¿Puede llegar a justificarse la tortura? Claus Roxin La ciudad y el crimen Lo mejor de Rafael Ruiz Harrell Legítima defensa e imputación objetiva Especial referencia a los mecanismos predispuestos de autoprotección Miguel Ontiveros Alonso Estudios de Derecho Penal Internacional Héctor Olásolo Alonso Ferrajoli ¿Es, realmente, el consenso popular la única fuente de legitimidad de las decisiones públicas? ¿Cuáles deben ser los verdaderos límites al poder de los parlamentos? ¿Qué diferencia a la jurisdicción y dónde emana su legitimidad frente a las funciones de representación y consenso? Para Luigi Ferrajoli, renombrado catedrático italiano y autor de esta conferencia, en toda sociedad debe existir una “esfera de lo indecidible”, conformada por dos prohibiciones absolutas a nivel constitucional: la primera, que evita que la mayoría limite los derechos fundamentales de las personas. La segunda, que impide a dicha mayoría dejar de decidir y actuar en busca de la satisfacción plena de los derechos sociales de los habitantes de un Estado.. Para la defensa de esta esfera existen, precisamente, las “funciones de garantía”, en las cuales ocupa un lugar preeminente la función judicial. El modelo propuesto es, sin duda, un punto de referencia a la hora de construir y explicar las instituciones de un Estado democrático de Derecho. C O N F E R E N C I A S M AG I S T R A L E S 17 LUIGI FERRAJOLI CON F ER ENCI AS M AGIST R A LES • 17 Otras publicaciones del inacipe Las fuentes de legitimidad de la jurisdicción Las fuentes de legitimidad de la jurisdicción Luigi Ferrajoli Iter Criminis Revista de Ciencias Penales Nació en Florencia, Italia, en 1940. Se desempeñó como juez entre 1967 y 1975, y militó activamente en la asociación “Magistratura democrática” de tendencia progresista. Su carrera docente la inició en 1970 en la Universidad de Camerino, y a partir de 2003 en la Universidad Roma Tre, donde ha impartido las cátedras de Teoría general del Derecho y Filosofía del Derecho. Es columnista del diario Il Manifesto y autor de innumerables ensayos y libros entre los que destacan Teoria assiomatizzata del diritto (Milán, 1970), Democrazia autoritaria e capitalismo maturo en colaboración con Danilo Zolo (Milán, 1978), La cultura giuridica nell’Italia del Novecento (Roma-Bari, 1999) y Diritto e ragione. Teoria del garantismo penale (Roma-Bari, 1989) cuya versión al español apareció en 1995 con el título Derecho y razón. Número 15 v Cuarta Época Instituto Nacional de Ciencias Penales Ferrajoli5.indd 1 22/04/2010 05:12:04 p.m. conferencias magistrales DIRECTORIO Arturo Chávez Chávez Procurador General de la República y Presidente de la H. Junta de Gobierno del inacipe Gerardo Laveaga Director General del Instituto Nacional de Ciencias Penales Álvaro Vizcaíno Zamora Secretario General Académico Rafael Ruiz Mena Secretario General de Profesionalización y Extensión Santiago Córdoba García Director de Publicaciones Luigi ferrajoli Las fuentes de legitimidad de la jurisdicción Traducción de Miguel Carbonell INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS PENALES Primera edición, 2010 Edición y distribución a cargo del Instituto Nacional de Ciencias Penales www.inacipe.gob.mx [email protected] Se prohíbe la reproducción parcial o total, sin importar el medio, de cualquier capítulo o información de esta obra, sin previa y expresa autorización del Instituto Nacional de Ciencias Penales, titular de todos los derechos. D. R. © 2010 Instituto Nacional de Ciencias Penales Magisterio Nacional 113, Tlalpan 14000 México, D. F. ISBN 978-607-7882-14-5 Diseño de portada: Victor Garrido Impreso en México • Printed in Mexico Contenido Presentación, por Miguel Carbonell............... 9 Las fuentes de legitimidad de la jurisdicción...... 23 Democracia y consenso. Funciones de gobierno y funciones de garantía...... 23 La tendencia cognitiva, primer fundamento de legitimidad de la jurisdicción.................................. 29 El papel de garantía de los derechos, segundo fundamento de legitimidad de la jurisdicción........... 34 El garantismo, fuente de legitimidad e independencia de la jurisdicción......... 40 La confianza y el miedo de los ciudadanos. Cuatro implicaciones............................ 48 Presentación Luigi Ferrajoli ha estado en México en varias ocasiones. Sus visitas han permitido expandir la discusión alrededor de temas fundamentales en el quehacer del Estado constitucional de Derecho. La presencia física en nuestro país de un autor tan leído, respetado y admirado nunca nos deja indiferentes. A principios de 2010 Ferrajoli estuvo nuevamente en territorio mexicano, por invitación del Instituto Nacional de Ciencias Penales (inacipe), bajo la dirección siempre eficaz y rigurosa de Gerardo Laveaga. En esta ocasión, el inacipe otorgó a Ferrajoli el doctorado honoris causa, en una decisión que honra mucho a Ferrajoli, pero mucho, muchísimo más, a dicho Instituto. Un día antes de la ceremonia de investidura, Ferrajoli impartió una conferencia en el propio inacipe, cuyo auditorio principal lucía completamente abarrotado. Gerardo Laveaga y Álvaro Vizcaíno tuvieron la gentileza de pedirme que 9 ferrajoli hiciera una presentación del autor antes de su conferencia, y que comentara su contenido una vez que hubiera sido expuesta. Con base en las notas que redacté para tales efectos, y sobre todo tomando en consideración otros textos redactados para presentar anteriores obras de Ferrajoli, comenzaron a configurarse los párrafos que siguen, cuyo objetivo principal es rendir una vez más una muestra de admiración a quien hoy en día probablemente sea el jurista vivo más importante e influyente del mundo. Para justificar tal afirmación, me permito poner a consideración de los lectores las siguientes reflexiones. Hay dos momentos que podríamos calificar como estelares, culminantes, en la carrera científica de Luigi Ferrajoli. El primero se produce en 1989, cuando aparece la primera edición italiana de su celebrado libro Derecho y razón. Teoría del garantismo penal;1 el segundo momento se ubica a finales de 2007, cuando aparece en Italia su monumental trabajo Principia iuris. Teoria del diritto e Luigi Ferrajoli, Derecho y razón. Teoría del garantismo penal, 9a. ed., prólogo de Norberto Bobbio, Trotta, Madrid, 2009. 1 10 presentación della democrazia.2 En los casi 20 años que median entre uno y otro esfuerzo intelectual, Ferrajoli ha participado en un sinnúmero de debates y ha ofrecido conferencias en docenas de países, afinando sus tesis, refutando a los críticos, ampliando ciertas explicaciones y matizando algunos puntos de vista. Gracias a su reconocida diligencia, cada intervención ha sido cuidadosamente redactada, revisada y, en ocasiones, publicada. El itinerario intelectual de Ferrajoli se nutre de una sólida formación teórica, pero a la vez está animado por un activismo cívico ejemplar —y probablemente único, dados sus alcances— dentro del mundo universitario. Perfecto Andrés Ibáñez lo ha descrito con las siguientes palabras: Luigi Ferrajoli ocupa hoy un lugar central en la reflexión teórica sobre el Derecho; y lo hace de manera muy singular, de un modo del que, diría, no existen precedentes en tal ámbito disciplinar. Porque en este autor se da la más afortunada combinación de rigor lógico-formal y riqueza de contenidos, de formación filosófica y conocimiento ju Luigi Ferrajoli, Principia iuris. Teoria del diritto e della democrazia, 3 vols., Laterza, Roma-Bari, 2007 (edición en español en Trotta, Madrid, 2010). 2 11 ferrajoli rídico (experiencia práctica incluida), de empeño cultural y compromiso civil.3 La arquitectura del edificio conceptual y analítico ferrajoliano se basa toda ella en una sola noción, y que el autor concibe como nadie lo había hecho hasta ahora: la de democracia constitucional. Este concepto es el punto de llegada que desarrolla con brillantez y rigor en Principia iuris. Perfecto Andrés Ibáñez, “Luigi Ferrajoli: los derechos rigurosamente en serio”, Nexos, núm. 366, junio de 2008, p. 39. Otros autores han señalado que “una discusión filosófica fructífera exige una buena presentación de doctrinas alternativas, un conocimiento sólido de los contextos en que han surgido sus principales ideas y una considerable dosis de talento para detectar sus novedosas consecuencias […] Estas tres virtudes asociadas al desarrollo y progreso en filosofía, imparcialidad en la reconstrucción de alternativas teóricas, dominio de los acontecimientos culturales asociados al surgimiento y consolidación de propuestas teóricas o diseños institucionales, y creatividad en el análisis crítico, están presentes de manera sobresaliente en los diferentes trabajos que Luigi Ferrajoli ha publicado a lo largo de casi cuatro décadas de investigación en teoría del Derecho, lógica deóntica, filosofía política y teoría moral”; José Juan Moreso y Pablo E. Navarro, “Introducción”, en Luigi Ferrajoli, Epistemología jurídica y garantismo, Fontamara, México, 2004, p. 9. 3 12 presentación Pero es también algo que ya estaba anunciado en Derecho y razón, particularmente en sus capítulos 13 y 14. Es de nuevo Perfecto Andrés quien ha advertido que son tres vectores, tres líneas de fuerzas o tres almas las que recorren la obra que Ferrajoli ha construido en los últimos 40 años: 1) la primera es la del estudioso “con infinita capacidad para interrogar e interrogarse, dispuesto a llegar hasta donde la razón le lleve”;4 esta vena analítica de Ferrajoli ya estaba presente desde sus primeros trabajos, publicados en la década de 1960, en los que se pueden rastrear sus esfuerzos iniciales para construir una teoría axiomatizada del Derecho. La influencia inicial de Norberto Bobbio y los posteriores diálogos de Ferrajoli con la escuela analítica italiana inspirada por Giovanni Tarello, pero llevada a su más alta expresión por Riccardo Guastini y Paolo Comanducci, han marcado en gran parte su esfuerzo en esta primera línea de fuerza. De hecho, el rigor analítico de nuestro autor queda de manifiesto en el uso de la lógica simbólica a lo largo del primer tomo de Principia iuris y sobre todo en el tercer Perfecto Andrés Ibáñez, op. cit., p. 40. 4 13 ferrajoli tomo, dedicado por entero a la “demostración” de las fórmulas con las que axiomatiza su teoría del Derecho y de la democracia. 2) La segunda es la del jurista práctico, ocupado en dar soluciones concretas a problemas igualmente concretos y, en particular, inmerso en la tarea de configuración en clave constitucional del papel de los jueces en el Estado constitucional de Derecho. A Ferrajoli le han interesado desde hace muchos años las relaciones entre los jueces y la democracia, entre los jueces y la política, entre los jueces y los derechos fundamentales. Sus construcciones teóricas reposan en buena medida en el concepto de “garantía”, entendida como cualquier técnica normativa de tutela de un derecho subjetivo.5 Una parte importante de la puesta en práctica de las garantías propias del Estado constitucional corresponde a los órganos judiciales, guardianes en última instancia de los derechos fundamentales y de todo el edificio diseñado por las constituciones de nuestros días. Ese papel crucial de los jueces, defendido por Ferrajoli y por muchos de sus seguidores, ha sido criticado con Luigi Ferrajoli, Democracia y garantismo, Miguel Carbonell (ed.), Trotta, Madrid, 2008, pp. 60 y ss. 5 14 presentación frecuencia por quienes ven en ello no un resorte que asegura la pervivencia y la fortaleza del régimen democrático y constitucional, sino una de sus más claras amenazas.6 Son muy conocidas las soflamas lanzadas contra la “judicialización” de la vida pública y contra el “excesivo” protagonismo de los jueces, cuyas decisiones, a veces, inciden de manera perturbadora en las distintas realidades estatales. Y no han Las críticas contra el excesivo “judicialismo” de la teoría de Ferrajoli han aparecido a propósito de varios de sus postulados; por ejemplo, en el trabajo de Anna Pintore, “Derechos insaciables”, en Luigi Ferrajoli et al., Los fundamentos de los derechos fundamentales, 3a. ed., Trotta, Madrid, 2007, pp. 243-265. La respuesta de Ferrajoli puede verse en el mismo volumen, pp. 322-329. Otras observaciones críticas sobre el mismo punto se encuentran en los ensayos de Pablo de Lora, “Luigi Ferrajoli y el constitucionalismo fortísimo”, y José Luis Martí Mármol, “El fundamentalismo de Luigi Ferrajoli: un análisis crítico de su teoría de los derechos fundamentales”, ambos en Miguel Carbonell y Pedro Salazar (eds.), Garantismo. Estudios sobre el pensamiento jurídico de Luigi Ferrajoli, 2a. ed., Trotta, Madrid, 2009, pp. 251-265 y 365-401, respectivamente. Ferrajoli ha contestado a estas dos críticas en su libro Garantismo. Una discusión sobre Derecho y democracia, 2a. ed., Trotta, Madrid, 2009. 6 15 ferrajoli faltado insinuaciones de que la concepción de Ferrajoli podría representar un indiscriminado aval legitimador de cualquier tipo de intervenciones de esa procedencia, en lo que hay un olvido y un error seguramente nada inocentes. Lo primero, porque se prescinde del dato de que en general esa clase de actuaciones han sido rigurosamente debidas por razón de legalidad, y legalidad penal, en vista de las frecuentes derivas criminales de la política que el principio democrático nunca podría cubrir y menos aún justificar. Y, lo segundo, porque del modelo de Estado adoptado por Ferrajoli forma parte la más exigente concepción de la jurisdicción como instancia de garantía. También, y diría que antes de nada, frente a los propios jueces, normativamente vinculados en términos estrictos, tanto en el plano del tratamiento de la quaestio facti como en el de la lectura y aplicación de la legalidad, y constreñidos a legitimar constitucionalmente su proceder acto por acto. Se trata de exigencias que no suelen verificarse, ni en la teoría ni mucho menos en la práctica, en el quehacer de otros poderes, tal como explica nuestro autor en el texto que ahora presentamos. Podrá objetarse —y será cuestión de ver con qué fundamento— el modelo en su conjunto, 16 presentación pero no es válido apuntar sólo contra uno de sus cimientos como es el papel central de la jurisdicción, a la que la misma Constitución impone en ocasiones cierto activismo que, desde luego, nada tiene que ver con el aventurerismo —justamente denostado— propio de ciertas recusables modalidades del actuar judicial, y que sin duda encuentran un crítico inmisericorde en Ferrajoli, y en sus planteamientos un claro referente deslegitimador. En las páginas que siguen el lector podrá encontrar abundantes argumentos en este sentido, así como una explicación muy completa de los fundamentos que legitiman el ejercicio de la jurisdicción. El nuevo papel de los jueces ha permitido avanzar hacia una “juridificación” del sistema democrático, sometiendo la política a la lógica de la legalidad —al menos en el nivel del discurso, otra cosa es lo que sucede en la realidad de todos los días, sobre todo en países como muchos de América Latina, donde la imposición de las reglas jurídicas a la vida política todavía deja mucho que desear—. No se trata de defender una posición “invasiva” de la jurisdicción sobre la po17 ferrajoli lítica.7 Todo lo contrario; se trata de asegurar ámbitos claramente diferenciados para una y otra: la política puede llegar hasta donde le permita la Constitución, entendida como la norma encargada de delimitar el perímetro de la ferrajoliana esfera de lo indecidible; la jurisdicción, por su parte, debe actuar de tal manera que no asfixie a la democracia por exceso ni por defecto, lo cual se puede dar casi por descontado si los jueces se ajustan mínimamente a las normas que los rigen. Ferrajoli explica en las páginas que siguen las distintas vías mediante las cuales la política y la jurisdicción adquieren legitimidad. 3) El tercer vector presente en la obra de Ferrajoli es la del ciudadano internacionalista militante, profundamente implicado en diversas articulaciones de una sociedad civil sin fronteras, según Para la forma en que el juez alcanza en la actualidad una posición institucional constitucionalmente correcta, véanse las reflexiones de Perfecto Andrés Ibáñez, “El juez”, en Luis María Díez Picazo (coord.), El oficio de jurista, Siglo XXI, Madrid, 2006, pp. 149-169, y especialmente pp. 152-155, en las que explica el modelo de juez dentro de “la alternativa neoconstitucional”; también Perfecto Andrés Ibáñez, En torno a la jurisdicción, Editores del Puerto, Buenos Aires, 2007, pp. 110-115. 7 18 presentación indica Perfecto Andrés.8 Además de su destacable participación en el Tribunal Permanente de los Pueblos, Ferrajoli ha trasladado a su quehacer teórico y a sus ocupaciones prácticas este talante cosmopolita. Estas tres son las principales vertientes que nos ayudan a comprender el enorme esfuerzo de Ferrajoli en sus cuatro décadas de trabajo teórico y de militancia cívica. Sin embargo, creo que todas confluyen en una sola: su visión de la ciencia jurídica y su entendimiento del papel del jurista. Se trata de dos temas que se repiten una y otra vez a lo largo de su obra y quizá queden como una de sus aportaciones más significativas, pues exceden con creces el campo de estudio de constitucionalistas y penalistas, para abarcar a cualquier interesado en los fenómenos jurídicos. Ferrajoli ha destacado que en el paradigma del Estado constitucional la ciencia jurídica es una especie de meta-garantía, dado que no tiene una función meramente contemplativa de su objeto de estudio, sino que contribuye de forma decisiva a crearlo. Perfecto Andrés Ibáñez, op. cit., 2008, p. 40. 8 19 ferrajoli La ciencia jurídica, dice nuestro autor, puede concebirse hoy en día como “una meta-garantía en relación con las garantías jurídicas eventualmente inoperantes, ineficaces o carentes, que actúa mediante la verificación y la censura externas del Derecho inválido o incompleto”.9 No es difícil imaginar las muchas posibilidades e implicaciones que derivan de este tipo de postulados. Tomada en serio, la tarea de la ciencia jurídica contenida en el pensamiento de Ferrajoli puede servir para revolucionar los estudios de Derecho y el papel del jurista frente a la construcción del ordenamiento jurídico. La tarea del lector de Ferrajoli no termina cuando cierra la última página de cualquiera de sus libros. Como sucede con la lectura de los clásicos, la obra de Ferrajoli nos incita a seguir pensando y a llevar sus postulados más allá de la mera contemplación: hacia nuevos y mejores paradigmas y discusiones —dado que, como el mismo autor reconoce, el modelo de Estado constitucional todavía tiene forma embrionaria Luigi Ferrajoli, Derechos y garantías. La ley del más débil, 5a. ed., Trotta, Madrid, 2006, p. 33. 9 20 presentación en muchos sentidos—,10 pero sobre todo hacia la realidad, claramente deficitaria respecto de los elementos mínimos que deben existir en todo régimen jurídico democrático. Se trata, por tanto, de una tarea compartida entre el autor y sus lectores. Un diálogo de ida y vuelta, de responsabilidades comunes y de perspectivas de futuro. Es por todas estas razones que ya se habla de Ferrajoli como de un “clásico vivo”, uno de los autores imprescindibles para entender el presente y avizorar el futuro. Miguel Carbonell Instituto de Investigaciones Jurídicas, unam Hace falta construir un constitucionalismo de Derecho Privado, un constitucionalismo internacional y un constitucionalismo para los derechos sociales (o constitucionalismo de la igualdad), así como dotarlos de sus respectivas garantías; en esos tres ámbitos la discusión no solamente no está cerrada, sino que apenas comienza; véase Luigi Ferrajoli, op. cit., 2008, pp. 71 y ss. 10 21