en los que, a causa de sus características personales, estado biológico o por su discapacidad física, psíquica o sensorial debidamente reconocida, puedan ellos, los demás trabajadores u otras personas relacionadas con la empresa, ponerse en situación de peligro o, en general, cuando se encuentren manifiestamente en estados o situaciones transitorias que no respondan a las exigencias psicofísicas de los respectivos puestos de trabajo.” La sentencia que se está analizando indica que este precepto hace mención a la protección de la salud del trabajador en función del contenido del puesto de trabajo que tiene encomendado. Por ejemplo, se refiere a empleados con problemas acreditados de alergias que sean destinados a puestos en contacto directo con factores alérgenos específicos de su patología, y contiene la prohibición expresa de destino en aquellos puestos que conllevan riesgos para ellos o para terceros. Por su parte, el artículo 36.4 del Estatuto de los Trabajadores señala textualmente que: “Los trabajadores nocturnos y quienes trabajen a turnos deberán gozar en todo momento de un nivel Nº 46 • Febrero de 2008 62-63 Jurisprudencia comentada.qxd 24/1/08 12:05 Página 63 © Latin Stock www.riesgos-laborales.com Hay que tener muy clara la diferencia entre ambas fuentes de riesgo ya que las consecuencias jurídicas de una u otra son muy diferentes. de protección en materia de salud y seguridad adaptado a la naturaleza de su trabajo, incluyendo unos servicios de protección y prevención apropiados, y equivalentes a los de los restantes trabajadores de la compañía. El empresario deberá garantizar que los trabajadores nocturnos dispongan de una evaluación gratuita de su salud, antes de su asignación a un trabajo nocturno y, posteriormente, a intervalos regulares, en los términos que se establezca en la normativa específica en la materia. Los trabajadores nocturnos a los que se reconozcan problemas de salud ligados al hecho de su trabajo nocturno tendrán derecho a ser destinados a un puesto diurno que exista en la empresa y para el que sean profesionalmente aptos. El cambio se llevará a cabo de conformidad con lo dispuesto en los artículos 39 y 41, en su caso, de la presente ley.” Diferente regulación de las dos fuentes de riesgo Y es contrastando ambos preceptos cuando se observa la regulación distinta de las dos fuentes de riesgo y, por consiguiente, sus diferentes con- Nº 46 • Febrero de 2008 secuencias prácticas, ya que en el primer caso la ley prohíbe de forma taxativa que el trabajador sea destinado a un puesto de riesgo o, lo que es lo mismo, obliga a un traslado de puesto de trabajo inmediato e incondicional, una vez detectada la situación de riesgo derivada de la prestación laboral a que está obligado el empleado. Sin embargo, el art. 25 de la LPRL tan sólo reconoce al trabajador el derecho al cambio de turno, cuando el puesto diurno exista en la empresa, añadiendo la sentencia analizada, por si no estuviera suficientemente claro en el precepto, que no se puede obligar a la empresa a crear el puesto de trabajo específicamente para el empleado afectado; de ahí que se le faculte para hacer uso de la movilidad funcional prevista en el art. 39 del ET, e incluso de la modificación sustancial de condiciones de trabajo reguladas en el art. 41, siempre que la empresa acredite la verdadera necesidad de hacer uso de esos instrumentos legales para facilitar el cumplimiento de lo previsto en el art. 25 de la LPRL. Esta interpretación literal del art. 25 de la ley está en plena sintonía con el art. 9.1 b) de la Directiva 2003/88/CE, por la que se regulan determinados aspectos de la ordenación del tiempo de trabajo. En él se acuerda que “los trabajadores nocturnos que padezcan problemas de salud, cuya relación con la prestación de un trabajo nocturno esté reconocida, sean trasladados, cuando ello sea posible, a un trabajo diurno para el que sean aptos”. Como se aprecia, la norma comunitaria tampoco establece una obligación incondicional de traslado en estos casos, sino que sujeta su efectividad a la posibilidad de llevarlo a cabo o, lo que es lo mismo, a la existencia del puesto y su vacante. En el supuesto sometido a enjuiciamiento, el Juzgado de lo Social considera que la enfermedad que padece la trabajadora tiene su causa en la nocturnidad de la prestación del servicio y, tras estudiar los argumentos ofrecidos por las partes y la prueba practicada, considera que sí era posible el traslado, sin perjuicio de que la empresa haga uso de las facultades que le reconocen los art. 39 y 41 del ET. Hay que tener muy clara la diferencia entre ambas fuentes de riesgo ya que las consecuencias jurídicas de una u otra son muy diferentes, y no siempre la enfermedad de un operario que tenga su causa en el trabajo (en su concepto amplio) obliga a la empresa a su traslado incondicional. Gestión Práctica de • 63 Riesgos Laborales