Valoración del cáncer de recto mediante RM. ¿Qué debemos

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Valoración del cáncer de recto mediante RM. ¿Qué debemos
describir en nuestro informe?
Poster no.:
S-1512
Congreso:
SERAM 2012
Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa
Autores:
J. Pereda Rodríguez, D. Vicente Mérida, L. Perez tapia, Y.
Rodríguez Alvarez, D. A. Puentes Bejarano, J. Gonzalez Llorente;
Segovia/ES
Palabras clave:
Abdomen, Pelvis, Colon, RM
DOI:
10.1594/seram2012/S-1512
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Objetivo docente
•
Describir e ilustrar con ejemplos las principales características del cáncer
de recto que deben ser valoradas mediante RM, e incluidas en el informe
radiológico.
Revisión del tema
I. Introducción:
La resección abdomino-perineal con la extirpación del recto bajo y ano incluyendo un
margen circunferencial de grasa perirrectal, fue considerada, durante muchos años, el
tratamiento estándar de los tumores de recto, a pesar de su alta tasa de recidiva.
Con la introducción de nuevos tratamientos como la radioterapia preoperatoria, radioquimioterapia y la resección mesorrectal total (RMT), se produjo la necesidad de una
mejor planificación del tipo de tratamiento quirúrgico a practicar, así como identificar
los pacientes con alto riesgo de recidiva local, aquellos candidatos a neoadyuvancia y
determinar el pronóstico.
Actualmente el éxito diagnóstico y terapéutico está directamente relacionado con la
obtención de márgenes quirúrgicos libres de tumor, el llamado margen de resección
circunferencial (MRC). Al respecto, la Resonancia Magnética (RM) es el mejor método
para estudiar la relación del tumor con la fascia mesorrectal (FMR) y determinar el MRC.
(Figura 1)
La figura 2 muestra algunas variables que el estudio RM debe precisar desde el punto
de vista clínico-quirúrgico.
Mediante la revisión del tema y búsqueda retrospectiva de pacientes con cáncer rectal,
estudiados en el Complejo Asistencial de Segovia (del 15/10/2008 al 15/10/2011), se
exponen ejemplos y describen las características tumorales, que el radiólogo debe incluir
en su informe, y que permiten estadificar y decidir el tratamiento médico-quirúrgico más
apropiado en cada caso.
II. Hallazgos radiológicos y otras consideraciones:
El punto de partida a la hora de informar un estudio de RM con sospecha de neoplasia
rectal, debe ser conocer la información que tanto el clínico como el cirujano esperan
encontrar en nuestro informe y en base a ella tomar una conducta terapéutica:
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El informe radiológico debe incluir las siguientes variables del tumor:
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Localización del tumor en el recto bajo, medio o alto.
Localización del tumor según su ubicación en la región anterior, lateral
o posterior de la pared rectal.
Morfología y longitud del tumor para la planificación quirúrgica.
Circular/semi-circular.
Margen de resección circunferencial (en mm) en la región anterior,
posterior y lateral.
Estadio T:
T1 / T2: Tumor limitado a la pared del intestino.
T3: Invasión de la grasa perirrectal.
T4: Invasión de estructuras vecinas. Mención de los órganos afectados
(incluidos vasos).
6. Estadio N: Ganglios dentro del mesorrecto (mencionar
morfología y la distancia al margen de resección) y buscar
ganglios fuera del mesorrecto.
7. Afectación de estructuras y órganos regionales (incluidos los
esfínteres) así como lesiones satélites.
8. Presencia de imágenes sugerentes de metástasis en el estudio
realizado.
CONSIDERACIONES SOBRE EL INFORME RADIOLÓGICO.
1. Localización del tumor en el recto bajo, medio o alto.
El carcinoma de recto se define como aquellos que se producen en el recto hasta
una distancia máxima de 15 cm desde el margen anal. Tomando como referencia esa
longitud se puede clasificar el cáncer de recto en:
- Tumores del recto inferior (localizados a < 5 cm del margen anal).
- Tumores del recto medio (5-10 cm).
- Tumores del recto superior (10-15 cm).
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Esta descripción es de extrema importancia para la planificación quirúrgica y elección
de la técnica más adecuada.
Se ha descrito que el cáncer del recto inferior tiene peor pronóstico dada una mayor tasa
de recurrencia local, mayor invasión de estructuras vecinas, así como mayor dificultad
para la obtención de márgenes libres en la cirugía. Desde el punto de vista de la imagen,
la valoración de estos tumores en ocasiones es difícil. Algunos autores como Taylor Et al
plantean que los tumores rectales bajos merecen una consideración especial y proponen
un nuevo sistema de estadificación (Figura 3 y 4).
El recto medio está totalmente rodeado por grasa mesorrectal; la mayoría de los
pacientes con tumores en este nivel serán sometidos a una RMT con preservación de
esfínter.
En los tumores del tercio superior se debe valorar la reflexión peritoneal y su posible
compromiso (estadio T4b). La localización de estos tumores puede afectar a la vejiga,
útero, pared pelviana y sacro entre otras estructuras.
2. Localización del tumor según su ubicación en la región
anterior, lateral o posterior.
Otro punto que no podemos olvidar es la descripción de la ubicación del tumor a lo
largo de la circunferencia de la pared rectal, es decir si se encuentra alojado en la pared
anterior, lateral o posterior del recto.
Los tumores de localización anterior, al igual que los del tercio distal del colon tienen peor
pronóstico debido a que en estas regiones, la grasa mesorrectal es escasa y el recto está
muy cercano a la fascia mesorrectal. Con frecuencia estos tumores tendrán un margen
de resección circunferencial amenazado, por lo que siempre es importante, informar
la distancia a la FMR, aún cuando ésta no parezca estar afectada (Figura. 5)
Una de las indicaciones de la radioterapia preoperatoria es la localización del tumor en
la pared anterior en varones (Figura. 6)
Hay autores que recomiendan describir la distancia del tumor tanto al músculo
puborrectal, como a la reflexión peritoneal por arriba.
3. Morfología y longitud del tumor para la planificación
quirúrgica.
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Zoble y colaboradores en su estudio "Role of tumor size in the pre-operative management
of rectal cancer patients" concluyen que el tamaño del tumor rectal puede ayudar a
determinar la mejor opción de tratamiento. Un tumor tamaño de> 34 mm está muy
relacionado con etapas más avanzadas de la enfermedad. Por otra parte conocer el
tamaño del tumor es indispensable para la planificación de la cirugía.
Debemos especificar si estamos ante una lesión de morfología plana, polipoidea o
ulcerada. Las planas pueden enmascarar una importante infiltración, mientras que las
ulceradas generalmente se asocian lesiones de más larga evolución. No obstante la
especificidad de la RM es mucho menor que la colonoscopia virtual y convencional donde
al estar distendido el colon la morfología de la porción intraluminal de la lesión es mejor
valorada.
Los tumores circulares pueden crear una estenosis del recto y la mayoría de las
veces son los más agresivos. Existen estudios que plantean que el cáncer colorrectal
obstructivo tiene mayor potencial de malignidad
En cuanto a la intensidad de señal del cáncer de recto algunos tumores como los
mucinosos mantienen una alta señal incluso en el post-tratamiento, tanto en el propio
tumor como en ganglios (a menudo en ausencia de enfermedad activa).
4. Margen de Resección Circunferencial (MRC) en mm en la
región anterior, posterior y lateral.
La histopatología actual ha demostrado que la propagación longitudinal de los tumores
rectales es mínima y que la invasión tumoral importante es la que se produce
circunferencialmente. Esto ha permitido la resección quirúrgica mesorrectal, practicando
una anastomosis colo-anal con preservación de los esfínteres y la competencia de estos.
El enfoque moderno enfatiza la relación entre el tumor el margen de resección
circunferencial (CRM ) que se define como la distancia más corta desde el tumor o los
ganglios linfáticos afectados a la fascia mesorrectal. Este margen es el más potente
predictor de recurrencia loca.l
Una de las estructuras que la RM nos permite definir con precisión es la fascia
mesorrectal, que no es más que una fina capa de tejido conectivo que delimita la grasa
perirrectal e incluye el recto, estructuras vasculares, ganglios y vasos linfáticos. Su
importancia radica en que actúa como una barrera natural para la extensión tumoral).
Un margen de resección positivo (MRC +) es cuando hay presencia de tumor a 1 mm
o menos de la Fascia Mesorrectal, mientras que si la distancia es > 1 mm se considera
un margen de resección negativo (MRC -) (Fig. 7 y 8).
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Después de la resección curativa del recto por cáncer rectal, la tasa de recidiva local
puede variar desde 3% a 32%. La eliminación incompleta de la extensión lateral del
tumor es aceptada como la causa de la mayoría de estas recurrencias en los casos en
que los márgenes de resección son microscópicamente positivos.
5. Estadio T:
Las figuras 9 y 10 muestran la clasificación de Dukes modificada y el TNM utilizados
para realizar el estudio de extensión del cáncer colorrectal. El informe de la RM de
pelvis en pacientes con cáncer de recto es considerado la estadificación preoperatoria
del Tumor Primario (T) y Ganglionar Regional (N), se puede incluir la Invasión Vascular
Extramural. La figura 11 muestra algunos criterios de estadiaje por RM.
Mediante la RM no podemos diferenciar de forma certera el estadio T1 del T2 ya que no
podemos demostrar si la lesión invade solo la submucosa o si está afectando también
la muscularis propia. En estos casos la técnica idónea es la ecografía transrectal. No
obstante la capa más externa de la pared rectal (muscularis externa) se identifica en la
RM como línea hipointensa con un claro plano de clivaje con la grasa perirrectal. Cuando
esta capa está respetada y no existe afectación de la grasa del mesorrecto no podemos
definir si estamos ante un T1 ó T2, pero si podemos asegurar que no es una lesión T3.
(Figura. 12).
Un tumor T3 crece a través de todas las capas de la pared y se extiende al tejido adiposo
perirrectal. La imagen definida con borde nítido de la muscularis externa se pierde y
existe afectación de la grasa perirrectal. Figura.13.
Como siempre existen excepciones. Los errores más frecuentes en la estadificación por
RM se encuentran en los pacientes con tumores T2-T3 iniciales, en los que se puede
dar el caso tanto de sobreestadificación como infraeestadificación. Esto sucede porque,
en ocasiones, es difícil diferenciar los bordes espiculados en la grasa perirrectal debidos
a fibrosis o a la reacción desmoplásica que produce el tumor en la grasa adyacente
(sobreestadificación). También puede darse el caso de la presencia de focos tumorales
que por su tamaño no pueden ser detectados por RM (infraeestadificación). Debemos
recordar que en los tumores T3 debemos referir si el MRC es positivo o negativo.
En el estadio T4 el tumor invade estructuras vecinas como la pared pélvica, la vagina,
próstata, vejiga o las vesículas seminales. (Figura. 15).
6. Estadio N: (Valoración Ganglionar):
La valoración ganglionar no deja de ser un reto pues no existe un límite preciso en cuanto
al tamaño que nos permita definir si un ganglio está afectado o no (Figura 14).
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Brown Et al. en su estudio "Morphologic Predictors of Lymph Node Status in
Rectal Cancer with Use of High-Spatial-Resolution MR Imaging with Histopathologic
Comparison" concluyen que la valoración de la afectación ganglionar en el cáncer de
recto mediante RM, es más fiable por el análisis del borde, contorno e intensidad de
señal del ganglio que por su tamaño. Ellos demuestran que el VPN de la RM es muy bajo
dado el sustancial solapamiento que se produce entre el tamaño de los ganglios que
son benignos y los malignos. En una de las series el 58 % de los ganglios metastásicos
estudiados medían menos de 5 mm.
A fin de evitar infraestadificación de pacientes, algunos autores recomiendan considerar
todos los ganglios linfáticos como posiblemente malignos.
En la valoración del estudio se deben buscar ganglios tanto dentro como fuera del
mesorrecto y mencionar su número, morfología y distancia al margen de resección
circunferencial. (Figura 16 y 17)
En general y en la práctica diaria si algún ganglio es identificado, se clasifica de acuerdo a
su apariencia. Los ganglios uniformes, con bordes regulares y lisos e intensidad de señal
homogénea no se consideran sospechosos de malignidad. Los ganglios considerados
como sospechosos son aquellos que muestran bordes irregulares, mal definidos, o con
intensidad de señal mixta, o ambas características. Si existen ganglios sospechosos
describiremos su número y localización y distancia al MRC en mm. . (Figura 16, 17 y 18).
De uno a tres nodos se considera N1 y cuatro o > es N2.
7. Por último se debe describir si se visualiza afectación de
estructuras y órganos regionales (incluidos los esfínteres),
lesiones satélites y presencia de imágenes sugerentes de
metástasis en el estudio realizado.
La invasión vascular extramural es un importante e independiente factor de pronóstico
que
puede ser identificado en la RM y se define por la presencia de células tumorales en
el endotelio vascular, más allá de la muscular propia. En los casos más evidentes se
objetiva el vaso con hiperintesidad de señal en su interior. Este hallazgo es más evidente
si se utiliza contraste intravenoso, no obstante el uso de contraste no es habitual.
Figuras. 19 y 20.
Images for this section:
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Fig. 1: El mesorrecto rodea la grasa mesorrectal. En la RMT el compartimiento
mesorrectal es extirpado completamente, incluida la fascia.
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Fig. 2
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Fig. 3
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Fig. 4: A nivel del recto bajo (A) el volumen de grasa perirrectal es escaso en
comparación con niveles superiores, ello favorece la afectación de las estructuras
adyacentes, y dificulta en gran medida la obtención de márgenes libres de tumor. Nótese
en la imagen B el mayor volumen de grasa mesorrectal (líneas negras) con ausencia
de ganglios sospechosos de malignidad. En este caso la RMT puede ser practicada, lo
mismo que sucede en gran parte de los tumores del recto medio. La imagen C muestra
un caso de cáncer de recto alto en el que existe afectación de la grasa mesorrectal y el
MRC está implicado. La pared anterior del recto superior está cubierta por la reflexión
peritoneal; el punto de unión se produce a una altura variable (en las mujeres puede ser
tan baja como 5 cm desde el borde anal). El conocimiento de la relación entre el tumor
con la reflexión peritoneal debe ser descrita. Dada su proximidad se debe realizar una
búsqueda cuidadosa de afectación peritoneal y de otras estructuras.
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Fig. 5: Obsérvese la diferencia comparativa entre el grosor de la grasa mesorrectal en
la región anterior y el resto del mesorrecto (líneas rojas). Esta característica anatómica
implica una mayor facilidad para la invasión de estructuras cercanas.
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Fig. 6
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Fig. 7: La distancia más corta desde el tumor o los ganglios linfáticos a la fascia
mesorrectal se denomina margen de resección circunferencial (CRM). Es el más potente
predictor de recurrencia local. La imagen muestra un plano axial de un paciente con
cáncer de recto (T3) en el que se observa una distancia > de 1 mm entre el tumor primario
y la fascia mesorrectal (línea amarilla) (MRC -). En la cirugía se confirmó la ausencia de
compromiso de la FMR. La incompleta resección de la infiltración lateral del tumor es
actualmente aceptada como la causa de la mayoría de las recurrencias.
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Fig. 8: Corte axial de un paciente con tumor circular de recto. La longitud del tumor era
de 4 cm (no mostrado). El tumor invade la grasa perirrectal sin afectación de la fascia
mesorrectal. Existen pequeños ganglios linfáticos en el mesorrecto no sospechosos (se
confirmó la negatividad de los ganglios en el estudio anatomopatológico). En la RM la
grasa del mesorrecto tiene una alta intensidad de señal en T1 y T2. La grasa mesorrectal
(*) está limitada por la Fascia Mesorrectal, que se objetiva como una fina línea de baja
intensidad de señal (flechas amarillas, hipointensa en T2). Se ha demostrado que el
Cáncer de recto en etapas iniciales se extiende al mesorrecto lateralmente y luego
muestra una extensión linfovascualr y ganglionar. En la RMT la fascia del mesorrecto es
el plano de resección. La RM es muy precisa para la predicción del MRC. Un margen de
resección positivo o es cuando hay extensión del tumor dentro de 1 mm de la fascia. El
MRC - es cuando la distancia a la fascia es > 1 mm.
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Fig. 9
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Fig. 10
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Fig. 11
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Fig. 12: Corte axial T2 que demuestra un engrosamiento asimétrico de la pared del recto.
No se demuestra afectación de la superficie serosa (flechas rojas), encontrándose la
grasa mesorrectal intacta. No existen ganglios sospechosos. Estadio T1/T2 (Se confirmó
estadio T2 mediante ecografía endorrectal).
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Fig. 13: Paciente con engrosamiento asimétrico de la pared del recto, afectando
predominantemente la pared anterior. Resulta difícil determinar si la superficie serosa
está interrumpida o no. Parece existir una tenue afectación de la grasa mesorrectal
(MRC-). El estudio anatomopatológico confirmó el estadio T3 No.
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Fig. 14: La imágenes muestran casos de cáncer de recto (estadio T3) donde se confirmó
la afectación de los ganglios en los 3 casos. Nótese como existen ganglios mesorrectales
(Flechas) de diferente tamaño y morfología. No existe una relación proporcional entre el
tamaño de los tumores primarios y el de los ganglios afectos.
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Fig. 15: Tumor T4 estenosante con afectación de la fascia mesorrectal y lesiones
metastásicas (no mostradas) en el que no se pudo realizar estudio endoscópico por no
progresión del rectoscopio
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Fig. 16: Adenopatías sospechosas (punta flecha) dentro del mesorrecto, a menos de
1mm de la FMR, y cuyo tamaño y morfología lo convierten en altamente sospechoso de
afectación metastásica ganglionar.
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Fig. 17: Ganglio metastásico (punta flecha) por fuera del mesorrrecto.
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Fig. 18: Los ganglios de bordes espiculados y disfuminados (C y D) se consideran
altamente sospechosos, mientras que los regulares (A) no sospechosos. La mayoría de
los autores consideran los lobulados como dudosos. No obstante insistimos en el escaso
el VPN de la RM en cuanto a la valoración de la afectación ganglionar.
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Fig. 19: La RM con gadolinio no mejora la precisión diagnóstica y por tanto no está
habitualmente incluida en el protocolo. Obsérvese como la Fascia parietal presacra se
logra identificar mejor en el estudio sin contraste que en el contrastado.
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Fig. 20
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Conclusiones
Se concluye que la RM permite describir una serie de variables, como la localización
del tumor, su morfología, longitud y extensión, márgenes de resección circunferencial y
estatificación entre otros, los que
permiten una correcta valoración diagnóstica- terapéutica.
BIBLIOGRAFÍA:
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