Aqui y ahora en Gestalt_1

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EL AQUÍ Y AHORA
PRESENTE: “EL AQUÍ Y AHORA”
“Toma años el llegar a centrarse,
demora más que años el entender lo que es el estar ahora”.
Nada ocurre si no ahora, el pasado ya no existe y el futuro aún no es.
La Gestalt comparte con las disciplinas espirituales de Oriente y con los grupos de
encuentros occidentales la filosofía del aquí y ahora.
Claudio Naranjo ha señalado los antecedentes de este principio gestáltico en la
meditación budista y en la filosofía hedonista (“el carpe diem” de Horacio).
En Gestalt se intenta evitar todo lo que no está o no se desarrolla en el presente;
incluso si el conflicto que aparece hace referencia a una experiencia del pasado o a un
temor del futuro, se trae ese material al aquí y ahora porque solo en el presente se
puede llevar a cabo la integración.
El presente hace fluir el auténtico aprendizaje, el cual no es computar información
para adecuarla a nuestros conceptos, sino descubrir, con todo el riesgo que conlleva,
nuestra propia capacidad, nuestro potencial y nuestro apoyo. Esto se refiere al
presente: actuar en lugar de imaginar, como se hace en Gestalt cuando se le propone a
la persona que está trabajando que compruebe sus fantasías, que contraste con el
grupo, que exprese lo que teme como catastrófico, etc.
Estos son los pilares sobre los que se apoya la Gestalt: el ahora y el cómo.
Ahora abarca todo lo que existe, incluye el balance de estar aquí, el vivenciar, el
compromiso, la toma de conciencia. El cómo abarca todo lo que es estructura,
conducta, todo lo que realmente está ocurriendo, el proceso que transcurre.
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El aquí y ahora subraya el aspecto específicamente fenomenológico de la Gestalt,
vinculado mas al cómo que al porqué, privilegiando la descripción de los fenómenos
por encima de su explicación. “Un regreso al discurso sobre las cosas, a las cosas en sí
mismas, tal como se presentan verdaderamente, al nivel de los hechos vividos,
anterior a cualquier elaboración conceptual deformante” (Husserl, 1970). La
fenomenología subraya la importancia de los factores subjetivos e irracionales, la
experiencia inmediata vivida, con su sensación corporal única para cada persona. El
cómo se trasluce sobretodo en la postura y los gestos (conscientes e inconscientes), en
la respiración, los tonos de voz, etc.
El trabajo sobre el ahora no prohíbe en absoluto la evocación de los recuerdos, los
temores o los proyectos, que puedan presentarse espontáneamente, de manera
consciente o no: están presentes ahora en el espíritu o en el corazón, y nutren la
vivencia actual.
El terapeuta y el cliente están atentos a cualquier azar de la relación que se desarrolla
en el aquí y ahora.
Ejemplo: Si colocamos un disco en el fonógrafo, el sonido aparece cuando el disco y la
aguja hacen contacto. No antes...ni después. Si pudiéramos borrar el pasado inmediato
o la anticipación de lo que vendrá de inmediato, nos sería difícil entender la música del
disco que estamos escuchando. Pero si borramos el ahora, entonces no hay nada. De
modo que no importa si estamos recordando o anticipando, de todas maneras lo
hacemos en el aquí y ahora.
¿Para qué el aquí y ahora y no el futuro o el pasado?
¿Alguna vez has experimentado, hecho, pensado o sentido algo fuera del “ahora”?
¿Crees que alguna vez lo harás? ¿Es posible que cualquier cosa ocurra o sea fuera del
“ahora”? La respuesta es obvia ¿no?
Nunca nada ocurrió en el pasado, ocurrió en el ahora. Nunca ocurrirá nada en el
futuro; ocurrirá en el ahora.
Lo que consideramos el pasado es una huella de la memoria almacenada en la mente
de un ahora anterior. Cuando recordamos el pasado, reactivamos una huella de la
memoria, y lo hacemos ahora. El futuro es un ahora imaginado, una proyección de la
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mente. Cuando llega el futuro, llega como el ahora. Cuando pensamos en el futuro, lo
hacemos ahora. El pasado y el futuro obviamente no tienen realidad propia.
Del futuro no sabemos nada, no podemos vivenciarlo, experimentamos una visión de
futuro, pero esto ocurre en el aquí y el ahora. Nos imaginamos, anticipamos un futuro
porque nos da miedo. Llenamos la brecha con cualquier cosa antes de permitirnos la
posibilidad de estar abiertos al futuro. Resulta increíble el que pudiéramos vivir sin
metas, sin preocupación del futuro, llenamos este vacío con cualquier historia antes de
estar abiertos a que vaya ocurriendo.
Es realmente difícil aceptar que todo existe en el presente momentáneo. El pasado
existe e importa tan sólo como parte de la realidad presente; cosas y recuerdos acerca
de los cuales pienso ahora como pertenecientes al pasado. La idea del pasado es útil
algunas veces, pero al mismo tiempo no debo perder de vista eso, que es una idea, una
fantasía que tengo ahora. Nuestra idea del futuro es también una ficción irreal, aunque
algunas veces de utilidad, cuando lo asumimos como un ensayo y sólo como eso. Tanto
nuestra idea del futuro como nuestra concepción del pasado se basan en nuestra
comprensión del presente. El pasado y el futuro son nuestras concepciones acerca de
lo que precedió al momento presente y lo que presagiamos que seguirá a lo actual. Y
todo este adivinar ocurre AHORA.
Técnicas gestálticas para centrarse en el presente:
Una de las técnicas de uso habitual en los ejercicios gestálticos para centrarnos en el
aquí y ahora es la presentificación. Así es como se trabaja el pasado, el presente, la
fantasía en general, los sueños. Como hemos comentado antes, trayéndolos al
presente. Se trata de describir aquello que nos pasó como si nos estuviera pasando.
El continuo atencional es otra técnica gestáltica que se basa en tratar de ser
consciente de aquello que me pasa todo el rato. “Ahora siento…. Me doy cuenta de…”
El “darse cuenta” es uno de los pilares de la terapia Gestalt y otro mecanismo que
utilizamos para estar presentes. La atención y aceptación de la experiencia van ligadas
a esta vivencia del presente. El darse cuenta es siempre aquí y ahora, ya que se trata
de estar alerta en contacto con uno mismo, de percatarse de lo que pasa en tanto a
uno mismo y al mundo. El darse cuenta supone enfocar en tres posibles zonas:
-
Darse cuenta de la zona interna: Es el contacto sensorial actual con eventos
internos, con lo que ocurre sobre y debajo de nuestra piel, poner la auto
observación en uno mismo (sensaciones térmicas, kinestésicas, sentimientos,
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estados de ánimo y su evolución, tensiones musculares, movimientos,
sensaciones molestas, escozores, temblores, sudoración, respiración, etc.)
En este momento siento la presión de mi dedo índice, mayor y pulgar sobre mi
ordenador al escribir; siento que deposito el peso de mi cuerpo sobre mi codo
izquierdo; siento mi corazón late, que mi respiración se agita, etc.
-
Darse cuenta de la zona externa: percibir el entorno, captar la realidad con
nuestros sentidos utilizados al máximo. Lo que en este momento veo, toco,
palpo, degusto o huelo. Es lo obvio, lo que se presenta de por sí ante nosotros.
En este momento veo mi lapicero deslizándose sobre el papel formando una
palabra, escucho el ruido de los carros pasando por la avenida, huelo el
perfume de una joven que pasa por mi lado, siento el sabor de una fruta en mi
boca.
-
Darse cuenta de la zona intermedia: Esto incluye toda la actividad mental que
transcurre más allá del presente: todo el explicar, imaginar, adivinar, pensar,
planificar, recordar el pasado, anticiparse al futuro, etc. darse cuenta de las
distorsiones en general.
En este momento me pregunto qué haré mañana por la mañana, ¿será algo
útil, bueno? En Gestalt todo esto es irrealidad, fantasía. Aún no es el día de
mañana, y no puedo saber y decir nada acerca de ello. Todo está en mi
imaginación; es pura y simple especulación, y lo más saludable es asumirlo
como tal. Son ejemplos los prejuicios, fobias, paranoias…
Preguntas para estar en el aquí y ahora
• ¿Qué estás haciendo ahora?
• ¿Qué sientes en este momento?
• ¿Qué estas tratando de evitar?
CAMBIAMOS EL "POR QUE" POR EL "COMO"
El “para qué” o el “cómo” es el aquí y ahora… (Ante el “por qué”, que te lleva
estrictamente al pasado o al futuro.)
Al preguntar por qué lo único que se consigue es alguna racionalización o
"explicación". El por qué acarrea una explicación ingeniosa, jamás un entendimiento
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cabal. Además, nos aleja del aquí y ahora y nos introduce en el mundo de la fantasía;
nos saca de lo obvio para teorizar.
Perls consideraba que las palabras, cuando se utilizan para "explicar" y alejarse de lo
evidente o de la realidad, son más una carga que algo útil.
El por qué sólo nos conduce a interminables y estériles investigaciones de la causa de
la causa de la causa de la causa.
Vivir en el ahora tratando de darnos cuenta de cómo lo hacemos.
Cómo entrar profundamente en el ahora
Según Eckhart Tolle el mayor obstáculo para experimentar el aquí y ahora es la
identificación con la mente. La identificación con nuestra mente crea una pantalla
opaca de conceptos, etiquetas, imágenes, palabras, juicios y definiciones que bloquea
toda relación verdadera. Se interpone entre nosotros y nuestro propio yo. Creemos
que somos nuestra mente y ese es el mayor engaño.
Para poder liberarnos de nuestra mente, el primer paso que propone Tolle es el de
observar al pensador, escuchar tan frecuentemente como podamos la voz que habla
dentro de nuestra cabeza, sin juzgar, escuchar imparcialmente. Entonces nos damos
cuenta de que la voz está allí y nosotros aquí, observándola, y esta comprensión surge
mas allá de la mente, ya no es un pensamiento. Y el pensamiento pierde su poder
sobre nosotros. Cuando el pensamiento se aquieta podemos experimentar la
presencia plenamente.
Las cosas son como son, eso es todo.
El perdón del presente es aún más importante que el perdón del pasado. Si perdonas a
cada momento y aceptas que sea como es, no se creará una acumulación de
resentimiento que haya de ser perdonada más adelante.
Haz lo que tengas que hacer. Entre tanto, acepta lo que es.
Como mente y resistencia son términos sinónimos, la aceptación te libera
inmediatamente del dominio de la mente y te vuelve a conectar con el Ser.
El resultado es que las motivaciones típicas que mueven el ego a actuar, miedo,
avaricia, control, defensa o alimentación del falso sentido de identidad, dejan de
operar. Una inteligencia mucho más amplia que la mente se hace cargo de las cosas,
de modo que en tu hacer fluirá otra cualidad de conciencia.
Mediante el perdón, que en esencia significa reconocer la insustancialidad del pasado
y permitir que el presente sea como es, el milagro de la transformación ocurre dentro
y también fuera. Un espacio silencioso de intensa presencia surge en ti y a tu
alrededor.
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Disuelves la discordia, sanas el dolor, despejas la inconsciencia (sin hacer nada)
simplemente siendo y manteniendo esa frecuencia vibratoria de la intensa presencia.
Vivir en presente significa ser, dejarse estar, no estar atento a lo que pueda ocurrir ya
que eso significa no estar. A veces queremos anticipar una respuesta y estamos
esperando la oportunidad para hablar, a veces nos atropellamos para contestar antes
de que el otro acabe de comunicar, en definitiva aquí y ahora implica escucha,
atención y presencia.
Estar en el ahora implica responsabilidad con uno mismo y compromiso con el otro.
Estar aquí es estar en el darse cuenta, vivir la experiencia en libertad de la intromisión
de un pasado que ya se fue, o de la angustia de un inimaginable futuro.
Consejos para estar aquí y ahora
Cuestionario que nos ayuda a darnos cuenta, a poner consciencia de nuestro aquí y
ahora. Son unas preguntas para hacernos constantemente, siempre hay que revisar la
calidad de nuestra presencia.
1) ¿Qué significa esta escena/contexto?
En el momento en que estés experimentando una situación, detente por un momento,
observa la escena que estás vivenciando y pregúntate cuál es el significado que tiene
para ti. Todo lo que se hace puede servir de ejemplo: - Si estás viendo un paisaje,
pregúntate qué significa este paisaje para ti, sal del lugar común. Percibe con mayor
nitidez lo que estás sintiendo y qué puede estar simbolizando por dentro tal vivencia.
Si estás en contacto, conversando con otras personas, si estás dirigiéndote al cine, etc.,
todo y cualquier segmento de tu día es susceptible de este cuestionamiento.
Pregúntate sin críticas o enjuiciamiento, y deja que venga lo que tenga que venir. Mira
si estás cómodo en la experiencia/segmento que estás vivenciando.
2) ¿Quién eres tú?
¿Por qué estás conmigo en esta escena? ¿Qué significas para mí, qué representas y por
qué? ¿Mis sensaciones para contigo tienen que ver con la representación que tú tienes
para mí y/o tienen significado de realidad concreta con aquello que tú realmente
estimulas?
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3) ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Para qué?
¿Tiene sentido para mí el estar aquí? Para qué; y dependiendo de la respuesta,
pregúntate cuál es tu deseo genuino. Fíjate en que no pocas son las veces en que las
personas están haciendo cosas que ni siquiera tienen la obligación de hacer y no se
dan cuenta de que están insatisfechas, actúan por hábito, aunque infelices. Si percibes
que estás en ese caso en algunos de los segmentos de tu día... ¡despierta! A partir de
esta percepción serás apto para tomar las riendas de tu vida y decidir con mayor
claridad lo que de hecho es bueno para ti.
4) ¿En qué tiempo estoy?
Esta pregunta requiere más atención. Por más increíble que pueda parecer, podemos
estar vivenciando una situación en medio de un todo emocional, impulsos,
sentimientos, pensamientos y, si nos cuestionamos, a veces podremos sorprendernos
al percibir que, o estamos exagerando en todo, o inhibiéndonos. Si estás con tu mente
abierta, esta pregunta podrá conducirte a recuerdos tuyos en situaciones pasadas y en
las que, sin darte cuenta, haces asociaciones y reaccionas de modo semejante en el
acontecimiento actual. Entonces percibes que tu acción está situada, por ejemplo, diez
años atrás... O bien, ampliando todavía más, puedes incluso pensar que estás en un
tiempo futuro tuyo, respondiendo al acontecimiento tal como si ya hubieses
conquistado o perdido algo. La gran cuestión, sin embargo, es que los tiempos están
todos entrelazados, y en ellos presente, pasado y futuro forman parte de una misma
trama emocional. La clave es que asocies las imágenes y simultáneamente percibas el
status emocional evocado.
5) ¿Estoy físicamente en este lugar? ¿Cuál es la calidad de mi presencia en
este lugar?
Todos nosotros en algún momento ya hemos pasado por esto que exponemos a
continuación: Tú estás participando de un evento cualquiera o de una conversación y
repentinamente te imaginas en una playa, tomando agua de coco. Entonces percibes
que has dejado de escuchar y de participar en la escena que supuestamente estarías
vivenciando de modo físico. Es importante darnos cuenta de cuánto no estamos
presentes en la situación ¿Puede ser que sea porqué la situación es mala para mí?
¿Puede ser que yo tenga un vicio emocional de distanciarme siempre de mis
experiencias de vida? ¿Puede ser que ciertas situaciones me inviten a evadirme? Es
importante ser consciente de esto que nos pasa. Y si se trata de esto, valen más
preguntas al respecto, recordando que todas las preguntas formuladas en este breve
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ejercicio se retroalimentan, es decir, no existe una secuencia jerárquica para los
cuestionamientos.
6) A partir de las respuestas obtenidas, cuestiónate: ¿Qué deseo hacer ahora?
Habilítate a desempeñarte con lo mejor de ti.
Hacernos este cuestionario varias veces al día nos ayudará a darnos cuenta más
lúcidamente de cómo es nuestro aquí y ahora y a poder estar más presentes con ello.
Meditación
La meditación es una herramienta para poder introducirnos en el aquí y ahora
consciente. Es una vía que nos ayudará a practicar el dejar la mente a un lado, dejar de
escuchar al pensador y concentrarnos en nosotros mismos.
Las técnicas de aproximación a la meditación varían desde las que se basan en
observar la respiración, en visualizar algún pensamiento positivo o imagen inspiradora,
enfocar algún objeto o imagen (como un mándala), las invocaciones, hasta las que se
basan en tipos de compleja «alquimia espiritual». También existen las meditaciones sin
objeto, desenfocando la tensión mental. Se dejan fluir las sensaciones, emociones,
impulsos y energías corporales, normalmente sin intervenir en ellas pero tampoco
dejándose llevar o enredar, de manera que muestran finalmente una tendencia a
reordenarse por sí solas; aunque existen métodos de reflexión y técnicas de
concentración en que la conciencia las puede manejar.
Cerramos los ojos,... nos aquietamos, centramos la atención en la respiración,....
Solamente... vamos a pensar en el aire..., en como el aire entra y sale, por la nariz..., el
aire entra y sale por la nariz....
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La Relación terapéutica del aquí y ahora en terapia Gestáltica:
La evolución de las escuelas psicoterapéuticas, desde el psicoanálisis clásico hasta las
psicoterapias contemporáneas, ha representado un movimiento gradual en cuanto a la
importancia del tiempo que vive el ser humano. Se enfocó primero el pasado
(Psicoanálisis), después el presente (Conductismo) y se llegó por último al momento
inmediato (Humanismo). A esta última corriente pertenece la Gestalt, que es una
concepción “a –histórica”, el hombre con su experiencia inmediata, en el aquí y ahora.
En la terapia Gestáltica nada existe, sin considerar previamente el “aquí y ahora”. Para
que el paciente llegue a sentir, a experimentar el “aquí y ahora”, se comienza a
trabajar con sus sensaciones (audición, visión, tacto, tono de voz, etc.). Esta definición
fenomenológica de la terapia Gestáltica contempla que el proceso que nosotros
vivimos es singular, es única y exclusivamente nuestra experiencia.
Un proverbio oriental describe con gran sabiduría y el significado que tenemos que
vivir en el momento existencial presente:
“No pienses en las cosas que fueron y pasaron.
Pensar en lo que fue es añoranza inútil.
Pensar en el futuro, es impaciencia vana.
Es mejor que de día te sientas como una
chaqueta en la silla.
Que cuando llegue el comer abras la boca.
Que cierres los ojos cuando te llegue el sueño”.
Es posible que la mayoría de personas se sorprendan y pregunten, si esto no es lo
mismo de lo que hacemos todos los días. La verdad no es así, la mayoría de la gente no
toma contacto con lo que está haciendo. Cuando comen pueden estar ausentes
mentalmente, viendo televisión o preocupados por otras fantasías y cuando duermen
muchos no se abandonan, no están realmente durmiendo, están pensando en
conflictos y problemas cotidianos. El signo supremo de un ser humano completamente
integrado es que no tenga una mente dividida, es decir que cuando coma, coma, que
cuando duerma se abandone y cuando rece se comunique consigo mismo y con el ser
supremo.
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Todo esto significa en “contacto con”, es decir estar en contacto con el propio “self”,
con el propio cuerpo, con la propia respiración, con las actitudes corporales e incluso
con las contracciones musculares. Todo ello se conoce como el fenómeno de
centración. La centración es una postura mental que proviene de la filosofía oriental,
consiste en estar alerta de sí mismo, dejando ir al organismo sin empujarlo ni frenarlo.
Las alteraciones severas de la personalidad se caracterizan por la orientación espacial
de la persona en uno de los tiempos existenciales (pasado, presente, futuro) debido al
aislamiento de cada uno de ellos de los otros dos o la confusión de los tres. Mantener
a los seres humanos en contacto con el “aquí y el ahora” no significa que no exista la
posibilidad de tener en cuenta su historia pasada. Cuando trabajamos los ensueños en
terapia Gestalt, el paciente revisa el ensueño como si éste estuviera viviendo en el
presente; con el uso del “aquí y el ahora” logramos integrar esas partes rechazadas,
convirtiéndolas en partes integrantes de nuestra personalidad, asimilándolas y
utilizando su energía.
Es necesario recordar que una psicoterapia es buscada en primer término, no para
esclarecer un pasado inmodificable, sino a causa de una insatisfacción en el presente y
un deseo de mejorar el futuro.
La importancia del aquí y ahora en Gestalt reside en que es usado integralmente con
otros principios gestálticos, tales como: la formación de la figura, el darse cuenta y
tomar conciencia, la movilización, la acción y la toma de contacto. En esto reside la
aplicación capital de la psicología Gestalt; en la que el todo es más que la suma de las
partes. El todo en Gestalt surge con el ciclo de la experiencia o de las necesidades,
trabajadas en sus diferentes fases, desde la sensación de una situación, hasta su
resolución, retirada, cierre y reposo; todo ello en el “Aquí y el Ahora”.
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