Estudio de caso El proyecto de mitigación de El Salvador apoya a 30 municipios Antecedentes ■ El Salvador es un país vulnerable a diversos tipos de desastres. Durante los últimos 100 años ha sufrido 13 terremotos de alta magnitud, erupciones volcánicas, sequías, tormentas tropicales y graves inundaciones. Los efectos de estos desastres se ven acentuados por problemas socioeconómicos. El huracán Mitch, en 1998, y los terremotos de enero y febrero de 2001 causaron muerte y destrucción, afectando a la población y la economía del país. Muchos hogares vulnerables lo perdieron todo, incluida su capacidad para restablecer sus medios de subsistencia. Lecciones aprendidas ■ Después de estos desastres, la Cruz Roja Salvadoreña y la Cruz Roja Americana pusieron en marcha varias actividades de mitigación encaminadas a reducir el riesgo en las comunidades. El proyecto El proyecto de mitigación, encaminado a reducir “las muertes y la pobreza causadas por desastres”, se puso en marcha en 30 municipios de los departamentos de La Paz, San Vicente, La Libertad y Cuscatlán. ■ Uno de sus objetivos era mejorar la capacidad de respuesta a desastres de los comités de emergencia a nivel nacional, departamental y municipal. Para ello se incorporaron planes de comunicación y control y se consolidaron los sistemas de alerta temprana. 30 municipios desarrollaron planes de emergencia y firmaron acuerdos con filiales locales de la Cruz Roja. Se dotaron de equipamiento sus centros de operaciones de emergencia y el Centro Nacional de Operaciones de Emergencia. ■ A fin de fortalecer la capacidad de preparación de la población local y de colaborar con ella en la mitigación del impacto de los desastres, se elaboraron planes de mitigación y de uso de la tierra e informes técnicos sobre inundaciones para los 30 municipios. Además, se establecieron comités locales para que dirigieran los centros de operaciones de emergencia y la obtención de fondos. En ello participó el Gobierno, en quien recae la responsabilidad principal. ■ Se impartió formación en materia de preparación para desastres y mitigación de desastres a maestros de 90 escuelas en comunidades de alto riesgo, y se elaboraron 101 planes para desastres centrados en la gestión de desastres y la reducción del riesgo. En este aspecto del programa de mitigación, la Cruz Roja de El Salvador colaboró estrechamente con el Ministerio de Educación. Para reducir el riesgo en las comunidades vulnerables se diseñaron y ejecutaron proyectos no estructurales de mitigación a pequeña escala, en lugar de costosas intervenciones estructurales. Se pusieron en marcha alrededor de 90 microproyectos para mejorar la infraestructura local y los reglamentos municipales, y para ayudar a las comunidades seleccionadas a reducir su vulnerabilidad. ■ ■ ■ La capacidad de las comunidades locales para organizar actividades de preparación para desastres y respuesta a desastres aumentó. El enfoque de la Cruz Roja Salvadoreña consistió en trabajar con las comunidades en su conjunto, no sólo con dirigentes comunitarios. La Sociedad Nacional veló por que existiera una relación positiva y proactiva con organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, con empresas privadas, asociaciones de desarrollo comunitario y otros. El fortalecimiento de la capacidad de los municipios resultó esencial para garantizar la exactitud del análisis del riesgo y mejorar la autogestión de los municipios. Todos los seminarios y actividades complementarias se basaron en métodos participativos, a través de los cuales se promovió la identificación de las comunidades con el proyecto. Además, se aseguró un elevado nivel de compromiso por parte de las partes interesadas. En el proyecto de mitigación también participaron escuelas. Los directores de las escuelas de los 30 municipios se Taller de primeros auxilios para los equipos de socorro en las escuelas, de los que participan maestros, alumnos y padres de alumnos. Conclusiones Es importante velar por que las personas elegidas para ejecutar el proyecto posean una cualificación adecuada y estén suficientemente motivadas para garantizar que el proyecto pueda ser ejecutado y se obtengan los resultados previstos. Además, debe contarse con una estructura organizacional sólida y un proceso de planificación, seguimiento y evaluación bien definido. Ello asegurará la correcta evolución del proyecto y ayudará a los participantes en el mismo a tener mayor confianza y a estar dispuestos a asumir mayores responsabilidades y tomar decisiones de mayor alcance. ■ ■ ■ convirtieron en miembros activos de los comités de emergencia. En un principio, la Cruz Roja Salvadoreña pretendía trabajar con 90 escuelas pero, al ser más las escuelas que mostraron interés por las actividades de mitigación del programa, se amplió el número de las mismas. Finalmente participaron 101 escuelas, y en cada una de ellas escolares y maestros diseñaron planes de mitigación y preparación con la ayuda de voluntarios de la Sociedad Nacional. Las autoridades locales, los maestros y escolares, y el público en general en todas las comunidades de los 30 municipios están ahora mejor informados y tienen acceso a información sobre preparación para desastres y respuesta a estos. Entienden con claridad los riesgos a los que hacen frente sus comunidades, lo cual les capacita para emprender en el futuro actividades de prevención y mitigación eficaces. Como resultado del proyecto, la Cruz Roja Salvadoreña dispone de acceso a un Sistema de Información Geográfica, y es capaz de elaborar mapas técnicos detallados de riesgos, útiles para entender cuáles son las zonas con riesgo de terremoto. Se impartió formación a voluntarios sobre cómo elaborar mapas de riesgos comunitarios. En conjunto, uno de los aspectos más importantes para el éxito del proyecto fue el hecho de que las poblaciones locales se sintieran suficientemente motivadas para participar activamente. Es necesario alentar a Gobiernos y comunidades a que participen en estos programas integrados y participativos, de forma que también se sientan identificados con el proyecto y sean capaces de velar, hasta cierto punto, por su sostenibilidad y cumplir su cometido. El material didáctico utilizado debe estar adaptado a la cultura de la población beneficiaria. Además, se debe ser flexible y, cuando sea necesario, se deberá cambiar la metodología del proyecto, pues un solo método nunca funciona bien en todos los lugares. Entrega de planes escolares de emergencia en una de 20 escuelas. Si desea obtener más información, póngase en contacto con: Cruz Roja Salvadoreña Apartado Postal 2672 San Salvador, El Salvador Correo electrónico: [email protected] Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja Apartado Postal 372 CH-1211 Ginebra 19, Suiza Correo electrónico: [email protected] Sitio web: www.ifrc.org 75605 08/2004 S 500 Un geólogo que visita la comunidad para realizar un estudio técnico, acompañado por miembros de la comunidad y personal de la Cruz Roja. Las comunidades locales son las primeras en intervenir después de un desastre. Por lo tanto, deben fortalecerse las estructuras comunitarias existentes. Mediante la firma de acuerdos de cooperación con otras organizaciones, la Cruz Roja puede asegurar que esté disponible el mayor número posible de partes interesadas para ayudar a ejecutar el proyecto. Además, este tipo de acuerdos pueden ayudar a promover la autosuficiencia de comunidades, autoridades locales y otros actores.