LA PRIORIDAD DE LA ORACIÓN Hechos 3:1 Introducción: La Biblia nos muestra a los primeros discípulos llenos de vida y poder. ¿Cómo lograron una vida tan dinámica y sobresaliente? La respuesta es muy sencilla pero poderosa. Le daban PRIORIDAD A LA ORACION. En Hechos vemos a Pedro y Juan subiendo al templo a la hora de la oración. Para ellos era importante reunirse a orar en el templo, era prioridad poder ir y clamar a Dios junto a otros. La oración no era una opción, ni se podía sustituir por nada más. A la hora señalada había que estar en el templo orando a Dios. En la vida nuestra como discípulos la oración debe ser una prioridad. Lo primero que debemos aprender como discípulos es darle prioridad a la oración. Dios ha tomado la decisión estratégica de establecer y utilizar la oración como parte de su plan soberano para nosotros. A través de la oración, Dios nos transforma y nos lleva a nuevos niveles de vida. ¡El problema de la oración! La oración hoy compite con muchas otras prioridades. En la época de los apóstoles no existía televisión, redes sociales, grandes centros de entretenimiento entre otras cosas. La oración hoy tiene que luchar con una agenda muy apretada y unas prioridades muy diferentes. La gente tiene prioridad para lo social, los amigos, el trabajo y el internet, más no para la oración. 1. ¿Por qué la oración debe ser una prioridad en mi vida? Tres respuestas sencillas, pero contundentes: a. La oración es fuente de secretos espirituales extraordinarios. Jeremías 33:3. Piense en las cosas grandes y ocultas que Dios quisiera revelarnos, pero necesitamos clamar. Los secretos del reino no vienen sobre gente perezosa en la oración, sino sobre aquellos que priorizan la oración. b. La oración permite interactuar con el padre celestial. Mateo 7:9-11. La oración permite que interactuemos como hijos de Dios con nuestro padre celestial. El padre tiene un pan que desea darnos, pero debemos clamar, pedir y buscar. Dios desea que le anhelemos profundamente. c. La oración es una necesidad para mi espíritu. Salmo 63:1-2. La oración no es opcional sino una necesidad vital para vivir en victoria. La oración es como el agua o el oxígeno para nuestro cuerpo. Podemos dejar de beber agua por algún tiempo o de respirar por algunos segundos pero tarde o temprano nos moriremos sino renovamos el agua o el oxígeno en nuestro ser. Tenemos necesidad de ver su gloria y su poder en los desiertos de nuestra vida. 2. ¿Cómo le damos prioridad a la oración? Recuerde que la oración es tanto colectiva como personal. En Hechos 3 tenemos algunas claves para darle prioridad a la oración: a. Ande con gente que le guste orar. “Pedro y Juan subían juntos a la oración”. b. Determine el lugar de oración. Colectivamente es el templo y personalmente es su casa, su cuarto de oración. Mateo 6:6. c. Establezca un horario. La Biblia dice que Pedro y Juan subían juntos a la hora novena, es decir, tres de la tarde. Su horario no tiene que ser a las tres de la tarde, pero debe establecer un tiempo de oración tanto en su vida personal como colectivamente. Conclusión: Cuando usted sube en la oración, Dios podrá derramar de su poder y toda parálisis e impedimento que exista se romperá. El cojo de la hermosa fue sanado por una generación de oración. Si oramos traeremos sanidad a nuestra ciudad, a nuestra familia y finanzas.