ACCIONES, ENAJENACIÓN O ADQUISICIÓN DE ACCIONES

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ACCIONES, ENAJENACIÓN O ADQUISICIÓN
JURÍDICAS, ADMINISTRADOR CONJUNTO
Concepto 2008005121-003 del 27 de marzo de 2008.
DE
ACCIONES,
PERSONAS
Síntesis: Autorizaciones a las que alude el artículo 404 del Código de Comercio en el evento en
que la operación se vaya a llevar a cabo por personas jurídicas en su condición de accionistas
de una sociedad que pretenda adquirir o enajenar sus acciones, por el hecho de que ambas
entidades cuenten con el mismo administrador.
«(…) la doctora (…) en su calidad de Secretaria General-Directora Jurídica de esa Compañía,
luego de transcribir el artículo 404 del Código de Comercio solicita se le informe “…si para las
entidades financieras esta prohibición aplica cuando los administradores son personas
naturales, pero los accionistas son personas jurídicas de las cuales ellos son representantes
legales. Siendo así, cuando la persona jurídica desee enajenar o adquirir acciones, requerirá
autorización de la Junta Directiva?”.
Al respecto y antes de efectuar los comentarios correspondientes a efectos de dar respuesta a la
consulta que nos ocupa, se considera preciso recordar que como quiera que de conformidad con
lo establecido en el numeral 13.2 literal b. del Capítulo Décimo Título Primero de la Circular
Básica Jurídica “Las consultas de cualquier orden que formulen las sucursales, agencias u
oficinas de las entidades vigiladas, deberán ser dirigidas invariablemente a esta
Superintendencia por intermedio de sus representantes legales y a través de las casas
principales”, calidad que no comporta la doctora Gallego Martínez, la respuesta a su escrito se
dirige a Usted en su calidad de Presidente de esa Compañía de Financiamiento Comercial.
Efectuada la anterior claridad, procedemos a efectuar los siguientes comentarios frente a la
inquietud planteada en la consulta que nos ocupa:
Como se recuerda en la solicitud, el artículo 404 del Código de Comercio establece la prohibición
para los administradores de la sociedad anónima por sí o por interpuesta persona y mientras estén
en ejercicio de sus cargos de enajenar o adquirir acciones de la misma sociedad salvo cuando se
trate de operaciones ajenas a motivos de especulación y con autorización de la junta directiva o
de la asamblea general en la forma y términos establecidos en el mismo artículo, so pena de
hacerse destinatarios de la sanciones que tal norma contempla.
De la citada disposición se derivan los siguientes presupuestos para su aplicación:
1.- Que la operación de enajenar o adquirir acciones provenga de un administrador, esto es, del
representante legal, el liquidador, el factor, los miembros de juntas o consejos directivos y
quienes de acuerdo con los estatutos ejerzan o detenten esas funciones de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 22 de la Ley 222 de 1995.
2.- Que se pretenda la enajenación o adquisición de las acciones de la misma entidad en la que
ejerce como administrador y mientras se encuentre ejerciendo este cargo.
3.- Se puede realizar la operación, es decir, el administrador puede adquirir o enajenar acciones
de la misma entidad en la que se desempeña como tal únicamente cuando la operación no se
realice con fines especulativos y además sea autorizada previamente por la Junta Directiva o
Asamblea de Accionistas de la entidad.
Plantea en su consulta la necesidad o no de cumplir con las autorizaciones a las que alude el
artículo 404 del Código de Comercio en el evento en que la operación se vaya a llevar a cabo por
personas jurídicas en su condición de accionistas de una sociedad que pretenda adquirir o
enajenar sus acciones, por el hecho de que ambas entidades cuenten con el mismo administrador,
frente a lo cual y conforme al análisis antes expuesto, legalmente no se estaría en la obligación de
cumplir con las mismas.
Lo anterior, si tenemos en cuenta que las acciones objeto de la operación no serían de propiedad
del administrador sino de las personas jurídicas como tal que es un supuesto diferente al que se
refiere la norma, ya que ésta, se insiste, hace alusión al evento en que el administrador de alguna
de ellas sea el que vaya a proceder a su adquisición o enajenación, por sí mismo o por interpuesta
persona, evento último que tampoco se presentaría en el caso que se plantea pues una es la
persona jurídica en sí misma y otra sus administradores.
No obstante y en razón a que la finalidad que persigue la norma frente a los administradores“…es
impedir que éstos prevalidos del conocimiento que su condición les permite sobre los negocios
sociales, puedan especular con las acciones de la compañía adquiridas por si o por interpuesta
persona, en perjuicio de los accionistas que no participan en la administración. Adicionalmente
para hacer efectiva la medida, se exige que la enajenación que pretenda efectuarse a favor de los
administradores, deba ser autorizada por la junta directiva o en su defecto por la asamblea
general de accionistas, so pena de las sanciones de orden legal, a fin de que pueda el órgano
respectivo evaluar las circunstancias y los propósitos que se persiguen, de forma que pueda
impedir la realización de la enajenación cuando quiera que haya en ella propósito de
especulación, en cuyo caso no procederá su autorización…” 1 , a efectos de evitar la posibilidad
de que se presente un conflicto de intereses (servir a dos intereses contrapuestos al mismo
tiempo) ya que por ser administrador de ambas entidades posee un exhaustivo conocimiento
sobre los negocios sociales de las mismas, se estima que aunque legalmente no tendría que
cumplirse con las exigencias respectivas, debe procederse a su observancia para precautelar los
intereses que se mezclan en la operación.
Lo anterior, se confirma aún más si se recuerda que uno de los deberes de los administradores
conforme lo señala el numeral 7º del artículo 23 de la Ley 222 de 1995 es el de “…7. Abstenerse
de participar por sí o por interpuesta persona en interés personal o de terceros, en actividades
1
Concepto 220-37375 del 30 de junio de 2000 de la Superintendencia de Sociedades.
que impliquen competencia con la sociedad o en actos respecto de los cuales exista conflicto de
intereses, salvo autorización expresa de la junta de socios o asamblea general de accionistas.
En estos casos, el administrador suministrará al órgano social correspondiente toda la
información que sea relevante para la toma de la decisión. De la respectiva determinación
deberá excluirse el voto del administrador, si fuere socio. En todo caso, la autorización de la
junta de socios o asamblea general de accionistas sólo podrá otorgarse cuando el acto no
perjudique los intereses de la sociedad”.
Finalmente, es importante anotar que se requeriría legalmente del cumplimiento de todos las
exigencias establecidas en la citada norma cuando el administrador conjunto además de serlo sea
accionista de la persona jurídica que pretenda adquirir o enajenar las acciones, ya que se
encontraría en el supuesto que establece el artículo 404 del Código de Comercio.
(…).»
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