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Causas atraumáticas de rotura esplénica.
Poster no.:
S-0866
Congreso:
SERAM 2012
Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa
Autores:
E. De antonio sanz, N. Hernández Gutiérrez, M. Shahin, A.
Vicente Bartulos; Madrid/ES
Palabras clave:
Abdomen, Bazo
DOI:
10.1594/seram2012/S-0866
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Objetivo docente
El objetivo del presente estudio es conocer las distintas causas (así como su imagen
radiológica) que pueden desencadenar una rotura esplénica, desechando la etiología
traumática.
Revisión del tema
La rotura esplénica puede estar provocada por un traumatismo o menos frecuentemente
puede ocurrir de forma espontánea. A pesar de estar parcialmente protegido por la caja
torácica, el bazo es uno de los órganos abdominales más afectados en el traumatismo
cerrado en todos los grupos de edad. Estos traumatismos resultan de accidentes de
tráfico, eventos deportivos, episodios violentos…
Pero el objetivo de este estudio, es conocer con profundidad las etiologías que llevan
a la rotura esplénica atraumática. Su incidencia es del 0.1%-0.5%. Los primeros casos
de rotura espontánea fueron informados por Rokitansky en 1861 y Atkinson en 1874.
Las razones que llevan a la rotura no se conocen bien, pero se postulan tres posibles
mecanismos:
-Incremento de la tensión intraesplénica por hiperplasia y congestión.
-Compresión brusca del bazo por la musculatura abdominal en actividades fisiológicas
como defecaciones, estornudos…
-Oclusión vascular por hiperplasia retículo-endotelial que propicia trombosis e infarto y
posteriormente rotura.
Algunos autores, como Knoblich, distinguen dentro de las roturas esplénicas
espontáneas, aquellas que se producen en un órgano aparentemente normal de las que
ocurren en un bazo patológico (Fig. 1 on page 5). En 1958, Orloff y Peskin y más
tarde Crate, establecieron ciertos requisitos que se deben dar para englobar la rotura
en el primer tipo, es decir roturas esplénicas espontáneas sobre un bazo normal (para
algunos las verdades roturas espontáneas de bazo). Son los siguientes:
-Ausencia de traumatismo o esfuerzo inusual
-Ausencia de lesión en otros órganos vinculables con patología esplénica
-Ausencia de cicatrices esplénicas o adherencias periesplénicas
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-Bazo macro y microscópicamente normal
-Sin evidencias serológicas de infección viral reciente (VEB, CMV o virus de hepatitis).
Por el contrario, y descartando la etiología traumática, existen ciertas entidades que
favorecen la disrupción del parénquima esplénico. Éstas son roturas patológicas
atraumáticas:
-Infecciones por mononucleosis (VEB, CMV) (Fig. 2 on page 5), paludismo, hepatitis,
endocarditis infecciosa, enfermedad de Wipple, tuberculosis, brucelosis, sífilis…
-Alteraciones congénitas por quistes (Fig. 3 on page 6), hemangiomas, hamartomas,
peliosis.
-Metabólicas o inmunitarias: amiloidosis, sarcoidosis, enfermedad de Gaucher…
-Neoplásias: enfermedades linfo (Fig. 4 on page 7) o mieloproliferativas (Fig. 5 on
page 8, Fig. 6 on page 9 ), hemangiopericitomas, angiosarcomas (Fig. 7 on
page 10), hepatocarcinomas, infiltración por vecindad, metástasis…
-Otras: embarazo, pancreatitis (Fig. 8 on page 11, Fig. 9 on page 12), trombosis
esplénica, cirrosis hepática, colagenopatías, terapia anticoagulante , hemofilia,
enfermedad de Crohn…
Normalmente, el denominador común de todas estas entidades es el aumento de
tamaño del órgano. Recordemos que las causas más frecuentes de esplenomegalia son:
las infecciones (bacterias, virus, hongos, protozoos..), linfoma, leucemia, hipertensión
portal, secuestro agudo en anemias falciformes, enfermedades linfoproliferativas,
enfermedades del colágeno, anemias hemolíticas, hematopoyesis extramedular,
histiocitosis, enfermedades por depósito, insuficiencia cardiaca congestiva, sarcoidosis..
En los últimos años, se han publicado casos de rotura esplénica tras la realización
de colonoscopia. Ha y Minchin realizaron una búsqueda bibliográfica y encontraron
66 pacientes. La mayoría ocurrieron en colonoscopias que no tuvieron incidencias
de interés. Más de la mitad de los casos (56.1%) fueron sometidos a laparotomía y
esplenectomía, siendo los hallazgos más frecuentes en las piezas: hematoma (47%),
laceración (47%) y ruptura esplénica (33%). La tasa de mortalidad fue del 4.5%. Por
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tanto, el conocimiento de esta hipotética complicación grave post-colonoscopia es
importantísima y a tener en cuenta ya que un diagnóstico de presunción precoz puede
evitar resultados adversos graves.
En cuanto a la clínica, el síntoma más frecuente es dolor en hipocondrio izquierdo,
que posteriormente se generaliza y se acompaña de distensión. Dependiendo de la
severidad, se pueden encontrar palidez, taquicardia, hipotensión, oliguria…hasta shock.
Ante una clínica compatible se deben realizar pruebas diagnósticas para confirmarlo.
La ecografía y el TC son excelentes para ello. Algunos autores han establecido la
paracentesis como método diagnóstico efectivo.
En TC, los signos que nos pueden indicar rotura son: hematomas (áreas hipohiperdensas ovaladas), laceraciones (áreas lineales hipodensas), contusiones (áreas
lineales mal definidas), hematomas subcapsulares (áreas hiperdensas en TC basal e
hipodensas en TC con CIV, periféricas que respetan el contorno), roturas (cuando se
forman varios fragmentos totalmente independientes), liquido libre-hemoperitoneo, o
más raramente disrupciones del pedículo vascular, con extravasación del material de
contraste…
Para las roturas traumáticas existe una tabla que clasifica las lesiones según su gravedad
(American Association for Surgery of Trauma (AAST). Spleen injury Scale". Fig. 10 on
page 13). Aunque para las atraumáticas no existe ninguna clasificación, se podría
utilizar para tener una idea de la gravedad junto con la situación clínica del paciente.
No obstante, esta clasificación tiende a infravalorar la lesión, ya que no incluyen signos
como el sangrado activo, las contusiones y los infartos postraumáticos, no teniendo por
tanto, un valor predictivo para su manejo conservador.
Para ello realizamos una revisión retrospectiva de los casos de roturas esplénicas no
traumáticas que ocurrieron en nuestro hospital durante los últimos 10 años, estudiadas
por TC.
En total hemos obtenido 18 pacientes con roturas espontáneas de bazo. De ellos, sólo
tres fueron sobre un bazo sin patología, hecho confirmado con anatomía patológica.
Los otros 15 restantes se dan en bazos patológicos de la siguiente forma: dos
infecciones por VEB (Fig. 2 on page 5). Tres por patología congénita subyacente: un
hemangioma, un quiste hemorrágico (Fig. 3 on page 6) y sobre quiste epidermoide.
Uno por talasemia. Cuatro por neoplasias: tres de ellos por afectación linfoide (Fig.
4 on page 7) y el restante por infiltración secundaria de tumoración en ángulo
esplénico del cólon. Tres como complicación de pancreatitis y trombosis esplénica, (más
concretamente, uno por trombosis de la vena esplénica en paciente con reagudización
de pancreatitis crónica, otro paciente tenía un quiste linfoepitelial desarrollado como
consecuencia de una pancreatitis aguda que comprimía el hilio esplénico y dificultaba el
riego del mismo, lo que favoreció el infarto y la rotura del bazo (Fig. 8 on page 11) y
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el último por compresión directa de los vasos esplénicos por un pseudoquiste de la cola
pancreática como responsables de infarto del bazo y su posterior rotura (Fig. 9 on page
12). El último se dio en un paciente cirrótico, con importantes signos congestivos. Ver
gráfico esquemático (Fig. 11 on page 14 ).
Images for this section:
Fig. 1: Esquema de los tipos de roturas esplénicas.
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Fig. 2: Paciente con mononucleosis y dolor importante en flanco izquierdo. En
las distintas técnicas se demuestra importante esplenomagalia con gran hematoma
subcapsular. Ecografía abdominal: voluminosa colección periesplénica anecoica con
focos hiperecogénicos en su interior extendiéndose hasta FII. TC abdomino-pélvico,
esplenomegalia y colección subcapsular esplénica de 23 cms de longitud craneocaudal,
hipodensa con zona hiperdensa en porción más caudal, desplaza órganos epigástricos
y sugiere hematoma subcapsular contenido.
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Fig. 3: TC abdominal con contraste oral e intravenoso. Cortes axiales en los que
se observa lesión heterogénea intraparenquimatosa esplénica, predominantemente
quística, con zonas declives hiperdensas, lo que traduce quiste complicado hemorrágico
y que produce hematoma subcapsular. En el estudio anatomopatológico se comprobó
que era un quiste hemorrágico.
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Fig. 4: Corte axial sin contraste iv que demuestra un parénquima esplénico agrandado
y dishomogéneo consistente en imágenes pseudolineales que alcanzan la superficie
en relación con rotura del mismo. La anatomía patológica señaló la existencia de una
afectación linfomatosa del órgano.
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Fig. 5: Paciente con leucemia aguda que empieza de forma brusca con dolor en
abdomen superior. TC con contraste intravenoso, en fase venosa tardía. Parénquima
esplénico dishomogéneo, aumentado de tamaño, con zonas hipodensas (flechas) que
atraviesan todo el espesor del órgano, en relación con laceraciones en el contexto de
una rotura espontánea
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Fig. 6: Paciente con policitema vera y dolor en HCI. TC con contraste intravenoso, en
fase venosa. Parénquima esplénico dishomogéneo, aumentado de tamaño, con región
anterior hipodensa en cuyo espesor se objetivan imágenes nodulares hiperdensas, en
relación con rotura espontánea.
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Fig. 7: Paciente con LOE esplénica predominantemente hiperindensa (asterisco) en
relación con hematoma sobre un angiosarcoma.
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Fig. 8: Cortes axiales con contraste en fase venosa donde se visualiza varias imágenes
quísticas que ejercen efecto de masa sobre el hilio esplénico, que la anatomía patológica
los catalogó como quistes linfoepiteliales. Éstas, dificultan su irrigación y propician la
aparición de infarto y rotura, con hematoma subcapsular.
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Fig. 9: Cortes axiales de TC abdominal con CIV. La flecha negra en la figura a señala
un pseudoquiste hacia el hilio esplénico. La flecha negra de la figura b, indica imagen
lineal de isquemia/ laceración/ rotura esplénica secundaria a pancreatitis aguda grave.
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Fig. 10: American Association for Surgery of Trauma (AAST). Spleen injury Scale
Fig. 11: Gráfico que muestra el total de casos obtenidos en nuestro estudio.
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Conclusiones
Frecuentemente asociamos la rotura esplénica a situaciones traumáticas, pero debemos
ser conscientes de que existen multitud de entidades que pueden favorecer la disrupción
del parénquima esplénico. Este estudio establece la necesidad de conocer las causas
más infrecuentes de rotura esplénica, como son las atraumáticas.
BIBLIOGRAFÍA:
-Amonkar S and Kumar E "Spontaneous rupture of the spleen: three case reports and
causative processes for the radiologist to consider" Br J Radiol June 2009 82:e111-e113.
-Görg, C et al. "Spontaneous rupture of the spleen: ultrasound patterns, diagnosis and
follow-up". Br J Radiol October 2003 76:704-711.
-Fishback SJ, et al. "Delayed presentation of splenic rupture following colonoscopy:
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-Ha JF, Minchin D. Splenic injury in colonoscopy: a review. Int J Surg. Jul 26 2009.
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