INTRODUCCIÓN AL "FENÓMENO HUMANO" (II) Arturo

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INTRODUCCIÓN AL "FENÓMENO HUMANO" (II)
Arturo Gaete, s, j .
Desde hace cerca de un siglo los historiadores se
esfuerzan por ¡clac i un ¡ir, acercar y a la vez distinla Historia Natural y la Historia Humana. Con
"ya sea qu¿ SÍ; trate tic Tuynbec o de Spengler,
la evolución social humana es tratada u la manera
biológica, pero sin dejar por esto de ser mantenida
Fuera y aparte de la Biología. Dominio de la Zoología y dominio de la Cultura: dos compartimentos
misteriosamente similares, tal vez, en ¡as leyes de MI
ordenación, pero a pesar de lodo dos mundos diferentes. Tal es el dualismo en el cual los más organici.stas de los historiadores (sin admiración ni molestia, por lo demás) parecen definitivamente detenidos';. »
Teilhard se propone reducir a la unidad ambas
historias y para esto introduce las dos hipótesis de
que hablamos en la primera parte ile este artículo.
£1 hombre es un animal racional o un espíritu encarnado. Se pensaba que sólo el Espíritu tiene historia y que ésta comienza con el primer hombre.
Ambas aserciones piden revisión. En realidad, hay
umi "pre-historia" dd Espíritu y una "post-historia" del Animal. Elemental y adormecida, la "Conciencia" ha estado operando en el Universo no ya
desde el primer paleolítico, sino desde el primer
momo d.- hidrógeno, (primera ¡lipóiesis) Pero no
;,olo el Espíritu es sujeto de historia; también lo es
el Animal que hay en nosotros. Y esta 'historia tiene
una peculiaridad interesante: la evolución del animal no termina nunca en el individuo sino en la
especie y allí culmina en el fenómeno social (segun-
da hipótesis). De! mismo modo sucede en el hombre;
su evolución no termina con la producción tic un
sistema nervioso aplu para sobrellevar al espíritu,
sino con la unificación de toda la humanidad en una
sola sociedad. Es decir, realiza el deslino d-'l animal
en el más alto grado pusible. A la luz de estas hipótesis vemos cómo se unifican ambas historias: la
historia del Espíritu ha sido largamente balbuceada
por el Cosmos, la historia del Animal halla en el
Hombre su coronación espléndida. Historia Natural
e Historia Humana no son sino dos faces de una
misma historia: la de la materia total en su esfuerzo ascendente de complejidad y de conciencia.
Los movimientos elementales de la Villa
Volvamos airas para considerar la fiyura general
de la Evolución en el largo trayecto entre el Paso
de la Vida y el Paso de la Reflexión.2
El fenómeno vita! se produce cuando un corpúsculo pnne en ejercicio la capacidad de centrar
más y más materia sobre si sin dejar de ser él mismo. La Vida es una de las fuerzas de mayor putencia
expansiva que hay en el Universo; tiene el poder de
contagiar líela a todo lo que la rodea. La célula absorbe las substancias inertes del medio ambiente y
las incorpora en el torbellino de reacciones vitales
que se disarrollan en su interior. Llega un momento
en que el núcleo ya no puede controlar la cantidad
de materia alojada en el citoplasma. Se pensaría que
2
1
Lo Groupe Zuolugtque Humuln, p. 115 (102-1U3).
102
En el .irTiculu anterior <N° 145, Diciembre 19651 por un error
cU- imprenta se habta dus veces deJ Paso di- la Vida al iinal
du la página 691. Debe Iccrst el Paso ik- la Rcfle«¡on.
el movimiento va a detenerse. Pero eso no sucede:
la célula simplemente se divide en dos semejantes a
.lia y el proceso reparte. Y asi indefinidamente.
Más Ja Vida no es una fuerza descontrolada que
avanza a la manera del incendio o del vendaval. Las
células se mulliplican; p¿ro en lugar de amontonarse en macizos informes como en la proliferación cancerosa, se asocian en orden a un bien común, con
una ingeniosidad insospechada.
En la Naturaleza, parecen sobrevivirse unte nuestros ojos iodos los estadios de esta marcha, Halaría
no terminada, hacia la unificación o síntesis de los
productos, sin cesar acrecentados, de hi Repruducck'm
viviente. En la base, el simple agregado, CUMIO existe
entre los BacUrios y los Hongos inferiores En un
¿irado superior, la colonia soldada, con sus elementos
más distintamente especializados, pero no Centralizados todavía: tales son los Vegetales superiores, los
Briozoos o los Poliperos. Más alto aún, el Mjtazoo,
verdadera Célula de células, en quien, por un tipo
prodigioso de iransformación crítica, se establece por
sobre ¿I grupo organizado de las panículas vivientes
un centro autónomo... Y más lejos todavía, para terminar... la sociedad, esas misteriosas asociaciones de
Metazoos libres, en el seno de las cuales parece ensayarse, siguiendo lineas desigualmente afortunadas, !a
formación de unidades hiper complejas, por "megasinlesis". 3
Los árboles, los pólipos, los vertebrados, organizan sus células en vastos conjuntos para hacer
frente al desafio del ambiente con más libertad y
con más éxito que el protozoo. Pero hasta aquí no
aparece en todas sus proyecciones el carácter dinámico de la Asociación. Es que, en realidad, los peli'anos mencionados en el texto anterior son estaciones finales de un movimiento.
Las células se asocian no sólo para defenderse,
sino también y ante todo para avanzar. ¿Y en qué
dirección avanzan? En la línea siempre creciente úc
la complejidad y de la conciencia. A esta propiedad
de la materia viviente Teilhard da el nombre dj "Ortogénesis", '
Reproducción, Asociación y Ortogénesis: he aquí
los tres impulsos elementales del movimiento celular. Veamos ahora cuál es la figura de conjunto de
estos movimientos cuando contemplamos no grupos
aislados áe células sino el total de la materia viviente subre la Tierra.
I .- phénnitü— Humain. pp. 1IMI3 (131.132).
< pp. 114-115 (133).
Segunda Hipótesis: significación "biológica"
del Hecho Social
I .1 Figura general de la Vida es ILI de un árbol: ni
desí sperante confusión, ni propagación rectilínea como
una onda en un nudio homugénco. Del misino mudo
que las células al alcanzar cierto volumen se dhiden,
las grandes masas de materia viviente llegadas a cierlo punto de expansión se ramifican y avanzan dividiéndose cada ve/ m.K. T i c factores contribuyen principalmente a dibujar el ramaje de la Vida: la>- "agregacicnes de crecimiento", las "florescencias d.- madui_/." y los "efectos de lejanía".5
Agregaciones de crecimiento
"Por "agregaciones de crecimiento" entiendo el
hecho, nuevo c inesperado, que una dispersión de
tipo simple se produce precisamente ;ú¡ donde el
juego de la suerte haría más temer un complicado
enredo. Derramada sobre el suelo, una napa de agua
no farda en canalizarse en arroyuelos, luego ert arroyos definidos. De un modo semejante, bajo la influencia de causas variadas (paralelismo nativo de
las ortogénesis elemenlaks, atracción y ajuste mutuo de las descendencias, acción selectiva del medio...), las fibras de una masa viviente en vias de
diversificación tienden a acercarse, a agruparse, a
aglutinarse siguiendo un pequeño número de direcciones dominantes".9
La Vida no .se propaga ni como el rayo de luz en
dilección rectilínea, ni como la mancha de aceite que
cubre de manera uniforme toda una superficie. La
imagen d-1 arroyo es bi¿n ilustrativa. En los comienzos, cuando un yrupo viviente entra en estada de
mutación, sus individuos ensayan nuevas formas un
poco en tudas las direcciones. Pero pronto Comienza a acentuarse el "ramaje" y la "nervadura": unas
variedades enfrentan mejor la lucha por la vida,
mientras oirás sucumben: unas va¡¡edades se entrecruzan con otras y refuerzan los nuevos caracteres,
mientras otras permanecen aisladas. Llega un muñiente, cuando han superado el estadio de la raza,
en que las variedades ya no se entrecruzan. Constituyen una nueva especie que va a evolucionar en
forma autónoma.
A la nueva rama asi nacida Teilhard la llama
"PhyUim". "El Phylum es, ante todo, una realidad
•
pr
il-j ¡ M í P S ) .
pp. 120-121 (13'JI.
103
colectiva". Sus dimenbiones son muy variables. "Puede ser tan pequeño como una Especie u tan vasto
currui una Rama. Existen phyla simples y phyla de
phyla'. Es. por último, "una realidad de naturaleza
dinámica"-1 Para verlo es preciso lomar suficiente
distancia en si espacio y en el tiempo. De ¡o contrario, los árboles impiden ver el bosque. Supongamos que una cámara Rimadora hubiera estado registrando ludo lü que ha acometido desde el comienzo
tte la vida en la Tierra. El phylum aparecería en ella
como el conjunto de los seres ligados por una historia común.
"Lo que define al Phylum. en primer lugar, es
su "ángulo inicial de divergencia", es decir ¡a dirección particular en la cual se agrupa y evoluciona,
separándose de las formas vecinas". Lo -'jgundo que
lo deline es su "sección inicial", es decir, la cantidad
íle potencialidades que encierra. "De la misma manera que una gola de agua no puede físicamente
condensarse más que por encima de un determinado
volumen ... asi el Phylum no llegaría a establecerse
biológicamente si no agrupase en si, desde el origen,
un número suficientemente de potencialidades y de
potencialidades baslante variadas". Finalmente, lo
que define al Phylum es "su poder y su ley particular de desarrollo autónomo'".l El Phylum es semejante a esos cohetes de fueyos artificiales, que se
• pt>. 121122 I4ÍM.
• pp. 122-123 [IJO-Wll.
•"i
encumbran en el cielo y luego van abriéndose por
etapas. Todas las posibilidades de la fiesta luminosa
nocturna están ya contenidas en la partida.
Sigamos ahora más de cerca el desarrollo del
Phylum.
Florescencias cié madure/.
"En virtud de analogías que dependen. Jo describiremos más adelante, de un lazo profundo de naturaleza, el desarrollo de un Phylum paralcliza de
manera curiosa los estadios sucesivos atravesados
por una invención humana... Primero, la idea toma
cuerpo, de manera aproximada, dentro de una teoría o de un mecanismo provisional. Viene entonces
un período de modificaciones rápidas: retoques y
ajustes continuos del esbozo, hasta un logro casi
definitivo. Lljgada a este estado de culminación, la
nueva creación entra entonces en su fase de expansión y de equilibrio. Cualitativamente ya no cambia
más que en algunos detalles accesorios: ella "topa
el techo". Cuantitativamente, por el contrario, se expande y adquiere su plena consistencia. Esta es la
hísloria de todos los inventos modernos, de la bicicleta al avión, de la fotografía al cinc y a la radiodilusión". 9
De manera semejante se desarrolla un Phylum:
descubrimiento por tanteo, fase de ensayo, lase de
conquista. En la fase de ensayo el Phylum se ramifica en phyla secundarios, que son como los armónicos del tipo fundamental.!C Así, por ejemplo, dentro
de la "solución martiliera placenlado" se desarrollan
las "sub-soluciones" herbívoro, carnívoro, insectívoro
y omnívoro. Y estas a su vez se segmentan en nuevas "sub-soluciones" (ardodáctilos y perisodáctilos,
ele.)." El Phylum .se va abriendo progresivamente en
abanicos o "verticilos". Llega un momento ¿n que
la formación de "verticilos" sa detiene. Enionces,
sobre la copa d¡; este árbol llegado a la estación
de los frutos se desarrolla finalmente el fenómeno
áe la socialización.
A primera vista uno podría pensar que la socialización es un fenómeno aislado, propia de ciertos
grupos altamente tvoiudonados (Termitas, Himcnópteros). En realidad, ella constituye "una de las
ieyes más esenciales de la Materia organizada...
pp. 123-124 (141-142).
p. 124 ÍI42-143],
p. 133 (151).
104
Una vez alcanzada, en el extremo de cada radío verticilar, su forma definitiva, los elementos d¿ un phyluni tienden con tanta seguridad a apruximar.se y a
socializarse, como los átomos de un cuerpo sólido
a cristalizar". l A lo largo de la escala zoológica, desde los invertebrados hasta los mamíferos, los animales entran en las formas más variadas de sociedad. Se asocian para reproducirse, hacer el nido, cuidar de la
prole, defenderse de los extraños, procurarse la subsislenda, etc. La sociedad es a veces transitoria, a
veces estable. A veces compromete sólo a algunos
individuos, otras liega a ser un rebaño, Pero sin deparar nunca Jos limites de la familia inlra-especitica.
La socialización no es sinu la coronación dí un
fenómeno muelio más vasto —el de la asociación—
por el cual los corpúsculos vivientes se buscan unos
a otros para defenderse del ambiente y avanzar. Los
seres en vias de mutación intercambian sus genes
para abrir nuevos caminos. Los que han llegado D
la meta de su desarrollo y son demasiado pequeños
—las células— se mantienen unidos en el organismo; los más grandes constituyen conjuntos supr.iindividuales: la sociedad.
de ella. Segundo, porque nos es menas accesible que
nuestra propia historia. Nuestro presente —aún un
"presante geológico" de más de un millón de añus
como el que aquí se considera— está más cerca de
nosotros y nos compromete vitalmente. De ahí que
1<; lectura de esta parte del Fenómeno Humano sea
más fácil y requiere menos introducción. Acerca de
nuestro futuro hay varios puntos delicados que abordar. Ellos serán el objeto de otro artículo que publicaremos en el curso del año.
No siendo este artículo un resumen, sino una
introducción, vamos a destacar sólo algunos puntos
referentes a la historia humana.
Significado de la Prehistoria
Un gran árbol de frondosas ramas y nutridas
inflorescencias: tal es la figura general de la Vida.
Pero esto no es lo que el biólogo ve, sino lo que reconstituye al corregir "los efectos de lejanías". En
la naturaleza y en los museos está representada sólo
una parte áe los seres que han brotado sobiv el
tronco de la Vida. La desaparición de muchas formas intermedias o marginales explica que la distancia entre ios phyla nos aparezca mayor de lo
que fue en la realidad.13 Y la desaparición sistemática
de los comienzos, delicados y fugitivos —ineptos poi
tanto para la fosilización— explica lo que Tsilhard
llama la "supresión de los pedúnculos". M
Preocupados de narrar las proezas del Espíritu,
¡os historiadores de otro tiempo se desinteresaban
de la Prehistoria. Antes de que el hombre aprendiera
a escribir, no había sucedido nada digno tic conüirse:
sólo un silencio inmenso, sin contenido, sin relación
a lo que viene después, sin nombre propio. Era simplemente "lu quj precede a la histeria", la Pre-historia. Todo cambia cuando se deja de ver al hombre únicamente como un conjunto de individuos
asociadas libremente y se le considera también como
una especie cuyos miembros están asociados además por lazos naturales. Hay desde entonces una
sola historia: la de un phylum en quien converge
toda la Evolución. Y antes de que el hombre haya
aprendido a escribir, ya están trazadas en su "prehistoria", las grandes líneas filogenéticas. "Cuanto
más vamos perfilando las perspectivas del Pasado,
lanío más constatamos que los tiempos llamados
"históricos (hasta comprender en ellos el principio
de los liempos "modernos") no son otra cosa que
las directas prolongaciones del Neolítico. Evidentemente, con una complejidad y una diferenciación
progresivas, según diremos. Pero esencialmente siguiendo las mismas líneas de dirección y sobre el
mismo peldaño evolutivo".13
Nuestro presente
Significado del Paleolítico
Este artículo se extiende más ampliamente sobre la historia natural por dos razones. Primero,
porque Tiilhard explica la historia humana a la luz
El hombre aparece como cualquier otro grupo
viviente: sus orígenes se nos escapan; 16 el phylum
se ramifica (Pitecántropo, Sinántropo, Neandertaloides, Homo sapiens, etc.) y se "sub-ramifica" (raza
Efectos de lejanías
"
»
"
pp. ¡:5-126 d-wi.
pp. 127-126 (145-146)pp. 128-129 (140-148).
p. 229 (249).
p, 205 (2241.
105
blanca, negra, amarilla); 11 el phylum se socializa.18
Pero en aquello mismo en que se asemeja se
advierten claramente las diferencias desde ¡a partida, "En el mundo convertida en humano, es siempre la ramificación zoológica la que, a posar de las
apariencias y de la complejidad, se prolonga, y opera
siguiendo el mismo meeanismo de anles. Sólo que a
consecuencia de la cantidad de energía interior liberada por la reflexión, la operación tiende entonces
:'. emerger de los órganos materiales para formularse
uiinbicii o incluso sobre iodo, en espíritu".19
Lo mismo sucede con el fenómvnu de la socialización. Anles de llegar al hombre, la socialización
se presenta comn un fruto tartlio, en el momento de
madurez de un phylum, y afecta sólo a un número
restringido de miembros dj la especie. Nuestros antepasados, en cambio, nos aparecen sentados en grupo alrededor dd fuego; en sociedad desde la primera hora. M Y para el que sabe mirar grandemente
hacia atrás y hacia adelante, la tendencia de este movimiento es a centrar progresivamente sobre sí Ja
totalidad di la especie.21
Los hombres, asociados en grupos errantes, recorren la Tierra diversificándose y poblándola, tal
es la significación del Paleolítico.
Significado del Neolítico
"F.l Neolítico, edad desdeñada pur los prehistoriadores, porque es demasiado joven. Edad descuidada por la Historia, porque sus fases no pueden ser
fechadas con exactitud. Edad crítica, no obstante, y
solemne entre todas las del Pasado: el nacimiento
de la Civilización".22
Y ahora en el medio civilizado el proceso "biolóyicj" de ramificación y socialización prosigue. Eclosión de cien pueblos diversos, migraciones, conflictos, sustitución de unos imperios por otros, es siempre el mismo fenómeno de diversifieación, que ahora
se realiza a nivel psíquico.-3
Y luego estos pueblos asi diversificados gradualmente se encuentran. En la épeca de ALjandro las
tres humanidades civilizadas de entonces, (Grecia,
India y China) descubren con estupor que habitar.
p. 205 (224).
p p . 225-22* < 2 I
p . 194 1213).
p p . 225-226 (245-246).
!
Le Groupe / o n l u S l q u t Itumain, pp. 1O6-IU7 («•).
a p. 226 <M6i.
:
" l-e Groupe tlumain Zoulaglque, p. US <IO5).
el mismo planeia. Comienza a jugarse la partida por
el porvenir del Mundo. Mil años antes pudo aparecer que las chances entre los contendientes eran
iguales. En realidad, China e India tenían gérmenes
inherentes de debilidad. La primera demasiado incrustada, en el particularismo de su suelo y la segunda demasiado perdida en las nubes de una religión de eutsión, ambas se iban a demostrar incapaces de conducir el proceso de una Materia que se
interioriza para que emerja el Espíritu. De a poco
asciende el Occidente, unifica a tos pueblos y se
convierte en el eje principal de la Antropogénesis.
Justo en este momento está terminando de absorber
ios últimos vestigios del mosaico neolítico.31
Significado de la crisis presente
Y en este punto nos encontramos, cambiando de
Edad: de tai civilizaciones a la Civilización, de las
naciones a la Humanidad. Teilhard escribía proféticamsnte en 1931: "La edad de !ns naciones ha pasado. Ahora se trata, si no queremos perecer, de sacudir los antiguos prejuicios, y de construir la Tierra".35
Y terminamos con un texto magistral en donde,
en fórmula simple hace el diagnóstico de nuestra
crisis.
"Con sólo la observación de estos signos exteriores, cómo no sospechar que la gran confusión en la cual, desde la tormenta de la Revolución francesa, vivimos en Occidente, tiene
una causa más profunda y más noble que las
dificultades de un mundo en busca de un antiguo equilibrio perdido. ¿Un naufragio? ¡ Ah. no,
realmente no! Pero sí el gran oleaje de un mar
desconocido en el que acabamos de entrar, al
salir del cabo que nos abrigaba. Tal como me
lo decía un día Henri Breuil, con su brusca
intuición acostumbrada, lo que nos agita en
este momento, intelectualmenle, políticamente,
aún espiritualmente, es bien simple: "Acabamos de soltar las últimas amarras que nos retenían todavía en el Neolítico".
Fórmula paradojal, p^ro luminosa. Mientras
más he reflexionado desde entonces sobre esta
palabra, más he creído ver que Breuil lenía
razón".29
I»
"
»
n
106
•'
pp.
2JJ-235
1253-2=5=;».
B L'Energte Ilumatnt:, p . 4b.
•'* p . 237 (258).
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