En la obra Memorias de Adriano, escrita por la francesa Marguerite Yourcenar, la homosexualidad no es un tema para tratar con el mismo criterio con el que se trataría hoy en día una historia semejante; puesto que el desprecio por la mujer de esta época antigua puede ser la causa principal de la preferencia a esta tendencia homosexual. La mujer de la era antigua, en una forma exagerada, desarrolló un papel de invisibilidad, puesto que se consideraba que las mujeres no tenían raciocinio ni voluntad, y que sólo eran valoradas de los quince a los veintitrés años, que era cuando su cuerpo resultaba útil y apetecible para el sexo opuesto. Su vida fue demasiado limitada por las leyes y la sociedad patriarca a la que la mayoría de ellas temían y por consecuencia aceptaban. En cuanto a la jurisprudencia, ella no tenía derechos reconocidos, ni públicos ni privados. No tenía autonomía para decidir sobre sus propias vidas o sus propios cuerpos; sobre su matrimonio o su concepción. El desarrollo de la mujer como ser humano fue impedido, además de su crecimiento intelectual o espiritual. Les fue prohibido una educación o un desarrollo de algo mas que no fuese de sentido maternal. Además ni su identidad, ni sus trabajos fueron valorados. Efectivamente, esa sociedad patriarca catalogaba a la mujer como un ser insuficiente, y el individuo que naciera mujer era mas bien un hombre frustrado. Por lo tanto, la idea del hombre de establecer una relación con un ser analfabeta e ignorante, no es muy apetecida. Sólo de una forma el hombre estaba en necesidad de la mujer: cuando buscaba de un heredero de su apellido y sucesor de sus más valiosos méritos. Obviamente, solo seria de su agrado un ser masculino y no el hombre frustrado. Esta inferioridad física de la mujer así misma, fue la que determinó su posición social de la época. Por que Adriano, como hombre declara que en general, las mujeres son lo que quieren ser; o resisten a los cambios o los aplican a los mismos y únicos fines. Demostrando así que la mujer podría superar el pensamiento oscuro que tenía la sociedad de ella, y de allí poder ganar un poco de respeto. La situación de las mujeres se ve determinada por extrañas condiciones: sometidas y protegidas a la vez, débiles y todopoderosas, son demasiado despreciadas y demasiado respetadas. En este caos de hábitos contradictorios, lo social se superpone a lo natural y no es fácil distinguirlos. Entonces el hombre, al confundir estas posiciones y por continuar su primacía, deja a la mujer en un lugar inferior a él, impidiendo su desarrollo íntegro. Luego, al establecer la mujer como un objeto, de uso únicamente para trabajo doméstico y al hombre como ser dotado de hermosura e inteligencia, con grandes deseos de hallar la felicidad tanto espiritual como intelectualmente; se optará irrebatiblemente por la persona que esté mas preparada para enfrentar la sociedad. Cautivará el ser que domine un razonamiento ante la verdad y la realidad del ser humano. Seducirá aquel que demuestre mayor deseo por refutar lo desconocido hasta hallar la verdad de las cosas. En cambio, una persona que no le es permitida educarse por medio de las lecturas y aunque logre sobrepasar el analfabetismo impuesto por la cultura de esa época, solo por ser del género femenino, muchas de sus ideas eran rechazadas, catalogadas como absurdas o simplemente ignoradas. En el caso de Adriano, él amaba a Atino por su belleza y su fidelidad a él. Su presencia era extraordinariamente silenciosa; me siguió en la vida como un animal o un genio familiar. ; Solo una vez he sido amo absoluto; y lo fui de un solo ser. Finalmente, en la época del emperador Adriano el tema del homosexualismo era excusado por el pensamiento de su cultura y de su sociedad: tener solo a una mujer como pareja era relativamente, vivir en la mediocridad. YOURCENAR, Marguerite. Memorias de Adriano. Editorial Planeta, S.A., 1999. 128 pg. 1 IBID. 128 pg. YOURCENAR, Marguerite. Memorias de Adriano. Editorial Planeta, S.A., 1999. 169 pg. IBID. 169 pg. 2