La Agalla de Corona del duraznero en Cochabamba

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Revista de Agricultura, Nº 50 - Octubre 2011
La Agalla de Corona del duraznero
en Cochabamba
The Crown Peach Gall in Cochabamba
Mario Coca
Docente de la FCAPFyV-UMSS
Responsable Laboratorio de Fitopatología del Departamento de Fitotecnia
E mail: [email protected]
Resumen
El Valle Alto es una de las microregiones importantes de producción de durazno de Cochabamba.
Después de más de 20 años, las plantaciones comerciales de duraznero han crecido hasta alrededor
de 1500 ha y el 70% de los productores de esta zona tienen, en este frutal, su principal actividad
económica. La importancia del duraznero, comienza a partir de los programas de frutales en la Estación
Experimental “San Benito”, en los años setenta, siendo el punto de difusión en la zona del Valle Alto de
Cochabamba y otras regiones de Bolivia. El manejo de plagas, enfermedades y heladas, son algunas
de sus principales limitantes, siendo la agalla de corona (Agrobacterium tumefaciens), la enfermedad
que causa reducción de la producción, hasta la muerte de las plantas afectadas. En el Valle Alto, esta
enfermedad tiene distribución generalizada, en algunos lugares más que en otros. Desde los años
ochenta, se han realizado ensayos para su control con agroquímicos, bactericidas, estiércoles y A.
radiobacter (K84). Sin embargo, se detectó cepas de A. tumefaciens resistentes al antibiótico de A.
radiobacter y las formulaciones comerciales dejaron de comercializarse. Desde el inicio del control de
la enfermedad en el Valle Alto, no se ha desarrollado una estrategia de manejo integral de esta
enfermedad con visión de sostenibilidad de largo plazo.
Palabras clave: Fitopatología; frutales; bacterias; Agrobacterium tumefaciens
Abstract
The Upper Valley of Cochabamba is one of the most important micro regions of peach production in
Cochabamba. After more than 20 years, the commercial peach plantations have grown to about 1500ha,
being this fruit the main economic activity for the 70% of the producers in this zone. The importance of
this fruit begins in the seventies, with fruit programs carry out in the Experimental Station of San Benito,
as the point of diffusion the area of the Upper Valley of Cochabamba and other regions of Bolivia. Pests,
diseases and frost management are some of the main constraints, being the crown gall (Agrobacterium
tumefaciens) the disease causing the reduced production even the death of affected plants. In the Upper
Valley, this disease has a widespread distribution, in some places more than others. Since the eighty
years, tests for its control have been performed with agrichemicals, bactericides, manures and A.
radiobacter (K84). However, strains of A. tumefaciens resistant to A. radiobacter antibiotic were detected
therefore, commercial formulations ceased their commercialization. Since the disease control’s initiation
in the Upper Valley, a strategy of integral management of this disease has not been developed with a
vision of sustainability at long-term.
Keywords: Plant Pathology; fruits; bacteria; Agrobacterium tumefaciens
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Área: Actualidad Nacional
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IntroduCCIón
En Bolivia, la producción frutícola se
encuentra localizada principalmente en los
valles interandinos de los departamentos
de La Paz, Tarija, Chuquisaca, Potosí,
Santa Cruz y Cochabamba (Cuadro 1).
Estos valles conforman micro regiones
con características de clima y suelo, aptas
para la producción de frutales, en
particular, el duraznero.
hectáreas de huertos comerciales de
duraznero, siendo los municipios de San
Benito, Arbieto, Tarata y Cliza, los que
destacan por su importancia.
En las comunidades de estos municipios,
el cultivo del duraznero, es la principal
actividad económica. Se estima que el
70% de sus habitantes tienen como
actividad principal al cultivo de esta
especie frutal.
En el departamento de Cochabamba, la
producción frutícola es una actividad
tradicional y se cultiva en todo el valle de
Cochabamba (valle bajo y alto), Mizque,
Pocona, etc.
El crecimiento de la superficie cultivada
en los últimos años (Figura 1), es el
resultado de un proceso de confluencia de
varios factores sociales, económicos y las
características de clima y suelo favorables
para el cultivo del duraznero.
El Valle Alto es una de las micro regiones
más extensas de Cochabamba; que
comprende las provincias Esteban Arce,
Germán Jordán y Punata. Al presente se
estima que existe alrededor de 1500
Al presente, la producción de durazno del
Valle Alto, es una característica regional,
reconocida en toda Bolivia, como los
duraznos de San Benito del Valle Alto de
Cochabamba.
Cuadro 1. Municipios y localidades, en orden de importancia,
donde se cultiva duraznero en Bolivia.
Área: Actualidad Nacional
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Figura 1. Superficie cultivada con duraznero en Bolivia para el periodo 2000 a 2009.
Fuente: Adaptado de INE, 2011 (www.ine.gob.bo)
ProduCCIón teCnIfICada
deL duraznero
El mejoramiento del cultivo del duraznero
comienza a partir de la Estación
Experimental San Benito, en los años
setenta, con la generación de variedades
como la Gumucio Reyes y Esequiel
Saavedra, de técnicas para el manejo
cultural, para el manejo de plagas,
enfermedades y sistemas de riego, etc.
Este periodo inicial de generación de
tecnología, para la producción tecnificada
del duraznero en el Valle Alto, ha
significado el inicio del crecimiento de los
huertos comerciales. En este periodo
inicial, de crecimiento todavía lento, por el
cambio que debía experimentar el sistema
agrícola, de su vocación tradicional de
valles productores de granos y maíz para
Cochabamba y Bolivia, a un sistema
productor de frutales, gradualmente iría
consolidándose. Diferentes proyectos de la
cooperación internacional, estatales y
privados, han promovido este desarrollo,
lo que ha significado generar un impacto
regional que en pocos años se convertiría
en una expectativa nacional.
A partir de entonces, comienza un proceso
de difusión de la tecnología para la
producción del duraznero, hacia el interior
del Valle Alto, como hacia otros valles de
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Bolivia. En la actualidad, la tecnología
para la producción del duraznero, se ha
convertido en una “necesidad”, porque sin
ella, la producción no sería la misma.
LImItantes en La
ProduCCIón
Al presente, la producción de durazno en
el Valle Alto, tiene limitaciones de orden
técnico y climático. Entre ellas se encuentra la incidencia de plagas, enfermedades y
heladas. Estos factores han llegado a
convertirse en verdaderas limitantes para
la producción.
La “arañuela”, es una plaga conocida,
pero, cada vez mas incontrolable; la
“mosca de la fruta”, que hasta hace pocos
años atrás se consideraba inexistente en el
Valle Alto, hoy es una nueva y emergente
plaga (SENASAG, 2009) que se encuentra
en fase de expansión y en un mediano
plazo podría convertirse en una plaga
incontrolable, con serias consecuencias
para la fruticultura de la región.
Actualmente, con las técnicas desarrolladas, las enfermedades comunes como el
Oídio, la Monilia o la Viruela, sus efectos
nocivos pueden ser disminuidos, pero, la
Agalla de Corona se ha convertido en una
enfermedad que está causando severos
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presencia de hospedantes alternos y
principales (especies dicotiledóneas y
monocotiledóneas) (Stafford, 2000).
daños en las plantaciones de duraznero.
Los productores y las instituciones han
experimentado alternativas de manejo,
pero con resultados poco alentadores,
entre tanto, la enfermedad continúa siendo
diseminada y afectando a la producción.
Una vez que la bacteria ha sido introducida a un huerto (vía plantas contaminadas, riego o materiales contaminados) su
erradicación es “difícil”.
La enfermedad aGaLLa
de Corona
La denominación Agalla de Corona, se
debe a la formación de tumores de
diferente tamaño, que se localizan en el
cuello de la planta, aunque también se
forman en distintas partes de la raíz e
incluso, en algunas especies, en la parte
aérea de la planta (Fotografías 1 y 2).
La Agalla de Corona, también conocida
como la enfermedad de las heridas, es
causada por la bacteria Agrobacterium
tumefaciens (Fotografía 3). El género
Agrobacterium es un grupo de bacterias
Gram Negativas del suelo y varias especies causan enfermedades en las plantas.
Tiene distribución mundial y causa
severas pérdidas en una amplia variedad
de especies ornamentales (crisantemos,
rosas, álamo, etc.) y frutales (manzana,
cereza, damasco, ciruelo, pera, durazno,
etc.), en viveros y plantaciones. Esta
bacteria es nativa del suelo, y puede
permanecer por muchos años o casi
indefinidamente, en dependencia de la
Los tumores están formados por células
hiperplásicas e hipertróficas, producidas a
partir de la planta, debido a una sobreproducción de hormonas de crecimiento.
Estos tumores, en los lugares donde se
encuentren, tallo o raíz, gradualmente
obstruyen los vasos conductores, lo que
causa un mal funcionamiento y gradual
debilitamiento, hasta causar el colapso o
muerte de la planta.
1
Fotografías 1 y 2. Síntomas
característicos de Agalla de Corona en
duraznero.
Foto tomada de: Matthysse, 2006
Fotos: Mario Coca
2
Fotografía 3. Célula de A. tumefasciens vista al
microscopio de transmisión electrónica.
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PatoGénesIs de A. tumefaciens
El proceso de infección ocurre en el suelo,
cuando se causan heridas en el tallo o raíz,
ya sea por causas imprevistas o descuido
durante las prácticas culturales o de manejo como podas, transplante, etc. La multiplicación excesiva de células para la formación de tumores, es una consecuencia
de la sobreproducción del ácido Indol Acético (IAA) y Citokininas por las células de
la planta. Esta es una consecuencia de la
transformación genética causada por las
células de la bacteria A. tumefaciens, que
ocurre a través de la inserción e integración de un segmento de ADN del plásmido
de la bacteria, denominado T-ADN, en el
ADN genómico de las células de la planta
del lugar de infección. Este segmento (TADN), contiene genes que codifican la
producción de IAA y Citokininas.
Cuándo las células son transformadas,
estas producen hormonas en cantidades
anormales, ocasionando una excesiva
proliferación y deformación de células en
el lugar de la herida. Con el tiempo, estas
células forman la agalla, que puede alcanzar a varios centímetros de diámetro y volumen. Puede llegar a formarse una masa
negruzca y degradarse gradualmente,
hasta en algunos casos puede desprenderse
de la planta. Pero, como las células de la
planta han sido transformadas, estas
continuarán produciendo hormonas, hasta
que su fisiología todavía se encuentre en
funcionamiento, de manera que cuantas
veces sean desprendidas las agallas o
tumores de la planta, en un corto periodo
de tiempo, nuevamente comenzarán a
formarse. A este fenómeno que ocurre en
la naturaleza, se ha denominado Ingeniería Genética Interkingdom, pues se trata
de una ingeniería que ocurre en la naturaleza desde una bacteria (Procarionte) a
una planta (Eucarionte).
En la actualidad, A. tumefaciens, es
utilizada en los laboratorios de Ingeniería
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Genética, como “vector” para la inserción
de segmentos de ADN de una en otra
especie vegetal, para dar lugar a vegetales
modificados genéticamente.
ControL y PersPeCtIvas
deL manejo de A. tumefaciens
Desde los años ochenta al presente se
realizaron trabajos de investigación orientados al control de la Agalla de Corona
(E.E. San Benito, 1980). En general, se
ensayaron diferentes agroquímicos, bactericidas, uso de estiércoles, utilizándose
también la cepa no patogénica Agrobacterium radiobacter (K84). De las
experiencias locales, entre los productores,
el uso de estiércol de cerdo u oveja, por
ejemplo, ha demostrado algún efecto de
reducción en los síntomas en plantas donde
se extirparon las agallas y se las trató con
estos estiércoles, sin embargo, no
resultaron efectivas en huertos comerciales
debido al rebrote de las agallas y la
necesidad de continuos tratamientos. El
uso del A. radiobacter, introducido a
Bolivia entre 1980 (Jaimes, 1982), resultó
una de las alternativas más efectivas y
prácticas para el control de la Agalla de
Corona. El A. radiobacter (K84), es
conocido por su capacidad de producir
antibióticos que inhiben el desarrollo de A.
tumefaciens y tiene el mismo mecanismo
que A. tumefaciens, para la inserción e
integración de un segmento de plásmido
(pAgK84 que codifica la producción e
inmunidad al Agrocin 84) a las células de
la planta (Lacroix et al., 2006).
Esta bacteria fue utilizada en países productores de frutas de Europa y USA, por
su alta efectividad de control de A.
tumefaciens y fue comercializada con
diferentes nombres, Norbac 84-CTM,
GalltrolTM, Nogall TM,DiegallTM,
Agrocin 84, etc. No obstante de estar
funcionando como el más eficiente bio-
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controlador de A. tumefaciens, estudios
científicos realizados, en campo y laboratorio, en Europa y otros países, demostraron la existencia de cepas de A.
tumefaciens resistentes al antibiótico de A.
radiobacter (K84). Por las implicaciones
que podrían surgir debido al uso del A.
radiobacter (K84), los productos comerciales salieron de circulación, quedando de
esta manera la Agalla de Corona, nuevamente sin una alternativa efectiva de control. En la actualidad fueron desarrolladas
otras alternativas de menor riesgo como el
A. radiobacter (K1026), pero que se trata
de un organismo genéticamente modificado, que está siendo utilizado en algunos
países europeos, USA y Latinoamérica
(Penyalver et al., 2000).
Sin embargo, ante la difusión inevitable de
la Agalla de Corona en los últimos 20
años, los daños que ha causado en la
producción y la ausencia de otras medidas
de control, los agricultores por si mismos
desarrollaron algunas prácticas locales
como la extirpación de las agallas, la
utilización de diesel o estiércol de cerdo
como cicatrizante, etc., con efectos relativos. También algunas instituciones desarrollaron el uso de bacterias benéficas
como el “Biobacillus” para aplicar sobre la
herida cuando la agalla es extirpada o también al momento del transplante (Navia et
al., 2009).
Está demostrado que la alternativa mas
eficiente y práctica de control de la Agalla
de Corona, es el uso integrado de varias
practicas y técnicas. A este conjunto de
prácticas y técnicas orientado a reducir los
daños causados por la Agalla de Corona,
se denomina “Manejo”. Varias medias
fueron sugeridas, por ejemplo, Navia et
al., (2009), indican las siguientes:
• Uso de material libre de la enfermedad,
o cuando se trata de porta injertos, el
uso del G*N (Garfield * Nemared) por
su tolerancia a la Agalla.
• Evitar terrenos infestados, evitar heridas al realizar labores culturales y manejo del huerto y evitar la diseminación
por el agua de riego.
El manejo de la Agalla de Corona, es una
estrategia que busca reducir el impacto de
las enfermedades en el mediano y largo
plazo, a través de la aplicación integrada
de un conjunto de prácticas de exclusión,
erradicación, protección y resistencia.
En los enfoques del “control” de la Agalla
de Corona, desarrollados desde la época
de la E.E. San Benito, se buscaron únicamente alternativas químicas y biológicas
(uso de A. radiobacter), pero, no una
estrategia integrada con visión de
sostenibilidad de largo plazo.
Las iniciativas para el manejo o control de
Agalla de Corona, luego del cierre del
IBTA, quedaron libradas a la iniciativa
aislada de productores y de la cooperación
de instituciones públicas y privadas,
nacionales e internacionales. En la actual
situación de ausencia de una estrategia
regional, el manejo de la enfermedad en el
Valle Alto, se muestra precario, y por
tanto, vulnerable. Esta situación está
permitiendo la sustitución de la demanda
de durazno del mercado local y nacional
por la introducción de esta fruta de otras
regiones y otros países como Chile. En
conjunto, el problema de la Agalla de
Corona, por su impacto en la producción,
la ausencia de una estrategia de manejo
regional y la sustitución de la producción
por las introducciones e importaciones, en
el mediano plazo, podría precipitar el
colapso del cultivo del duraznero en el
Valle Alto de Cochabamba.
ImPaCto de La aGaLLa de
Corona
Recientemente se ha utilizado la metodología PCR para la diagnosis de Agalla de
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Corona en la producción de plantines en
viveros, capaz de detectar a la bacteria en
falsos negativos (Cubero et al., 2002), así
como para estudiar el movimiento de la
bacteria dentro de la planta (Cubero, et al.,
2006). Utilizando esta metodología, se ha
demostrado la migración de la bacteria
dentro de la planta, como un fenómeno
complejo, pero además que es un método
eficiente y sensible para seleccionar
plantas libres de infección latente por la
bacteria (Cubero et al., 2006).
Esta metodología sensible y precisa y más
ventajosa con relación a la convencional,
también fue desarrollada en Bolivia por
PROINPA, a partir de muestras de suelo y
planta (Castillo, 2010).
Según Castillo (2010), la metodología
PCR enfatiza una detección precoz y
precisa de la enfermedad, que permite:
• Prevenir la producción de plantas
enfermas y por tanto la difusión de la
enfermedad a través de la comercialización de material contaminado.
• Apoyar en el establecimiento de
nuevos huertos en suelos limpios y con
plantas sanas.
Cubero, J., Lastra, B., Salcedo, C., Piquer, J. and
López, M. 2006. Systemic movement of
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species. Journal of Applied Microbiology
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Castillo, J. 2010. Diagnóstico molecular de la
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E.E. San Benito. 1980. Informe anual 1979-80.
E.E. San Benito. 1980. Informe técnico E.E. San
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Lacroix, B., Tzfira, T., Vainstein, A., Citovsky, V.
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Matthysse, A. 2006. The genus Agrobacterium.
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• Garantizar la inocuidad del material
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Navia, O., Álvarez, V., Plata, G., Gandarillas, A.
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Corona en duraznero. Ficha para técnicos.
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Valle.
PIC
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Cochabamba, Bolivia. 8 p.
• Ayudar a conservar un óptimo estado
sanitario de suelos y agua de riego en
invernaderos, viveros y huertos
frutales.
Penyalver, R., Begonya, V., Lopez, M. 2000. Use
of
the
genetically
engineered
Agrobacterium strain k1026 for biological
control of crown gall. European Journal of
Plant Pathology. 106:801-810.
• Apoyar a la comercialización de
plantines ya que su diagnóstico permite
certificar material para los servicios
nacionales de certificación de calidad
sanitaria de material vegetal.
SENASAG. 2009 Informe técnico del SENASAG
regional Cochabamba. En: Taller de información interinstitucional de la plataforma
frutales del Valle Alto de Cochabamba.
referenCIas CItadas
Cubero, J., van der Wolf, J. van Beckhoven, M.,
López, M. 2002. An internal control for the
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Stafford, A. 2000. Crown gall disease and
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history, present knowledge, missing
information, and impact on molecular
genetics. The Botanical Review. Vol. 66 (1):
99-118.
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