Deficiencia de beta-caroteno en las vacas lecheras: un problema

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Temario
Deficiencia de beta-caroteno
en las vacas lecheras:
un problema muy extendido
en Europa
El aporte adecuado de betacaroteno al ganado lechero es muy importante. Aparte de ser el precursor
natural de la vitamina A, el beta-caroteno
influye de manera significativa, y posiblemente de forma independiente, en la capacidad reproductiva. De este modo, se
ha observado una disminución de la intensidad del celo, retrasos en la ovulación
y una menor tasa de fertilidad en vacas alimentadas con raciones deficientes de
beta-caroteno. A esto se añade una
mayor tendencia a la formación de
quistes ováricos, mortalidad embrionaria
temprana y un aumento de las retenciones placentarias. En general, se estima
que los problemas de fertilidad ocasionan
unas pérdidas económicas de hasta 150
euros por vaca al año en explotaciones
lecheras. Estos problemas son además los
clusiones sobre la importancia de un
aporte suficiente de beta-caroteno a las
vacas lecheras, deben tenerse en cuenta
factores decisivos como la cantidad y duración de la suplementación, el estado ini-
Tabla 1: Efecto del beta-caroteno en la tasa de fertilidad de las vacas lecheras
(Aréchiga et al., 1998)
Tasa de fertilidad
Periodo
1ª insemina- 90 días pp
120 d. pp
postparto
ción
hasta 1ª
inseminación
Días
% de vacas gestantes
Control
77
9,3
9,4
21,1
Beta-caroteno
79
14,6
12,9
35,4*)
(Rovimix ®)
400 mg/día
durante más
de 90 días
*) p< 0,05
causantes de aproximadamente un 25 %
de los partos prematuros en los rebaños
lecheros.
A la hora de evaluar diferentes con-
cial, el régimen de inseminación y las
condiciones de cría. No obstante, investigaciones recientes llevadas a cabo por la
Universidad de Florida (1998) confirman los
Dr. Irmgard Immig, Kaiseraugst, Suiza, Prof. Dr. F. Schweigert, Instituto
de fisiologia de la nutrición, Universidad de Potsdam, Alemania
78 FRISONA ESPAÑOLA Nº 158
resultados de Meyer et al. (1975) y Lotthammer et al. (1975 y 1978), quienes afirman que las vacas suplementadas con
beta-caroteno tienen menos problemas
de fertilidad. En estos casos, la tasa de
concepción 120 días después del parto
fue casi el doble que en los animales que
no recibieron suplementación. (Ver Tabla 1)
Por lo general, un pasto de buena calidad o una cantidad suficiente de ensilado de hierba garantizan el aporte
necesario de betacaroteno en la ración.
No obstante, las raciones modernas para
las vacas de alta producción se suelen
basar en el sistema TMR (ración total mezclada) con una proporción relativamente
alta de ensilado de maíz, y sólo algunas
vacas reciben suficiente alimentación mediante el pastoreo. El contenido de betacaroteno en el ensilado de maíz no se
debe tener en cuenta (Figura 1). La capacidad de la hierba conservada para
compensar la baja concentración de
beta-caroteno del ensilado de maíz en la
ración base suele estar sobrevalorada. Los
resultados de las investigaciones realizadas a lo largo de los años 1999 – 2004
revelan que el forraje presenta un porcentaje muy variable de beta-caroteno
imposible de precisar de antemano. La
disponibilidad de beta-caroteno en la
ración depende del tipo de forraje y de la
forma de conservación. Las pérdidas de
oxidación durante la cosecha, marchitamiento y ensilado repercuten de manera
especialmente negativa en la concentración de beta-caroteno en el forraje. En
comparación con la materia fresca, las
pérdidas de beta-caroteno pueden superar ligeramente el 50 % y aumentar aún
más si el almacenamiento tiene lugar en
un silo abierto (Figura 2).
Existe una estrecha relación entre la
concentración de beta-caroteno en la
ración y en el plasma/suero de las vacas
lecheras, como muestra el resumen de los
resultados de varios estudios en la figura 3.
Como es previsible, los niveles plasmáticos
más altos (4 – 6 µg/ml) de betacaroteno
se dan en los meses estivales (mayo –
agosto) y los más bajos (inferiores a 1
µg/ml) en los meses de invierno. Según Arbeiter et al. (1983), unos niveles inferiores a
1 µg/ml se consideran deficitarios, los niveles entre 1 y 2 µg/ml críticos, entre 2 y 3
µg/ml dudosos y por encima de 3 µg/ml
normales. Un análisis en serie de muestras
de sangre realizado recientemente de
forma aleatoria en explotaciones de Europa y EE.UU. confirmó que muchas vacas
de leche presentan unos niveles críticos de
beta-caroteno. En Europa, un 75 % de las
muestras de sangre de 112 vacas tenían
una concentración de beta-caroteno inferior a un 1,5 µg/ml de plasma. El 24 % de
las muestras de sangre se clasificaron
como deficitarias y sólo un 1 % como óptimas. En los EE.UU., el 30 % de las 358 vacas
examinadas presentaba un nivel dudoso,
mientras que el 70 % presentaba un nivel
crítico. Estos resultados constatan que la
concentración natural de beta-caroteno
en la ración de las vacas lecheras es a
menudo demasiado baja y no cubre la
necesidad de los animales, especialmente
durante la primera etapa de lactación, en
Figura 1. Contenido en B-Caroteno de diferentes forrajes (€ncuestas DSM 1999-2005)
Figura 2. Efecto del Almacenamiento de B-Caroteno en ensilado de hierba (Manner 2004)
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Deficiencia de beta-caroteno...
Figura 3. Relación entre el contenido de B-Caroteno en pienso y niveles de plasma
en vacas lecheras (Schweigerl 2002)
Figura 4. Nivel B-Caroteno de vacas Lecheras en Europa
(Encuesta DSMl 2004)
Figura 5. Variabilidad de color para la valoración del nivel de B-Caroteno
en vacas Lecheras en Europa (DSM)
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la que se produce una gran secreción de
beta-caroteno con el calostro.
Un contenido insuficiente de betacaroteno en la ración base se pueden
compensar de forma específica, dependiendo de los niveles individuales de un rebaño, con pienso mineral o mixto que
contenga beta-caroteno. El método más
sencillo de comprobar el estado del rebaño es el diagnóstico visual del color del
plasma o el suero sanguíneo por parte del
veterinario. Para ello, toma una muestra
de sangre; por ejemplo, de la vena de la
cola, y compara el color del plasma con
una guía especial de colores (Figura 5).
Una concentración de plasma óptima
tiene un color ámbar. Si el plasma presenta un color pálido o carece de color, el
estado del animal es deficiente y requiere
una suplementación con betacaroteno
de 500 mg/vaca/día. Si el plasma tiene un
color naranja claro, es suficiente una suplementación con 300 mg/vaca/día para
normalizar el nivel plasmático de betacaroteno.
En conclusión, la suplementación con
beta-caroteno puede compensar los niveles requeridos en la ración y reducir así los
problemas de fertilidad derivados de un
aporte insuficiente. La suplementación
con beta-caroteno durante el periodo
seco puede además aumentar la concentración de vitamina A y betacaroteno
en el calostro. Ello mejora el estado de los
terneros y repercute de forma positiva en
su salud. En el caso de que los niveles de
beta-caroteno sean críticos o deficientes,
se debería comenzar la suplementación a
más tardar 28 días antes del parto hasta
que se haya confirmado la gestación.
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