Valoraciones y Creencias Educativas de Adolescentes Catamarqueños. Deslices y Transformaciones. Por Cecilia Evangelina Melendez Licenciada en Ciencias de la Educación. Becaria Tipo II CONICET. Docente cátedra Política Educativa, Dpto. de Cs. de la Educación. Facultad de Humanidades Universidad Nacional de Catamarca. Resumen El presente artículo analiza las valoraciones y creencias de los estudiantes de la provincia de Catamarca sobre la escuela secundaria. El material empírico procede de un cuestionario aplicado en el año 2008 en escuelas públicas y privadas. Los protagonistas del estudio se expresan en un discurso que conjuga transformaciones y deslices de sentido propios del lenguaje adolescente, poniendo de manifiesto desigualdades sociales y escolares. Las valoraciones positivas y negativas del amplio espectro de factores que son objeto de apreciación por parte de los estudiantes se analizan y se discuten a la luz de las transformaciones recientes de la lógica escolar. Finalmente, se consideran las disociaciones o los puntos de vistas divergentes de los diferentes actores, así como aquellos elementos que pueden ser objeto de valoraciones positivas o negativas y la distancia entre las expectativas depositadas en la escuela como única posibilidad de futuro y las condiciones reales de accesibilidad y posición de los estudiantes frente a la tarea escolar. Palabras clave: Adolescencia, Creencias, Escuela Media, Valoraciones Teen’s Valuations And Educational Beliefs. Transformations And Slides Of Sense Abstract This article analyzes students’ valuations and beliefs, in secondary school in the province of Catamarca. The empirical material comes from a questionnaire administered in 2008, in public and private schools, the protagonists of the study are expressed in a speech that combines, transformations and own sense slips teen language, highlighting social and educational inequalities. Are analyzed and discussed the percentages of positive or negative the broad spectrum of factors that are subject to assessment by the students. Finally we analyze the dissociation, or the divergent views of the various actors and elements that can be of positive or negative and the distance between the expectations placed on the school as the only pos sibility for the future and actual conditions of accessibility and position of students against homework. Keywords: beliefs, values, slips Introducción Este articulo responde a la invitación de la revista Arena a reflexionar sobre el tema: Escenarios, sujetos y prácticas, interpelaciones y cuestionamientos al dispositivo escolar a través de sus matrices discursivas que aborda la escuela secundaria desde la perspectiva de los sujetos que la habitan y cómo estos la interpelan a través de sus matrices discursivas. En los últimos años una serie de indicadores socio-sanitarios evidencian una transformación de los sujetos adolescentes. La elevada tasa de embarazo adolescente, los suicidios y el consumo de alcohol y drogas remiten no sólo a situaciones de escasez de oportunidades sociales, sino también a la emergencia de nuevos patrones de comportamiento social y a una transformación de la matriz de valores socio-culturales. Paradójicamente, en el contexto situacional planteado por la crisis interna de las instituciones educativas, la crisis en los procesos de subjetivación e identificación colectiva y la transformación del orden socio-cultural, la escuela media (especialmente la de gestión pública), desde la perspectiva de los estudiantes, podría convertirse en una de las pocas instituciones sociales con posibilidades de contribuir a la integración en la comunidad. El presente artículo se enmarca en el Proyecto de investigación “La construcción de la desigualdad y la diversidad en la escuela media de Catamarca”. En él nos proponemos explorar la experiencia de los jóvenes y sus vivencias en la escuela a través de sus discursos;, analizar los factores macro y micro-estructurales que hacen parte de su universo de apreciaciones, valoraciones y creencias sobre el contexto escolar. Esto nos permite describir cómo ven los adolescentes a la escuela secundaria identificando también sus expectativas, deseos, frustraciones y preocupaciones en torno a la escuela como factor principal de integración social. La base de datos de la investigación fue construida con la información recuperada en cuestionarios aplicados a estudiantes de instituciones escolares de la provincia para estudiar las relaciones complejas entre interpelaciones, experiencias e identidades educativas: sexuales/genéricas, estéticas/estilos de vida situadas en el contexto de las instituciones educativas de nivel medio de Catamarca. Este artículo tiene como material de análisis los discursos de los adolescentes que conjugan transformaciones de palabras y deslices de sentidos que expresan un universo de significaciones, en el que se articulan sus valoraciones y creencias educativas. Abordaje teórico metodológico El material analizado en este artículo pertenece a la base de datos del proyecto que se compone de información recuperada en un cuestionario efectuado en 22 escuelas de nivel medio de la provincia de Catamarca pertenecientes a la ciudad Capital y a departamentos del interior. Algunas de las escuelas seleccionadas pertenecen a la gestión privada, pero la mayoría son de gestión estatal, entre las últimas se cuentan las tradicionales escuelas técnicas. La muestra abarca las expresiones aportadas por 1191 jóvenes. En este trabajo, las creencias educativas de los adolescentes son pensadas como configuraciones que enlazan certezas, juicios y opiniones que guían las acciones individuales. Las investigaciones que se ocupan de conocer y describir las creencias sostienen que las decisiones que las personas toman durante la vida, responden a creencias. Esto sucede también en el ámbito educativo. Las creencias educativas comparten con el común de las creencias una serie de rasgos. Mientras las últimas impactan en la vida cotidiana, las primeras repercuten y transfiguran el escenario de la vida escolar. A continuación presentamos una selección de características generales de las creencias recuperadas por Pajares (1992): Las creencias se forman de manera temprana y tienden a auto-perpetuarse; Las personas desarrollan un sistema de creencias integrado por todas las creencias adquiridas durante el proceso de adquisición de la cultura; la percepción de la persona es mediada por su sistema de creencias; el sistema de creencias fija la selección de tareas y herramientas cognoscitivas; el sistema de creencias conlleva una jerarquización interna que influye en la conducta. (Pajares, 1992 en Ponce Mesa, 2008) La caracterización precedente promueve la idea de un suelo común, que no tan sólo sostiene la conducta de la persona, sino que también la fundamenta y la organiza según las lógicas de sentido forjadas por la propia trayectoria de vida personal. Las creencias de los individuos no son únicamente un conjunto de juicios verdaderos o falsos que adopta el individuo sobre la base de consideraciones racionales, sino que se hallan relacionadas con el estilo de vida de ese individuo (Carr y Kemmis 1984, en Yuni y Díaz, 2009). En este trabajo también exploramos las valoraciones, por cuanto sostenemos que existe una íntima vinculación entre estas y las creencias. La valoración implica la estimación, la apreciación, la puesta en valor de algo. Entender qué factores y en qué escala se ordenan las valoraciones aporta a la comprensión de las creencias, en tanto aquellas influyen en la jerarquización interna que opera en el sistema de creencias. Con respecto al universo de valoraciones de los jóvenes, Marcelo Urresti (2009) señala que las culturas juveniles nacidas en el marco de transformaciones sociales y económicas pos años 60, constituyen un repertorio simbólico de gustos, preferencias y valores a partir de los cuales los jóvenes elaboran proyectos y estilos de vidas con cierta autonomía de los propios padres. Aun así, Schelmenson (2000) sostiene que las formas de ser, los placeres y deseos tempranamente acuñados permanecen. El espacio familiar continúa durante toda la vida como el referente identificatorio a partir del cual las modificaciones se producen. En este juego de reelaboraciones se reemplazan, entrelazan o conjugan las tempranas construcciones subjetivas a través de las cuales los sujetos se relacionan con el mundo escolar y social (Schelmenson, 2000). Una referencia especial merece el uso del lenguaje de los jóvenes que, en el marco de los estudios sobre juventudes, es un tema ampliamente abordado. Es por esto que, nos enfocamos en los deslizamientos de sentido que forman parte de la recreación realizada por los jóvenes en la adhesión a identidades prefiguradas en el ámbito extra local y reconfiguradas en las relaciones de los sujetos mediadas por el contexto próximo en la estética y el lenguaje (tribus urbanas, modelos televisivos, comunidades virtuales, entre otras). Consideramos que esta categoría aporta una clave de lectura para comprender las lógicas en las cuales se teje la configuración de las subjetividades de los adolescentes en el dispositivo escolar. Nuestro interés está puesto en las palabras y expresiones que revelan algunos deslizamientos de sentido en el uso del lenguaje, porque develan la estructura descriptiva de los modos de representar y por lo tanto, se encuentran también ligados a las valoraciones “…en el habla de los jóvenes es común el surgimiento de un lenguaje que connota sus propios valores…” (Machado Pais, 2008:280). El lenguaje de los jóvenes incurre en deslizamientos de sentidos constantemente, al incorporar palabras nuevas y transformar las ya existentes de la mano de las nuevas tecnologías; se incorporan expresiones de uso global que se mixturan con regionalismos locales, en una re lexicalización que permite el fluir de voces. Comprendemos, entonces, que los deslizamientos de sentido del lenguaje llevan implícitas valoraciones. Desde este encuadre es que analizaremos la información aportada por los adolescentes para alcanzar nuestro objetivo de identificar deslizamientos de sentidos y transformaciones de palabras usadas para expresar las valoraciones y creencias de los adolescentes referidas a la escuela secundaria y sus subjetividades en el Nivel Medio de Catamarca. Analizamos las valoraciones desde las percepciones positivas y negativas sobre la escuela que realizaron los estudiantes. Para esto se examinaron las palabras y expresiones registradas en el ítem del cuestionario aplicado, en el que los estudiantes escribieron tres palabras positivas y tres palabras negativas que ellos asocian con la escuela. Mientras tanto, las creencias de los adolescentes son analizadas a partir de las respuestas aportadas por ellos a la pregunta: “Para vos ¿qué significa estudiar?”, pregunta que también forma parte del cuestionario. Para caracterizar la población objeto de nuestra investigación, de 1191 sujetos, señalamos que estos jóvenes definieron el nivel socio económico de su familia de la siguiente manera: nivel socioeconómico muy bajo 1,6 %, nivel socioeconómico bajo 7,4%, nivel socio económico medio-bajo 23,7 %, nivel socio económico-medio-medio 39,9 % nivel socio económico medio-alto 12,0 % nivel socio-económico alto 1,7%. De la lectura de la información anterior se desprende que el mayor porcentaje de auto atribuciones respecto a la pertenencia a un nivel socio-económico se encuentra en el nivel medio-medio al que le sigue el nivel socio-económico medio-bajo, dato coincidente con el perfil de la estructura social catamarqueña (Rosales, 2010). Esto grafica el desplazamiento que en las últimas décadas se ha producido hacia la educación de gestión privada por parte de las familias con mayores recursos económicos, de manera que la escuela pública se configura como el contexto educativo donde acuden quienes no pueden permitirse ir a una escuela privada. Como parte del estudio se realizó una pre categorización temática de los datos textuales para su posterior tratamiento cuantitativo mediante un sistema informático. Este tratamiento se realizó inspirado en el análisis automático del discurso por la extensión del corpus y con la intención de superar las limitaciones en la neutralización de la diferencia de los significantes, asumiendo a las expresiones de los adolescentes analizadas como prácticas de lenguaje. Se combinó con el análisis antes mencionado el estudio de las prácticas del lenguaje que incurren en deslizamientos de sentido, y que, como toda práctica social, están constreñidas y determinadas por lo social produciendo efectos sobre él. Para el abordaje de las creencias y valoraciones de los adolescentes, el procedimiento realizado en el tratamiento de la información se inició con una lectura en la que se localizaron los deslizamientos del lenguaje y contenidos en las respuestas aportadas por los adolescentes. Luego, se trazó una relación entre los deslizamientos y las valoraciones positivas y negativas de los jóvenes con respecto la escuela, para finalmente observar cómo éstas sostienen las creencias de los adolescentes. En este sentido las expresiones de los estudiantes catamarqueños fueron pensadas no sólo como representaciones de la realidad social, sino también, como intervenciones sobre ésta. Según Charadeaux y Maingueneau (2005), a través del lenguaje se ejercen acciones sobre el mundo, acciones sobre uno mismo, sobre el otro y sobre las situaciones; y no sólo como un instrumento de comunicación o como una representación del mundo. Las valoraciones adolescentes sobre la escuela En el conjunto de palabras positivas y negativas que los estudiantes asociaron a la escuela observamos, a primera vista, que las apreciaciones tendieron más a las valoraciones positivas antes que a las valoraciones negativas; sobre un total de 3.907 palabras y expresiones, se registraron 2.308 valoraciones positivas y 1.599 valoraciones negativas. Al momento de realizar la categorización, la coincidencia de factores y elementos puestos en valor trazó una polaridad en cuanto los mismos factores o elementos fueron valorados positivamente por algunos y valorados negativamente por otros estudiantes. Esto de alguna manera permite ver, por una parte, que existe una sensibilidad común hacia algunos de los elementos de la vida escolar que integra el panorama de percepciones de los estudiantes. Por otra parte, este uso de las palabras revela las diversas formas en las que se configuran los elementos produciendo percepciones y valoraciones antagónicas. A continuación presentamos la descripción de las categorías elaboradas: Categoría Dimensiones de la Enseñanza Entre las valoraciones positivas, la categoría que contuvo mayor número de expresiones fue la que denominamos Dimensiones de la enseñanza, con 632 expresiones que los adolescentes asociaron de manera positiva a la escuela, y que refieren específicamente a las situaciones, condiciones y resultados de la enseñanza. Remiten tanto a una valoración de la tarea del profesor (profesores que enseñan bien), el contexto de la enseñanza y las disciplinas que les agradan. En algunos casos se valoró la tarea de los docentes por ejemplo, “buenos profesores”, “me gusta como enseñan” y al conjunto de la institución “tiene buen nivel”, “buena enseñanza”; en algunos casos se valoró positivamente el hecho de ser escuelas técnicas o contar con buenos recursos para la enseñanza. Las valoraciones negativas referidas a la enseñanza son menos, remiten tanto a una valoración de la tarea del profesor (profesores que no enseñan), como a las exigencias del dispositivo escolar o al propio rendimiento (desaprueban) en el contexto de la enseñanza, disciplinas que no les agradan contando entre las expresiones más representativas: “falta de enseñanza”, “los profesores explican mal”, “mala enseñanza de algunos profesores”. La función central de la escuela, la enseñanza, no ha sufrido corrimientos en el esquema de valoraciones de los adolescentes, a pesar de los problemas que la envuelven, esta dimensión recibió un alto porcentaje de valoraciones positivas, lo que se puede considerar como un hilo conductor que sostiene otras valoraciones positivas del cumplimiento del rol docente y la creencia de la escuela como única posibilidad de futuro. Categoría Apreciaciones sobre la infraestructura Estas expresiones refieren a las condiciones materiales del espacio institucional y a los aspectos dinámicos vinculados a la infraestructura, que son percibidos y valorados por los estudiantes. Cuando la valoración es negativa indican la falta de higiene y cuidado. El grueso de las expresiones se orientan hacia el mal estado de conservación de los edificios, a la escasez de los materiales educativos, lo que produce padecimiento, incomodidad y preocupación en el sentido de que lejos de brindar protección, contención o refugio, el estado del edificio escolar produce como efectos negativos preocupación, inseguridad o miedo. Sobre este aspecto algunos estudiantes dijeron“está demacrada”, “resiste”, “está destruida”, “falta de higiene”. Por la conocida crisis edilicia en el sistema educativo, muchas escuelas secundarias comparten el edificio con escuelas primarias u otras instituciones. Esta falta de un espacio propio es parte de las valoraciones negativas de la infraestructura: “no tener nuestros propios establecimientos”, “no tenemos aula”, “poco espacio para estudiar”. En menor cantidad se contabilizaron valoraciones positivas hacia la infraestructura: 238 expresiones se refirieron a las condiciones materiales del espacio institucional y a aspectos positivos de la infraestructura, por ejemplo: “es grande”, “es nueva”, “cómoda”, “confort”. No sorprende la cantidad de valoraciones sobre la infraestructura por parte de los estudiantes, porque ellos se encuentran en una relación más estrecha con el espacio escolar ya que llevan mayor tiempo de permanencia en los edificios y sus espacios; fluyen por el espacio escolar a distintos niveles y a distintos ritmos, estableciendo una discursividad de los cuerpos que dialoga con la arquitectura. Algunas de las expresiones categorizadas como “sensaciones” fueron producto de los modos de habitar el espacio. Específicamente fueron registradas 299 palabras como valoraciones negativas hacia la infraestructura. Categoría Sensaciones producidas al habitar la escuela Las valoraciones positivas que aluden a las sensaciones que experimentan los estudiantes en relación con su experiencia de la vida escolar, se expresan como gozo en general y otras como posición frente a la escuela. En el caso de esta categoría se registraron 397 expresiones, entre ellas: “diversión”, “alegría”, “amor”, “me gusta”, “es buena”. Las sensaciones que los estudiantes experimentan como valoraciones negativas en relación con su experiencia de la vida escolar aluden al malestar subjetivo producido por la experiencia educativa en general (aburrimiento), mientras que otras se expresan como sufrimiento (crueldad). Se contaron 368 expresiones que comunicaron sensaciones como: “aburrimiento”, “sueño”, “ira”, “intolerancia”, “cansancio”. Esto pone de manifiesto una cierta ambivalencia en la forma de apreciar y experimentar la escuela a través del vínculo emocional con la experiencia educativa. Categoría Modalidad de relación con los pares Incluye referencias a la interacción con los pares que producen valoraciones positivas. Hubo 372 expresiones registradas en este sentido. Éstas describieron los vínculos de amistad, solidaridad, compañerismo que se mantienen en el ámbito de la escuela que se expresan básicamente a través de las figuras del “compañerismo” y de los “buenos compañeros”. Las referencias a las modalidades de interacción con los pares que producen efectos negativos (desunión, egoísmos) suman 201 respuestas. Por ejemplo, se registran expresiones tales como: “algunos compañeros son malos”, “chicos antipáticos”, “enemigos”, “falta de compañerismo”. Integran esta categoría las referencias directas a la discriminación y a la violencia en la interacción con los compañeros. Muchos de los estudiantes expresaron en palabras positivas que los que más les gusta de la escuela es el recreo, tiempo de la vida escolar que habilita el uso de otros espacios y propicia el encuentro con los compañeros que aparecen como personajes de alta significación en la experiencia escolar de los adolescentes, como objetos de apego o rechazo (Schelmenson, 2000). Categoría Cumplimiento del rol docente Alude a la valoración que realizan acerca del cumplimiento de las obligaciones formales (horarios, asistencia) e intrínsecas a la tarea docente (dar clase, explicar bien, dar oportunidades). Las respuestas indican más valoraciones positivas que negativas. Reproducimos algunas expresiones de los adolescentes, tales como: “buena enseñanza”, “creatividad en la enseñanza”, “buen material para trabajar”. Aunque fueron cuantitativamente menos significativas, no pueden ser omitidas las expresiones contrarias como valoración negativa: “profesor no da clase como se debe”, “profesores malos”, “que enseñan poco”, “ausencia de profesores”. En la perspectiva de los estudiantes adolescentes los docentes son protagonistas de la escena escolar. Particularmente en esta dimensión, estos son motivadores de las disposiciones de los estudiantes frente a su rol y tarea escolar. El interés por las materias está relacionado con el empeño y la habilidad del docente para la enseñanza, lo que produce en algunos casos valoraciones positivas. Categoría Modalidad de relación con los profesores y figuras de autoridad Incluye expresiones que hacen referencias a las modalidades de interacción que, desde la perspectiva de los estudiantes, producen vínculos y efectos positivos. Se expresa en el discurso en alusiones a: “buen directivo”, “buena relación con los docentes”, “director exigente”. Las referencias a las modalidades de interacción que, desde la perspectiva de los estudiantes, producen efectos negativos fueron expresadas como: “el secretario es malo”, “indiferencia de los directivos”, “los directivos no nos dejan opinar”,“malos directivos”. En esta categoría los adolescentes ponen de manifiesto, una visión de los adultos y de las figuras de autoridad que remiten al modelo formal-tradicionales, en algunos casos estereotipadamente rígidos y autoritarios. A pesar de valorar positivamente el orden institucional y la disciplina, en algunos casos el desempeño de las personas encargadas de la gestión escolar fue valorado negativamente, lo que revela un posicionamiento diferente de los estudiantes frente a la autoridad formal y a los procesos de reconocimiento de la autoridad en tanto sujetos de palabra y participación, reconocidos por los directivos y autoridades institucionales.. Categoría La gestión institucional Esta categoría incluye todas las menciones sobre las lógicas de funcionamiento institucional y el efecto de ese funcionamiento en la vida institucional que se manifiesta a través de la organización o desorden. Esta categoría obtuvo más valoraciones negativas que positivas: “actos mal organizados”, “desordenada”, “ineficiente”. Las valoraciones positivas fueron expresadas como “organización”, “rigurosa”. En consonancia con lo expresado en la dimensión anterior, esta categoría integra el conjunto de demandas a la institución escolar, es decir, devela la necesidad y reclamo de los adolescentes de un clima institucional, la organización de una forma escolar que contribuya a la función central de la escuela: la enseñanza como tarea principal. Categoría Factores que hacen a la accesibilidad y permanencia La valoración negativa refiere a dificultades que perciben los estudiantes para el acceso a la escuela (distancia) y que ponen en riesgo su permanencia (horarios, no dan desayuno). Algunas expresiones en este sentido fueron: “queda lejos”, “salimos muy tarde”, “hay que pagar colectivo”. La valoración positiva de esta categoría refiere a las posibilidades de acceso y permanencia en la escuela en tanto sus servicios se adaptan a las necesidades de los estudiantes y sus familias, tales como “buena atención”, “el horario es perfecto”, “cercana a mi domicilio”. Las expresiones incluidas en esta categoría también forman parte de las demandas estudiantiles y se relacionan con el marco de oportunidades socio-económicas que constituyen posibilidades de inclusión y permanencia en la escuela. Recordemos que la mayoría de los adolescentes se autoposicionaron en los niveles socio-económicos medio-medio y medio-bajo, lo que sostiene las valoraciones positivas cuando transitan escuelas que ofrecen oportunidades y mayormente negativas antes los factores que hacen a la accesibilidad y permanencia. Categoría Posición del alumno frente a la tarea escolar Las valoraciones positivas en torno al cumplimiento de las tareas y obligaciones emergentes del rol de alumno, tales como la responsabilidad o los modos de estar en la situación pedagógica, prestar atención, cumplir, fueron expresadas en palabras de los adolescentes de la siguiente manera: “me gusta estudiar”, “hay que querer hacer las cosas bien”. Las valoraciones negativas aluden al incumplimiento de las tareas y obligaciones emergentes del rol de alumno como no estudiar, no cumplir o a modos de estar ausentes en la situación pedagógica, faltar el respeto, decir groserías, etc. Esta categoría obtuvo más valoraciones negativas que positivas y está directamente asociada a cuestiones de rendimiento escolar (“rendir”, “repetir”, “tener materias previas”) o al sistema disposicional que se pone en juego en la escena escolar (“vagos, “falta de compromiso”, “me escapo mucho”). Las posiciones de los alumnos frente a la tarea escolar, mayormente negativas, descriptas en sus comportamientos evasivos, su pasividad o desinterés cae en contradicción con las altas valoraciones positivas de la escuela en general. El universo de valoraciones en este caso está disociado por la falta de voluntad o la imposibilidad de apuntalar su esquema de valoraciones y creencias positivas con una actitud que favorezca y acompañe la función de la escuela. III. Los deslices de sentido Las expresiones identificadas como deslices de sentido fueron puestas en contextos e interpretadas para luego categorizarlas. La importancia del tratamiento especial de estas expresiones es que su conocimiento nos introduce en el fluir de voces y sentidos desplegados por los estudiantes en su apreciación de la realidad escolar. Como mencionamos antes, estos deslices estructuran las particulares formas de describir y representar la realidad, lo que que adquiere singularidades relacionadas al contexto. Algunos ejemplos de estas expresiones son: “Embolante”, “reveldismo”, “piola”, “se presta para la joda”, “estás mal”, “in extremis”, “capa”, “machete”, “mayoría villeros”, “ordenanzas chupamedias”, “que te tengan con vueltas”, “Los alumnos chetos que tiene la escuela”. Los deslizamientos recogidos en el cuestionario integran el lenguaje cotidiano de los jóvenes. Es posible que al aplicar el instrumento de recolección en el ámbito formal de la escuela, esto haya llevado a los estudiantes a restringir el uso de jergas y expresiones de uso, privilegiadas en otras situaciones. Aún cuando fueron pocos los deslizamientos registrados, el valor de estos es que pasan el filtro de lo aceptado para una comunicación formal escrita y se le atribuye el carácter de deslizamiento compartido. Como se observa en estas expresiones estos deslices son utilizados para indicar el malestar que genera la vida escolar en relación a las dificultades para concitar el interés y la motivación de los adolescentes (embolante, in extremis, rebeldismo), la resolución de conflictos sociales de mayor alcance tales como las diferencias sociales o la misma dinámica burocrática de la organización escolar. Por la gran cantidad de valoraciones positivas en las categorías referidas a la enseñanza, el cumplimiento del rol docente, la modalidad de relación con autoridades, docentes y pares podemos sostener que los estudiantes han interiorizado y resignificado elevadas expectativas y aspiraciones (no sólo en materia de metas educativas, sino de la experiencia escolar como configuradora de su proyecto de vida). No obstante, las valoraciones negativas de la escuela en cuanto a accesibilidad, infraestructura y posición del alumno ponen en cuestión el sentido del optimismo educativo. Sobre la base de esta diferenciación y jerarquización de valoraciones referidas a la escuela se estructuran las creencias educativas de los adolescentes, las que se manifiestan mayoritariamente hacia elevadas expectativas de movilidad social. En el conjunto de opciones ofrecidas a los estudiantes para responder a la pregunta: “Para vos ¿Qué significa la escuela?” el 61,3% señaló que era la única posibilidad de futuro, el 9,3% dijo una actividad agradable, el 7,3% un sacrificio y el 6,0% una obligación. Llama la atención que para 6 de cada 10 adolescentes la escuela sea percibida como la única posibilidad de futuro, lo que la convierte en una de las instituciones sociales en la que se depositan mayores expectativas de progreso y movilidad social. Es evidente que para responder esta pregunta los estudiantes eligieron una opción entre una serie de opciones, poniendo en juego su escala de valoraciones compuesta por una combinación de aspectos positivos y el reconocimiento de limitantes institucionales y sociales que ponen en riesgo su permanencia o afectan sus modos de estar y habitar cotidianamente la escuela. Las valoraciones positivas de la escuela realizadas por los estudiantes sostienen la creencia que la posiciona como única posibilidad de futuro. Recordamos que de 1.191 jóvenes estudiantes que respondieron el cuestionario, 726 señalaron esta opción. En el escenario de transformaciones sociales, las instituciones y espacios destinados a la contención, atención y formación de los jóvenes son escasas, poniendo en el centro de las demandas y expectativas a la escuela media, como la única posibilidad de futuro. Como se señaló anteriormente la opción más elegida al interrogar sobre el significado de la escuela fue que ésta era la única posibilidad de futuro, lo cual revela una proyección más allá de la realidad inmediata de su condición de estudiantes de nivel medio. En este sentido se registraron significativas expresiones que no entraron en las categorías mencionadas pero que se refieren a lo mismo “mejor futuro”, “Seguir adelante”, “Seguir estudiando”, “Seguir la escuela”, “Ser algo el día de mañana”. Las expresiones “y gracias a ella voy a ser algo”, “seguir estudiando”, “salida laboral”, “tener un título” dan cuenta, por una parte, de hasta qué punto se ha introyectado el discurso fundante de la escuela media y, por otra, de que no hay otras opciones posibles para los jóvenes que ubican sus valoraciones en la tensión entre sus anhelos y expectativas y las condiciones materiales que amenazan sus posibilidades. Conclusiones Este trabajo permitió hacer visible el amplio y complejo panorama de elementos y aspectos del dispositivo escolar del nivel medio que son objeto de valoraciones por parte de los jóvenes y que entran en juego en su sistema de creencias. Este trabajo nos permite acceder a ellos y su conocimiento al identificar los deslizamientos de sentido que componen las formas descriptivas que los adolescentes elaboran desde su relación con el lenguaje. Con este panorama se pretende avanzar hacia otras dimensiones de nuestro problema de investigación en nuevas indagaciones. La manifestación de una amplia cantidad de sensaciones y modalidades de vínculos que fluyen en las apreciaciones y valoraciones de los estudiantes, describe una escuela atravesada por nuevas formas de percepción y participación que desafían la lógica tradicional de la escuela secundaria. Los estudiantes habitan la escuela con sus cuerpos, sus emociones y expectativas, desde allí realizan sus valoraciones y en ellas fundan sus creencias sobre esta institución en la cual depositan sus anhelos y proyecciones de futuro. Del análisis realizado se desprende que a pesar de las investigaciones que sostiene que la escuela ha perdido su lugar como elemento suficiente para impulsar el ascenso social de un sujeto o una familia (Urresti, 2008). Desde la perspectiva de los adolescentes la escuela sigue siendo en su universo de valoraciones y representaciones un elemento integrador de las diferencias sociales y en el que depositan sus demandas y expectativas. Los estudiantes consultados señalan multiplicidad de elementos que son objetos de valoraciones desde las condiciones concretas y materiales como el estado de la infraestructura, los materiales y las condiciones de higiene la escuela, como a la disposición para la tarea, al comportamiento en las modalidades de relación con los pares, docentes y autoridades. De manera que, como señalan Dubet y Martuchelli (1998), la experiencia colegial está dominada por un estallido de dimensiones que la estructuran. Otro aspecto a resaltar de estos hallazgos, es que los mismos elementos de la experiencia escolar son valorados polarizadamente, es decir, que un mismo elemento como la exigencia y la forma de enseñar de los profesores puede ser valorado tanto positiva como negativamente, lo que remite a los modos de estar y habitar subjetivamente la escuela. Es en la relación subjetiva y en el posicionamiento que adopta cada estudiante frente a la experiencia escolar donde se configuran sus modos de estar y se estructuran sentidos sobre la experiencia escolar. El fondo de estos posicionamientos lo constituyen las creencias sobre la incidencia de la escuela media en la definición de un futuro y del papel educador de la escuela, estrechamente vinculado a la enseñanza. Las valoraciones negativas de las dimensiones de la enseñanza, la infraestructura y la accesibilidad reclaman una mayor atención en tanto que son percibidos como los estudiantes como factores que afectan su permanencia en la escuela media. Generalmente, el discurso de la gestión escolar presta escasa atención a los efectos que las condiciones materiales de la escuela y las aulas afectan las disposiciones y actitudes de quienes las habitan. Podemos señalar, al igual que Tessio Conca y Pisano (2009), que los problemas que afrontan las escuelas que atienden a los sectores populares son múltiples y van desde estructuras edilicias deterioradas con equipamientos insuficientes y baja formación de los docentes, hasta la irrupción de situaciones vinculadas a la violencia. Estos aspectos fueron expresados por los adolescentes consultados, poniendo en evidencia la segmentación simbólico-material del nivel medio, en tanto algunos han descrito a sus escuelas como buenas en términos cualitativos referidos a los procesos pedagógicos (“buena enseñanza”, “es bueno el nivel)”, mientras que otras escuelas han sido etiquetadas por los propios estudiantes como malas, con una “enseñanza mediocre”, que “no nos prepara para el futuro”. En nuestro país, a partir de la década del 80, surgen estudios que analizan el papel de la escuela en la reproducción de las desigualdades. La investigación educativa local observa la dinámica de las instituciones y los circuitos diferenciados de calidad educativa que se imparte (Braslavsky, 1987; Filmus, 1998). De este modo, nuestro estudio revela que la segmentación es percibida por los estudiantes en su esquema de valoraciones y de otorgamiento de sentido a la experiencia escolar. A diferencia de la supuesta pérdida de interés de los estudiantes por la escuela secundaria, en las respuestas ofrecidas encontramos una demanda de mayor exigencia, más horas de clases, reclamos por la ausencia de los profesores y por sus falencias didácticas. Aunque también se expresa una falta de disposición a la tarea escolar y muchas sensaciones de aburrimiento, cansancio y sueño por parte de los estudiantes. La respuestas de los adolescentes catamarqueños denotan una tensión entre las demandas, aspiraciones y expectativas puestas en la escuela a la que ven como única posibilidad de futuro y unas condiciones de accesibilidad y permanencia adversas, combinadas con un estado de desánimo y falta de entusiasmo en su rol como estudiantes. La mayoría de valoraciones positivas sobre la escuela evidencia la consolidación de esta institución en la sociedad a pesar de los profundos cambios que pueden poner en riesgo su rol como elemento de integración y ascenso social. Sigue siendo percibida por los estudiantes como única posibilidad de futuro, lo que pone en evidencia su eficacia para instalar en la conformación subjetiva de los adolescentes la creencia central de que la escuela no ha perdido su rol como principal elemento integrador de la sociedad y que se manifiesta en la valoración de los títulos escolares como medio necesario para el acceso al mundo del trabajo o los estudios superiores. Para el cierre de este artículo, queremos retomar la idea de las altas valoraciones positivas de la escuela en la dimensión de enseñanza como hilo conductor que estructura un esquema de valoraciones positivas y negativas de los elementos materiales, simbólicos, emocionales y relacionales de la experiencia escolar, en el que los adolescentes ponen en juego sus apreciaciones sobre un amplio espectro de elementos que componen el paisaje escolar, ubicando como protagonistas a los docentes, los directivos y los pares. Como se dijo no quedó exento de valoración el escenario en el cual estos actores se desenvuelven, ocupando un lugar significativo la infraestructura escolar. Este juego en el que se expresan demandas y tensiones, en el marco de las lógicas escolares, (por ejemplo, demandas a la gestión, al cumplimiento del rol de docentes y estudiantes, de mejoras edilicias), que escenifican lógicas juveniles contrapuestas de fuerte emotividad (sensaciones de agobio, aburrimiento y demandas de contención y comprensión) sostienen la creencia de que la escuela es la posibilidad de un futuro mejor para estos jóvenes. En esas tensiones los adolescentes habitan el espacio educativo y transitan su experiencia escolar sostenidos por la creencia de un futuro que la escuela (aún en condiciones adversas) marque positivamente. Bibliografía CHARAUDEAU, Patrick y MAINGUENEAU, Dominique (2005) Diccionario de Análisis del discurso. Buenos Aires Amorrourtu Editores. 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