Comisión Bagua: un informe que con razón nadie se atreve a

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Nº 625, 15 de diciembre del 2009
COMISIÓN BAGUA: UN INFORME QUE CON
RAZÓN NADIE SE ATREVE A DEFENDER
Ernesto de la Jara
Instituto de Defensa Legal
Hace unas semanas, tuvimos la oportunidad de asistir como institución (IDL), a
una reunión de unos 300 representantes awajun – wampis, realizada en
Uracuza (a 3 horas de Imacita) donde se discutió si se debía continuar
participando en las 4 mesas de diálogo creadas por el Gobierno.
Por suerte ganó la posición de seguir participando, contra quienes sostenían –
no pocos- que ya estaba claro que se trataba de un nuevo engaño, porque
poco o nada había que esperar de aquellas, ya sea por la gente que las
integraba de parte del Gobierno, por su falta de transparencia y por lo poco que
habían avanzado pese al tiempo transcurrido. Todo esto además de las malas
señales que seguían habiendo en la zona (persecución de dirigentes;
fortalecimiento de bases militares; actividades de empresas sin ningún tipo de
consulta; ningún apoyo para los heridos o viudas producto de los hechos del 5
de junio; ninguna investigación sobre quién mató a los indígenas y a los
pobladores de Bagua ese día, etc.).
Después de haber visto cómo ha evolucionado -o mejor dicho, cómo se ha
intentado manipular- el trabajo de la Comisión N° 1 (tal vez la más importante
de las 4, ya que su misión fundamental era colaborar a esclarecer lo que había
sucedido el 5 de junio), yo mismo me hago la misma la pregunta: ¿la creación
de estas comisiones respondió a una verdadera voluntad política del Gobierno
de buscar una solución pacífica al conflicto en la Amazonía, que evite más
violencia y muertes?, ¿o solo fue el cumplimiento de una que ayudará a pasar
la crisis y luego continuar en la misma línea de la imposición y confrontación?
Como parte de una institución independiente, el IDL, nada me obliga a tener
que “dorar la píldora” sobre lo sucedido con la referida Comisión, por lo que me
permito formular con todas sus letras las siguientes preguntas, que ojalá se
atrevan a responder con la verdad, los integrantes de la Comisión a quienes
les toca.
¿Metodología de trabajo o burla?
¿Es cierto o falso que la ex ministra Susana Pinilla, faltando muy poco tiempo
para que terminara el plazo de la Comisión, encargó como profesora de colegio
a cargo de alumnos de primaria, que cada integrante de la Comisión debía
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traer, como aporte para el informe final, 5 puntos sobre las causas del conflicto
Amazónico en general, 5 consecuencias de lo ocurrido y 5 recomendaciones?
Para ella, esta debía ser la metodología con la que esta Comisión de 6
personas debía trabajar su informe final. ¿Verdadero o falso? ¿Correcto o
incorrecto? Algunos aceptaron cumplir con la tarea, otros no, y se opusieron
por razones obvias a una metodología así.
¿Es cierto o falso que producto de esa metodología se presentó un documento
de cerca de 40 páginas, el mismo que no se basaba para nada en el material
que durante dos o tres meses anteriores la Comisión había recopilado
(entrevistas hechas en Lima, testimonios recogidos durante tres viajes a la
zona, documentos y vídeos conseguidos, visitas a autoridades, etc.), sino solo
en las convicciones claramente personales, ideológicas y políticas de varios de
sus integrantes?
¿Para qué entonces, durante dos meses se recopiló material, si después se iba
a dejar de lado y no se iba a procesar, discutir e incorporar en el informe final?
¿Es cierto o falso que la mayoría de la Comisión sostuvo que a esa no le
tocaba entrar a pronunciarse sobre los sucesos del 5 de junio, porque esa era
labor del Poder Judicial, y que solo debía abarcar las causas generales del
conflicto Amazónico, las consecuencias del 5 de junio y recomendaciones,
siguiendo la fórmula del 5-5-5?
Si la Comisión nada tenía que ver con el 5 de junio, ¿por qué se creó a raíz de
los sucesos del 5 de junio? ¿Por qué entonces viajó a La Curva del Diablo, a la
Estación 6, y se entrevistó con indígenas, policías y autoridades relacionados
con el 5 de junio? ¿Cómo hablar de consecuencias y responsabilidades de lo
que pasó el 5 de junio y formular recomendaciones, si no se tiene como
Comisión una posición de lo que ocurrió ese día?
¿Qué espera usted y todos los que siguen este tema de esta Comisión, a la
que originalmente se le llamó Comisión de la Verdad, y que fue recomendada
también por el relator de pueblos indígenas de Naciones Unidas? ¿Una
reflexión general sobre los pueblos indígenas o específicamente, sobre los
hechos del 5 de junio, a partir de tres meses de investigación?
¿Es falso o cierto que ese documento fue el que se planteó como el que, con
algunos agregados o precisiones, sería lo central del contenido del documento
final que en pocos días se presentaría a la opinión pública? Si era tan solo una
lluvia de ideas, ¿en qué tiempo se iba a trabajar uno alternativo, si ya quedaba
poco tiempo, o por qué se mandó hasta para corrección de estilo?
¿Cierto o falso, que mientras que el coordinador de la Comisión tuvo la
iniciativa de pedir por escrito la prórroga de la Comisión, para que haya la
posibilidad de trabajar los insumos recopilados (por ejemplo, cientos de
páginas de transcripciones de entrevistas y testimonios), la mayoría de la
Comisión consideraba que esa prórroga era innecesaria (con excepción de la
hermana Maricarmen Gómez, también a favor de la prórroga)? Hecho que
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confirma que dicha mayoría pensaba que ya estaba listo en lo fundamental el
informe a ser presentado a la opinión pública.
¿Es cierto o falso que la casi totalidad de las afirmaciones que se hacen en
dicho documento, no solo no se basan en los trabajos de la Comisión, sino que
carecen de la más mínima fundamentación, lo que confirma su carácter
político, ideológico, personal y subjetivo?
¿Por qué la maniobra de sacar un documento de la manga, dejando totalmente
de lado la dinámica que venía siguiendo adecuadamente la Comisión, así como
los materiales conseguidos, debía mantenerse en reserva, sobretodo si el
producto es claramente un documento de carácter –insistimos- ideológico,
político, subjetivo y transparente desde el primer párrafo hasta el último?
Hizo bien, entonces, la hermana Maricarmen, miembro de la Comisión, salir a
la opinión pública y, con el respeto debido, explicar las razones por las que ella
no firmaría de ninguna manera un documento así. Prueba de ello es que la
denuncia hecha oportunamente por la hermana Maricarmen, ya ha logrado que
el plazo se amplíe por lo menos unos días, cuando ya el Primer Ministro había
anunciado –pese a que había una solicitud de prórroga- que la Comisión
presentaría su documento final la semana pasada, y al parecer, se estarían
esforzando por introducir algunos cambios para que el documento final resulte
más equilibrado.
¿O acaso se pensó que la hermana Maricarmen, por ser misionera, que venía
de la selva, sin ninguna experiencia en ese tipo de comisiones, podía ser
fácilmente presionada para que terminara firmando, o, en el peor de los casos,
podría ser dejada de lado sin ninguna consecuencia?
¿Por qué quienes plantearon que ese fuera en lo fundamental el informe final
de la Comisión no están dispuestos a sacar la cara por él y a sustentar
públicamente la metodología planteada y las afirmaciones hechas? ¿Por qué
tanto secretismo y nada de transparencia?
Sobre el documento en cuestión
¿No es cierto que si bien, el documento contiene muchos párrafos y páginas
sobre las causas estructurales, coyunturales, responsabilidades y
recomendaciones en relación a los sucesos de Bagua, sobre los hechos de 5
de junio sólo contiene dos líneas en la parte de la cronología? Mientras que,
por ejemplo, en esa misma cronología se le da 12 líneas a la edición del libro
del padre Ricardo Álvarez, miembro de la Comisión, y uno de los autores
principales del informe.
¿No es cierto que si bien se considera como una de las causas coyunturales
del 5 de junio a los conocidos Decretos Legislativos, inmediatamente se dice
que no es por el contenido mismo de los decretos sino porque “los pueblos
indígenas han considerado lesivos para sus intereses”...? Y esto lleva a
plantear como otra causa estructural del conflicto la “falta de explicación
adecuada e información detallada sobre el contenido de los decretos y la no
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vulneración de los derechos de propiedad de los nativos de parte del Estado
tanto nacional como regional y local”.
Pero, como ocurre en todo el documento, no se indica en qué se sustenta dicha
afirmación. ¿Cómo la Comisión llega a esa conclusión tan categórica? ¿Para
qué entonces, además, hay una Comisión que estudia los decretos, si ya está
claro que son absolutamente favorables para los indígenas, solo que estos, por
su ignorancia, no alcanzan a darse cuenta?
Coherentemente con esa posición sin ningún sustento, más adelante, como
causa coyuntural se menciona “el azuzamiento a la violencia de parte de
grupos políticos y sociales (congresista, partido Nacionalista, SUTEP, gremios),
utilizando el espíritu combativo de los nativos en defensa de su territorio
(dispuestos a dar la vida) a través de la tergiversación de los decretos
legislativos, en un contexto de organización orquestada de un paro amazónico”
(Anexo N° 1: vídeo y texto del discurso de los nacionalistas, texto de reunión en
Cajamarca, llamados de Pizango a la insurrección, otros).
Si bien acá, este es uno de los puntos en el que por lo menos se hace un
llamado a ver algo, no se observa ninguna relación entre lo que se dice y se
hace.
Si se llega a la grave conclusión de que la protesta de los indígenas
amazónicos fue producto –como inicialmente quiso hacer creer el Gobierno- de
un azuzamiento externo, ¿no se requería una mejor sustentación basada en
hechos, pruebas, documentos, testimonios, etc.? ¿Basta solo con afirmarlo
para que sea verdad?
No es ideológico, político, personal y subjetivo afirmar que de manera general y
sin presentar ninguna prueba, hay “antropólogos y ONGS que defienden e
inculcan diferentes identidades radicales en los indígenas amazónicos…”
(punto 9 de causas coyunturales).
¿Cuáles son las pruebas, por ejemplo, de la afirmación que se hace sobre la
“exacerbación de la violencia de parte de las revistas y ronderos que se unieron
a los nativos, dándole carácter militar y ataque ofensivo a la toma de la
carretera y a la Estación 6, son los que condujeron los operativos”?
Por supuesto que, al igual que la versión oficialista original, en este informe
también se le echa la culpa a la “irresponsabilidad de informantes (que
mintieron a los medios de comunicación) y de medios de comunicación locales
(la Voz de Bagua, RPP) que sin verificar información de muertes y
desaparecidos mal informaron a la población generaron reacciones vengativas
(Estación 6). Exacerbación del ánimo violentista de parte de ciertos medios de
comunicación” (anexo N° 2: audio y reto de los mensajes de informantes y de
las radios locales).
Como vemos, ni Radio Programas se salva, pero lo que debe tomarse en
cuenta es que jamás la Comisión en conjunto ha escuchado y analizado lo que
se menciona como anexo ¿Verdadero o falso?
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La Iglesia Católica es sumamente atacada en el documento, por más, que en la
Comisión hay dos representantes de ella (la misionera Maricarmen y el padre
dominico Ricardo Álvarez), mencionándose así como otra causa coyuntural “la
… falta de persuasión pacífica de parte de la Iglesia Católica para disuadir a las
comunidades de acciones delictivas: Tomas de carreteras, impedimento de
tránsito fluvial y ejecución de actos violentos. Se dejó hacer, se dejó pasar,
cuando no hubo participación activa al lado de la protesta. De haber actuado
pacífica y neuralmente hubiera amenguada la violencia, tal como en otros
lugares en ese mismo acontecimiento (selva sur), donde los misioneros
católicos actuaron como fenómeno cívico y evitaron la violencia y la posible
masacre.”
Acusación gravísima que obviamente ha sido consignada por el padre Ricardo
Álvarez Lobo, dominico, integrante de la Comisión, quien trabaja, justamente,
en parte sur de la selva sur, a diferencia de otros miembros de la Iglesia
Católica, que trabajan en la parte norte de la Selva, presentados todo el tiempo
como los malos de la película. ¿Pruebas? Ninguna. Se afirma y punto.
Incluso hay una acusación mucho más grave contra los misioneros de Jaén,
que hoy destaca El Comercio en primera plana: “Los misioneros de Jaén y sus
agentes de comunicación-prensa-educación y apoyo social mantienen una
sistemática información unilateral para los indígenas de la zona; han
promovido, apoyado y acompañado medidas y normas legales e ilegales que
terminaron con la muerte de policías y nativos; incluso han editado un DVD en
donde se ve que nativos conducen al Mayor Bazán de la policía, semidesnudo;
luego hay un corte de cuatro minutos y vuelven a aparecer los nativos, que
regresan sin el Mayor. Esta Comisión recibió información de que el Mayor fue
asesinado y arrojado a las aguas del Marañón”. (Punto 20 de las causas
coyunturales).
Nuevamente: afirmación temeraria, pero sin pruebas
Algunas perlas más del documento presentado faltando muy poco para que
termine el plazo de la Comisión, y el mismo que fue mandado hasta para
corrección de estilo:
“Los sucesos de Bagua ha terminado siendo un movimiento político dirigido
desde afuera, y no únicamente un movimiento indigenista, promovido por las
bases…” (Punto 13 de las causas coyunturales).
Sobre Pizango: “…Pizango no representaba a la Amazonía. Fueron los
antropólogos, los asesores, las ONG, los periodistas, el Estado y el Congreso
quienes dieron autoridad a Pizango, pues necesitaban de un interlocutor
cercano para relacionarse con él y solucionar los problemas de la selva. Pero
no era así, pues el sistema indígena es horizontal y no vertical. No obstante lo
hicieron funcionar aunque ficticiamente. El mismo Pizango en varias
oportunidades dijo que él no podía solucionar el problema, sino las bases. Pero
Pizango no era conocido ni nunca visitó la selva como jefe absoluto. Si hubiera
sido realmente jefe hubiera permanecido en Perú hasta la cárcel y la muerte,
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pero huyó a la embajada de Nicaragua. Con esto revelaba dos cosas: Que no
era líder absoluto ni dominaba el movimiento. Se hizo manifiesto que no ha
tenido buenos asesores externos”. (Otra parte del punto 13).
Antropólogos en general: Existe una antropología racista romántica, que
defiende a ultranza la cultura y organización autóctonas, sin contacto, aisladas
del mundo occidental. Los antropólogos románticos introducen dentro de la
opinión pública el concepto de cultura indígena diferente y opuesta a la cultura
occidental, de tal modo que se hace imposible entre ambas la convivencia, el
diálogo y la interculturalidad. Para estos antropólogos lo primigenio y lo
autóctono en los indígenas son su cultura y organización y la no integración a
la sociedad occidental. Esto –dicen- hay que salvarlo, pues lo contrario sería
violar los derechos humanos y cometer etnocidio”. (Punto 17 de causas
coyunturales)
Recomendaciones cuestionables:
Aparte de ser un documento sin ningún sustento, visiblemente ideológico,
político y subjetivo, es de pésima calidad desde todo punto de vista. Con una
falta total de respeto por los grupos amazónicos formulan recomendaciones
que exceden a los fines de la Comisión y que más bien parecen un chiste de
mal gusto:
-
“La libertad y la felicidad de los nativos no deben concebirse en forma
individual, ni solo del grupo étnico, sino desde la perspectiva del bien
común de toda familia humana, pensando que ya no está solo en la
selva, sino al lado de otros grupos que tienen sus derechos. Por eso la
situación actual de la selva exige del nativo una revisión de su cultura y
de sus estructuras sociales, políticas y religiosas”.
-
“Los nativos deben aceptar los valores de unos jóvenes que han hecho
estudios superiores y no condenarlos a la inmovilidad y al ostracismo”.
-
“Los nativos deben abandonar la práctica del líder, que todo entiende y
todo sabe, aunque no haya estudiado y procurar que sean también
consultados y procurar que todos estén informados de todo”.
-
“Los nativos deben abandonar el criterio del “chivo expiatorio”, por el
cual algunos grupos y personas evitan su responsabilidad culpando a
otros de sus delitos”.
Los integrantes de la Comisión son las ex ministras Susana Pinilla y Pilar
Mazzetti, el padre Ricardo Álvarez Lobo, Manuel Ernesto Bernales Alvarado,
Walter Gutiérrez (quien renunció), Jesús Manasés y la hermana Carmen
Gómez Calleja.
La hermana Maricarmen ya ha expresado claramente su posición sobre el
referido documento y Manasés ha dicho -por lo menos en privado– que sólo
firmaría un documento completamente distinto. Por tanto, nuestras preguntas
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son a los otros(as): que digan si fueron ellos los que plantearon la metodología
aludida y elaboraron el documento mencionado. No entendemos por qué no se
atreven a sustentar en público lo que afirman y defienden en el marco de una
comisión que debe ser transparente.
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