TEMA 8.- CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS

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TEMA 8.- CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS
DOCUMENTO DE APOYO
El misterio del amor de Dios se plenifica en el Hijo único por el cual
nosotros somos también hijos y podemos clamar ¡Abba! ¡Padre!. Sólo en
Cristo y a través de Cristo el tema de Dios se vuelve realmente concreto:
Cristo es el Enmanuel, el Dios-con-nosotros.
LOS NOMBRES DE CRISTO
¿Qué significa el nombre de Jesús?
El nombre de Jesús, dado por el ángel en el momento de la Anunciación, significa
«Dios salva». Expresa, a la vez, su identidad y su misión, «porque él salvará al pueblo
de sus pecados» (Mt 1, 21). Pedro afirma que «bajo el cielo no se nos ha dado otro
nombre que pueda salvarnos» (Hch 4, 12). (Compendio nº 81)
Le pondrás por nombre Jesús porque Él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt 1,21).
Este nombre expresa la misión del Hijo de Dios al encarnarse. Revela el motivo de la
encarnación.
¿Por qué Jesús es llamado el Cristo?
«Cristo», en griego, y «Mesías», en hebreo, significan «ungido». Jesús es el Cristo porque
ha sido consagrado por Dios, ungido por el Espíritu Santo para la misión redentora. Él es
el Mesías esperado por Israel y enviado al mundo por el Padre. Jesús ha aceptado el título
de Mesías, precisando, sin embargo, su sentido: «bajado del cielo» (Jn 3, 13), crucificado y
después resucitado, Él es el siervo sufriente «que da su vida en rescate por muchos» (Mt
20, 28). Del nombre de Cristo nos viene el nombre de cristianos.(Compendio nº 82)
Los cristianos confesamos que Jesús es el Cristo. Muy pronto las dos palabras de esta
confesión de fe, “Jesús” y “Cristo”, se fundieron en una, Jesucristo, con la que desde los
tiempos del Nuevo Testamento venimos nombrando a Jesús. Jesús quiere decir en hebreo
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“Dios salva”. Cristo viene de la traducción griega del término hebreo “Mesías”, que quiere
decir “ungido” es decir consagrado; en el caso de Jesús, para cumplir su misión mesiánica.
Jesús el Hijo unigénito de Dios
Jesús es el Hijo unigénito de Dios en un sentido único y perfecto. En el momento del
Bautismo y de la Transfiguración, la voz del Padre señala a Jesús como su «Hijo
predilecto». Al presentarse a sí mismo como el Hijo, que «conoce al Padre», Jesús
afirma su relación única y eterna con Dios su Padre. Él es «el Hijo unigénito de Dios», la
segunda Persona de la Trinidad. Es el centro de la predicación apostólica: los Apóstoles
han visto su gloria, «que recibe del Padre como Hijo único». (Compendio nº 83)
Cuando Jesús se denomina a sí mismo « Hijo único de Dios» (Hijo único o Unigénito, Jn
3,16) y así es testimoniado por Pedro y otros, se expresa con ello que entre todos los
hombres sólo Jesús es más que un hombre.
En muchos lugares del NUEVO TESTAMENTO (Jn 1,14.18; 1 Jn 4,9; Heb11, 7, entre otros) se
llama «Hijo» a Jesús. En el Bautismo y en La Transfiguración una voz celestial designa a
Jesús como «el Hijo amado». Jesús comunica a sus discípulos su relación única con el Padre
del cielo: «Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el
Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar» (Mt
11,27). Que Jesús es verdaderamente el Hijo de Dios se manifiesta en la Resurrección,
aunque ya lo era eternamente junto al Padre.
Jesús es el Señor. Esta es una de las más importantes manifestaciones de la fe cristiana.
Pablo resume en mensaje de la fe de este modo:
“Porque si proclamas con tu boca que Jesús es el Señor y crees con tu corazón que Dios lo
ha resucitado de entre los muertos, te salvarás” (Rom 10,9).
En la Biblia, el título de «Señor» designa ordinariamente al Dios soberano. Jesús se lo
atribuye a sí mismo, y revela su soberanía divina mediante su poder sobre la
naturaleza, sobre los demonios, sobre el pecado y sobre la muerte, y sobre todo con su
Resurrección. Las primeras confesiones de fe cristiana proclaman que el poder, el
honor y la gloria que se deben a Dios Padre se le deben también a Jesús: Dios «le ha
dado el nombre sobre todo nombre» (Flp 2, 9). Él es el Señor del mundo y de la
historia, el único a quien el hombre debe someter de modo absoluto su propia libertad
personal.(Compendio nº 84)
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Principales ideas a resaltar:
El Nombre de Jesús etimológicamente significa «Yavé salva» y le fue impuesto por
voluntad expresa de Dios como se manifiesta en el anuncio del ángel a San José y a la
Virgen: «Le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará al pueblo de los pecados» (Mt
1,20) - «Concebirás y darás a luz un hijo al que pondrás por nombre Jesús» (Lc 1,31).
El nombre de Cristo significa "Ungido", "Mesías". Jesús es el Cristo porque "Dios lo
ungió con el Espíritu Santo y con el poder" (Hechos 10,38). Es "el que ha de venir"
(Lucas 7,19), el objeto de "la esperanza de Israel" (Hechos 28,20).
El nombre de Hijo de Dios significa la relación única y eterna de Jesucristo con Dios su
Padre: Él es el Hijo único del Padre (cf. Juan 1,14.18; 3,16.18) y Él mismo es Dios (cf.
Juan 1,1). Para ser cristiano es necesario creer que Jesucristo es el Hijo de Dios (cf.
Hechos 8,37; 1 Juan 2,23).
El nombre de Señor significa la soberanía divina. Confesar o invocar a Jesús como
Señor es creer en su divinidad. "Nadie puede decir: ‘¡Jesús es Señor!’ sino por influjo del
Espíritu Santo" (1 Corintios 12,3).
LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS
El Misterio de la Encarnación es central en la fe cristiana. La Encarnación es un
acontecimiento que tuvo lugar en un tiempo determinado de la historia. Ha sucedido
una única vez y para siempre: Dios se ha unido en su Hijo definitivamente con el
hombre y con su creación. El empeño de Dios por su criatura ha sido total. Dios no
dejará de ser nunca “Dios con nosotros”
La Encarnación es un suceso ocurrido en nuestro mundo y en nuestra historia; pero su
origen está absolutamente más allá de todo el universo: nada de acá ha podido llevarla
a cabo, exigirla o merecerla. Es obra exclusiva de la libre iniciativa y del amor de Dios,
es decir obra común del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
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El Hijo de Dios se encarnó en el seno de la Virgen María, por obra del Espíritu
Santo, por nosotros los hombres y por nuestra salvación: es decir, para
reconciliarnos a nosotros pecadores con Dios, darnos a conocer su amor
infinito, ser nuestro modelo de santidad y hacernos «partícipes de la naturaleza
divina» (2 P 1, 4). (Compendio nº 85)
La Iglesia llama «Encarnación» al misterio de la unión admirable de la naturaleza
divina y la naturaleza humana de Jesús en la única Persona divina del Verbo. Para
llevar a cabo nuestra salvación, el Hijo de Dios se ha hecho «carne» (Jn 1, 14),
haciéndose verdaderamente hombre. La fe en la Encarnación es signo distintivo de
la fe cristiana. (Compendio nº 86)
Principales ideas a resaltar:
*"La Iglesia llama «Encarnación» al hecho de que el Hijo de Dios haya asumido una
naturaleza humana para llevar a cabo por ella nuestra salvación".
*La Encarnación es, pues, el misterio de la admirable unión de la naturaleza divina y de
la naturaleza humana en la única Persona del Verbo.
* "El Verbo se encarnó para salvarnos y reconciliándonos con Dios". "Por nosotros los
hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se
encarnó de María Virgen y se hizo hombre". El hombre, alejado de Dios, necesitaba un
salvador que le diese a conocer el designio amoroso de Dios y sanase la naturaleza
humana caída.
*"El Verbo se encarnó para que nosotros conociésemos, así, el amor de Dios".
* "El Verbo se encarnó para ser nuestro modelo de santidad". "Yo soy el Camino, la
Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí". (In 14, 6)
* "El Verbo se encarnó para hacernos partícipes de la naturaleza divina", de su
filiación divina.
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La Iglesia expresa el misterio de la Encarnación afirmando que Jesucristo es verdadero
Dios y verdadero hombre; con dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas,
sino unidas en la Persona del Verbo. Por tanto, todo en la humanidad de Jesús –
milagros, sufrimientos y la misma muerte– debe ser atribuido a su Persona divina, que
obra a través de la naturaleza humana que ha asumido.( Compendio nº 89)
Principales ideas a resaltar:
Cuando decimos que el Hijo de Dios se encarnó, queremos expresar que se hizo
hombre, tomando un cuerpo y un alma como los nuestros:
* Cristo, es pues, Dios y hombre verdadero. Hay en Él dos naturalezas, la divina y la
humana, cuya unión forma una sola Persona que es la divina.
* Jesucristo es Dios desde toda la eternidad, puesto que es la Segunda Persona de la
Santísima Trinidad. Y es hombre desde la Encarnación, es decir, desde que unió a su
Persona la naturaleza humana, en el seno virginal de María Santísima.
En el primer capítulo de su Evangelio, nos enseña San Juan esta doble verdad: “En el
principio era el Verbo, y el Verbo era Dios"; y "El Verbo se hizo carne y habitó entre
nosotros" (Juan 1,1;1,8).
* Respecto a su Naturaleza divina basta decir que tenía todas las perfecciones de la
divinidad.
*En la naturaleza humana de Cristo, podemos distinguir dos elementos: el cuerpo y el
alma.
El cuerpo de Cristo es: a) Real: "Palpad, decía a sus Apóstoles después de su
resurrección, y considerad que un espíritu no tiene carne ni huesos como vosotros veis
que yo tengo" (Lucas 24,39). b) Delicado y perfectísimo, aunque sujeto al dolor, a las
necesidades y a la muerte, porque venía a expiar nuestros pecados.
*-El alma de Cristo es, como la nuestra, un espíritu creado por Dios para animar su
cuerpo. Es, sí, infinitamente más perfecta, ya en sus facultades naturales, ya en sus
dones sobrenaturales.
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¿Tenía el hijo de Dios hecho hombre un alma con inteligencia humana?
El Hijo de Dios asumió un cuerpo dotado de un alma racional humana. Con su
inteligencia humana Jesús aprendió muchas cosas mediante la experiencia.
Pero, también como hombre, el Hijo de Dios tenía un conocimiento íntimo e
inmediato de Dios su Padre. Penetraba asimismo los pensamientos secretos de
los hombres y conocía plenamente los designios eternos que Él había venido a
revelar. (Compendio nº 90)
EL alma humana que el Hijo de Dios asumió está dotada de un verdadero
conocimiento humano. Como tal, éste no podía ser de por sí ilimitado: se desenvolvía
en las condiciones históricas de su existencia en el espacio y en el tiempo. Por eso el
Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia"
(Lc 2, 52) e igualmente adquirir aquello que en la condición humana se adquiere de
manera experimental Eso correspondía a la realidad de su anonadamiento voluntario
en "la condición de esclavo" (Flp 2, 7).
Jesús hace con frecuencia preguntas espontáneas para enterarse de lo que ignora, o
bien para recibir noticias. Todo ello revela la presencia en Jesús de un conocimiento
humano de origen experimental que se desarrolla paulatinamente.
Pero junto a este tipo de conocimiento, los evangelios enseñan además la presencia en
Cristo de un tipo de conocimiento extraordinario, humanamente inexplicable. A veces
se le atribuye la capacidad de conocer los pensamientos de los hombres antes de que
hablen (Mt 9,4; Lc 6,8) mientras que otras afirman que Jesús conoce acontecimientos
que se producen en otro sitio fuera de su vista (Mc 11,2).
También su conocimiento religioso aparece superior al de sus contemporáneos. A
menudo recuerda las Escrituras demostrando que las conoce a fondo (Mt
5,21.27.31.38.43).
Pero, al mismo tiempo, este conocimiento verdaderamente humano del Hijo de Dios
expresaba la vida divina de su persona. "La naturaleza humana del Hijo de Dios, no por
ella misma sino por su unión con el Verbo, conocía y manifestaba en ella todo lo que
conviene a Dios" Esto sucede ante todo en lo que se refiere al conocimiento íntimo e
inmediato que el Hijo de Dios hecho hombre tiene de su Padre (cf. Mc 14, 36; Mt 11,
27; Jon 1, 18; 8, 55; etc.).
En el campo en que Jesús
muestra con toda claridad que está dotado de
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conocimientos superiores es el relativo a su misión. Desde el principio de su
ministerio sabe con claridad que es el mesías, que debe predicar el reino de dios, que
camina hacia un destino de sufrimiento y de muerte para la salvación de los hombres
Principales ideas a destacar
*anonadamiento: El Verbo conservando su divinidad, como segunda Persona de la
Santísima Trinidad, renunció a la gloria externa a la que tenía derecho y se mostró en
todo igual a los hombres, excepto en el pecado. “tomó forma de siervo”, “se hizo
semejante a los hombres”
*Conocimiento humano: limitado
*Conocimiento extraordinario
*Conocimiento superior relativo a la misión que lulle ha sido encomendada.
¿Cómo concordaban las dos voluntades del Verbo encarnado?
Jesús tenía una voluntad divina y una voluntad humana. En su vida terrena, el
Hijo de Dios ha querido humanamente lo que Él ha decidido divinamente junto
con el Padre y el Espíritu Santo para nuestra salvación. La voluntad humana de
Cristo sigue, sin oposición o resistencia, su voluntad divina, y está subordinada
a ella.(Compendio nº 91)
¿Tenía Cristo un verdadero cuerpo humano?
Cristo asumió un verdadero cuerpo humano, mediante el cual Dios invisible
se hizo visible. Por esta razón, Cristo puede ser representado y venerado en
las sagradas imágenes. (Compendio nº 92)
¿Qué representa el Corazón de Jesús?
Cristo nos ha conocido y amado con un corazón humano. Su Corazón traspasado
por nuestra salvación es el símbolo del amor infinito que Él tiene al Padre y a
cada uno de los hombres. (Compendio nº 93)
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LOS MISTERIOS DE LA VIDA DE JESÚS
A los acontecimientos narrados por los evangelios acerca de Jesús el lenguaje
tradicional de la Iglesia los llama “los misterios de la vida de Cristo”
En todos los relatos evangélicos de la vida de Jesús, en sus palabras y obras, en sus
sufrimientos y silencios, en su manera de ser y de obrar nos sale hoy al encuentro el
señor mismo: en ellos sigue Jesús revelándonos a su Padre, concediéndonos su perdón
y su paz, siendo para nosotros “camino, verdad y vida”(Jn 14,6)
Nacimiento e infancia de Jesús
Los grandes acontecimientos o misterios de la infancia de Jesús son:
a) La Circuncisión, al octavo día de su nacimiento.
b) La Epifanía o manifestación de Jesús como Mesías de Israel, que celebra la
adoración de los Reyes Magos.
c) La Presentación de Jesús en el Templo. En cumplimiento de la ley de Dios, María y
José presentaron a Jesús en el templo de Jerusalén, cuarenta días después del
nacimiento; la madre -en este caso la Virgen María- cumplía con la ley de la
purificación. María no estaba obligada por ser virgen y sin mancha de pecado, pero
quiso someterse en todo a la ley de Dios.
d) La Huida a Egipto y la matanza de los Inocentes.
En el Nacimiento de Jesús, la gloria del cielo se manifiesta en la debilidad de un
niño; la circuncisión es signo de su pertenencia al pueblo hebreo y prefiguración
de nuestro Bautismo; la Epifanía es la manifestación del Rey-Mesías de Israel a
todos los pueblos; durante la presentación en el Templo, en Simeón y Ana se
concentra toda la expectación de Israel, que viene al encuentro de su Salvador; la
huida a Egipto y la matanza de los inocentes anuncian que toda la vida de Cristo
estará bajo el signo de la persecución; su retorno de Egipto recuerda el Éxodo y
presenta a Jesús como el nuevo Moisés: Él es el verdadero y definitivo
liberador.(Compendio nº 103)
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Principales ideas a resaltar:
Los misterios de la vida oculta de Jesús: Jesús la mayor parte de su vida la dedicó a su
trabajo y a la vida en la comunidad. Estaba sometido a sus padres y “progresaba en
sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres” (Lc 2, 51-52).
“La vida oculta de Nazaret permite a todos entrar en comunión con Jesús a través de
los caminos más ordinarios de la vida humana”.
“El hallazgo de Jesús en el Templo es el único suceso que rompe el silencio de los
Evangelios sobre los años ocultos de Jesús. Jesús deja entrever en ello el misterio de su
consagración total a una misión derivada de su filiación divina: <<¿No sabíais que me
debo a los asuntos de mi Padre?>>”
EL BAUTISMO DE JESÚS
Jesús recibe de Juan el Bautismo de conversión para inaugurar su vida pública y
anticipar el «Bautismo» de su Muerte; y aunque no había en Él pecado alguno, Jesús,
«el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo» (Jn 1, 29), acepta ser contado
entre los pecadores. El Padre lo proclama su «Hijo predilecto» (Mt 3, 17), y el Espíritu
viene a posarse sobre Él. El Bautismo de Jesús es la prefiguración de nuestro
bautismo. Compendio nº 105)
Principales ideas a resaltar:
“El comienzo de la vida pública de Jesús es su bautismo por Juan en el Jordán”. En el
Jordán se manifiesta Jesús como Mesías de Israel e hijo de Dios.
“El Bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la inauguración de su misión de
Siervo doliente”. “Se abrieron los cielos que el pecado de Adán había cerrado; y las
aguas fueron santificadas por el descenso de Jesús y del Espíritu como preludio de la
nueva creación”.
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LAS TENTACIONES DE JESUS
“Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes"
[Mt 4,3]
“Si eres Hijo de Dios, tírate abajo porque está escrito: A sus ángeles te
encomendará...” [Mt 4,6]
“Todo esto te daré si postrándote me adoras” [Mt 4,9]
Las tentaciones de Jesús en el desierto recapitulan la de Adán en el paraíso y las de
Israel en el desierto. Satanás tienta a Jesús en su obediencia a la misión que el Padre le
ha confiado. Cristo, nuevo Adán, resiste, y su victoria anuncia la de su Pasión, en la que
su amor filial dará suprema prueba de obediencia. La Iglesia se une particularmente a
este Misterio en el tiempo litúrgico de la Cuaresma. (Compendio nº 106)
Principales ideas a resaltar:
*Cristo nuevo Adán. Permanece fiel allí donde el primero sucumbió a la tentación
*Cristo se revela como el siervo de Dios totalmente obediente a la voluntad divina,
Cristo es el vencedor del diablo
*La victoria de Jesús en el desierto, es anticipo de la victoria de la Pasión
LA TRANSFIGURACIÓN
Por un instante, Jesús deja que la gloria de Dios lo inunde: De este modo, Jesús
descubre lo que él ha sido desde siempre y, ahora en su existencia mortal, está de
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ordinario retenido y oculto: Con ello confirma la confesión de pedro y anticipa a sus
discípulos la gloria del resucitado.
En la Transfiguración de Jesús aparece ante todo la Trinidad: «el Padre en la voz, el Hijo en
el hombre, el Espíritu en la nube luminosa» (Santo Tomás de Aquino). Al evocar, junto a
Moisés y Elías, su «partida» (Lc 9, 31), Jesús muestra que su gloria pasa a través de la cruz,
y otorga un anticipo de su resurrección y de su gloriosa venida, «que transfigurará este
miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo» (Flp 3, 21). (Compendio nº
110)
Principales ideas a resaltar
*En el umbral de la vida pública se sitúa el Bautismo; en el de la Pascua, la
Transfiguración
*La Transfiguración no es un cambio de Jesús, sino la revelación de su divinidad, la
intima compenetración de su ser con Dios, que se transforma el luz pura. En su ser
uno con el Padre, Jesús mismo es Luz de Luz ( Benedicto XVI)
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