LA CESIÓN DE TRIBUTOS DEL ESTADO A LAS ENTIDADES LOCALES: UNA FORMA DE TERRITORIALIZAR LA PARTICIPACIÓN EN LOS INGRESOS DEL ESTADO. EFECTOS PREVISIBLES PARA LOS GRANDES AYUNTAMIENTOS Y DIPUTACIONES DE CASTILLA Y LEÓN. Pablo Francisco GAYUBO PÉREZ Interventor de la Diputación Provincial de Valladolid Profesor Asociado de la Universidad de Valladolid 1.- INTRODUCCIÓN Políticos y teóricos de la Hacienda Pública, todos opinan que las Haciendas Locales son siempre la cenicienta dentro del sistema financiero público. Como dice la exposición de motivos de la Ley 39/1988, la evolución histórica de la Hacienda Local española “es la crónica de una institución afectada por una insuficiencia financiera endémica“. La construcción del Estado de las Autonomías previsto en la Constitución de 1978 hizo demorar temporalmente la organización del sector público local, que no logra tener una Ley de Bases hasta 1985, con la aprobación de la Ley 7/1985, de 2 de abril, y aplazar aún más la reforma de las haciendas locales, hasta 1988, con la Ley 39 citada, de 28 de diciembre. Esta norma, con leves modificaciones, ha regulado la vida financiera de los Ayuntamientos y Diputaciones españoles hasta la gran reforma que ha introducido en ella la Ley 51/2002, de 27 de diciembre. La exposición de motivos de esta Ley afirma que la de 1988 tuvo como objetivo la efectiva realización de los principios de autonomía y suficiencia financiera consagrados en la Constitución, que con la reforma actual se quieren potenciar. El objeto de esta Comunicación es analizar esta reforma, centrando el análisis más en los instrumentos financieros, que en los tributarios, para evaluar en qué medida cabe esperar resultados positivos en las dos vertientes señaladas, la de la autonomía y la de la suficiencia financieras, en concreto para los grandes Ayuntamientos y las Diputaciones de Castilla y León. Según el artículo 142 de la Constitución, las Haciendas locales se nutrirán fundamentalmente de tributos propios y de participación en los del Estado y de las Comunidades Autónomas. Esta doble fuente de financiación, que le sirve a la Ley 51/2002, en su exposición de motivos, para realizar la sistemática de financiación dual que hemos apuntado, distinguiendo el ámbito tributario, para los tributos propios, del financiero, basado en las participaciones, es totalmente lógica, ya que no es posible desde el punto de vista técnico (tampoco se desea, políticamente) lograr la suficiencia financiera con recursos totalmente autónomos. Es necesario articular un sistema de nivelación vertical y horizontal desde la hacienda estatal hacia las locales. En un primer apartado se va a realizar una exposición muy sintética de los principales aspectos de la reforma, insistiendo en especial en la nueva instrumentación de la nivelación, que ahora se articula para las grandes corporaciones locales a través de participaciones territorializadas en los grandes impuestos del Estado y se mantiene, como instrumento último de cierre del modelo, la anterior participación general en los ingresos del Estado, renominada como “Fondo Complementario de Financiación”. También, aunque sea marginalmente, porque no es el objeto primario de este trabajo su análisis pormenorizado, se señala que la reforma tributaria de los impuestos propios, si bien aumenta la autonomía financiera, puede mermar la suficiencia de los Entes locales. En este punto, se comprueba la forma en que el nuevo modelo establece la suficiencia estática en el año 2004, que se toma como base. En un segundo apartado, se contempla la dinámica interna de los nuevos instrumentos financieros, en particular la evolución de las participaciones en las recaudaciones territorializadas de los grandes impuestos estatales y la evolución de la participación general o Fondo Complementario de Financiación. Con ello, en un último apartado, formularemos a modo de conclusiones, la evaluación de los efectos que previsiblemente van a obtener los Ayuntamientos de las Capitales de Provincia y las Diputaciones Provinciales de Castilla y León. 2.- LA REFORMA DE LAS HACIENDAS LOCALES: NUEVOS INSTRUMENTACIÓN DE LA NIVELACIÓN VERTICAL Y HORIZONTAL. Hasta la aprobación de la Ley 51/2002, los Ayuntamientos Capitales de Provincia y aquellos mayores de 75.000 habitantes instrumentaban su suficiencia financiera, por una parte, con los cinco impuestos municipales: Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), Impuesto sobre vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), Impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO) e Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU), que les confieren una importante capacidad fiscal propia, y con la Participación en los ingresos del Estado (PIE), que actúa como cierre del modelo, nivelando verticalmente las necesidades financieras municipales. La Participación se configura en la Ley, en particular por el establecimiento de una regla de evolución temporal, que la dota de automatismo y la separa de posibles decisiones arbitrarias de carácter político, como un derecho constitucional de los Ayuntamientos. Se trata de una entrega mediata de capacidad fiscal para lograr la suficiencia, que corrige por via indirecta la imposibilidad técnica de dividir el sistema fiscal y de hacer corresponder para cada nivel de Hacienda y, en particular, para las Haciendas Locales, las necesidades y los recursos fiscales autónomos. Con este instrumento se articula la nivelación financiera. El modelo de la PIE en la Ley 39/1988 ha tenido una regulación y vigencia quinquenal, siendo el último periodo regulado el 1999 –2003. Sin señalarlo expresamente, se buscaba una aproximación, con un retardo de dos años, a los modelos de financiación de las haciendas autonómicas. En la PIE deben considerarse, por una parte, el volumen total del instrumento financiero y cómo va evolucionando en el tiempo, y, por otra, la asignación de los recursos a las distintas Entidades Locales. La estimación de necesidades y la correlativa asignación de la Participación se ha venido haciendo mediante la aplicación de las siguientes variables de reparto con la correspondiente ponderación: • 75% en función de la población (número de habitantes de derecho de cada municipio), pero corregidas las cifras mediante la aplicación de coeficientes multiplicadores que están suponiendo una relación directa y creciente de las necesidades de gasto público con los distintos segmentos poblacionales: - más de 500.000 habitantes, ............... coeficiente 2,80 De 100.001 a 500.000 habitantes,..... “ 1,47 De 50.001 a 100.000 habitantes,..... “ 1,32 Etc... • 14% en función del esfuerzo fiscal medio, definido específicamente en las Leyes de Presupuestos Generales del Estado. • 8,5% en función del inverso de la capacidad tributaria propia. • 2,3% en función del número de unidades escolares El volumen inicial de recursos canalizados a través de este instrumento ha crecido en el quinquenio conforme establecía el artículo 114 de la Ley 39/1988: como regla general, se ha aplicado el incremento del PIB a precios de mercado, en términos nominales, entre el año considerado t (años 1999 a 2002) y el año base 1999: PIEMt = PIE M1999 x ∆ PIB t/1999 Se fijaba, en todo caso, un incremento mínimo anual equivalente al experimentado por el índice de precios al consumo (IPC), a 31 de diciembre, entre el año a que se refiere la Participación y el inmediato precedente. La Ley 51/2002 modifica profundamente esta estructura financiera: podemos sintetizar la reforma en dos puntos: la modificación de los tributos locales propios y la división de la anterior PIE en dos bloques financieros, uno nuevo, correspondiente a la cesión de recaudación territorializada de los grandes impuestos estatales, y el residual de la PIE, denominada ahora Fondo Complementario de Financiación. 1º) Modificación de los tributos locales propios La principal novedad se produce en el IAE que, vía exenciones, disminuye radicalmente su potencial recaudatorio. Todas las personas físicas y todos los sujetos pasivos con cifras de negocios inferiores a un millón de euros quedan exentos. Este impuesto cambia su estructura definiéndose un nuevo coeficiente multiplicador a aplicar sobre las cuotas en función de las cifras de negocio, y los anteriores coeficientes municipal y de situación se sustituyen por un único coeficiente de situación. La pérdida recaudatoria será suplida aumentando la Participación en los ingresos del Estado. Como expresamente recoge la Disposición Adicional 10ª de la Ley 51/2002, con la finalidad de preservar el principio de suficiencia financiera de las entidades locales y para dar cobertura a la posible merma de ingresos que aquellas pudieran experimentar como consecuencia de la reforma del IAE, el Estado compensará a las entidades locales por la pérdida de recaudación de este impuesto en el año de su entrada en vigor. Se habilita a los Ayuntamientos a establecer diversos tipos de bonificaciones en el IAE, por creación de empleo, por utilización de energías renovables, a favor de empresas con pérdidas, etc... Esta competencia tributaria relativa a una mayor posibilidad de establecer bonificaciones se extiende a los restantes impuestos municipales, en particular al IBI. Por ejemplo, en este último impuesto, a favor de familias numerosas. No es el objeto de esta comunicación analizar las reformas tributarias de la Ley 51/2002 en los impuestos municipales. Tan solo, en lo que nos ocupa, nos interesa mucho resaltar que, admitiendo que la nueva normativa confiere mayor corresponsabilidad fiscal a las Entidades Locales, ha supuesto una merma de capacidad tributaria propia, por las exenciones del IAE, y una presión negativa sobre la suficiencia financiera derivada de las nuevas potestades regulatorias de bonificaciones tributarias. En definitiva, las Entidades Locales han pasado a depender más de los restantes instrumentos financieros. 2º) La cesión de recaudación territorializada de los impuestos estatales IRPF, IVA e Impuestos Especiales de Fabricación y los nuevos Fondos Complementarios de Financiación. Curiosamente, la nueva cesión de tributos a los grandes Ayuntamientos (también a las Diputaciones) se fundamenta en la exposición de motivos de la Ley 51/2002 en las mayores necesidades financieras que presentan “derivadas de la fuerte presión de la demanda de servicios públicos básicos y obligatorios y una mayor actividad económica que permite un rendimiento más elevado de los impuestos estatales que gravan las distintas manifestaciones de la misma.” Se está admitiendo que los nuevos instrumentos financieros canalizarán un mayor volumen de recursos hacia dichas Entidades Locales, siendo esta tesis tal vez el principal objeto de nuestro análisis y de nuestras valoraciones finales, no excesivamente optimistas. Conviene ya señalar que los nuevos instrumentos financieros no suponen un mayor volumen de recursos para las Entidades Locales. La reforma de las Haciendas Locales no incrementa el volumen de ingresos de los Ayuntamientos y Diputaciones, no implica un mayor “cuánto”, sino que supone una nueva forma de instrumentar el mismo montante financiero. Por tanto, cambia solo el “cómo”se financian. La cesión de impuestos no supone en el año base 2004, en que por primera vez se introduce, ninguna aportación de fondos adicionales para las Entidades Locales. Se ceden a los Ayuntamientos capitales de provincia y a los mayores de 75.000 habitantes los siguientes porcentajes en los impuestos estatales: • El 1,6875 % de la cuota líquida del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. • El 1,7897 % de la recaudación líquida por el Impuesto sobre el Valor Añadido imputable a cada municipio. • El 2,0454 % de la recaudación líquida imputable a cada municipio por los Impuestos Especiales sobre la Cerveza, sobre el Vino y Bebidas Fermentadas, sobre Productos Intermedios, sobre Alcohol y Bebidas Derivadas, sobre Hidrocarburos y sobre Labores de Tabaco. Pero esta recaudación cedida en el año 2004 se va a minorar de la anterior Participación en los ingresos del Estado, la de 2003, actualizada a euros 2004, en función del nuevo indice de evolución establecido para la misma, el del incremento de los ingresos tributarios del Estado en el año (∆ ITE). Tenemos, por tanto, una “envolvente financiera” que actúa como restricción cuantitativa inicial, constituida por: EF = PIE M2003 x ∆ ITE 2004/2003 La parte que los Ayuntamientos no reciban a través de las participaciones territorializadas en los impuestos estatales citados, seguirán percibiéndola como participación general. Para que el cambio, meramente nominal, tenga más apariencia de real, a la nueva PIE residual se la cambia de nombre denominándola Fondo Complementario de Financiación. En el año base 2004, se produce por tanto el siguiente equilibrio estático, que como resulta patente es meramente continuista del modelo anterior en cuanto a su volumen, aunque haya cambiado su instrumentación: PIE M2003 x ∆ ITE 2004/2003 = PIRPFM2004 + PIVAM2004 + PIIEEM2004 + FCFM2004 Evidentemente, el resultado final va a depender de la dinámica interna de los distintos instrumentos. Por otra parte, también aquí, lo mismo que se introdujo en el Modelo de financiación de las Comunidades Autónomas(CCAA) aprobado por la Ley 21/2001, de 27 de diciembre, aparece el que nos atrevemos a llamar “efecto Fukuyama” o de la situación final de los Modelos de Financiación de las Haciendas Territoriales. Hasta ahora, las CCAA y, en su estela, las Corporaciones Locales, han venido aplicando modelos de financiación quinquenales. Las nuevas Leyes nacen orgullosamente con vocación de permanencia. Ya se habría alcanzado el punto final de la evolución de la Hacienda Pública... Un modelo paralelo se diseña y aplica a las Provincias y, en su caso, a las Comunidades Autónomas Uniprovinciales1. A estas entidades se les ceden los siguientes porcentajes de recaudación de los impuestos estatales: • El 0,9936 % del IRPF. • El 1,0538 % del IVA. • El 1,2044% de los Impuestos Especiales sobre fabricación. Con ello su anterior Participación en los ingresos del Estado, que actúa también como envolvente financiera, una vez actualizado su montante al año 2004, se transforma en las 1 Sólo es de aplicación a las CC.AA. que no tengan ya integrada esta financiación derivada de su condición de antigua Provincia en el Modelo general de financiación que se les aplica como Comunidades Autónomas. participaciones territorializadas en la recaudación de los impuestos estatales y en el nuevo Fondo Complementario de Financiación: PIE P2003 x ∆ ITE 2004/2003 = PIRPFP2004 + PIVAP2004 + PIIEEP2004 + FCFP2004 3.- LA SUFICIENCIA DINAMICA DE LOS NUEVOS INSTRUMENTOS FINANCIEROS Después de haber comprobado que el nuevo Modelo es continuista en el año base 2004 con respecto a la situación financiera previa, en cuanto atañe al volumen global de recursos, al haberse centrado la reforma únicamente en la instrumentación, vamos ahora a analizar cual será su suficiencia dinámica. En los años próximos la financiación de cada Entidad Local evolucionará conforme lo haga cada uno de los recursos que hemos señalado. Si se hubiera mantenido la PIE anterior, cambiando únicamente el índice de evolución para hacerlo coincidir con el establecido para las Comunidades Autónomas, la financiación habría dependido de dicho índice y también principalmente de la evolución de las variables población, esfuerzo fiscal, inverso de la capacidad tributaria y unidades escolares2, o de las que se hubiesen establecido en su caso. Con el nuevo modelo, cada recurso tiene una evolución autónoma: 1º) Evolución del rendimiento del porcentaje cedido de la cuota líquida del IRPF estatal. Este rendimiento evolucionará en el tiempo según cómo evolucionen las cuotas líquidas del IRPF de los residentes en el municipio. Con ello cobra una importancia aún mayor para las Haciendas Locales el hecho de la residencia, que ya constituía la principal variable a efectos de reparto de la Participación en los ingresos del Estado (aunque se medía no por la residencia sino por el número de habitantes de derecho de cada municipio, según el padrón). La definición de residencia fiscal reproduce en el ámbito local la normativa del IRPF y de la Ley 21/2001, del nuevo sistema de financiación autonómica. Presumiblemente las bases imponibles y, por tanto, las cuotas líquidas de los residentes de las grandes ciudades crecerán más que las del resto de ciudadanos si se sigue produciendo el sistema de concentración urbana de la riqueza y la renta, pero la otra variable que incide directamente en el resultado, el número de residentes, no tiene una evolución tan clara. La congestión creciente y la carestía de la vivienda son un incentivo claro para la colonización de los alfoces, con el consiguiente efecto negativo para la ciudad cabecera, que deberá prestar tantos o más servicios públicos, financiados por un número estancado de ciudadanos residentes, al haber “votado con los pies” muchos residentes de hecho. 2º Evolución del rendimiento del porcentaje cedido del IVA. 2 En el caso de las Provincias, la Participación en los Ingresos del Estado anterior se asignaba en función de las variables y ponderaciones siguientes: población provincial, el 70% ; superficie, el 12,5% ; población en municipios de menos de 20.000 habitantes, el 10% ; inversa del valor añadido bruto ponderado por la población, el 5 %, y potencia instalada de producción de energía eléctrica, el 2,5%. En este caso el Estado no cede a los Grandes Municipios el 1,7897% (el 1,0538% a las Provincias) de lo realmente recaudado en cada territorio. La forma de devengo y liquidación del impuesto concentra los ingresos tributarios en las zonas en que radican los vendedores, aunque el impuesto lo acaban soportando los consumidores, por lo que resulta imposible una asignación directa. Esta participación territorializada se cuantifica mediante una imputación indirecta. El Estado asigna a cada municipio de la recaudación líquida del IVA (RLIVAt) que no haya sido objeto de cesión a las Comunidades Autónomas una cantidad aplicando el índice de consumo de Comunidad Autónoma (ICit ), ponderando la población de derecho del municipio(PMt) con la de la Comunidad (Pit ): PIVAMt = 0,017897 x RLIVAt x ICit x (PMt / Pit ) El índice IC , de consumo territorial de cada Comunidad Autónoma i en el año t, es el que se utiliza para la participación territorializada homónima de las Comunidades Autónomas. 3º) Evolución del rendimiento del porcentaje cedido de Impuestos Especiales sobre Fabricación. Por unos motivos análogos a los señalados para el caso del IVA, aquí la asignación a cada Gran Municipio del 2,0454% de los rendimientos de los IIEE sobre fabricación (1,2044%, para cada Provincia), tampoco guarda relación con la recaudación territorializada de estas figuras fiscales, sino que se trata de una imputación en función de consumos estimados de los bienes gravados con tales impuestos. La formulación para el caso de los Impuestos sobre la Cerveza, sobre el Vino y Bebidas Fermentadas, sobre Productos Intermedios y sobre el Alcohol y Bebidas Derivadas es: PIIEE(h)Mt = 0,020454 x RLIIEE(h)t x ICi(h)t x (PMt / Pit ) En la que - IIEE(h), es cada uno de los impuestos sobre bebidas alcohólicas, y las restantes variables, las señaladas anteriormente. En las Participaciones en la recaudación de los Impuestos sobre Hidrocarburos y sobre las Labores del Tabaco, los índices de imputación, cuando se dispone de ellos, son mucho más exactos. El artículo 117.3 del RDL 2/2004, de 5 de marzo, del Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, establece, en el primer supuesto, el índice de las entregas de gasolinas, gasóleos y fuelóleos en el término municipal respectivo, según datos del Estado, ponderadas por los correspondientes tipos impositivos; y, en el segundo, el índice de ventas a expendurías de tabaco en el término municipal respectivo, según datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos, ponderadas por los correspondientes tipos impositivos. Si no se dispone de tales datos desagregados de consumos específicos, se aplicarán los índices de consumo de las correspondientes Comunidades Autónomas, con la ponderación poblacional señalada. 4º) Evolución del Fondo Complementario de Financiación. En la evolución de la anterior Participación en los ingresos del Estado intervenían dos componentes dinámicos: - Por una parte, el montante global del instrumento financiero evolucionaba, en el quinquenio 1999-2003, incrementándose como el PIB a precios de mercado, en términos nominales, entre el año a que se refería la Participación y el año base 1999, con un mínimo garantizado igual al índice de precios al consumo de cada año con respecto al anterior. - Por otra, la asignación individual de dicho volumen global se efectuaba en función de las variables que hemos anteriormente reseñado, siendo la principal la población de derecho ponderada con coeficientes. En el nuevo Fondo Complementario de Financiación, solo se establece un índice evolutivo para el montante global y se consolida, con una vocación excesivamente presuntuosa de permanencia, el vector de distribución individualizada. El artículo 121 del RDL 2/2004, de 5 de marzo, Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, establece como índice de referencia el crecimiento de los Ingresos Tributarios del Estado (ITE), índice tomado del que el modelo de financiación autonómica, aprobado por Ley 21/2001, de 27 de Diciembre, fija para el Fondo de Suficiencia de las Comunidades Autónomas. Por tanto, el Fondo Complementario de Financiación de cualquier año t será FCF Mt = FCF M2004 x ∆ ITE t/2004 El FCF M2004 es el correspondiente al año base y se calcula, de acuerdo con la restricción inicial de la envolvente financiera, FCF M2004 = PIEM2003 x ∆ ITE 2004/2003 - Σ PTCM2004 Donde, con la expresión que figura en el sustraendo del segundo miembro, se sintetiza la participación en la recaudación de tributos estatales IRPF, IVA e Impuestos Especiales sobre fabricación. Del mismo modo se calcula y evoluciona el Fondo Complementario de Financiación de las Provincias (artículos. 142 y 143 del RDL 2/2004, de 5 de marzo): FCF Pt = FCF P2004 x ∆ ITE t/2004 FCF P2004 = PIEP2003 x ∆ ITE 2004/2003 - Σ PTCP2004 4.- PREVISIBLES EFECTOS DE LA REFORMA PARA LAS HACIENDAS LOCALES DE CASTILLA Y LEÓN. Expuestos sintéticamente los aspectos más significativos de la reforma de las Haciendas Locales que ha introducido la Ley 51/2002, de 27 de diciembre, en la Ley 39/1988, es el momento de intentar evaluar sus efectos para las Entidades Locales de nuestra Comunidad de Castilla y León. Dicha reforma afecta, en cuanto a la instrumentación dual de la Participación en los ingresos del Estado, a los municipios que sean Capitales de Provincia, o de Comunidad Autónoma, y a aquellos cuya población de derecho iguale o supere los 75.000 habitantes. También afecta a las Provincias. Por tanto, en Castilla y León han pasado a financiarse de este modo los Ayuntamientos de las nueve Capitales de Provincia, así como las nueve Diputaciones Provinciales. El número de Entidades Locales municipales afectadas por la reforma es pequeño, tan sólo 9 sobre un total de 2249, pero su población representa el 42,94%. Vamos a intentar formular, a modo de conclusiones de esta comunicación, algunos de los posibles efectos de la reforma para los Ayuntamientos y Diputaciones de Castilla y León: 1º) La suficiencia financiera tiende a consolidarse en el año 2004, con los valores tendenciales del modelo anterior. O dicho de otro modo, es dudoso que el nuevo modelo de financiación local vaya a proporcionar en el año base márgenes adicionales de suficiencia financiera. Esto es así por la existencia de la “envolvente financiera” que toma como base la liquidación de la PIE en el año 2003, último del modelo anterior. Como hemos resaltado, la reforma se centra en el “cómo”, no en el “cuánto”, y parece seguir fielmente la máxima de Tomaso di Lampedusa de que es necesario que todo cambie para que todo siga igual. 2º) En los nuevos presupuestos locales las Participaciones territorializadas en los impuestos Estatales aparecen en los capítulos 1 y 2, como impuestos directos e indirectos, minorándose por tanto la consignación de la Participación en los ingresos del Estado que históricamente aparecía recogida en el capítulo 4, de transferencias corrientes. En este último capítulo se consigna ahora el Fondo Complementario de Financiación. Estas mayores cifras en los capítulos 1 y 2 no suponen un aumento de la capacidad fiscal autónoma de los Ayuntamientos y las Diputaciones, dada su naturaleza meramente nominal o formal. Como señalan los artículos 112.3, para los Municipios, y 136.3, para las Provincias, del RDL 2/2004, de 5 de marzo, en ningún caso dichas entidades locales podrán asumir competencias normativas, de gestión, liquidación, recaudación e inspección, así como tampoco de revisión, de los tributos cuyo rendimiento se les cede, cuya titularidad y ejercicio corresponderá exclusivamente al Estado. Las entregas de fondos que efectúa el Estado tienen tratamiento presupuestario y contable de devolución de ingresos indebidos, con lo que al final se evita que su recaudación aparezca duplicada en las liquidaciones de los Entes Locales y del Estado. En todo caso los análisis de la evolución de los ingresos de los Presupuestos Locales deberán tener en cuenta la ruptura de las series históricas que se ha producido desde este año 2004. 3º) La evolución futura de la Participación en el IRPF dependerá del crecimiento del número de residentes y de la evolución de sus cuotas líquidas en dicho impuesto. Para juzgar si cabe esperar efectos positivos deberíamos comparar esta evolución esperada con el crecimiento del PIB nominal que tenía antes la PIE a la que ha sustituido. Conviene resaltar que participar en la recaudación de este impuesto es verse directamente afectado por las decisiones de política fiscal que adopte la Hacienda del Estado. En los últimos años, tales decisiones han afectado negativamente a las Haciendas Autonómicas que venían participando en la recaudación territorializada del IRPF. 4º) La evolución futura de la Participación en la recaudación del IVA y de los IIEE va a depender básicamente de cómo crezcan los índices de consumo generales o específicos, casi siempre tomados para la Comunidad Autónoma. Aunque la exposición de motivos resalta como realidad de las grandes ciudades (utilizar el término urbes, como hace la Ley, nos parece excesivo en el ámbito de nuestra Comunidad Autónoma) el tener “unas mayores necesidades financieras derivadas de la fuerte presión de la demanda de servicios públicos” y una correlativa “mayor actividad económica que permite un rendimiento más elevado de los impuestos estatales que gravan las distintas manifestaciones de la misma“, no parece claro que tal vaya a ocurrir en Castilla y León, puesto que los índices de consumo de la Comunidad presentarán casi seguro crecimientos más débiles. En todo caso, de nuevo, la comparación debe hacerse con respecto al crecimiento de la PIE, a la que han minorado, es decir, con respecto al crecimiento del PIB a precios de mercado, en términos nominales. 5º) Tal vez el mejor referente para medir la evolución futura de los recursos fiscales obtenidos vía Participación en el IRPF, en el IVA y en los IIEE sea comparar sus índices con el incremento de los ingresos tributarios del Estado (ITE). Este indicador sirve de senda para los Fondos Complementarios de Financiación y para la PIE de los Ayuntamientos de menos de 75.000 habitantes.