Reg.: A y S t 253 p 248/254. Rosario, 20 de noviembre del año 2.013. VISTA: La queja por denegación del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la defensa oficial contra el acuerdo de fecha 5 de marzó de 2012 dictado por la Sala Cuarta -integrada- de la Cámara de Apelación en lo Penal de la ciudad de Rosario en autos “G., L. A. o L. G. -Recurso de Inconstitucionalidad (Expte. 394/12) en Autos: 'G., L. A. o L. G. s/ Robo Calificado por uso de arma (art. 166 inc. 2° primera parte)-(Expte.1233/11)'” (Expte. C.S.J. N° 224, año 2012); y, CONSIDERANDO: 1. Por decisorio de fecha 27 de junio de 2011, el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Penal de Sentencia N° 5, absolvió de culpa y cargo a G. de la imputación de delito de robo calificado por el uso de arma que se le imputara oportunamente por aplicación del artículo 5 del Código Procesal Penal (fs. 2/5). Interpuesto recurso de apelación por la fiscalía, la Sala Cuarta de la Cámara de Apelación en lo Penal -integrada-, por acuerdo 30, del 5 de marzo de 2012, resolvió -por mayoría- revocar la absolución apelada, reenviando el caso para el dictado de una nueva sentencia por el subrogante legal que corresponda, para garantizar el “doble conforme” siguiendo los lineamientos del precedente “Alí” de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe (fs. 6/11). Contra dicha resolución, la Defensora General de Cámara interpone recurso de inconstitucionalidad en el marco de las previsiones del inciso 1, del artículo 1, de la ley 7055 (fs. 13/31). Sostiene que se busca atacar por inconstitucional una resolución jurisdiccional que revoca una absolución y ordena un reenvío, por afectación a los principios de imparcialidad, plazo razonable, progresión, preclusión, “non bis in idem” e igualdad ante la ley. Para ello, principia por cuestionar “la congruencia” e “interpretación que viene dándose en nuestros tribunales” al inciso 1 del artículo 420 del Código de Procedimiento Penal, respecto de la procedencia del recurso de apelación contra sentencias de primer instancia. Afirma que el recurso apelatorio de sentencias de primer instancia, máxime si son absolutorias, debe sustentarse en motivaciones que radiquen en “errores in iudicando” o en “errores in procedendo” o, en definitiva, en graves defectos de fundamentación; pues -de lo contrario- devendría en una maniobra procesal abusiva del impugnante, tendente a excluir de la causa al juez que no fallara conforme a los intereses de la parte, afectando los principios de imparcialidad del juzgador por violación al principio de juez natural, plazo razonable, progresión, preclusión procesal y fundamentalmente “ne bis in idem” e igualdad ante la ley (arts. 6 y 9, párrafo 5, C.P., arts. 16, 17, 18 y 75, inc. 22, C.N.; 14.1, P.I.D.C.P.; 8.1, C.A.D.H.). Reprocha que -en el presente caso- el recurso fiscal se limitó a reiterar los argumentos del fiscal de grado, sin agregar hechos o elementos de cargo que pudieran rebatir la absolución del Juez de primer instancia (art. 5, C.P.P.) ante la falta de realización de prueba en la etapa de plenario. Señala que el recurso fiscal -con esas características- pasa a convertirse en un liso y llano avasallamiento del actor penal sobre el juez, con la esperanza de encontrar otro magistrado más permeable a la opinión acusatoria, supeditando la causa a un virtual “forum shopping” en perjuicio del imputado. Alega -asimismo- que si bien el doble conforme impide que la Cámara condene por sí misma, el reenvío que persigue asegurar el doble conforme y mantener el derecho al recurso de parte del imputado, puede generar -indirectamente- una grave violación a los principios de igualdad ante la ley (art. 16, C.N.) y debido proceso (art. 18, C.N.). Ello así, puesto que el reenvío -señala- implicaría añadir una o más nuevas instancias con un alongamiento irrazonable del proceso; así una persona condenada en primer instancia estará sometida a un proceso que nunca sobrepasará de dos instancias ordinarias, mientras un imputado absuelto en primer instancia podrá estar sometido a un proceso con tres o más instancias hasta alcanzar el “doble conforme”. Interpreta que el reenvío solo se legitima cuando se constatan errores o arbitrariedades en primer instancia, pues la igualdad de armas que avala el recurso acusatorio en ningún caso puede respaldar un afán recursivo caprichoso sino debidamente fundado. Señala -que en este marco- “lo razonable sería invalidar el recurso fiscal cuando éste no ha podido expresar en sus agravios más que una diferencia de opiniones con el 'juez natural' de la causa. Esto resulta razonable ante cualquier tipo de apelación, pero se impone, como la única salida justa cuando dicha apelación busca atacar una sentencia absolutoria” (f. 17). De lo contrario, ante una “mera disconformidad” de la parte acusadora, el imputado absuelto debe prepararse para un alongamiento del proceso sin perspectivas claras de culminación, susceptibles de transformarse en un “corsi e ricorsi” ilimitado del conflicto, para vituperio y perjuicio del imputado. Asimismo reafirma con citas jurisprudenciales y doctrinales que -en las condiciones del “sub litem”- el recurso fiscal contra una sentencia absolutoria violenta el “non bis in idem” (arts. 8.2, C.A.D.H. Y 14.5, P.D.C.P.), burlando la garantía de “juez natural” al echar por tierra su opinión y condicionando, con el decisorio de la Alzada, al Juez del reenvío pues afirma la defensa “el destino [del justiciable] difícilmente sea otro que la condena”. Solicita, finalmente, “sopesar los principios en juego y evaluar si corresponde el reenvío por aplicación de la doctrina 'Alí' o, en cambio, revocar el acuerdo que obedeció a la apelación a una sentencia absolutoria sin la debida fundamentación, por basarse únicamente en una discrepancia de apreciaciones con lo sostenido por el Aquo” (f. 30v.). Peticiona, asimismo, pronunciamiento de esta Corte acerca de los contenidos y fundamentos con que deberían contar las expresiones de agravios del Ministerio Público Fiscal en toda apelación a una sentencia, particularmente si es de carácter absolutorio. 2. La Sala Cuarta -integrada- de la Cámara de Apelación en lo Penal de la ciudad de Rosario, por auto de fecha 22 de mayo de 2012, resuelve denegar la concesión del recurso de inconstitucionalidad (fs. 36/38). 3. Tal denegatoria motivó la presentación directa de la recurrente ante esta Corte (fs. 39/42). 4. La decisión que se ataca por vía del recurso de inconstitucionalidad local -por medio de la cual la Cámara revocó la absolución dispuesta en primera instancia y reenvió la causa al tribunal subrogante para el dictado de una nueva sentencia- no resulta sentencia definitiva ni auto equiparable a tal, no habiendo demostrado la impugnante que la resolución atacada le irrogue un gravamen de aquellos que -excediendo el derivado de la sujeción a un proceso penal- este Tribunal ha considerado con entidad suficiente como para excepcionar la referida regla. 5. De cualquier modo, y en caso de tenerse por superado tal óbice formal, cabe señalar que las alegaciones de la defensa vinculadas a la vulneración del “non bis in ídem” -por haberse admitido el recurso fiscal ante una sentencia absolutoria cuando los agravios del actor penal se limitaban a su mera discrepancia con los fundamentos dados por el Juez de grado- no persuaden a esta Corte de la configuración de un caso constitucional que habilite la instancia de excepción pretendida. Ello es así, por cuanto el planteo defensivo resulta similar al considerado y decidido por esta Corte en el caso “Rivadero” (A. y S. T. 246 págs. 308/319, 16.10.2012, punto 2 de la segunda cuestión del voto del señor Ministro doctor Erbetta) a cuyos fundamentos corresponde remitir en honor a la brevedad. Así planteada la cuestión, las alegaciones de la recurrente resultan insuficientes para demostrar que se hubiera configurado, en las concretas circunstancias del caso, un supuesto de violación a la garantía referida. Del mismo modo, no logra convencer de que la interpretación propuesta de los alcances del recurso fiscal sea la impuesta por la doctrina constitucional fijada por los tribunales superiores ni que la solución adoptada en el caso contraríe normas convencionales (C.I.D.H., “Mohamed”, del 23.11.2012). 6. En suma, la resolución impugnada no es sentencia definitiva ni auto equiparable; la impugnante no ha logrado acreditar la concurrencia en la especie de algún supuesto de excepción que permita sortear el recaudo formal previsto por el artículo 1 de la ley 7055 ni la configuración de una cuestión constitucional que habilite esta instancia, por lo que corresponde el rechazo de la queja interpuesta. Por ello, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia RESUELVE: Rechazar la queja interpuesta. Regístrese, hágase saber y oportunamente remítanse copias al Tribunal de origen. FDO.: GASTALDI (en disidencia) ERBETTA GUTIÉRREZ NETRI (por sus fundamentos) SPULER FERNÁNDEZ RIESTRA (SECRETARIA) FUNDAMENTOS DEL SEÑOR MINISTRO DOCTOR NETRI: Se adelanta que la queja no ha de prosperar. Liminarmente cabe recordar que el artículo 1 de la ley 7055 establece una exigencia fundamental para que la resolución, supuestamente agraviante, pueda ser objeto procesal del recurso de inconstitucionalidad local: que debe tratarse de una sentencia definitiva o auto equiparable. Atento a su naturaleza, es dable señalar que el pronunciamiento sometido a control de constitucionalidad -en cuanto reenvía la causa para que otro Tribunal analice la situación procesal de L. A. o L. G. G.- no es, en principio, sentencia definitiva ni auto que ponga fin al pleito o impida su continuación (A. y S., T. 129, pág. 382; T. 159, pág. 28, entre otros). Al respecto, cabe destacar que este Cuerpo en sus diversas integraciones ha sostenido -dentro del ámbito del recurso previsto en la ley 7055 y siguiendo en ello los lineamientos trazados por el más Alto Tribunal de la Nación- que, en principio, las resoluciones cuya consecuencia es la obligación de seguir sometido a proceso criminal no constituyen sentencia definitiva, pues no ponen fin al proceso ni impiden su continuación (A. y S. T. 159, pág. 28, por todos; Fallos:308:1667; 310:1486; 312:573; 314:657; 316:341); sin perjuicio de reconocer excepción a dicha regla cuando con dicho sometimiento pudiere provocarse un gravamen de insuficiente, imposible o tardía reparación ulterior (A. y S., T. 100, pág. 453; T. 110, pág. 83; T. 129, pág. 382; T. 175, pág. 61, entre otros; Fallos:314:377; 316:1943). Por lo demás resta evaluar si aun superando ese óbice formal (A. y S. T. 232, pág. 47) se puede configurar una cuestión constitucional por violación al “non bis in idem” a partir del recurso fiscal interpuesto contra la sentencia absolutoria de baja instancia por una mera discrepancia con los fundamentos expuestos por el Juez de primer grado de conocimiento. Y, al respecto, cabe señalar que no se ha demostrado liminarmente la violación a tal garantía ni tampoco que la jurisprudencia constitucional limite el recurso fiscal de la manera propuesta por la recurrente (cfr. A. y S., T. 250 págs. 184 y 306, votos del señor Ministro doctor Netri). Sobre el particular, es dable observar que la reciente decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la causa “Mohamed” del 23.11.2012 -condena dictada por una Cámara de Apelación luego de una absolución en primera instancia- avala dicha conclusión desde que juzgó que no existía violación al “non bis in idem” -consagrado en el art. 8.4 de la C.A.D.H.- ni tampoco se había demostrado que Argentina tuviese un grado de protección más amplia a esta garantía (cfr. cons. 123 a 125). Por lo expuesto, corresponde el rechazo de la queja interpuesta. FDO.: NETRI FERNÁNDEZ RIESTRA (SECRETARIA). DISIDENCIA DE LA SEÑORA PRESIDENTA DOCTORA GASTALDI: En el caso, la defensa oficial impetra un recurso de queja ante la denegación de un recurso de inconstitucionalidad contra el decisorio de la Alzada que -ante un recurso fiscal- revocó la absolución de G. y reenvió la causa para el dictado de una nueva sentencia por el subrogante legal por aplicación del precedente “Alí”. En el “sub litem”, la impugnante alega la vulneración de los principios constitucionales de juez natural, imparcialidad, “non bis in idem”, plazo razonable e igualdad al darse curso a una apelación fiscal sustentada en la mera disconformidad del acusador, y sin que en el decisorio pudieran constatarse errores o arbitrariedades manifiestas en el razonamiento absolutorio del Magistrado de grado. Condicionando, con la resolución de la Alzada, al futuro juez de la causa (el Juez del reenvío) para dictar una sentencia condenatoria. Que atento la invocada afectación de principios y garantías constitucionales, en las concretas y particulares circunstancias de la causa, entiendo que corresponde hacer excepción a la doctrina según la cual no revisten la calidad de sentencia definitiva las resoluciones cuya consecuencia sea la obligación de seguir sometido a proceso penal. Al entender que el caso se exhibe como susceptible de tutela, en tanto están suficientemente evidenciadas las implicancias institucionales de la cuestión involucrada en el “sub lite”. En efecto, los aspectos centrales de la cuestión giran en torno a los presupuestos y alcances del juicio de reenvío, pues se coincida o no con el alcance amplio de la garantía de “non bis in idem” por la que aboga la defensa (arts. 8.4, C.A.D.H.; 4.7, P.I.D.C.P.; 75, inc. 22, C.N. y 6 C.P.P.), lo cierto es que -en la presente causa- se impone analizar si la revocación y reenvío impugnados, se sustenta en “vicios graves o esenciales” del razonamiento absolutorio o en una dispar valoración de la prueba. Por ello, como ya lo he sostenido en el precedente “Suarez” (A. y S. T. 252, págs. 482/486, del 8.10.2013), en casos como el presente media suficiente interés institucional ante la necesidad de aventar que en todo caso, y con fundamento en una nueva valoración de la prueba, el sistema procesal conduzca a la mera búsqueda de un Juzgador que condene. Sentado lo precedente, considero que las postulaciones defensivas, desde una apreciación mínima y provisoria, cuentan “prima facie” con suficiente asidero en las constancias de la causa y suponen articular con seriedad un planteo que exige examinar, con los principales a la vista, si la sentencia reúne o no las condiciones mínimas necesarias para satisfacer el derecho a la jurisdicción que acuerda la Constitución provincial. Por lo expuesto, debe admitirse la queja y en consecuencia conceder el recurso de inconstitucionalidad, disponiendo que por presidencia se ordene la elevación de los autos principales y se les imprima el trámite que corresponda. FDO.: GASTALDI FERNÁNDEZ RIESTRA (SECRETARIA). Tribunal de origen: Sala IV -integrada- de la Cámara de Apelación en lo Penal de Rosario. Tribunal que intervino con anterioridad: Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Penal de Sentencia N° 5 de Rosario.