Porqué sufren los niños

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Acta Pediátrica Costarricense
Copyright © 199.5, Asociación Costarricense de Pediatría
¿ Por qué Sufren los Niños?
[Editorial]
psíquicas en su vida adulta, constituyéndose incluso en
muchos casos en futuros agresores.
Pareciera una paradoja, el hecho de quc tanto
médicos como otros profesionales de las ciencias
médicas, en nuestro diario laborar con los enfermos, no
hagamos un pequeño alto en el camino, para reflcxionar
sobre el sufrimiento de nuestros pequeños pacientes.
Vivimos tan inmersos en nuestras actividadcs que
prácticamente no dedicamos algo de nuestro tiempo para
pensar más en lo trascendente, en las grandes
interrogantes de nuestras vidas:
sobre nuestra
existencia, la actual, la terrenal, pero a la luz de la fé
debemos meditar también sobre la eternidad, y así
mismo reflexionar sobre ese acompañante perenne, el
dolor; pues es un hecho irrefutalble que el ser humano
ha experimentado en algún momento el sufrimiento.
El problema del aborto es tema de profunda
reflexión y su análisis está fuera de alcance en estas
consideraciones, pero indiscutiblemente forma parte del
mundo del sufrimiento infantil y en muchos casos
motivo de grandes complejos de culpa por parte de
quienes lo realizan y de las madres que lo han aceptado.
Sobre este grave problema, su Santidad Juan
Pablo II en su libro: "Cruzando el umbral de la
e.\peranza" ha dicho: "cl derecho a la vida es, para el
hombre. el dcrccho fundamental. Y sin embargo, la
cultura
contemporánea
ha
querido
negarlo,
transformándolo en un derecho "incómodo" de defender.
No hay ningún otro derecho que afecte más de cerca a la
existencia misma de la persona. Derccho a la vida
significa dcrecho a vcnir de la luz y, lucgo, a perseverar
en la existcncia hasta su natural extinción: "mientras
vivo comienzo a vivir ".
Creo que no es fácil redactar (y ponerlo al día)
un índice de todos los males que afligen a los hombres a
lo largo de su peregrinación terrena, ya que el dolor es
algo muy subjetivo y personal, scntido y experimentado
scgún la peculiar naturaleza de cada uno. Dc todos
modos, la leyes cierta; cs constantc y absoluto el común
denominador de toda la existcncia terrena: el dolor ha
sido, es y será siempre el fiel campa/lera de viaje de
todo hombre en la tierra. San Agustín nos dice que en
tiempos de Varrón, poligrafo latino (116-27 A.c.) había
288 definiciones de felicidad; pero Renan el famoso
filólogo, historiador y crítico francés (1823-1892),
afirma que en la antigüedad se empleaban hasla 400
vocablos para expresar la idca de sufrimiento.
A inicios de la presente década los informes
provenientes del Fondo Mundial de las Naciones
Unidas para la Infancia (UN1CEF) publicadas en los
mcdios dc iIúormación escrita arrojaron datos muy
importantes: alrededor dc 40.000 niños menores de
cinco años fallcccn cada día en el mundo por
cnfermcdadcs y por el hambre; cada minuto mueren 28
pequcI10s mcnorcs dc cinco aHos, de los cuales 27 son de
nacioncs del Tercer Mundo; más de 100,000,000 de
infantcs en cdad cscolar. nunca han estado en un aula, y
alredcdor dc unos 100,000,000 más no han podido
completar su cduación básica. En la década pasada
murieron cn los países del Terccr Mundo 1,500,000 de
niños como consccuencia dirccta de la gucrra y otros 14
milloncs han quedado traumatizados fisica y
psicológicamcntc: más dc 50,000,000 de infantes viven
cn las calles y otros 100,000,000 son descuidados en
hogarcss e institucioncs en países en vías de desarrollo.
El UNICEF rcquierc alredcdor de US$2500 millones por
mlo para atendcr los problemas de la niñez, monto
similar al quc se dcstina cada día a gastos militares en el
orbe.
Virgilio el poela scnsible por excelcncia. hacc
notar frecuentemente el gemido angustioso de los
vivientes, y Sófocles no vacila al decir que "lo mejor es
no haber nacido; y cs mcjor todavía rctornar al lugar de
donde se ha venido".
EL SUFRIMIENTO INFANTIL A TRAVÉS
DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD
Desde los inicios del hombre el sufrimienlo se
ha hecho presentc dc modos divcrsos. Rccordcmos el
pasajc del Evangelio de Mateo (Mt 2. 16-IK), en el cual
el Rey Herodes ante el nacimiento del Mcsías y por
tcmor a perder su poderío ordena matar a todos los niños
de Belén de Judá, hccho quc había vaticinado el profeta
Jcremías. Pero el niño no sólo sufre ante la cnfermcdad,
sino también ante la desintcgración familiar tan
frecucntc en nuestros días, ante la agrcsión IIsicn,
psiquica, sexual c incluso de sus sercs queridos. con
todas las consccuentcs sccuclas, particularlllcnte
y qué dccir dcl flagclo del SIDA ?
Ciertamcnte el SIDA no debemos verlo como un pecado,
ni como un castigo de Dios, pero sí como una
consecucncia lógica dc las propias aberraciones del
hombre moderno: sin control moral.
K7
Vol. 9/No. 3
Datos recientes de la Organización Mundial de
la Salud (OMS) señalan que hasta el 30 de junio de
1995, la cifra de niños con SIDA alcanzó 1,169,811. De
hecho, el número real de casos acumulados se estima en
más de 4,500,000 la mayoría de ellos (70%) en Mrica y
9% en los Estados Unidos. Se estima que desde el inicio
de la pandcmia dcl síndrome de inmunodeficiencia
adquirida hasta fines del primer scmestre de este año,
unos veinte millones de pcrsonas (18.5 millones dc
adultos y 1.5 millones de niños) han sido infectados.
Creo que estos pocos datos del informc semestral de la
OMS hablan por sí solos y contribuyen de manera
relevante a señalar el sufrimiento Ílúantil, sufrimiento
que debemos meditar no sólo en la esfcra orgánica. sino
psíquica, moral y particularmente espiritual.
¿ TIENE ALGUNA FINALIDAD EL
SUFRIMIENTO?
A los ojos del mundo el sufrimiento podría
considerarse como alfo inútil, que todos quisicramos
evitar, sin embargo, a través de la historia de la
humanidad, hemos contcmplado como grandes pueblos
luego de catástrofes naturales o provocadas por el
hombre, se han levantado y han crecido en muchos
aspectos, incluyendo el espiritual.
Grandes personalidades a través de los tiempos
se han referido al sufrimiento en un sentido muy
positivo, citaremos a continuación algunas reflexiones:
"Nadie lile parece tan infeliz COIIIO el que no tiene una
desgracia" (Séneca)
"Qué pena tan grave vivir sin penas en la tierra" (San
Agustín)
"La enfermedad del cuel7JO es salud del 011110" (San
Francisco de Asís)
"Sin cruz no hay Gloria ninguna, ni con cruz eterno
I/anto: santidad y cruz es una: no hay cruz que no tenga
santo ni santo sin cruz alguna" (Lope de Vega)
Así mismo durante el sufrimiento grandes
hombres produjeron grandes frutos: Milton, ciego y
cnfermo, cscribe el paraíso perdido: el Himno a la Luz,
sólo podría brotar dc unas pupilas cxtinguidas;
Dostoyevski escribe sus novelas entre sus crisis de
epilepsia; Cervantes concibe la idea de Don Quijote en
la cárcel, y los fragmentos mejores, torturado por
insoportables dolores fisicos: Beethoven, solo. en la
miseria y el abandono. sin hijos y sin amigos, compone
para el consuelo de los hombres y para incitarlos a la
fraternidad la Novena Sinfonia...
EL SENTIDO CRISTIANO DEL
SUFRIM lENTO
Cuando el dolor está iluminado por la palabra
de Dios, fuera de la cual es dificil dar respuestas válidas
a las muchas preguntas inquietantes que plantea, se
entra en una nueva perspectiva espiritual que le da
sentido y valor.
Conservar la esperanza cuando se sufre no es fácil. Es
posible que surja un sentimiento de profundo
abatimiento y de revelión interior. Se presenta la
tentación de abandonarse y dudar de la ayuda de Dios.
Por el contrario, es necesario no perder jamás las
razones de la esperanza.
El papel de quienes trabajamos en el campo de
la salud es fundamental, pues servir a quien sufre no es
solo una profesión social; es fundamentalmente una
"misión", que consiste en acompañar al enfermo y
ayudarlo a no desanimarse y a afrontar serenamente la
pmeba.
Como el buen samaritano, debemos permanecer
al lado y al servicio de nuestros pequeños enfermos,
respetando en cllos, por encima de todo y siempre, la
dignidad de persona y con los ojos de la fé, reconociendo
la presencia de Jesús sufriente. Debemos hacer un
esfuerzo para alejarnos de esa indiferencia ante el dolor
del prójimo. la cual puede derivarse del trabajo diario
mtinario. Juan Pablo Il en su Encíclica "Salvifici
doloris" (N°30) ha dicho: "En el programa mesiánico
de Cristo, que es a la vez el programa del reino de
Dios, el sl!!i-imiento &stá presente en el mundo para
prOl'ocar amor al prójill/o. para tran~formar toda la
cil'ilización humana en la civilización del all/or".
Quiero finalizar éstas breves reflexiones sobre
un lema de gran profundidad teológica con unas
consideraciones de Novelo Perderzini el autor del libro:
Para sufrir menos, para sufrir mejor: "el dolor de los
inocentes es la mayor alabanza a la santidad de Dios.
la /IIás sólida contribución al equilibrio ya la salvación
del JIII/ndo ".
REFERENCIAS
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.lrmas
'/(:Ii' ,I.,'en'icio de Neulllología,
f1o,~pital
-,"i/los "nI'. ( 'arIos S'áen: Herrera".
Nacional de
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