1409-0090/9.5/09-03/87-88 Acta Pediátrica Costarricense Copyright © 199.5, Asociación Costarricense de Pediatría ¿ Por qué Sufren los Niños? [Editorial] psíquicas en su vida adulta, constituyéndose incluso en muchos casos en futuros agresores. Pareciera una paradoja, el hecho de quc tanto médicos como otros profesionales de las ciencias médicas, en nuestro diario laborar con los enfermos, no hagamos un pequeño alto en el camino, para reflcxionar sobre el sufrimiento de nuestros pequeños pacientes. Vivimos tan inmersos en nuestras actividadcs que prácticamente no dedicamos algo de nuestro tiempo para pensar más en lo trascendente, en las grandes interrogantes de nuestras vidas: sobre nuestra existencia, la actual, la terrenal, pero a la luz de la fé debemos meditar también sobre la eternidad, y así mismo reflexionar sobre ese acompañante perenne, el dolor; pues es un hecho irrefutalble que el ser humano ha experimentado en algún momento el sufrimiento. El problema del aborto es tema de profunda reflexión y su análisis está fuera de alcance en estas consideraciones, pero indiscutiblemente forma parte del mundo del sufrimiento infantil y en muchos casos motivo de grandes complejos de culpa por parte de quienes lo realizan y de las madres que lo han aceptado. Sobre este grave problema, su Santidad Juan Pablo II en su libro: "Cruzando el umbral de la e.\peranza" ha dicho: "cl derecho a la vida es, para el hombre. el dcrccho fundamental. Y sin embargo, la cultura contemporánea ha querido negarlo, transformándolo en un derecho "incómodo" de defender. No hay ningún otro derecho que afecte más de cerca a la existencia misma de la persona. Derccho a la vida significa dcrecho a vcnir de la luz y, lucgo, a perseverar en la existcncia hasta su natural extinción: "mientras vivo comienzo a vivir ". Creo que no es fácil redactar (y ponerlo al día) un índice de todos los males que afligen a los hombres a lo largo de su peregrinación terrena, ya que el dolor es algo muy subjetivo y personal, scntido y experimentado scgún la peculiar naturaleza de cada uno. Dc todos modos, la leyes cierta; cs constantc y absoluto el común denominador de toda la existcncia terrena: el dolor ha sido, es y será siempre el fiel campa/lera de viaje de todo hombre en la tierra. San Agustín nos dice que en tiempos de Varrón, poligrafo latino (116-27 A.c.) había 288 definiciones de felicidad; pero Renan el famoso filólogo, historiador y crítico francés (1823-1892), afirma que en la antigüedad se empleaban hasla 400 vocablos para expresar la idca de sufrimiento. A inicios de la presente década los informes provenientes del Fondo Mundial de las Naciones Unidas para la Infancia (UN1CEF) publicadas en los mcdios dc iIúormación escrita arrojaron datos muy importantes: alrededor dc 40.000 niños menores de cinco años fallcccn cada día en el mundo por cnfermcdadcs y por el hambre; cada minuto mueren 28 pequcI10s mcnorcs dc cinco aHos, de los cuales 27 son de nacioncs del Tercer Mundo; más de 100,000,000 de infantcs en cdad cscolar. nunca han estado en un aula, y alredcdor dc unos 100,000,000 más no han podido completar su cduación básica. En la década pasada murieron cn los países del Terccr Mundo 1,500,000 de niños como consccuencia dirccta de la gucrra y otros 14 milloncs han quedado traumatizados fisica y psicológicamcntc: más dc 50,000,000 de infantes viven cn las calles y otros 100,000,000 son descuidados en hogarcss e institucioncs en países en vías de desarrollo. El UNICEF rcquierc alredcdor de US$2500 millones por mlo para atendcr los problemas de la niñez, monto similar al quc se dcstina cada día a gastos militares en el orbe. Virgilio el poela scnsible por excelcncia. hacc notar frecuentemente el gemido angustioso de los vivientes, y Sófocles no vacila al decir que "lo mejor es no haber nacido; y cs mcjor todavía rctornar al lugar de donde se ha venido". EL SUFRIMIENTO INFANTIL A TRAVÉS DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD Desde los inicios del hombre el sufrimienlo se ha hecho presentc dc modos divcrsos. Rccordcmos el pasajc del Evangelio de Mateo (Mt 2. 16-IK), en el cual el Rey Herodes ante el nacimiento del Mcsías y por tcmor a perder su poderío ordena matar a todos los niños de Belén de Judá, hccho quc había vaticinado el profeta Jcremías. Pero el niño no sólo sufre ante la cnfermcdad, sino también ante la desintcgración familiar tan frecucntc en nuestros días, ante la agrcsión IIsicn, psiquica, sexual c incluso de sus sercs queridos. con todas las consccuentcs sccuclas, particularlllcnte y qué dccir dcl flagclo del SIDA ? Ciertamcnte el SIDA no debemos verlo como un pecado, ni como un castigo de Dios, pero sí como una consecucncia lógica dc las propias aberraciones del hombre moderno: sin control moral. K7 Vol. 9/No. 3 Datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que hasta el 30 de junio de 1995, la cifra de niños con SIDA alcanzó 1,169,811. De hecho, el número real de casos acumulados se estima en más de 4,500,000 la mayoría de ellos (70%) en Mrica y 9% en los Estados Unidos. Se estima que desde el inicio de la pandcmia dcl síndrome de inmunodeficiencia adquirida hasta fines del primer scmestre de este año, unos veinte millones de pcrsonas (18.5 millones dc adultos y 1.5 millones de niños) han sido infectados. Creo que estos pocos datos del informc semestral de la OMS hablan por sí solos y contribuyen de manera relevante a señalar el sufrimiento Ílúantil, sufrimiento que debemos meditar no sólo en la esfcra orgánica. sino psíquica, moral y particularmente espiritual. ¿ TIENE ALGUNA FINALIDAD EL SUFRIMIENTO? A los ojos del mundo el sufrimiento podría considerarse como alfo inútil, que todos quisicramos evitar, sin embargo, a través de la historia de la humanidad, hemos contcmplado como grandes pueblos luego de catástrofes naturales o provocadas por el hombre, se han levantado y han crecido en muchos aspectos, incluyendo el espiritual. Grandes personalidades a través de los tiempos se han referido al sufrimiento en un sentido muy positivo, citaremos a continuación algunas reflexiones: "Nadie lile parece tan infeliz COIIIO el que no tiene una desgracia" (Séneca) "Qué pena tan grave vivir sin penas en la tierra" (San Agustín) "La enfermedad del cuel7JO es salud del 011110" (San Francisco de Asís) "Sin cruz no hay Gloria ninguna, ni con cruz eterno I/anto: santidad y cruz es una: no hay cruz que no tenga santo ni santo sin cruz alguna" (Lope de Vega) Así mismo durante el sufrimiento grandes hombres produjeron grandes frutos: Milton, ciego y cnfermo, cscribe el paraíso perdido: el Himno a la Luz, sólo podría brotar dc unas pupilas cxtinguidas; Dostoyevski escribe sus novelas entre sus crisis de epilepsia; Cervantes concibe la idea de Don Quijote en la cárcel, y los fragmentos mejores, torturado por insoportables dolores fisicos: Beethoven, solo. en la miseria y el abandono. sin hijos y sin amigos, compone para el consuelo de los hombres y para incitarlos a la fraternidad la Novena Sinfonia... EL SENTIDO CRISTIANO DEL SUFRIM lENTO Cuando el dolor está iluminado por la palabra de Dios, fuera de la cual es dificil dar respuestas válidas a las muchas preguntas inquietantes que plantea, se entra en una nueva perspectiva espiritual que le da sentido y valor. Conservar la esperanza cuando se sufre no es fácil. Es posible que surja un sentimiento de profundo abatimiento y de revelión interior. Se presenta la tentación de abandonarse y dudar de la ayuda de Dios. Por el contrario, es necesario no perder jamás las razones de la esperanza. El papel de quienes trabajamos en el campo de la salud es fundamental, pues servir a quien sufre no es solo una profesión social; es fundamentalmente una "misión", que consiste en acompañar al enfermo y ayudarlo a no desanimarse y a afrontar serenamente la pmeba. Como el buen samaritano, debemos permanecer al lado y al servicio de nuestros pequeños enfermos, respetando en cllos, por encima de todo y siempre, la dignidad de persona y con los ojos de la fé, reconociendo la presencia de Jesús sufriente. Debemos hacer un esfuerzo para alejarnos de esa indiferencia ante el dolor del prójimo. la cual puede derivarse del trabajo diario mtinario. Juan Pablo Il en su Encíclica "Salvifici doloris" (N°30) ha dicho: "En el programa mesiánico de Cristo, que es a la vez el programa del reino de Dios, el sl!!i-imiento &stá presente en el mundo para prOl'ocar amor al prójill/o. para tran~formar toda la cil'ilización humana en la civilización del all/or". Quiero finalizar éstas breves reflexiones sobre un lema de gran profundidad teológica con unas consideraciones de Novelo Perderzini el autor del libro: Para sufrir menos, para sufrir mejor: "el dolor de los inocentes es la mayor alabanza a la santidad de Dios. la /IIás sólida contribución al equilibrio ya la salvación del JIII/ndo ". REFERENCIAS 1. 2. .l. Oalll.:ano.J. EII.ihro lid Enl~nllo. I'S Editorial. rvladrid, 1982. .luan Pablo n. CmLanllo El Umbral de la Esperanza. Editorial Nonna. 1994. .luan pahlo ti. Salvili.:i Doloris. Editorial Aso.:iación Libro Libre. 1'JX4. 4. P.:,I':l1ini N. Para Suft·ir ~Ienos Para Sulrir Mejor. r-.lisioncros Conbonianos. 1983. 111'. ()sear ('lIslro Editorial .lrmas '/(:Ii' ,I.,'en'icio de Neulllología, f1o,~pital -,"i/los "nI'. ( 'arIos S'áen: Herrera". Nacional de