NEGACIONISMO PODRÍA ATENTAR CONTRA LIBERTAD DE

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POLÍTICA, ECONOMÍA, SOCIEDAD Y CULTURA
Negacionismo podría atentar contra libertad de expresión
Hace unos meses, a punto de cumplirse veinte años de la captura de Abimael Guzmán y con el
Movadef pidiendo su liberación en calles, plazas y embajadas de Lima y del extranjero, el Ejecutivo
envió al Congreso un proyecto de ley que buscaba castigar a las personas que negaran los delitos
cometidos por terroristas. El proyecto de ley fue conocido por todos como la Ley del
Negacionismo y entró rápidamente en el debate nacional.
La ley dice así: “será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de cuatro ni mayor de
ocho años el que públicamente apruebe, justifique, niegue o minimice los delitos cometidos por
integrantes de organizaciones terroristas”.
En el primer punto, la “Exposición de motivos”, el proyecto de ley manifiesta que, aunque el
derecho a la libertad de expresión debe ser resguardado, este derecho no puede exceder los
límites de otros derechos fundamentales necesarios para la convivencia y la estabilidad social. Es
decir, no se puede permitir que, en base a un concepto de libertad de expresión laxo, se deje que
ciertos grupos distorsionen la historia vejando a personas que se vieron afectadas por las acciones
terroristas de las décadas pasadas. Y tampoco se debe permitir que ensalcen ese tipo de acciones
de violencia que podrían repetirse en el futuro.
Los tres acápites siguientes son: “Límites entre el ejercicio del derecho a la libertad de expresión y
la deformación dolosa de la verdad histórica”, “La “estructura típica del delito de negacionismo del
terrorismo” y “El negacionismo de la violencia propia de las organizaciones terroristas como foco
de riesgo para la tranquilidad pública”. En estos tres puntos se intenta aclarar que el proyecto de
ley no implica un recorte a la libertad de expresión y que su promulgación es necesaria para no
dejarle ningún resquicio a grupos terroristas como Sendero Luminoso o afines como el Movadef.
La Ley del Negacionismo consta de once páginas y puede leerse completa en el sitio web
http://www.minjus.gob.pe/wp-content/uploads/2012/08/Proyecto-de-Ley-del-Negacionismo.pdf.
Reacciones.
Luego de conocerse el proyecto de ley, todo el mundo salió a declarar en los medios de
comunicación, algunos a favor y otros en contra.
El ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, dijo: “La Ley es legítima. La libertad de expresión está
garantizada en el marco del respeto al derecho de las personas. Negar que en el país hubo una
agresión por parte de dos grupos subversivos no tiene nada que ver con este derecho.”
La vicepresidenta Marisol Espinoza tuvo declaraciones divergentes: “Vamos a discutir el proyecto
de ley en la bancada de Gana Perú. Hay que analizarla en toda su amplitud. Podría ser un poco
peligrosa.”
El ex ministro aprista Víctor García Toma criticó la ley porque consideró que podía ser perjudicial
para la libertad de expresión y se podría llegar a caer en la represión. Además dijo que la ley era
parcializada, porque sólo aludía a la violencia de Sendero y del MRTA, pero no mencionaba el
terrorismo de Estado que surgió como respuesta al ataque de ambas agrupaciones subversivas. Tal
vez olvidó que durante el primer mandato de Alan García se cometieron graves delitos de Estado
como las masacres de Cayara y Accomarca y la matanza de los penales. Nadie es perfecto.
Por su parte, el presidente del Poder Judicial, César San Martín, dijo que la Corte Suprema haría
una revisión cuidadosa del proyecto de ley para garantizar que no recortase las libertades de los
ciudadanos. “Dada su importancia, ya estoy trabajando con un grupo de expertos para determinar
si una ley como esta es proporcional. La pregunta que uno debe hacerse desde la política penal es
si esta ley es necesaria, si la criminalización de conductas especialmente aberrantes que lesionan
el sentimiento colectivo debe ser enjuiciada por el derecho penal.”
El procurador Julio Galindo se mostró de acuerdo con el proyecto de ley. “Abimael Guzmán
comete delito continuado, es decir nunca dejó de mandar. Es el líder máximo de Sendero y sigue
dirigiendo desde la cárcel”. Respecto al peligro que correría la libertad de expresión, dijo: “El
proyecto es para gente ligada al terrorismo, no está dirigido contra periodistas u otras personas,
sino contra gente vinculada a este grupo criminal.”
Periodistas veteranos como César Hildebrandt se sumaron al debate. “Yo no estoy de acuerdo con
ninguna ley en torno a ningún negacionismo porque el derecho a emitir una opinión es un derecho
inalienable. Me parece un atentado a la libertad de expresión”, acotó. También se refirió al
Movadef. “Yo sí creo que el Movadef es un seudónimo de Sendero Luminoso y que hay que
tratarlo como tal, pero eso no significa reprimirlos, sino cuidarnos. Fue un error no darles el pase
respectivo para que se inscribieran ante el JNE, porque es mejor tenerlos en el redil de la
formalidad que tenerlos como quiere Alfredo Crespo: perseguidos, despreciados por la
democracia formal que es tan chiquita que ellos no caben.”
El presidente Ollanta Humala no se mantuvo al margen. “Es necesario revisar la legislación para
cerrar el paso a los terroristas. Este año saldrán terroristas no arrepentidos en libertad y tenemos
más terroristas no arrepentidos infiltrados en organizaciones que pretenden ser interlocutores
válidos. Hay que enfrentar al terrorismo en las zonas de emergencia, pero también al brazo
político, a quienes seguro veremos muy activos en las próximas elecciones”.
Señora ley
Actualmente el proyecto de ley se encuentra listo para ser debatido en el Congreso luego de ser
aprobado por las comisiones de Constitución y Justicia. El presidente del Congreso, Víctor Isla,
anunció que se convocará a una legislatura extraordinaria para debatir la Ley del Negacionismo y
otros temas sin esperar el receso parlamentario de marzo. Esta legislatura extraordinaria iniciaría
sus sesiones de trabajo los primeros días de febrero, según Isla.
¿El Congreso aprobará la Ley? Las opiniones al interior del hemiciclo están divididas, más por
conveniencias que por convicciones. Es popular sacar una ley que, en teoría, busque frenar el
probable renacimiento del senderismo a través del Movadef. Pero, como algunos han recordado,
ya existe una ley que debería controlar estos arrestos senderistoides: la Ley de Apología al
Terrorismo.
Es cierto que puede resultar grotesco ver pedir la libertad de Abimael Guzmán a chicos que ni
siquiera habían nacido cuando se le capturó y que jamás tuvieron que comprar velas por paquetes
para los apagones ni escucharon detonar coches bombas a pocas cuadras de su casa, ni mucho
menos tuvieron que soportar las matanzas que Sendero perpetraba en la sierra y en la selva en
esos años en que el terror mantenía en zozobra al país entero.
Es cierto que para los peruanos que sufrieron esos años puede resultar, además de grotesco,
desesperante escuchar decir a esos muchachos que eso que pasó en el Perú no fue terrorismo sino
guerra popular, lucha armada a favor de los pobres. Porque buena parte de la gente que Sendero
mató fue precisamente de las zonas más pobres del país.
Pero por tratar de detener a unos cuantos muchachos confundidos se puede terminar recortando
las libertades de muchos, de todos. Lo que acá se está poniendo en juego es algo demasiado
grande: la libertad de expresión y la libertad de las personas en sí misma. No sólo se pretende
callar a la gente, sino mandarla a la cárcel si dice o deja de decir tal o cual cosa.
¿Y quién va a ser el tremendo juez de esa tremenda corte que decida en qué momento preciso se
cruce la línea en que una persona pase a “aprobar, justificar, negar o minimizar” los delitos
cometidos por los terroristas? ¿Cae en el delito de negacionismo una persona que afirma que la
violencia terrorista causó 25 mil muertos y no los 70 mil que determinó la CVR? ¿Quién mató en
tal o cual atentado en pueblitos alejados del país? ¿Sendero? ¿El MRTA? ¿El Ejército? ¿La Policía?
¿Los comités de autodefensa? ¿Y a cuántos se mató exactamente, si todavía quedan fosas por
desenterrar? ¿Quién posee la verdad de esta historia sangrienta? ¿Cuál es la verdad verdadera?
En las once páginas del proyecto de ley se intenta decir, de principio a fin, de muchas maneras,
usando la retórica de los abogados y los políticos, que la ley no recortará las libertades de las
personas y que sólo se empleará contra aquellos que… sí, exactamente… “aprueben, justifiquen,
nieguen o minimicen” los delitos terroristas. Pero esto es todo y nada.
El acápite final del proyecto de ley dice: “(…) La libertad de expresión o de opinión no puede verse
afectada con una figura delictiva como la propuesta en la medida en que, al no ser un derecho
absoluto, encuentra límites innegables en las esferas jurídicas ajenas, tanto individuales como
colectivas, como es, en el presente caso, la paz pública conformada por las condiciones mínimas
de estabilidad que aseguren la convivencia social pacífica.”
Sí, la libertad de expresión tiene límites, incluso para los periodistas. Eso puede decirlo Magaly
Medina, que pasó una temporada en la prevención del penal de Santa Mónica por decir que Paolo
Guerrero había salido a la calle a la una de la mañana cuando sólo era las ocho de la noche.
Pero ¿quién puede determinar en qué casos se ponen en riesgo “las condiciones mínimas de
estabilidad que aseguren la convivencia social pacífica”? Si alguien coge un arma y dispara contra
alguien, seguro que sí. Si alguien hace estallar un coche bomba en medio de la calle, también.
¿Pero en el caso de las ideas, escritas, habladas o gritadas en las plazas? ¿Está poniendo en riesgo
la paz pública alguien que trata de esparcir sus ideas, así sean repulsivas, absurdas o equivocadas?
¿Es correcto mandar a la cárcel a alguien sólo por su manera de pensar o por manejar una versión
distorsionada de la historia? Ese es el problema.
SIETE les hizo dos preguntas a tres especialistas en el tema.
1. ¿El Movadef representa un peligro real para el Perú?
2. ¿Qué opina de la Ley del Negacionismo?
Gustavo Gorriti (periodista).
1. No. El Movadef es producto de la derrota de Sendero y del encarcelamiento de su líder.
Ello produce un cambio inesperado y transformativo en la ideología de Abimael Guzmán,
que es la renuncia a la lucha armada –algo previamente inconcebible- luego del
reconocimiento de su derrota. Con Guzmán casi octogenario, con gran parte de los líderes
senderistas presos por más de quince años, con el reconocimiento de la derrota y el
abandono de la lucha armada, queda muy poco en común entre este Sendero y el que se
preparó por años para el inicio de la insurrección en 1980.
2. Es una mala copia de la ley del negacionismo respecto del Holocausto en la Segunda
Guerra Mundial. En el Perú no se ha empezado siquiera a discutir en forma clara,
informada y documentada sobre la guerra interna que sufrió el país. El esfuerzo de la CVR
fue atacado a priori por gente como (Rafael) Rey y (José Luis) Barba, interesados en
mantener la ignorancia histórica como versión oficial. Hay mucho todavía por conocer.
Para saber hay que investigar, aclarar y cernir los hechos; cotejar y discutir las
interpretaciones y el uso de los términos. En estas circunstancias una ley de negacionismo
no protegería la verdad histórica sino serviría como una venda para la investigación y una
mordaza para el debate.
Andrés Gómez de la Torre (especialista en inteligencia).
1. El Movadef es un peligro potencial si no se toman las medidas en todos los campos o
dominios de la actividad nacional y si no se tiene la voluntad política de calibrar y evaluar
la dimensión de este grupo y de asegurar una capacidad de respuesta adecuada.
2. Si bien todo instrumento normativo resulta en teoría una buena herramienta para
combatir el terrorismo, hay escasa funcionalidad, a modo de precedente, con el tipo penal
de apología al terrorismo. En el Perú no es el meollo del problema una norma jurídica en
sí, más bien es su aplicación y real funcionalidad.
General EP (r) Wilson Barrantes Mendoza.
1. El Movadef reivindica el marxismo leninismo maoísmo pensamiento Gonzalo, pero no
representa una amenaza para el Estado peruano, aunque sí para los partidos políticos. El
Estado debe considerarlos un riesgo en el terreno político, pero quedan descartadas las
posibilidades de acciones armadas, ya que no están dadas las condiciones objetivas y
subjetivas para repetir la lucha armada que se inició en 1980.
2. La Ley del Negacionismo es una ley importada de Alemania, pero si en ese país tuvo eco es
porque hubo consenso al reconocer las crueldades del Holocausto. Es absurdo pensar que
esta ley tendría éxito para frenar el crecimiento del Movadef, es decir de Sendero
Luminoso. Es un error creer que con una ley se pueden frenar los fenómenos políticos
sociales, pues deben ser frenados con acciones políticas. En su artículo 2, inciso 4, la
Constitución garantiza la libertad de información, opinión y expresión de todos los
ciudadanos. La Ley del Negacionismo es una violación del ordenamiento constitucional
vigente.
Por: Cristian Velasco
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