LEO DA EL GRAN SALTO La última vez que Papá llevó a Leo a la piscina, Leo se atrevió a saltar desde el trampolín de un metro de altura. ¡Pero hoy quiere saltar desde un trampolín aún más alto! “¿Seguro que quieres saltar desde tres metros de altura?”, le preguntó Papá. “¿No ha quedado claro?”, dijo Leo mientras se le desbocaba el corazón. “Claro como el agua”, bromeó Conejito. Leo levantó la vista. Desde abajo, el trampolín parecía aún más alto. “Ahora vuelvo”, farfulló. “Se me ha olvidado una cosa!” “¿Tu paracaídas?”, se burló Conejito, aunque admiraba en secreto la valentía de Leo. “No tiene gracia”, refunfuñó Leo mientras se iba en busca de Papá. Empezó a rebuscar en su mochila. Qué raro, se le acababa de olvidar que era lo que se le había olvidado “¿Pues sabes qué?”, dijo Papá, “Toma, un poco de crema de valentía en la nariz. Ya verás cómo todo irá bien.” “Vale”, contestó Leo. Pero volvió al trampolín y le pareció más alto que nunca. “Ejem”, interrumpió Conejito con tono bromista, “¡qué raro que no te hayas perdido al volver!” “No me chinches, Conejito”, dijo Leo. Y entonces se le ocurrió una idea. Escaló hasta el trampolín. ¡Qué alto! Pero el agua centelleaba abajo, el sol brillaba y Conejito estaba sentado en el borde del agua de la piscina. Leo empezó a correr y saltó tan alto, tan alto, que se encontró en medio de una nube de golondrinas que cantaban emocionadas. ¡Era como volar hacia el sol! Hasta que empezó a caer de nuevo: el agua estaba cada vez más cerca ¡y entonces, PLUF! ¡Lo consiguió! Leo produjo una ola tan grande que el agua empapó a Conejito. “¡Oh, noooo: seguro que Mamá me mete una hora en la secadora!”, gruñó Conejito. Leo buceó tan profundo en el agua, que no le hubiera extrañado cruzarse con una tortuga o incluso un barco pirata hundido. Leo nadó hasta la superficie de la piscina, donde le esperaba Papá. “Bien hecho, Leo”, dijo. “Es verdad”, dijo Conejito, “¡aunque los conejos saltamos más alto!” Leo sonrió y regresó al trampolín. NIVEA Creme Edición Limitada 2015 LEO DA EL GRAN SALTO Escrito por by Udo Weigelt IIlustrado por Joelle Tourlonias tales.NIVEA.com