Los cavas para de vino son imprescindibles para aquellos que

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Las Cavas de Vino (Andrés Rueda)
Los cavas para el vino son imprescindibles para aquellos que quieran
conservar el vino en excelentes condiciones, ya que estas bodegas en
miniatura permiten seleccionar la temperatura idónea que requiere el
almacenaje de cada vino.
Para una óptima conservación de los vinos la cava ha de respetar tres
principios fundamentales: temperatura homogénea y estable, humedad
adaptada y ausencia de vibraciones. Pero tampoco debe olvidarse que los
rayos UVA pueden dañar seriamente el vino, y que una aireación natural
filtrada ayuda a conservar en buenas condiciones los vinos.
Capacidad
La capacidad de las cavas varía entre 20 y 500 botellas. Las más habituales
son las que permiten el almacenamiento de 80 botellas y suelen constar de
una puerta de cristal que permite visualizar el vino que se desea sin
necesidad de abrir la bodega y modificar la temperatura interior.
Distribución
Es importante comprobar que la cava elegida una la comodidad en la
distribución y máximo aprovechamiento del espacio interior, y sobre todo
que se adapte a las necesidades del comprador. Por ejemplo, existen
algunas cavas que incluyen un apartado para introducir puros.
La posición idónea para la colocación de los vinos y cavas es horizontal, ya
que así se permite que el corcho permanezca húmedo y no pierda
elasticidad.
El hecho de que las bandejas sean extraíbles resulta muy útil a la hora de
sacar las botellas; pero es uno de los detalles que más encarecen el precio
final.
Materiales
La Cava
Las implicaciones derivadas de la elección de los materiales no se ciñen
exclusivamente a la estética. Los resultados en cuanto a aislamiento, tanto
de temperatura como de vibraciones, aumentarán o disminuirán
dependiendo del elegido.
Aislamientos térmico:
Con la mezcla de maderas nobles (como roble, nogal, cerezo, etc.) se
consigue un aislamiento perfecto; de éste depende la buena conservación
de los vinos independientemente de la temperatura exterior. Otro material
muy eficaz es el poliuretano, que se usa en una gruesa capa de 5 cm en
algunos cavas.
Aislamiento a las vibraciones
Se consigue con sindeblocks montados en “u”; o con sistemas sin
refrigeración sin motor, como son la absorción y el peltier.
Las Puertas
Es conveniente que las puertas del cava sean de metacrilato, que protegerá
a los caldos de los rayos nefastos efectos de los rayos UVA. También
pueden utilizarse cristales especialmente preparados con este fin.
Temperatura
La temperatura a la que el vino debe conservarse ha de ser, sobre todo
constante. Los cambios bruscos de temperatura afectan mucho al vino,
desvirtúan su sabor, consiguiendo que el mejor de los vinos pueda perder
su calidad.
Por ello, los cavas disponen de un medidor de la temperatura interior que,
con frecuencia, dispone de función multi-temperatura. Ello, permite guardar
en su interior botellas a diferente temperatura, generalmente hasta tres,
aunque pueden encontrarse hasta de cuatro.
Para que el cava posea la función multi-temperatura es preciso que mida al
menos 1,30 m, ya que ello permite que el frío pase a la parte inferior del
cava; cuanto mayor sea la altura del cava más diferencia de temperatura se
podrá establecer entre su parte superior e inferior y, a su vez se consigue
una temperatura más gradual.
Para aquellos que desean conservar botellas que precisan de temperaturas
muy diferentes -sólo cavas y blancos (6º - 8º) y tintos reservas, crianzas y
jóvenes (13º - 19º)- existen cavas divididas en compartimentos.
Humedad
Tanto en la conservación como en el envejecimiento del vino, uno de los
factores más importante es la humedad, entre otras cosas porque impide
que se seque el corcho y por ende la contracción del mismo.
La mayoría de los cavas contienen un sistema, consistente en un
temporizador, para eliminar el agua condensada sobre las botellas. Además,
estas cavas son idóneas para conseguir oxigenar el vino de forma natural y
también para mantener el grado de humedad adecuado.
Ventilación
Es aconsejable que los cavas posean un sistema de oxigenación interior que
mantenga una constante circulación de aire en su interior, purificando y
liberando el ambiente de malos olores, consiguiendo una perfecta
ventilación del vino de forma natural.
Temperatura del vino : normas generales
Cada vino tiene su temperatura adecuada, aunque también depende del
gusto de quien lo consume, en cualquier caso, existen unas normas
generales:
1. Al enfriar o helar el vino se lo denomina “frapear”. En ningún caso se
aconseja que la temperatura sea inferior a los 8°C.
2. Cuando se deja que una botella tome temperatura ambiente, se está
haciendo lo que se denomina “chambrear”. En este caso la
temperatura que debe alcanzar la bebida es de aproximadamente de
entre 18° y 20°C.
3. En el caso de que se desee modificar la temperatura a la que se
encuentra un vino, debe tomarse la precaución de hacerlo de forma
lenta y progresiva. En caso contrario, se dañaría la calidad de la
bebida.
4. La temperatura de degustación ideal no es la misma para todos los
vinos. Para los blancos y cavas debe ser de entre 6º a 8º grados,
para los rosados de 8º a 10º y para los crianzas, reservas y grandes
reservas es de 14º a 19º en los tintos.
5. No son aconsejables prácticas para calentar el vino como calentar la
botella acercándola a estufas o refrescar la copa vacía, ya que
deteriora la composición del vino.
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