60 LA VANGUARDIA CULTURA DOMINGO, 10 NOVIEMBRE 2013 Una lista de preguntas sobre el insólito hallazgo de obras de arte de los siglos XVI al XX, localizado en la capital bávara Los misterios del tesoro de Munich RAFAEL POCH Berlín. Corresponsal La semana pasada se conoció el hallazgo del importante tesoro de 1406 obras artísticas almacenadas en un piso de Munich, propiedad de un anciano, Cornelius Gurlitt, hijo de un marchante que fue coleccionista y cómplice de la gran expropiación de arte moderno llevada a cabo por los nazis en los años treinta y cuarenta. Hay muchos cuadros de impresionistas franceses, modernistas alemanes y clásicos, y aún más bocetos, dibujos y acuarelas. La obra más antigua es del Siglo XVI y algunas son desconocidas. Pero el tesoro de Munich incluye muchas preguntas. Estas son algunas de ellas: En primer lugar: ¿en qué consiste el hallazgo? Perfectamente ordenadas y mantenidas, en el piso de Cornelius Gurlitt se encontraron entre las 1406 piezas, 121 obras enmarcadas de; Picasso (tres), Chagall (una) y varias de; Marc, Nolde, Spitzweg, Renoir, Matisse, Courbet, Macke, Beckmann, Liebermann, Dix, Kokoschka, Toulouse-Lautrec, Schmidt-Rottluff y Kirchner. Al parecer el tesoro incluye una obra de Durero. En general se trata de uno de los principales hallazgos artísticos de las últimas décadas. Un informe periodístico ha estimado en alrededor de mil millones de euros el valor total del depósito. ¿Cómo llegó ese tesoro a un piso de Munich? Su titular es Cornelius Gurlitt, un octogenario, hijo y nieto de coleccionistas. Su padre, Hildebrandt Gurlitt, y su tío Wolfgang, colaboraron con la campaña nazi de expropiación, canjes y ventas del arte moderno propiedad de judíos. Unas 300 obras podrían corresponder a esa categoría, señalan los expertos. Cornelius heredó el fondo de su padre, fallecido en 1956, y lo administró discretamente. Nunca trabajó y fue viviendo de las ventas que realizaba esporádicamente. El piso de Munich era su depósito. ¿Cómo se descubrió el fondo de Gurlitt? No fue por las ventas de Cornelius a galerías suizas, austriacas y alemanas. El mundo del comercio de arte es opaco y discreto. A Gurlitt lo detectaron simplemente por sospechas de ocultar capital en Suiza: en un control ferroviario del trayecto Zurich-Munich llevaba 9000 euros, mil por debajo de la cantidad máxima autorizada y se mostró nervioso. Eso desencadenó una investigación de dos años que constató la invisibilidad del sujeto; no tenía pensión, ni seguro médico, ni estaba registrado policialmente, algo obligatorio en Alemania. Por esas sospechas fiscales y esa nocturnidad, los agentes visitaron el piso y encontraron el fondo. ¿Cómo adquirieron los Gurlitt un fondo tan importante? Es ahí donde comienza el embrollo, porque Hildebrandt Gurlitt, el padre fue una figura ambigua: por un lado fue represaliado profesionalmente por tener una abuela judía, por otro los nazis le utilizaron como experto en su campaña para vender arte expropiado y comprar o canjear otro, así como para organizar el fondo del Museo del Führer que se proyectaba en Linz. En ese cometido Gurlitt viajó muchas veces a París y Amsterdam durante la ocupación. En aquellos tratos tuvo oportunidades de hacer negocios Soldados estadounidenses observan una obra de arte confiscada a los nazis Personas degeneradas Luis Bassat A cabo de regresar del infierno. De Auschwitz, del viaje más impresionante de mi vida. He visitado los dos campos de concentración y exterminio, el de Auschwitz, convertido ahora en un memorial, y el de AuschwitzBirkenau, donde murió una parte importante de mi familia materna, hermanos de mis abuelos, primos, tíos… Nacieron y vivieron en una preciosa isla griega, Corfú. Formaban parte de una L. BASSAT, publicista y coleccionista de arte pequeña comunidad judía, de siete mil personas, hasta que los nazis invadieron la isla y los llevaron a Auschwitz. Regresaron ciento treinta y cinco. Todos los demás murieron a manos de los que se atrevieron a denominar su inmensa barbarie como la solución final para la purificación de la raza. Los mismos que calificaron el arte moderno como arte degenerado y que saquearon miles y miles de viviendas para quemar esos cuadros como ejemplo y escarmiento no solo a los artistas, sino también a los poseedores de esas obras. Ahora, de nuevo en Barcelona, leo que los funcionarios de Lo degenerado, y mucho, fue el pensamiento de los nazis, no el arte de Picasso o Matisse aduanas alemanes revisaron hace poco el piso del octogenario Cornelius Gurlitt y encontraron mil cuatrocientas obras de artistas como Picasso, Nolde, Matisse... El padre de Cornelius Gurlitt era un marchante con una licencia del régimen nazi para tratar con el arte degenerado CRÍTICA DE CLÁSICA Sociedad y belleza Hespèrion XXI Intérpretes: Jordi Savall, viela, rebab y dirección Lugar y fecha: 16.ª Fira Medite- rrània de Manresa Mare Nostrum, Kursaal de Manresa (7/XI/2013) JORGE DE PERSIA Por el carácter global del evento, una inauguración de la Fira Medi- terrània de Manresa en el precioso Kursaal debe de cumplir el requisito de la calidad musical, pero también el reto de hablar en escena –metafóricamente– del Mediterráneo, que como decía Manel Forcano del programa Mare Nostrum dirigido por Jordi Savall, supone encuentro, intercambio, diálogo, confrontación, convivencia –o no– de visiones trascendentes del mundo. Pero también conflicto, drama, criminalidad de Estado, como la ley Bossi- Fini, Lampedusa... desigualdades, injusticias que alimentan falta de horizontes y sufrimiento. Y creo que en estas actividades del espectáculo es necesario hablar de ello, aunque la metáfora de la música a veces sea difícil de traducir. La armonía construye, pero a veces también tranquiliza conciencias y no hacemos nada. Yo he hablado en ocasiones de un premio Príncipe de Asturias para Savall, no sólo por su trabajo musical, sino también por esta llamada de atención, por esta prédica a la convivencia, al igual que lo ha recibido Barenboim, pero no he oído el menor eco institu- cional. Dicho esto, hablemos de este concierto de apertura de la Fira, que contó con dos figuras estelares y realmente brillantes de la canción en Israel y en Turquía como son los ya bien conocidos Lior Elmaleh y Gürsoy Dinçer, que con canciones tradicionales e improvisaciones mostraron potencial y belleza. La propuesta contaba además con siete excelentes instrumentistas con piezas e instrumentos de Argelia, Israel, Francia, Turquía, Rumanía, Chipre, Grecia, la antigüedad medieval... Hay que tener en cuenta, como se ve además, que una marca de nuestra cultura es el concepto de cambio, y que en el diálogo se encuentran presentes antiguas formas de Occidente; buena muestra fue la pequeña célula melódica que está presente en todo el Mediterráneo y que cantaron todo el conjunto en una especie de polifonía monódica, de comunión en definitiva. No hubo mucha presencia de música occidental, ni de los contrastes que ofrece la cultura mediterránea; la línea argumental se centró en la coincidencia, en la capacidad de interpretar incluso las cantigas de Occidente con los instrumentos del arco mediterráneo, y en el disfrute de la belleza.c